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A. TRANSPORTE TERRESTRE
1. Definición.
Es un contrato en virtud del cual uno se obliga por cierto precio a conducir de un lugar a
otro, por tierra, canales, lagos o ríos navegables, pasajeros o mercaderías ajenas, y entregar
éstas a la persona a quien vayan dirigidas.
Se denomina terrestre no sólo el que se realiza por tierra, sino también, por ríos, canales y lagos
navegables.
Cargador y consignatario pueden ser la misma persona. El contrato se celebra entre porteador y
cargador.
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Sin embargo, esta última característica ha variado en el tiempo y el contrato ha pasado a ser de
aquellos de adhesión, por cuanto las cláusulas aparecen impresas y de hecho adhiere al contrato sin
discutirlo. Esto último tiene mucha importancia en lo relativo a las cláusulas limitativas de
responsabilidad.
También tiene semejanzas con el depósito, en lo relativo a las obligaciones y responsabilidades del
porteador respecto de la carga.
El contrato genera una obligación de hacer, sin embargo, el porteador, bajo su responsabilidad,
puede encargar la condición a un tercero.
En este caso, el que primitivamente tomó sobre sí la obligación de conducir conservará su carácter
de porteador respecto del cargador con quien ha contratado y tome el carácter de cargador respecto
de quien efectivamente haga la conducción.
Por lo tanto, el porteador quede siempre responsable frente al cargador con quien celebró el
contrato.
4. Clasificación.
a.) Transporte efectuado por empresarios públicos que son aquellos que tienen
anunciado y abierto al público un establecimiento de conducción y las ejecutan en
los períodos, por el precio y las condiciones que prefijan sus anuncios. (Art. 172
inc. 3)
b.) Transporte hecho por empresarios particulares: son los que, ejerciendo la industria
de conducción, no han ofrecido al público sus servicios y se encargan libremente de
la conducción de las personas o mercaderías a precios convenidos. (Art. 172 inc. 2)
3) Simple o multimodal
b.) Multimodal o combinado: cuando en el contrato se utilizan otras vías, sea marítima
o aérea, para el transporte de las mercaderías o personas.
5. Carta de Porte.
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a) Concepto.
Es el documento que las partes otorgan para acreditar la existencia y condiciones del contrato y la
entrega de las mercaderías al porteador.
No constituye solemnidad del contrato, ya que es consensual. Por esto el art. 179 agrega que en
defecto de la carta de porte, la entrega hecha al porteador podrá justificarse por cualquier otro
medio probatorio.
Jurídicamente, este documento es un título de crédito representativo de mercaderías. Por esto el art.
176 señala que la carta de porte puede ser nominativa a la orden o al portador.
ii) Le sirve al cargador de título de crédito por las mercaderías porteadas y si es propietario de
ellas, le sirve para transferir su dominio, de acuerdo a las reglas de la cesión de crédito.
Si no hay carta de porte o en ella no se enuncia el estado de las mercaderías, se presume que
han sido entregadas al porteador sanas y en buenas condiciones. (art. 181)
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No obstante, si prefiere llevar a cabo la conducción, el cargador deberá pagarle el aumento
de los costos que le ocasionare el retardo en la entrega o no entrega en un lugar distinto al
convenido.
En principio esta obligación corresponde al consignatario, pero puede que éste no quiera
recibir las mercaderías transportadas por ser su valor insuficiente para cubrir el porte y los
gastos de conservación; en este evento, corresponde al cargador el pago del porte (art. 189).
a) Dejar sin efecto el contrato por su sola voluntad (art. 169, inc. 1º).
i) Si se deja sin efecto el contrato antes de iniciar el viaje: el cargador debe pagar la
mitad del porte estipulado.
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Cumpliendo la orden sin este requisito, el porteador será responsable de los daños y
perjuicios que acredite la persona perjudicada por el cambio de destino.
El cargador tiene preferencia para ser pagado de la indemnización a que tenga derecho por
pérdida, falta o averías de las mercaderías porteadas, como también por el retardo en la
entrega (art. 190).
Este privilegio es de segunda clase y se hace efectivo con los elementos principales o
accesorios del transporte.
El incumplimiento de esta obligación hará responsable por los daños causados al cargador.
No habiendo un plazo prefijado para cargar las mercaderías, el porteador deberá recibirlas y
conducirlas en el primer viaje que emprenda al lugar que fueran destinadas.
b) Efectuar la conducción.
En cuanto a la ruta: si ésta no estuviera designada, el porteador podrá elegir, habiendo dos
o más, la que mejor le acomode, con tal que la elegida se dirija vía recta al punto donde
deben entregarse las mercaderías (art. 193).
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Si hubiera una ruta convenida: su variación voluntaria por el porteador hará responsable de
todas las pérdidas, faltas o averías, sea cual fuere la causa de que provengan, como de la
muelta que se hubiere estipulado (art. 194).
Si habiendo una ruta convenida, un obstáculo de fuerza mayor impidan continuar el viaje
por ella, el porteador puede resolver el contrato depositando la carga en el lugar más
próximo a su destino, o a retornarla al de su procedencia, cobrando el porte a prorrata del
camino andado.
En el mismo caso el porteador también puede continuar el viaje, tan pronto se haya
removido el obstáculo, por otra ruta o por la designada (art. 195).
En este último caso, si la ruta que tomare fuera más larga y dispendiosa que la designada, el
porteador tendrá derecho a un aumento en el porte, pero si después de allanado el obstáculo
continuare el viaje por la ruta convenida, no podrá exigir indemnización alguna por el
retardo sufrido.
Si la carta de porte hubiere sido cedida o negociada, la entrega de las mercaderías se hará al
cesionario, endosatario o al portador
Puede darse el caso que las designaciones en la carta de porte sean insuficientes para
descubrir al consignatario, o que éste se encontrare ausente del lugar o bien se rehusare a
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recibir las mercaderías. En este caso, el porteador las depositará en el tribunal que
determine el lugar competente y por cuenta de quien corresponda recibirla.
Si existiera una diferencia entre el porteador y el consignatario acerca del estado de las
mercaderías, se nombrará judicial o extrajudicialmente un perito que las conozca y
certifique su estado.
El porteador tiene derecho a exigir el pago del porte convenido pasadas 24 horas desde la
entrega de las mercaderías, como también puede cobrar las expensas en que hubiere
incurrido en su conservación.
No obteniendo el pago, podrá solicitar el depósito y venta al martillo de las que considere
suficiente para cubrir su crédito.
Para pagarse del porte y gastos que hubiere hecho, el porteador goza un privilegio
para pagarse con preferencia a los demás acreedores y lo ejerce sobre los objetos
conducidos (art. 212).
El art. 212 no exige que el porteador conserve en su poder los objetos cargados, pero el art.
213 limita la duración del privilegio a 3 días contado desde la entrega, cuando las cosas
transportadas pasan a otro poseedor por título legal y en todo caso este derecho cesa dentro
de un mes contado desde la entrega de la carga.
El art. 216, señala que el consignatario, además de las obligaciones correlativas a los derechos del
porteador, tiene las siguientes:
b) La de pagar el porte y los gastos, inmediatamente después de vencido el término que señala
el art. 211, esto es, pasadas 24 horas desde la entrega de las mercaderías.
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a) Regla general.
La regla general es que el porteador responde por culpa leve en el cumplimiento de sus obligaciones
(art. 207).
Este mismo artículo señala además la presunción legal que la pérdida, avería o retardo ocurran por
culpa del porteador.
b) Fuentes de responsabilidad.
El caso fortuito se expresa diciendo que las mercaderías se transportan a riesgo y ventura del
cargador, del consignatario o de la persona que tenga el carácter de propietario de ellas, y por
consecuencia serán de su cuenta las pérdidas o averías que sufran durante la conducción, por caso
fortuito o vicio propio de la mercadería.
(a) Si un hecho o culpa del porteador hubiere contribuido al advenimiento del caso fortuito.
(b) Si el porteador no hubiere empleado toda la diligencia y pericia necesaria para cortar o
atenuar los efectos del accidente que hubiere causado la pérdida o avería.
(c) Si en la carga, conducción y conservación de las mercaderías no hubiere puesto la diligencia
o cuidado a que acostumbran los porteadores inteligentes y precavidos.
Luego, esta causal eximente no tendrá efecto si por un hecho o culpa del porteador, se produce el
daño.
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Si el porteador quiere eximirse de responsabilidad deberá destruir la presunción establecida en el
art. 207.
El hecho que pueda eximirse de responsabilidad por hecho o culpa del cargador o consignatario,
constituye una aplicación de las reglas generales, por la que el incumplimiento de la contraparte
exonera de responsabilidad a la parte diligente en el cumplimiento del contrato.
Son aquellas cláusulas que se derivan de los pactos entre el porteador y el cargador y que
tienen por objeto eximir, atenuar o limitar a cierta cantidad la responsabilidad del porteador
en caso de pérdida o avería de la carga o retraso en su entrega.
En general esta cláusula se estima válida. Sin embargo, la ley supone ciertas limitaciones:
Se sostiene que estas cláusulas no son eficaces en caso de daño o perjuicios causado a las
personas en el transporte de pasajeros, con excepción en el caso de transporte aéreo y
marítimo.
e) Prueba de la responsabilidad.
Dado que el art. 207 establece una presunción de culpa del porteador en caso de pérdida, avería o
retardo, el cargador y consignatario sólo debe probar la existencia del contrato de transporte y el
hecho que la mercadería no llegue a su destino o llegue con averías, para colocar al porteador en la
obligación de pagar una indemnización, salvo que pruebe la existencia de una causal eximente de
responsabilidad.
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f) Período de responsabilidad.
g) Regulación de la indemnización.
El porteador pagará las mercaderías al precio que tengan a juicio de peritos en el día y lugar en que
debió verificarse la entrega. El criterio obligado se basa en el hecho que las mercaderías son
transportadas para ser vendidas en el lugar de destino.
En todo caso, la estimación debe hacerse con base a la carta de porte. Si la carta de porte no
existiera, o ésta no contuviera indicaciones de que puedan valerse los peritos, éstos podrán
determinar el valor por cualquier otro medio.
Si la avería es total, esto es, que las mercaderías están averiadas hasta el punto de quedar inútiles
para su venta o consumo, en este caso el consignatario podrá abandonar y exigir su valor como si se
tratara de mercadería perdida..
Si la avería es parcial, esto es, que la avería solo produce una disminución en el valor de las
mercaderías, en este caso el consignatario deberá recibirlas y cobrar al porteador el importe del
menoscabo.
El porteador debe indemnizar los perjuicios causados por efecto directo o indirecto del retardo (art.
206, inc. 2º).
En el caso que se hubiere estipulado una multa en caso de retardo, el consignatario podrá hacerla
efectiva por el mero hecho de la demora y sin necesidad de acreditar perjuicios, deduciendo el
importe de la multa del precio convenido.
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La prescripción es de 6 meses en la expedición realizada dentro de la República y un año en las
dirigidas a territorio extranjero. (art. 214)
En caso de pérdida, la prescripción comienza a correr desde el día en que debió ser cumplida la
conducción, y en el de avería, desde la fecha de la entrega de la mercadería.
En cuanto a la responsabilidad por retardos, se aplican las reglas generales: 4 años (art. 822).
a) Concepto
Son empresarios de transporte públicos los que tienen anunciado y abierto al público un
establecimiento de conducción y las ejecutan en los períodos, por el precio y las
condiciones prefijadas en sus anuncios.
b) Contrato de pasaje.
Es el contrato en virtud del cual el porteador se obliga por cierto precio a conducir
pasajeros de un lugar a otro, por tierra, canales, lagos o ríos navegables.
ii. Emprender y concluir el viaje en los días y horas fijadas en los anuncios, aunque no
estén tomados todos los asientos.
iii. Transportar al pasajero y su equipaje con la debida diligencia entre los puntos
convenidos.
El pasajero está obligado a tomar el medio de transporte en el lugar, día y hora convenidos
y a pagar el precio o pasaje de la conducción.
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El pasajero puede desistirse del contrato pagando la mitad del pasaje si el transporte no ha
comenzado, o el total, en caso en que hubiere desistimiento durante el viaje.
El art. 2.019 del Código Civil sanciona tanto al pasajero como al porteador en el
incumplimiento de sus obligaciones. Dispone que si el pasajero no se presenta a embarcar
en el debido tiempo, por cualquier causa, será obligado al pago de la mitad del precio.
El art. 2.020, dispone que la muerte del acarreador o del pasajero no pone fin al contrato.
Las obligaciones se transmiten a los herederos.
El art. 229 declara ineficaces las cláusulas limitativas de responsabilidad contenidas en los
billetes impresos que entregan los empresarios públicos a su clientela.
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B. TRANSPORTE AEREO
c) Carácter político.
e) Carácter autónomo.
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Es el conjunto sistemático de normas jurídicas aplicadas a la navegación aérea en general y
al transporte de comercio aéreo en particular.
Estas normas deben complementarse con las disposiciones del Código de Comercio que
tratan el transporte en general y el transporte terrestre y marítimo en particular.
Hoy día se reconoce esta soberanía y, dada esta aceptación, se reconocen determinados
derechos esenciales de los estados para regular el tránsito aéreo dentro de las fronteras de
cada país.
Esta soberanía se encuentra establecida en el art. 1 del Código Aeronáutico que señala: “El
Estado de Chile tiene soberanía exclusiva del espacio aéreo sobre su territorio” Esta
soberanía se extiende tanto a la tierra como a las aguas jurisdiccionales.
De esta forma, el art. 2º del Código Aeronáutico dispone que las aeronaves, sean nacionales
o extranjeras, que se encuentran en el territorio o en el espacio aéreo chileno y las personas
o cosas a bordo de ellas, están sometidas a las leyes y a la jurisdicción de los tribunales y a
las autoridades chilenas.
4. La aeronave.
a) Definición.
b) Clasificación.
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i. La militares, entendiéndose por tales, las destinadas a las Fuerzas Armadas o
tripuladas por personal militar en el ejercicio de sus funciones.
ii. Las destinadas a servicios de policía o aduana.
Son bienes muebles y su situación jurídica es parecida a la de las naves, es decir, siendo
bienes muebles, se rigen por algunas disposiciones relativas a los bienes inmuebles.
Por ejemplo: las aeronaves pueden hipotecarse, su transferencia es solemne y están sujetas
a formalidades de inscripción.
Las naves tienen ciertos atributos propios de las personas tales como nombre, domicilio y
nacionalidad.
d) Nacionalidad de la aeronave.
Este es el vínculo jurídico que une a una nave a un estado determinado y que la somete a su
jurisdicción y soberanía.
Dado que las naves circulan rápidamente por diferentes países, es necesario tener un
criterio para dar nacionalidad a las naves.
i. Las aeronaves tienen por nacionalidad la del estado donde están matriculadas.
ii. Ninguna aeronave puede tener más de una matrícula a la vez.
iii. La matrícula puede cambiarse de un estado a otro.
iv. Toda aeronave debe llevar las marcas de nacionalidad y matrícula.
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a) Concepto.
Características:
i. Tener un título de dominio: El art. 49 señala que para inscribir el dominio de una
nave se acompañará copia de la escritura pública o instrumento privado protocolizado ante
Notario, que acredite su adquisición.
3) Las aeronaves que pertenezcan a una comunidad, siempre que la mayoría de los
derechos comprendan a personas naturales o jurídicas chilenas que cumplan con los demás
requisitos señalados precedentemente.
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Sin embargo, la autoridad aeronáutica podrá permitir la matrícula de aeronave perteneciente
a personas extranjeras, siempre que ejerzan en el país algún empleo, profesión o industria
permanente. Igual autorización podrá concederse respecto de aeronaves extranjeras
operadas a cualquier título, por empresas de aeronavegación chilenas.
a) Definición.
Es aquel en virtud del cual una persona, denominada transportador, se obliga por cierto
precio a conducir de un lugar a otro, por vía aérea, pasajeros o cosas ajenas y a entregar
éstas a quienes vayan consignadas.
1) Transportador.
2) Cargador.
3) Consignatario.
7. Transporte de pasajeros.
a) Concepto.
Contrato en virtud del cual el transportador se obliga por cierto precio a conducir al
pasajero de un lugar a otro por vía aérea.
Por regla general este contrato se rige por las condiciones que contengan los anuncios
hechos por la empresa de transporte y por las demás disposiciones legales.
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e. Restituir a los pasajeros el importe de sus pasajes en los casos que procede,
por negación total o parcial del transporte.
f. Transportar el equipaje de los pasajeros.
g. Observar durante el viaje las leyes, ordenanzas y reglamentos relativos al
transporte aéreo.
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b. Conservar el boleto o billete
c. Presentarse en el aeropuerto en el día y hora establecidos para iniciar el
viaje.
d. Obedecer a bordo las instrucciones y órdenes impartidas por el comandante.
8. Transporte de equipaje.
El pasajero normalmente viaja con equipaje y éste comprende tanto el registrado como los
objetos de mano que porte el pasajero.
Art. 134: El transportador está obligado a conducir con el pasajero y por el precio del
pasaje, su equipaje, dentro de los límites de peso y volumen que se determinen en el
contrato.
Este talón hace fe de haberse facturado el equipaje y de las condiciones del contrato de
transporte.
La restitución del equipaje al término del vuelo se debe hacer contra la presentación del
talón o recibo, cualquiera que fuere la persona que lo exhiba.
9. Transporte de mercaderías.
En ese contrato se expide una carta de porte aéreo. Este documento no es una solemnidad
del contrato, sino que sólo sirve para acreditar la existencia y condiciones del contrato y de
la recepción de las mercaderías, de su peso, volumen, embalaje y número de bultos. La
carta de porte se extiende en tres ejemplares, uno para el transportador, otro para el
consignatario y otro para el cargador (arts. 137 y 138).
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También constituye un título representativo de mercaderías y se puede extender
nominativa, a la orden o al portador y podrá transferir de la forma que corresponde.
b) El fletamento de aeronaves.
El transportador es obligado a indemnizar los daños causados con motivo u ocasión del
transporte, en la forma y dentro de los límites establecidos en el Código Aeronáutico.
Los hechos que generan la responsabilidad del transportador aéreo son la muerte del
pasajero, las lesiones sufridas por éste, el retardo culpable y otros daños derivados de la
culpa del transportador.
El transportador responde no sólo de sus propios hechos sino también de los de sus agentes
y dependientes.
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Límite de responsabilidad:
La indemnización está limitada a la suma de 4.000 U.F. por muerte o lesión de cada
pasajero. No obstante puede estipularse una suma superior a la señalada.
Se presume pasajero a toda persona que al momento del accidente, se encontrare a bordo de
la nave.
La indemnización por retardo está limitada a 250 U.F. por cada uno de los pasajeros.
Las partes pueden convenir que mediante el pago de un precio adicional, el transportador
responde hasta el valor real de los equipajes y mercaderías transportadas, según declaración
hecha por el pasajero o cargador.
En todo caso, el afectado por el daño puede demandar una indemnización superior a la
limitada ya señalada, si probare dolo o culpa del transportador, del explotador o sus
dependientes.
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C. TRANSPORTE MARITIMO
1. Introducción.
Es el conjunto de principios y preceptos que tienen por objeto regir todas las relaciones que
se verifiquen en el mar y todos los contratos y operaciones a que dé o pueda dar lugar el
comercio marítimo. (art. 823 incisos 1º y 2º).
a) Concepto de nave.
Es toda construcción principal destinada a navegar cualquiera sea su clase y dimisión (art.
826 del Código de Comercio).
El artículo 826 también define artefactos navales. Artefacto naval es todo aquel que, no
estando construido para navegar, cumple en el agua funciones de complemento o de apoyo
a las actividades marítimas, fluviales o lacustres, o de extracción de recursos, tales como
diques, grúas, plataformas fijas o flotantes, balsas u otros similares. No incluye las obras
portuarias.
El Código ha querido darle el mismo tratamiento de las naves a los artefactos navales.
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(1) Debe ser una construcción principal, esto es, debe ser una construcción
independiente, no accesoria. Por lo tanto, no constituyen nave las embarcaciones
accesorias a otras, como los botes salvavidas.
(2) Debe tener como destino la navegación, esto es, no basta con que un bien flote para
catalogarlo como nave, sino que necesita además la capacidad y aptitud para
desplazarse, ya sea por medios propios o ajenos. No basta con que el bien pueda
desplazarse o transportar, como una grúa flotante; se requiere que tenga como
destino la navegación.
De acuerdo al art. 828, las naves son bienes mueble, pero sujeto a ciertas normas
especiales, que son aplicables a los inmueble, Ej.: son objeto de hipoteca.
a. Naves de guerra: son las pertenecientes a las fuerzas armadas de un Estado, que
lleve los signos exteriores de un buque de guerra y que se encuentra bajo el
mando de un oficial.
b. Naves mercantes: son aquellas que sirven para el transporte, sea nacional o
internacional.
c. Naves especiales: son aquellas que se emplean para fines específicos, con
características propias. Ej.: remolcadores, pesqueros, barcos científicos o de
recreo.
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(3) Según la extensión de su tráfico:
a) Registros.
La matrícula de una nave o artefacto naval puede constar en algunos de los siguientes
registros de la DIRECTEMAR:
Para matricular una nave es necesario que su propietario sea un persona natural o jurídica
chilena y los demás requisitos que establece la ley.
Para efecto de la nacionalidad de las personas jurídicas, la ley contempla las siguientes
normas
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iii. Que la mayoría de su capital social pertenezca a personas naturales o
jurídicas chilenas.
Las naves se adquieren, de acuerdo a las reglas generales, por tradición, sucesón por causa
de muerte, ocupación y prescripción.
En cuanto al título que debe preceder a la tradición, el art. 832 señala que la
enajenación por acto entre vivos de naves mayores debe efectuarse por escritura
pública y de naves menores debe efectuarse mediante documento escrito
autorizándose la firma ante Notario.
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Este es un derecho opcional del asegurado, pudiendo elegir entre éste y la acción de
avería para el logro de la indemnización. Ejercida la dejación y aceptada por el
asegurador, esta es irrevocable.
Esta clase de nave tiene su propio registro de matrícula y una vez formalizado su
construcción el propietario debe solicitar su inscripción en el Registro
correspondiente y la cancelación del anterior.
El Estado ribereño podrá tomar las medidas necesarias para proteger su zona
económica exclusive, incluido el apresamiento de naves.
a) Armador y Naviero.
Aunque el art. 882 señala que es la persona natural o jurídica, sea o no propietario, de la
nave que la explota y expide en su nombre, ambos no son sinónimos.
Estas dos clases coinciden normalmente en la misma persona, pero puede que no sea así.
El art. 882 agrega que se presume que el armador y el naviero son la misma persona, salvo
prueba en contrario.
El naviero responde por las obligaciones contraídas por el capitán que conciernan a la nave
y a la expedición y de las indemnizaciones a favor de terceros por hechos del capitán,
oficiales y tripulación. El art. 887 señala las situaciones en que al naviero no responde de
estos hechos.
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El art. 889 señala que el armador puede limitar contractualmente su responsabilidad
excepto cuando la ley lo prohibe.
b) Operador.
c) Capitán.
Toda nave tiene un capitán, hasta el más pequeño bote artesanal y raramente alguien
discute su autoridad.
En Chile, capitán es el oficial que manda una nave mercante superior a las 50 ton. En las
naves menores se llama patrón.
1. Dirigir el viaje
2. Asesorarse de un práctico o piloto
3. Organizar la vida a bordo de la dotación y pasajeros.
4. Ordenar salvataje, abandono y otras situaciones.
5. Llevar la documentación del barco.
6. Etcétera.
Prácticamente el capitán tiene un encargo en blanco para hacer todo lo que estime
conveniente con la nave, la dotación, la carga, etc.
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La representación incluye la facultad de dar poder, pagar obligaciones, asumir
compromisos, etc.
Los contratos para la explotación de las naves se encuentran tipificados en el art. 927. Este
artículo distingue entre el contrato de fletamento y el contrato de transporte de mercaderías
por mar.
Sin embargo, tal como señala este artículo, pueden existir otro tipo de contratos, lo que es
confirmado por el art. 930 inciso final.
El art. 927 distingue entre los dos tipos de contrato según la naturaleza y extensión de las
obligaciones que asume el armador.
El fletante coloca la nave a disposición del fletador por tiempo, por viaje o a casco desnudo,
pero no asume ninguna obligación como transportador.
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En este último caso es indiferente la nave, pues ésta no está previamente individualizada
como en el fletamento.
5. El Contrato de Fletamento.
a) Formalidades.
El art. 928 señala que el contrato de fletamento debe siempre probarse por escrito.
Esta disposición no se aplica a las naves de menos de 50 toneladas.
La expresión por escrito comprende las comunicaciones que las partes hubieren
intercambiado, sea por telegrama, telex u otros medios.
En el caso que el contrato de fletamento no conste por escrito, las relaciones entre las partes
se regirán de acuerdo a las reglas del contrato de transporte marítimo.
En el contrato de fletamento, son las partes las que acuerdan las condiciones y efectos del
contrato. En cambio en el transporte marítimo, las normas son imperativas para las partes.
Esta diferencia se produce pues en el contrato de fletamento se presume que ambas partes
son iguales y tienen una capacidad negociadora similar; en cambio, en el contrato de
transporte existe una desigualdad, por lo que es necesario una mayor vigilancia a este tipo
de contratos de adhesión.
b) El flete.
Consiste en el precio que acuerdan las partes en el contrato de fletamento. Constituye una
de las prestaciones fundamentales de parte del fletador.
En el contrato de transporte de mercaderías también se llama flete, y puede ser de cargo del
cargador consignatario o del tenedor del conocimiento de embarque.
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La gran diferencia entre estos contratos dice relación con la cesión de la gestión náutica de
la nave.
(2) En el fletamento por viaje el fletante retiene la gestión náutica y comercial de la nave y
sólo se obliga a poner a disposición del fletador los espacios susceptibles de ser
cargados.
Por regla general estas obligaciones son ajenas al fletador, quien sólo las asume en el
fletamento a casco desnudo.
Por regla general el contrato podrá contener limitaciones de áreas geográficas en que se
puede emplear la nave, o de tipo de carga que puede ser transportada, etc.
Las infracciones en cuanto al cuidado de la carga y las faenas relacionadas con ella son
faltas comerciales.
a) Concepto.
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Es el contrato por el cual un armador o naviero, conservando su tenencia, pone la nave
armada a disposición de otra persona, para realizar la actividad, que éste disponga, dentro
de los términos estipulados, por un tiempo determinado y mediante el pago de un flete por
todo el lapso convenido o calculado por días, mes o año. (art. 934)
Este tipo de contrato lo puede celebrar, por ejemplo, un armador que desea aumentar
transitoriamente su flete.
En esta clase de fletamento, el fletador podrá realizar todos los viajes que estime
conveniente durante la duración del contrato, dentro de las condiciones pactadas.
El art. 935 señala las menciones de la póliza, la cual constituye el elemento formal y
probatorio del contrato. Estas menciones son :
(1) Individualización de las partes contratantes, con el nombre y domicilio del fletante y
el fletador.
(3) El flete y las modalidades de pago. A falta de mención expresa, se paga por
anticipado, por períodos mensuales (art. 941).
(4) Duración del contrato. El período que cubre puede ser de días, meses o años. Esto
debe concordarse con el art. 946, que señala que el fletador restituirá la nave en el
término y lugar estipulado, y en su defecto en el puerto de domicilio del fletante.
(5) Referencia a la actividad que el fletador se propone realizar con la nave. Si nada se
expresa, el fletador puede emplearla en cualquier actividad acorde a sus
características técnicas. Normalmente las pólizas ponen límites en cuanto a la
utilización de la nave.
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(1) Obligaciones del fletante (art. 937):
El art. 937 agrega que el fletante debe mantener la nave en buen estado de
navegabilidad y aptitud durante toda la vigencia del contrato.
i) El art. 940 dispone que el fletante responde por los perjuicios sufrido por las
mercaderías abordo, si se deben a una infracción de sus obligaciones, salvo
que se hubiere estipulado otra cosa.
ii) También responde por los daños derivados por el mal estado de la nave y de
todo vicio oculto.
iii) Por último el fletante responde ante el fletador por los perjuicios ocurridos
por falta náutica del capitán, pero no responde si este cumplía instrucciones
impartidas por el fletador vinculadas a la gestión comercial.
Se devengará desde el día en que la nave sea puesta a disposición del fletador en
las condiciones establecidas en el contrato.
Se pagará por períodos mensuales anticipados.
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En tanto, el art. 865 señala que el fletante no puede retener a bordo las mercaderías
por el hecho de no habérsele pagado el flete, con excepción de lo establecido en art.
1.114 para el caso de avería gruesa o común.
El art. 942 faculta al fletante para dar por terminado el contrato, transcurridos 7 días desde
que el fletador debió pagar el flete o la parte de éste que se hubiere devengado, sin haberlo
hecho.
En este caso la terminación del contrato se produce por la sola declaración del fletante que
comunicará por escrito al fletador y lo hará saber al capitán de la nave. Formulada esta
declaración, el flete se devengará hasta la restitución de la nave.
Cuando el fletante opte por la terminación del contrato deberá entregar en el destino que
corresponda la carga que la nave tenga a bordo (art. 943).
a) Tipos.
Total: El fletante se obliga a poner a disposición del fletador, mediante el pago de un flete,
todos los espacios susceptibles de recibir carga en una nave determinada, para realizar el o
los viajes convenidos.
Parcial: El fletante pone a disposición del fletador uno o más espacios determinados de la
nave. (art. 948)
b) Elemento esencial.
El elemento esencial es la obligación del fletante de ejecutar uno o más viajes conforme a
lo estipulado, en los cuales el fletador dispondrá de los espacios que haya concretado a tales
efectos.
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c) Póliza.
(3) Indicación del viaje o viajes que deben efectuarse y lugares de carga y descarga.
(7) Responsabilidad de las partes por los posibles daños a las cargas.
(8) Indicación del flete o precio y sus modalidades de pago. Este puede ser calculado a
tanto por viaje o por espacios, o por pesos o medidas.
El fletante será responsable de los daños a las mercaderías que provengan del mal
estado de la nave, a menos que pruebe que fueron consecuencia de un vicio oculto
de la cosa, no susceptible de ser advertido con razonable diligencia.
ii) Adoptar las medidas necesarias que de él dependan para ejecutar el o los viajes
convenidos.
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Si el fletante no pone la nave a disposición del fletador en las condiciones, época y lugar
convenidos, éste puede dejar sin efecto el contrato, para lo cual bastará una comunicación
escrita del fletante. (art. 950).
El art. 951 da la posibilidad al fletador para cancelar el contrato antes de que la nave
comience a cargar. Si hace uso de esta opción, el fletador deberá pagar al fletante una
indemnización equivalente a la mitad del flete convenido. Será superior si el fletante
probare que los perjuicios causados son superiores a esa cantidad, pero sin que exceda la
totalidad el flete.
El art. 961 establece otro caso de resolución de contrato. Señala que el contrato quedará
resuelto sin derecho a indemnización para ninguna de las partes, si antes del zarpe en la
nave sobreviene una prohibición de comerciar con algún país al cual estaba destinada o si
ocurre algún otro suceso de fuerza mayor y caso fortuito.
En caso que nada diga el fletador, o que no haya acuerdo cuando existan varios, la
designación la hará el fletante.
El art. 964 establece que cuando la nave ha sido objeto de fletamento total, el
fletador podrá hacer la descarga de las mercaderías en cualquier punto o lugar que
esté en el curso de la nave, pero deberá pagar el flete total estipulado por el viaje, así
como todos los gastos que se produzcan como consecuencia de la desviación y la
descarga.
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del pacto por el viaje, que será proporcional a la distancia que la nave haya recorrido
hacia el puerto de destino convenido por las partes, salvo que se hubiere pactado un
flete pagadero a todo evento.
En caso que sobrevenga un caso fortuito o fuerza mayor de carácter temporal que
significare sólo un retardo en el zarpe, la ejecución del contrato se entenderá suspendida
por el tiempo que dure el impedimento (art. 962).
El art. 962 agrega que para el caso de un impedimento temporal producido en viaje, se
faculta al fletador para descargar las mercaderías a su costo en el lugar que señale, debiendo
pagar el flete proporcional por la distancia recorrida.
a) Concepto.
En este caso el fletador asume la gestión náutica y comercial de la nave. La gran diferencia
estará entonces en el traspaso de la tenencia de la nave al fletador. (art. 965)
De acuerdo al art. 966, el fletador tendrá la calidad jurídica de armador, y como tal, los
derechos y obligaciones de éste.
El art. 965 señala que, en lo no previsto, se aplicarán las disposiciones generales del
arrendamiento de cosas muebles. Esto se debe a que el fletamento a casco desnudo tiene
cierta similitud con el arriendo, ya que su naturaleza es diferente al de los otros fletamentos.
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La mantención en buen estado durante el contrato, será de cargo y costo del fletador (art.
970). Sólo son de cargo del fletante los gastos por reparaciones debido a vicios ocultos.
i) Pago del flete. El flete se devenga, salvo estipulación en contrario, por adelantado,
conforme a lo dispuesto en el art. 966.
Las pólizas definen, a veces, las zonas dentro de las cuales puede o debe navegar y
buque. La infracción daría derecho para solicitar la terminación del contrato y las
indemnizaciones de perjuicio que corresponde.
d) Subfletamento de la nave.
El fletador no puede subfletar a casco desnudo o ceder el contrato sin autorización escrita
del dueño. (art. 967)
El contrato puede terminar por parte del fletante, transcurridos siete días contados desde la
fecha en que el fletador debió pagar el flete o la parte de éste que se hubiere devengado.
(art. 973).
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Agrega este artículo que si la nave no fuere restituida en el tiempo estipulado, el contrato
no se considerará renovado o prorrogado, a menos que existiere expreso consentimiento del
fletante o que el contrato así lo disponga. No hay, por lo tanto, tácita reconducción.
f) Restitución de la nave.
Señala el art. 972 que la nave deberá ser restituida a la expiración del término estipulado, en
el mismo estado en que fue entregada, salvo el desgaste por el uso normal o convenido.
a) Concepto.
El art. 923 establece dos alternativas para la explotación de una nave, distinguiéndose entre
ambas de acuerdo a la naturaleza de las obligaciones que asume el fletante o transportador.
Como se dijo, la individualización de la nave en este caso resulta casi irrelevante para el
cumplimiento de la obligación, siempre que la nave sea idónea para conducir la carga.
El contrato de transporte está compuesto de una serie de operaciones que comienza con la
carga de la mercancía, la estiba, la conducción, la desestiba y la descarga.
De todas estas operaciones nacen distintas obligaciones para las partes y por lo tanto sus
responsabilidades.
El Código de Comercio no legisla sobre la carga y descarga, sino que lo hace sobre el
transporte y el lapso de tiempo durante el cual la custodia es de cargo del portador.
Todas las normas establecidas en el Código de Comercio son imperativas, y las que se
aparten de él se tienen por no escritas (art. 1.039).
El art. 974 define el contrato de transporte marítimo como aquel en virtud del cual el
porteador se obliga contra el pago de un flete, a transportar mercancías por mar de un
puerto a otro.
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Cuando el contrato comprende transporte marítimo y además, por cualquier otro medio, el
art. 974 inc. 2º dispone que estará regido por las normas de este contrato durante el período
en el cual las mercancías están bajo la custodia del transportador, sea en tierra o durante el
transporte. En las otras etapas se regirá por las normas del modo de transporte que se
emplee.
El art. 929 establece que las normas del contrato de transporte marítimo son imperativas
para las partes. Esto significa que sus disposiciones son de orden público. Las únicas
excepciones a este principio son aquellas en que la ley expresamente disponga lo contrario.
i) Porteador o transportador: es toda persona que por sí o por medio de otra que actúa
en su nombre, ha celebrado un contrato de transporte marítimo de mercancías con
un cargador. (art. 975) Es quien realiza el transporte.
iii) Cargador: es toda persona que por sí o por medio de otra que actúa en su nombre o
por su cuenta, ha celebrado un contrato de transporte marítimo de mercancías con
un porteador, y toda persona que por sí o por medio de otra que actúa en su nombre
o por su cuenta, ha entregado efectivamente las mercancías al porteador en virtud
del contrato de transporte marítimo.
iv) Consignatario: es la persona habilitada por un título para recibir las mercancías.
Este concepto comprende también la situación del agente o dependiente.
c) Mercancías.
El art. 976 señala qué se entiende por mercancía: toda clase de bienes muebles,
comprendiendo también los animales vivos.
Cabe recordar que las faenas de carga, estiba, desestiba y descarga no están legisladas, por
lo que se estará a lo estipulado por las partes.
La carga es la operación por la que se toman las mercancías donde están almacenadas y se
las deja en el lugar en que serán definitivamente acomodadas, sea en bodega o cubierta.
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La estiba es el conjunto de movimiento y traslado de la carga para acomodarla en el lugar
que corresponda.
El art. 979 señala el ámbito de aplicación de las disposiciones sobre transporte marítimo.
Las disposiciones se aplican siempre que:
ii) El conocimiento de embarque u otro documento que haga prueba del contrato
estipule que el contrato se regirá por las disposiciones de las normas pertinentes del
Código de Comercio.
iii) Uno de los puertos facultativos de descarga previsto en el contrato sea el puerto
efectivo de descarga y éste se encuentre dentro del territorio nacional.
En definitiva, las disposiciones del código son amplias, dado que se aplican tanto al
transporte internacional como al cabotaje.
El transporte marítimo está sujeto a varios riesgos propios del ambiente en que se
desarrolla. Estas responsabilidades pueden afectar al transportador, el cargador o al
consignatario.
Período de Responsabilidad:
La responsabilidad del transportador está relacionada con la custodia de las mercancías, por
lo tanto, dicha responsabilidad comprende el período en que éstas están bajo su cuidado,
sea en tierra o durante el transporte (art. 982).
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Las mercancías se consideran bajo la custodia del transportador:
i) Desde el momento en que éste las haya tomado a su cargo al recibirlas del cargador
o de la persona que actúa en su nombre.
ii) O bien de una autoridad u otro tercero en poder de los cuales, según las leyes o
reglamentos aplicables en el puerto de carga, se hayan de poner las mercaderías para
ser embarcadas.
Las mercancías se consideran que han salido de la custodia del transportador cuando éste
las haya entregado de cualquiera de las siguientes formas (art. 983)
Hay retraso cuando las mercancías no han sido entregada en el puerto de descarga dentro
del plazo expresamente acordado, o a falta de acuerdo, cuando no han sido entregadas
dentro del plazo que atendidas las circunstancias del caso sería razonable exigir al
transportador diligente (art. 985).
Estas se consideran perdidas si no han sido entregadas en su destino bajo alguna de las
formas señaladas en el inc. 1º del art. 983 dentro de los 60 días siguientes a la expiración
del plazo de entrega, determinado según el art. 985 (art. 986).
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Es importante señalar que el transportador no es responsable, salvo avería gruesa, por
pérdidas, daños o retrasos causados por medidas adoptadas para el salvamento de vidas
humanas o de medidas razonablemente adoptadas para el salvamento de bienes en el mar
(art. 990).
Puede darse que produzca conjuntamente culpa o negligencia del transportador, con otras
causas que en definitiva ocasione conjuntamente la pérdida, daño o retraso en la entrega.
En este caso el transportador sólo será responsable de la parte de las pérdidas, daño o
retraso que pueda atribuir a su culpa o negligencia, pero siempre que pruebe el monto de las
pérdidas, daño o retraso que son imputables a las otras causas.
Límites de la responsabilidad:
De acuerdo con el art. 992 existe dos opciones en cuanto a la limitación de responsabilidad
por los perjuicios resultantes de la pérdida o daño de las mercancías.
La “unidad de cuenta” es, como su nombre indica, una unidad de cuenta establecida
para efectos del comercio marítimo por el Fondo Monetario Internacional y también
recibe el nombre de Derecho Especial de Giro (art. 1.244).
El reclamante puede optar por cualquiera de estas dos opciones, según le convenga,
comparando las cantidades resultantes por bultos u otra unidad de carga, con aquella cuya
medida sea el kilo.
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hubieran sufrido retraso, pero no excederá de la cuantía total del flete que corresponda, en
virtud del contrato de transporte marítimo.
El art. 994 establece un límite máximo de responsabilidad acumulado del transportador, por
los conceptos enunciados en los arts. 992 y 993, los que en ningún caso podrán exceder de
las 835 unidades de cuenta por bulto o de dos y media unidades de cuenta por kilo de peso
bruto de mercancías, si esta última fuera mayor, a menos que se hubieren pactado límites
superiores.
No obstante la imperatividad del Código de Comercio, éste permite que se puedan fijar
límites superiores de responsabilidad del transportador.
a) Concepto.
Sin embargo, las prácticas comerciales han hecho que el conocimiento tenga hoy el carácter
de título representativo de mercancías con valor económico respecto de aquellas que se
individualizan.
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Además su poseedor podrá utilizarlo como un título negociable y transferible, y en este
último caso tiene el efecto de transferir la mercancía mediante la entrega del documento.
El tenedor legítimo podrá exigir la entrega de las mercancías aún cuando no tenga un título
de propiedad sobre ésta, ya que la obligación del transportador nace de la sola presentación
que el tenedor hace del conocimiento de embarque.
Además, de acuerdo al art. 1.026, puede emitirse otro documento distinto del conocimiento
para probar la entrega de las mercancías.
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Los artículos 1044 a 1077 del Código de Comercio regulan el contrato de pasaje, esto es,
aquel contrato que obliga al transportador a conducir a una persona por mar en un trayecto
determinado, a cambio del pago de una remuneración denominada pasaje.
Las normas de este contrato se aplican solamente a los contratos de pasaje por vía marítima,
excluyendo los contratos que ocupan ríos o lagos, que están sujetos a otras normas.
Tampoco se aplican estas normas al transporte de personas dentro del mismo puerto, rada o
bahía con fines recreativos o de turismo.
a) Concepto.
Genéricamente pueden definirse como los daños o gastos extraordinarios que puedan
acaecer en una expedición marítima, que tengan el carácter de ajenos a aquellos inherentes
o propios a una normal explotación de la nave.
(1) Todo daño que sufra la nave, estando o no cargada, en puerto o durante la
navegación y los que afecten a la carga desde que es embarcado en el lugar de
expedición, hasta su desembarque en el de consignación y
(2) Todos los gastos extraordinarios e imprevistos incurridos durante la expedición para
la conservación de la nave, de la carga o de ambas a la vez.
El art. 1.088 agrega que no son averías los gastos ordinarios originados por pilotaje o
practicaje, lanchas y remolques, derechos portuarios y otros servicios de navegación, por la
carga y descarga de mercancías y en general, por los gastos ordinarios de la navegación.
Estos desembolsos son de cuenta y cargo del transportador o fletante, salvo que las partes
hayan acordado algo distinto, o el Código disponga otra cosa.
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Son casos de avería de gasto los siguientes: arribada forzosa, asistencia a una nave,
reparaciones necesarias para continuar el viaje, etc.
Son casos de avería de daño los siguientes: echazón de la carga, daños para apagar un
incendio, etc.
i) Los daños o pérdidas que afecten a la nave o a la carga por efecto de fuerza mayor o
caso fortuito, vicio propio o actos y hechos del cargador, del naviero, de sus
dependientes o de terceros.
ii) Los gastos extraordinarios o imprevistos incurridos en beneficio exclusivo de la
nave, de la carga o de una parte de ésta.
iii) En general, todos los daños y gastos extraordinarios e imprevistos que no merezcan
la clasificación de avería común.
El elemento que caracteriza este tipo de averías es que los daños o pérdidas no redundan en
un interés común, es decir, no van en beneficio o interés de la expedición marítima. Ej.:
cuando la carga sufre daño como consecuencia de un mal embalaje, o por incendio.
La regla general es que las averías son calificadas de particular, siendo la avería común
algo excepcional.
El art. 1094 señala que el propietario de la cosa que hubiere sufrido el daño o causado el
gasto, debe soportar la avería particular, sin perjuicio del derecho para perseguir las
responsabilidades que correspondan.
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Definición:
La avería gruesa se basa en dos principios: la seguridad y el beneficio común. Este sistema
sigue teniendo gran aplicación en el derecho marítimo, aún cuando el sistema de seguros
considere una cobertura la avería gruesa.
Requisitos:
ii) El sacrificio o gasto debe ser efectuado intencional y razonablemente, vale decir,
este requisito exige una voluntariedad desde un comienzo.
iii) El objeto de los sacrificios o gastos debe ser preservar de un peligro común los
intereses comprometidos en la expedición marítima.
Una vez que la nave entra a puerto, y tan pronto como sea posible, el capitán deberá
ratificar los hechos, relativos a la avería común consignados en el libro de bitácoras, ante
un ministro de fe.
Solo se admite como avería común los daños, pérdidas o gastos que sean consecuencia del
acto respectivo. También se consideran como gastos, los de liquidación de la avería y los
intereses por los valores abonables a averías. (art. 1.099).
También son admisibles como avería gruesa los gastos en que se hubiere incurrido para
evitar las pérdidas, daños o desembolsos que habrían sido abonables en avería gruesa, hasta
concurrencia del valor del daño, pérdida o gasto evitado.
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Los daños y pérdidas por demora que se ocasionen a la nave o cargamento, ya sea durante
el viaje o después, y las pérdidas indirectas debido a esta misma causa no son admitidos en
avería gruesa.
Peso de la prueba:
Corresponde a quien pretende que un daño o gasto es avería gruesa, probar lo pertinente.
(art. 1.101)
La avería gruesa es de cargo de la nave, del flete y de la mercancía existente al tiempo del
suceso constitutivo de la avería gruesa, en proporción a los respectivos valores (art. 1.102).
Habrá lugar a liquidación aunque el suceso que hubiere originado el daño o gasto se haya
debido a la culpa de una de las partes interesadas en la expedición marítima, sin perjuicio
de las acciones o defensas que se pudieren ejercitar en su contra. Ej.: caso de varadura no
voluntaria de una nave, causada por culpa náutica del capitán, al no haber ejercido éste la
debida diligencia.
Liquidación:
La avería común se liquida sobre la base de los valores de los intereses comprometidos en
la fecha y lugares donde termina la expedición marítima.
Impugnación:
Para objetar la legitimidad de la avería se puede deducir una objeción ante el juez que
conoció de la declaración de avería. Ello, en el plazo de 60 días contado desde que se haya
recibido la comunicación por escrito de la declaración de avería.
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Importancia de la declaración de avería:
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