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con el que se conoce al conjunto de combates aéreos librados en cielo británico y sobre el canal de la
mancha, entre julio y octubre de 1940, cuando la Alemania nazi buscó destruir a la Real Fuerza Aérea
británica (RAF) con el fin de lograr la superioridad aérea necesaria para invadir Gran Bretaña, esta operación
conocida como Operación León Marino.
Ni Adolf Hitler ni la Wehrmacht creían posible conseguir una invasión anfibia con éxito hasta que la RAF
hubiera sido neutralizada. Los objetivos secundarios eran destruir la producción de aeronaves y las
infraestructuras terrestres para obligar al gobierno británico a buscar una solución negociada. Los alemanes
fueron derrotados por los británicos, lo que sirvió a los Aliados para utilizar Gran Bretaña como base para
invadir Europa en 1944.
Algunos historiadores han discutido sobre el hecho de que ningún tipo de invasión hubiera sido posible dada
la superioridad masiva de la Marina Real británica sobre la Kriegsmarine, dicha operación probablemente
hubiera sido un desastre. Se argumenta que la Luftwaffe hubiera sido incapaz de evitar la decisiva
intervención de los cruceros y destructores de la Marina Real, incluso con superioridad aérea.
La batalla de Inglaterra fue la primera gran batalla enteramente disputada en el aire. Fue la mayor y más
concurrida campaña aérea habida hasta día de hoy y la primera prueba de las estrategias de bombardeos que
emergieron desde la Primera Guerra Mundial. Fue también la primera derrota de Alemania en la Segunda
Guerra Mundial. Esta derrota supuso que, al invadir Hitler la URSS en 1941, Alemania luchara en una
guerra con dos frentes abiertos a la vez, contradiciendo sus ideas expuestas en Mein Kampf, en las que
exponía la desventaja geográfica de Alemania, posicionada entre las potencias occidentales (como el Reino
Unido y Francia) y el gobierno socialista de la URSS, respecto a otras potencias y por lo tanto no debía
nunca luchar una guerra sin cerrar primero un frente antes de abrir otro.
Índice
• 1Antecedentes
• 2Operación León Marino
• 3Operación Día del Águila
• 4Punto de inflexión
• 5Cine
• 6Referencias
• 7Bibliografía
• 8Enlaces externos
Antecedentes[editar]
La cancelada Operación León Marino, que sería la invasión del Reino Unido por la Alemania nazi desde la Francia
ocupada.
Bases de operaciones de Alemania (Luftwaffe) y las bases áreas y radares de Reino Unido.
Londres devastada tras los bombardeos alemanes, vista desde la Catedral de San Pablo. Al fondo la cúpula del Old
Bailey.
Winston Churchill45
Punto de inflexión[editar]
Daños ocasionados durante el bombardeo a Londres.
Escuadrón polaco 303. Con 126 aviones alemanes derribados consiguió el mejor balance de la RAF.
Si bien los daños en el bombardeo británico sobre Berlín fueron prácticamente ínfimos (al menos
comparados con los graves daños causados por la Luftwaffe en suelo británico), Churchill consiguió lo que
buscaba. Hitler, herido en su orgullo, ordenó a la Luftwaffe abandonar la estrategia de bombardeos a
aeródromos británicos para concentrarse en las ciudades; principalmente sobre Londres. Fue entonces
cuando empezó el Blitz, bombardeo sostenido de la aviación alemana sobre las ciudades británicas, que tuvo
lugar entre el 7 de septiembre de 1940 y el 16 de mayo de 1941, y cuyo objetivo fue aterrorizar a la
población civil. Entre septiembre y noviembre de 1940 la ciudad de Londres fue
bombardeada diariamente por aviones alemanes, de día y de noche. También hubo ataques
contra Birmingham y Brístol, y los alemanes, en su afán de venganza, bombardearon ciudades reconocidas
por su arquitectura y cultura como Exeter y Bath. Aunque este cambio de táctica en la guerra aérea implicaba
casi la destrucción total de Londres, Churchill estaba dispuesto a afrontar el sacrificio a cambio de que la
RAF tuviera el tiempo necesario para rearmarse. Este objetivo se consiguió y los británicos superaron a los
alemanes en producción de aviones, si bien no poseían tantos pilotos, lo cual se estaba convirtiendo en un
grave problema.
Las bajas alemanas no eran particularmente cuantiosas para la Luftwaffe, mientras que las bajas británicas sí
eran elevadas para la RAF (en visible inferioridad numérica si se consideraban todos los aeroplanos
alemanes apostados a lo largo de la Europa ocupada), pero la sensación era que Alemania estaba perdiendo
la batalla al no lograr el objetivo reclamado por la Kriegsmarine: la destrucción de la fuerza aérea británica
como requisito para iniciar la Operación León Marino. Los bombarderos alemanes Heinkel He 111 y Junkers
Ju 88 encontraron cada vez más resistencia británica, al no poder contar con la protección de los
cazas Messerschmitt Bf 109, que tenían baja autonomía de vuelo para poder cumplir sus misiones desde los
aeródromos alemanes en Francia, y la moral británica no se resquebrajó.
Finalmente, cansado de esperar e impresionado por las bajas (desde el 10 de julio de 1940 hasta octubre del
mismo año 1733 aviones según cifras alemanas y casi 1900 según fuentes británicas 10), Hitler decidió el 17
de septiembre de 194010 cancelar la Operación León Marino y ordenó comenzar con un nuevo tipo de
incursión aérea: el bombardeo nocturno indiscriminado aprovechando la oscuridad de la noche para evitar lo
máximo posible la lucha contra la aviación británica y sus sistemas antiaéreos rápidamente mejorados. Los
ataques aéreos continuos entre noviembre de 1940 y febrero de 1941 alcanzaron entonces a Coventry (con la
destrucción casi total de esta pequeña
ciudad), Birmingham, Liverpool, Plymouth, Mánchester, Sheffield, Hull, y Brístol, llegando la Luftwaffe a
bombardear Belfast, en la isla de Irlanda, el 15 de abril de 1941. La ciudad de Londres siguió siendo atacada
por la Luftwaffe, con menos frecuencia pero de forma más potente aún. En cierto modo, aquella fue la forma
inconfesa de aceptar la victoria británica y la primera gran derrota de la Luftwaffe.
Una fuerza expedicionaria italiana de unos cuarenta aviones llamada Corpo Aéreo Italiano fue enviada
por Benito Mussolini para que colaborase en la batalla junto a la Luftwaffe en septiembre de 1940; los
aviones italianos participaron en varios combates pero sufrieron graves pérdidas y no obtuvieron éxito
alguno hasta que fueron repatriados en enero de 1941. De forma similar, la RAF empezó a recibir pilotos de
casi todo el Imperio británico: hubo pilotos de Canadá, Unión Sudafricana, Australia y Nueva Zelanda. A
ello se agregaron voluntarios llegados de países ya ocupados por tropas alemanas, creándose escuadrillas
formadas completamente por pilotos de Polonia, Checoslovaquia y de la Francia Libre. En total, de 2936
pilotos y tripulantes de la RAF que participaron en la batalla de Inglaterra, hubo 15 nacionalidades distintas,
entre ellas 141 polacos, 87 checos, 24 belgas y 13 franceses.2
El 15 de septiembre de 1940, conmemorado desde entonces como «Battle of Britain Day», fue el día de más
concentración de ataques de las cazas de la Luftwaffe sobre Londres. Por la mañana, unos 250 cazas
británicos combatieron a unos 150 cazas alemanes, mientras que por la tarde, unos 275 Hurricanes y
Spitfires combatieron a unos 340 Messerschmitt 109. Uno de cada cinco pilotos de la RAF volando ese día
eran pilotos polacos.11 Ese día la Luftwaffe perdió a más de 60 aparatos, mientras que los británicos unos
80.10 Por otra parte, aunque los Messerschmitt 109 eran más rápidos que los Hurricanes y Spitfires —
siempre dependiendo de la altitud— estaban volando al límite de su capacidad alcance efectivo.10
Dos días después, Hitler ordenó el cese definitivo de la Operación León Marino.10
A finales de mayo de 1941 cesaron los ataques en gran escala de la Luftwaffe sobre el Reino Unido. El
Gobierno británico no solo no iba a capitular ante Hitler, sino que por el contrario el afán de resistencia había
aumentado con el único objetivo de vencer a Alemania: la RAF mantenía su fuerza y la producción de
aviones por parte británica aumentaba. Por tanto, la Luftwaffe no había cumplido la principal misión que le
había sido encomendada. En consecuencia, la Kriegsmarine consideró que era un elevadísimo riesgo ejecutar
la Operación León Marino ante tales circunstancias, ya que era muy inferior a la Royal Navy. Hitler, tras
atacar y vencer al Reino de Yugoslavia y al Reino de Grecia en abril de 1941, ordenó desplegar la mayoría
de cazas y bombarderos alemanes en Europa Oriental para que la Luftwaffe apoyase ahora el ataque
del ejército contra la Unión Soviética desde el 22 de junio, en la Operación Barbarroja. Los alemanes habían
perdido la batalla, lo cual tendría importantes consecuencias, ya que, cuatro años más tarde, los británicos y
los estadounidenses utilizarían el sudeste de Gran Bretaña como base para el Desembarco de Normandía y
así poder liberar la Europa continental occidental.