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EL MEDICO PARA LOS ENFERMOS

Mar 2:17 Al oír esto Jesús, les dijo: Los sanos no tienen necesidad de médico, sino los enfermos.
No he venido a llamar a justos, sino a pecadores.

Estando en la ciudad de Capernaum, Jesús salió cerca de la orilla del mar de Galilea y la gente
comenzó a reunirse; y el Señor aprovechaba cada momento con la gente para enseñarles el
verdadero sentido de las Escrituras, Mar 2:13 Después volvió a salir al mar; y toda la gente venía
a él, y les enseñaba. Y mientras caminaba, vio a un publicano llamado Leví, sentado cobrando los
impuestos, Mar 2:14 Y al pasar, vio a Leví hijo de Alfeo, sentado al banco de los tributos
públicos, y le dijo: Sígueme. Y levantándose, le siguió. La reacción del publicano Leví, que más
tarde va a ser conocido como el apóstol Mateo, es una reacción instantánea al llamamiento de Jesús,
pues la Biblia dice que se levantó y le siguió, es casi seguro que Leví ya hubiese oído hablar de
Jesús, pues su fama se había extendido en todas aquellos lugares; y al escuchar a Jesús llamándole,
en primera instancia se sorprendió y no lo pensó dos veces; la Biblia es clara y firme cuando dice:
Luc 5:28 Y dejándolo todo, se levantó y le siguió. Parece solo un llamamiento de un momento,
pero Leví realmente está dejando de una forma total su oficio, aquel oficio o negocio que lo había
hecho no solo una persona rica; sino también una persona detestable para su propia sociedad Judía;
los publicanos eran odiados porque era gente que le cobraba los impuestos a sus propios
conciudadanos, para el imperio romano y de hecho tenían la mala fama de que cobraban más de lo
establecido para sus propios beneficios; de hecho cuando unos publicanos buscaron a Juan el
Bautista, les aseveró que tuvieran cuidado con eso, Luc 3:12 Vinieron también unos publicanos
para ser bautizados, y le dijeron: Maestro, ¿qué haremos? Luc 3:13 El les dijo: No exijáis más
de lo que os está ordenado.

Leví le hizo un gran banquete e invitó a muchos de sus amigos que eran publicanos, Luc 5:29 Y
Leví le hizo gran banquete en su casa; y había mucha compañía de publicanos y de otros que
estaban a la mesa con ellos. Y claro esto creo un reproche religioso, entre los que vieron aquello,
Luc 5:30 Y los escribas y los fariseos murmuraban contra los discípulos, diciendo: ¿Por qué
coméis y bebéis con publicanos y pecadores? Esta no es una pregunta de curiosidad sino mas bien
es una pregunta acusativa.

En la elite religiosa, era desagradable ver a Jesús a quien la gente veía como un profeta, sentado a la
mesa con Leví y otros publicanos, pues según sus pensamiento religioso, al Señor no parecía
importarle el pecado de aquellas personas. Pero eso no era cierto, pues el mismo Jesús lo explicó,
que veía los pecados de ellos como una grave enfermedad, y ¿qué médico puede hacer su trabajo,
sin acercarse al enfermo?

Durante su ministerio en la tierra, Jesús frecuentemente se encontraba y comía con publicanos, cosa
que era repudiada por los términos religiosos de aquel tiempo, pues un maestro de la Ley, lo que
menos hacia era acercarse a este tipo de gente y muchos menos para comer con ellos, los fariseos y
doctores de la ley, veían como algo reprochable esto, Luc 15:1 Se acercaban a Jesús todos los
publicanos y pecadores para oírle, Luc 15:2 y los fariseos y los escribas murmuraban, diciendo:
Este a los pecadores recibe, y con ellos come. Muchas personas, principalmente los que profesan
religiones, juzgan los errores de otros como si ellos no fueran humanos y no cometieran errores, sn
embargo Dios no es así, Hch 10:34 Entonces Pedro, abriendo la boca, dijo: En verdad
comprendo que Dios no hace acepción de personas, esto no significa que Dios tenga por inocente
al culpable, mas bien es misericordia divina para aquellos que están lejos, o sea a todos nos ama
como seres humanos y no quiere que ninguno perezca, aunque al final cada quien toma sus propias
decisiones, 2Pe 3:9 El Señor no retarda su promesa, según algunos la tienen por tardanza, sino
que es paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno perezca, sino que todos procedan
al arrepentimiento. El problema del menosprecio es sumamente grave en aquellos que se sienten
por lo general mejores que los demás, Jua 7:48 ¿Acaso ha creído en él alguno de los
gobernantes, o de los fariseos? Jua 7:49 Mas esta gente que no sabe la ley, maldita es . Este
menosprecio a los errores de los demás los ataba a una triste condición de superioridad, Luc 18:9
A unos que confiaban en sí mismos como justos (esta es la causa general del sentirse superiores a
los demás), y menospreciaban a los otros, dijo también esta parábola: Luc 18:10 Dos hombres
subieron al templo a orar: uno era fariseo, y el otro publicano. Los fariseos y doctores de la ley,
se consideraban así mismos como sanos entres los enfermos y esta era sus peor ruina, Luc 18:11
El fariseo, puesto en pie, oraba consigo mismo de esta manera: Dios, te doy gracias porque no
soy como los otros hombres, ladrones, injustos, adúlteros, ni aun como este publicano; Luc 18:12
ayuno dos veces a la semana, doy diezmos de todo lo que gano. Entonces el evangelio no era para
ellos pues ellos sentían que no tenían ninguna necesidad de Jesús por su aparente condición de
“sanidad” Mar 2:17 Al oír esto Jesús, les dijo: Los sanos no tienen necesidad de médico, sino los
enfermos. No he venido a llamar a justos, sino a pecadores.

No vino a llamar a justos porque simplemente NO los hay, Rom 3:10 Como está escrito: No hay
justo, ni aun uno; pero no todos pueden ver la gravedad de sus enfermedad y la necesidad del
médico divino y esto es lo que probablemente hace la mayor diferencia entre los enfermos y los que
se consideran sanos, los enfermos reconocen sus errores, los demás solo son palabras sin acciones,
Mat 21:28 Pero ¿qué os parece? Un hombre tenía dos hijos, y acercándose al primero, le dijo:
Hijo, vé hoy a trabajar en mi viña. Mat 21:29 Respondiendo él, dijo: No quiero; pero después,
arrepentido, fue. Se acerca al otro hijo por la negativa del primero, Mat 21:30 Y acercándose al
otro, le dijo de la misma manera; y respondiendo él, dijo: Sí, señor, voy. Y no fue. Esta es
diferencia entre unos y otros, Mat 21:31 ¿Cuál de los dos hizo la voluntad de su padre? Dijeron
ellos: El primero. Jesús les dijo: De cierto os digo, que los publicanos y las rameras van delante
de vosotros al reino de Dios. Mat 21:32 Porque vino a vosotros Juan en camino de justicia, y no
le creísteis; pero los publicanos y las rameras le creyeron; y vosotros, viendo esto, no os
arrepentisteis después para creerle. Debemos ser muy cuidadosos de como vemos los errores de
los demás, incluso hay creyentes que se atreven a menospreciar la ignorancia del religioso
tradicional, pero eso no es el espíritu de las escrituras, como bien lo dice el apóstol Santiago, Stg
2:8 Si en verdad cumplís la ley real, conforme a la Escritura: Amarás a tu prójimo como a ti
mismo, bien hacéis; Stg 2:9 pero si hacéis acepción de personas, cometéis pecado, y quedáis
convictos por la ley como transgresores. Stg 2:10 Porque cualquiera que guardare toda la ley,
pero ofendiere en un punto, se hace culpable de todos. Stg 2:11 Porque el que dijo: No
cometerás adulterio, también ha dicho: No matarás. Ahora bien, si no cometes adulterio, pero
matas, ya te has hecho transgresor de la ley. Stg 2:12 Así hablad, y así haced, como los que
habéis de ser juzgados por la ley de la libertad. Esta ley de la libertad te permite actuar como tú
quieras en esta vida, pero es importante que cuando hablemos en menosprecio por los errores de los
demás, tengamos en cuanta algo sumamente importante, Stg 2:13 Porque juicio sin misericordia
se hará con aquel que no hiciere misericordia; y la misericordia triunfa sobre el juicio.

Los fariseos y doctores de la ley se sentían realmente superiores a los demás y esta es la peor de las
condiciones, porque Jesús es la misericordia misma, pero solo para aquellos que ven sus graves
enfermedades, no para aquellos que piensan que están sanos, Los sanos no tienen necesidad de
médico, sino los enfermos. Y para sanar a los enfermos, es que ha venido el medico divino.

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