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CÁTULO CASTILLO

LA ÚLTIMA CURDA EL ÚLTIMO CAFÉ


1956 1963
Música: Aníbal Troilo Música: Héctor Stamponi

Lastima, bandoneón, Llega tu recuerdo en torbellino,


mi corazón vuelve en el otoño a atardecer
tu ronca maldición maleva... miro la garúa, y mientras miro,
Tu lágrima de ron gira la cuchara de café.
me lleva
hasta el hondo bajo fondo Del último café
donde el barro se subleva. que tus labios con frío,
¡Ya sé, no me digás! ¡Tenés razón! pidieron esa vez
La vida es una herida absurda, con la voz de un suspiro.
y es todo tan fugaz
que es una curda, ¡nada más! Recuerdo tu desdén,
Mi confesión. te evoco sin razón,
te escucho sin que estés.
Contame tu condena, "Lo nuestro terminó",
decime tu fracaso, dijiste en un adiós
¿no ves la pena de azúcar y de hiel...
que me ha herido?
Y hablame simplemente ¡Lo mismo que el café,
de aquel amor ausente que el amor, que el olvido!
tras un retazo del olvido. Que el vértigo final
¡Ya sé que te lastimo! de un rencor sin porqué...
¡Ya sé que te hago daño
llorando mi sermón de vino! Y allí, con tu impiedad,
me vi morir de pie,
Pero es el viejo amor medí tu vanidad
que tiembla, bandoneón, y entonces comprendí mi soledad
y busca en el licor que aturde, sin para qué...
la curda que al final
termine la función Llovía y te ofrecí, ¡el último café!
corriéndole un telón al corazón.
Un poco de recuerdo y sinsabor
gotea tu rezongo lerdo.
Marea tu licor y arrea
la tropilla de la zurda
al volcar la última curda.
Cerrame el ventanal
que arrastra el sol
su lento caracol de sueño,
¿no ves que vengo de un país
que está de olvido, siempre gris,
tras el alcohol?...
HOMERO EXPÓSITO
AFICHES Calle
1956 como valle
Música: Atilio Stampone de monedas para el pan...
Río
Cruel en el cartel, sin desvío
donde sufre la ciudad...
la propaganda manda cruel en el cartel,
¡Qué triste palidez tienen tus luces!
y en el fetiche de un afiche de papel ¡Tus letreros sueñan cruces!
se vende la ilusión, ¡Tus afiches carcajadas de cartón!
se rifa el corazón...
Y apareces tú Risa
vendiendo el último jirón de juventud, que precisa
cargándome otra vez la cruz. la confianza del alcohol.
¡Cruel en el cartel, te ríes, corazón! Llantos
¡Dan ganas de balearse en un rincón! hechos cantos
pa' vendernos un amor.
Ya da la noche a la cancel Mercado de las tristes alegrías...
¡Cambalache de caricias
su piel de ojera...
donde cuelgan la ilusión!
Ya moja el aire su pincel Triste. ¡Si
y hace con él la primavera... por ser nuestra!
¿Pero qué? Triste. ¡Si,
si están tus cosas pero tú no estás, porque sueñas!
porque eres algo para todos, Tu alegría es tristeza
como un desnudo de vidriera... y el dolor de la espera
¡Luché a tu lado, para ti, te atraviesa...
por Dios, y te perdí! ¡Y con pálida luz
vivís llorando tus tristezas!
Yo te di un hogar... Triste. ¡Si,
por ser nuestra!
¡Siempre fui pobre, pero yo te di un hogar!
Triste. ¡Si,
Se me gastaron las sonrisas de luchar,
por tu cruz!
luchando para ti,
sangrando para ti... Vagos
Luego la verdad, con halagos
que es restregarse con arena el paladar de bohemia mundanal.
y ahogarse sin poder gritar. Pobres,
Yo te di un hogar... sin más cobres
- ¡fue culpa del amor! - que el anhelo de triunfar,
¡Dan ganas de balearse en un rincón! ablandan el camino de la espera
con la sangre toda llena
de cortados, en la mesa de algún bar.
Calle
como valle
de monedas para el pan...
Río
sin desvío
donde sufre la ciudad...
TRISTEZAS DE LA CALLE CORRIENTES Los hombres te vendieron como a Cristo
1942 y el puñal del obelisco
Música: Domingo Federico te desangra sin cesar
HOMERO MANZI
BARRIO DE TANGO CHE BANDONEÓN
1942 1950
Música: Aníbal Troilo Música:

Un pedazo de barrio, allá en Pompeya, El duende de tu son, che bandoneón,


durmiéndose al costado del terraplén. se apiada del dolor de los demás,
Un farol balanceando en la barrera y al estrujar tu fueye dormilón
y el misterio de adiós que siembra el tren. se arrima al corazón que sufre más.
Un ladrido de perros a la luna. Estercita y Mimí como Ninón,
El amor escondido en un portón. dejando sus destinos de percal
Y los sapos redoblando en la laguna vistieron al final mortajas de rayón,
y a lo lejos la voz del bandoneón. al eco funeral de tu canción.

Barrio de tango, luna y misterio, Bandoneón,


calles lejanas, ¡cómo estarán! hoy es noche de fandango
Viejos amigos que hoy ni recuerdo, y puedo confesarte la verdad,
¡qué se habrán hecho, dónde estarán! copa a copa, pena a pena, tango a tango,
Barrio de tango, qué fue de aquella, embalado en la locura
Juana, la rubia, que tanto amé. del alcohol y la amargura.
¡Sabrá que sufro, pensando en ella, Bandoneón,
desde la tarde que la dejé! para qué nombrarla tanto,
Barrio de tango, luna y misterio, no ves que está de olvido el corazón
¡desde el recuerdo te vuelvo a ver! y ella vuelve noche a noche como un canto
en las gotas de tu llanto,
Un coro de silbidos allá en la esquina. ¡che bandoneón!
El codillo llenando el almacén.
Y el dramón de la pálida vecina Tu canto es el amor que no se dio
que ya nunca salió a mirar el tren. y el cielo que soñamos una vez,
Así evoco tus noches, barrio 'e tango, y el fraternal amigo que se hundió
con las chatas entrando al corralón cinchando en la tormenta de un querer.
y la luna chapaleando sobre el fango Y esas ganas tremendas de llorar
y a lo lejos la voz del bandoneón. que a veces nos inundan sin razón,
y el trago de licor que obliga a recordar
si el alma está en "orsai", che bandoneón.
JOSÉ MARÍA CONTURSI ENRIQUE CADÍCAMO

GRICEL GARÚA
1942 1943
Música: Mariano Mores Música: Aníbal Troilo

No debí pensar jamás ¡Qué noche llena de hastío y de frío!


en lograr tu corazón El viento trae un extraño lamento.
y sin embargo te busqué ¡Parece un pozo de sombras la noche
hasta que un día te encontré y yo en la sombra camino muy lento.!
y con mis besos te aturdí Mientras tanto la garúa
sin importarme que eras buena... se acentúa
Tu ilusión fue de cristal, con sus púas
se rompió cuando partí en mi corazón...
pues nunca, nunca más volví…
¡Qué amarga fue tu pena! En esta noche tan fría y tan mía
pensando siempre en lo mismo me abismo
No te olvides de mí, y aunque quiera arrancarla,
de tu Gricel, desecharla
me dijiste al besar y olvidarla
el Cristo aquel la recuerdo más.
y hoy que vivo enloquecido
porque no te olvidé ¡Garúa!
ni te acuerdas de mí... Solo y triste por la acera
¡Gricel! ¡Gricel! va este corazón transido
con tristeza de tapera.
Me faltó después tu voz Sintiendo tu hielo,
y el calor de tu mirar porque aquella, con su olvido,
y como un loco te busqué hoy le ha abierto una gotera.
pero ya nunca te encontré ¡Perdido!
y en otros besos me aturdí… Como un duende que en la sombra
¡Mi vida toda fue un engaño! más la busca y más la nombra...
¿Qué será, Gricel, de mí? Garúa... tristeza...
Se cumplió la ley de Dios ¡Hasta el cielo se ha puesto a llorar!
porque sus culpas ya pagó
quien te hizo tanto daño. ¡Qué noche llena de hastío y de frío!
No se ve a nadie cruzar por la esquina.
Sobre la calle, la hilera de focos
lustra el asfalto con luz mortecina.
Y yo voy, como un descarte,
siempre solo,
siempre aparte,
recordándote.
Las gotas caen en el charco de mi alma
hasta los huesos calados y helados
y humillando este tormento
todavía pasa el viento
empujándome.
MARÍA ELENA WALSH HORACIO FERRER

EL 45 BALADA PARA MI MUERTE


1967 1968
Música: Ástor Piazzolla
Música: María Elena Walsh

Moriré en Buenos Aires, será de madrugada,


Te acordás, hermano, qué tiempos aquellos...
guardaré mansamente las cosas de vivir,
la vida nos daba la misma lección,
mi pequeña poesía de adioses y de balas,
en la primavera del 45
mi tabaco, mi tango, mi puñado de esplín.
tenías quince años lo mismo que yo.
Te acordás, hermano, de aquellos cadetes...
Me pondré por los hombros, de abrigo, toda el alba,
el primer bolero y el té en el Galeón,
mi penúltimo whisky quedará sin beber,
cuando los domingos la lluvia traía
llegará, tangamente, mi muerte enamorada,
la voz de Bing Crosby y un verso de amor.
yo estaré muerto, en punto, cuando sean las seis.
Te acordás de la Plaza de Mayo
Hoy que Dios me deja de soñar,
cuando el que te dije salía al balcón...
a mi olvido iré por Santa Fe,
tanto cambió todo que el sol de la infancia
sé que en nuestra esquina vos ya estás
de golpe y porrazo se nos alunó.
toda de tristeza, hasta los pies.
Abrazame fuerte que por dentro
Te acordás, hermana, qué tiempos de seca...
me oigo muertes, viejas muertes,
cuando un pobre peso daba el estirón
agrediendo lo que amé.
y al pagarnos toda una edad de rabonas
Alma mía, vamos yendo,
valía más vida que un millón de hoy.
llega el día, no llorés.
Te acordás, hermana, que desde muy lejos
Moriré en Buenos Aires, será de madrugada,
un olor a espanto nos enloqueció....
que es la hora en que mueren los que saben morir.
era de Hiroshima donde tantas chicas
Flotará en mi silencio la mufa perfumada
tenían quince años como vos y yo.
de aquel verso que nunca yo te supe decir.
Te acordás que más tarde la vida
Andaré tantas cuadras y allá en la plaza Francia,
vino en tacos altos y nos separó...
como sombras fugadas de un cansado ballet,
ya no compartimos el mismo tranvía,
repitiendo tu nombre por una calle blanca,
sólo nos reúne la buena de Dios.
se me irán los recuerdos en puntitas de pie.

Moriré en Buenos Aires, será de madrugada,


guardaré mansamente las cosas de vivir,
mi pequeña poesía de adioses y de balas,
mi tabaco, mi tango, mi puñado de esplín.

Me pondré por los hombros, de abrigo, toda el alba,


mi penúltimo whisky quedará sin beber,
llegará, tangamente, mi muerte enamorada,
yo estaré muerto, en punto, cuando sean las seis,
cuando sean las seis, ¡cuando sean las seis!
ELADIA BLÁZQUEZ EL CORAZÓN AL SUR
1975
Y SOMOS LA GENTE Música: Eladia Blázquez
1980
Música: Eladia Blázquez Nací en un barrio donde el lujo fue un albur,
por eso tengo el corazón mirando al sur.
Mi viejo fue una abeja en la colmena,
Apenas el sol se despierta, las manos limpias, el alma buena...
me toca la puerta y echamos a andar. Y en esa infancia, la templanza me forjó,
¡Qué breve el café, la mañana, después la vida mil caminos me tendió,
el beso, las ganas de no decir chau! y supe del magnate y del tahúr,
Soldados de ese desfile por eso tengo el corazón mirando al sur.
de cientos de miles peleando la vida,
tratando de hallar la armonía, Mi barrio fue una planta de jazmín,
el sol o algún día la sombra de mi vieja en el jardín,
de felicidad. la dulce fiesta de las cosas más sencillas
y la paz en la gramilla de cara al sol.
Y somos la gente, que lucha, que siente, Mi barrio fue mi gente que no está,
que muele las horas las cosas que ya nunca volverán,
en tanto trajín de vereda y hollín, si desde el día en que me fui
esperando a su casa volver, con la emoción y con la cruz,
a colgar tanta mufa, ¡yo sé que tengo el corazón mirando al sur!
a encender una estufa
al calor del amor. La geografía de mi barrio llevo en mí,
será por eso que del todo no me fui:
Resulta más dulce y más tibio la esquina, el almacén, el piberío...
el simple equilibrio de andar y volver. lo reconozco... son algo mío...
¡Qué lindo parece el regreso Ahora sé que la distancia no es real
y luego de un beso sentarse a comer! y me descubro en ese punto cardinal,
¡Abrir las ventanas al cielo, volviendo a la niñez desde la luz
hacer nuestro vuelo de pájaros locos! teniendo siempre el corazón mirando al sur.
Mañana, otra vez la rutina,
el bar y la esquina de nuestro querer.
FERNANDO “PINO” SOLANAS

VUELVO AL SUR
1988
Música: Ástor Piazzolla

Vuelvo al Sur,
como se vuelve siempre al amor,
vuelvo a vos,
con mi deseo, con mi temor.

Llevo el Sur,
como un destino del corazón,
soy del Sur,
como los aires del bandoneón.

Sueño el Sur,
inmensa luna, cielo al reves,
busco el Sur,
el tiempo abierto, y su después.

Quiero al Sur,
su buena gente, su dignidad,
siento el Sur,
como tu cuerpo en la intimidad.

Te quiero Sur,
Sur, te quiero.

Vuelvo al Sur,
como se vuelve siempre al amor,
vuelvo a vos,
con mi deseo, con mi temor.

Quiero al Sur,
su buena gente, su dignidad,
siento el Sur,
como tu cuerpo en la intimidad.
Vuelvo al Sur,
llevo el Sur,
te quiero Sur,
te quiero Sur...

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