Está en la página 1de 4

DIFERENCIAS ENTRE RESPONSABILIDAD CIVIL Y PENAL

1. Tipo de sanción

Un primer punto de discrepancia tiene que ver con el tipo de


sanción que se deriva de cada tipo de responsabilidad. En el caso
de la responsabilidad civil, las sanciones son de tipo monetario,
siendo la cantidad variable dependiendo del daño que se haya
provocado. En el caso de la responsabilidad penal, estamos
hablando de actos que constituyen un delito, por lo que las
sanciones son mucho más severas e incluyen no sólo multas, sino
también la privación de libertad con encarcelamiento.

2. Requisitos

No cualquier persona puede asumir responsabilidades civiles o


penales. Para ello, el individuo debe cumplir determinadas
condiciones. En el caso de la responsabilidad civil, la persona debe
tener entre 7 y 16 años y debe poder demostrarse que el menor
actuó de una manera consciente. A partir de los 16 años ya se
considera que el individuo es plenamente consciente de sus actos y
por ello puede contraer este tipo de responsabilidad.

En cambio, en el caso de la responsabilidad penal solo las personas


mayores de dieciocho años pueden asumirla. Si un menor de edad
comete un acto constitutivo de delito, se considerará como una
acción que acarrea responsabilidad civil, con independencia del
acto delictivo que haya llevado a cabo.
3. Personas afectadas

En cuanto a las personas sobre las que pesa cada uno de estos
tipos de responsabilidad también hay diferencias. Por su parte, la
responsabilidad penal sólo puede recaer en una persona, que es la
responsable del acto cometido. Por el contrario, la responsabilidad
civil puede pesar sobre varios individuos a la vez.

4. Quién puede denunciar

No cualquier persona puede denunciar en relación con cada una de


ambas responsabilidades. Si se trata de un acto delictivo recogido
en el código penal, esta acción puede ser denunciada por cualquier
individuo que conozca lo que está sucediendo. Sin embargo,
cuando se trata de un acto que implica responsabilidad civil, sólo
es posible que puedan denunciar la persona afectada o sus
herederos.

5. Distintas prescripciones

Las prescripciones de las acciones civiles y los delitos también van


a ser claramente distintos. En el caso de que se trate de un delito, el
tiempo que debe transcurrir para que éste prescriba será variable
en cada caso, pudiendo oscilar entre los seis meses y los quince
años.

Por el contrario, en el caso de las acciones civiles el período de


prescripción es único para todas ellas, teniendo una duración de
cuatro años desde que fueron cometidas. La única excepción se da
en referencia a la responsabilidad civil contractual, ya que en este
caso se prolonga hasta cinco años.
6. Víctima

La víctima a la que la persona responsable ha provocado un daño


también se considerará de manera distinta dependiendo de si
hablamos de una causa penal o civil. En el caso de que se trate de
un delito, esta acción se considera una ofensa no sólo para la
persona afectada directamente, sino para toda la sociedad en su
conjunto.

Por ejemplo, si una persona asesina a otra, el homicidio es


concebido como una ofensa contra toda la población. Por este
motivo, estas acciones son calificadas como delitos contra el
Estado, por lo que es el Estado el que juzga y el fiscal quien
presenta la causa ante el tribunal como representante del mismo.
Si habláramos de una acción civil, sería la víctima la encargada de
presentar la causa, ya que este daño no se califica como un mal
para toda la sociedad, sino solo para el afectado directo.

7. Pruebas

Para atribuir una responsabilidad a una persona deben existir


pruebas. Sin embargo, el grado de pruebas necesarias es diferente
en función de si se trata de una causa penal o una civil. Los delitos
se deben probar de manera minuciosa sin resquicio de duda. Sin
embargo, las acciones civiles se comprueban con baremos menos
estrictos. Esto se debe a que la responsabilidad civil tiene muchas
menos implicaciones que la penal (recordemos que la penal puede
llegar a privar de la libertad), por lo que los errores en este sentido
son inadmisibles.
8. Abogados

En las causas penales, el acusado tiene derecho a un abogado. Si


no pudiera costearse uno privado, el Estado debe asignarle uno
gratuito. En cambio, en las causas civiles no se asigna un abogado
de oficio nunca, por lo que el demandado deberá costearse uno o
defenderse a sí mismo.

9. Protecciones

Las protecciones que se ofrecen a los acusados en las causas


penales son numerosas en comparación con las que se ofrecen a
los demandados de las causas civiles, que son prácticamente
inexistentes.

También podría gustarte