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De
izquierda a derecha, Rainer Weiss, Barry Barish y Kip Thorne. AFP
Los científicos Rainer Weiss, Barry Barish y Kip Thorne han ganado el Premio Nobel
de Física 2017 por su trabajo en LIGO, el detector de ondas gravitacionales. El jurado
ha reconocido a los científicos por un "descubrimiento que sacudió al mundo", ha dicho
Göran Hansson, secretario general de la academia de ciencias sueca.
Weiss recibe una mitad del premio y Thorne y Barish la otra por su "contribución
decisiva en los detectores de LIGO y la observación de ondas gravitacionales", ha
señalado el jurado. Los tres físicos estadounidenses recibieron este año el Premio
Princesa de Asturias por su trabajo decisivo al captar este fenómeno con el Observatorio
de Interferometría Láser de Ondas Gravitacionales. Los tres investigadores trabajan
ahora en la colaboración LIGO/VIRGO, centrada en dos detectores en EE UU y Europa.
Albert Einstein fue el primero en predecir la existencia de este fenómeno, pero dijo que
nunca se podría detectar. Su Teoría General de la Relatividad implicaba que algunos de
los fenómenos más violentos del universo —como el choque dos agujeros negros—
produce ondas gravitacionales que se expanden por el espacio-tiempo a la velocidad de
la luz deformándolo como hace una piedra al caer en la superficie de un estanque. Estos
cuerpos están tan lejos que, al llegar a la Tierra, las perturbaciones que ocasionan serían
tan débiles que no había tecnología capaz de captarlas, aseguró Einstein.
Unos años después, el físico teórico Kip Thorne comenzó a trabajar en el diseño de
dispositivos similares en el Instituto de Tecnología de California. Ambos proyectos
quedaron unidos en el actual LIGO, cuya construcción fue aprobada en 1990. Barry
Barish lideró la etapa de edificación y puesta en marcha de los dos grandes
interferómetros del proyecto, que están separados por más de 3.000 kilómetros para
maximizar las probabilidades de captar una señal real. También fue quien dio al
proyecto su actual proyección internacional —señala la academia— con más de 1.000
científicos de 20 países, incluida España.
Estas señales desde los confines del cosmos abren una nueva era en la exploración del
universo. Por primera vez no se basan en la observación de luz y partículas en todas sus
variantes, sino en minúsculas deformaciones del espacio-tiempo, el material del que está
hecho el universo, que pueden desvelar las propiedadades de cuerpos invisibles para los
telescopios convencionales. “Es algo completamente nuevo y diferente, que nos abre la
puerta a nuevos mundos jamás observados”, ha destacado la Academia.
ONDAS GRAVITACIONALES
Las ondas gravitacionales son vibraciones en el espacio-tiempo, el material del que está
hecho el universo. En 1916, Albert Einstein reconoció que, según su Teoría General de
la Relatividad, los cuerpos más violentos del cosmos liberan parte de su masa en forma
de energía a través de estas ondas. El físico alemán pensó que no sería posible
detectarlas debido a que se originan demasiado lejos y serían imperceptibles al llegar a
la Tierra. Hoy, un grupo de investigadores ha hecho pública la detección por primera
vez de estas ondas.
¿Cómo se comportan las ondas gravitacionales?
Las frecuencias de algunas ondas coinciden con las del sonido, por lo que pueden
traducirse para ser escuchadas en forma de leves pitidos.
Abren una nueva era en el conocimiento del universo. Hasta ahora toda la información
que tenemos del cosmos (solo conocemos el 5%) es por la luz en sus diferentes
longitudes de onda: visible, infrarroja, ondas de radio, rayos X… Las ondas
gravitacionales nos dan un sentido más y permiten saber qué está pasando allí donde
hasta ahora no veíamos nada, por ejemplo, en un agujero negro.
Este fenómeno permite saber qué está pasando allí donde hasta ahora no veíamos nada,
por ejemplo en un agujero negro
¿Qué se ha observado?
¿Qué es LIGO?
LIGO puede identificar variaciones equivalentes a una diezmilésima parte del diámetro
de un átomo, la medición más precisa jamás lograda por un instrumento científico
Se necesitan al menos dos detectores para evitar falsos positivos causados por cualquier
vibración local como terremotos, tráfico o fluctuaciones del propio láser. Al contrario
que todos ellos, una onda gravitacional causará una perturbación exactamente igual en
Luisiana que en Washington.