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LAS PERÍFRASIS VERBALES


Ya sabemos que el verbo es el núcleo del sintagma verbal, que realiza
en la oración la función de predicado. Por tanto, para formar una oración el
verbo es imprescindible. El sujeto puede faltar (oraciones impersonales); el
verbo, no: todo gira, incluso el sujeto, en torno al verbo. También sabemos
que el verbo puede ir acompañado, en el predicado, por complementos
verbales: directo, indirecto, circunstancial, agente, predicativo, suplemento.
A veces aparecen dos verbos juntos. Por ejemplo, “he comido”,
pretérito perfecto de indicativo, formado por haber + comer. Se considera
una única forma, no una perífrasis. Hay un lexema com-, que nos indica el
concepto de “comer”, más unos morfemas flexivos (he + ado), en este caso
independientes, disjuntos o no trabados, dado que no están pegados al
lexema.
Son verbos plenos los que poseen contenido semántico pleno:
(1) Los alumnos comen manzanas
(2) Pedro escribe una carta a su prima
(3) Mi amigo corre una carrera
Comen, escribe y corre son verbos de significación plena, puesto que
se utilizan con un significado semántico determinado. Ahora observa:
(4) Los alumnos han comido manzanas
(5) Mañana Pedro habrá escrito una carta a su prima
(6) Es posible que mi amigo haya corrido una carrera
En los ejemplos (4), (5) y (6) observamos que los núcleos verbales
están formados por dos formas verbales. Una de ellas es una forma auxiliar.
Llamamos verbos auxiliares a aquellos que han perdido su significado
primario y se emplean en combinación con formas no personales de verbos
de significación plena para añadir valores temporales, aspectuales o de voz.
En castellano, las formas verbales compuestas están formadas por el
verbo haber + el participio del verbo que se conjuga. Otro caso: las formas
verbales en voz pasiva se forman con el verbo ser más el participio del
verbo que se conjuga: es amado, será temido, habrás sido avisado, etc.
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En estos casos decimos que el núcleo verbal está constituido por dos
formas verbales:
• Una, que se presenta en forma personal, es decir, con los
accidentes propios del verbo (tiempo, modo, número, persona, voz)…
• Otra que se presenta en forma no personal (infinitivo, gerundio,
participio) y es la que contiene el significado semántico.
A la primera la llamaremos verbo auxiliar, a la segunda, verbo
auxiliado. Pero gramaticalmente se consideran una única forma. Ocurre
igualmente en la pasiva.
Llamamos perífrasis verbal a una construcción compleja de
significado unitario formada por un verbo auxiliar y una forma no
personal, que puede ir precedida o no por una preposición u otros
nexos.
• El verbo auxiliar es portador de los morfemas de persona, número,
tiempo, aspecto y modo. Pierde su significado normal.
• El verbo auxiliado, es decir, la forma verbal no personal es la
portadora del significado semántico, es decir, ofrece el significado léxico.
No se deben confundir las perífrasis verbales con las locuciones
verbales. Una locución verbal es un conjunto de palabras (una, al menos,
un verbo) que funciona como núcleo del predicado: p. e., “caer en la
cuenta”, “echar de menos” “echar en cara”, “darse cuenta”, “tener en
cuenta”, “hacer polvo”. En los casos anteriores es claro; sin embargo, hay
otras locuciones verbales formadas por dos verbos, y en estos casos podría
pensarse que existe una perífrasis: “echar a perder”, “dar a conocer”, “dar a
entender”, “ir a saber”, “dejar(se) caer” (con el significado de ‘tirar’ o
‘tirarse’, o “aparecer”), etc. Sigue estos criterios para poderlas distinguir:
· En las locuciones no hay verbos auxiliares ni principales; es todo
el conjunto el que selecciona sujetos y complementos.
· La conexión entre los dos verbos es íntima, ya que la forma no
personal no es sustituible por otras en el mismo conjunto. Así, podemos
decir “echar a perder”, pero no * “echar a ganar”. (Nota: cuando se pone
un asterisco delante de una frase, en lingüística, se quiere decir que es
incorrecta.)
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· La locución verbal, normalmente, equivale a una sola idea que


puede expresarse en un solo verbo. Así, “echar a perder” = “estropear(se)”,
“dar de lado” = “marginar”.
· Algunas locuciones son el resultado de la lexicalización de alguna
perífrasis verbal: “vete a saber”, “vaya usted a saber”. También es locución
la construcción “dejar(se) caer”, con el significado de “tirar” o “tirarse”, o
“aparecer”: “No dejes caer ese jarrón”; “me dejé caer a las 10”.
Las perífrasis verbales son de dos clases:
a) Perífrasis aspectuales b) Perífrasis modales.
Es importante fijarse en la forma no personal que llevan en cada caso:
infinitivo, gerundio o participio. No hace falta aprenderse todas las
perífrasis, sino saber las dos grandes clases, revisar todas para darse cuenta
de que son perífrasis, es decir, que el primer verbo pierde su significación
normal -¡teniendo en cuenta el contexto!-, y darse cuenta de que el
infinitivo, gerundio o participio dan matices propios de cada uno de ellos.
Las perífrasis aspectuales
El aspecto verbal es una categoría (accidente verbal; la palabra
“accidente” en este caso significa una posibilidad) que expresa la acción
verbal como terminada (aspecto perfectivo) o sin terminar (aspecto
imperfectivo). Estos son los dos matices fundamentales, pero hay más. El
aspecto indica en qué fase de su desarrollo considera el hablante la acción o
proceso que designa el verbo. Puede pensar (o decir) que la acción está en
sus comienzos, está terminando, está en su desarrollo, o se repite… Los
nombres de “perfecto” o “imperfecto” vienen del latín per + fectivo, es
decir, de per + facere. “Facere” dio en castellano “hacer”.
Las perífrasis se clasifican según el matiz de tiempo que ofrecen. El
infinitivo normalmente introducirá un aspecto no perfecto: acción que no
está empezada, o justo en el momento de empezar; el gerundio indica en
general acción en desarrollo; y el participio acción terminada. A
continuación encontrarás ejemplos (¡no se incluyen todas las perífrasis) de
los diferentes tipos:
Ingresivas: expresan la inminencia de la acción, es decir, que la acción
está a punto de realizarse. Se forma con un verbo auxiliar en forma personal
y un verbo auxiliado en infinitivo.
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(a) Ir a + infinitivo: voy a comer.


Esta perífrasis puede también ofrecer un matiz modal, el de obligación,
o intención. O estrictamente temporal, de futuro más o menos cercano, con
valor imperfectivo, por supuesto. También puede indicar asombro: “¡quién
lo iba a decir!”
(b) Pasar a: El profesor pasa ahora a explicar el concepto de
perífrasis.
(c) Estar a punto de: Está a punto de llorar.
Incoativas: expresan el momento inicial de la acción o del proceso. La
diferencia con las ingresivas es muy escasa. Las incoativas se sitúan ya
dentro de la acción. Las ingresivas antes de la acción.
(d) Echarse a + infinitivo: cuando supo la noticia se echó a llorar.
(e) Romper a + infinitivo: el agua para el té rompió a hervir.
(f) Comenzar a + infinitivo: ahora comienzo a leer.
¿Qué diferencia ves entre estar a punto de llorar y romper a llorar?
Terminativas o perfectivas: señalan el fin del proceso o de la acción.
(g) Acabar + infinitivo: Iré a verte porque acabo de comer. (En
frases negativas, indica indecisión: “No acaba de sentarse”.)
(h) Dejar de + infinitivo: Cuando le llamó por teléfono, dejó de
comer.
(i) Cesar de + infinitivo: Cuando le llamó, cesó de comer.
(j) Llevar + participio: Llevo leídos tres capítulos.
(k) Tener + participio: Tengo escritos tres capítulos.
(l) Dejar + participio: Dejó terminada la novela en 1981.
Durativas: señalan el proceso en su desarrollo. El verbo auxiliado se
presenta en gerundio. Aspecto imperfecto:
(m) Estar + gerundio: no puedo atenderte porque estoy comiendo.
(n) Seguir + gerundio : Sigo leyendo a Joyce.
(ñ) Llevar + gerundio: Llevo leyendo a Joyce un mes.
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(o) Andar + gerundio: Anda intentando que Luisa se fije en él desde


el comienzo del curso.
Reiterativas: señalan la repetición de una acción.
(q) Volver a + infinitivo: Volvió a llorar
(r) Tener + inf.: Te tengo dicho que no hagas eso.
Frecuentativas: Señalan la repetición constante de una acción; es decir,
expresan un hábito o costumbre.
(rr) Soler + infinitivo: Suelo estudiar por las noches.
(s) Acostumbrar + infinitivo: Acostumbro ir al cine los sábados.
LAS PERÍFRASIS MODALES
Las perífrasis aportan significados referentes a la actitud del hablante.
Expresan obligación, probabilidad, posibilidad. Las más usuales son:
Deber de + infinitivo Tener que + infinitivo
Poder + infinitivo Hay que + infinitivo
Puede que + infinitivo Haber de + infinitivo
Venir a + infinitivo Deber + infinitivo
Probabilidad y posibilidad: El profesor debe de estar en el aula (Es
posible/probable que el profesor esté en el aula)
Mis alumnos pueden aprobar (Es posible/probable que mis alumnos
aprueben)
Conjetura (suposición): Vienen a ser las ocho.
Aproximación: El libro viene a costar treinta euros
Necesidad, obligación:
Tengo que estudiar más.
He de estudiar más.
Hay que estudiar más.
Debo estudiar más.
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No se debe confundir la perífrasis DEBER DE + INF. (probabilidad) con


DEBER + INF. (obligación, necesidad.) Así, p. e., la pregunta “¿Dónde está
el profesor?”, puede ser contestada así:
• El profesor debe estar en el aula (tiene la obligación de estar en
el aula)
• El profesor debe de estar en sala de profesores (es posible que
esté allí.)
La confusión con el “de” está relacionada con un error muy frecuente
en la actualidad, el llamado “dequeísmo”, es decir, la conversión en
suplemento de un objeto directo:
* Me dijo de que lo haría.
Ejercicios ¿Cuáles incluyen perífrasis? (Ver al final la corrección.)
1.- Después de dejar a Carlos, se quedó pensativa, y volvió a su casa a
decirle que era un perfecto idiota.
2.- Sin saber de qué hablaban, se metió a hablar de política.
3.- Con el cambio que hizo salió ganando.
4.- Fuimos a saludar a la abuela, pero nos dijeron que había salido.
5.- Íbamos a saludar a Carmen, pero no lo hicimos, porque ella nos
volvió la cabeza.
6.- El niño ha vuelto a suspender la lengua.
7.- Mi primo estuvo preguntando por ti toda la tarde.
8.- La cena ha venido a costar una mil pesetas.
9.- Mi primo ha venido a anunciar su viaje.
10.- En 1990 se volvió a casar.
11.- Ayer acabé de escribir el libro.
12.- ¿Por qué tengo que bajar la basura todos los días?
13.- Hay que saber aguantar las bromas.
14.- Debes estudiar más, si quieres aprobar.
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15.- El profesor debe de estar en el laboratorio.


16.- Mi amigo sigue buscando empleo.
17.- Llevábamos recorridos cien kilómetros cuando ocurrió el
accidente.
18.- Dejamos encargado que te avisaran.
19.- Se lió a hablar con Luisa de lo que pasaba.
20.- El periódico dio a conocer los problemas de corrupción.
21.- Se emborrachó y se puso a decir tonterías.
22.- Te tengo dicho que no me gusta que hagas eso.
23.- He vuelto a leer esa novela, y ahora me ha gustado.
24.- Tuve que volver a la biblioteca a coger otra vez el libro, porque no
me acordaba de nada.

Corrección
(S: sí; N: no; D: depende del contexto; S/N: primero sí, luego no)

1 N 2 S 3 S 4 N 5 D 6 S 7 S 8 S 9 N 10 S
11 S 12 S 13 S 14 S/N 15 S 16 S 17 S 18 S
19 S 20 N 21 S 22 S/N 23 S 24 S

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