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Phenom Cogn Sci (2008) 7:387–395 DOI 10.

1007/s11097-008-9099-x
Traducción de Marta Pérez-Verdugo para asignatura de Filosofía de la Mente (UPV/EHU)

Intencionalidad Cíborg: Repensando la fenomenología


de las relaciones humano-tecnología

Peter-Paul Verbeek

Published online: 26 June 2008


(c) Springer Science + Business Media B.V. 2008

Abstract Este artículo investiga los tipos de intencionalidad involucradas en las relacio-
nes entre el hombre y la tecnología. Busca ampliar el análisis de Don Ihde sobre las re-
laciones entre seres humanos y artefactos tecnológicos, analizando una serie de ejem-
plos concretos en los límites del análisis de Ihde. El artículo distingue y analiza tres ti-
pos de "intencionalidad cíborg" que implican fusiones específicas de lo humano y lo
tecnológico. La intencionalidad mediada por la tecnología ocurre cuando la intenciona-
lidad humana tiene lugar "a través" de artefactos tecnológicos; la intencionalidad híbri-
da ocurre cuando lo tecnológico realmente se fusiona con lo humano; y la intencionali-
dad compuesta es la suma de la intencionalidad humana y la intencionalidad de artefac-
tos tecnológicos.

Palabras clave Intencionalidad - Relaciones humano-tecnología – Cíborg – Posthuma-


nismo - Don Ihde

Introducción
La figura del cíborg ha ido funcionado como una clave para entender lo que significa ser
un ser humano en una cultura tecnológica, desde el adiós de Donna Haraway a los plan-
teamientos naturalistas de lo humano (Haraway 1991) al alegato utópico de Nick Bos-
trom por el transhumanismo (Bostrom 2004). Un cíborg es una entidad que difumina
fronteras, uniendo elementos humanos y no humanos. Se suele considerar que huma-
nos y no-humanos están separados por un profundo abismo ontológico; los primeros
activos e intencionales, los segundos pasivos y mudos (Latour 1993; Heidegger 1977).
Conceptualizar entidades que fusionen lo humano y lo tecnológico requiere por tanto
un paso metafísico radical y una profunda recalibración de nociones filosóficas centra-

P.-P. Verbeek
Department Philosophy, University of Twente, Enschede, The Netherlands
e-mail: P.P.C.C.Verbeek@gw.utwente.nl
2 P.-P. Verbeek

les. Sin embargo, nos hemos convertido en tales entidades, como muchas autoras han
defendido en grados más o menos radicales (Ihde 1990; Haraway 1991; Latour 1993;
Hayles 1999; De Mul 2002; Irrgang 2005). Es más, autores como Bernard Stiegler argu-
mentan que, en cierto sentido, siempre hemos sido cíborgs, ya que la tecnología puede
verse como constitutiva para la humanidad. Para Stiegler, la humanidad es una inven-
ción de la tecnología, y no al revés; los seres humanos existen al realizarse tecnológica-
mente (cf. Stiegler 1998). No habríamos sido los seres “humanos” que somos de no ha-
ber usado las tecnologías que usamos – y esto va mucho más allá de las interacciones fí-
sicas que tenemos con las tecnologías. Sin la escritura, por ejemplo, nuestros marcos
culturales de interpretación habrían sido radicalmente diferentes.
En este artículo, utilizaré la figura del cíborg para reconceptualizar un fenómeno especí-
fico que durante mucho tiempo se ha considerado exclusivamente humano: el fenómeno
de la intencionalidad. Lo haré investigando varios tipos de relaciones entre humanos y
tecnologías. ¿Cómo entender la “intencionalidad cíborg”? ¿Es simplemente una forma
de intencionalidad humana influida tecnológicamente? ¿O pueden fusiones de seres hu-
manos y no-humanos tener una intencionalidad propia? ¿Existe algo así como la “inten-
cionalidad tecnológica” y, en ese caso, cómo se relaciona con la intencionalidad huma-
na? ¿O puede la intencionalidad humana simplemente no entenderse sin tener en cuenta
cómo está entrelazada con la tecnología, como se seguiría de la perspectiva de Stiegler
de la “tecnicidad originaria”?
Para responder a estas preguntas, introduciré primero brevemente el concepto de inten-
cionalidad, tal y como se ha desarrollado en fenomenología. A continuación, investigaré
cómo entender este concepto de la intencionalidad en el contexto de las asociaciones
humano-tecnología. Basándome en el trabajo de Don Ihde, elaboraré la noción de “in-
tencionalidad mediada” como forma central de intencionalidad cíborg. Tras esto, am-
pliaré el análisis de Ihde con otras dos formas de intencionalidad cíborg, que llamaré
“intencionalidad híbrida”, en la que los humanos y las tecnologías se fusionan, más que
interactuar, e “intencionalidad compuesta”, en la que hay una interacción entre la inten-
cionalidad humana y las intencionalidades de las tecnologías mismas.

Intencionalidad y tecnología
En la tradición fenomenológica, especialmente en las direcciones existencialistas y cor-
porizadas que tomó con el trabajo de Jaspers, Heidegger y Merleau-Ponty, la intencio-
nalidad es el concepto central para entender las relaciones entre los seres humanos y su
mundo. En lugar de separar humanos y mundo, el concepto de intencionalidad hace vi-
sible las conexiones inextricables entre ambos. Debido a la estructura intencional de la
experiencia humana, los seres humanos no pueden entenderse nunca aislados de la rea-
lidad en la que viven. Los humanos están siempre dirigidos hacia la realidad. No pue-
den simplemente “pensar”, siempre piensan algo; no pueden simplemente “ver”, siem-
pre ven algo; no pueden simplemente “sentir”, siempre sienten algo. Como seres que
experimentan [experience], los humanos no pueden sino estar dirigidos a las entidades
que constituyen su mundo. Por otro lado, tampoco tiene mucho sentido hablar de “el
mundo en sí mismo”. Al igual que los seres humanos solo pueden entenderse a partir de
Intencionalidad Cíborg 3

su relación con la realidad, la realidad solo puede entenderse a partir de la relación que
los seres humanos tienen con ella. El “mundo en sí mismo” es inaccesible por defini-
ción, ya que cada intento de captarlo lo convierte en un “mundo para nosotros”, revela-
do en los términos de nuestras formas específicas de entenderlo y de encontrarnos con
él (cf. Verbeek 2005).
Don Ihde ha introducido una dimensión tecnológica en esta tradición fenomenológica
de comprensión de las relaciones humano-mundo. En nuestra cultura tecnológica, mu-
chas de las relaciones que tenemos con el mundo que nos rodea están mediadas por o
dirigidas hacia dispositivos tecnológicos – desde mirar a través de unas gafas a leer un
termómetro, de sacar dinero de un cajero automático a mantener una conversación de
teléfono, y desde oír el sonido del aire acondicionado hasta hacerse una resonancia
magnética. El análisis de Ihde revela una primera manifestación de la intencionalidad
cíborg, que puede llamarse intencionalidad mediada.

Intencionalidad mediada
Ihde (1990) discierne varias relaciones que los seres humanos pueden tener con artefac-
tos tecnológicos. En primer lugar, las tecnologías pueden ser encarnadas por sus usua-
rias, estableciendo una relación entre los seres humanos y su mundo. Al mirar a través
de unas gafas, las gafas no se perciben explícitamente, sino que se “incorporan”; se con-
vierten en extensiones del cuerpo humano. En segundo lugar, las tecnologías pueden
ser la terminal [terminus] de nuestra experiencia. En esta “relación de alteridad”, los se-
res humanos interactúan con un dispositivo, como ocurre al sacar dinero de un cajero
automático. Una tercera relación humano-tecnología es la “relación hermenéutica”. En
esta relación, las tecnologías proveen representaciones de la realidad, que necesitan de
interpretaciones para constituir una “percepción” – como un termómetro, que no produ-
ce una experiencia real de frío o calor, sino que proporciona un valor que necesita ser
“leído” para decir algo sobre la temperatura. La cuarta relación humano-tecnología que
Ihde distingue es la relación de fondo, en la que las tecnologías no se experimentan di-
rectamente, sino que crean un contexto para nuestras percepciones, como el zumbido
del aire acondicionado, o el apagarse y encenderse automático de la nevera, etcétera.
Estas cuatro relaciones humano-tecnología, en función de las cuales la tecnología juega
su papel mediador, se indican esquemáticamente en la Fig. 1.
Relación encarnada (humano – tecnología) → mundo
Relación hermenéutica humano → (tecnología – mundo)
Relación de alteridad humano → tecnología (– mundo)
Relación de fondo humano (– tecnología – mundo)

Fig. 1 Relaciones humano-tecnología (Ihde 1990)


En esta figura, la flecha [→] indica intencionalidad humana. Como permite ver la figura,
existen relaciones interesantes entre intencionalidad y tecnología. La intencionalidad
puede funcionar a través de artefactos tecnológicos, puede dirigirse hacia artefactos y
puede incluso tener lugar sobre el fondo de los mismos. En todos estos casos, excepto
en la relación de alteridad, la intencionalidad humana está mediada por un dispositivo
4 P.-P. Verbeek

tecnológico. Los humanos no experimentan aquí el mundo directamente, sino siempre


vía un artefacto mediador que ayuda a dar forma a una relación específica entre huma-
nos y mundo. Las gafas, termómetros y aires acondicionados ayudan a dar forma a nue-
vas experiencias, ya sea procurando nuevas formas de acceder a la realidad o creando
nuevos contextos para la experiencia. Estas experiencias mediadas no son enteramente
“humanas” – los seres humanos simplemente no podrían tener estas experiencias sin es-
tos dispositivos mediadores. Experiencias como leer un termómetro y tener una conver-
sación telefónica, por tanto, implican una “intencionalidad cíborg” – una intencionali-
dad que es en parte constituida por la tecnología.

Intencionalidad más allá de la mediación


Aun así, es necesario desarrollar elaboraciones más radicales de la intencionalidad cí-
borg. Además de la intencionalidad mediada, me gustaría distinguir otras dos formas de
intencionalidad relacionadas con las asociaciones humano-tecnología. En primer lugar,
me gustaría introducir el concepto de intencionalidad híbrida, que indica la intenciona-
lidad de los híbridos humano-tecnología, en los que lo humano y lo tecnológico están
fusionados en una nueva entidad, en lugar de interrelacionados, como es el caso en las
relaciones humano-tecnología de Ihde. Y, en segundo lugar, desarrollaré la noción de
intencionalidad compuesta para indicar situaciones en las que no solo los seres huma-
nos tienen intencionalidad, sino también los artefactos tecnológicos que utilizan.
Estas formas adicionales de intencionalidad cíborg deberían verse como radicalizacio-
nes de dos de las relaciones humano-tecnología de Ihde, que se vuelven visibles cuando
nos aproximamos a ellas explícitamente desde el punto de vista de la intencionalidad.
Debido a que el foco primario de Ihde está en las relaciones entre humanos y tecnolo-
gía, en lugar de en las intencionalidades involucradas, su análisis tiende a ocultar me-
tiendo en una caja negra las diversas formas de intencionalidad que intervienen en esas
relaciones. Dirigir la atención a esas intencionalidades permite aumentar substancial-
mente su análisis.
Las representaciones esquemáticas de Ihde de las relaciones humano-tecnología no solo
contienen flechas, indicando intencionalidad, sino también guiones [–], que indican una
relación entre entidades que no es especificada más allá. Si nos limitamos a la relación
de encarnación y la relación hermenéutica – que son las relaciones más relevantes en el
contexto de la intencionalidad, ya que en último término implican relaciones con el
mundo – estos guiones indican una relación entre humanos y tecnología o entre tecnolo-
gía y mundo. Es precisamente investigando la naturaleza de estos guiones como puede
desarrollarse una caracterización más detallada de lo que se puede llamar “intencionali-
dad cíborg”. En primer lugar, el guion entre humanos y tecnología en la relación de en-
carnación (humano – tecnología) → mundo, mete en una caja negra la naturaleza especí-
fica de las diversas relaciones que pueden existir aquí entre humanos y tecnología, y que
son extremadamente relevantes en el contexto de la intencionalidad cíborg. En segundo
lugar, el guion entre tecnología y mundo en la relación hermenéutica humano → (tecno-
logía – mundo) mete en una caja negra las relaciones específicas que pueden existir en-
tre las tecnologías mediadoras y el mundo. De manera más específica, no crea espacio
suficiente para tomar en consideración la existencia de intencionalidad no-humana o
Intencionalidad Cíborg 5

tecnológica, que son también muy relevantes en el contexto de un debate sobre intencio-
nalidad cíborg. En las siguientes secciones, por tanto, ampliaré la concepción de Ihde
tanto de la relación encarnada como de la relación hermenéutica.

Intencionalidad híbrida
El análisis de la naturaleza de las relaciones entre lo humano y lo tecnológico en la rela-
ción encarnada deja claro que, de hecho, podría añadirse una quinta variante a la visión
general de Ihde de las relaciones humano-tecnología. En el rango de relaciones huma-
no-tecnología de Ihde, la tecnología se va alejando cada vez más del humano - pasando
de ser “encarnada” a ser “leída”, de ser “interactuada con” a ser incluso mero “fondo”.
Sin embargo, previo a la relación encarnada hay relaciones humano-tecnología en las
que lo humano y lo tecnológico realmente se fusionan, más que “simplemente” encar-
narse. Estas relaciones humano-tecnología son las que suelen asociarse con los seres
“biónicos”, o cíborgs; mitad orgánicos, mitad tecnológicos. Cuando se implantan mi-
crochips para mejorar la visión de personas con discapacidad visual, cuando los antide-
presivos ayudan a cambiar el estado de ánimo de las personas, o cuando válvulas artifi-
ciales y marcapasos ayudan a hacer latir el corazón de las personas, no hay ya una rela-
ción encarnada – al menos, no una relación que pudiera compararse a llevar gafas o uti-
lizar un teléfono. Es cierto que en ambos casos hay una asociación de un ser humano y
un artefacto tecnológico que experimenta la realidad, pero en la asociación “biónica” o
“cíborg” no hay ya realmente una asociación entre un humano y una tecnología. Más
bien, nace una entidad nueva. En lugar de organizar una interacción entre una entidad
humana y una no-humana, esta asociación altera físicamente al humano. La “relación
cíborg” resultante puede indicarse como:
Relación cíborg (humano/tecnología) → mundo

Esta quinta relación humano-tecnología es la base para lo que se llamará intencionali-


dad híbrida. Más que ser una forma tecnológicamente mediada de intencionalidad hu-
mana, esta forma de intencionalidad está “más allá de lo humano”. Igual que el “ser”
que experimenta la realidad bajo la influencia de drogas o que ve cosas con la ayuda de
un microchip implantado no es enteramente humano, tampoco lo es la intencionalidad
aquí involucrada. Por supuesto, la intencionalidad involucrada en la relación encarnada
tampoco es enteramente humana: las formas específicas en las que los humanos se diri-
gen hacia otros a través de un teléfono móvil, o escuchan a través de un audífono, solo
pueden existir en virtud de una asociación íntima humano-tecnología. Pero en estas re-
laciones encarnadas, puede distinguirse aún así entre la “parte” humana y la tecnológica
en la experiencia mediada, mientras que esto no es posible en las relaciones cíborgs,
donde humanos y tecnología forman una nueva entidad experimentadora [experiencing
entity].
Para articular la diferencia entre estas dos formas de intencionalidad cíborg, o de ser un
cíborg, es útil distinguir dos formas distintas de ir más allá de lo humano. En primer lu-
gar, puede tomarse una aproximación “posthumanista”, en la que el análisis de las rela-
6 P.-P. Verbeek

ciones humano-tecnología nos urge a ir más allá del humanismo como una aproxima-
ción muy específica -y demasiado humana- a lo que significa ser un ser humano; para
entender lo que significa ser un ser humano, necesitamos tener en cuenta cómo lo hu-
mano y lo tecnológico se co-constituyen entre sí. La tesis de Stiegler de la tecnicidad
originaria, que he mencionado previamente, puede considerarse representativa de esta
aproximación. En segundo lugar, existe una aproximación “transhumanista”, que no ve
las relaciones humano-tecnología en términos de constitución sino en términos de una
fusión real, física. En este caso, no nos movemos más allá del humanismo, sino más allá
de lo humano; humanos y tecnologías se funden en una nueva entidad, que a veces se
considera incluso la sucesora del Homo sapiens.
Esta distinción refleja en realidad el análisis de las “antropotecnologías” de Peter Sloter-
dijk en su famosa pero fascinante conferencia “Reglas para el parque humano” [Rules
for the anthropic garden] (Sloterdijk 1999). Esta conferencia es una respuesta a Brief
über den Humanismus [Carta sobre el humanismo] de Martin Heidegger, en la que Hei-
degger explicaba por qué la común asociación de su trabajo con el humanismo estaba
completamente equivocada. El humanismo, según Heidegger, se acerca a lo humano
desde la perspectiva del animal: como zoon logon echo o animal rationale – un animal
con habla y razón. Esta continuidad entre humano y animal, dice Heidegger, ignora la
diferencia radical entre ellos, que él sitúa en la capacidad humana para pensar el “ser”
de los seres. Sloterdijk, sin embargo, invierte el argumento de Heidegger. Él también
quiere ir más allá del humanismo, pero por razones enteramente diferentes. La tradición
humanista, dice, siempre ha intentado “cultivar” al ser humano; “domarlo” con la ayuda
de textos – y, en ese sentido, Heidegger también era un humanista. Pero los desarrollos
tecnológicos han hecho ahora posible cultivar a los seres humanos de una forma muy
diferente: literalmente “engendrándolos” o “criándolos”. Y en lugar de rehuir de la posi-
bilidad tecnológica de alterar la constitución biológica del ser humano, Sloterdijk nos
insta a responsabilizarnos de los poderes que hemos desarrollado. Deberíamos ir más
allá de la preocupación humanista por los textos, y empezar a pensar en pautas morales
para el uso de las nuevas “antropotécnicas”.
Ambas lecturas del cíborg tienen implicaciones para nuestra comprensión de la inten-
cionalidad cíborg. La aproximación de Ihde gira en torno a la intencionalidad tecnológi-
camente mediada, en la que se constituyen tanto los seres humanos (mediados) como
los artefactos tecnológicos (multiestables). Pero la noción de cíborg que subyace al con-
cepto de “intencionalidad híbrida”, tal y como la elaboro aquí, articula cómo las rela-
ciones humano-tecnología pueden adquirir también un carácter físico, formando una
amalgama real de lo humano y lo tecnológico, como ocurre cuando piezas de tecnología
están realmente mezcladas con el cuerpo humano. Las tecnologías utilizadas, como te-
lescopios y audífonos, ayudan a constituirnos como seres humanos diferentes, mientras
que las tecnologías incorporadas constituyen un ser nuevo, híbrido - que podría, en
principio, usar también tecnologías que ayudan a constituirlos como diferentes “trans-
humanos”.
Intencionalidad Cíborg 7

Intencionalidad compuesta1
Una tercera forma de intencionalidad cíborg que merece un análisis más detallado, jun-
to a sus variantes mediadas e híbridas, puede denominarse intencionalidad compuesta.
En este caso, las intencionalidades de los propios artefactos tecnológicos desempeñan
un papel central, en cooperación con las intencionalidades de los seres humanos que
utilizan esos artefactos. “Intencionalidad tecnológica” tiene que entenderse aquí como
las formas específicas en las que tecnologías específicas pueden dirigirse a aspectos es-
pecíficos de la realidad. En este contexto, por ejemplo, Don Ihde elaboró el ejemplo de
la grabadora de sonido como teniendo una intencionalidad para el sonido diferente de la
que tienen los humanos, grabando los ruidos de fondo a un volumen más alto que el
percibido por seres humanos, que solo se centran en los sonidos que son significativos
para ellos en esa situación específica (Ihde 1979: 77-78; Ihde 1983: 56; Ihde 1990: 102-
103). Cuando esta “direccionalidad” de los dispositivos tecnológicos se añade a la in-
tencionalidad humana, surge la intencionalidad compuesta: una forma de intencionali-
dad que resulta de la suma de intencionalidad tecnológica e intencionalidad humana.
La intencionalidad compuesta tiene un rol en lo que Ihde llama la relación hermenéuti-
ca. Al fin y al cabo, las relaciones hermenéuticas siempre involucran una representación
del mundo generada tecnológicamente, que es inevitablemente el producto de una direc-
cionalidad tecnológica específica hacia el mundo: los termómetros se centran en la tem-
peratura, los espectrógrafos en frecuencias de luz, los ecógrafos en cómo los objetos
materiales reflejan ultrasonidos. Sin embargo, esta intencionalidad representadora de
los perceptores “no-humanos” es solo una forma de intencionalidad compuesta. No to-
das las intencionalidades tecnológicas están dirigidas a representar realmente un fenó-
meno en el mundo -algunas de ellas, por ejemplo, más bien construyen realidad, como
los radiotelescopios que producen una imagen visible de una estrella basándose en
“ver” radiación que no es visible al ojo humano. En este caso, se podría decir que la
composición de intencionalidad humana e intencionalidad tecnológica está dirigida a
hacer visible formas en las que las tecnologías “experimentan” el mundo.
El concepto de intencionalidad compuesta, por tanto, nos insta a aumentar el análisis de
Ihde de la relación hermenéutica. Hay una intencionalidad doble involucrada aquí: una
de la tecnología hacia “su” mundo, y una de los seres humanos hacia el resultado de
esta intencionalidad tecnológica. En otras palabras: los humanos se dirigen aquí hacia
las formas en las que una tecnología se dirige hacia el mundo. Esto implica que, para
conceptualizar la base para la intencionalidad compuesta, el guion en la representación
esquemática de Ihde de la relación hermenéutica humano → (tecnología – mundo) debe-
ría ser sustituido por una flecha. Esto nos da el siguiente esquema:
Relación compuesta humano → (tecnología → mundo)

Una buena fuente para investigar estas intencionalidades compuestas es el arte. En lo


que sigue, me gustaría elaborar el fenómeno de la intencionalidad compuesta discutien-
1 Partes de esta sección incorporan fragmentos reelaborados de P.P. Verbeek, ‘Beyond the Human Eye:
Mediated Vision and Posthumanity’, en: P.J.H. Kockelkoren (ed.), Proceedings of AIAS Conference.
Publicado online en: http://www.aias-artdesign.org/mediatedvision
8 P.-P. Verbeek

do brevemente las formas en las que dos artistas neerlandeses exploran nuevos regíme-
nes de percepción con la ayuda de tecnologías. Las obras de arte que discutiré exploran
y muestran explícitamente las intencionalidades de artefactos tecnológicos en relación
con la intencionalidad humana.2 Pero en lugar de poner esas intencionalidades al servi-
cio de las relaciones humanas con el mundo - como en el caso de las relaciones herme-
néuticas de Ihde -, exploran las intencionalidades tecnológicas como relevantes en sí
mismas. Pretenden revelar una realidad que solo puede ser experimentada por tecnolo-
gías, haciendo accesibles las intencionalidades tecnológicas a la intencionalidad huma-
na.

Intencionalidad aumentada
Las fotografías nocturnas de Wouter Hooijmans encarnan la forma más “leve” de inten-
cionalidad compuesta. Hooijmans hace fotografías de paisaje utilizando tiempos de ob-
turación de varias horas. Esto le permite utilizar la luz de las estrellas para exponer sus
imágenes, lo que produce efectos imponentes. Cualquier incidente breve, como anima-
les atravesando la imagen, los movimientos de las hojas de un árbol o las ondas del agua
en un lago, se vuelven irrelevantes. Solo las cosas que perduran llegan a la imagen. Las
fotografías de Hooijmans revelan el mundo tal y como se vería si no necesitásemos par-
padear. En cierto sentido, sus imágenes pueden verse como la encarnación del método
de Husserl de la “intuición esencial”. Al transformar imaginativamente un fenómeno de
diferentes maneras, Husserl quería determinar qué aspectos eran esenciales al mismo y
cuáles no. Las imágenes de Hooijmans parecen lograr esto no en el reino de las ideas,
sino en la materialidad de una fotografía impresa.
Las fotografías de Hooijmans encarnan una transformación mecánica extrema de la in-
tencionalidad de la visión humana. Al contrario del uso más común de la cámara de fo-
tos, Hooijmans no crea exposiciones instantáneas, sino “exposiciones sostenidas”. Sus
fotografías mezclan un número infinito de impresiones visuales en una sola representa-
ción del mundo, que el ojo humano nunca podría producir por sí mismo. Podríamos lla-
mar a esta forma de intencionalidad compuesta “intencionalidad aumentada”, ya que
consiste en hacer accesible al ojo humano una forma artificialmente expandida de la in-
tencionalidad humana.

Intencionalidad constructiva
El trabajo estereofotográfico de De Realisten (“Los Realistas”) encarna una segunda
forma de intencionalidad compuesta. Como parte de su trabajo, De Realisten han estado
haciendo fotografías estereográficas de varios conjuntos de objetos de idéntica forma,
hechos a partir de materiales diferentes y no amalgamables, como madera y bronce. Al
mirar a estas fotografías con ayuda de equipamiento 3D, uno se encuentra con represen-
taciones tridimensionales muy realistas de una realidad que no puede existir en la expe-
riencia cotidiana.

2 Algunas obras de los artistas que se discuten pueden verse en


http://www.aias-artdesign.org/mediatedvision.
Intencionalidad Cíborg 9

Estas fotografías no pretenden representar la realidad en ningún sentido, sino generar


una nueva realidad que solo puede existir para la intencionalidad humana cuando se
complementa con intencionalidad tecnológica. Las amalgamas tridimensionales y foto-
rrealistas resultantes no tienen una contrapartida “original” en la realidad cotidiana. La
“intencionalidad” que De Realisten han dado a su cámara estereográfica no está dirigida
a hacer visible una realidad existente, sino a construir una nueva realidad. Por esta ra-
zón, la intencionalidad aquí involucrada puede llamarse “intencionalidad constructiva”.

Conclusión
El desarrollo tecnológico ha alcanzado un estado en el que la tecnología ha empezado a
interferir explícitamente en la naturaleza de los seres humanos. La intencionalidad solía
ser uno de esos conceptos que pertenecían al reino de lo exclusivamente humano, pero
ahora ya ha quedado claro que necesita extenderse al reino de lo tecnológico -y al reino
de las amalgamas de lo humano-tecnológico. Cuando Friedrich Nietzsche (1969/1883)
escribió las famosas palabras “El hombre es una cuerda, estirada entre el animal y el
Übermensch”, no podía prever que eran proféticas en un sentido muy concreto y mate-
rial. Al re-articular conceptos fenomenológicos y filosófico-antropológicos los filósofos
pueden contribuir a una mejor comprensión de los seres “posthumanos” o quizás inclu-
so “transhumanos” en los que nos estamos convirtiendo - y al desarrollo de un mejor
sentido de los límites de la humanidad.

Referencias
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