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Resumen:
En resumen, se puede notar la enorme popularidad que tuvo el dios Pachacamac,
llegando a reemplazar al dios Sol en algunos casos. La autora mapea cierta “genealogía
mítica” del dios Pachacamac y consigue ubicar a sus hermanos, hijos y demás parientes
en diversas huacas del país: Andahuaylas, Chincha, Cusco, el Nevado La Viuda, etc.
Gracias a los mitos ashánincas y machiguengas, nos enteramos de su alcance en la
selva peruana. En esta región sería conocido como “Pachacamui”, un dios que provee
de hachas, ollas, herramientas y que también posee el poder de hacer temblar la
tierra. Sin embargo, la influencia de Pachacamac sería más fuerte y decisiva en los
nativos costeños del Perú.
En referencia a las disputas que hubo entre negros e indígenas durante el Virreinato,
ciertamente, los colonizadores temían que estas dos razas se unieran en algún
momento para liberarse del yugo español. Sin embargo, no podrían evitar la fusión de
creencias y costumbres de cada cultura. Del sincretismo de estos dos mundos y la
imposición del cristianismo, afirma la historiadora, resultaría el culto al Señor de los
Temblores.
Critica:
La primera impresión que tengo de este libro es la ligazón entre mitos e historia
prehispánica del culto de Pachacámac, uno de los más importantes y auténtico de los
andes y un fenómeno muy peculiar en el mundo católico, que es el culto al Señor de
los Milagros. Aparte que este libro incluye muchos detalles del Pachacámac físico, que
uno no percibe cuando visita las ruinas
Ya finalizando, llego a la conclusión que los detalles este libro es excelente para
entender la integración de los mundos europeo, andino y africano en la devoción al
Señor de los Milagros, y también para conocer algo de la civilización en la costa central
española antes de la conquista española. Es un libro excepcional para entender el
Sincretismo Religioso que se dio en torno a la figura del Sr. de los Milagros y nuestro
padre el Dios Pachacamac. Pero creo que con lo dicho es suficiente, como una
demostración más de la continuidad de las creencias prehispánicas en el medio del
cristianismo, pero sin duda constituye una novedad el plantearlo para un fenómeno
tan "limeño" como es el culto al Señor de los Milagros.