El presente ensayo es un análisis sobre la sociedad digital desde dos perspectivas: la
dimensión “macro” cuyo objeto de análisis es la sociedad y una dimensión “micro” tomando como referencia al individuo como sujeto sobre el que reflexionar Cuando escucho la conferencia de Cristóbal Coba o cuando leo artículos sobre las redes sociales y sus riesgos aparece en mi mente casi de forma automática, la obra de George Orwell 1984. Dicha obra podría considerarse “superada” por la realidad en la que vivimos, creo que el propio autor se asustaría de esta existencia hiperconectada en la que estamos inmersos y muy probablemente pensaría que subestimo el poder de las nuevas tecnologías. El gran hermano se ha quedado obsoleto con la aparición de los grandes datos o, mejor dicho en ingles, big data, ese algoritmo que es capaz de saber mas de nosotros, que nosotros mismos. Todos los me gusta, retuits, reproducciones de video que damos son un espejo donde estamos reflejados casi a la perfección. Sin embargo, no ha hecho falta colocar una cámara en el centro de la casa para que nos observen y vigilen, nosotros mismos proporcionamos esa información gracias a los dispositivos móviles mediante los que se comparten fotos y se ofrece información del lugar en el que estamos Pero hay algo que diferencia a la sociedad que George Orwell expone en su libro de la nuestra, y es que en ella, las personas que la forman viven tristes, amargadas, frustradas y en un estado depresivo, esto se refleja muy bien en las líneas del libro, además de que los personajes no ocultan esa apatía que viven. Por el contrario nuestra sociedad parece estar divertida, entretenida y feliz produciendo y consumiendo contenido o por lo menos, las personas no muestran sus emociones negativas y por consiguiente no se percibe tanto el mundo gris en el que vivimos. No solo no percibimos ese vacío sino que vemos en el mundo digital una forma de escape. Las personas reciben un nivel global de satisfacción en la vida que procede de varias fuentes como puede ser la familia, la pareja, el puesto de trabajo, las relaciones sociales o los pasatiempos. Pero en el momento en que una persona no logra diversificar sus fuentes de satisfacción, y esto es algo que pasa muy a menudo o esta insatisfecha con algunas de ellas, puede acudir al mundo digital con intención de compensar en el dicho mundo lo que no tiene en el mundo real. Lo que da lugar a una sociedad hedonista, profundamente marcada por la inmediatez, en esa búsqueda continua del bienestar, de encontrar paz ya sea en el mundo real como en el online queda poco tiempo para la introspección y la reflexión, para el cuestionamiento y el pensamiento critico, la mente esta nublada por las tecnologías y los placeres derivadas de las mismas, las personas de nuestra sociedad tienen varias dificultades para razonar a cerca de cuestiones trascendentales. Habitamos un mundo sin creencias donde sus ciudadanos viven al día y el momento y no dedican tiempo a pensar en los grandes interrogantes. Si la sociedad esta repleta de multiplicidad de opciones para entretenerse, es muy difícil que podamos obtener conocimientos enriquecedores que nos den la posibilidad de forjar nuestro propio análisis critico y cuestionar las imposiciones.