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¿SON LOS SECRETARIOS JUDICIALES PARTE DE LA CARRERA JUDICIAL?

Por Margarita de Jesús González de Peña


Alumna en la materia de Abstención, Recusación y Partes Procesales de la Maestría en Derecho
Procesal Civil y Mercantil de la Universidad Modular Abierta, San Salvador.

ABSTRACT:

El cargo de secretario en el ámbito judicial ha sufrido muchos cambios en el transcurrir del


tiempo, así como también se le han atribuido funciones que son muy importantes para el mejor
desempeño de sus labores y de esa manera, impulsar la “tuerca” jurisdiccional que permite la
consecución de los procesos o diligencias que llegan a sus manos. Es así de importante su labor judicial,
que en nuestro ordenamiento jurídico, específicamente en la Ley de la Carrera Ju dicial, son incorporados
de pleno derecho a la, valga la redundancia, carrera judicial.

No obstante lo anterior, es necesario hacer un estudio exhaustivo respecto si esa decisión está
conforme a lo que estipula la Constitución de la República.

El siguiente ensayo hará un esbozo de manera genérica en cuanto a que si los secretarios (y
otros funcionarios o empleados judiciales) efectivamente deben ser (o son) parte de la carrera judicial,
analizando las posturas de los diferentes entes participantes a la luz de la sentencia emitida por la Sala
de lo Constitucional de la Corte Suprema de Justicia a las catorce horas con veinticinco minutos del día
ocho de junio de dos mil quince, la cual posee la referencia 25-2013.

ABSTRACT:

he position of secretary in the judicial field has undergone many changes over time, as well as
functions that are very important for the better performance of their work and thus, promote the
jurisdictional "nut" that allows the achievement of the processes or proceedings that come into their
hands. Their judicial work is so important, that in our legal system, specifically in the Law of the Judicial
Career, they are incorporated by right to the, worth the redundancy, judicial career.

Notwithstanding the foregoing, it is necessary to carry out an exhaustive study regarding whether
this decision is in accordance with the provisions of the Constitution of the Republic.

The following essay will make an outline in a generic way as to whether the secretaries (and other
judicial officials or employees) should indeed be (or are) part of the judicial career, analyzing the positions
of the different participating entities in light of the judgment issued by the Constitutional Chamber of the
Supreme Court of Justice at fourteen hours and twenty-five minutes on June 8, two thousand and fifteen,
which has the reference 25-2013.

1. INTRODUCCIÓN:

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La figura del secretario judicial posee un hondo prestigio, tanto en nuestro ordenamiento jurídico
procesal como en el ordenamiento jurídico extranjero de nuestro entorno.

Cabe destacar que los orígenes del secretario se remontan a épocas primitivas, específicamente
cuando inicia la llegada de la escritura, las cuales datan del año 3000 a.C., pero es hasta en el desarrollo
de la cultura egipcia cuando aparece el secretario judicial como tal.

En los pueblos germánicos existían las figuras del referendarius y del cancellarius, que, aunque al
principio eran colaboradores de los jueces, más tarde pasaron a tener competencias propias, ya que el
referendarius intervenía en los tribunales del rey cuidando los documentos reales, y el cancellarius era un
escribano judicial que debía estar siempre presente en el Tribunal y debía cuidar de los documentos.

Más adelante, la figura del secretario fue introducida en el año 1216 con el Derecho Canónico por
una epístola de Inocencio III, en la cual se manifiesta lo siguiente: “Para que la falsedad no perjudique la
verdad o la maldad prevalezca sobre la equidad, establecimos que tanto en el juicio ordinario como en el
extraordinario, el juez presente siempre una persona pública o dos personas idóneas que fielmente
suscriban todos los autos del juicio, señalando lugares, tiempos y personas”. Con este precepto, se
introduce en el proceso la facultad de documentación a través del secretario, como garantía para que
prevalezca siempre la verdad y la equidad (Monografías).

Las leyes modernas, a partir del año 1870, crean con carácter independiente la figura del
secretario judicial y se recoge entre sus funciones la obligación de extender fielmente y autorizar con su
firma las actuaciones judiciales, providencias, autos y sentencias, así como dar fe de las actuaciones
judiciales y la dación de cuenta, custodia y conservación de documentos (Cortes).

Tanto así de importante es la función que el secretario judicial desempeña, que no obstante que
el art. 186 de la Constitución de la República establece que la carrera judicial estará conformada por los
magistrados de las Cámaras de Segunda Instancia, los Jueces de Primera Instancia y los Jueces de Paz,
la Ley de la Carrera Judicial establece en sus artículos 2 y 83, entre otros, que el secretario y Primer
Oficial Mayor de la Corte Suprema de Justicia, los Oficiales Mayores de Cámaras, los secretarios de
Sala, de Cámara y Juzgado (último que atañe al presente ensayo), serán parte también de la carrera
judicial. No obstante, y sin ánimo de menoscabar o minimizar la actividad realizada por el secretario, la
cual, como ya se mencionó, es muy importante y data de tiempos recónditos, dicho funcionario judicial (y
todos los demás mencionados, a excepción de los magistrados y jueces, evidentemente), no debería ser
parte de dicha carrera; las razones a esta última afirmación serán develadas a la luz de lo prescrito en la
sentencia de inconstitucionalidad anteriormente mencionada, y serán detalladas a continuación.

2. DESARROLLO:

El escrito que dio origen a la sentencia de inconstitucionalidad número 25-2013, fue suscrito por
la Secretaría de la Cámara Especializada de la Niñez y Adolescencia de San Salvador, mediante el

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manifiesta los motivos por los cuales declaró inaplicables los arts. 2, 64 inc. 2° y 83 en relación con los
arts. 1 inc. 2°, 4 incs. 2° y 3°, 14, 16, 17, 19, 20, 22 inc. 2°, 27, 29, 30, 35, 45 inc. 3°, 54 letras a) inc. 3° y
5°, 54-A y 56 de la Ley de la Carrera Judicial.

Dicha Cámara expresó que los mencionados artículos vulneran los arts. 176 a 180 y 186 de la
Cn., pues sin dar razones justificativas, se incorpora a la carrera judicial a otros servidores judiciales,
además de los señalados en la Constitución. Además, manifestaron que el art. 186 de la Cn., el cual
establece lo pertinente a la carrera judicial, solamente determina dos aspectos: Las personas que deben
considerarse como parte de dicha carrera, la cual inicia con la judicatura de paz y que, progresivamente,
propicia la posibilidad de ascender al cumplir con los requisitos exigidos, hasta culminar con una
magistratura de Corte Suprema de Justicia; y la delegación al legislador para el establecimiento del
régimen que va a regular lo concerniente a la forma y requisitos de ingreso, ascensos, traslados y
régimen disciplinario.

Aunado a lo anterior, los Magistrados remitentes alegaron que el artículo anteriormente


mencionado no puede interpretarse en el sentido de habilitar la incorporación por ley de otros servidores
públicos que no ejercen la función jurisdiccional, y que todos los artículos mencionados al inicio vulneran
principios relativos a la carrera judicial, como los de idoneidad, responsabilidad e inamovilidad, así como
la seguridad jurídica establecida como derecho en el art. 2 de la Cn.

Por su parte, la Asamblea Legislativa, en su traslado conferido, manifestó que los artículos de la
Constitución que atañen a la carrera judicial son complementados y desarrollados por la Ley de la
Carrera Judicial, por lo que abarca otra clase de funcionarios y empleados que están directamente
relacionados con la administración de justicia, otorgándoles estabilidad y los derechos y deberes que
comprende ese régimen profesional. En razón de lo anterior, concluyó que las normas inaplicadas por la
Cámara requirente son completamente compatibles con la Constitución.

En síntesis, el problema jurídico que se resolvió con la sentencia citada, consistía en determinar
si, desde el punto de vista constitucional, la carrera judicial está circunscrita a los funcionarios con
investidura jurisdiccional o si dicha carrera también comprende a otros funcionarios y empleados que, a
pesar de no tener dicha investidura, desempeñan labores auxiliares en los distintos juzgados y tribunales.

A los secretarios judiciales de juzgados y tribunales, tradicionalmente se les ha designado la


función de garantizar, a manera de fedatarios, la veracidad de las actuaciones judiciales (Sentencia de 6-
II-1997, Hábeas Corpus 37-G-96), pero en la práctica también desempeñan funciones procesales y
administrativas, como el manejo del personal y la gestión de los expedientes judiciales, teniendo además
intervención en varias actuaciones procesales, por ejemplo, en la realización de audiencias y diligencias
probatorias.

No obstante, y si bien es cierto que la función jurisdiccional necesita auxiliarse de funcionarios y


empleados que ayuden a volver eficaz y diligente el producto de la actividad judicial, ello no implica que la

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carrera judicial ha sido establecida específicamente para garantizar a las personas con investidura
jurisdiccional (jueces y magistrados) las condiciones y facultades que les permitan llevar a cabo con
independencia e imparcialidad, la labor de juzgar los asuntos que les sean sometidos según su
competencia, y también de ejecutar lo juzgado, facultad que únicamente corresponde a ellos y no a otros
servidores públicos, conforme el principio de exclusividad de la jurisdicción consignado en el art. 172 inc.
1° de la Cn. (Sentencia de 20-VII-1999, Inc. 5-99).

En virtud de todo lo anterior, la Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema de Justicia falló


declarar inconstitucionales los artículos de la Ley de la Carrera Judicial, referentes a la incorporación de
los secretarios judiciales y otros servidores públicos, en virtud de que ellos vulneran el art. 186 de la
Constitución de la República, en tanto que los mismos incorporan a la carrera judicial al Secretario
General y Primer Oficial Mayor de la Corte Suprema de Justicia, a los oficiales mayores de cámaras de
segunda instancia, así como a los secretarios de salas, de cámaras de segunda instancia, de juzgados
de primera instancia y juzgados de paz, los cuales, no obstante desempeñar labores que ayudan a la
eficacia y diligencia de la actividad judicial, son servidores públicos que no tienen investidura
jurisdiccional.

3. CONCLUSIÓN:

Es de suma importancia recalcar que en ningún momento se desmejora la actividad que el


secretario judicial desempeña dentro de un Tribunal, ya que, aunque no posee investidura jurisdiccional,
él desempeña un papel muy importante dentro de un Tribunal.

No obstante, el fallo emitido por la Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema de Justicia fue
en sobremanera acertado, ya que los secretarios de actuaciones de juzgados u otros servidores judiciales
no le son aplicables los principios de independencia e imparcialidad pues no ejercen funciones
jurisdiccionales, sino que, al contrario, realizan tareas administrativas en lo concerniente a la gestión del
despacho y la sustanciación de los procesos, sin facultad de administrar justicia ante las peticiones de los
particulares, cuestión que solamente atañe a los jueces y magistrados.

4. BIBLIOGRAFÍA:

Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema de Justicia. Sentencia de 08-VI-2015, Inconstitucionalidad


25-2013.

https://www.monografias.com/trabajos74/secreto-judicial/secreto-judicial.shtml

Cortes Mercadillo, J.M. La situación del secretario judicial en El Salvador. https://www.asjomes.es.tl/LA-


SITUACION-DEL-SECRETARIO-JUDICIAL-EN-EL-SALVADOR.htm

Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema de Justicia. Sentencia de 6-II-1997, Hábeas Corpus 37-G-
96.

4
Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema de Justicia. Sentencia de 20-VII-1999, Inconstitucionalidad
5-99.

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