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EMBARAZO
INTEGRANTES
CASTILLO GÓMEZ NATALIA
MARTÍNEZ CAMARGO LISBETH
UNIVERSIDAD DE SUCRE
FACULTAD CIENCIAS DE LA SALUD
PROGRAMA DE ENFERMERÍA
CUIDADO DE LA MUJER
SINCELEJO/ SUCRE
2017
INTRODUCCIÓN
El embarazo a pesar que es un proceso fisiológico natural para el cual las mujeres
están preparadas, de acuerdo a su nivel de desarrollo, claro está, en situaciones
anormales puede presentar diferentes complicaciones por diversas causas. Los
embarazos a edades más avanzadas y el aumento en la frecuencia de
nacimientos por cesárea pueden incrementar la incidencia de patologías
asociadas con hemorragia obstétrica.
Las complicaciones hemorrágicas durante el embarazo o el parto representan la
tercera causa de la morbilidad y mortalidad materna en el país, tienen graves
consecuencias para la salud de la madre y del recién nacido y están asociadas a
fallas en el acceso y deficiente capacidad instalada en los organismos de salud.
La mortalidad materna es inaceptablemente alta. Cada día mueren en todo el
mundo unas 830 mujeres por complicaciones relacionadas con el embarazo o el
parto. En 2015 se estimaron unas 303 000 muertes de mujeres durante el
embarazo y el parto o después de ellos. Prácticamente todas estas muertes se
producen en países de ingresos bajos y la mayoría de ellas podrían haberse
evitado.
En el siguiente trabajo presentaremos las complicaciones más frecuentes que
ocurren durante la segunda mitad del embarazo, determinaremos sus principales
causas y el manejo adecuado para cada una de ellas.
OBJETIVO GENERAL
Determinar las características, los factores de riesgo y las complicaciones
asociadas a hemorragias en la segunda mitad de la etapa del embarazo y la
incidencia que éstas presentan.
OBJETIVOS ESPECÍFICOS
Reconocer signos y síntomas que nos permitan evidenciar hemorragias en
la segunda mitad del embarazo que son la principal causa de morbi-
mortalidad materno-fetal.
Identificar las intervenciones de enfermería para cada caso que minimicen
posibles complicaciones.
DEFINICIÓN DE HEMORRAGIA OBSTÉTRICA.
La hemorragia obstétrica es la pérdida sanguínea que puede presentarse durante
el periodo grávido o puerperal, superior a 500 ml post-parto o 1000 ml post-
cesárea proveniente de genitales internos o externos.
Las afecciones placentarias que producen sangrado y posible hemorragia en el
embarazo avanzado ponen en grave peligro el bienestar fetal y la salud de la
madre. Los problemas que se desarrollan tienen su origen al comienzo del
embarazo o en etapas posteriores, al madurar la placenta y vascularizarse más.
La causa más frecuente de hemorragias leves y graves (pérdida de sangre de 500
ml o más) durante los últimos meses del embarazo es la placenta previa. La
separación prematura de la placenta (desprendimiento de la placenta) es otra
afección
potencialmente grave que se asocia con hemorragia en el tercer trimestre.
PLACENTA PREVIA
Definición: La placenta previa es el desarrollo de la placenta en el segmento
uterino inferior (en vez de la región superior del útero, como es normal), de
manera que tapa en forma parcial o total la región del cérvix.
Etiología y factores de riesgo: Su etiología es desconocida pero hay factores
que predisponen la incidencia de ésta. La presencia de alteraciones endometriales
y/o miometriales podría condicionar que la zona de implantación placentaria no
sea en el fondo uterino, sino más bien cercana al orificio cervical interno; estas
condiciones las podemos encontrar en los siguientes casos:
a. Antecedentes de cicatriz uterina previa
b. Legrado uterino
c. Multiparidad, edad sobre los 35 años
d. Miomas uterinos y malformaciones uterinas.
El aumento relativo de la masa placentaria como el embarazo gemelar,
tabaquismo y residencia en altura, son algunos de los factores de riesgo presentes
en esta complicación durante el embarazo.
Clasificación:
1. Placenta previa total: cuando hay una oclusión total del orificio cervical
interno (OCI)
2. Placenta previa parcial: cuando hay una oclusión parcial del OCI
3. Placenta previa marginal: cuando la implantación placentaria llega a estar
en el margen del OCI
4. Placenta previa de inserción baja: en este caso el borde placentario se
encuentra muy cerca al OCI.
Cuadro clínico: Los cambios que se producen en el segmento uterino inferior en
los últimos meses del embarazo ocasionan diversos grados de separación
placentaria en el sitio de unión. Esta separación abre los senos sanguíneos
subyacentes del útero y produce hemorragia leve. El sangrado indoloro de color
rojo brillante durante el segundo o tercer trimestre es el principal signo que
presenta la mujer cuando ocurre esta complicación. Suele iniciarse como simples
manchas o hemorragia abundante. Con frecuencia no se produce hemorragia sin
control en el primer episodio. De hecho, pueden producirse diversos episodios de
hemorragia leve hasta que la pérdida de sangre sea significativa y requiera
intervención agresiva y terminación del embarazo. En general, el útero de las
mujeres con placenta previa se siente blando.
Incidencia: 1:167 partos.
Complicaciones:
Hemorragia.
Choque Hipovolémico.
Trombocitopenia.
Anemia.
Rotura prematura de membranas y trabajo de parto prematuro.
Mala posición fetal.
Embolia de aire.
Hemorragia en el puerperio.
Desgarramiento del útero.
Diagnóstico:
Siempre se sospecha en la posibilidad de placenta previa en mujeres con
hemorragia uterina leve durante la última mitad del embarazo. El diagnostico se
establece con claridad y sencillez mediante técnicas sonográficas para localizar la
placenta. La localización de la placenta por ultrasonido “B” o tomografía de
“tiempo real” ofrece un 95% de precisión. Cuando se encuentra que la paciente
tiene placenta en posición inferior o placenta previa, se lleva a cabo una serie de
estudios de ultrasonidos para observar los cambios de la posición de la misma. De
manera aparente muchas placentas previas tempranas se retiran del cérvix al
progresar el embarazo porque se forma el segmento uterino inferior.
En casos poco frecuentes, cuando no se confirma el diagnostico de placenta
previa por ultrasonido se efectúa un examen físico del cérvix en la sala de
operación con las preparaciones para intervención de cesárea inmediata en caso
de que se produzca hemorragia grave debido a la manipulación suave.
Hasta hace poco la placenta previa se asociaba con una tasa de mortalidad
materna de aproximadamente 10%. El diagnóstico temprano y los métodos
modernos de control redujeron esta cifra en forma considerable.
La presencia de esta afección causa dos problemas principales, en la madre
hemorragia y obstrucción del canal de parto. Para el niño, la preocupación más
significativa es premadurez. In útero el feto puede quedar comprometido debido a
la hipoxia que se produce por reducción del suministro de oxígeno al separarse la
placenta. Puede producirse retraso del crecimiento intrauterino como
consecuencia de menor circulación placentaria.
Tratamiento:
Debe estar orientado a:
1. Prevenir el choque hipovolémico
2. Prevenir el parto pretérmino
3. Lograr las mejores condiciones para el feto, si es que se produce el parto
pretérmino.
Si se trata de un embarazo a término, no hay duda de que debe realizarse una
cesárea, la cual en la medida de lo posible ha debido ser planificada con
anterioridad.
El problema surge cuando el diagnóstico se realiza antes de las 37 semanas. En
estos casos, la decisión del momento en que se debe realizar la cesárea
dependerá de la severidad del sangrado:
Si el sangrado es masivo, se debe realizar la cesárea inmediatamente y la
reposición de fluidos endovenosos (cristaloides y/o coloides), para lograr la
estabilización hemodinámica de la paciente, independientemente de la edad
gestacional.
Si el sangrado no es activo y no llega a comprometer el estado hemodinámico de
la paciente, el manejo comprenderá:
Hospitalización
Colocación de una vía periférica
Corticoterapia, para alcanzar la madurez pulmonar fetal, si se trata de
gestaciones menores a 34 semanas
Tocólisis en caso de presentar dinámica uterina, con sulfato de magnesio,
terbutalina o ritodrina
Solicitar exámenes preoperatorios completos, incluyendo pruebas
cruzadas.
Para confirmar la madurez fetal suele efectuarse la amniocentesis antes de
planear el parto. Se aconseja una intervención activa si el feto se encuentra a
término según su tamaño y las fechas cuando el trabajo de parto ya comenzó o si
la hemorragia pone en peligro el bienestar de la madre o el feto. En este caso se
efectúa el parto de urgencia sin tener en cuenta la edad gestacional.
En todos los casos de placenta previa total o mayor del 30% el parto por cesárea
es el método de elección. El procedimiento se efectúa de preferencia con
anestesia general de inhalación, de tipo ligero. En ocasiones se lleva a cabo al
parto vaginal si la implantación de la placenta es baja, en particular cuando el niño
es pequeño y el cérvix esta de modo parcial dilatado. En estas circunstancias, el
obstetra puede elegir romper las membranas con el fin de que la parte de
presentación penetre a la pelvis y controlar la hemorragia por compresión del área
de placenta que se separó.
9. Corioamnionitis.
11. Multiparidad.
Clasificación: El desprendimiento de placenta se clasifica según el grado de
separación placentaria.
Grados de desprendimiento de placenta
Grado 0 No clínica. Diagnostico post parto. Mortalidad fetal
aumentada.
Grado I Hemorragia Vaginal moderada con o sin ligera tetanización
del útero. Mortalidad fetal aumentada.
Grado II Útero doloroso tetanizado en combinación con hemorragia
vaginal generalmente abundante. No hay shock. No hay
coagulopatías clínica manifiesta. En general el feto está
muerto.
Grado III Útero tetanizado, coagulopatía, choque hemorrágico,
abdomen doloroso, feto muerto.
Campo:2 Clase: H
2210: Administración de analgésicos.
RUPTURA UTERINA.
BIBLIOGRAFÍA