Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Bachiller:
Andrea Paola Medina Fuentes
CI: 28.521.118
ANATOMÍA Y FISIOLOGÍA DEL SISTEMA NERVIOSO: es una red compleja de
estructuras especializadas que tienen como misión controlar y regular el
funcionamiento de los diversos órganos y sistemas, coordinando su interrelación y
la relación del organismo con el medio externo. Detecta y evalúa información y
responde con cambios fisiológicos en músculos o glándulas. Se divide en dos
grandes subsistemas:
1. Sistema nervioso central (SNC): compuesto por el encéfalo y la médula
espinal.
2. Sistema nervioso periférico (SNP): dentro del cual se incluyen todos los
tejidos nerviosos situados fuera del sistema nervioso central. Cuenta con
funciones sensoriales, gran parte de las actividades del SN se inician por
la experiencia sensorial, llegan de los receptores sensoriales (visuales,
auditivos, táctiles, otros.) Funciones integradoras: consisten en la
capacidad del SNC de procesar la información sensorial, analizándola y
almacenando parte de ella, lo cual va seguido de la toma de decisiones
para que tenga lugar una respuesta apropiada. Funciones motoras:
consisten en responder a las decisiones de la función integradora para
regular diversas actividades corporales.
Sistema nervioso central (SNC): realiza las más altas funciones, ya que atiende
y satisface las necesidades vitales y da respuesta a los estímulos. Ejecuta tres
acciones esenciales, que son: la detección de estímulos, la transmisión de
informaciones, la coordinación general. Está formado por el encéfalo y la médula
espinal. El encéfalo es la parte del sistema nervioso central contenida en el cráneo
y el cuál comprende el cerebro, el cerebelo y el tronco del encéfalo o encefálico.
La médula espinal es la parte del sistema nervioso central situado en el interior del
canal vertebral y se conecta con el encéfalo a través del agujero occipital del
cráneo.
ENCÉFALO: El encéfalo consta de cuatro partes principales: el tronco del
encéfalo, el cerebelo, el diencéfalo y el cerebro.
El tronco del encéfalo consta de tres partes: el bulbo raquídeo, la protuberancia
y el mesencéfalo. Del tronco del encéfalo salen diez de los doce pares craneales,
los cuales se ocupan de la inervación de estructuras situadas en la cabeza. Son el
equivalente a los nervios raquídeos en la medula espinal.
El bulbo raquídeo es la parte del encéfalo que se une a la medula espinal y
constituye la parte inferior del tronco encefálico. En el bulbo se localizan fascículos
ascendentes (sensoriales) y descendentes (motores) que comunican la médula
espinal con el encéfalo. Contiene núcleos que reciben información sensorial o
generan impulsos motores relacionados con cinco pares craneales: nervio
vestíbulococlear (VIII), nervio glosofaríngeo (IX), nervio vago (X), nervio espinal
(XI) y nervio hipogloso (XII).
La protuberancia está situada inmediatamente por encima del bulbo y, al igual
que el bulbo, está compuesta por núcleos y fascículos ascendentes (sensoriales) y
descendentes (motores). Contiene núcleos que participan, junto al bulbo, en la
regulación de la respiración así como núcleos relacionados con cuatro pares
craneales: Nervio trigémino (V), nervio motor ocular externo (VI), nervio facial (VII)
y nervio vestíbulococlear (VIII).
El mesencéfalo se extiende desde la protuberancia hasta el diencéfalo, y al igual
que el bulbo y la protuberancia contiene núcleos y fascículos. En su parte posterior
y medial se sitúa el acueducto de Silvio, un conducto que comunica el III y el IV
ventrículo y que contiene líquido cefaloraquídeo.
El cerebelo ocupa la porción posteroinferior de la cavidad craneal detrás del
bulbo raquídeo y protuberancia. Lo separan del cerebro la tienda del cerebelo o
tentorio, una prolongación de la dura madre, la cual proporciona sostén a la parte
posterior del cerebro. La función principal del cerebelo es la coordinación de los
movimientos.
El diencéfalo se sitúa entre el tronco del encéfalo y el cerebro, y consta de dos
partes principales: el tálamo y el hipotálamo.
El tálamo es la principal estación para los impulsos sensoriales que llegan a la
corteza cerebral desde la médula espinal, el tronco del encéfalo, el cerebelo y
otras partes del cerebro. Además, el tálamo desempeña una función esencial en la
conciencia y la adquisición de conocimientos (cognición) así como en el control de
las emociones y la memoria. Asimismo, el tálamo participa en el control de
acciones motoras voluntarias y el despertar.
El hipotálamo está situado en un plano inferior al tálamo y consta de más de
doce núcleos con funciones distintas. El hipotálamo controla muchas actividades
corporales y es uno de los principales reguladores de la homeostasis.
El cerebro forma la mayor parte del encéfalo y se apoya en el diencéfalo y el
tronco del encéfalo. Consta de la corteza cerebral (capa superficial de sustancia
gris), la sustancia blanca (subyacente a la corteza cerebral) y los núcleos estriados
(situados en la profundidad de la sustancia blanca). El cerebro es la “cuna de la
inteligencia”, que permite a los seres humanos leer, escribir, hablar, realizar
cálculos, componer música, recordar el pasado, planear el futuro e imaginar lo que
no ha existido.
La médula espinal se localiza en el conducto raquídeo de la columna vertebral, el
cual está formado por la superposición de los agujeros vertebrales, que conforman
una sólida coraza que protege y envuelva a la médula espinal. El SNC está
rodeado por tres capas de tejido conjuntivo denominadas meninges.
1. Duramadre: es la capa más externa y la más fuerte. Está formada por tejido
conjuntivo denso irregular. Está adherida al hueso. Presenta unas proyecciones en
forma de tabiques.
2. Aracnoides: está por debajo de la duramadre. Formada por tejido conjuntivo
avascular rico en fibras de colágeno y elásticas que forman como una malla. Entre
esta meninge y la duramadre está el espacio subdural.
3. Piamadre: es una capa muy fina y transparente de tejido conectivo que está
íntimamente adherida al sistema nervioso central al cual recubre. Entre la
aracnoides y la piamadre se halla el espacio subaracnoideo, que contiene líquido
cefaloraquídeo.
El líquido cefaloraquídeo (LCR) es transparente e incoloro; protege el encéfalo y
la médula espinal contra lesiones químicas y físicas, además de transportar
oxígeno, glucosa y otras sustancias químicas necesarias de la sangre a las
neuronas y neuroglia. Se produce en unas estructuras vasculares situadas en las
paredes de los ventrículos llamadas plexos coroideos.
Sistema nervioso periférico (SNP): formado por nervios que conectan el
encéfalo y la médula espinal con otras partes del cuerpo. Los nervios que se
originan en el encéfalo se denominan nervios craneales, y los que se originan en
la médula espinal, nervios raquídeos o espinales. Los nervios espinales o
raquídeos y sus ramas comunican el SNC con los receptores sensoriales, los
músculos y las glándulas; estas fibras constituyen el sistema nervioso periférico.
Los 31 pares de nervios espinales salen de la columna a través de los agujeros de
conjunción, excepto el primero que emerge entre el atlas y el hueso occipital. Los
nervios espinales se designan y enumeran según la región y nivel donde emergen
de la columna vertebral. Hay ocho pares de nervios cervicales (que se identifican
de C1 a C8), 12 pares torácicos (T1 a T12) cinco pares lumbares (L1 a L5), cinco
pares sacros y un par de nervios coccígeos.
El sistema nervioso autónomo (SNA) o vegetativo inerva el músculo liso, el
músculo cardíaco y las glándulas. Junto con el sistema endocrino controlan de
forma inconsciente la homeostasis del medio interno. Anatómicamente
distinguimos una parte central del SNA, situada dentro de las meninges, y una
parte periférica, situada fuera de las meninges. Las vías motoras autónomas están
compuestas por dos motoneuronas en serie. La primera motoneurona se
denomina neurona preganglionar, su cuerpo neuronal está en el encéfalo o
médula espinal y su axón sale del SNC como parte de los nervios craneales o
raquídeos. Este axón se extiende hasta un ganglio autónomo, donde establece
sinapsis con la segunda motoneurona o neurona postganglionar V, la cual inerva
al órgano efector. La porción motora del SNA tiene dos divisiones principales, el
sistema nervioso simpático y el parasimpático. Muchos órganos reciben inervación
simpática y parasimpática y, en general, en un mismo órgano tienen funciones
antagónicas. El SNS se encarga de hacer sinapsis en los ganglios simpáticos
paravertebrales y de aquí las fibras postganglionares se dirigen básicamente a
órganos situados por encima del diafragma. Y pasar a través de la cadena
simpática sin hacer sinapsis para dirigirse a uno de los ganglios prevertables
situados dentro del abdomen (el ganglio celiaco y el ganglio hipogástrico). Sus
fibras postganglionares se distribuyen en órganos infradiafragmáticos. El
neurotransmisor liberado por las fibras preganglionares es la acetilcolina y estas
fibras se denominan fibras colinérgicas. El neurotransmisor de las fibras
postganglionares simpáticas es la noradrenalina y las fibras postganglionares se
denominan fibras adrenérgicas. Las fibras del sistema nervioso parasimpático se
originan en el cráneo y el sacro. La parte craneal se origina en los núcleos
parasimpáticos de los pares craneales III, VII, IX y X. La parte sacra se origina en
la región lateral de la sustancia gris de la medula sacra, en los niveles S-2 y S-3.
Los ganglios parasimpáticos se sitúan cerca de los órganos que van a inervar por
lo cual las fibras parasimpáticas preganglionares son largas, mientras que las
fibras parasimpáticas postganglionares tienen un recorrido corto. El
neurotransmisor liberado tanto en las fibras parasimpáticas preganglionares como
postganglionares es la acetilcolina.
- CEFALEAS: se inicia mediante aferencias trigeminales que inervan los
vasos sanguíneos, la mucosa, los músculos y los tejidos. Las fibras
procedentes de estos orígenes convergen en el ganglio del trigémino,
especialmente en la primera división. Las aferencias trigeminales terminan
en el núcleo sensorial principal del par craneal V y en su núcleo espinal, que
posee varios subnúcleos pequeños, de los cuales el más importante es el
subnúcleo caudal. Este subnúcleo recibe aferencias desde los vasos
meníngeos, las neuronas de la sensibilidad de la duramadre e incluso de la
médula cervical superior, y luego las proyecta al tálamo lateral y medial a
través del fascículo espinotalámico y a las regiones diencefálicas y del
tronco del encéfalo que están involucradas en la regulación de las funciones
autónomas. La información talámica nociceptiva asciende a la corteza
sensitiva y a otras áreas del cerebro. Aunque las cefaleas secundarias
pueden estimular la vía mediante procesos como la inflamación y la
compresión, los trastornos de las cefaleas primarias se producen
espontáneamente a través de mediadores químicos. La secuencia de
acontecimientos comienza con la activación periférica producida por la
extravasación neurógena del plasma, activada espontáneamente o por
depresión cortical propagada. Entonces se activa el complejo trigémino-
cervical, especialmente el núcleo caudal, y los pacientes pueden
experimentar alodinia, una entidad en la que un estímulo no doloroso es
percibido como doloroso. El aura se define como una alteración neurológica
visual, sensitiva o motora que puede producirse con o sin cefalea. Se piensa
que el aura se produce cuando la depresión cortical propagada provoca
despolarización de las membranas. Las neuronas y la glía pueden causar
tanto constricción como dilatación de los vasos sanguíneos. La cefalea
migrañosa tiene un claro componente genético. La migraña hemipléjica
familiar puede estar producida por mutaciones del gen CACNA1A, que se
localiza en el cromosoma 19p13.2-p13.1 y codifica los canales de calcio
neuronales dependientes del voltaje. Los pacientes con cefalea pueden
describir el dolor como pulsátil, en forma de banda o cincha o como dolor
continuo. Con frecuencia el dolor es unilateral, aunque puede ser bilateral.
La cefalea migrañosa a menudo se asocia con náuseas, vómitos, fotofobia y
fonofobia. Es invariablemente de moderado a grave e interfiere en las
actividades. Otras manifestaciones autónomas que pueden acompañar a la
migraña, a la cefalea en acúmulos y a otras variedades de cefalea son
ptosis, inyección conjuntival, lagrimeo, rinorrea, síndrome de Horner y
edema facial. Las cefaleas secundarias a veces pueden parecer similares a
las tensionales o migrañosas, pero las «señales de alerta» pueden indicar
un trastorno cefalálgico secundario en lugar de primario. Debe prestarse una
atención particular al inicio súbito de cefaleas intensas, que frecuentemente
tienen una causa secundaria subyacente. La evaluación de la cefalea de un
individuo se basa en cinco elementos de la anamnesis. Los antecedentes
familiares ayudan a determinar si una persona presenta una predisposición
genética a la cefalea. La historia vital de la cefalea determina si el dolor de
cabeza es nuevo o ha evolucionado a lo largo de la vida. La anamnesis de la
crisis aporta las características clínicas del dolor o de los dolores de cabeza.
La anamnesis médica y psiquiátrica determina si existen comorbilidades que
puedan provocar o empeorar la cefalea. La anamnesis sobre medicación y
tóxicos determina si el dolor de cabeza está producido o ha empeorado por
fármacos o drogas que la persona haya ingerido. El diagnóstico del tipo de
cefalea se basa en el tipo de dolor, la duración del dolor de cabeza y los
factores que lo acompañan. El tratamiento de una cefalea aguda depende
del tipo y gravedad de la misma. Para las cefaleas leves, serán suficientes
analgésicos simples como el paracetamol (500-1.000 mg), el paracetamol
con cafeína, el ácido acetilsalicílico (250-1.000 mg) y los antiinflamatorios no
esteroideos (AINE) (p. ej., ibuprofeno, 400-800 mg; naproxeno sódico, 220-
500 mg).
Cefalea migrañosa, la duración es de horas a días, fenómenos característicos,
unilateral, bilateral, pulsátil, moderada a grave, empeora con la actividad,
presentando, náuseas y/o vómitos, fotofobia, fonofobia.
Cefalea de tipo tensional, fenómenos característicos, dolor similar a una presión
en banda, bilateral, el dolor puede ser de leve a moderado, mejora con la
actividad. No hay náuseas o vómitos, escasa cuantía de sensibilidad a la luz o al
sonido.
Cefalea en racimos, fenómenos característicos, unilateral, dolor intenso en la
cara, duración de minutos a 1h. Presenta ptosis homolateral, miosis, rinorrea,
edema palpebral, lagrimeo.
Hemicránea paroxística, dolor unilateral en la cara, dura minutos, presenta
miosis, rinorrea, edema palpebral, lagrimeo, responde a la indometacina.
Cefalea unilateral breve con inyección conjuntival, lagrimeo, dolor ocular
unilateral, dolor orbitario, duración de segundos a 4 minutos, presentando
inyección conjuntival, lagrimeo.
Hemicránea continuada, cefalea unilateral, continuada, con dolores episódicos
punzantes. Duración continuada, síntomas acompañantes, ptosis, miosis,
rinorrea, edema palpebral, lagrimeo.
- CONVULSIONES Y EPILEPSIA: una convulsión es un episodio paroxístico
producido por descargas anormales, excesivas o actividad neuronal
sincrónica en el cerebro. De acuerdo con la distribución de las descargas,
esta actividad anormal del SNC se manifiesta de diferentes formas, que van
desde una crisis convulsiva hasta fenómenos de experiencia subjetiva
difíciles de advertir por un observador. Una convulsión es un acontecimiento
clínico discreto con signos y síntomas asociados que varían según el sitio de
la descarga neuronal en el cerebro. Las manifestaciones de convulsiones
por lo general incluyen fenómenos sensitivos, motores, autónomos o
psíquicos. Las convulsiones se presentan durante casi todas las
enfermedades graves o lesiones que afectan al cerebro, incluidos los
desajustes metabólicos, infecciones tumores, abuso de fármacos, lesiones
vasculares, deformidades congénitas y lesión cerebral. Una convulsión es
un acontecimiento único de descarga anómala que provoca un estado
abrupto y alterado de la función cerebral. Existen dos tipos de convulsiones
que son focales y generalizadas.