Análisis de la película “Perdí mi cuerpo” (J´ai perdu mon corps), de Jérémy Clapin (Netflix).

La película inicia con el sonido de una mosca volando, y cómo esta se posa cada vez más
cerca del protagonista, cerca de la sangre que escurre por el suelo, junto a una mano cortada
y finalmente en el rostro. Esta mosca es introducida con un primer plano y que va a funcionar
como guía narrativa a lo largo de la película. Seguidamente, la película utiliza un racconto,
que nos transporta al pasado mediante el uso de un código de color (blanco y negro) utilizado
como figura metafórica para mostrar los recuerdos e imaginación del personaje principal. En
esta escena nos muestran a Naoufel de pequeño, teniendo una conversación con su padre
sobre cómo puede atrapar la mosca, la cual se posa en una partitura y en un astronauta de
juguete, reflejando así una metáfora de los sueños del protagonista y la dificultad para poder
alcanzarlos.

Luego, mediante el sonido de una bolsa abriéndose y unos vidrios quebrándose y nos
muestran mediante un primer plano, la mano cortada de Naoufel. El uso continuo de este
plano y el punto de vista para establecer qué es lo que está viendo la mano, nos ayuda a
personalizarla, se refleja su humanidad cómo ésta es un personaje más de la película. La
mano de Naoufel intenta escapar del hospital donde se encontraba y al salir por la ventana,
nos muestran mediante un gran plano general, la inmensidad de la ciudad la cual transmite
la búsqueda de libertad del personaje y su vulnerabilidad ante el mundo.

Acto seguido, nos muestran mediante el uso de blanco y negro, los recuerdos de todas las
cosas que Naoufel podía percibir y sentir con sus manos y nos muestran los deseos de
Naoufel de querer ser astronauta como lo quería su padre y pianista como lo quería su madre.
Aquí vuelve a aparecer el elemento de la mosca, acechando y posándose en las manos del
protagonista mientras este sueña, siendo un indicio del destino que le espera a Naoufel.
La película continúa mostrándonos la relación de Naoufel con sus padres, hasta el día del
accidente de auto donde ambos fallecen, dejándolo totalmente solo y sin esperanza. Junto a
las tumbas de sus padres, nos muestran al astronauta y al pianista. Al ser una película
animada, su composición es muy meticulosa, predominando más lo visual que los diálogos,
por esto el encuadre es de suma importancia ya que ayuda a contar la historia sin la necesidad
de palabras.

Luego de este suceso, mediante un montaje paralelo, se nos muestra la historia de cómo
Naoufel perdió la mano, su niñez y el camino que debe recorrer su mano para volver a su
cuerpo. La historia nos cuenta lo infeliz que es Naoufel, ahora solo, sin hogar y en un trabajo
que odia, hasta que un día conoce a Gabrielle, una joven que dará un poco de esperanza en
su vida y a escapar de su contexto.

A lo largo de la película, los animales cumplen un papel importante (primero la paloma, las
ratas, las hormigas y los perros) ya que mueven la historia y permiten que la mano de Naoufel
siga su trayectoria.

Los cortes son directos y al ser una película de animación no es tan presente el movimiento
de cámara, de igual manera las tomas simulan un acercamiento o alejamiento de la cámara
(zoom) y en otras ocasiones un travelling.

La musicalización transmite tristeza, preocupación e incertidumbre por el contexto del

personaje. La mayor parte de recursos sonoros son diegéticos, Se escucha el ruido de la
ciudad, los autos, la mosca e incluso las canciones que parecen recursos extradiegéticos,
terminan siendo parte del universo, como cuando se escuchan en los audífonos de algún
personaje.
De igual manera, se utilizan mucho full shots donde se aprecian los personajes de cuerpo
completo y también se utiliza el recurso de un time lapse mientras Naoufel construía el iglú.

Este filme mediante sus metáforas como la mano, demuestra el desapego que tiene
Naoufel de su destino trazado por sus padres, de su sueño de ser astronauta y pianista y
cómo al perderlos, se le abre un mundo de posibilidades y libertad. La mano luego de su gran
viaje busca aferrarse y reconectar con su cuerpo, acomodándose a la herida, pero sin obtener
éxito alguno. Naoufel obtiene una ganancia gracias a su pérdida y un salto de fe que significa
la recomposición con su propia vida.