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ALGUNOS HOMBRES BUENOS (1992).

El drama
judicial de Rob Reiner.

El teniente Daniel Kaffee (Tom Cruise) es un joven y prometedor


abogado de la Marina con una excelente reputación. Sus superiores le
confían la defensa de dos marines acusados de asesinato en la base de
Guantánamo. A primera vista, el caso no parece complicado y podría
suponer un ascenso y un logro más en su carrera. Pero al enfrentarse
con el Coronel Nathan R. Jessup, (Jack Nicholson) Comandante en
Jefe de la base de Guantánamo, su intuición le guiará por el difícil
camino de cambiar el rumbo de la investigación. 

"- Mire Teniente Kaffee... puedo soportar las balas y los cañones, la
mala paga y el maldito calor, pero lo que no puedo soportar es que
venga usted con su uniforme de maricón a pedirme cosas y no
muestre un poco de maldita cortesía. Le daré todo lo que quiera pero
pídamelo con respeto nuevamente.

- OK Coronel Jessep, si es tan amable ¿podría usted prestarme el


reporte de ayer, por favor? 
- Claro, con mucho gusto..."

"Yo desayuno a mil metros de quince mil soldados cubanos entrenados para matarme y no
voy a consentir que ninguna boquita de Harvard con su amariconado uniforme blanco venga
a decirme como tengo que defender a mi país, ¿está claro?". Coronel Jessup mostrando
galones al teniente Kaffee.

Es una de las películas judiciales más sólidas que se han


hecho dentro del llamado subgénero de los consejos de
guerra en una corte militar. Basada en una exitosa pieza
teatral, que arrasó en los escenarios, escrita por Aaron
Sorkin el mismo que se encargó de adaptarla para la gran
pantalla. Estamos ante un drama judicial con una gran
denuncia implícita dirigido con mano de hierro por el
artesano Rob Reiner ("Misery (1990)" o "La princesa
prometida (1987)"). La trama es tan visualmente estática
y tan basada en los diálogos, que la solidez y solvencia
de sus actores, ya sean los protagonistas como los de
reparto, resulta fundamental para dar credibilidad a una
obra fundamentalmente coral. La cinta puede presumir de un reparto formidable y sin fisuras.
Jack Nicholson, con su gran presencia, sólo requiere de un par de escenas para brillar,
acaparar y dar un giro espectacular a la trama. La figura y el espíritu que representa es tan
potente, que impregna toda la cinta. Aún sin estar en escena, la autoridad moral que
representa consigue permanecer en nuestra cabeza durante toda la película. Tom Cruise,
siendo una de los protagonistas, es sólo el hilo conductor de la historia, completamente
eclipsado por la interpretación del colosal Jack Nicholson, representa de forma correcta a su
personaje, ese joven entre impertinente y pretencioso,  que abandera los valores del digno
americano de clase media. Demi Moore, mantiene una buena presencia. Junto a ella, el
siempre sobrio Kevin Pollak, que por entonces había hecho pocas películas, demuestra por
qué siempre ha sido un secundario de renombre. Pero hay bastantes más. Kevin Bacon, que
es un excelente secundario y un mejor principal, borda un papel con pocos matices y escasas
posibilidades de lucimiento. 

Por último, Kiefer Sutherland de veintiséis años


está impresionante. Reiner demuestra con esta
cinta que es un gran director de actores. Dirige
con estilo sobrio, sin concesiones, esta historia
de orgullo militar, traiciones y dignidad
humana. Una historia que tiene como trasfondo
la base naval de Guantánamo que los Estados
Unidos usan en Cuba para mofarse de los
comunistas y del mundo. Un lugar que representa
la vergüenza histórica de los crímenes contra la
humanidad allí cometidos. El relato pretende describir cómo pueden llegar a ser los altos
mandos militares capaces de dirigir un lugar tan cruel como espantoso. La crítica no es nada
sutil y queda permanente expuesta, lo que la convierte en más efectiva. Enfrenta a un mando
militar como Jack Nicholson, experto en expresar talentos no convencionales socialmente,
frente a un Tom Cruise, que se gusta a sí mismo en el papel de héroe americano, auténtico,
joven y talentoso. El ejército es tratado con respeto, pero se critica la arbitrariedad del poder,
ése que supuestamente algunos emplean para defender una nación, cuando en realidad
defienden sus propios intereses o falsos ideales. No importan las individualidades, ni las
personas, importa el grupo y la disciplina. Los débiles son un estorbo para la victoria. Ideas
que en la mayoría de las ocasiones, son defendidas por mandos militares que han alcanzado
cierto grado de alejamiento de la realidad y una  gran pérdida de su humanidad en el
recorrido del largo camino personal para alcanzar la perfección. Tales ideas surgen, con
exquisito gusto y sin énfasis durante la trama. El juicio se desarrolla veloz y sin la menor
caída de ritmo. Los diálogos son certeros y magníficos, con personajes episódicos pero
trazados a la perfección, en un crescendo admirable que concluye con uno de los diálogos
más recordados del cine estadounidense de los noventa, un enfrentamiento verbal entre
Cruise y Jack Nicholson rematando este último una faena magnífica, con una frase que ya
forma parte de la historia del cine:

"-Kaffee: Solo quiero la verdad


- Jessup: Tú no eres capaz de enfrentarte con la
verdad, hijo. Vivimos en un mundo separado
por grandes muros y esos muros tiene que ser
guardados por hombres armados. Y, ¿ Quién
va a ser capaz de hacerlo??, Tú??....Yo tengo
una responsabilidad mucho mayor de la que
puedas imaginar [….]. Eres afortunado de no
saber lo que yo sé. La muerte de Santiago fue
trágica, pero salvó vidas. Y mi existencia
grotesca e incomprensible para ti, salva vidas!!!!. Tú no
quieres saber la verdad, no quieres profundizar ni hablar sobre
ello en tus bonitas fiestas. Tú solo necesitas a gente como yo
guardando los muros. Nosotros usamos palabras como:
Honor, código, lealtad […].

Kaffee: Ordenó usted el Código Rojo???


Jessup: Yo hice mi trabajo
Kaffee: Ordenó usted el Código Rojo??
Jessup: (YOU'RE GODDAMN RIGHT I DID!!). Sí, maldita sea, lo hice".

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