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La búsqueda de una conexión socio-afectiva entre adultos

y jóvenes de la Ciudad de México, a través de las virtudes y


bondades del teatro, para vivir en una sociedad con cultura
de paz.

Hablar de los jóvenes y su relación con el teatro, es como hablar de los adultos
en México y su relación con la lectura,… muy pobre. No es culpa del teatro y
menos aún, responsabilidad de los jóvenes; es causa multifactorial. Hay un
maridaje de contraste, pero no de acompañamiento.

Desde inicios del siglo XX y hasta la fecha, existe una relación más estrecha,
sin embargo, continua distante. Considero que una de las principales razones
por la cual es precisa una mejor correspondencia, es por falta de exploración y
de conocimiento profundo de las bondades y virtudes del teatro, adjudicado
principalmente a los pedagogos que proyectan el sistema educativo público y
privado, sin mirar lo que ofrece el teatro a la educación, se requiere de el, como
parte de las herramientas de enseñanza/aprendizaje. Hay indicios, algunos
casos de docentes que han intentado marcar una diferencia, pero no de
manera contundente y abierta. El sistema educativo ha provocado un
distanciamiento entre el teatro y los jóvenes, no otorga la oportunidad de que
se conozcan bien, no sucede ni de manera efectiva ni afectiva.

Sin embargo, debo mencionar también, que existen excepcionales casos de


pedagogos, psicólogos y docentes que proyectan sus propias metodologías de
enseñanza con base en el teatro social. En México, poco a poco empiezan a
promoverlas y practicarlas; se han adueñado de manera exitosa del teatro,
asumieron el compromiso de investigar, de conocer y de explorar las virtudes
del teatro, y gracias a esto, poseen ya, una forma distinta de conexión sana y
positiva entre ellos y los jóvenes, educando para la paz.

Hay mucho que comprender y aprender de la lúdica teatral, permitiendo a


docentes, dominar una correcta ejecución en clases, y de esta forma, reflejar
sus beneficios en la vida cotidiana.
En México, el teatro debe ser una asignatura oficial en el sistema escolarizado,
impartirlo en preescolar, primaria, secundaria y bachillerato, incluirlo en un
sistema inter y multidisciplinario, coadyuvando a la garantía del desarrollo de
un conocimiento transversal y fortaleciendo una educación y formación integral.
Diversas razones existen para tomarlo en cuenta: los jóvenes se expresan
libremente a partir de estimular los sentidos a través del desarrollo del cerebro,
del cuerpo y la voz; contribuye en el desarrollo cognitivo, psicomotriz, emotivo;
favorece el autoconocimiento del cuerpo, fortalece la seguridad y el
autoestima, provee de herramientas que facilitan el empoderamiento progresivo
y puntual, provoca también un aprendizaje alternativo que les permite descubrir
un camino para el conocimiento de sí mismos y de su entorno primario, así
como también el conocimiento del Mundo.

Con un modelo de trabajo cooperativo y solidario, se educa para la paz,


facilitando la reconstrucción de tejidos familiares y sociales en comunidades de
jóvenes vulnerados y vulnerables. El teatro es un espacio de encuentro y
comunicación, generador de empatía y de construcción de comunidad.

No siendo suficiente lo anterior, menciono también que invita a la reflexión, a


pensar críticamente, a debatir, proponer y solucionar, favoreciendo una real
conexión social-afectiva con los jóvenes de nuestra Ciudad que permita vivir en
una sociedad con una cultura de paz.
Danarq 2019.

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