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Expertos como Jeremy Rifkin sostienen que el hidrógeno será el motor de la economía
en las próximas décadas. Además de ser un elemento abundante y limpio (no emite CO2
en su utilización), es el compañero ideal de las fuentes renovables, al ser un vector que
almacena y transporta la energía. Sin embargo, uno de los principales escollos que
impiden por el momento su generalización es precisamente su almacenamiento. Por
ello, científicos de todo el mundo trabajan con diversos materiales y sistemas que
permitan salvar este problema.
Por ello, los proyectos de investigación más prometedores en la actualidad apuntan a sistemas
de almacenamiento sólido. Recientemente, científicos de la Universidad estadounidense de
Rice han dado a conocer sus avances en unas diminutas cápsulas de carbono, llamadas
buckybolas, capaces de contener volúmenes de hidrógeno casi tan densos como los que hay
en el centro de Júpiter.
Las buckybolas, descubiertas en esta universidad hace más de dos décadas, son parte de una
familia de moléculas de carbono conocidas como fullerenos. Los investigadores de Rice han
demostrado que se necesita una gran cantidad de presión interna para romper sus enlaces
atómicos. Por ello, creen que si se logra una forma factible de producir buckybolas de
hidrógeno, podría ser posible almacenarlas en forma de polvo.
Las posibilidades que ofrecen los nuevos materiales y la nanotecnología están siendo
exploradas por muchos investigadores en todo el mundo. Por ejemplo, desde hace años se
trabaja en aleaciones metálicas cuya estructura es muy porosa, lo que permite almacenar en
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Almacenar hidrógeno como combustible ecológico
Investigaciones en España
El Centro de Física de Materiales (centro mixto del CSIC y la Universidad del País Vasco),
ubicado en San Sebastián, dirige una investigación internacional que utiliza nanocuernos de
carbono en lugar de los tradicionales nanotubos. Agrupadas en forma una flor, estas nuevas
nanoestructuras porosas permiten adsorber gran cantidad de gas y liberarlo posteriormente de
forma controlada.
El sector del automóvil es uno de los principales interesados en el desarrollo de los sistemas de
almacenamiento. En la actualidad se utilizan pilas de combustible, pero son caras y necesitan
mucho tiempo para ser recargadas. El objetivo sería contar con depósitos especiales de
hidrógeno que se rellenarían rápidamente y producirían electricidad para mover el coche.
Por ello, a pesar de que las principales marcas cuentan ya con prototipos de coches de
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Almacenar hidrógeno como combustible ecológico
hidrógeno, los inconvenientes a salvar son todavía muy grandes como para permitir su
comercialización masiva.
En cualquier caso, el interés por extender este sistema energético en el transporte es evidente.
La Comisión Europea ha propuesto que este tipo de vehículos se incluyan en la homologación
europea WVTA, de manera que puedan ser comercializados en toda la UE. Asimismo,
destinará 470 millones de euros a un proyecto de partenariado público-privado para el
desarrollo del hidrógeno.
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