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Vacunas contra la hepatitis B:

DEFINICIÓN:

La vacuna contra la hepatitis B ayuda a proteger contra esta enfermedad y contra las
complicaciones que pueden ir asociadas a ella (hepatitis crónica, cirrosis y cáncer de
hígado).

Por lo general, la hepatitis B es más grave que la hepatitis A y en ocasiones llega a
ser mortal. Los síntomas pueden ser leves o graves, e incluyen pérdida del apetito,
náuseas y fatiga. En un 5-10% de los casos, la hepatitis B resulta crónica y puede
conducir a la cirrosis y al cáncer de hígado.

OBJETIVO:

La vacuna contra la hepatitis B ofrece una protección del 95-100% contra la hepatitis


B. La prevención de la infección por el virus de la hepatitis B (VHB) evita el desarrollo
de complicaciones, como enfermedades crónicas y cáncer de hígado.
Como parte del calendario infantil de vacunación, a todos los niños se les administran
habitualmente tres dosis: al nacer, entre 1 y 2 meses de edad y entre 6 y 18 meses de
edad. Los lactantes que no recibieron una dosis al nacer deben comenzar la serie tan
pronto como sea posible.
La vacuna contra la hepatitis B también se recomienda para niños mayores y
adolescentes que no fueron vacunados previamente. La vacuna se puede administrar
a cualquier adulto no vacunado que quiera protegerse de la hepatitis B.
MÉTODOS DE APLICACIÓN:
Si el tipo de vacuna lo permite se puede utilizar la vía subcutánea. En el caso de
vacunas que presentan menor inmunogenicidad por vía subcutánea, como la hepatitis
B, se utilizará la vía IM utilizando la aguja de calibre más fino (0,5x25 mm) y se
aplicará presión firme durante al menos 2 minutos.
La vacuna contra la hepatitis B se administra en una serie de dos o tres inyecciones
intramusculares. Sin embargo, si las personas que han sido vacunadas se exponen al
virus, el médico mide su nivel de anticuerpos contra la hepatitis B. Si la cantidad de
dichos anticuerpos es baja, es posible que se necesite administrar otra dosis de
vacuna.

CUIDADOS Y RECOMENDACIONES:
La vacuna también se recomienda para todos los adultos no vacunados que corren un
mayor riesgo de contraer hepatitis B, como los siguientes:

 Personas que trabajan en profesiones donde pueden estar expuestas a sangre


u otros líquidos corporales potencialmente infecciosos, como trabajadores
sanitarios, de custodia o de seguridad pública.
 Personas que viajan a zonas donde la infección es común.
 Personas con un trastorno hepático crónico (como hepatitis C, cirrosis,
enfermedad del hígado graso, enfermedad hepática relacionada con el alcohol
y hepatitis autoinmunitaria) o que presentan concentraciones elevadas de
ciertas enzimas hepáticas en la sangre.
 Las personas con insuficiencia renal, incluyendo aquellos que necesitan
diálisis.
 Las personas embarazadas o amamantando deben vacunarse si están en
riesgo de infectarse con hepatitis B. El embarazo o la lactancia no son razones
para evitar la vacuna contra la hepatitis B.
 Las personas con enfermedades menores, como un resfriado, pueden recibir la
vacuna.

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