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Semántica: El Huevo
Semántica: El Huevo
EL HUEVO
Ma. Josefina Jiménez Fuentes
Cuando me he detenido a examinar el peso que las palabras han jugado, no solo en la vida
personal de cada ser humano, sino en la totalidad de la humanidad, experimento que hay algo
que no alcanzo a abarcar. Muchos han expresado que “hablando se entiende la gente”, pero,
creo que es mucho más complejo que el hecho propio del habla. El sentido del signo
lingüístico, involucra, por supuesto, al acto comunicativo en sí, pero, incorpora mucho más
que la simple emisión de las palabras y su significado lineal; es por eso que resulta
complicado que un robot pueda interactuar acertadamente en una comunicación que no haya
estado programada, pues, no incorpora todo el aspecto connotativo dado en una
conversación; y, al dejar fuera esta parte, pierde el contexto y, por lo tanto, la fuete misma
del eje conversacional.
Es por ello que, lo que para algunos una expresión como “el huevo” puede resultar una frase
lineal sin otra representatividad que el cuerpo redondo u ovalado, con una membrana o
cáscara exterior, que ponen las hembras de algunos animales y que contiene en su interior el
embrión de un nuevo ser y el alimento necesario para que crezca; para otros puede indicar
cosas muy diversas dependiente del contexto en que la fase sea dicha.
Por ejemplo, al imaginar que algo cuesta mucho trabajo conseguir, pero que al final se ha
logrado, puede escucharse la frase como:
“A huevo”
Puede indicar varias cosas: por ejemplo lleva una carga de mandato, de oración imperativa:
Pero también, dependiendo del tono y forma de expresión, así como el contexto mismo,
puede indicar un logro, una victoria: supongamos que alguien logró entrara a la universidad
en la carrera que había querido y al ver los resultados en donde aparece su nombre, da gritos
diciendo:
<<¡A huevo!>>
Si se habla en forma pasada y se desea recalcar un logro en donde se ha tenido que esforzar
mucho, también se escuchan frases como:
Otro contexto podría darse en situaciones cuando alguien se está poniendo “pesado” o sube
de color la conversación, o, incluso, toma actitudes de prepotencia frente a los demás,
entonces, alguien dice:
<<¡Bájale de huevos!>>
Cuando alguien desea expresar ciertos rasgos cualitativos de algún evento puede escucharse
algo como:
<<¡Me da hueva!>>
<<Ese es un huevón>>
Cuando se refiere a que alguien debe poner un esfuerzo extra a lo que se hace, o que se
debe emplear autoridad, se emplean frases como:
Cuando se alude a que una persona es cobarde, que no tiene valor o coraje para realizar
ciertas cosas, se dicen frases como:
Cuando alguien dice que quiere descansar, que no desea hacer nada:
Cuando alguien expresa que sabe hacer algo con relativa facilidad:
<<¡A huevo!>>
De esta manera podemos ver que, dependiendo del contexto, del tono de voz, del lenguaje
verbal, será como se tome, de manera general, una frase, una palabra o una oración misma;
pues, el significado quedará por arriba de los sentidos de los signos que la integran. Es por
ello que la arbitrariedad en el lenguaje juega un papel preponderante y que, los
regionalismos, modismos, sociolectos, influyen de manera directa; ya que, lo que para
algunos la frase: “A huevo” podría significar hacer algo forzado, para otros podría resultar
haber obtenido un logro.