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Exploración diagnóstica
de los niveles medulares
J. D. Hoppenfeld, MD
Interventional Pain Management
Medical Director
Southeast Pain & Spine Care
Charlotte, North Carolina
Stanley Hoppenfeld, MD
Clinical Professor of Orthopedic Surgery (Retiredo)
Albert Einstein College of Medicine
Bronx, New York
En colaboración con
Richard Hutton
Ilustraciones médicas de
Hugh Th mas y Bernie Kida
A todos mis colegas del Southeast Pain & Spine Care. El nivel con
el cual atienden a sus pacientes en forma cotidiana es ejemplo de
la mejor medicina.
J. D. Hoppenfeld
A mi familia
Stanley Hoppenfeld
Han pasado varios años desde la primera edi- f acilita y clarif i a el aprendizaje de la anato-
ción de esta obra; sin embargo, la anatomía bá- mía. Esta nueva edición también ref leja los
sica no se ha modifi ado. Este libro contiene avances en el diagnóstico y tratamiento de pa-
mejoras en las ilustraciones médicas y en las cientes con lesiones de la columna vertebral.
técnicas de enseñanza. La versión actualizada J. D. Hoppenfeld
vii
Hace años sentí la necesidad de contar con un Sin embargo, la experiencia clínica conti-
manual que redujera el diagnóstico de los nive- núa siendo la clave para la comprensión real.
les neurológicos a sus denominadores comunes Un libro no puede hacer más que presentar
y que los combinara con los principios bási- de manera clara y concisa los métodos suge-
cos de neurología para ayudar en la valoración ridos de valoración. En interés de la claridad,
de los problemas de la médula espinal y raíces se ha simplif i ado parte de la inf ormación
nerviosas. Conforme el libro empezó a tomar presentada. Por ejemplo, las manifestaciones
f orma en mi mente, se hizo aparente que los clínicas para cada nivel neurológico se esti-
aspectos más importantes para transmitir esa lizaron para establecer conceptos y hechos
información dependerían de su organización y básicos fáciles de comprender; la experiencia
de la claridad de las ilustraciones. La estruc- clínica descubrirá las variaciones y excepcio-
tura f inal debería ser simple y clara, e incluir nes que surgen en los pacientes individuales.
el material esencial para enseñar los conceptos Como dijera Goethe: “Lo que uno sabe, uno
cruciales de la exploración y el diagnóstico. lo ve”.
Este libro fue escrito para quienes desean Esta obra es una expresión de mi expe-
comprender con mayor claridad los conceptos riencia en la enseñanza en el Albert Einstein
clínicos de los niveles neurológicos. Esta obra College of Medicine donde acuden residentes
ha sido diseñada para leerse en forma secuen- de ortopedia, neurocirugía, neurología, medi-
cial, de inicio a fin Cada capítulo presenta, en cina física y medicina familiar, así como fisi -
primer lugar, inf ormación neurológica básica terapeutas, quienes buscan este conocimiento.
y después proporciona la importancia clínica Espero que esta información y, en especial, la
aplicable para el diagnóstico de las enf erme- forma en que se ha organizado, proporcione la
dades neurológicas más comunes. El patrón comprensión necesaria para valorar la afección
de enseñanza avanza del concepto a la prác- de los niveles neurológicos.
tica y de las reglas generales a la aplicación
específi a. Stanley Hoppenfeld
ix
A Richard Hutton por su lealtad y devoción a nuscrito, dándole nueva vida. A John Patrick,
este proyecto. Su amistad personal, sentido de por ayudarme en la revisión constante con su-
organización y conocimiento del idioma in- gerencias positivas y con la preparación de una
glés ayudaron a hacer posible este libro. A bibliografía adecuada. A Al Spiro por tomarse
Hugh Th mas por su arte excepcionalmente el tiempo de revisar el manuscrito, hacer mu-
fiel que dio origen a las ilustraciones de este chas sugerencias valiosas y defender el punto
libro. Aprecio mucho su amistad personal du- de vista especial de la neurología pediátrica. A
rante estos años. Gabriella Molnar, a quien agradezco por la re-
A mis compañeros asistentes al Albert visión del manuscrito inicial, por sus sugeren-
Einstein College of Medicine, quienes me cias positivas y por revisar la versión final A
apoyaron durante la redacción y enseñanza de Arthur Abramson en agradecimiento por su
este material: Uriel Adar, David M. Hirsh, detallada revisión de las secciones de paraple-
Robert Schultz, Elias Sedlin y Rashmi Sheth. jía y tetraplejía. Él proporcionó una caja de
A los becarios británicos, que participaron en resonancia contra la cual probé muchas ideas.
la enseñanza de la neurología ortopédica du- A Ed Delagi por la revisión del manuscrito y
rante su estancia con nosotros en el Albert por ser amigo cuando lo necesitaba. A Char-
Einstein College of Medicine: Clive Whalley, lotte Shelby en agradecimiento por su revisión
Robert Jackson, David Gruebel-Lee, David del manuscrito y las sugerencias editoriales
Reynolds, Roger Weeks, Fred Heatley, Peter durante ese maravilloso crucero por el Caribe.
Johnson, Richard Foster, Kenneth Walker, A Victor Klig por toda su ayuda en el de-
Maldwyn Griffith John Patrick y Robert Jo- sarrollo del soporte vertebral electrónico y la
hnson. A los residentes de ortopedia del Al- valoración de la inervación neurológica de los
bert Einstein College of Medicine, por músculos paraespinales. A Paul Harrington
permitirme el placer de enseñar este material. por su brillantez en el enfoque quirúrgico de la
Al Hospital f or Joint Diseases, que me columna vertebral y por hacerme apreciar
otorgó el Frauenthal Fellowship y me brindó cómo mejorar la alineación de la columna ver-
exposición mundial a los problemas de la co- tebral, haciendo que la vida de muchos pa-
lumna vertebral. Al Hospital Rancho Los cientes sea más completa y rica. A W. J. W.
Amigos por la educación que recibí en las Sharrard en agradecimiento por el tiempo que
áreas de paraplejía y def ormidades de la co- pasó conmigo durante mi beca en Shef f iel
lumna vertebral de los niños. Al Lodge Moor Mi conocimiento de los niños con meningo-
Paraplegic Center, donde adquirí gran parte mielocele se basa en su enseñanza, así como en
de mi experiencia en el tratamiento de pacien- la mayor parte de mi comprensión sobre los
tes parapléjicos. niveles neurológicos, a partir de su investiga-
A Maldwyn Grif f it quien se tomó el ción básica de la participación de células del
tiempo para ayudarnos a reorganizar el ma- asta anterior en pacientes con poliomielitis. A
xi
Sir Frank Holdsworth por el tiempo que pasó Nathan Allan y Mimi Shore, mis amigos per-
conmigo discutiendo problemas de la columna sonales y de profesión, que siempre han com-
vertebral durante mi visita a Shef f iel Mi partido sus conocimientos de prof esión y
comprensión de la estabilidad de la columna prácticos conmigo. A Al Grant y Lynn Na-
se basa en su trabajo. Al Sr. Evans y al Sr. thanson por su ayuda en la administración del
Hardy de Sheffiel en agradecimiento por el Meningomyelocele Service. A mis colegas
tiempo que pasaron conmigo en el Paraplegic neurocirujanos, en particular a Ken Shulman,
Center. A Jacquelin Perry, quien, durante mi Stephen Weitz y Hugh Rosomoff, con quie-
beca, pasó muchas horas educándome en las nes he tenido el placer de compartir la aten-
áreas de paraplejía y def ormidades infantiles. ción de pacientes, la cirugía y numerosas
A Herman Robbins, quien, durante mi resi- discusiones sobre problemas neurológicos. A
dencia, hizo hincapié en la valoración neuro- Roberta y David Ozerkis, por toda una vida
lógica de los pacientes con problemas de la de amistad y ayuda. A Frank Ferrieri por su
columna vertebral. A Emanuel Kaplan por amistad y apoyo.
abrir la puerta a la neurología para cirujanos A Arthur y Wilda Merker, mis amigos.
ortopedistas al traducir al inglés el libro de Parte de la redacción de este libro se realizó en
texto de Duchenne, Physiology of Motion y por su adorable casa junto al mar. A Muriel Cha-
tomarse el tiempo para instruirme en estos leff quien, a través de los esfuerzos personales,
asuntos. A Ben Golub, quien se ha tomado el proporcionó un toque profesional en la prepa-
tiempo de valorar columnas vertebrales y ha ración de este manuscrito. A Lauretta White,
transmitido este conocimiento especial a todo quien fue la más devota en la preparación de
el personal residente. A Alex Norman por sus este manuscrito. A Anthea Blamire, que fue de
enseñanzas especiales en radiología de la co- gran ayuda al escribir esta obra. A Lew Reines
lumna vertebral. A Al Betcher por enseñarme por su ayuda en el manejo del manuscrito y la
la valoración del nivel neurológico de pacien- producción de la primera edición. A Fred Ze-
tes con anestesia raquídea. A Joe Milgram por ller por su organización en la distribución de la
toda su ayuda durante y después de mi resi- primera edición en todo el mundo. A Brooks
dencia en el Hospital for Joint Diseases. Stewart por su ayuda para convertir el manus-
A Alf Nachemson, mi amigo de mucho crito y llevarlo a su forma final A nuestro edi-
tiempo, con quien he pasado muchas horas re- tor, J. B. Lippincott Company, quien ha llevado
visando trastornos de la columna vertebral. A este proyecto a una conclusión exitosa.
Introducción
Fuerza motora . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1
Sensibilidad . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 2
Reflejo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 2
xiii
Índice . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 111
se añade resistencia a la prueba muscular; por alternativo excelente para valorar las altera-
debajo del grado 3 (grados 2, 1 y 0) se elimina ciones en la sensibilidad, porque pueden utili-
la gravedad como factor. zarse dos ruedas giratorias con aguja de forma
Las pruebas musculares deben repetirse en simultánea en cada lado, para permitir la com-
f orma regular para determinar si el nivel de paración bilateral. También pueden utilizarse
la lesión ha cambiado o bien, si ha aparecido alfile es de seguridad. No se recomienda el uso
parálisis muscular adicional o mejoría clínica. de agujas porque poseen superficies cortantes
Las pruebas musculares contra resistencia ayu- que pueden lesionar al paciente. Una vez que se
dan a determinar si el músculo se f atiga con ha encontrado el área de alteración de la sen-
f acilidad, lo que implica debilidad y af ección sibilidad, puede realizarse la localización con
neurológica. mayor precisión mediante pruebas repetidas
del área pasando de aquélla con disminución
Sensibilidad de la sensibilidad hacia el área de sensibilidad
normal. Las pruebas de sensibilidad dependen
La sensibilidad al dolor y temperaturas se trans- en gran medida de respuestas subjetivas, por
portan en la médula espinal a través del haz lo que es necesaria la cooperación plena del
espinotalámico lateral, mientras que el tacto paciente.
se transporta a través del haz espinotalámico Después que se ha valorado la sensibilidad,
ventral (fi . I-1). Las enfermedades de la mé- los resultados deben registrarse en un dia-
dula espinal o de las raíces nerviosas ocasionan grama de dermatomas como sensibilidad nor-
pérdida del tacto ligero, seguido de pérdida de mal, hiperestesia (sensibilidad incrementada),
la sensibilidad al dolor. Durante una recupe- hipoestesia (disminuida), disestesia (alterada)
ración por una lesión nerviosa, la sensibilidad o anestesia (sensibilidad ausente).
al dolor se restablece antes que el tacto ligero.
Las dos sensaciones se analizan por separado;
el tacto ligero con un hisopo y el dolor con es- Reflejos
timulación con aguja. Los ref lejos de estiramiento están compues-
Cuando se valora el dolor, se usa una aguja tos de un órgano capaz de responder al es-
para realizar un movimiento de punción suave. tiramiento (huso muscular), un nervio pe-
Las estimulaciones con aguja deben realizarse rif érico (axón), una sinapsis en la médula
en sucesión pero no con demasiada rapidez. espinal y f ib as musculares (f i . I-2). Los
Una rueda giratoria con agujas es un método impulsos descienden del encéf alo a lo largo
Nervio
periférico
aferente
Reflejo
rotuliano
Sinapsis
en la médula
espinal Nervio
periférico
eferente
Músculo y huso
muscular
(órgano terminal)
de haces largos (neurona motora superior) pa- El concepto de determinar el nivel neuro-
ra modular los reflejos Como regla general, lógico implica la valoración de las lesiones de
la interrupción del arco reflejo básico ocasiona la columna vertebral, anomalías del desarro-
pérdida del ref lej , mientras que las presio- llo, hernias de disco, osteoartritis y procesos
nes en la raíz nerviosa misma pueden dismi- patológicos de la médula misma. Todos estos
nuir la intensidad (hiporref lexia) La inte- trastornos patológicos ocasionan una distri-
rrupción del control regulador de las neuronas bución segmentaria de signos neurológicos en
motoras superiores sobre el reflejo finalment las extremidades, por su efecto directo sobre la
causará que se tornen hiperactivos (hiperre- médula espinal y raíces nerviosas.
flexia) Obsérvese que la dif erencia en las ma-
Los reflejos deben reportarse como norma- nif estaciones entre las enf ermedades de la
les, incrementados o disminuidos, una valora- médula espinal, las raíces nerviosas y nervios
ción que requiere que se compare un lado con perif éricos se reflejan en las dif erencias en la
el opuesto. La comparación bilateral propor- distribución de las manifestaciones neurológi-
ciona una forma directa, accesible e inmediata cas de fuerza muscular, sensibilidad y reflejos
para detectar cualquier alteración en los refl - Aunque cada dermatoma y miotoma recibe
jos y es esencial para un diagnóstico preciso de inervación de un nivel medular y a través de
enf ermedad porque el grado de actividad re- un nervio periférico, cada uno tiene su propio
fleja va ía de una persona a otra. patrón distintivo de inervación.
Lesiones de raíces
nerviosas por nivel
neurológico
C4
C5, C6 (nervio supraescapular).
2. Deltoides (parte media).
C5 C5, C6 (nervio axilar).
Abductores secundarios del hombro:
C6
1. Deltoides (partes anterior y posterior).
C7
2. Serrato anterior (por acción estabiliza-
dora directa en la escápula, ya que para
T-1 la abducción del hombro se necesita una
escápula estable).
Hay que colocarse detrás del paciente y
estabilizar el acromion. Se desliza la mano
Motora Reflejo Sensibilidad estabilizadora un poco en sentido lateral para
DELTOIDES TENDÓN
C5
que mientras se estabiliza la cintura escapular,
DEL BÍCEPS
también pueda palparse la porción media del
T1 deltoides.
C8
C6
Se pide al paciente que abduzca el brazo
C7 mientras mantiene el codo f lexi nado a 90°.
A medida que el paciente realiza la abducción,
se aumenta de manera gradual la resisten-
FIGURA 1-2 Nivel neurológico C5. cia al movimiento hasta determinar la resis-
tencia máxima que el paciente puede vencer
deltoides anterior flexiona, el deltoides me- (fi . 1-5). Se registran los hallazgos de acuerdo
dio abduce y el deltoides posterior extiende con la escala de graduación muscular (véase
el hombro; de los tres movimientos, el del- pág. 2).
toides tiene mayor potencia para la abducción
Bíceps: C5 a C6 (nervio musculocutáneo): El bí-
(fig. 1-2). Como el deltoides no actúa solo en
ceps es un flexor del hombro y el codo, y un
ningún movimiento, a veces es dif ícil aislar-
supinador del antebrazo (fig. 1-6); para com-
lo para valorarlo. Por tanto, hay que notar su
prender su función completa, hay que imagi-
f uerza relativa en la abducción, su plano de
nar a un hombre que mete un sacacorchos en
movimiento más fuerte (fig. 1-3).
una botella de vino (supinación), tira del cor-
Abductores primarios del hombro (fi . 1-4): cho (flexión del codo) y bebe el vino (flexión
1. Supraespinoso. del hombro) (fig. 1-7).
C8
T1
A
FIGURA 1-4A Abducción del hombro.
B C
FIGURA 1-4B Deltoides. FIGURA 1-4C Supraespinoso.
Origen: Tercio lateral de la clavícula, Origen: Fosa supraespinosa de la escápula.
superficie supe ior del acromion, espina Inserción: Faceta superior de la tuberosidad
de la escápula. mayor del húmero, cápsula de la articulación
Inserción: Tuberosidad deltoidea del húmero. del hombro.
Para conf i mar la integridad neurológica tebrazo debe permanecer en supinación para
de C5, el bíceps debe estudiarse sólo para la prevenir la sustitución muscular, que puede
flexi n del codo. Debido a que el músculo bra- ayudar a la flexi n del codo.
quial, el otro fle or principal del codo, también Se pide al paciente que f lexi ne el brazo
está inervado por C5, al valorar la flexi n del lentamente. Se aplica resistencia a medida que
codo, se tiene un indicador razonable de la in- el paciente se aproxima a los 45° de f lexi n;
tegridad de C5. se determina la resistencia máxima que el pa-
Para valorar la f lexi n del codo, hay que ciente pueda vencer (fi . 1-8).
colocarse f rente al paciente, un poco hacia el
lado del codo que se examinará. Se estabiliza Prueba de refl jos
la extremidad superior justo proximal a la ar- Reflejo bicipital: El reflejo bicipital es sobre
ticulación del codo, con la mano ahuecada en todo indicador de la integridad neurológica
torno de la parte posterior del codo. El an- de C5; también tiene un componente menor
C5 Braquial,
Nervio musculocutáneo
bíceps
C6 C5, C6
Nervio radial Tríceps
C7
C7
C8
T1
Prueba de sensibilidad
Brazo lateral (nervio axilar): El nivel neuro-
lógico C5 brinda la sensibilidad de la parte FIGURA 1-8 Prueba muscular para el bíceps.
lateral del brazo, desde la punta del hombro
hasta el codo. La zona de inervación más ca-
Nivel neurológico C6
racterística del nervio axilar se encuentra so-
bre la porción lateral del músculo deltoides. Prueba muscular
Esta zona sensitiva circunscrita en el interior Ni el grupo extensor de la muñeca ni el mús-
del dermatoma C5 es muy útil para identificar culo bíceps tienen inervación C6 pura. El
un traumatismo específico en el nervio axilar, grupo extensor de la muñeca está inervado en
así como un traumatismo general en la raíz parte por C6 y en parte por C7; el bíceps tiene
nerviosa C5 (fig. 1-10). inervación de C5 y C6 (fi . 1-11).
C5
Nervio axilar
C5
C6
C4
Extensor cubital:
1. Extensor cubital del carpo.
C5 2. C7.
Para valorar la extensión de la muñeca,
C6
el examinador estabiliza el antebrazo con la
C7
palma de su mano sobre el dorso de la muñeca,
y la envuelve con los dedos. Luego se pide al pa-
T1
ciente que extienda la muñeca. Cuando la mu-
ñeca está en extensión total, se coloca la palma
de la mano resistente sobre el dorso de la mano
y se intenta forzar la muñeca para vencer la ex-
Motora Reflejo Sensibilidad tensión (fi . 1-13). En condiciones normales,
EXTENSIÓN DE TENDÓN el examinador no puede moverla. Se valora el
LA MUÑECA BRAQUIORRADIAL C5
lado contrario para hacer la comparación. Hay
T1 que observar que los extensores radiales de la
C8
muñeca, que aportan la mayor parte de la po-
C6
EXTENSOR C7 tencia de extensión, están inervados por C6,
LARGO/CORTO
RADIAL en tanto que el extensor cubital del carpo está
DEL CARPO
inervado sobre todo por C7. Si no hay inerva-
FIGURA 1-11 Nivel neurológico C6. ción de C6 y se conserva la de C7, la muñeca
se desvía al lado cubital durante la extensión.
Por otra parte, en una lesión medular donde
Grupo extensor de la muñeca: C6 (nervio radial) C6 permanece intacta y C7 está ausente, se
produce una desviación radial (fi . 1-14).
Extensores radiales (fi . 1-12):
1. Extensores radiales largo y corto del car- Bíceps: C6 (nervio musculocutáneo): Además
po, nervio radial, C6. de su inervación por C5, el músculo bíceps
C5
T1
Flexor cubital
del carpo C8
A
FIGURA 1-12A Extensión y flexión de la muñeca.
(continúa)
Extensor radial
largo del carpo
Extensor cubital
del carpo
Extensor radial
corto del carpo
B C
FIGURA 1-12B (continuación) Extensor cubital del carpo (izquierdo).
Origen: Del tendón extensor común del epicóndilo lateral del húmero y del borde
posterior del cúbito.
Inserción: Cara medial de la base del 5.o metacarpiano.
FIGURA 1-12C Extensor radial largo del carpo (derecho).
Origen: Tercio inferior de la cresta supracondílea lateral del húmero, tabique
intermuscular lateral.
Inserción: Superficie dorsal de la base del 2 o metacarpiano.
FIGURA 1-12C Extensor radial corto del carpo (derecho).
Origen: Del tendón extensor común del epicóndilo lateral del húmero, ligamento
colateral radial de la articulación del codo y tabique intermuscular.
Inserción: Superficie dorsal de la base del 3 er metacarpiano.
está inervado en parte por C6. Se valora el para la prueba del reflejo bicipital. Se golpea
bíceps mediante la flexión del codo. (Para co- el tendón del braquiorradial en el extremo
nocer los detalles, véase la pág. 11.) distal del radio con el borde plano del mar-
tillo de reflejos; el golpe debe producir una
Prueba de refl jos pequeña sacudida radial (fig. 1-15). Se valo-
Reflejo braquiorradial: El braquiorradial está ra el otro lado y se comparan los resultados.
inervado por el nervio radial vía el nivel El braquiorradial es el reflejo que se prefiere
neurológico C6. Para estudiar el reflejo, se para demostrar la integridad del nivel neuro-
sostiene el brazo del paciente como se hizo lógico C6.
C5
C6 X
Nervio radial
C7
Nervio mediano
C8 Nervio cubital
T1
C5
C6
X
Nervio radial
C7
Nervio mediano
C8
Nervio cubital
T1
Músculo tríceps
Tríceps
FIGURA 1-17 C7: extensión del tríceps, flexión de la muñeca y e tensión de los dedos.
C4
diarlo, se estabiliza el brazo del paciente justo
proximal al codo y se le pide que extienda el
C5 brazo desde una posición flexionada. An-
tes que la persona llegue a 90°, se empieza a
C6
oponer resistencia a su movimiento hasta que
C7 se descubra la máxima resistencia que el pa-
ciente puede vencer (fig. 1-19). La resistencia
T1 del examinador debe ser constante y firme,
ya que una resistencia intermitente y de em-
puje no permite hacer una evaluación exac-
ta. Hay que observar que la gravedad suele
Motora Reflejo Sensibilidad ser un auxiliar valioso para la extensión del
FLEXIÓN DE TENDÓN codo; si la extensión parece muy débil, debe
LA MUÑECA DEL TRÍCEPS C5
considerársela, igual que el peso del brazo. Si
T1 la extensión parece más débil de grado 3, se
C8
C7 valora el tríceps en un plano sin ayuda de la
C6
gravedad. La fuerza del tríceps es importante
porque permite al paciente soportar el peso
cuando se apoya en un bastón o una muleta
FIGURA 1-18 Nivel neurológico C7. estándar (fig. 1-20).
Grupo flexor de la muñeca: C7 (nervios me-
diano y cubital)
1. Flexor radial del carpo (fi . 1-12).
Nervio mediano, C7.
2. Flexor cubital del carpo.
Nervio cubital, C8.
El fle or radial del carpo (C7) es el más im-
portante de estos dos músculos y proporciona
la mayor parte de la potencia para la flexi n de
la muñeca. El fle or cubital del carpo, que está
A
FIGURA 1-19A Tríceps braquial.
Origen: Cabeza larga de la tuberosidad
infraglenoidea de la escápula, cabeza lateral de
las superficies pos erior y lateral del húmero,
cabeza medial de la superficie pos erior inferior
del húmero. B
Inserción: Superficie pos erior superior del FIGURA 1-19B Prueba muscular del músculo
olécranon y fascia profunda del antebrazo. tríceps.
A
FIGURA 1-21A Flexor radial del carpo
(izquierdo).
Origen: Tendón fle or común del epicóndilo B
medial del húmero, fascia del antebrazo. FIGURA 1-21B Prueba muscular para los
Inserción: Base del 2.o y 3.er metacarpianos. fle ores de la muñeca.
C5
C6
Extensor común
N. radial de los dedos C7
C7
Flexor superficial
N. mediano de los dedos
Flexor radial
C8 profundo medio de
N. cubital los dedos C8
Flexor cubital
T1 profundo medio
de los dedos C8
FIGURA 1-22A Extensión de los dedos, C7; flexión de los dedo , C8.
B
FIGURA 1-22B Extensor de los dedos.
Origen: Epicóndilo lateral del húmero
mediante el tendón extensor común, tabiques
intermusculares.
Inserción: Superficies l teral y dorsal de las FIGURA 1-23 Prueba muscular para extensión
falanges de los cuatro dedos mediales. de los dedos.
Flexor Flexor
superficial profundo
de los dedos de los dedos
B
FIGURA 1-26B Lumbricales.
Origen: Hay cuatro músculos lumbricales todos
originados en los tendones del fle or profundo
de los dedos: el 1.o del lado radial del tendón
para el dedo índice; el 2.o del lado radial del
tendón para el dedo medio; el 3.o de los lados
A adyacentes de los tendones para los dedos
medio y anular; el 4.o de los lados adyacentes
FIGURA 1-26A Flexor superficial de los dedo
de los tendones para los dedos anular y
(izquierdo).
meñique.
Origen: Cabeza humeral del tendón fle or
Inserción: Con los tendones del extensor de los
común del epicóndilo medial del húmero;
dedos e interóseos en las bases de las falanges
cabeza cubital de la apófisis oronoides del
terminales de los cuatro dedos mediales.
cúbito; cabeza radial de la línea oblicua del radio.
Inserción: Márgenes de la superficie palmar de l
falange intermedia de los cuatro dedos mediales.
el lado contrario a fin de comparar y califi-
car la sensibilidad del paciente como ausente
(anestesia), disminuida (hipoestesia), normal
o aumentada (hiperestesia) (fig. 1-28).
Nivel neurológico T1
Hay que examinar los componentes motor y
C
sensitivo de T1, ya que, al igual que C8, no
FIGURA 1-26C Prueba muscular para los existe un ref lejo identif i ado y asociado con
fle ores de los dedos. este nivel (fi . 1-29).
Prueba muscular
Abducción de los dedos
1. Interóseos dorsales (DAB) (las siglas se
refie en a Dorsal interossei ABduct).
Nervio cubital, T1 (fi . 1-30).
FIGURA 1-27 Una forma sencilla de recordar 2. Abductor del quinto dedo (digiti quinti).
que C8 inerva los fle ores de los dedos. Nervio cubital, T1.
C5
C4
C6
C7
C5
C8
T1
C6
C8
Nervio
antebraquial- C7
cutáneo medial
T1
T1
NINGUNO C6
C8
C7
C5
C6
C7
N. mediano 2 lumbricales
C8 radiales
N. cubital
2 lumbricales
cubitales dorsales
T1 e interóseos
palmares T1
Hay que observar que todos los músculos siguiente manera: los dedos índice y medio;
pequeños de la mano están inervados por T1. los dedos medio y anular, y los dedos anular
Para valorar la abducción de los dedos, se pide y meñique.
al paciente que abduzca los dedos extendidos Para revisar también la aducción de los de-
de la línea medial de la mano. Luego, se oprime dos puede colocarse un f ragmento de papel
cada par de dedos para intentar unirlos; se entre dos de los dedos extendidos del paciente
comprime el índice con los dedos medio, anu- y tirar de él para sacarlo. La fuerza de esta su-
lar y meñique; el medio, con el anular y el me- jeción debe compararse con la de la otra mano
ñique; y el anular con el meñique (fi . 1-31). (fi . 1-32). Para recordar el nivel neurológico
Hay que advertir cualquier debilidad evidente T1 con más facilidad, se tira de un billete de
entre los pares y examinar la otra mano a fin de un dólar colocado entre los dedos y se hace la
hacer la comparación. asociación entre el billete de un dólar y el nivel
Es importante observar que la compresión neurológico T1.
del dedo meñique con el anular permite valo-
rar el abductor del quinto dedo. Prueba de sensibilidad
Brazo cara medial (nervio cutáneo braquial
Aducción de los dedos medial): T1 transmite la sensibilidad de la mi-
Aductor primario (fi . 1-30) tad superior de la parte medial del antebrazo y
1. Interóseos palmares (PAD). (Las siglas la parte medial del brazo (fig. 1-33).
indican Palmar interossei ADduct.)
Nervio cubital, C8, T1. Resumen
Para valorar la aducción de los dedos, se
Se recomienda el siguiente esquema para va-
pide al paciente que trate de mantener juntos
lorar los niveles neurológicos en la extremidad
los dedos extendidos mientras el examinador
superior. En el examen neurológico de la ex-
intenta separarlos. Se revisan por pares de la
tremidad superior es práctico estudiar primero
toda la fuerza motora, luego todos los reflejos
y al final la sensibilidad. Este método permite
economizar esfuerzos y genera la mínima mo-
lestia para el paciente.
FIGURA 1-31 Prueba muscular para abducción FIGURA 1-32 Prueba muscular para aducción
de los dedos. de los dedos.
C5
C6
C7
T1
C6
C8
T1
Nervio
braquial- C7
cutáneo medial
C7
C8
C5 C5
T2 T2
C6
T1 T1
C6
C8 C8
C7
C7
Reflejo C4
C5: Bíceps Vértebras
C6: Braquiorradial Raíces nerviosas cervicales (7)
C5
C7: Tríceps cervicales (8)
C6
C7
Aplicaciones clínicas
de los niveles neurológicos T1
Hay ocho nervios cervicales y sólo siete vérte- FIGURA 1-37 Vértebras cervicales y raíces
bras cervicales; por tanto, cada nervio cervical nerviosas.
C4
C4
FIGURA 1-40 Articulación especializada entre
C1 y C2, que permite el 50% de la rotación de la
columna cervical.
C5
C5 hernia bajo presión, protruye en la dirección
de menor resistencia, hacia atrás. Debido a la
f orma romboidea del ligamento longitudinal
posterior, el disco también tiende a herniarse a
C6 C6 uno u otro lado (fi . 1-41); es menos frecuente
tener una hernia medial, ya que el disco tendría
que penetrar la parte más fuerte del ligamento.
El dolor en uno u otro brazo es síntoma de
discos cervicales herniados; por lo general, el
C7 C7 dolor se irradia a la mano y recorre todas las
vías neurológicas de la raíz af ectada, aunque
en ocasiones el dolor puede ser ref erido sólo
FIGURA 1-38 Disco cervical herniado. hasta el hombro. Por lo general, la tos, los es-
tornudos y el pujo agravan el dolor y hacen espina de la escápula (más a menudo hacia los
que se irradie por la distribución neurológica ángulos superomediales con irradiación del
afectada en la extremidad. dolor por el brazo en dirección distal, pero casi
Los síntomas y signos causados por una siempre sin hallazgos neurológicos.
hernia discal varían con la localización de la En ocasiones, durante la exploración, pue-
hernia. Si es lateral, que es lo más f recuente, de haber hallazgos no consistentes con el ni-
puede comprimir de manera directa la raíz vel neurológico involucrado. Algunas veces,
nerviosa, produciendo los hallazgos neuroló- el plexo braquial, que casi siempre incluye
gicos típicos del nivel de la raíz. Sin embargo, las raíces nerviosas C5 a T1, puede comen-
si el disco se hernia en la línea media, puede zar un nivel más arriba (pref ijo) o uno más
haber síntomas en la pierna, además del brazo abajo (posf ijo) causando variaciones en la
(fi . 1-42). Si el disco se protruye, pero no se inervación segmentaria de los músculos; los
hernia, el dolor puede ref erirse hacia la línea hallazgos ref leja án esta inconsistencia en la
media de la espalda en la zona correspon- inervación de la extremidad superior. También
diente a las porciones superiores y mediales es posible que tales inconsistencias sustancia-
de ambas escápulas (fi . 1-43). La protrusión les se deban a lesiones del plexo braquial o
lateral puede causar dolor por el borde de la nervios periféricos.
FIGURA 1-42 Patrón de la irradiación del dolor conducto raquídeo después de lo cual
con una hernia discal cervical en la línea media. se obtiene una imagen por tomograf ía
computarizada para buscar problemas en
el conducto espinal, incluyendo médula
Pruebas específi as para localizar espinal, raíces nerviosas y otros tejidos.
las hernias discales cervicales La prueba a menudo se reserva para per-
Para establecer el nivel neurológico exacto de sonas que tienen antecedentes de cirugías
afectación debido a un disco herniado, se uti- de columna o en las que esté contraindi-
liza la técnica de valoración neurológica des- cado realizar una MRI (fi . 1-49).
crita antes en este capítulo (figs 1-44 a 1-48). 3. La electromiograf ía (EMG, electromyo-
En la tabla 1-1 se resumen las áreas de gram), que mide los potenciales motores
prueba del nivel neurológico. Además, demues- de manera exacta. Dos semanas después
tra la aplicación clínica que tiene el examen de una lesión en un nervio, aparecen des-
por nivel neurológico a los trastornos de la co- cargas eléctricas espontáneas anormales
lumna cervical, en particular con respecto a la en el músculo en reposo (potenciales de
evaluación de las hernias discales. Otras formas fib ilación y ondas agudas positivas). Esto
de localizar hernias discales son las siguientes: es evidencia de una desnervación muscu-
1. La imagen por resonancia magnética lar, lo cual puede ser resultado de una her-
(MRI, magnetic resonance imaging), que nia discal, avulsión de una raíz nerviosa o
revela la protrusión anormal del disco lesiones medulares. (Esto también puede
herniado hacia la médula espinal, raíz ocurrir en lesiones del plexo o nervios
nerviosa o cauda equina dependiente del periféricos.) Es importante examinar los
nivel afectado. músculos representantes de cada nivel
2. Mielograma, que es una prueba en la neurológico (miotomo) para tener una
que se inyecta medio de contraste en el valoración completa (tabla 1-1).
Motora
DELTOIDES BÍCEPS EXTENSORES DE FLEXORES DE
C5 C5, C6 LA MUÑECA C6 LA MUÑECA C7
Reflejo
BÍCEPS C5 BRAQUIORRADIAL TRÍCEPS C7
C6
Sensibilidad
C5
FIGURA 1-44 Hernia discal entre las vértebras C4 y C5 que afecta la raíz nerviosa C5.
Motora
DELTOIDES BÍCEPS EXTENSORES FLEXORES DE
C5 C5, C6 DE LA MUÑECA LA MUÑECA
C6 C7
Reflejo
BÍCEPS BRAQUIORRADIAL TRÍCEPS
C5 C6 C7
C5
C6
Sensibilidad
C6
FIGURA 1-45 Hernia discal entre las vértebras C5 y C6 que afecta la raíz nerviosa C6. Este es el nivel
más frecuente de presentar hernia discal en la columna cervical.
(latigazo) o torsión (fi . 1-51A, B). La lesión lógico se debe examinar la integridad de los
resultante puede estirar una raíz nerviosa de niveles neurológicos que se distribuyen en las
manera individual, causar un pinzamiento de extremidades superiores. En cada visita del
raíz nerviosa con un osteofito o producir una paciente debe repetirse la prueba neurológica,
hernia discal. Los pacientes con lesión neu- ya que una lesión que al principio permanece
rológica se quejan de dolor cervical ref erido latente, puede manifestarse después. Hay que
hacia el borde medial de la escápula con irra- observar que también ocurre lo contrario: al-
diación por el brazo en grado variable, además gunas personas que se hospitalizaron para tra-
de entumecimiento y debilidad muscular en la tamiento de problemas neurológicos pueden
extremidad. Sin embargo, es posible que una mostrar mejoría de la fuerza muscular, recupe-
lesión así sólo estire los músculos posteriores o ración de un reflejo o de la sensibilidad normal
anteriores del cuello, lo que causa dolor cervi- en el dermatoma afectado.
cal similar con irradiación al hombro y borde Muchos pacientes aún se quejan de dolor
medial de la escápula. cervical seis meses a un año después de la le-
Para distinguir entre una lesión generali- sión, sin evidencia de patología neurológica
zada del tejido blando sin compromiso neu- o hallazgos objetivos en la MRI. El médico
rológico y una lesión con compromiso neuro- debe tener la confian a, a pesar de la presión
Motora
DELTOIDES BÍCEPS EXTENSORES FLEXORES DE
C5 C5, C6 DE LA MUÑECA LA MUÑECA
C6 C7
Reflejo
BÍCEPS BRAQUIORRADIAL TRÍCEPS
C5 C6 C7
C6
C7
Sensibilidad
C7
FIGURA 1-46 Hernia discal entre las vértebras C6 y C7 que afecta la raíz nerviosa C7.
del paciente, de continuar el tratamiento con- apófisis unciformes u osteoartritis pueden inva-
servador (no quirúrgico), en el entendido de dir el orificio neural y comprimir directamente
que es posible que el paciente tenga una lesión la salida de la raíz nerviosa, o limitar el espacio
permanente de los tejidos blandos sin involu- en el que ésta pueda moverse (fi . 1-53).
crar las raíces nerviosas primarias anteriores ni El orificio neural y el osteofito de las apófi-
los discos intervertebrales cervicales. sis unciformes pueden verse en una radiogra-
fía (fi . 1-54). Hay que observar que las raíces
Las apófisis unci ormes (o apófisis nerviosas emergen en un ángulo de 45° de la
médula y el cuerpo vertebral, el mismo ángulo
uncinadas) y la osteoartritis
que existe entre el agujero neural y el cuerpo
Las apófisis uncif ormes (apóf isis uncinadas) vertebral. Un osteofito de las apófisis uncifor-
son dos crestas o apófisis de hueso que se ori- mes tiene poca importancia clínica, a menos
ginan en la superf icie lateral superior de las que se acompañe de síntomas. Los problemas
vértebras cervicales. Ayudan a estabilizar las clínicos pueden surgir después de un accidente
vértebras de manera individual y participan en de tránsito, cuando un paciente con un orifici
la conformación de los forámenes de conjun- neural estrecho suf re una tensión excesiva en
ción u orificios neurales (fi . 1-52). Los osteo- la raíz nerviosa que pasa a través de él debido
f itos por crecimiento de hueso a nivel de las a la extensión/flexi n extrema de la cabeza y
Reflejo
BÍCEPS BRAQUIORRADIAL TRÍCEPS
C5 C6 C7
C7
Sensibilidad
T1
C7
FIGURA 1-47 Hernia discal entre las vértebras C7 y T1 que afecta la raíz nerviosa C8.
cuello, y el consecuente edema reactivo de la Cuando hay más movimiento, existe ma-
raíz nerviosa. Hay que observar que en la ra- yor probabilidad de lesión, y el crecimiento de
diograf ía el orif icio reducido con f recuencia los procesos uncinados secundarios a osteoar-
parece una figu a en 8, configu ación que no tritis es más frecuente en el nivel C5-C6.
deja espacio para la inflam ción postraumá-
tica del nervio y causa dolor. Es natural que Prueba de Spurling
haya dolor y hallazgos neurológicos en la dis- La prueba de compresión de la columna cervical
tribución neural af ectada en la extremidad determina si el dolor del paciente se intensifi a
superior. Por ejemplo, un traumatismo que cuando se comprime la columna cervical. El
af ecte la raíz C6 puede causar disminución dolor causado por estrechamiento del agujero
de la sensibilidad en la parte lateral del ante- neural, presión sobre las articulaciones facetarias
brazo, debilidad muscular de los extensores de o espasmo muscular puede intensifi arse con la
la muñeca y ausencia del reflejo braquiorradial compresión. La prueba de compresión también
(fi . 1-40). Sin embargo, también es posible reproduce de manera confiable el dolor referido
que el único síntoma mencionado sea el do- por la extremidad superior desde la columna
lor en el ángulo superomedial y borde medial cervical; al hacerlo, puede ayudar a localizar el
de la escápula. nivel neurológico del trastorno existente.
Motora
DELTOIDES BÍCEPS EXTENSORES FLEXORES DE
C5 C5, C6 DE LA MUÑECA LA MUÑECA
C6 C7
Reflejo
BÍCEPS BRAQUIORRADIAL TRÍCEPS
C5 C6 C7
T1
T2
Sensibilidad
T1
FIGURA 1-48 Hernia discal entre las vértebras T1 y T2 que afecta la raíz nerviosa T1.
Es inusual encontrar una hernia discal en esta zona.
FIGURA 1-49 MRI: disco herniado en C5-C6. FIGURA 1-50 Prueba de Valsalva.
A B
FIGURA 1-51A, B Lesión de la columna cervical por latigazo.
Apófisis espinosa
Médula espinal
Lámina
Raíz nerviosa
Apófisis unciforme
Faceta (apófisis uncinada)
Nervio espinal
Masa lateral
Cuerpo
Tubérculo
posterior
Agujero Tubérculo
transversal anterior
Apófisis
transversal
Osteoartritis
de la apófisis
unciforme
C5
Las enfermedades que afectan la médula espi- T12 (L1), con la cicatriz umbilical dividiendo
nal y la cola de caballo (cauda equina), como el punto entre T10 y T11.
las hernias de disco, tumores o avulsión de raí- El signo de Beevor (fi . 2-1) valora la in-
ces nerviosas a menudo se manifiestan en las tegridad de la inervación segmentaria de los
extremidades inf eriores. La comprensión de músculos rectos del abdomen. Se pide al pa-
las relaciones clínicas entre diversos múscu- ciente que realice un abdominal. Mientras el
los, reflejos y áreas sensitivas en las extremi- paciente lo realiza, se observa la cicatriz um-
dades inf eriores y sus niveles neurológicos bilical. En condiciones normales, no debería
(niveles medulares) son de particular utilidad moverse en lo absoluto cuando se realiza la
para detectar y ubicar problemas vertebrales maniobra. Sin embargo, si la cicatriz umbilical
con mayor precisión y facilidad. se desplaza hacia arriba o hacia abajo o bien,
Para hacer más claras las relaciones entre hacia alguno de los lados, podría sugerirse po-
la columna vertebral y las extremidades in- sible afección asimétrica de los músculos abdo-
f eriores, la exploración neurológica de la co- minales anteriores. Las lesiones de la médula
lumna vertebral lumbar se divide en pruebas espinal o de las raíces entre T10 y T12 cau-
de cada nivel neurológico y sus dermatomas y san debilidad de la parte inferior del múscu-
miotomas. Así, por cada nivel neurológico de lo y, por tanto, un signo de Beevor positivo
la médula espinal baja, se realizan pruebas
de músculos, reflejos y áreas sensitivas que con
mayor claridad reciben dicha inervación.
L1
L2
L3
Iliopsoas
(T12), L1-L3
L2
L3
L4
L2
L3
L4
Aductor corto
Nervio obturador Aductor largo
Aductor mayor
L2-L4
A
T10
T11
T12
L1
S2
S3
L2
L3
L5
L4
L3
L4
L5
S1
S1 L5 L4
L4
Nervio
L5 musculocutáneo
Nervio tibial
A
B
FIGURA 2-11A L4, L5: inversión del pie.
FIGURA 2-11B Tibial anterior.
Origen: Cóndilo lateral de la tibia, dos tercios superiores de la superficie a terolateral de la tibia,
membrana interósea.
Inserción: Superficies medial y pla tar del hueso cuneiforme medial, base del primer metatarsiano.
Para valorar manualmente el músculo ti- las células del asta anterior, el reflejo puede
bial anterior, se pide al paciente que se siente estar totalmente ausente.
en el borde de la mesa de exploración. Se apoya Para valorar el reflejo del tendón rotuliano,
la porción inferior de la pierna y se coloca el se pide al paciente que se siente en el borde
pulgar en una posición que hace que perma- de la mesa de exploración con las piernas col-
nezca el pie en dorsif lexi n e inversión para gando (el paciente también puede sentarse en
alcanzarlo. Se trata de f orzar el pie a f lexi n una silla con una pierna cruzada sobre su ro-
plantar y eversión al presionar contra la cabeza dilla o, si el paciente se encuentra encamado,
y diáfisis del primer metatarsiano; se palpa el con la rodilla apoyada en unos cuantos grados
músculo tibial anterior conforme se realiza la de flexi n) (fi . 2-13). En estas posiciones, el
prueba (fi . 2-12). tendón inf rarrotuliano se estira y se prepara.
Se palpa la depresión de tejidos blandos a cada
Valoración de los refl jos lado del tendón para ubicarlo con precisión y
Refl jo del tendón rotuliano: El reflejo del ten- se intenta desencadenar el reflejo al golpear el
dón rotuliano es un reflejo osteotendinoso tendón al nivel de la articulación de la rodilla
profundo, mediado a través de los nervios que con un movimiento corto y dirigido de la mu-
emanan de las raíces nerviosas L2-L4 (predo- ñeca. Si es difícil obtener el reflej , se refuerza
minantemente L4). Para aplicaciones clínicas, pidiendo al paciente que sujete sus manos y
el reflejo del tendón rotuliano debe conside- que intente separarlas conf orme se golpea el
rarse como un reflejo de L4; sin embargo, tendón. A esto se le conoce como la manio-
como recibe inervación de L2 y L3 y también bra de Jendrassik. Evita que el paciente inhiba
de L4, el reflejo aún estará presente, aunque o inf luya conscientemente su respuesta a la
significativamente debilitado, incluso si la raíz prueba de ref lej . Se repite el procedimiento
nerviosa L4 se encuentra lesionada por com- en la pierna opuesta y se clasifi a reflejo como
pleto. Este reflejo casi nunca está totalmente normal, incrementado, disminuido o ausente.
ausente. Sin embargo, en enfermedades mus- Para recordar el nivel neurológico del reflej ,
culares primarias, de las raíces nerviosas o de asóciese el hecho de que cuatro músculos
constituyen el cuádriceps y a L4 con el reflejo
rotuliano (fi . 2-14).
Cresta tibial
Pruebas sensitivas
El dermatoma L4 cubre el borde interno de
la pierna y se extiende hacia el borde interno
del pie. La articulación de la rodilla es la línea
divisoria entre el dermatoma L3 por arriba y
el dermatoma L4 por debajo. En la pierna, el
borde agudo de la tibia es la línea divisoria L5
Nivel neurológico L5
FIGURA 2-15 Dermatomas sensitivos L4 y L5.
Pruebas musculares (fig . 2-16 a 2-18)
1. Extensor largo del hallux (dedo gordo). rán valorando los extensores corto y largo del
2. Extensores largo y corto de los dedos. hallux; es necesario asegurarse que se aplica
3. Glúteo medio. resistencia en sentido distal a la articulación
Extensor largo del dedo gordo: L5 (rama pro- interf alángica de forma que sólo se valore el
funda del nervio peroneo): El tendón del múscu- extensor largo del hallux. Obsérvese que una
lo extensor largo del hallux pasa f rente a la fractura del primer ortejo u otro traumatismo
articulación del tobillo, por fuera del músculo reciente producirá debilidad muscular aparen-
tibial anterior, que recibe inervación predo- te en el extensor largo del hallux.
minante de L4. Se valora su funcionalidad al
pedir al paciente que camine sobre sus talo- L3
L4
Nervio
L5 musculocutáneo
Músculo tibial
anterior
L4
Nervio ciático
Músculo extensor
poplíteo largo de los dedos
externo Nervio L5
tibial Músculo extensor
anterior largo del hallux
L5
Nervio ciático
Nervio tibial
FIGURA 2-17 L4, L5: dorsiflexión del pie (e tensión del tobillo).
Extensores largo y corto de los dedos: L5 extensor largo del hallux debe resaltar sobre
(nervio tibial anterior): Se valora el f uncio- el dorso del pie, cruzando frente a la mortaja
namiento del extensor largo de los dedos al del tobillo y se separa para insertarse median-
pedir el paciente que camine sobre sus talo- te pequeños haces en la superficie dorsal de
nes, de la misma f orma en que lo hizo para las falanges media y distal de los cuatro dedos
el extensor largo del hallux. El tendón del laterales.
Pruebas sensitivas
C El dermatoma L5 abarca la porción externa
FIGURA 2-19C Forma fácil de recordar que de la pierna y el dorso del pie. La cresta de la
los extensores de los dedos de los pies reciben tibia divide L5 de L4. Para hacer más clara
inervación del nivel neurológico L5. la dif erenciación entre L4 y L5, se palpa la
L4
L5
S1 Músculo glúteo
medio
L5
Nervio glúteo
superficial
L3
L4
L5
S1
S1 L5 L4
FIGURA 2-21B (continuación) Valoración del FIGURA 2-22 Nivel neurológico S1.
músculo glúteo medio.
Músculos peroneos largo y corto: S1 (nervio hacerse prominentes justo conforme rodean el
musculocutáneo): Los músculos peroneos pue- maléolo externo, pasan a cada lado del borde
den valorarse funcionalmente en conjunto (figs. del tubérculo peroneo (el peroneo corto por
2-22 y 2-23). Como son músculos que causan arriba, el peroneo largo por abajo) y transcu-
la eversión del tobillo y pie, se pide al paciente rren hasta sus inserciones respectivas.
que camine sobre el borde interno de los pies. Para la valoración manual de los músculos
Los tendones de los músculos peroneos deben peroneos, se pide al paciente que se siente so-
L5
S1
Nervio
musculocutáneo
S2 Músculos
peroneos largo
Nervio ciático y corto S1
poplíteo
externo Nervio
tibial
anterior
Nervio ciático
Nervio tibial
Peroneo largo
Peroneo largo
A
B
FIGURA 2-24A Peroneo largo.
FIGURA 2-24B Valoración de los músculos
Origen: Cabeza y dos tercios proximales de la peroneos.
superficie l teral del peroné.
Inserción: Borde lateral del hueso cuneiforme
medial, base del primer metatarsiano.
Músculos gastrocnemio y sóleo: S1, S2 (nervio
tibial): Como el grupo muscular de los gastroc-
Peroneo corto. nemios-sóleo es más f uerte que los músculos
Origen: Dos tercios distales de la superficie combinados de brazo y antebrazo, es dif ícil
lateral del peroné, tabique intramuscular detectar debilidad leve; por tanto, como gru-
adyacente. po, es una mala elección para realizar prue-
Inserción: Apófisis estiloides de la base del bas musculares manuales y debe observarse
quinto metatarsiano. su función en conjunto (fig. 2-25). Se pide al
paciente que camine de puntas sobre los de-
bre el borde de la mesa de exploración. Se fija dos de los pies; si existe debilidad muscular
el tobillo y se estabiliza el calcáneo mientras marcada el paciente será incapaz de realizar
se coloca la mano contraria en una posición dicha actividad. Si la prueba es normal, se le
que f uerce al paciente a la f lexi n plantar y pide que brinque sobre la parte anterior del
eversión del pie para alcanzarlo con su quinto pie, uno a la vez, forzando los músculos de la
dedo del pie. Se realiza oposición a esta flexi n pantorrilla para que apoyen casi dos y media
plantar y eversión al presionar contra la cabeza veces el peso corporal. Si el paciente es inca-
y diáfisis del quinto metatarsiano con la palma paz de realizar esta prueba, existe debilidad
de la mano (fi . 2-24); se evita aplicar presión de los músculos de la pantorrilla (fig. 2-26).
sobre los dedos de los pies, porque éstos po- Es evidente que no es de esperarse que las
drían moverse. personas de edad avanzada o los pacientes con
L5
S1
Nervio
S2 musculocutáneo
Nervio ciático
poplíteo
externo Nervio
tibial Músculos
anterior gastrocnemio,
Nervio ciático
sóleo,
flexor largo de los
dedos, flexor largo
del dedo gordo,
Nervio tibial
tibial posterior
S1
FIGURA 2-25 L5, S1, S2: flexión pla tar del pie (flexión del obillo).
A B C
FIGURA 2-26A Músculo gastrocnemio.
Origen: Extremo interno: del cóndilo medial y la parte adyacente del fémur. Extremo externo: del
cóndilo lateral y de la parte adyacente del fémur.
Inserción: En la superficie pos erior del calcáneo mediante el tendón de calcáneo (tendón de Aquiles).
FIGURA 2-26B Sóleo.
Origen: Superficie pos erior de la cabeza y tercio superior del peroné, poplíteo y tercio medio del
borde medial de la tibia, arco tendinoso entre la tibia y el peroné.
Inserción: En la superficie pos erior del calcáneo mediante el tendón calcáneo.
FIGURA 2-26C Valoración del grupo muscular de los gastrocnemios-sóleo.
lumbalgia realicen la parte f uncional de este prueba, se palpa el músculo glúteo mayor para
examen. A estos pacientes se les pide que se determinar el tono (fig. 2-28).
pongan de pie sobre una pierna y se eleve so-
bre los dedos de los pies en cinco ocasiones Valoración de los refl jos
sucesivas. La incapacidad para completar esta Reflejo del tendón de Aquiles: El reflejo del ten-
prueba indica debilidad de los músculos de la dón de Aquiles es un reflejo osteotendinoso
pantorrilla. profundo mediado por el tríceps sural. Recibe
inervación principalmente de los nervios que
Glúteo mayor: S1 (nervio glúteo inferior): Para emergen del nivel medular S1. Si la raíz S1
valorar la f unción del glúteo mayor, se pide está seccionada, el reflejo del tendón de Aqui-
al paciente que se ponga de pie desde la posi- les estará prácticamente ausente.
ción sentada sin utilizar sus manos (fig. 2-27). Para valorar el reflejo del tendón de Aqui-
Para realizar la prueba de f uerza con mayor les, se pide al paciente que se siente en el borde
precisión, se le pide al paciente que se coloque de la mesa de exploración, con las piernas col-
en decúbito ventral sobre la mesa de explora- gando. Se aplica tensión ligera sobre el tendón
ción con la cadera flexionada sobre el borde y mediante la dorsiflexi n suave del pie. Se co-
con las piernas colgando. Se pide al paciente locan el pulgar y los dedos del explorador en la
que doble su rodilla para relajar los tendones depresión blanda que se encuentra a cada lado
de la corva de forma que no puedan asistir al para ubicar el tendón de Aquiles con presión
glúteo mayor en la extensión de la cadera. Se y se golpea con un martillo de reflejos sobre el
coloca el antebrazo sobre la cresta iliaca para extremo plano para inducir una flexi n plantar
estabilizar la pelvis, dejando la mano libre del súbita e involuntaria del pie (fi . 2-29). Podría
explorador para palpar el músculo glúteo ma- ser de utilidad reforzar el reflejo al pedir al pa-
yor. Se pide al paciente que extienda la cadera. ciente que sujete sus manos e intente separarlas
Se opone resistencia a la extensión de la cade- (o que las presione una contra otra) conforme
ra al hacer presión hacia abajo sobre el borde se golpea al tendón. Para recordar el reflejo S1
posterior del muslo, justo por arriba de la ar- con mayor f acilidad, asóciese el “punto débil
ticulación de la rodilla; conforme se realiza la del tendón de AquileS1” (fi . 2-30).
L5
S1
S2
Glúteo mayor
Nervio glúteo S1
inferior
Glúteo
mayor
S1
FIGURA 2-28B Valoración del músculo glúteo mayor. FIGURA 2-28C Dermatoma S1.
Existen varios métodos alternativos para opuesta de forma que se mueva la articulación
valorar el reflejo del tendón de Aquiles, algu- del tobillo sin obstáculos. Se prepara el tendón
nos de los cuales se describen a continuación. mediante la dorsiflexi n suave del pie con una
Se elige el método apropiado, dependiendo del mano sobre el antepié y se golpea el tendón. Si
estado particular del paciente que se explora. el paciente se encuentra en decúbito ventral en
Si el paciente se encuentra conf in do a la cama, se le pide que flexi ne la rodilla a 90°
una cama, se cruza una pierna sobre la rodilla y se prepara el tendón mediante la dorsiflexi n
Tendón
de Aquiles
suave del pie antes de realizar la prueba. Si la intrínsecos del pie. Aunque no existe una
articulación del tobillo del paciente está hin- forma eficaz de aislar estos músculos para su
chada, o si es muy doloroso golpear el tendón valoración, se deben inspeccionar los dedos
de Aquiles directamente, se pide al paciente de los pies en busca de dedos en garra, po-
que se coloque en decúbito ventral con el to- siblemente causado por desnervación de los
billo sobre el borde de la cama o de la mesa músculos intrínsecos. S2-S4 también son la
de exploración. Se presiona la parte distal de principal inervación motora vesical y los pro-
los dedos contra el antepié para ocasionar dor- blemas neurológicos que af ecten el pie tam-
siflexi n y se golpean los dedos del explorador bién pueden afectar la vejiga.
con el martillo de reflejos Se presenta un re-
flejo positivo si se contrae el músculo gastroc- Valoración de los refl jos
nemio y ocurre flexi n plantar ligera del pie. El No existen reflejos osteotendinosos profundos
explorador debe tener la capacidad de detectar inervados por S2-S4. Sin embargo, existe el
ese movimiento con el empleo de las manos. reflejo anal superficial. Para valorarlo, se toca
la piel perianal; debe contraerse el músculo
Pruebas sensitivas del esf ínter anal (S2-S4) en respuesta a la
El dermatoma S1 abarca el borde externo y estimulación.
una parte de la superficie plantar del pie (fig. Pruebas sensitivas
2-28C).
Los dermatomas alrededor del ano están dis-
puestos en tres anillos concéntricos y reciben
Niveles neurológicos S2-S4 inervación de S2 (el anillo más externo), S3 (el
Los nervios que emergen de los niveles neuro- anillo medio) y S4-S5 (el anillo más interno)
lógicos S2 y S3 dan inervación a los músculos (fig. 2-31).
S2
S3 S4
S5
Extensor Peroneo
Tibial largo
anterior de los
dedos
S1
L4 L5
S1
L5 L4
A L5 L5
S1 L4 L4 S1
B
FIGURA 2-32 Dermatomas sensitivos (A) y (B) métodos prácticos para valorar la sensibilidad a través
del dorso del pie.
NIVELES NEUROLÓGICOS
EN LAS EXTREMIDADES INFERIORES
Motora
L3: cuádriceps (L2-L4)
L4: tibial anterior
L5: extensores de los dedos de los pies
S1: peroneo
Sensibilidad Anillo fibroso anterior Ligamento longitudinal anterior
T12: porción inferior del abdomen, justo proxi-
mal a ligamento inguinal
L1: porción superior del muslo, justo distal a
ligamento inguinal
L2: porción media del muslo
L3: porción distal del muslo
L4: porción medial de la pierna: borde interno
del pie
L5: porción externa de la pierna: dorso del pie
S1: cara externa del pie Anillo fibroso posterior Ligamento longitudinal posterior
S2: banda longitudinal en la cara posterior del
muslo
Reflejo
L4: rotuliano
L5: tibial posterior (difícil de obtener)
S1: tendón de Aquiles
Hernia de disco
vimiento por el examinador y el paciente, si FIGURA 2-33 Bases anatómicas para las hernias
en general se confinan a los pies. Las pruebas lumbares posteriores.
musculares se realizan en el pie, de la cara in-
terna al borde externo; el tibial anterior en el
borde interno del pie recibe inervación de L4, Aplicaciones clínicas
los extensores corto y largo de los dedos de de los niveles neurológicos
los pies en la porción superior del pie reciben
inervación de L5 y los músculos peroneos que Hernias lumbares
se encuentran en el borde externo del pie reci- Los discos lumbares, al igual que los discos
ben inervación de S1. cervicales, suelen herniarse en sentido pos-
La sensibilidad también puede valorarse terior más que anterior y hacia alguno de los
en un patrón continuo a través del dorso del lados más que hacia la línea media; las razo-
pie del borde interno al externo. El borde in- nes anatómicas para cada tipo de hernia son
terno del pie recibe inervación de L4, la por- similares (véase pág. 25) y el disco por lo ge-
ción superior del pie de L5 y el borde externo neral lesiona sólo una de dos raíces nerviosas
del pie de S1 (f i . 2-32). Es práctico valorar en cada nivel (fig. 2-33). El paciente por lo ge-
la sensibilidad en cada extremidad de f orma neral refiere dolor que se irradia a una pierna
simultánea para obtener una comparación ins- o a la otra y rara vez el dolor se irradia a ambas
tantánea. La piel sobre un músculo suele re- piernas en forma simultánea.
cibir inervación del mismo nivel neurológico Obsérvese que existe una relación especial
que el músculo que cubre. entre las raíces nerviosas de la cauda equina y
Los refl jos pueden valorarse también con el espacio de los discos. Antes de salir a través
facilidad. Con el paciente sentado, se valoran del agujero neural, la raíz nerviosa gira en un
con facilidad los tendones apropiados (tendón ángulo aproximado de 45° sobre el pedículo
infrarrotuliano, L4; tendón de Aquiles, S1). de su vértebra. Como el pedículo se ubica en
Pedículo
L3 de L3
L3
L4 Disco L3-L4
Pedículo
de L4
L4
L5
Herniación L4-L5
L5 Pedículo Disco L4-L5
de L5
Pedículo de L5
S1
Raíz nerviosa
de L5
S1
Disco L5-S1
Motora
TIBIAL EXTENSOR PERONEO
ANTERIOR LARGO DE LOS LARGO
L4 DEDOS L5 S1
L3
Reflejos
ROTULIANO TENDÓN
L4 L4 DE AQUILES
S1
Sensibilidad
L4
FIGURA 2-36 Hernia discal entre las vértebras L3 y L4 que afectan la raíz nerviosa L4.
Las articulaciones L4-L5 y L5-S1 tienen el raíz nerviosa en ocasiones podría transportar
mayor arco de movimiento en la columna lum- elementos de raíces nerviosas adyacentes. Así,
bar. El movimiento amplio causa mayor posi- la raíz nerviosa L4 podría contener compo-
bilidad de rotura y la incidencia de hernias de nentes de L3 o L5. Además, una hernia de
disco es mayor en L4-L5 y L5-S1 que en cual- disco puede afectar dos raíces nerviosas. Esto
quier otro espacio de discos lumbares en toda se aplica particularmente al disco L4-L5, que
la columna vertebral. Alrededor de 90% de las podría comprimir no sólo la raíz L5 sino tam-
hernias lumbares ocurren en estos dos niveles. bién la raíz S1, en particular si la herniación
En la tabla 2-1 se delinean las pruebas ocurrió en la línea media. La hernia de disco
aplicables para la mayor parte de los niveles en ocasiones ocurre a más de un nivel, dando
neurológicos relevantes. Se revisan los proble- un patrón neurológico atípico.
mas más críticos para enf ermedades relacio-
nadas con hernias de disco (figs 2-36 a 2-39). Trastornos lumbares en
Aunque la tabla refleja los niveles neuroló- comparación con hernias de disco
gicos precisos, las manifestaciones clínicas po- Los pacientes con f recuencia desarrollan
drían no ser tan claras. Las razones para esta “lumbalgia” después de levantar objetos pesa-
discrepancia son numerosas. Por ejemplo, una dos o de caídas o bien, después de accidentes
Motora
TIBIAL EXTENSOR PERONEO
ANTERIOR LARGO DE LOS LARGO
L4 DEDOS L5 S1
L3
Reflejos
REFLEJOS TENDÓN
L4 ROTULIANO DE AQUILES
L4 S1
L5
Sensibilidad
L5
FIGURA 2-37 Hernia discal entre las vértebras L4 y L5 que afectan la raíz nerviosa L5. Éste es el
segundo nivel más común de hernia discal lumbar.
Motora
TIBIAL EXTENSOR PERONEO
ANTERIOR LARGO DE LOS LARGO
L4 DEDOS L5 S1
L3
Reflejos
REFLEJOS TENDÓN
L4 ROTULIANO L4 DE AQUILES
S1
L5
Sensibilidad
S1
S1
FIGURA 2-38 Hernia discal entre las vértebras L5 y S1 que afecta la raíz nerviosa S1. Éste es el nivel
más común de hernia discal lumbar.
Apófisis
Apófisis transversa
articular superior
Pedículo
Pars
articularis
Apófisis
articular inferior
magnética nuclear como parte de la valoración conoce como espondilolistesis. Aunque aún se
diagnóstica. Pero el juicio clínico, con base en desconoce la causa del def ecto de la porción
la exploración f ísica del paciente, más a me- interarticular, a menudo se cree que puede ser
nudo permitirá establecer el diagnóstico neu- consecuencia de una f ractura por carga re-
rológico apropiado y prescribir el tratamiento petida. A causa de la f recuencia de la espon-
correcto. dilolistesis L5-S1 con af ección de las raíces
nerviosas L5-S1, los tendones de la corva, que
Espondilólisis y espondilolistesis reciben inervación medial por L5 y lateral por
La espondilólisis se refiere a una zona de lisis S1 pueden suf rir espasmo. La sensibilidad y
que cruza la porción interarticular, entre las los reflejos permanecen normales, a menos que
carillas articulares superior e inf erior o, con una hernia de disco esté asociada. En ocasiones
mayor precisión, el punto en el cual la cari- puede ocurrir espondilolistesis incluso con una
lla articular inferior se acerca al pedículo (fig. porción interarticular intacta en pacientes con
2-40). Como consecuencia de este trastorno, artritis degenerativa. Sin embargo, esto es muy
la vértebra af ectada puede deslizarse hacia el inusual.
f rente sobre la vértebra inmediatamente infe- El grado de deslizamiento hacia delante se
rior a ella. Este deslizamiento hacia el frente se mide clínicamente por la relación de la vér-
Apófisis
articular superior
Apófisis
transversa
Pars
articularis Espondilólisis
(porción
Apófisis interarticular)
articular
inferior
Pedículo, “ojo”
(sombra radiográfica)
FIGURA 2-41 Esquema de una radiografía oblicua de la columna lumbar, que muestra el aspecto
característico de “perro escocés” de sus elementos posteriores. Obsérvese el defecto en la pars
articularis (porción interarticular) con aspecto de un collar alrededor del cuello del perro.
Dorsal
en un área) y puede saltarse niveles, deján- de pie caído. Si las células del asta anterior del
dolos exentos de la alteración. Esto ocasiona quinto nivel lumbar se encuentran af ectadas,
un grado menor de af ección muscular por puede ocurrir debilidad del músculo glúteo
aquellos músculos que reciben inervación por medio, de los tendones de la corva mediales
varias capas. Por ejemplo, el músculo cuádri- y de los extensores de los dedos de los pies. Si
ceps, que reciben inervación de L2 a L4, no las células del asta anterior del nivel S1 se ven
experimenta debilidad signif i ativa a menos afectadas, entonces puede haber debilidad del
que se af ecte 50% de las células del asta an- músculo glúteo mayor, de los tendones de la
terior de los tres niveles mencionados. Por el corva laterales y de los músculos peroneos y de
contrario, el músculo tibial anterior, que recibe la pantorrilla.
inervación principalmente de L4, que af ecta A través de la vacunación, la poliomielitis
50% de las células del asta anterior de dicho ha sido prácticamente erradicada como causa
nivel, causa un problema relativamente común de un problema grave.
Lesiones de la
médula espinal por
nivel neurológico
Las lesiones agudas que ocasionan tetraplejía o cuadraplejía y paraplejía presen-
tan grandes problemas para el diagnóstico temprano del nivel de afección neural
y para el pronóstico de función a futuro. En la sociedad actual, donde ocurren
eventos debilitantes, incluidas guerras, accidentes automovilísticos e industria-
les, y deportes de contacto, estos trastornos son comunes y existe la necesidad de
un sistema conciso para la exploración neurológica temprana. Las enfermedades
traumáticas de cualquier tipo que afectan la columna vertebral y médula espinal
deben diagnosticarse de inmediato y deben tratarse con precisión y rapidez. El
aspecto fundamental para el tratamiento de las lesiones de la columna vertebral
es la protección inmediata de la médula espinal, incluso si no se realiza una
exploración inmediata. Sin protección inmediata, las lesiones incompletas de
la médula espinal pueden progresar a lesiones completas y pueden perderse por
completo las raíces nerviosas con lesión parcial.
Las lesiones de la médula espinal pueden ocurrir a cualquier nivel. Cada
nivel en el cual ocurra una lesión representa un problema especial: las lesiones
agudas de la columna cervical pueden ocasionar la muerte o tetraplejía; las lesio-
nes de la columna torácica pueden ocasionar paraplejía espástica y las lesiones
en la columna lumbar (lesiones de la cola de caballo) pueden ocasionar grados
variables de parálisis fl cida de las extremidades inferiores. La revisión que se
presenta a continuación toma en consideración estas tres zonas con métodos de
exploración que ayudan establecer el nivel preciso de afección neural.
x x
EXTENSORES FLEXORES
x x
INTERÓSEOS
DE LOS DEDOS DE LOS DEDOS T1
C7 C8
C3 x x x
C4 REFLEJOS
BÍCEPS
C5
x SUPINADOR
LARGO
C6 x TRÍCEPS
C7
x
SENSIBILIDAD
T1
T2 C8
RESPIRACIÓN C4
C5
C7
C6
Apoyo respiratorio
permanente
MOTORA
DELTOIDES BÍCEPS EXTENSORES FLEXORES
C5 C5, C6 DE LA MUÑECA DE LA MUÑECA
C6 C7
x x
EXTENSORES FLEXORES
x x
INTERÓSEOS
DE LOS DEDOS DE LOS DEDOS T1
C7 C8
x x x
REFLEJOS
x x x
C4
BÍCEPS SUPINADOR TRÍCEPS
C5 LARGO C7
C3 C6
SENSIBILIDAD
T1
T2 C8
C7
C4
C5 C6
MOTORA
DELTOIDES BÍCEPS EXTENSORES FLEXORES
C5 C5, C6 DE LA MUÑECA DE LA MUÑECA
C6 C7
EXTENSORES FLEXORES
x x
INTERÓSEOS
DE LOS DEDOS DE LOS DEDOS T1
C7 C8
x x x
REFLEJOS
C5
BÍCEPS
C5
SUPINADOR
LARGO
C6 x TRÍCEPS
C7
x
C6
SENSIBILIDAD
T1
T2 C8
C4 C7
C5 C6
espinal que contribuye a la formación del ple- La sensibilidad es normal sobre la porción
xo braquial, las extremidades superiores ten- anterior del tórax y sobre la cara lateral de los
drán cierta función (fi . 3-3). brazos desde el hombro hasta el pliegue del
codo.
Función motora
El músculo deltoides y una parte del músculo Refl jos
bíceps se encuentran funcionales. El paciente Como el reflejo bicipital está mediado princi-
es capaz de realizar abducción, flexi n y exten- palmente a través de C5, podría encontrarse
sión de los hombros, así como cierta f lexi n normal o ligeramente disminuido. Conforme
de los codos. Sin embargo, estos movimientos cede el choque medular y se restablecen los
son débiles porque los músculos que controlan elementos de C6, podría existir hiperreflexia
estos movimientos por lo general tienen parti-
cipación de la raíz nerviosa C6. El paciente no Nivel neurológico C6
puede impulsar apropiadamente una silla de (C6 intacto)
ruedas por sí mismo y su reserva respiratoria La af ección se encuentra al nivel esquelético
es baja. C6-C7 (fi . 3-4).
MOTORA
DELTOIDES BÍCEPS EXTENSORES FLEXORES
C5 C5, C6 DE LA MUÑECA DE LA MUÑECA
C6 C7
EXTENSORES FLEXORES
x x
INTERÓSEOS
DE LOS DEDOS DE LOS DEDOS T1
C7 C8
x x x
REFLEJOS
BÍCEPS
C5
SUPINADOR
LARGO
C6 x TRÍCEPS
C7
x
C6
C7
SENSIBILIDAD
T1
T2 C8
C7
C4
C5 C6
MOTORA
DELTOIDES BÍCEPS EXTENSORES FLEXORES
C5 C5, C6 DE LA MUÑECA DE LA MUÑECA
C6 C7
x x
REFLEJOS
BÍCEPS SUPINADOR TRÍCEPS
C5 LARGO C7
C6
C7
T1
SENSIBILIDAD
T1
T2 C8
C4 C7
C5 C6
MOTORA
DELTOIDES BÍCEPS EXTENSORES FLEXORES
C5 C5, C6 DE LA MUÑECA DE LA MUÑECA
C6 C7
x
REFLEJOS
BÍCEPS SUPINADOR TRÍCEPS
C5 LARGO C7
C6
C8
T1
SENSIBILIDAD
T1
T2 C8
C4 C5 C6 C7
de pellizco con los dedos pulgar, índice y me- Nivel neurológico T1 (T1 intacto)
dio se encuentran intactos. Es difícil la suje-
La afección ocurre al nivel esquelético T2-T3.
ción porque hay mano en garra.
Función motora
Sensibilidad
La afección al nivel neurológico T1 ocasiona
La cara lateral de la extremidad superior y la paraplejía. La extremidad superior se encuen-
totalidad de la mano tienen sensibilidad nor- tra completamente f uncional. La inervación
mal. La sensibilidad del borde interno del an- por el plexo braquial se encuentra intacta (C5-
tebrazo es normal en varios centímetros por T1), mientras que la extremidad inf erior se
debajo del codo. encuentra paralizada de manera parcial o total,
lo que depende del grado de lesión de la mé-
Refl jos dula espinal a dicho nivel. El paciente puede
Todos los reflejos de las extremidades superio- deambular en diversas formas con el uso de los
res se encuentran intactos. soportes correctos, pero la silla de ruedas es el
Ligamento
longitudinal
anterior
A B
FIGURA 3-19 A, B En la luxación unilateral de las carillas articulares existe una luxación inferior
a 50% del cuerpo vertebral en sentido anterior.
A B
FIGURA 3-20 Luxación unilateral de las carillas FIGURA 3-21 A, B Luxación bilateral de las
articulares. Luxación anterior grado I del cuerpo carillas articulares que ocasiona una luxación
vertebral. anterior mayor de 50% del cuerpo vertebral.
FIGURA 3-23 Los hallazgos por lesión completa dependen de la configu ación anatómica de la
destrucción del tejido neural en un nivel en particular.
T12
L1
L2
L3
Iliopsoas
1
2
3
4
5
Raíces
lumbares
S1, prueba de flexión
del primer dedo
Raíces
sacras
estas tres áreas ofrece una evidencia válida del causa espasticidad local y clonus. Por tanto,
grado de conservación sacra y la posibilidad los reflejos tendinosos profundos que estaban
de retorno funcional (fi . 4-6). ausentes al principio pueden volverse hiper-
activos a medida que se desvanece el choque
Flacidez y espasticidad espinal. Tal espasticidad puede servir para au-
Justo después de cualquier traumatismo que mentar la función; por ejemplo, para ayudar a
cause tetraplejía o paraplejía, la médula espi- vaciar la vejiga y el intestino.
nal experimenta un choque, lo que produce
pérdida de ref lejos inervados por la porción Pronóstico de la función ambulatoria
distal de la médula al sitio de la lesión. El re- Cuando las lesiones torácicas son completas,
sultado directo del choque espinal es que los generan problemas similares, al margen del
músculos inervados por la parte traumatizada nivel del compromiso. Como la médula torá-
de la médula y la inferior a la lesión, así como cica no aporta inervación a ninguna extremi-
la vejiga, se vuelven fl cidos. El choque espinal dad, una lesión torácica completa en cualquier
desaparece entre 24 h y tres meses después de nivel deja al paciente parapléjico. La principal
la lesión, y la espasticidad sustituye a la fl cidez consideración diagnóstica para identif i ar el
en algunos o todos estos músculos. La espasti- nivel neurológico es la inervación sensitiva del
cidad ocurre porque el arco reflejo del músculo tronco y, en menor medida, la inervación de
conserva la integridad anatómica a pesar de la la musculatura abdominal. Para hacer un pro-
pérdida de la inervación y control cerebrales a nóstico del desempeño futuro del paciente, es
través de los tractos largos. Durante el choque importante valorar la función de los músculos
espinal, el arco no f unciona, pero conf orme abdominales y paraespinales con inervación
la médula se recupera del choque, el arco re- segmentaria que ayudan al equilibrio para
f lejo comienza a f uncionar sin los impulsos sentarse, ponerse de pie y caminar durante la
inhibidores o reguladores del cerebro, lo que rehabilitación.
T1-T8: En general, un paciente con paraplejía ángulo entre las articulaciones facetarias de T12
con una lesión en cualquier nivel de T1 a T8 y L1 está en el plano sagital, lo que permite más
puede ser independiente en todas las actividades f lexi n que la alineación f rontal de las articu-
con silla de ruedas, en tanto que los movimien- laciones torácicas. Muchas de las otras vérte-
tos más complejos, como levantarse del piso y bras torácicas tienen mayor restricción para el
subir aceras con una silla de ruedas, son más movimiento por la caja costal. Esta mayor con-
difíciles para aquéllos con lesiones de T1 a T4. centración de movimiento en las articulaciones
T12-L1 genera un punto de estrés y mayor pro-
T6: Un paciente con paraplejía T6 conserva la
babilidad de f ractura, con una mayor posibili-
función muscular completa de las extremida-
dad de paraplejía consecuente (véase fi . 4-15).
des superiores y tórax, y puede estabilizarse
Hay que observar que en este nivel hay poco
contra el cinturón pectoral.
espacio en el conducto medular; es casi seguro
T9-T12: Un paciente con paraplejía con lesión que cualquier luxación vertebral cause proble-
de T9 a T12 puede caminar de manera inde- mas neurológicos debido a la presión directa en
pendiente con férulas o abrazaderas largas en la médula. La flexi n y rotación extremas son la
las piernas y muletas. causa de la fractura-luxación de la columna to-
L1-L3: Un paciente con paraplejía con una le- rácica, y casi siempre causa paraplejía.
sión de L1 a L3 y estabilidad pélvica puede Pronóstico de la función vesical e intestinal
deambular con abrazaderas largas en las pier-
La restauración de la función útil de la vejiga y
nas y muletas de antebrazo, si lo desea.
el intestino, lo que signifi a que el paciente no
L4-S2: Un paciente con paraplejía con una necesite catéter, es crucial para los individuos
lesión de L4 a S2 puede llevar una vida inde- tetrapléjicos y parapléjicos. Una vejiga que
pendiente de la silla de ruedas con abrazade- debe vaciarse con regularidad mediante un ca-
ras cortas para las piernas y muletas de ante- téter está sujeta a infecciones repetidas y dis-
brazo. El paciente es del todo independiente ref lexia autonómica excesiva (causada por la
para todas las actividades. distensión vesical, entre otros estímulos peri-
Si bien la paraplejía puede ser resultado de féricos), lo que causa hipertensión paroxística,
una lesión situada en cualquier parte de T1 a bradicardia y transpiración no termorregu-
L1, el sitio de daño más frecuente es entre T12 ladora. La evaluación de la magnitud de la
y L1. Las articulaciones facetarias entre T12 y conservación sacra puede dar indicios sobre el
L1 son de naturaleza lumbar y están dirigidas a posible retorno de la función. Por lo general,
los lados, en tanto que las situadas entre las otras cuando la inervación vesical y sus mecanismos
vértebras del tórax son de naturaleza torácica y centrales permanecen intactos, la función de la
tienen dirección vertical (fi . 4-7). Por tanto, el micción se normaliza con rapidez. Si sólo hay
T 10 T 10
T 11 T 11
Articulación facetaria
T11-T12
T 12 T 12
Articulación facetaria
T12-L1
L 1 L 1
FIGURA 4-7 Diferencias en la
L 2 anatomía articular facetaria de la
L 2
columna torácica y la lumbar.
un trastorno parcial de la función, la alteración fínter anal) (fig. 4-8) pueden estar presentes, e
neurógena residual puede restaurarse hasta indican que la inervación refleja de la vejiga y
conseguir la recuperación de la f unción con el intestino se encuentra intacta. Puede espe-
bastante rapidez mediante el reentrenamiento. rarse que la vejiga se contraiga en forma refleja
y el intestino se vacíe por un reflejo inducido
Lesiones incompletas: Una lesión incompleta
con un enema rectal o con un supositorio de
puede afectar la vejiga y el intestino en varias
glicerina.
f ormas. Si hay flexión voluntaria del primer
Es raro que todos los reflejos permanezcan
dedo del pie, la sensibilidad perianal se con-
ausentes después del periodo inicial de choque
serva intacta y hay contracción voluntaria del
espinal, lo que causaría atonía vesical, estreñi-
músculo del esfínter anal, es probable que se
miento e íleo. Durante el periodo atónico, la
encuentre íntegra toda la inervación sacra de
vejiga no puede contraerse por acción refleja y
la vejiga y el intestino, y que se recupere la
debe cateterizarse o vaciarse por presión ma-
f unción vesical e intestinal, casi siempre en
nual de la parte baja del abdomen. Para vaciar
unos cuantos días (fig. 4-6).
el intestino se necesitan enemas, además de
Si la sensibilidad perianal es normal y no
evacuación o ayuda manual, si las heces son
hay contracción voluntaria del esfínter anal, es
espesas. A medida que pasa la fase atónica, la
probable que los segmentos sacros hayan su-
vejiga empieza a contraerse de manera refleja y
frido daño parcial (conservación sacra parcial);
puede entrenarse al paciente para que la vacíe
puede haber sólo una recuperación parcial de
aprovechando esta acción refleja (condiciona-
la función vesical e intestinal.
miento vesical).
Lesión completa: Una lesión completa sin con-
servación sacra tiene repercusiones importan- Hernias discales torácicas
tes en las funciones de la vejiga y el intestino. La columna torácica tiene la ventaja de la
Primero, la flexión voluntaria del primer dedo inserción con las costillas y la placa esternal,
del pie, la sensibilidad perianal y el control que inmovilizan las vértebras y les dan ma-
voluntario del esf ínter están ausentes, lo que yor estabilidad. Al haber menos movimiento
indica pérdida permanente del control central existe una menor probabilidad de hernia dis-
de la función vesical e intestinal. Segundo, el cal o fractura, con los problemas neurológicos
reflejo del esfínter perianal (contracción anal) consecuentes. Por tanto, los discos torácicos
y el reflejo bulbocavernoso (en el que la expre- herniados son raros, en comparación con los
sión del glande induce una contracción del es- discos cervicales y lumbares herniados.
FIGURA 4-8 Reflejo bulboc vernoso. FIGURA 4-9 Disco torácico herniado.
Espacio palpable
Sensibilidad
L1 L2
L1 L1
L2 L3
L2
L2
Ausente
L3
L3
Ausente
L4
L4
L5
L5
L3 Funcional
L4 No funcional
T12 T12
L1 L1
L2 L2
L3 L3
L4 L4
L5 L5
S1 S1 Iliopsoas
S2 S2
S3 S3
S4 S4
S5 S5
Aductores
T12 T12
L1 L1
L2 L2
L3 L3
L4 L4
L5 L5
S1 S1
S2 S2
S3 S3
S4 Cuádriceps S4
S5
S5
Pie y tobillo
B laxos
L3 Sensibilidad Reflejos
L4
L4 L3 Disminuido
L4
e
S1
nt
se
Au
S1 L5
Vejiga Ano
S2-S4
No funcional
(abierto)
No funcional
FIGURA 5-4 Nivel neurológico L3-L4: sensibilidad, reflejos y función esical e intestinal.
L4 Funcional
L5 No funcional
T12
T12
L1
L1
L2
L2
L3
L3
L4
L4
L5
L5 S1
S1 S2 Iliopsoas
S2 S3
S3 S4
S4 S5
S5
Aductores
T12
T12
L1
L1
L2
L2
L3
L3
L4
L4
L5
L5 Tibial anterior
S1
S2 S1
S3 Cuádriceps S2
S3
S4
S5 S4
S5
rodilla extendida tiene estabilidad relativa y no zapato y la introducción del pie en una abra-
será necesaria una abrazadera en el futuro. Sin zadera pueden ser dif íciles, si no se consigue
embargo, como debe utilizarse una abrazadera cierta corrección.
para la cadera (a menos que se realice cirugía),
también se coloca una en la rodilla. Prueba de sensibilidad
La sensibilidad se extiende hasta la parte
Pie medial de la tibia y el pie. La cara lateral de
Dorsiflexi n: parcial la tibia (L5) y las partes media y lateral del
Flexión plantar: ausente dorso del pie son insensibles (f i . 5-6). Un
Inversión: parcial pinchazo es la forma más efectiva de valorar
Eversión: ausente la sensibilidad en los lactantes; si hay sensi-
El único músculo f uncional del pie es el bilidad, el niño llora o mueve la extremidad.
tibial anterior (L4), porque todos los demás Una respuesta triple al pinchazo (flexi n de
están inervados por L5, S1-S3. La inserción la cadera y la rodilla, dorsif lexi n del pie)
del tibial anterior en la parte medial del pie no debe confundirse con función motora en
en la primera unión metatarsiano-cuneiforme estas articulaciones. Esta respuesta triple ge-
hace que el pie se encuentre en dorsiflexi n y neral refleja puede ocurrir incluso cuando el
esté invertido. En esta posición, el pie está en paciente tiene una parálisis completa.
desequilibrio e inestable, y es necesaria la libe-
ración quirúrgica del tibial anterior. El pie no Prueba de refl jos
está plantígrado y carece de sensibilidad, por lo El ref lejo rotuliano (sobre todo de L4) está
que puede haber lesiones de la piel. Es nece- presente, pero no el ref lejo del tendón de
saria una abrazadera, pero la colocación de un Aquiles (S1). Si hay hiperactividad del reflejo
L4 Sensibilidad Reflejos
L4
L5 L3
L4
e
S1
nt
se
Au
S1 L5
Vejiga Ano
S2, S3, S4
S2, S3, S4
No funcional
No funcional (abierto)
FIGURA 5-6 Nivel neurológico L4-L5: sensibilidad, reflejos y función esical e intestinal.
L5 Funcional
S1 No funcional
T12
T12
L1
L1
L2
L2
L3
L3
L4
L4
L5 Aductores Glúteo
L5
S1 medio
S1 Iliopsoas S2
S2 S3
S3 S4
S4 S5
S5
T12 T12
L1 L1
L2 L2
L3 L3
L4 Tibial anterior
L4
L5 L5
S1 S1
S2 S2
S3 Cuádriceps S3 Extensor
S4 S4
S5 S5 largo de
los dedos
Tendón
de la corva
medial
B
FIGURA 5-7A, B Nivel neurológico L5-S1: función motora.
Hay def ormidad en f lexi n de la cadera, diales (L5) y los laterales (S1), no. Debido a
porque el glúteo mayor no funciona. Ahora hay esto, puede haber una debilidad leve en f l -
un balance entre la aducción y la abducción, xión. No son necesarias las abrazaderas.
aunque puede persistir una deformidad mínima
en aducción porque el glúteo medio, inervado Pie
en parte por S1, tiene cierta debilidad. Debido Dorsiflexi n: presente
a ese desequilibrio parcial, casi nunca hay lu- Flexión plantar: ausente
xación de la cadera. Sin embargo, si el glúteo Inversión: presente
medio está demasiado débil, la cadera puede Eversión: ausente
subluxarse después. Para la ambulación serán Todos los dorsifle ores funcionan. Por tan-
necesarias las abrazaderas o la cirugía con el fi to, el pie sólo tendrá def ormidad en dorsi-
de prevenir la deformidad grave en flexi n fija flexi n (pie calcáneo).
L5 Sensibilidad Reflejos
S1 L3
e
S1
nt
L4
se
Au
S1 L5
Vejiga Ano
S2-S4
S2, S3, S4
No funcional
(abierto)
No funcional
FIGURA 5-8 Nivel neurológico L5-S1: sensibilidad, reflejos y función esical e intestinal.
S1 Funcional
S2 No funcional
T12 T12
L1 L1
L2 L2
L3 L3
Iliopsoas
L4 L4 Cuádri-
L5 L5 ceps
S1 S1
S2 Glúteo S2
S3 S3 Tendón de la
S4 mayor S4
S5 S5 corva medial
Tendón de la
corva lateral
T12
L1
L2
L3
L4
L5
S1
S2
S3
S4
S5 Intrínsecos
S1 Sensibilidad Reflejos
S2
S1
S2
L5
L4
S1
Vejiga Ano
S2-S4
S2, S3, S4
No funcional
No funcional (abierto)
FIGURA 5-10 Nivel neurológico S1-S2: sensibilidad, reflejos y función esical e intestinal.
Función vesical e intestinal Por lo general, los niños usan abrazaderas más
A menudo hay alguna actividad vesical; hay de lo que las usarán cuando sean adultos, hasta
cierto reflejo anal que llegan a la mitad de la adolescencia (12 a
15 años). Después de esa edad, la mayoría de
Metas del desarrollo los pacientes con lesiones por arriba de S1 se
vuelven deambuladores limitados por la ener-
Sentarse, ponerse de pie y caminar son tres gía excesiva que deben invertir debido al peso
indicadores del desarrollo que ayudan a deter- que sus brazos tienen que cargar; para cami-
minar la capacidad funcional motora general nar con abrazaderas y muletas se necesita tanta
f utura del niño. La mayoría de los pacientes energía como para correr a máxima velocidad.
con mielomeningocele experimentan un de-
terminado retraso en el logro de estas metas;
la magnitud del retraso y el grado de dificu -
Lesiones unilaterales
tad que enfrentan aportan información valiosa No son raras las espinas bíf idas con niveles
sobre la evolución de la rehabilitación futura. muy discrepantes de f unción. Hay una gran
probabilidad de que un espolón óseo o cartila-
Posición sedente ginoso cause fij ción medular a medida que la
columna crece (diastomatomielia) (fi . 5-11);
En condiciones normales, un niño aprende a
cualquier signo de esta pérdida unilateral de
equilibrarse en posición sedente a los 6 meses
función es indicación para realizar un mielo-
de edad y puede sentarse por sí solo a los 7 u 8
grama. La escoliosis, la curvatura lateral de la
meses. Un niño con una lesión por arriba de L3
columna, es un problema concomitante signi-
se sienta después de esa edad, más o menos a
fi ativo para las personas de este grupo.
los 10 meses de edad, por la debilidad muscular
alrededor de las caderas. Un niño con una le-
sión torácica alta puede tener inestabilidad es- Hidrocefalia
pinal, lo que lo obliga a equilibrarse con ayuda Entre 50% y 70% de los niños con mielome-
de las manos, en posición de trípode. Una fu- ningocele padece hidrocef alia, un aumento
sión espinal estabiliza la columna, lo que libera anormal del tamaño de los ventrículos, lo que
las manos para las actividades de la vida diaria. causa crecimiento de la cabeza y prominencia
Bipedestación
Lo normal es que un niño se ponga de pie a los
nueve o 10 meses de edad. Un niño con mie-
lomeningocele torácico es incapaz de hacerlo,
cualquiera que sea el nivel de la lesión. Hay
que ponerle abrazaderas para darle estabili-
dad; sin embargo, aun así puede experimentar
cierta dif icult d porque las abrazaderas son
pesadas e incómodas.
Marcha
En condiciones normales, la ambulación co-
mienza entre los 12 y 15 meses (intervalo, 8
a 18 meses). Aunque casi todos los niños con
mielomeningocele tienen problemas para ca-
minar, aquellos con inteligencia normal y com-
promiso en la región lumbosacra, es posible FIGURA 5-11 Diastomatomielia (Hoppenfeld, S.:
que caminen con la asistencia de dispositivos. J Bone Joint Surg., 493:276, 1967).
anormal de la f rente. Por lo general, la hidro- dera, f lexi n de rodilla y dorsif lexi n
cef alia es secundaria a una malf ormación de del tobillo (respuesta triple), el lactante
Arnold-Chiari (desplazamiento caudal del puede no sentir el estímulo nocivo. Es
tronco del encéf alo). Si no se atiende, puede necesario observar al niño para detectar
causar espasticidad, lo que reduce más la fun- signos de llanto o cambios en la expre-
ción ya comprometida de los músculos con sión facial para determinar si hay un reco-
inervación marginal o normal. Si la hidroce- nocimiento central del dolor.
falia se trata temprano, el tamaño ventricular, y 2. Para valorar los músculos del tendón de
por tanto, el perímetro cefálico, pueden man- la corva, se coloca al paciente boca abajo
tenerse dentro de límites normales. El método sobre el borde de la mesa de exploración
terapéutico habitual consiste en una derivación para que las caderas y extremidades in-
y revisiones apropiadas, en caso necesario. La feriores cuelguen con libertad (fi . 5-12).
derivación es un tubo que drena el exceso de Se estabilizan, y luego se determina si
líquido cefalorraquídeo de los ventrículos cere- puede f lexi nar las rodillas. Si la rodi-
brales a la cavidad peritoneal o al corazón. lla se f lexi na, actúa contra la gravedad
y con una f uerza de grado 3, al menos
Exploración (fi . 5-13). Durante la prueba, se palpa la
parte medial para identifi ar la actividad
de la extremidad superior de los músculos semimembranoso y se-
Si bien una gran mayoría de lesiones por mie- mitendinoso (L5), y la parte lateral para
lomeningocele ocurre en la región lumbosacra, evaluar el bíceps femoral (S1).
puede haber lesiones más altas que af ectan la 3. Para la prueba muscular del glúteo ma-
f unción de la extremidad superior y que pue- yor, se sostiene al paciente en la misma
den acompañar a estas lesiones inferiores, lo que posición y se le pide que extienda las ca-
amerita una valoración neurológica completa de deras, lo que indica actividad del glúteo
la extremidad superior. También puede existir mayor (S1) (fi . 5-14).
hidromielia (crecimiento del conducto central
de la médula espinal) y siringomielia (líquido
que llena cavidades anormales en la sustancia de
la médula espinal) de la médula cervical junto
con el mielomeningocele de las regiones lumbar
y sacra. Estas dos patologías son progresivas y
requieren pruebas motora y sensitiva cuidadosas S1
de la extremidad superior, con programación de
las consultas de seguimiento. Para los pacientes
con mielomeningocele, las extremidades supe-
riores revisten una importancia particular por- S1 L5
Sugerencias para la
exploración del paciente
con mielomeningocele
1. No debe confundirse la respuesta de re-
tiro con el control voluntario de la fuer-
za motora. Aunque el estímulo de un
pinchazo pueda causar una respuesta de FIGURA 5-12 Posición para valorar los músculos
retiro en tres articulaciones: flexi n de ca- del tendón de la corva y el glúteo mayor.
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Nota: Los números de página seguidos de la letra f y t refieren a figuras y tablas, respectivamente.
A L2-L3, 95
Abducción L3-L4, 96-97, 96f
de dedos, 21-23, 22 f, 23 f L4-L5, 97-98, 98f
de hombro, 10f L5-S1, 100-101, 100f
Abductor del quinto dedo, 21 S1-S2, 102, 102f
Actividades cotidianas, lesiones de la columna cervical, 78-79, S2-S3, 103
79f Codo, extensión o flexión, 10f
Aducción Columna cervical, 7f
de cadera, 41, 41f, 42f dolor de, 25-27, 28f
de dedos, 23, 22f, 23f esguince cervical frente a, 29-31, 35f
Aductor estabilidad de,
corto, 41f criterios, 91t
largo, 41f evitar compromiso adicional del nivel neurológico,
mayor, 41f 89-91, 90-92f
Antebrazo fracturas, 74-77, 74-79 f
cara medial, prueba, 20, 22 f por compresión, 75-76, 76 f
lateral, prueba de sensibilidad, 15, 16 f localización
Apófisis odontoides, fractura, 75, 76 f prueba específica, 28, 29-34 f, 34t
Asta anterior, pérdida de las células, debilidad muscular prueba general, 29
clínica, 62f luxaciones, 74-77, 74-79 f
Avulsiones, raíces nerviosas, 33, 36, 36 f Columna lumbar
anatomía articular facetaria, 87f
estabilidad, criterios de, 92t
B Columna torácica, anatomía articular facetaria, 87f
Babinski, signo de, 84, 84 f Compresión, prueba, 36 f
Beevor, signo de, 37, 37 f Conservación sacra, 85, 86 f
Bíceps Cremastérico, reflejo, 85, 85 f
prueba muscular de, 8-9, 11 f Cuádriceps, 39-40, 39-40 f
prueba de reflejos de, 9-10, 12 f valoración de, 40 f
Bipedestación, mielomeningocele, 104
Brazo
cara medial, prueba, 23
D
Dedos
lateral, prueba de sensibilidad, 11, 12 f
abducción de, 21-23, 22 f, 23 f
Bulbocavernoso, reflejo, 88 f
aducción de, 23, 22 f, 23 f
extensión de, 16 f
C flexión de, 16 f, 18 f
C1, fractura, 75, 74f prueba de flexores, 20, 21 f
C2, fractura, 75, 75f Deltoides, prueba, 8, 8-10 f
C3-C7, fracturas, 75-77, 76-79f Dermatomas
Cadera de extremidades inferiores, 42 f, 45 f, 55 f
aducción de, 41, 41f, 42f del tronco, 82 f
extensión de, 52f Diastomatomielia, 104 f
flexión de, 38f Dolor
función, con mielomeningocele hernias discales cervicales, 25-27, 28 f
niveles neurológicos herpes zoster, 63
L1-L2, 94 Dorsiflexión del pie, 46 f
111
E Flacidez, 86
Electromiografía, 93 Flexión, lesión por, 89, 91
Espasticidad, 86 estable, 90 f
Espondilólisis, 61-63, 62 f inestable, 91 f
Espondilolistesis, 61-63, 60-62 f Flexión-rotación, lesión por, 91, 91-92 f
Estabilidad Flexor
columna toracolumbar, criterios, 92t radial del carpo, 18 f
espinal, criterios, 90t superficial de los dedos, 21 f
Estimulación pulmonar, pruebas, 93 Fractura del ahorcado, 75 f
Exploración del paciente con mielomeningocele, sugerencias, Fuerza motora, 23-24
105-106, 105 f, 106 f Función ambulatoria, pronóstico, 86-87, 87f
Extensión, déficit de, 40 f Función intestinal, niveles neurológicos
Extensor L1, 82
corto de los dedos, 46 f L1-L2, 95
cubital del carpo, 14 f L2, 82
de los dedos, 19 f L2-L3, 96
largo de los dedos, 46 f L3, 82
largo del hallux, 45, 46 f L3-L4, 97, 97f
valoración, 47 f L4, 83
radial L4-L5, 99 f, 100
corto del carpo, 14 f L5, 83
largo del carpo, 14 f L5-S1, 101 f, 102
prueba, 13, 13-14 f, 15 f, 16 f S1, 84
S1-S2, 103, 103 f
Extremidades
S2-S3, 104
inferiores, lesiones de las raíces nerviosas, 37-63
pronóstico, 87-88
niveles neurológicos
Función motora, niveles neurológicos
aplicaciones clínicas
C3, 67-68
espondilólisis, 61-62, 62 f
C4, 69
espondilolistesis, 61-62, 60-62 f
C5, 70
hernias lumbares, 56-58, 56-60f, 57t
C6, 71
herpes zoster, 63
C7, 72
poliomielitis, 63-64, 62 f
C8, 72-73
trastornos lumbares en comparación con hernias
L1-L2, 94
de disco, 58-59
L2-L3, 95
L4, 42-44, 43-45 f
L3-L4, 96-97, 96 f
L5, 45-47, 45-49 f
L4-L5, 97-99, 98 f
S1, 48-54, 49-54 f
L5-S1, 100-101, 100 f
S2-S4, 54-56, 55 f
S1-S2, 102-103, 102 f
T2-T12, 37-38, 37 f
S2-S3, 103
T12-L3, 38-42, 38-42 f
T1, 73-74
superiores
Función muscular, niveles neurológicos
exploración, mielomeningocele, 105 L1, 82
lesiones de raíces nerviosas, 7-36 L2, 82
niveles neurológicos L3, 82
aplicaciones clínicas L4, 83
apófisis unciforme y la osteoartritis, 31-33, 35-36 f L5, 83
avulsión de raíces nerviosas, 33, 36, 36 f S1, 84
esguince cervical frente a hernia discal cervical, T1-T12, 81
29-31, 35 f Función vesical, niveles neurológicos
hernias discales cervicales, 25-29, 25-34 f, 34t L1, 82
C5, 7-11, 8-12 f L1-L2, 95
C6, 11-15, 13-16 f L2, 82
C7, 15-20, 16-20 f L2-L3, 96
C8, 20, 20-22 f L3, 82
T1, 21-25, 22-25 f L3-L4, 97, 97 f
L4, 83
F L4-L5, 99 f, 100
Fibrosis anular L5, 83
anterior, 27 f L5-S1, 101 f, 102
posterior, 27 f S1, 84
glúteo, O
inferior, 52, 52 f, 53 f Oppenheim, signo de, 84, 84 f
superior, 47, 48-49 f Osteoartritis, procesos unciformes, 31-33, 35-36 f
medio, prueba, 17-18, 18 f
musculocutáneo, pruebas, 8-9, 11 f P
antebrazo cara lateral, 15, 16 f Paraplejía, 81-84
bíceps, 13 niveles neurológicos
obturador, 41 L1, 82, 83 f
radial, prueba, 15-17, 17 f, 18 f L2, 82
tibial, 50, 51 f, 52 L3, 82
Neurona motora superior, reflejos, 74, 74 f L4, 83
reflejo superficial normal, 85 L5, 83
reflejos patológicos, 84 S1, 84
Niveles neurológicos T1-T12, 81
C, tetraplejía, 67-68, 68 f Peroneo
C4, tetraplejía, 69, 69 f corto, 47, 49, 49 f
C5 largo, 47, 49, 49 f, 50 f
lesiones de raíces nerviosas que afectan las Pie
extremidades superiores, 7-11, 8-12 f función, con mielomeningocele
tetraplejía, 69-70, 70 f niveles neurológicos
C6 L1-L2, 94
lesiones de raíces nerviosas que afectan las L2-L3, 95
extremidades superiores, 11-15, 13-16 f L3-L4, 96 f, 97
tetraplejía, 70-71, 71 f L4-L5, 98 f, 99
C7 L5-S1, 100 f, 101
lesiones de raíces nerviosas que afectan las S1-S2, 102 f, 103
extremidades superiores, 15-20, 16-20 f S2-S3, 103
tetraplejía, 71-72, 72 f inversión, 43 f
C8 extensores, prueba muscular, 47 f
lesiones de raíces nerviosas que afectan las eversión, 49 f
extremidades superiores, 20, 20-22 f flexión plantar, 51 f
tetraplejía, 72-73, 73 f Poliomielitis, 63-64
L1, paraplejía, 82, 83 f Posición sedente, mielomeningocele, 104
L1-L2, mielomeningocele, 94-95, 95 f Procesos unciformes, osteoartritis, 31-33, 35-36 f
L2, paraplejía, 82 Prueba de reflejo, niveles neurológicos
L2-L3, mielomeningocele, 95-96 C3, 68
L3, paraplejía, 82 C4, 69
L3-L4, mielomeningocele, 96-97, 96 f, 97 f C5, 9-10, 12 f, 70
L4, lesiones de las raíces nerviosas que afectan las C6, 14-15, 16 f, 71
extremidades inferiores, 42-44, 43-45 f C8, 73
L4, paraplejía, 83 L1, 82
L4-L5, mielomeningocele, 97-100, 98 f, 99 f L1-L2, 95
L5 L2, 82
lesiones de las raíces nerviosas que afectan las L2-L3, 96
extremidades inferiores, 45-47, 45-49 f L3, 82
paraplejía, 83 L3-L4, 97, 97f
L5-S1, mielomeningocele, 100-102, 100 f, 101 f L4, 44, 44 f, 83
S1, paraplejía, 84 L4-L5, 99-100, 99 f
S1-S2, mielomeningocele, 102-103, 102 f, 103 f L5, 47, 83
S2-S3, mielomeningocele, 103-104 L5-S1, 101-102, 101 f
S2-S4, lesiones de las raíces nerviosas que afectan las S1, 47, 52-53, 54 f, 84
extremidades inferiores, 54-56, 55 f S1-S2, 103, 103 f
T1 S2-S3, 103
lesiones de raíces nerviosas que afectan las S2-S4, 54
extremidades superiores, 21-25, 22-25 f T1, 74
tetraplejía, 73-74 T12-L3, 42
T1-T12 Pruebas musculares, niveles neurológicos
lesión de las raíces nerviosas que afectan las C5, 7-9, 10f, 11 f
extremidades inferiores, 37-38, 37 f C6, 11-13, 13-14f, 15 f
paraplejía, 81 C7, 15-18, 16-19 f
T12-L3, lesiones de las raíces nerviosas que afectan las C8, 20, 20f, 21 f
extremidades inferiores, 38-42, 38-42 f L4, 42-43, 43 f