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INTRODUCCIÓN
Hay una película del 2015, en la que actúan: Robert Redford, Nick Nolte y Emma Thompson: “A
Walk in the Woods”, basada en el libro del mismo nombre en el que Bill Bryson vertió sus
memorias de cuando intentó recorrer el Sendero de los Apalaches.
El Sendero de los Apalaches (Appalachian National Scenic Trail, o A.T.) es una ruta señalizada
de senderismo que tiene una longitud de poco más de 3,500 km; se extiende desde la Montaña
Springer en el estado de Georgia hasta el Monte Katahdin en Maine; pasa por los estados de North
Carolina, Tennessee, Virginia, West Virginia, Maryland, Pennsylvania, New Jersey, New York,
Connecticut, Massachusetts, Vermont y New Hampshire.
Originalmente, fue concebido por Benton MacKaye, un silvicultor (Guarda bosques), quien poco
después de la muerte de su esposa, en 1921, escribió su plan original, llamado “Un sendero de los
Apalaches, un proyecto de planificación regional”. La idea de MacKaye detallaba un gran sendero
que conectaría una serie de granjas y campos de trabajo / estudio de la naturaleza salvaje, para los
habitantes de la ciudad, a lo largo de las montañas Apalaches, desde el punto más alto del norte
(Monte Washington en New Hampshire) hasta el más alto del sur (Monte Mitchell en North
Carolina). Actualmente, el sendero sigue la línea de cresta de las montañas Apalaches, cruzando
muchos de sus picos más altos, por lo que hay muchas subidas y bajadas del terreno a lo largo del
camino. La cantidad total de subidas a lo largo de los más de 3,500 kilómetros de la ruta, es de
156,972 metros, el equivalente a subir a la cima del monte Everest más de 17 veces; y aunque es
cierto que el sendero pasa sobre todo por algunas de las zonas más remotas de los Estados Unidos
del Este, también cruza varias carreteras (99% del sendero está en terrenos públicos).
A lo largo de la ruta hay más de 250 cabañas en las que el alojamiento es gratuito, estos refugios
están ubicados a distancias de un día de excursión, aunque la distancia entre uno y otro varía
bastante en algunos casos. En teoría, debería haber una cabaña cada 12 kilómetros, pero en
realidad, dependiendo del terreno y de la ubicación de las fuentes de agua dulce, pueden distar
hasta 48 kilómetros; los senderistas más dedicados pasan unos seis meses recorriendo el Sendero
de los Apalaches de punta a punta.
El mantenimiento es realizado por unos treinta clubes de senderismo y numerosas empresas
asociadas; y su gestión corre a cargo del Servicio de Parques Nacionales y del Appalachian Trail
Conservancy.
Por cierto, durante la ruta no es raro encontrarse con ciervos, ardillas, serpientes, mapaches y
muchísimas variedades de aves; pero hay que tener cuidado con los osos, pues, aunque el oso negro
de la zona tiende a ser tímido y no agresivo, y se suele asustar con el sonido de un senderista que
se acerca, no dudará en acercarse al campamento en busca de comida.
Sería interesante, y todo un reto recorrer el Sendero de los Apalaches, y cada jornada se estaría
recorriendo un camino desconocido; si no te gusta hacer senderismo, seguro que estás pensando,
“si como no, ni que estuviera loco, para pasar por tanta incomodidad”. Sin embargo, y aunque no
lo creas, cada día recorres un camino desconocido, así que, veamos como hacerlo Biblia en mano.