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Esto significa que por cada kilogramo de C que pase a CO, se pierden 23.671 kJ, además
de la peligrosidad que implica la formación de monóxido de carbono.
Se hace pues imprescindible, aportar un exceso de aire (n),6 es decir, una cantidad mayor
de la estequiométricamente necesaria, para que todas las partículas de combustible
encuentren el oxígeno suficiente para oxidarse totalmente.
Podría llegarse a la conclusión de que aportar mucho aire garantiza una combustión
completa y por tanto es una buena estrategia. Sin embargo, todo el aire añadido no
necesario, entra y sale de la cámara de combustión sin haber hecho otra cosa que
calentarse, lo cual supone una pérdida de calor y por tanto una bajada del rendimiento. Lo
eficaz, en consecuencia, será añadir el exceso de aire justo para conseguir una oxidación
completa.
Productos de combustión
Los humos o productos de combustión están formados por los gases resultantes de las
reacciones; dióxido de carbono, vapor de agua y óxido de azufre cuando lo tiene el
combustible, así como el nitrógeno correspondiente al volumen de aire utilizado. También
se puede encontrar oxígeno y nitrógeno procedentes del aire no utilizado, óxidos de
nitrógeno7 y a veces otros gases que pudieran formar parte del aire aportado.
Su cálculo se realiza de la misma forma indicada para el oxígeno, a partir de las
reacciones de combustión y contando con el exceso de aire utilizado. La suma de los
volúmenes obtenidos para cada gas más el nitrógeno contenido en el aire mínimo, todo
ello multiplicado por el coeficiente (n) de exceso de aire, da como resultado el volumen de
gases húmedos. Si en la suma no se tiene en cuenta el agua formada, se obtiene
el volumen de gases secos.8
La relación entre el volumen de CO2 y el volumen total de gases secos, es la
concentración de este componente en base seca, máxima que se puede medir en los
análisis normales de los gases de combustión. La obtención en un análisis de un valor
menor, significa:
Que se ha utilizado un exceso de aire mayor del necesario, ya que aunque la cantidad
de CO2 sea la prevista, la concentración disminuye, puesto que aumenta el volumen
de gases en el que se diluye. En este caso también aparecerá O2 en el análisis, tanto
más cuanto más exceso de aire.
O bien, parte del carbono no se ha oxidado, normalmente por defecto de aire, en cuyo
caso se encontrarán en el análisis cantidades de monóxido de carbono (CO), puede
aparecer H2 y con mucho defecto de aire partículas de carbono sin quemar (hollín).
También puede aparecer monóxido de carbono con exceso de aire, sobre todo con
combustibles líquidos, debido a una mala atomización del combustible y a un defecto de
mezcla combustible-comburente.