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[CURSO SUPERIOR DE ENFERMERÍA CRÍTICA Y

Octubre de 2017 CUIDADOS INTENSIVOS]

Oxigenoterapia
La oxigenoterapia consiste en la administración de oxígeno suplementario y está dirigida a
incrementar la PaO2 y la SaO2.
La prescripción de O2, como la de todos los fármacos, debe hacerse con conocimiento de las
indicaciones, dosis, vía de administración, efectos colaterales y toxicidad.
Está demostrado que existe discrepancia entre los cambios de la PaO2 y el transporte de oxígeno
sistémico durante la administración de oxígeno suplementario. La falta de mejoría del transporte
de oxigeno sistémico durante la oxigenoterapia se explica por la tendencia del oxígeno a reducir el
flujo sistémico, por dos mecanismos:
• Primero, el oxígeno actúa como un vasoconstrictor en todos los lechos vasculares excepto en la
circulación pulmonar, donde actúa como vasodilatador.
• Segundo, la inhalación de oxígeno está asociada con la disminución en el volumen minuto
cardíaco. Aunque esto es causado parcialmente porque revierte los efectos estimulantes de la
hipoxemia, el oxígeno también tiene efecto inotrópico negativo y puede reducir el volumen
minuto cardiaco en ausencia de hipoxemia.

Indicaciones
• Hipoxemia documentada, definida como una disminución de la PaO2 en sangre arterial debajo
del rango normal (PaO2< 60mmHg o SpO2 < 90% respirando aire ambiental).
• PaO2 y/o SpO2 debajo del rango deseable para una situación clínica determinada.
• Cualquier situación específica en la que se haya documentado el beneficio de esta terapéutica.

Contraindicaciones. Posibles complicaciones


No hay contraindicaciones específicas para la terapia con oxígeno cuando se juzga que las
indicaciones están presentes; sin embargo, se deben tomar precauciones por las posibles
complicaciones:
- Con una PaO2 ≥ 60 mmHg puede ocurrir depresión ventilatoria en los pacientes que ventilan
espontáneamente con una PaCO2 elevada.
- Con una FiO2 ≥ 0.5 pueden producirse atelectasias por desnitrogenización de los alveolos,
toxicidad por oxígeno, disminución de la función ciliar o de la función leucocitaria.
- El oxígeno suplementario debe administrarse con precaución en pacientes con intoxicación con
paraquat y en los medicados con bleomicina.
- El riesgo que se genere fuego esta aumentado en presencia de concentraciones aumentadas de
O2 en el ambiente.
- Existe riesgo de contaminación bacteriana asociada a ciertos dispositivos de nebulización y
humidificación.

Debe recordarse que: el oxígeno no aporta beneficios para tratar hipoxia por anemia;
y que no reemplaza a la ventilación mecánica cuando está indicado el soporte ventilatorio.

Sistemas utilizados para administrar oxígeno suplementario


Los sistemas para aportar oxígeno suplementario se clasifican en:
• Sistemas de bajo flujo
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• Sistemas de alto flujo

A. Sistemas de Bajo Flujo


• Cánula nasal
• Mascaras faciales
• Mascaras con bolsa reservorio

Cuando la ventilación minuto del paciente excede la velocidad de flujo de estos dispositivos,
además del oxígeno del reservorio, el ambiente es inhalado para cubrir las necesidades adicionales
del paciente. La concentración final del oxígeno inhalado (fracción inspirada de oxígeno - FiO2),
está determinada por:
• El tamaño del reservorio.
• La velocidad a la cual el reservorio es llenado,
• Las demandas ventilatorias del paciente.
En consecuencia, los sistemas de bajo flujo aportan una FiO2 variable. Los sistemas de alto flujo, en
cambio, proveen un FiO2 constante, lo cual se logra con el aporte de un flujo de oxigeno que
exceda el flujo inspiratorio del paciente o con un dispositivo que permita una proporción fija de
entrada de aire ambiental.

Cánula nasal
La cánula nasal es un dispositivo bien tolerado por la mayoría de los pacientes y que consta de dos
prolongaciones, una para cada narina que aporta un flujo constante de oxígeno a la nasofaringe y
la orofaringe, que actúan como reservorios, con una capacidad promedio de 50 ml o un tercio del
espacio muerto anatómico. El paciente puede respirar a través de la boca o la nariz y recibe O2
suplementario en tanto las fosas nasales estén permeables.
El equipo necesario consta de:
• La fuente de O2 (central o tubo)
• Válvula reductora de presión
• Flujímetro
• Cánula nasal
Después de informar al paciente acerca del propósito del dispositivo y como se usa, se colocan las
dos prolongaciones en las narinas, se ajusta la cánula suavemente y se inicia el flujo de oxígeno
ajustando el flujímetro al valor deseado. Se deben evaluar el confort del paciente y controlar las
aéreas de presión a nivel de las mejillas y orejas.
Si el paciente tiene un patrón ventilatorio normal, la FiO2 varía con el flujo y por cada aumento de
1 L/min, la FiO2 aumentará el 4%.
El aumento del flujo por encima de los 6 L/min reduce la tolerancia del paciente sin aumentar la
FiO2 más allá del 44%.
El oxígeno aportado con flujos ≤ 4 L/min no necesita humidificación pero flujos mayores pueden
secar la mucosa nasal y disminuir la tolerancia del paciente.
La relación entre flujo de oxígeno y FiO2 en sujetos normales con patrón ventilatorio normal, se
muestra en el siguiente cuadro:
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Cuadro n°1: Relación entre el flujo de O2 y FiO2 en sujetos normales

Sin embargo, debe recordarse que esta relación varía con los cambios de la ventilación minuto del
paciente. Cuando la ventilación minuto aumenta y el flujo inspiratorio excede el flujo de O2, la FiO2
disminuye (ver cuadro n°2).
En el ejemplo del cuadro n°2, donde la ventilación minuto es cuatro veces mayor al flujo de O2
aportado a través de la cánula nasal, se produce una disminución del oxígeno aportado a través de
la cánula nasal, se produce una disminución de casi un 50% de la FiO2. Esto demuestra la limitación
del empleo de la cánula nasal cuando se requiere administrar una dosis determinada de oxígeno, y
por otro lado no debería emplearse en pacientes con demanda ventilatoria alta.

Cuadro n°2 – Observe: flujo de O2 constante – Ventilación


minuto aumenta en forma progresiva – FiO2 disminuye

Máscara facial
Las mascarillas faciales proveen un reservorio mayor de oxígeno. Una máscara simple tiene dos
orificios laterales que facilitan la eliminación del aire espirado y permiten la entrada de aire
ambiental.
Se ajustan laxamente a la cara, lo cual permite inhalar aire ambiental si fuera necesario.
La posición apropiada de la máscara sobre el puente de la nariz minimiza el contacto del gas
anhidro sobre los ojos, que podría causar irritación ocular.
Debido a que aumentan el reservorio anatómico entre 100 y 200 mL (dependiendo del tamaño de
la máscara), permiten aumentar la FiO2 hasta 0.6 si el paciente tiene un patrón ventilatorio normal
(Cuadro n°3). Si el flujo de O2 hacia la máscara es menor de 4 L/min, el aire espirado puede ser
reinhalado, por lo que se recomienda aportar flujo de por lo menos 5 L/min para disipar el aire
exhalado de la máscara.
El aumento del flujo a más de 8 L/min no incrementa la FiO2 dado que el reservorio se llena por
completo entre el final de la espiración y el comienzo de la inspiración.
Si bien pueden aportar una FiO2 algo mayor que las cánulas nasales, esta diferencia no es
significativa y en general se considera que tienen las mismas ventajas y limitaciones que las
cánulas nasales. Podría agregarse el riego potencial de aspiración de contenido gástrico si el
paciente tiene algún compromiso de los reflejos protectores de la vía aérea.
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Cuadro n°3 – FiO2 aproximada máscara facial simple

Máscara facial con bolsa reservorio

Si a la máscara facial estándar se agrega una bolsa reservorio, el reservorio de oxígeno incrementa
entre 400 y 600 mL, según el tamaño de la bolsa, al reservorio anatómico y al reservorio
representado por la máscara. También se considera un sistema de bajo flujo.
Hay dos tipos de máscaras con bolsa reservorio:
1. Sistema que permite la reinhalación del aire exhalado (rebreathing)
2. Máscara facial con bolsa reservorio y válvula unidireccional (non rebreathing)

1. Sistema que permite reinhalación parcial del aire exhalado.


Con este sistema el primer tercio del volumen corriente exhalado ingresa en la bolsa y es
reinhalado en la siguiente inspiración.
A medida que ocurre la espiración, el flujo espiratorio disminuye y cuando este cae por debajo del
flujo de entrada de oxígeno, el gas exhalado no puede retornar a la bolsa reservorio. Previo a la
espiración, este volumen de gas ocupa las vías aéreas de conducción, el espacio muerto
anatómico; como este no participa del intercambio alveolar de gas, contiene cantidades mínimas
de CO2 y concentraciones relativamente altas de O2.
De modo que en la primera fase de la espiración el primer tercio del volumen corriente llena la
bolsa reservorio: los dos tercios remanentes salen a través de los orificios laterales de la máscara,
es decir, que los gases exhalados son reinhalados en parte.
La bolsa reservorio NUNCA debe estar desinflada porque puede entrar aire ambiente por los
orificios laterales de la máscara, con la caída resultante de la FiO2. El flujo de gas debe estar por lo
menos a 6 L/min para asegurar una distensión adecuada de la bolsa y lavar el CO2 fuera de la
máscara. Un flujo entre 6 y 10 L/min al sistema puede proveer una FiO2 entre 40 y 70%.

2. Mascara facial con bola reservorio y válvula unidireccional.


Si a la máscara con reservorio se le agrega una válvula unidireccional, se evita que el aire exhalado
retorne a la bolsa reservorio. En estas condiciones el flujo debe ser de al menos 10 L/min. La FiO2
con este sistema es del 60-80%.
La principal ventaja de la bolsa reservorio es la posibilidad de controlar la composición del aire
inhalado.
Debido a que la efectividad de la máscara depende en parte del sello ajustado sobre a cara, debe
evaluarse la tolerancia del paciente a otro método a la hora de alimentarse, tampoco se puede
usar terapia con broncodilatadores sin retirar la máscara.

B – Dispositivos de Alto Flujo


Máscara de Venturi
Los dispositivos de alto flujo permiten un control completo de la mezcla de gas inhalado y el
aporte de una FiO2 constante, independiente de los cambios del patrón ventilatorio del paciente.
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Sobre la base del Principio de Bernoulli, Venturi describió la manera de aumentar el flujo de un
gas. El Principio de Bernoulli establece que a medida que la velocidad de un flujo de gas aumenta,
su presión lateral disminuye.
Al hacer pasar un chorro de gas a través de un orificio estrecho a presión constante, incrementa su
velocidad y se produce una caída de presión a los lados del jet que crea un arrastre de aire
ambiente dentro de la máscara con el resultante aumento del flujo total de gas.
En la máscara Venturi, el jet de gas es el O2 y la cantidad de aire ambiente que entra determina la
FiO2.
Los sistemas de alto flujo idealmente proveen la atmosfera inspiratoria completa al paciente, tan
rápido como es requerida, sin disminuir la FiO2. Para lograrlo debe generar un flujo de tres a
cuatro veces la ventilación minuto del paciente.
Existe una relación fija entre el flujo de O2, el orificio de la puerta de entrada, la FiO2 y el flujo total
de gas logrado (cuadro n°4)
Con estas máscaras, el oxígeno es aportado a bajos flujos, pero al ingreso del dispositivo, el
oxígeno pasa a través de un orificio estrecho y esto crea un flujo de gas a alta velocidad; este flujo
a alta velocidad genera una fuerza que arrastra aire ambiente dentro de la máscara. El volumen de
aire que penetra la máscara es lo que determina la FiO2.
Este tipo de máscaras están provistas de dispositivos con orificios de diámetro variable, con lo que
la FiO2 se puede incrementar hasta un máximo de 0.5.
Este tipo de máscaras se usan en pacientes con hipercapnia crónica o hipoxemia moderada.
La principal ventaja de las máscaras de alto flujo es la capacidad de aportar una FiO2 constante y
conocida.
La principal desventaja de este dispositivo es la incapacidad de aportar concentraciones altas de
O2.

Cuadro n°4 – Relación aproximada entre el flujo de O2, el aire


ambiente y el porcentaje de oxígeno

Otros dispositivos
Máscaras de aerosolterapia, collar de traqueostomía y adaptadores de tubo en T, son otros
dispositivos disponibles. Las tiendas faciales pueden emplearse con sistemas de alto flujo. Un
generador continuo de aerosol o un humidificador con un gran reservorio de volumen, pueden
humidificar el flujo de gas.
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Uso racional del oxígeno


En contra de la noción de que el oxígeno protege a las células de la lesión, la evidencia acumulada
sugiere que el O2 a través de metabolitos tóxicos es responsable de daño celular en los pacientes
críticos. El uso racional del oxígeno es el resultado del conocimiento cabal de las indicaciones,
complicaciones y riesgos.

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