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ESCUELA NACIONAL SUPERIOR DE FOLKLORE

JOSÉ MARÍA ARGUEDAS

Programa de Complementación Académica

La Qashua del Trapecio Andino: Connotación social y cultural en


las regiones de Apurímac, Ayacucho y Huancavelica

Trabajo monográfico para optar el grado académico de bachiller


en Educación, Arte y Cultura

Presentado por:

Policarpio Saúl, Rojas Vásquez

Asesor:

Lic. César Antonio, Peralta Huamaní

Lima, 2020
ÍNDICE

INTRODUCCIÓN

DESARROLLO________________________________________________________________6

1. Qashua del Trapecio Andino________________________________6


1.1 La
Qashua_________________________________________________ 7
1.1.1 Etimología___________________________________10
1.1.2 Origen______________________________________ 11
1.2 El Trapecio Andino______________________________________ 13
1.2.1 Definición de Trapecio Andino___________________15
1.2.2 Regiones que pertenecen al Trapecio Andino_______17

2. Connotación social de la Qashua en el Trapecio Andino_________19

2.1 Connotacion social de la Qashua en la Region Apurimac_________20


2.2 Connotación social de la Qashua en la Región Ayacucho_________23

2.3 Connotación social de la Qashua en la Región Huancavelica______26

3. Connotación cultural de la Qashua en el Trapecio Andino_______29

3.1 Connotación cultural de la Qashua en la Región Apurímac_______30

3.2 Connotación cultural de la Qashua en la Región Ayacucho_______31

3.3 Connotación cultural de la Qashua en la Región Huancavelica____33

CONCLUSIONES________________________________________________________35

REFERENCIAS_________________________________________________________37
INTRODUCCION

El presente trabajo monográfico es el estudio de las qashuas en todo el


Trapecio Andino, área geográfica que comprende las regiones de Apurímac, Ayacucho
y Huancavelica, por ser ellas una de las expresiones sociales y culturales más
antiguas en estos territorios en forma particular, y en todo lo que comprendió el
Tahuantinsuyo en forma general; espacio conquistado por los Incas entre los siglos XV
y XVI de nuestra era, antes de la llegada de los españoles, donde impusieron sus usos
y costumbres en muchos aspectos de la vida cotidiana, en todos los campos de las
actividades humanas, constituyendo el vehículo ideal para la expansión esencialmente
cultural. Según los cronistas, estas expresiones prehispánicas estaban asociadas al
calendario agrícola y pervivieron hasta los tiempos actuales en que se practican de
forma periódica; por ello es necesario hacer un estudio cronológico de su proceso
histórico y cómo aún en pleno siglo XXI sigue vigente.

En esta primera parte se desarrollará de manera general una investigación


bibliográfica de las qashuas, desde los primeros escritos de los cronistas españoles y
mestizos en la Colonia del Perú que han registrado estos hechos en distintos
momentos y diferentes espacios, haciendo una cronología de esta expresión.

Estos cronistas, la mayoría de ellos pertenecientes a las órdenes religiosas,


han dado fe en sus escritos de los usos y las costumbres de los pueblos conquistados
y cómo su organización social estaba muy bien constituida así como su ciencia y su
religión, muy relacionadas con las distintas manifestaciones físicas de la naturaleza a
las cuales adoraban como deidades que les proporcionaban el bienestar en una
agreste y vasta geografía andina que supieron dominar con mucha maestría.
Investigar las qashuas no solo es analizar el hecho culminante de su importancia como
parte del calendario de las festividades agrícolas y su connotación, sino escudriñar y
comunicar las relaciones sociales de dichas comunidades en torno a ella,
especialmente el jolgorio que se representaba; la socialización de los componentes
que son los jóvenes en edad casadera, tanto de varones como de mujeres, que ya
teniendo dicha edad, realizaban las labores agrícolas en los ciclos correspondientes.
Es por ello que se tenía una relación íntima con la naturaleza, conocida como la
pequeña maduración de los frutos de la tierra, cuyos acontecimientos se celebraban
con cantos y danzas, pues estas actividades aseguraban la supervivencia de la
comunidad a través de la alimentación no solo personal sino de la familia y la
comunidad, las que eran también frutos de la tierra. Estas qashuas, por consiguiente,
también estaban asociadas a las cosechas de estos frutos agrícolas, en cuyo tiempo
los jóvenes solteros, tanto varones como mujeres, desarrollaban dichos usos y
costumbres para la formación de las nuevas familias. Estas son las descripciones de
los acontecimientos sociales y culturales de las qashuas en estas comunidades,
acontecimientos que encontraron dichos cronistas que ahora son invaluables
documentos, tanto para antropólogos, sociólogos, historiadores y esencialmente para
aquellos que trabajamos con las danzas tradicionales peruanas.

En el segundo capítulo de este trabajo monográfico hacemos un recorrido


histórico de las qashuas por las regiones de Apurimac, Ayacucho y Huancavelica,
pertenecientes al Trapecio Andino, desde la connotación social por la tremenda
similitud de sus usos y costumbres, comparándolos muy sintéticamente con otras
realidades de otras regiones del Perú como Cusco y Puno, con las cuales hay
diferencias sustanciales, ello como un marco referencial para entender con mayor
precisión dichos usos y costumbres de las regiones pertenecientes al Trapecio Andino
ya referido en este texto. El desarrollo histórico de las sociedades llamadas
tradicionales es importante en el aspecto social, porque aún en pleno siglo XXI se
hace uso de ellas y es necesario referenciarlas con cuanto documento tengamos a la
mano. Definitivamente el presente trabajo de investigación dará para más; sin
embargo lo tenemos que sustentar en estos términos para delimitar su estudio con el
método deductivo, comenzando dicha labor desde los temas generales a los
especificos para de esta manera tener un juicio de valor real de estos acontecimientos
tradicionales pervivientes y actuales, dándose su uso en estos tiempos modernos con
las mismas prerrogativas de tiempos anteriores a la llegada de los conquistadores
españoles, en la Colonia, al comienzo de la República del Perú y en la actualidad.
Además, para que este documento sirva como un texto de referencia histórica desde
el estudio de su connotación social en dichas sociedades andinas que practican las
qashuas en la actualidad y en especial del trapecio andino.

En la tercera parte, tendremos un estudio más concreto de las qashuas en el


ámbito de la connotación cultural, en su devenir histórico hasta la actualidad, donde
aplicaremos entrevistas a personajes del arte y la cultura que han estado laborando en
este rubro, constatando cómo las comunidades andinas aún las practican en pleno
siglo XXI, expresiones que en sus lugares de origen siguen vigentes con los rituales
tradicionales heredados de generación en generación por esas comunidades y
pequeñas sociedades donde rescatamos los valores culturales de antigua data, como
el ayni, la mink’a y la mita, cuyos usos y costumbres son parte de su vida cotidiana, así
como su evolución no solo como una cultura per-viviente, sino actual y vigente.
Además como recreación artística de estos acontecimientos en el arte de la danza,
cuyos hechos culturales se rescatan fehacientemente no solo en su expresión corporal
y gestual, sino esencialmente musical, donde los cantos son muy bien entonados a
escalas y registros vocales insospechados para la cultura musical occidental, donde el
único instrumento musical de estos eventos son las voces de las doncellas y los
jóvenes que desarrollan una labor agrícola en las eras y las chacras en tiempos de
cosechas; es en el arte de la danza donde podemos sintetizar estos acontecimientos
ancestrales, desde el hecho de que dichas manifestaciones eran celebraciones con
cantos y danza en un contexto de socialización para la formación de nuevas familias y
la perpetuación de la raza humana, asociadas a las labores agrícolas y también
pastoriles que se desarrollaron en las antiguas culturas del Trapecio Andino del Perú.
Esta connotación cultural es la que debemos estudiar con más detenimiento, para
tener una información más acorde a la realidad y de cómo actualmente se la viene
tratando en pleno siglo XXI en estas tres regiones que conforman el Trapecio Andino
del Perú.

El tema de las qashuas es amplio, y el principal propósito en desarrollar este


tema, desde los datos históricos, sociales y culturales de sus orígenes, a través de las
fuentes escritas realizadas en la Colonia por los cronistas, es demostrar la importancia
en la medida que nos muestra la vigencia de esos usos y costumbres hasta la
actualidad; dichos cronistas no solo recogieron información oral de las comunidades
originarias de los territorios conquistados por los españoles, sino que esas fuentes
ahora son invaluables para interpretar esos usos y costumbres en estos tiempos y
entender por qué siguen vigentes, teniendo en ellos un cúmulo de datos, información
sobre todas las actividades humanas en estas grandiosas civilizaciones andinas;
además de circunscribir estos hechos generales de las qashuas a hechos específicos
y particulares para llegar a conclusiones precisas en su estudio y práctica sostenida
por las comunidades llamadas tradicionales. Tener información actualizada, con las
entrevistas a los personajes cuyos testimonios apoyan conscientemente la vigencia de
esta expresión ancestral, cada día menos frecuente en todo el Trapecio Andino,
delimitando su estudio a estas tres regiones siempre con la ilusión de seguir estos
estudios de forma sostenida y continua, hechos sociales y culturales de cada región,
de cada provincia de estas regiones, los distritos y en los pueblos, pues cada uno
presenta sus particularidades, y deben ser destacados responsablemente con estudios
serios en esta materia a través de las ciencias sociales y esencialmente las
actividades artísticas, para que nuestras tradiciones sociales y culturales sigan
vigentes y se desarrollen no solo en sus lugares de origen, sino en otros espacios que
garanticen su vigencia y su continuidad sostenida como parte de las artes tradicionales
de nuestro vasto país; de ser así, ello amerita posteriores estudios de las qashuas en
otros espacios geográficos no solo de nuestro país, sino en todo el ámbito de los
países andinos.
DESARROLLO

1. La qashua del Trapecio Andino

Uno de los temas poco estudiados en el ámbito sociocultural,


especialmente en arte de la danza, ha sido sin duda las cashuas, ccashuas,
qaswas, qashuas, qashwas, mencionadas por los cronistas desde la llegada
de los conquistadores españoles, cuyo objetivo era apoderarse de un reino
donde había ingentes riquezas de oro y plata, metales que en esos tiempos
daban a sus poseedores riqueza y una posición social importante, así como la
colonización de los vastos territorios para una Europa empobrecida que
entonces buscaba una mejor calidad de vida a costa de la esclavización de los
habitantes originarios de los pueblos conquistados; esencialmente ese era el
pensamiento de la apoca. En estas vastas zonas de los territorios conquistados
no solo encontraron las riquezas en metales, sino una organización compleja
de una gran civilización y no la condición salvaje que los europeos creían, con
una ciencia, con una religión, y un gobierno muy bien estructurados, que fue la
base de la nueva organización social de la Colonia, especialmente en el Perú.
El arte no estaba al margen de ello, cuyo contexto estaba relacionado
al calendario agrícola de dicha civilización, con no menos 100 años de
expansión militar, social y cultural. La civilización que habían conquistado los
españoles con Francisco Pizarro a la cabeza era el gran imperio Inka, cuya
política de expansión les había dado una fuerte organización social, todo ello
narrado por los cronistas españoles que por primera vez veían con propios ojos
dichos territorios y seres humanos con un alto desarrollo en todos los ámbitos
de las actividades humanas, desde la más sencillas a las más complejas, con
idiomas muy bien estructurados, pues el Quechua no era la única lengua de
comunicación oral, sino que era una de las tantas con la que contaba el imperio
de los Inkas.
Es en ese contexto que se extrae una de esas expresiones que
merece atención, y es la denominada qashua, que a los cronistas españoles
llamó mucho la atención en casi todo el territorio conquistado por los Incas,
asociada al calendario agrícola anual, a la fertilidad de la tierra y a la crianza de
animales menores y mayores existentes en esos tiempos.
Las qashuas son esas expresiones pervivientes desde épocas muy
antiguas, encontradas también por los Incas en su expansión territorial y
política de civilizaciones mucho más antiguas que la de ellos mismos, en los
Andes del Perú, Bolivia y Ecuador respectivamente, Estados formados en las
guerras de la Independencia ya hace más de 200 años atrás.

1.1 La qashua.

La qashua, qashwa, cachua o cashua registrada en este


diccionario digital [fuente WIKIPEDIA] nos dice que: (quechua: cashua,
pronunciación Cuzco-Collao: [qaʃ.wa]) es el nombre que se le da a una
danza de orígenes indígenas que es típica de las zonas de Bolivia, Ecuador
y Perú. (p.1).
Las crónicas describen a esta danza como un galanteo que se
practicaba durante los periodos pre incaico e incaico. Actualmente la
instrumentación, coreografías y acompañamiento musical de esta danza es
distinto en todas las regiones donde se la ejecuta.
Para tener una idea más clara de esta expresión se la investiga a
través de la fuente escrita, datos transmitidos por los cronistas como los
que están consignados en el libro Historia del Perú Antiguo, a través de
la fuente escrita, de Luis E. Valcárcel (1984), en las páginas referentes a
las danzas y cantos de los Incas, donde se cita a Bernabé Cobo que nos
dice que: "La Cachua... es una de las principales y en la que hombres y
mujeres alternados y asidos de las manos forman corros bailando
alderredor" (pág. 213). La cita es muy escueta, tampoco nos dice dónde fue
que se desarrollaron estas coreografías de esas épocas, de seguro que
hablaba de los quechuas que habitaron los antiguos territorios de las
actuales regiones de Cuzco, Puno y el gran territorio de Huamanga, hoy
región Ayacucho, que comprendía territorios de la región Huancavelica y
Apurímac respectivamente.
En el mismo Libro, Valcárcel (1984) cita también a cronistas de la
talla de Felipe Guamán Poma de Ayala, que nos dice que la "Cachiua" es
"danza en círculo"[p. 214]. Y de manera sucinta describe esta como una
danza en círculos, donde varones y mujeres danzaban en tiempos de
cosecha, dichos usos y costumbres son vigentes hasta nuestros días en el
Trapecio Andino conformados por las regiones de Apurímac, Ayacucho y
Huancavelica respectivamente.
Lo interesante que dejó Valcárcel es un estudio minucioso de las
fuentes escritas en este II tomo de su extensa obra Historia del Perú
Antiguo, a través de la fuente escrita, información que abarca seis tomos,
pero la que habla estrictamente de las qashuas, cashuas, kashuas, están
en el Tomo II, donde también cita al cronista Diego González Holguín del
que se consigna que "Kachua" es "Bayle asidos de las manos" (p. 214).
Estos datos son relevantes para desarrollar el presente trabajo de
investigación.
Y como último dato de esta pesquisa se cita lo dicho por el
cronista Domingo de Santo Tomás, que "Cachuay" dio la acepción de
"corro de bayle, o danza" (Valcárcel TOMO II año 1982, p. 214); que
también dicha expresión antigua usada por las poblaciones de los antiguos
peruanos era muy popular y ligada al calendario agrícola de dichas
comunidades y familias.
En el libro Perú Incaico, de Del Busto (1983), quinta Edición, se
cita a las qashuas como danzas de regocijo y que fueron verdaderamente
populares. Y cita también a Huamán Poma de Ayala, que refiere que el
principal baile era Taquicachiua Haylli, que no es otra cosa que la cashua
llegada hasta hoy. En esta cita nos dice explícitamente que las cashuas,
aun hoy vigentes, son importantes para desarrollar conocimientos ya casi
olvidados y tenerlos de referencia para entender dicha expresión en pleno
siglo XXI (pp. 372-373).
En este mismo libro se cita al Padre Cobo, que nos dice: “El
baile llamado Cáchua es muy principal, y no lo hacían antiguamente sino en
fiestas muy grandes; es una rueda o corro de hombres y mujeres asidos de
las manos, los cuales bailan andando alrededor” (Del busto, 1983, p. 373).
Los cronistas en su recorrido por todos los territorios del Perú antiguo, que
ahora conforman los países de Perú, Bolivia y Ecuador, a pesar de sus
citas tan breves, dan a conocer que estos usos y costumbres eran
importantes en dichas épocas, los que se mantienen vigentes hoy, a pesar
del tiempo y el espacio históricos en los que relataron tales hechos.
Revisando la web, se ha encontrado también algunos datos
importantes de este tema, de los que se extrae literalmente lo dicho por
algunos escritores e investigadores del siglo XX, donde se nos dice:
En siglos posteriores, la qashwa mantenía su naturaleza inicial,
por eso en el siglo XIX, José Domingo Choquehuanca informaba que:
"Las cachuas (…) se ejecutan por corros de hombres y mujeres que
cantando y bailando dan continúas vueltas asidos de las manos en
rueda", Es casi similar a las citas de los cronistas mencionados en
nuestras pesquisas bibliográficas, detalladas en la presente
monografía.
También en la misma web, se encuentran datos de escritores
que también han tocado el tema, como el escritor Paz Soldán, que se
percató de que la "Cáchua (...) lo bailan (...) asidos de las manos en rueda
(...) subiendo y bajando la cabeza y volteándola". Según las fuentes
actuales de cultores este dato especifico está relacionado con las que se
realizan en Puno, por ejemplo.
Aquí otro dato que se encuentra en la Web, dice que el padre
Velasco manifiesta que en el mes del "Uchuy pocuy o colla pocuy (enero)
equivale a la ‘pequeña madurez’ en que aparecen los primeros vástagos o
cogollos" (p.). No hay más datos de esta cita, lo cual sugiere que son los
primeros frutos agrícolas que se cosechan en este mes, y tienen relación
con el Trapecio Andino de Apurímac, Ayacucho y Huancavelica donde se
las denomina en runa simi “Michkas”, sembríos que se hicieron en agosto
para cosechar en los primeros meses de lluvias (enero y febrero), donde
escasean los frutos maduros que se cosecharon en mayo y junio.
En la web también se encuentran otros datos, como la del señor
Calsín, natural de Puno, que nos dice: “La Qashwa es una milenaria,
vigorosa, ágil y hermosa expresión coreográfica creada por los qollas con el
nombre de Qawa en los años de predominio aymara, como una
manifestación guerrera y en un área que involucraba a Juliaca” (p.).
Además, agrega que dicha qashwa se celebra cada 20 de enero y se la
puede apreciar en su plenitud en el altiplano peruano, particularmente en el
lugar de su origen y en zonas aledañas. Este hecho se realiza en Juliaca,
en cuyo lugar hacen gala de su práctica la Agrupación de Machuhuaychas
de Toqoros y Pinquillos conjuntamente con la Asociación Folklórica de
Toqoros y Pinquillos denominados los Chiñipilcos.
En el libro Cien temas del folklore peruano, Vivanco (1988), se
encuentran también interesantes datos sobre la qashwa, como [“] la
pervivencia de una danza pre-Inca, que ha llegado hasta nuestros días a
través de la herencia cultural de generación en generación a través de las
fuentes orales, narrándonos en su primer párrafo que se trata, de “una
danza tan antigua que ni la fuerza avasalladora de la conquista pudo
acallar, ni siquiera mistificar”. (pp. 73-74).
En el segundo párrafo dice que “la ‘Qashwa’ es un rito
propiciatorio de la cosecha y la fecundidad de la madre tierra
(Pachamama), que se sigue practicando en muchas comunidades de la
sierra, aunque con diferentes nombres”.
En el tercer párrafo se corrobora la antigüedad de la qashwa,
donde se dice que en “su mayoría, esta danza pre inka es exclusiva para
solteros y solteras, que, durante su desarrollo, se cuentas cuitas de amor y
practican juegos románticos, bebiendo chicha los hombres y mazamorra
‘Api’ las doncellas”.
Sigue la cita, concatenada en esos términos de “encuentros
amorosos, que nos dice que no es extraño para muchas comunidades que
las parejas vayan de noche en premeditadas aventuras, con el pretexto de
la ‘Qashwa’ que se baila en las ‘eras’ o lugares de trilla de las arvejas o
también de las habas”.
En otro párrafo de este mismo libro, Vivanco dice: que la “qashwa”
que han descrito para esta publicación han sido dos, una que pertenece al
distrito de Santillana, de la provincia de Huanta, departamento de
Ayacucho, con la colaboración de informantes como el Señor Crisóstomo
Gil Pérez, oriundo de dicho lugar. También refiere que esta información
pertenece a los años 1935 y 1940 y que la siguen practicando los
pobladores de las regiones más apartadas de este departamento.

Recoge, además, otras expresiones similares del distrito de Vinchos y las


comunidades que la conforman, pertenecientes a la Provincia de
Huamanga, también del departamento de Ayacucho.

1.1.1 Etimología.

En el Diccionario de peruanismos, de Juan de Arona [año 1958], se


dice: “La ccachua, baile y canto de los indios de la sierra, danza
monótona, cogidos de la mano en dos, parece que se quisieran caer
en pedazos, y en su boca entre abierta, y de sus ojos fijos se
desprende la expresión de su abatimiento estólico y también la de
una borrachera tierna” (p. 120). Interesante referencia, desde el
punto de vista de la interpretación de un mundo andino, del que
muchos académicos desconocían la verdadera esencia de las
qashuas en los tiempos del autor de la cita, pero que sirve para
tener una idea más clara de dicha expresión.
La palabra cachua, ccashua, qashua, qashwa, o también
cawa, qawa, es una palabra que se la encuentra en las variantes
andinas del quechua y aimara y da nombre a una danza ancestral
que viene desde las antiguas culturas del Tiahuanaco y la cultura
Huari, respectivamente, cada uno con diferentes contenidos
temáticos en lo referente al significado de dicha expresión artística
ancestral.
En los territorios que conformaban las confederaciones de
los huari que se expandieron hasta la meseta del Collao, frontera
natural con los tiahuanaco, su connotación pertenecía al calendario
agrícola, mientras que en el altiplano peruano-boliviano tenía una
connotación guerrera, la que practican hasta hoy, tanto quechuas
como aimaras de esos territorios colindantes.
Etimológicamente se dice [Fuente Terminología agraria
quechua cusco 1992] que dicha danza es una expresión realizada
en forma comunitaria y tomados de las manos en tiempos de
cosecha en las regiones que hoy conforman el Trapecio Andino de
Apurímac, Ayacucho y Huancavelica respectivamente, mientras que
en las regiones de Puno y Cusco tienen una connotación de corte
guerrero, así como lo demuestran sus expresiones en fechas
especiales donde también se destaca el cortejo amoroso de las
parejas en edades casaderas en esas comunidades.

1.1.2 Origen.

Después de haber revisado y estudiado minuciosamente las


fuentes escritas sobre la qashua, tanto de los cronistas españoles
como las de los indígenas, podemos tener una idea clara de sus
orígenes ancestrales que se remontan incluso a las culturas pre
Incas con dos vertientes culturales claramente definidas:
La primera, de Origen Altiplánico, que referencia su origen
en la cultura Tiahuanaco, en los territorios donde floreció esta
civilización andina, nos dice que la expresión de la qashua tiene
connotaciones de contenido guerrero; dicha información la
obtuvimos por considerarse a la qashua actual de San Sebastián
como Patrimonio Cultural de la Nación [MinCul, expediente, año
2011 RVM- 692-2011], pues su contenido histórico se remonta
hasta la formación de la gran nación de los tiahuanaco, que se
desarrollaron en la meseta del Collao, territorios actuales de región
Puno y parte de la región Cusco respectivamente. La expresión
qashua en estos dos territorios actuales se da en estos tiempos y es
parte del calendario festivo de la renovación de la tierra; en Puno,
específicamente en la Provincia de San Román, con su capital
Juliaca, en cuyo lugar acontece cada 20 de enero, esta expresión
ancestral tiene lugar con la denominación de qashua de San
Sebastián, con las agrupaciones de Machuaychas de Toqoros y
Pinquillos conjuntamente con la Asociación Folklórica de Toqoros y
Pinquillos denominados los Chiñipilcos. [fuente MIN-CUL]
Pero esta no es la única expresión en dichos lugares, ella
también está en las batallas rituales de antigua data realizadas en
las planicies de Chiaraqe, Micayo Pata y las alturas de Toqto en la
región Cusco, pertenecientes a las provincias de Kanas, Canchis y
Chumbivilcas, en cuyos acontecimientos están presentes las
qashuas como parte de este ritual guerrero de la renovación de la
tierra denominada Pacha Mama, lugares donde se desarrollan estas
batallas rituales pervivientes en pleno siglo XXI. Las qashuas están
presentes como parte de ese ritual, realizadas con cantos y danzas
en rondas asidas de las manos especialmente por las mujeres que
alientan a la lucha a los hombres de sus comunidades de origen.
La segunda es la que pertenece al Trapecio Andino, donde
se ubican las actuales regiones de Apurímac, Ayacucho y
Huancavelica, en cada una con características particulares, las
cuales hemos denominado connotación, tanto social, como cultural,
dentro de las jurisdicciones de las mismas regiones aludidas, así
como de una provincia a otra, incluso de un distrito a otro, así como
de una comunidad a otra.
Lo interesante del caso es que su connotación no es
guerrera como la de la meseta del Collao de origen Tiahuanaco,
esta se la asocia como parte del calendario agrícola de estas
regiones con un pasado común en la cultura Huari que no
representa actos guerreros sino más bien linda con los juegos
amorosos de los jóvenes en edad casadera, tanto de varones como
mujeres, para la formación de las nuevas familias llamadas ayllus.
Estos acontecimientos tienen dos vertientes: la primera
realizada en los denominados pukllays o los tiempos del Uchuy
Poqoy o la pequeña maduración que nos narran los cronistas,
donde los jóvenes tanto varones como mujeres socializan con
juegos en los denominados recultivos de maíz o papas, con cantos
de contrapunto y danzas que se realizan hasta nuestros días,
denominados por los españoles carnestolendas o carnavales al
estilo europeo conocidos por estos; y la segunda vertiente realizada
en tiempos de cosecha de maíz y de papas Hatun Poqoy, la gran
maduración, en tiempos pre Inkas e Inkas, antes de la llegada de los
granos de trigo y cebada que llegaron con los españoles, en donde
hay cantos de los famosos rituales del amor que perviven hasta
nuestros días, con juegos jocosos y esencialmente con danzas a la
usanza de tiempos pasados narrados por los cronistas en la
Colonia.
Aquí se precisa que el origen tiene dos versiones diferentes,
de acuerdo a los rasgos sociales y culturales que definen los
territorios andinos desde tiempos ancestrales de las antiguas
culturas pre Inkas: una guerrera y la otra eminentemente agrícola,
cada una con sus características peculiares que han sobrevivido
hasta nuestros días y siguen latentes en sus pueblos de origen,
donde se las difunde como parte de su patrimonio cultural
inmaterial.
Existen también otros tipos de cantos, menos públicos y
conocidos, asociados por lo general a actividades productivas. Se
trata de cantos colectivos, entonados en grupo con ocasión de
cosechas (huayllachas, wankas, y especialmente las qashuas).
En el caso de las danzas, son frecuentes en fiestas y
celebraciones como la siembra o la cosecha, y también durante los
carnavales, en los cuales las danzas grupales toman formas de
paseos. Entre estas danzas se cuentan los pujllays, las qashuas,
qashwa, cachuas o kashuas y las múltiples danzas de carnaval.

1.2 Trapecio Andino.

Desde tiempos inmemoriales en la difícil y agreste geografía andina,


los grupos humanos se han desarrollado en todas las actividades, desde
las más sencillas hasta la más complejas, creando comunidades entre las
que florecieron grupos hegemónicos que constituyeron centros poblados
con determinadas formas de gobierno para alcanzar logros significativos en
cuanto a desarrollo social y esencialmente cultural. Así surgieron las
denominadas civilizaciones andinas que desarrollaron un poder político y
militar para mantener su cohesión y una estructura para su funcionamiento,
donde los usos y las costumbres con rasgos comunes fueron los que
lograron el avance vertiginoso de dichas sociedades.
En ese ínterin, fue el imperio Huari el que logró unificar a las
sociedades de su tiempo, llegando a conquistar y anexar una enorme
extensión de territorios en los Andes del Perú, entre los siglos VII hasta el
XIII d. C. Ese afán unificador se reconoce al imperio Huari, cuyo centro
político, militar, económico, social y cultural estuvo en los actuales
territorios de la región Ayacucho. Este hecho hizo que las similitudes
culturales de las actuales regiones de Apurímac, Ayacucho y Huancavelica,
preservaran hasta nuestros días dicha relación tanto social como cultural.
Esa relación incluso se fortaleció en la Colonia, pues la Intendencia de
Huamanga fue una de las principales en todo el territorio sudamericano,
para el manejo político, militar, social y económico en los Andes centrales y
sur del Perú. Este hecho singular continuó hasta mediados del siglo XIX
cuando se funda el departamento de Apurímac en 1872.

Los gobiernos, desde el nacimiento de la República, tienen la visión


de alcanzar el desarrollo económico y social del país en un ambiente
equilibrado y justo, dentro de un marco de concertación y participación de
las distintas potencialidades, eliminando las políticas tradicionales de
centralismo económico, político y social, y asumiendo como uno de los
objetivos nacionales promover la igualdad de oportunidades para todos los
habitantes que se encuentran en extrema pobreza, y en especial de
aquellos pueblos que sufrieron hechos de violencia en todas sus
modalidades desde la fundación de la República hasta la actualidad,
dejando un costo elevado de vidas humanas en estos últimos 40 años, con
destrucción del aparato productivo, abandono y desplazamiento de los
pobladores de sus tierras en los departamentos del Trapecio Andino.
Las actuales regiones de Ayacucho, Apurímac y Huancavelica
presentan los indicadores per cápita más bajos del país, en el caso de
justicia social y la pobreza económica [fuente, INEI 2007]; sin embargo, en
el plano social, a pesar de todas esas carencias, hay una relación ancestral
en sus usos y costumbres, así como una rica herencia cultural que aún no
ha sido sistematizada para mejorar la calidad de vida de estas regiones,
siendo las qashuas una de las tantas expresiones ancestrales que mejor
las caracteriza.
La propuesta de impulsar e incentivar la inversión privada en el
Trapecio Andino, mediante la liberación de los derechos y [INEI 2007]
adicionales que graven la importación de maquinaria, equipos y repuestos
que se utilizarán en el desarrollo empresarial en las actividades de
agricultura, agroindustria, industria y pequeñas y medianas minerías, ha
sido perjudicial por las consecuencias funestas de su manejo, atentando
contra las comunidades campesinas y sus miembros, abusando en la
aplicación de dichas leyes para la explotación indiscriminada de sus suelos,
en especial en el campo minero, contaminando lagunas, ríos y cabeceras
de cuenca en dichas regiones, en cuyos lugares se siguen practicando
estas manifestaciones ancestrales asociadas a la simbiosis comunitaria del
hombre y la naturaleza que les rodea, como parte de su cosmovisión
(fuente Enrique Ballon Aguirre Terminologia Agraria Quechua 199), siendo
las qashuas una de esas expresiones que por los motivos de la modernidad
en algunos lugares se van perdiendo o se van dejando de practicar en las
regiones pertenecientes al Trapecio Andino.

1.2.1 Definición.

Trapecio: El término trapecio proviene de un vocablo latino que a


su vez deriva de un término griego y sirve para nombrar una figura
geométrica que tiene la apariencia de un cuadrilátero no regular
donde solo dos lados resultan paralelos. Los que son paralelos
están considerados como bases y entre ellos hay una distancia que
se denomina altura. El segmento cuyos bordes son los puntos
medios de los lados que no son paralelos, se conocen como
mediana. [fuente INEI 2007]

En primer lugar, debemos señalar que el trazo del trapecio


andino y su correspondiente uso en hornacinas, ventanas y
puertas de los templos u otros edificios dedicados al uso “sagrado” o
“doméstico” tiene equivalencia simbólica con el arco arquitectónico
oriental, ya que se trata de estructuras constituidas esencialmente
por la superposición de figuras que denotan el encuentro del cielo
con la tierra: hecho fundamental en todas las mitologías
tradicionales, generadora del “cosmos” en conjunto. Si bien
presentan algunas diferencias particulares como: el arco de medio
punto, representado por la superposición de un círculo y un
cuadrado; mientras que en el trapecio se superponen un triángulo y
un cuadrado. Cabe señalar, además, que el trapecio no es en
realidad sino la forma bidimensional y sección vertical de una
pirámide trunca cuya base menor corresponde, evidentemente, al
punto más elevado de este tipo de construcciones. [fuente
MARKAPACHA]

El ternario celestial 
La cosmovisión andina se desarrolla a partir de un principio
ternario celestial (Ver Fig. 01) compuesto por un elemento binario
(masculino-femenino) [2] y otro unitario de propiedad ontogénica
[3]. Así se entiende que el cosmos andino presenta tres niveles: el
mundo masculino de arriba o Hanaqpacha; el mundo femenino de
abajo o Ukhupacha y el mundo del Estar-Aquí o Kaypacha. Esta
última sostiene a las que la anteceden y es, a la vez, punto de
encuentro y germinación de ambas realidades que corresponde
también a la realidad humana (Kuch, 2007). (Kuch
MARKAPACHA).

Figura 1

El trapecio andino
Ahora bien, en la arquitectura del mundo andino, la
estructura trazada en hornacinas, ventanas y puertas, presenta el
trapezoide simétrico en relación con el eje central, vertical y no visible
de la construcción, el cual señala el centro espiritual de la figura
[2]. Este punto se identifica virtualmente con el “principio unitario y
ontogénico”.
Esta es la verdadera razón por la que un trapezoide es
considerado como un altar sagrado ya que, simbólicamente, en él se
cumple la manifestación del principio fundamental de la existencia.
Así es como el trapecio, de forma general, constituye un símbolo del
cosmos, pues representa la manifestación, producida por la
irradiación del centro ontogénico. [Fuente. MARKAPACHA]

Figura 2

Nichos trapezoidales

Nota. Nichos con trapezoide inscrito. Choquequirao, Cusco.


Foto extraída de wiki.sumaqperu.com

Por lo expuesto, las culturas andinas pre incas conocieron


a cabalidad las formas geométricas de su manejo político, social,
económico y cultural en sus territorios, en cuyos lugares se
desarrollaron similares formas de convivencia social y cultural,
dividiendo los territorios como parte de su cosmovisión, es por ello
que en el territorio peruano en la actualidad esta secuencia es
frecuente con otras regiones afines, en sus usos y costumbres
tradicionales ancestrales.
Para su comprensión es necesaria esta aclaración, pues
en sus ornamentos domésticos, así como en la arquitectura y las
divisiones regionales dichas figuras estaban presentes, son los usos
y las costumbres de tales culturas los que nos brindan esta
evidencia. Sin olvidarnos que estos acontecimientos estaban ligados
a través de la religiosidad andina hasta la actualidad.

1.2.2 Trapecio Andino peruano


En el Trapecio Andino marcan su existencia un grupo de
territorios de los andes centrales y del sur del Perú, que estaban y
están asociados en su devenir histórico; esas regiones han estado
unidas social, cultural y políticamente desde tiempos remotos, muy
antiguos, y para desarrollar el trabajo de las qashuas como una
expresión propia de este territorio, es necesario remontarnos al
imperio Huari (…) que se extendió desde los siglos VII al XIII d. C.
Dicha expansión territorial abarcó toda la costa central y la sierra
central y sur del Perú.

El Imperio Huari, estableció centros arquitectónicos


distintivos en muchos de sus territorios anexados y conquistados,
tales como Cajamarquilla en la actual región de Lima y Piquillacta
en la región de Cusco actual. Es, junto al Imperio incaico, una de las
dos únicas culturas consideradas «imperiales» aparecidas en el
hemisferio sur del continente americano, en cuyas sociedades
agrarias se practicaron las qashuas como parte del calendario
agrícola, además de suscitarse en estos eventos las interrelaciones
humanas para formar las nuevas familias denominadas ayllus.

En una primera etapa surge la ciudad capital denominada


Huari, que dio el nombre a esta cultura y a su centro político,
religioso, social y económico, tal centro estuvo en Qonchopata, en
la actual región Ayacucho, donde se representa repetitivamente el
tema plasmado en la Portada del Sol de Tiahuanaco, que
posiblemente también abarcó hasta estos territorios en épocas más
antiguas al desarrollo de la civilización Huari, y, al ser esta cultura
más antigua, se atribuye además el origen de la qashua en la
meseta del Collao, cuna de esta gran cultura Pre Inka.
Desde esa vertiente se hace ahora la vinculación de la
cultura Huari, el Trapecio Andino, pues deviene en las tres regiones
actuales de Apurímac, Ayacucho y Huancavelica, en cuyos
territorios se practicó sostenidamente las qashuas como parte de su
cosmovisión y sus actividades eminentemente agrícolas. Fueron los
huaris los que introducen una concepción nueva del desarrollo
urbano de la sociedad, implantando el modelo de una gran ciudad
amurallada para su defensa y manejo social, político, económico y
cultural; por su tremenda influencia en esos territorios, las qashuas
eran parte de sus usos y costumbres.

El Imperio Incaico también basó su dominio en los territorios


llamados Chinchaysuyo, la última civilización dominante netamente
originaria antes de la llegada de los conquistadores españoles,
donde por la similitud social y cultural el Trapecio Andino formó
parte de su territorio, tanto de Ayacucho, Huancavelica y parte de
Apurímac, donde las qashuas eran de uso común.

En la Colonia no se modificó mucho el manejo político,


económico y social de los territorios conquistados por los españoles,
siendo Huamanga uno de los centros sociales y culturales, es por
ello que las qashuas han tenido nuevas formas de auge por la
introducción de nuevos granos para las chacras o campos de
cultivo, que fueron por ejemplo los granos de cebada y trigo,
además de las habas y las alverjas, traídos por los españoles en su
constante colonización a los territorios conquistados durante los tres
siglos de dominación.

Formalmente, como Trapecio Andino se la define en la


etapa republicana, ya en los años de 1980 al 90 del siglo XX, con
una ley denominada de regionalización, con un tinte eminentemente
político, económico, social y cultural. Las qashuas, a pesar de tantos
siglos de cambios, han seguido vigentes hasta los días actuales, en
estos tiempos modernos muchas comunidades de las regiones de
Apurímac, Ayacucho y Huancavelica aun la practican como parte de
sus usos y costumbres ancestrales.

2. Connotación social de la Qashua en el Trapecio Andino


Definitivamente las Qashuas eran y son un hecho social de tradición
antigua en las Regiones de Apurímac, Ayacucho y Huancavelica, cada una con
sus características peculiares; sin embargo, tienen un origen común en su
historia desde la formación de las civilizaciones andinas, pre inkas, y es así que
nos disponemos a explicar su vigencia en estas tres regiones, hoy llamadas el
Trapecio Andino.
Al tener un pasado común, los usos sociales de estos acontecimientos
denominados qashuas, en las tres regiones del Trapecio Andino solo se
diferencian en lo referente a la producción agrícola de granos y tubérculos
nativos, así como la asimilación de granos y otros productos traídos por los
españoles desde Europa y cómo marcan su vigencia a pesar de la imposición
drástica y dramática del imperio español. Tres siglos de dominación no fueron
suficientes para imponer costumbres foráneas, al contrario, muchos españoles
han asimilado estos hechos sociales tradicionales de los antiguos peruanos
adecuándolos a su realidad. Aún son vigentes las nacionalidades locales; por
ejemplo, en Huancavelica las comunidades chopkjas, y los chankas en
Ayacucho y parte de Apurímac, y los yanahuaras en las actuales provincias de
Antabamba, Cotabambas y Grau, pertenecientes a la región Apurímac
respectivamente.

2.1 Connotación social de la Qashua en Apurimac.


La connotación social de las Qashuas en la región Apurímac tiene
tres vertientes sociales: la primera, la que se realiza en la provincia de
Andahuaylas, relacionada al calendario agrícola de dicha provincia.

Don Santos Ccasani Ayquipa, natural de Titayhua, del distrito de


Pomacocha, de la provincia de Andahuaylas, nos cuenta que las qashuas
son expresiones sociales de actividad agrícola, ganadera y de
matrimonios, por lo que practicaban sus abuelos en épocas de siembra y
cosecha; siendo aún muy niño ha presenciado en el entorno familiar,
denominado ayllu, en su comunidad, en otros pueblos y distritos esta
práctica ancestral. (S Ccasani, comunicación personal, fecha JUNIO DEL
2020)

Dice, además, que los presenció en los carnavales, en los que aún
se pueden observar algunas qachuas en los tradicionales juegos
denominados pukllays, después de haber realizado las faenas agrícolas de
cultivo y recultivo de maíz y papas, así como también en las fiestas
tradicionales en las que se presenta este mismo género de danzas,
asociándola siempre a su cosmovisión, realizadas en dichos lugares, cuyo
significado era pedir y agradecer a los apus tutelares por la buena
producción agrícola, esas razones de la existencia de uno mismo y por
todo lo que la naturaleza da para vivir, así como el recordatorio de alegría
o tristezas de acuerdo a los estados de ánimo de la ejecución de la
expresión denominada qashua en el entorno familiar. (JUNIO DEL 2020)

Don Santos Ccasani refiere, además, que los pueblos de los cuales
es originario, pertenecen a la nación Chanka y es por ello que los rasgos
sociales de las qashuas están íntimamente ligados a los pueblos de
Ayacucho y Huancavelica por su cercanía geográfica, así como a las
relaciones sociales generadas a través del comercio, la agricultura y la
ganadería respectivamente. Refiere, también, que las qashuas tienen
cuatro ejes temáticos, uno es la trilla o cosecha de cebada y trigo; dos, los
recultivos de maíz y papas, asociados al pukllay carnaval; tres, a los ritos
ganaderos de las llamas y alpacas, y cuatro a los matrimonios, la unión
familiar de jóvenes solteros que se han conocido en estas qashuas.
(JUNIO DEL 2020)

Dice también que sus abuelos contaban que había varios motivos
para realizar las qachuas y en estos tiempos aún las practican algunos
ayllus de estas comunidades, uno de ellos es en la siembra de maíz en las
chacras de Huillcabamba y en cosecha de cebada en la zona denominada
Lipanqa, del distrito de Pomacocha; las fiestas de los ganados en
Pampachiri, en los distritos de Huayana, Tumay Huaraca, Pampachiri y
Pomacocha asociados siempre con el matrimonio, así como en las
actividades agrícolas y ganaderas de otros lugares de la gran provincia de
Andahuaylas, donde siempre había y hay aún, juegos y bromas en todo
momento; de acuerdo a las actividades agrícolas, ganaderas o fiestas en
dichas zonas, cada comunidad o ayllu con sus variantes, estilos y formas,
y por ser comunidades aledañas las qashuas son muy parecidas en sus
usos y costumbres. (JUNIO DEL 2020)

La señora Julia Eduviges Vásquez Chaqquere, natural del pueblo


de Silco, distrito de Juan Espinoza Medrano “El Lunarejo” de la provincia
de Antabamba, región Apurímac, manifiesta que “la qashua era un evento
común cuando ella era una niña en el pueblo de Silco, en cuyo lugar ha
presenciado junto a sus hermanos mayores estos acontecimientos,
especialmente en los laymes (lugares de cosechas de papas), donde los
jóvenes tanto hombres y mujeres se juntaban para cantar y bailar en las
noches de luna llena, alrededor de los montículos de papas”.(J. Vásquez,
comunicación personal, SILCO ENERO FEBRERO DEL 2020).

“Allí no había instrumentos musicales, refiere, tan solo con los


cantos en contrapunto se desarrollaba el evento, donde también las
personas mayores participaban contando cuentos, leyendas y anécdotas
para amenizar la noche. Así socializaban especialmente los jóvenes
solteros, tanto mujeres como varones, donde había las famosas chanzas
(bromas) y juegos entre ellos, para disipar las emociones después de un
arduo trabajo del escarbe de papas en el día. Las personas mayores
consentían dichos hechos como parte de sus usos y costumbres, pues en
términos sociales los padres y los abuelos ya sabían que en estos eventos
se enamoraban los jóvenes para la formación de las nuevas familias; eran
también eventos de distensión social, como una especie de recreo
después de las duras jornadas de trabajo. (ENERO DEL 2020)

Lo que más me emocionaba, dice la Señora Julia, eran los cantos,


denominados huankas en dichas zonas de la provincia de Antabamba,
eran de melodías muy bonitas, siempre en referencia de los animalitos del
lugar, por ejemplo, de los kullkos, a palomas pardas de los andes, así
como los juegos de las torcazas, el juego del zorro y las ovejas, el ‘paca
paca’ o juego de las escondidas, todos ellos realizados con cantos. En
dicho evento había por lo menos unas 10 melodías diferentes, algunas de
ellas ya cayeron en el olvido. Para que hubiera más luz en la noche, los
jóvenes traían al lugar del evento leña, consistentes en los árboles de
chachcoma, t’aya, thoqarhuay, ch’illka y ramas secas, así como las bostas
secas que había en el lugar. [FEBRERO DEL 2020]

Los lugares de las siembras de papas se cambiaban cada año, las


ultimas qashuas que vi fueron en Coracora, Lliccha y Qochapata, mis
hermanas con sus enamorados bailaban y cantaban, jugaban y reían, así
era la vida en esos tiempos, cocinaban la huatia en unos hornitos hechos
de k’upas o terrones de tierra, tomaban chicha de maíz llamado laqto y
nunca faltaba las medias botellas de trago, había pues mucho jolgorio y
muchos juegos, y lo más bonito los cantos de amor en contrapunto, en las
voces de las mujeres y los varones. A medida que los jóvenes de iban de
Silco, hombres y mujeres a otros lugares a buscar una vida mejor, se
perdía también estos eventos, todo ello porque no había tierras para poder
quedarse, pues había en mi pueblo y en muchos pueblos de esa provincia
muchos terratenientes, que redujeron el espacio de pueblos a unas
cuantas hectáreas comunales, donde definitivamente no había para poder
vivir dignamente. (ENERO DEL 2020)

La generación de mis hermanas mayores, fueron las ultimas que


hicieron las qashuas de papa allay en mi pueblo, allí se enamoraron de sus
esposos, jóvenes de otros pueblos, que venían a conquistar a mis
hermanas en estas cosechas y ello fue en Coracora, fue allí cuando era
una niña de más o menos 11 años que presencié dicho evento creo que
por última vez, de la manera más tradicional y ancestral. (ENERO DEL
2020)

Actualmente la presentamos como parte de nuestra herencia social,


en los aniversarios de nuestra comunidad, o en los aniversarios de nuestro
distrito en los concursos que organiza la municipalidad; ello para que no se
pierda, lo que alguna vez fue un evento cotidiano en las cosechas de
papas y maíz.

Mi padre me contaba que se hacía qashua también en las eras de


trigo y cebada, en los terrenos donde se había sembrado y cosechado las
papas, esos eventos ya no los vi, así como en las cosechas de maíz, que
eran eventos más familiares. Las cosechas de papas eran más emotivas
por la lejanía de las chacras, pues todo el pueblo se trasladaba al layme en
el mes de mayo para escarbar las papas y luego traerlos al pueblo para el
consumo del año.

En los pueblos de Vito, Calcauso y Mollebamba también se hacían


esos eventos, las qashuas eran muy populares, allí se conocían los
jóvenes de otros pueblos y venían o iban para realizar el evento, siempre
con la idea de conseguir pareja para la formación de las nuevas familias.

En las provincias de Grau y Cotabambas, existen pueblos


originarios llamados los Yanahuara, ellos también en sus cosechas de
maíz, trigo y cebada tenían estos eventos tradicionales. Para esta
monografía habíamos solicitado información a algunos cultores, amigos del
arte de dichos lugares, los cuales no nos han podido hacer llegar los
documentos pertinentes a las qashuas de sus lugares de origen. En dichos
lugares también hasta nuestros días aún hay en algunas comunidades
tradicionales estos hechos singulares, con contenidos temáticos similares
a esta investigación.

En la provincia de Aimaraes aún se practican las qashuas en sus


comunidades campesinas, estos eventos son vigentes según algunas
entrevistas en anteriores años, realizadas a varios de sus cultores y
maestros de danzas que son originarios de dichos pueblos de esta
provincia de la región Apurímac, con temáticas similares a lo descrito
anteriormente en esta monografía.

2.2 Connotación social de la qashua en Ayacucho.

En la región Ayacucho se tiene que focalizar los eventos de las


qashuas, pues en esta gran región existen en cada una de sus provincias,
distritos y comunidades; estos hechos son vigentes y se contextualizan
según una entrevista realizada a un maestro que tiene ascendencia
familiar de dicha región.

Don José Antonio Pillpe Hurtado, dice que: “Mis padres son
naturales de Ayacucho, de los pueblos del Valle de Muyurina, distrito de
Acosvichos (Huamanga). En su juventud, mis padres participaban en las
qashuas y lo denominaban como “un baile colectivo y de recorrido que se
agrupa en el campo, cuando termina la labor agrícola de la trilla de cebada
y trigo”, los participantes de la fiesta siempre en la noche, los cuales eran
solicitados a través del ayni, que consiste en la ayuda mutua entre los
comuneros y familias en dicha actividad agrícola. (J. Pillpe, comunicación
personal, JUNIO DEL 2020)

Dice también que las qashuas aún perviven, porque los adultos aún
las practican, pero no como lo hacían en épocas de mayor cosecha; solo y
a través de las manifestaciones culturales de cada pueblo, realizan sus
qashuas en dichos lugares, es decir con representaciones artísticas de
esos eventos. (JUNIO DEL 2020)

Como costumbre y tradición se llevan a cabo en las zonas de altura


y su temática principal es la búsqueda de pareja para el compromiso social
del matrimonio, pues ello se consigue en los eventos agrícolas de las
denominadas trillas o cosechas de trigo y cebada respectivamente, en
cuyo acto se conocen los jóvenes, socializan con cantos y juegos también
de contrapunto entre varones y mujeres. (JUNIO DEL 2020)

En las épocas de cosecha, en los meses de junio a julio, en cada


comunidad, pueblos y anexos tienen características similares de trabajo de
los cereales en las eras, dichas eras son las chacras donde se realizaban y
se realizan aún en estos tiempos las qashuas; aparte del trillado de las
cebadas y las gavillas de trigos, también existe el trillado de las alverjas y
las habas, como parte de los granos ya comúnmente conocidos, las líneas
melódicas de los cantos son muy similares así como la poesía
manifestadas en el idioma del runa simi. Aparte de la relación de las
cosechas del trigo y la cebada, es una fiesta popular de trabajo en la era,
siempre de noche a la luz de luna, donde además estaban los juegos
tradicionales entre hombres y mujeres. (JUNIO 2020)

La socialización es relativamente con temas al amor y los juegos


pícaros que invitan a estas pretensiones amorosas realizadas por los
jóvenes en edad casadera, este hecho es socialmente aceptado por los
miembros de la comunidad donde se practican las qashuas de manera
periódica cada año, con similares propósitos.

Las características de dichas qashuas también se observa en los


trajes y atuendos usados por los protagonistas, donde las entonaciones
vocales de las mujeres y los varones en sus canciones refieren a las eras,
a los juegos y esencialmente al amor, con coplas poéticas inventadas en el
momento del hecho social, acompañados por algunos instrumentos
musicales como las quenas y las guitarras de manera circunstancial.

El señor Pillpe dice además que: En Ayacucho y Huancavelica, las


qashuas son casi similares, tanto en cantos, líneas melódicas con las
cuales se las realiza, así como la temática social que es esencial en cada
pueblo o comunidad, solo varían sus atuendos típicos de acuerdo a su
ascendencia social y cultural.

Como se realiza de noche y en época de frio se notan las chalinas y


ponchos en los varones y las blusas, sus polleras, chompas y llicllas
multicolores, en el caso de las mujeres.

Alejandro Vivanco Guerra (año, 1982), un gran folklorista


ayacuchano muy conocido a mediados del siglo XX, también resaltó la
connotación social de las qashuas en su libro “Cien temas de Folklore
Peruano”, como parte de los usos y las costumbres ancestrales y
tradicionales de los pueblos de Ayacucho, ya resaltado en este mismo
trabajo, líneas arriba.

Para tener una idea clara de esta expresión se ha analizado dos


documentos publicados en la web (lynk https://www.costumbres.org/danza-
qashwa-de-pampacancha). El primero de ellos denominado Qashua de
Pampacancha, en cuyo texto se manifiesta que la qachua es una tarea
agrícola realizada en las noches, donde hombres y mujeres evocan sus
estados de ánimo [,] en cual portan sus materiales de trabajo[:] Orketa
(Tridente) y pichanas (escobas), donde todos los pasos, movimientos y
figuras coreográficas son exclusivamente alusivos al pisado de las gavillas
de trigo y cebada, con la fuerza y la vitalidad del varón, la entonación y el
canto de las mujeres como el qarawi, o coplas poéticas alusivos a dicha
actividad agrícola, todos ellos cantados en quechua.
La qachua, es la interrelación humana entre varones y mujeres que
tiene como objetivo desarrollar la actividad agraria con cantos, juegos y
chanzas (bromas) en la era, espacio donde se desarrolla la actividad,
donde se intercalan cantos de contrapunto. Este hecho social no queda
solo en dicha actividad, sino es una forma vital de socialización de estos
jóvenes en edad casadera, que toman el trabajo en el campo como
pretexto para conocerse y de esta manera formar las nuevas familias, la
qashua era y es una forma de divertimento para socializar a los nuevos
miembros de la comunidad, para luego asumir responsabilidades de familia
dentro de las pequeñas sociedades en las que viven.
El tema de la connotación social es muy importante en esta región
perteneciente al Trapecio Andino, los hechos sociales en los que se
manifiestan las qashuas evidencian este contexto para mantener la
perpetuidad de la raza humana dentro de la comunidad y afianzar las
relaciones sociales y familiares de sus miembros a través de los
parentescos, para ello era y es necesario dentro de los usos y las
costumbres, los cantos, el trabajo comunitario para el funcionamiento
social de estas comunidades de tradición antigua.
Además, hay otra versión de estos acontecimientos, denominada
Qashwa de Viracochan [fuente o lynk
https://resenasdanzasperu.blogspot.com/2016/07/qashwa-de-viracochan-
ayacucho.html], también perteneciente a la región de Ayacucho, que tiene
casi los mismos elementos sociales de la qashua de Pampacancha,
perteneciente a la provincia de Huanta y la de Viracochan perteneciente
también a las zonas altas de la provincia de Huanta, no especifica distrito,
centro poblado o una referencia geográfica específica, ello también es
error frecuente de los difusores de estas expresiones, porque no se puede
precisar si el hecho social al que aluden es real o simplemente una
recreación burda de los hechos denominado qashuas.
Lo interesante es que narra hechos sociales de antigua data,
situaciones que supuestamente se realizan en esos lugares donde es ya
una recreación artística, ello por omitir algunos puntos específicos como
muestras de investigación, no tienen el peso del hecho social necesario
para su validación. Pero al margen de ello, algunos puntos definitivamente
son similares de un pueblo a otro, de una comunidad a otra en lo referente
a las relaciones sociales que en ella se manifiestan y que están vigentes
hasta nuestros días debido a la práctica social que aún mantienen su
esencia. La investigación es fidedigna y verdadera si se hace en el mismo
lugar y dichos hechos se confirman con los mismos actores de dicha
actividad social, con los cuales se determinan las fases de esta expresión,
para estructurar en una coreografía que debería respetar los
acontecimientos agrícolas del lugar, para no distorsionar su naturaleza,
siendo dicha qashua representativa de ese lugar, denominado pueblo,
comunidad, distrito etc.

2.3 Connotación social de la qashua en Huancavelica.

La región Huancavelica tiene uno de los grupos humanos


llamados originarios, ellos son los chopkjas, que habitan en comunidades y
centros poblados en la provincia de Acobamba, con una identidad propia,
inalterable a lo largo de la época republicana hasta nuestros días, en pleno
siglo XXI, practicando sus usos y costumbres tradicionales en todos los
aspectos que las leyes actuales les permite.
Dichas relaciones sociales se han mantenido inalterables en cinco
siglos de dominación ibérica. Incluso hay una norma que protege a estas
comunidades originarias en la Región Huancavelica, la declaratoria como
Patrimonio Cultural de la Nación, por ser esta perteneciente a la cultura viva
de dichas comunidades, en las cuales se han mantenido sus usos y
costumbres, desde la misma organización comunal con los valores
ancestrales de convivencia, como el ayni, la minka y la mita.
Las qashuas, es una de esas manifestaciones vigentes en su
modo y sistema de convivencia más primigenio, en las que los valores
sociales son parte de la vida en comunidad de los chopkjas, manteniendo
su identidad desde el mismo hecho del uso de sus prendas de vestir,
ancestrales en la confección y en sus tejidos tradicionales así como en sus
tecnologías para las actividades agrícolas y ganaderas.
Es en este contexto que algunos maestros del arte, vinculados a
la práctica de las danzas de Huancavelica, han respondido a una entrevista
en lo referente a las qashuas, donde se han recreado varias de estas
familias pertenecientes a las comunidades chopkjas, de la provincia de
Acombamba, influenciando a las provincias de Churcampa y parte de
Angaraes, donde también se realizan las qashuas de propio estilo, con
características sociales similares.
El Señor José Antonio Pillpe Hurtado también hizo un trabajo
interesante sobre usos y costumbres de la provincia de Tayacaja y
Churcampa, siendo su señora esposa de ascendencia huancavelicana. Las
qashuas eran parte de sus trabajos de investigación, logrando desarrollar
por ejemplo trabajos de los hechos sociales del Tipaki Tipaki, referenciando
las actuales costumbres de los carnavales del distrito de Acraquia y
Ahuaycha, esos hechos interesantes han permitido que las qashuas
también estén presentes en estas danzas tradicionales, ahora declarados
Patrimonio Cultural de la Nación, así como las investigaciones realizadas
sobre los hechos sociales del Santiago de Pampas, de la provincia de
Tayacaja.
Pillpe, refiere que las qashuas de dichos lugares son muy
parecidas en usos y costumbres con las de su tierra Ayacucho, de lo cual
se hizo referencia en lo que respecta a la región Ayacucho, con algunas
variaciones musicales y poéticas realizadas en runa simi (idioma quechua);
en las actividades agrícolas están presentes estos hechos sociales
tradicionales, como la trilla de cebada y trigo respectivamente. Esta
connotación social es similar en muchos aspectos con otras
manifestaciones de otras regiones como en Ayacucho y Apurímac.
De ello se deduce que las qashuas en estos lugares son parte del
calendario agrícola de estos pueblos, los que se deben de profundizar con
otros estudios generales y particulares, con la posibilidad de ampliar el
conocimiento y profundizar sus contenidos.
Es por ello que se extraen otras referencias de este hecho social
como la “qachwa de Allato”, que dice: “es una representación del trabajo
agrícola denominado trilla, y muestra en su desarrollo coreográfico los
diversos procedimientos que realizan los pobladores de la comunidad alto
andina de Allato”. Además, dice: “dicho acto es para separar la espiga del
grano de la cebada, usando la fuerza de las pisadas de los varones”.
Agrega además en otro párrafo: “esta actividad lo hacen con la ayuda de
una herramienta llamada horqueta con las que lanzan las gavillas y con
ayuda del viento separan las cáscaras de las espigas y los granos”. [J.
PIlpe, comunicación personal, JUNIO DEL 2020].
Nos dice que las mujeres participan activamente animando a los
varones con cantos y la preparación de potajes (comida) y bebidas
embriagantes (chicha), así como el recojo de los granos en sus mantas
denominadas llicllas, después de terminar dicha faena para luego cantar y
bailar en la “era” con propósitos de socializar y desarrollar lazos amorosos,
con juegos y cantos.
En este contexto, y para tener un juicio de valor más preciso de lo
dicho anteriormente, se ha extraído las glosas de algunas qashuas
manifestadas ya en danzas, como la qashua de Mukeq que narra la
connotación social siguiente: “Estas actividades de carácter agrícola se
realizan en la llamada ‘era’ que es el área designada para esta labor, donde
se deposita la cosecha en atados haciendo montículos”
[https://peruarteandino.com/danzas/huancavelica/qachwa-de-mukeq/].
Referencia a la chacra donde se realiza el hecho y agrega: “Para esto, los
dueños reúnen a todos los ‘maqtas’ jóvenes hábiles en el trabajo de la trilla,
y organiza la qachwa con al apoyo de las jóvenes pashñas (mujeres
solteras) quienes entonando el harawi hacen la invitación a los ‘maqtas’
para que acudan a la qachwa”. (PILLPE JUNIO 2020) Interesantes datos de
cómo las relaciones sociales se dan entre los jóvenes solteros siendo su
objetivo, según la referencia de la connotación real de los asistentes a
dichas qashuas, la socialización, donde además nos dice: “Los que asisten,
muy motivados y alegres de saber que ese día podrán realizar el ‘pashña
suay’ el rapto de doncellas, donde conseguirán una compañera”. (fuente
https://peruarteandino.com/danzas/huancavelica/qachwa-de-mukeq/)
Podemos decir, sin temor a equivocarnos con estas citas, que las qashuas
en Huancavelica tienen esta connotación social de antigua data.
Estas glosas no solo referencian las qashuas de Mukeq, sino
también la Trilla de Salcabamba, la Qashua de Pomalvilca, la Qashua de
los pueblos de la provincia de Angaraes, el distrito de Secclla y el pueblo de
Congalla, entre otras expresiones denominadas trillas, que no son otra cosa
que las antiguas qashuas, donde se realizaban este hecho social
concluyente de la socialización de los jóvenes solteros, tanto varones como
mujeres para la formación de las nuevas familias y de esta manera seguir
con el ciclo de la vida en dichas comunidades.
Siguiendo la investigación bibliográfica de estos hechos sociales
tradicionales de las qashuas, se encontró el trabajo de Víctor Navarro del
Águila (año 1992) que dice: “Las tribus de ancku huayllo, realizaban la
cachua – danza colectiva, donde se baila entre veinte y treinta personas
cogidas de la mano y en ruedas como tropel de bestias chúcaras
trilladoras” (p. 120). Interesante dato que refleja el hecho social y su
connotación, además agrega: “dicho acto se realiza entre gritos y alaridos y
al son de flautas, antaras, pinkullos, es un remedo de trilla, que actualmente
se baila en semejantes oportunidades agrícolas” (p.). Aunque un poco
peyorativa la cita, nos da una idea de las relaciones sociales que existía en
ella y su desarrollo.
En definitiva, la actual región de Huancavelica, en cuyo territorio
existe una enorme y prolífica expresión social de las qashuas aún vigente,
se da en estos tiempos en pleno siglo XXI; sus comunidades originarias son
claros ejemplos de dicha práctica, y hay aún mucho por investigar en este
tema, pero como referencias están vigentes para los investigadores,
cultores y maestros del arte de las danzas tradicionales.

3. Connotación Cultural de la Qashua en el Trapecio Andino.

Desde la creación del Ministerio de Cultura, muchas expresiones


musicales y dancísticas tradicionales se han convertido en Patrimonio Cultural
Inmaterial, por su valor histórico, social y cultural. Estos actos enorgullecen a
las comunidades originarias, de manera que hay respeto por tales expresiones
tradicionales de las culturas de dichos pueblos, porque es un reconocimiento
de los valores de estos hechos sociales y culturales aún vigentes que el Estado
había relegado por casi 200 años, por considerar a nuestras múltiples culturas
como hechos arcaicos y sub desarrollados. Es en ese contexto que las
qashuas, también deberían tener ese lugar preponderante en el quehacer
cultural de la nación; en estos tiempos, una de ellas ya tiene esta categoría, sin
embargo, la temática referencial es distinta a las regiones de Apurímac,
Ayacucho y Huancavelica pertenecientes al Trapecio Andino, ya que estas se
asocian al calendario festivo agrícola de las comunidades andinas que la
conforman, hecho que debe ser relevante para que también estas qashuas del
Trapecio Andino sean consideradas Patrimonio Cultural de la Nación.
Aquí se encuentra la importancia del valor cultural de esta expresión
denominada qashua, y cómo ella aún se sigue practicando a pesar de la
modernidad y los cambios sustanciales de la sociedad además de evidenciar la
relación que el hombre andino tiene con la naturaleza, con su entorno y el
respeto que le profesa a su medio ambiente ya que de ella depende su
existencia. Esta es la razón de que las qashuas hayan sobrevivido a 500 años
de cambios e imposiciones políticas, sociales y culturales; aun hoy se pueden
disfrutar viendo estos hechos en las llamadas comunidades andinas
tradicionales y cómo ello sigue siendo recreado en la danza, para su
conservación, conocimiento y su sostenida difusión en estos tiempos.
La connotación cultural, se evidencia por mantener vivas estas
expresiones en las regiones de Apurimac, Ayacucho y Huancavelica,
constituyentes del Trapecio Andino, por la similitud de sus usos y costumbres
de tradición ancestral, con algunas pequeñas variantes en sus contenidos
temáticos. Definitivamente, cuando hablamos de identidad cultural, la qashua
cumple esta función esencial en este rubro, expuesto por todo lo investigado
hasta ahora, desde el punto de vista documental y testimonio vivo de sus
actores más representativos.

3.1 Connotación cultural de la qashua en la Región Apurímac.

En la región Apurímac se siguen estudiando los valores culturales


de muchas expresiones artísticas tradicionales y otras tantas siguen en el
anonimato y el olvido, siendo las qashuas una de las expresiones que
perviven en las comunidades tradicionales del Trapecio Andino; que, a
pesar de los cambios políticos, sociales y culturales, ellas aferran su
supervivencia a su larga tradicionalidad histórica, de sus usos y costumbres
funcionales en la actualidad en sus comunidades de origen.
En esta connotación del verdadero valor cultural de las qashuas
en esta región, enumeraremos esta expresión en las siete provincias que la
conforman, en cuyo territorio existe gran riqueza cultural representativa de
dicha expresión ancestral.
Las qashuas están presentes en las tradiciones culturales de
todos los pueblos y las comunidades de la región Apurimac, solo en las
grandes ciudades no se muestran evidencias de estos hechos de antigua
data, los podemos ver ahora en las llamadas fiestas patronales en cuyos
actos las personas que asisten a ellas cantan y bailan asidos de las manos,
ya sea en grupo o en parejas, en muchos lugares se les denomina
huayños, o huayñus según la provincia de procedencia en la cual se
realiza dicho hecho.
Estos hechos se pueden ver aún en los pukllay carnaval de
febrero y marzo respectivamente, en los cantos de contrapunto asociados a
las labores agrícolas del cultivo y recultivo de maíz y papas, donde después
de las jornadas de la labor agrícola se pueden evidenciar, a pesar de la
modernidad. Los jóvenes rememoran aún esos eventos como parte de su
herencia cultural, así mismo cuando están en las tradicionales cosechas
donde la expresión de las qashuas se nota con más precisión y algarabía.
Las qashuas están presentes en el entorno familiar y comunal, así lo hacen
saber las personas mayores de edad, guardianes de las tradiciones de sus
comunidades; aunque, con las nuevas políticas gubernamentales, estos
hechos están perdiendo vigencia y fuerza con la introducción de las nuevas
formas de explotación de las tierras comunales, las que han sido
concesionadas para la explotación minera de manera indiscriminada que lo
único que hace es contaminar la tierra, el agua y el medio ambiente de
estas poblaciones andinas dedicadas en su mayoría a las labores agrarias
y ganaderas.
Esta es la nueva realidad en la región Apurímac, en este siglo XXI,
donde una de las concesiones mineras más grandes está en su territorio,
cuyo nombre es “Las Bambas”, denominación que difiere de los objetivos
de las comunidades de dichos lugares, es por ello que actualmente está en
constante conflicto por el incumplimiento de acuerdos de las empresas
mineras con las comunidades campesinas cuyos territorios pertenecen a la
nacionalidad de los yanahuaras, aun no reconocidos por los gobiernos
como pueblos originarios, justamente para hacer más fácil la explotación de
sus tierras con la gran minería. Sin embargo, ello no ha mellado el uso de
las tradiciones sociales y culturales de estas tres provincias apurimeñas,
conformadas por Antabamba, Cotabambas y Grau, en cuyos territorios
están estas empresas mineras.
Las qashuas siguen vigentes, a pesar de estos cambios drásticos
en dichos pueblos tan tradicionales en el ámbito cultural, estos mismos
pueblos han resistido estoicamente a 500 años de agresiones y la
aculturación; las qashuas están presentes en sus fiestas de carnaval, en
sus faenas agrícolas, en la crianza de sus ganados y en sus fiestas
denominadas patronales. Estos pueblos andinos han tenido una fuerte
resistencia cultural, desarrollando en sus eventos las practicas ancestrales
de usos y costumbres. Los que viven en las ciudades, los inmigrantes, han
sido forzados a abandonar sus tierras y pueblos de origen por diversos
motivos, motivos de agresión, de falta de oportunidades, de injusticias y
despojos de las tierras comunales de parte de personas inescrupulosas y
las injusticias de una casta dominante de dichas tierras y comunidades,
inmigrantes de segunda y tercera generación, dichas personas están
también en la búsqueda de sus propias raíces sociales y culturales. Las
qashuas como expresión vigente son las que dan esas oportunidades de
explorar esa identidad través de esa información y esos conocimientos que
transmiten las qashuas y todo lo referente a ella, verdadero incentivo para
seguir cultivando esta bella expresión, indagando su origen y practicándola
periódicamente en sus lugares de origen, recreándola en las ciudades para
su conocimiento, difundiéndolas sostenidamente.

3.2 Connotación cultural de la qashua en la Región Ayacucho

El trabajo en la connotación cultural de las qashuas en la región


Ayacucho es mucho más desarrollado si se considera que los ayacuchanos
han asumido responsablemente el reto de difundir sus usos y costumbres
de manera periódica y sostenida, aunque dichos eventos se desarrollen en
los pueblos más alejados de sus capitales de provincias.
Esta expresión llamada qashua de la región Ayacucho, ha sido
difundida por los elencos representativos de dicha región en todo el ámbito
del territorio nacional, cuyo origen la consignó el maestro Alejandro Vivanco
Guerra (año 1982), en su libro “100 Temas del Folklore Peruano” pues
dedica todo un capítulo a dicha expresión y resalta la información de parte
de sus verdaderos cultores de los años 35 hasta los años 40 del siglo XX.
Esta información es muy valiosa en sí misma; ha sido importante el aporte
para las posteriores representaciones de las qashuas de las distintas
provincias de la región Ayacucho, imitado también por otras regiones que
comenzaron a rescatar sus expresiones culturales más representativas,
hasta entonces discriminadas por esas sociedades en las que incluso el
solo hablar quechua, idioma nativo de gran parte de la población peruana,
en ese entonces era prohibido desde las mismas escuelas. A partir de allí la
lucha por el rescate de los usos y costumbres de los hombres y mujeres
del ande ha sido más que fructífero, pues se comenzó a valorarlos en su
real dimensión. Los elencos como Tradiciones de Huamanga, Llaccta, y
tantos otros comenzaron a rescatar y difundirlos a través de las danzas,
muy aceptados desde entonces.
Desde los años 60 del siglo XX hay un avance cultural muy fuerte
en la difusión de las danzas recreadas de los eventos denominados
qashuas, y a partir de ello se han recreado constantemente estos usos y
costumbres para transmitirlos a través de danzas, destacando la identidad
cultural de sus actores, cuyos eventos también se denominan “trillas”.
En la provincia de Huamanga, y especialmente en los distritos de
Vinchos, Acosvinchos y Socosvinchos, estos eventos aún son vigentes en
las denominadas “eras”, chacras donde se desarrollan el trillado y la
cosecha del trigo y la cebada. Las qashuas, al igual que en Apurímac y
Huancavelica, se mantienen casi inalterables en sus diferentes géneros, ya
sean estos agrícolas, ganaderos y las fiestas tradicionales como los
carnavales y las denominadas patronales.
Actualmente también se ven reflejados en los concursos de danzas
a nivel de localidades comunales, distritales, anexales, tanto sociales,
culturales y escolares, en algunos casos de manera distorsionada
mostrando poco valor cultural de la qashua, lamentablemente al
desarrollarse estos concursos se tergiversan dichos valores por hacerlos
más espectaculares, que lindan incluso con lo absurdo, maltratando su
esencia cultural que tiene por objetivo la socialización de los jóvenes
solteros en edad casadera para la formación de las nuevas familias; se pide
que la hagan de manera respetuosa y alturada, como nos lo manifiestan
muchos cultores ayacuchanos que difunden esta expresión al haberlas
recreado en el arte de la danza, sin embargo, hay personas que carecen de
estos valores éticos y la tergiversan inescrupulosamente.
En la actualidad este proceso ancestral y tradicional de la qashua
recibe la influencia de las costumbres europeas, especialmente de los
españoles que también han asimilado estos valores culturales de las
comunidades andinas en las que convivieron desde las épocas de la
Conquista, interrelacionando rasgos culturales de las siembras, el aporque
o cultivo y recultivo, así como las cosechas de granos y tubérculos, además
de las trillas del trigo y la cebada respectivamente, demostrándose de esta
manera este fenómeno social y cultural de producción agrícola y ganadera
en todos los pueblos de la región Ayacucho, en sus provincia, distritos y
comunidades.
En la región Ayacucho, comenzando en la provincia de Huanta, sus
distritos, anexos y centros poblados, se siguen practicado sostenidamente
las qashuas durante los meses de junio y julio, en la cosecha del trigo y
cebada respectivamente, rescatando todos sus valores culturales
heredados de los antepasados, es decir, actualmente la realizan
permanentemente. Con estos valores de convivencia basados en las
labores agrícolas y ganaderas denominadas el ayni, la mink’a y la mita.
La cebada y el trigo son productos que crecen normalmente en los
pisos más elevados de nuestro ande, granos que se adaptaron con
facilidad a estos lugares fríos de relativa baja temperatura ambiental; estos
granos no son oriundos del Perú, son granos traídos por los españoles que
muy bien han prosperado en estas tierras, por ser ricas en nutrientes y
sales minerales para que crezca cualquier tipo de plantas comestibles,
importantes para el consumo humano, los que eran prioridad de las
antiguas civilizaciones andinas. Fue en la época incaica donde se optimiza
el ayni, es decir, la tradicional ayuda mutua que los pobladores andinos la
practican desde esos tiempos hasta la actualidad. Según esta lógica andina
dicha actividad denominada qashua, la inician las mujeres expertas en el
canto, realizando el qarawi, expresión poético-musical esencialmente
cultural que la herencia ancestral ha legado a los actuales miembros de
dichas comunidades.
Este proceso cultural agrícola ancestral se realiza, desarrolla y
practica hoy en muchas comunidades originarias en la región de Ayacucho,
en todas sus fases sociales; en lo referente al trillado hay una simbiosis
cultural entre lo andino y los hispano, que se ha sabido amalgamar en el
uso de las tecnologías de la cosecha de dichos granos, uso por ejemplo de
animales de carga como los caballos, sin embargo, lo que culturalmente se
le denomina ancestral de origen pre inka o inka, son aún el uso de las
herramientas simples para la cosecha de estos granos, utilizando la fuerza
de trabajo esencialmente de los jóvenes que asumen la labor como propia,
para ser parte de la socialización en esos usos sociales y culturales,
conocidos como el ayni, la mink’a, y la mita, esta socialización de los
jóvenes solteros es esencial para la supervivencia de las qashuas y otras
expresiones culturales de los pueblos, donde los juegos, las bromas, los
cantos y la música son los que se ejecutan en estos eventos.
Actualmente los cultores y maestros artistas, recogiendo datos a
través de la investigación con el método de la observación participante, han
propuesto estos hechos y los convirtieron en danzas representativas de
sus pueblos a los cuales han de representar para el conocimiento sostenido
de estas sociedades andinas. Es por ello la importancia de la connotación
cultural a la que nos referimos, estos aún siguen vigentes en la región
Ayacucho, en ese contexto destacaremos algunos elencos actuales que
vienen reforzando dichos trabajos como Sangre Andina, Kallpa Tusuy y el
legendario Tradiciones de Huamanga.
Ahora hay una cantidad considerable de estas danzas en las cuales
se puede notar esta connotación cultural de antigua data en casi todos los
pueblos de la región Ayacucho, en los últimos 40 años se han hecho
recreaciones de los eventos de las qashuas entre treinta y cuarenta danzas
respectivamente, aun así es poca la información sobre este importante
aspecto, es necesario seguir trabajando en este rubro. Aún hay muchas
comunidades que la practican, pero son desconocidas porque no hay un
interés sostenido para su investigación sistemática. Se están haciendo los
esfuerzos respectivos para que ello se lleve a cabo con más precisión en su
investigación, acercándonos a esa realidad lo más real posible a través de
la práctica y difusión de la danza tradicional.

3.3 Connotación cultural de la qashua en la Región Huancavelica.

En el plano cultural hubo algunos errores de fondo en los


contenidos de las glosas desarrolladas sobre las qashuas de la región
Huancavelica; de acuerdo a las investigaciones bibliográficas realizadas,
ellas se hacen notar en la descripción de esta expresión en el párrafo
siguiente, que dice: “Qachwa en el idioma runa simi significa: Trilla”, en
referencia a la qashua de Allato, para la que además se describe: “es una
actividad agrícola consistente en separar los granos de la espiga en los
cereales como la cebada y el trigo” [fuente
https://danzasdelperu.club/danzas-de-huancavelica/qachwa-de-allato/].
Definitivamente qashua no significa trilla, ella tiene un concepto mucho más
amplio en la cultura de los propios huancavelicanos, era necesario hacer
esta precisión por todo lo expuesto en el presente trabajo monográfico,
para no repetir en las glosas y en los trabajos de investigación de esta
hermosa y maravillosa expresión andina de larga data.
Cuando hablamos de connotación cultural, nos referimos
preferentemente a los valores ancestrales de convivencia aún vigentes en
estos tiempos del siglo XXI, como el caso de las qashuas que se siguen
practicando en sus lugares de origen, aun a pesar de la llamada
modernidad y la era digital. Y es por eso que resaltamos a la comunidad
tradicional Chopkjas, que, a pesar de la aculturación, o imposición cultural
de los españoles en tiempos de la Colonia, mantiene vivos muchos usos y
costumbres ancestrales que nos han heredado elementos de las culturas
pre inkas e inkas a lo largo de la historia; también hemos dicho que dicha
influencia se refleja también en los pueblos de las provincias de Tayacaja y
Angaraes, en la región Huancavelica.
La qashua en el aspecto musical y de danza, es de origen pre–
hispánico y está relacionada íntimamente con la religiosidad andina y el
trabajo agrícola. Actualmente la qachwa ya no es una danza autóctona
pura, ha sufrido variaciones y transformaciones; sin embargo, en las
llamadas comunidades con una fuerte raíz cultural como los Chopkjas,
ellos la mantienen a pesar de la imposición cultural hispana en tiempos de
la Colonia, este hecho es relevante e importante para tener un juicio de
valor más crítico de los usos y las costumbres de estos pueblos originarios.
En el proceso histórico de Huancavelica como actual región, está
la trayectoria de los ayllus de la región Chinchaysuyo en cuyo lugar está la
Villa Rica de Oropesa, muy conocida desde los tiempos de la Colonia así
como en los tiempos de la República donde se realiza también de manera
sostenida la expresión denominada qashua estructurada desde tiempos
remotos, siempre con la vinculación a las actividades agrícolas y
ganaderas del lugar.
La presencia de la cultura Huari en esta zona, desde los tiempos
pre incas y luego como parte del imperio de los incas, sirve como enlace
para su valoración en cuanto al origen cultural se refiere, así es como los
Anqaras con sus dos parcialidades siguen aún hoy vigentes a pesar de la
penetración Inca, además de la Conquista y la Colonia española, seguida
de casi 200 años de vida republicana manteniendo dichos usos y
costumbres. Todo esto nos da evidencias de que las qashuas en
Huancavelica se siguen practicando en las actividades de la cosecha de
los cereales como el maíz y quinua, respectivamente en pleno siglo XXI.
La llegada de los hispanos permitió de alguna manera incorporar nuevos
productos, como la cebada y el trigo, el uso de la horqueta como un
instrumento sencillo de labranza o de labor agrícola, así como la
incorporación de instrumentos musicales, como la bandurria, la guitarra el
rondín entre otros instrumentos, siendo esencial el canto denominado
qarawis realizado por las voces de las mujeres, acompañadas también por
los varones en cuanto a las coplas poéticas de contrapunto.
Hay un cúmulo de manuscritos del siglo XVI que nos narran estos
hechos, que incluyen a la provincia de Huancavelica en práctica de la
Qachwa, en aquellos tiempos pertenecientes a la Intendencia de
Huamanga así como todos los pueblos de dicha jurisdicción. Es a partir de
esos tiempos antiguos, por tener casi la muestra de sus usos y costumbres
similares, que ahora también, por dichas similitudes, se las llama del
Trapecio Andino conformado conjuntamente con las actuales regiones de
Apurimac y Ayacucho respectivamente. A pesar de tener estas
informaciones serias, sería bueno corroborarlas con las actividades
sociales y culturales de la actualidad, de por qué las qashuas de esta
manera siguen vigentes, dónde falta estudiarlas con más rigurosidad en lo
referente al rescate de sus valores culturales, esta sería la misión y visión
para futuros trabajos de investigación.
CONCLUSIONES

Nuestra investigación ha sido muy importante al escudriñar el devenir histórico


de esta expresión social, cultural y artística denominada hasta la actualidad Qashua,
por ser una expresión perviviente o superviviente desde las épocas precolombinas
hasta el siglo XXI, en las que hay aún comunidades campesinas que la practican de
manera periódica, en especial en los territorios denominados hoy como el Trapecio
Andino del Perú, conformado por las actuales regiones de Apurimac, Ayacucho y
Huancavelica, que tienen muchas similitudes en sus usos y costumbres tradicionales
dándonos una idea del origen común de esta expresión en estas tres actuales
regiones del Perú.

Gracias a este estudio histórico de las qashuas y su connotación social, cultural


y artística, en la actualidad se ha determinado que dicha expresión tiene dos vertientes
culturales de antigua data, las dos provenientes de las culturas pre Inkas que se
desarrollaron en los territorios del Perú actual. La primera asentada en la meseta del
Collao donde se desarrolló la cultura Tiahuanaco, casi mil años más antigua que el
imperio Huari, pero con una temática del género de danza guerrera por la construcción
histórica y la contextualización de dicha expresión denominada Qashua.

La otra que se desarrolló en las actuales regiones de Ayacucho, denominada


como la cultura Huari, en cuya connotación y contextualización acontece una diferente
temática en el género de la danza, que va más con los juegos, las labores agrícolas y
ganaderas, referentes al calendario agrícola de dichas comunidades andinas. Por lo
estudiado se concluye que, de acuerdo a su origen y contexto varían sus expresiones,
sin embrago, la poesía y las líneas melódicas de dichas expresiones tienen similares
características, siendo Huari la cultura que abarcó en tiempos antiguos estas tres
actuales regiones del país, constitutivas del actual Trapecio Andino. Llegar a esta
conclusión fue motivante por conocer las connotaciones y valores sociales y culturales
de la expresión denominada qashua, siendo ella vigente en las actuales regiones de
Apurímac, Ayacucho y Huancavelica, donde se la practica periódicamente con su
esencial cosmovisión y las tradiciones culturales andinas.

Otro de los aspectos de esta investigación ha sido aquello no contemplado en


las glosas y monografías explicativas de estas expresiones en las diferentes
recreaciones artísticas que se han desarrollado a lo largo de la historia del Perú desde
los años de 1960 hasta la actualidad, cuyo origen es atribuido justamente a las
regiones nombradas que conforman el Trapecio andino, donde la temática pertenece
al calendario agrícola de dichas regiones. Era necesario este estudio por su
connotación histórica a través del tiempo y sus similitudes sociales y culturales por
tener un pasado común en la formación del Imperio Huari, y cómo ello ha sido el punto
de partida para que la expresión qashua siga vigente en pleno siglo XXI, y cómo se la
está recreando continuamente en las danzas denominadas folclóricas para su
conocimiento, permanencia y difusión sostenidos para las futuras generaciones, todos
ellos relacionados a los cambios sustanciales que nos brindan las actuales tecnologías
para resaltar esta expresión, realizados artísticamente a través de la historia.

Era importante ver estas connotaciones sociales y culturales de la Qashua en


las regiones pertenecientes al Trapecio Andino, cada una con sus propias
características, en capítulos en los que se profundizaron dichos aspectos, siendo
necesario este estudio para no cometer errores de concepto, los que son muy
recurrentes en las puestas en escena en las diferentes monografías explicativas de las
recreaciones artísticas en danzas de las tres regiones mencionadas. Muchas de ellas
denominadas trillas, término utilizado desde la llegada de los españoles a tierras
andinas, por la adaptación de los granos traídos por los españoles de la cebada y el
trigo; por su connotación social y cultural estas responden a usos y costumbres mucho
más antiguos, que la investigación histórica nos proporciona a través de las fuentes
escritas realizadas por los cronistas españoles que, al llegar al Perú, también se han
preocupado en registrar la historia de los pueblos conquistados para tener una idea de
cómo podían gobernar dichos territorios, todo ello desarrollado en el proceso de la
conquista y la colonización de estos territorios.

La introducción de nuevos granos alimenticios en los territorios conquistados y


la masificación de su producción, hicieron posible la asimilación por parte de las
comunidades de estos nuevos productos, adecuándose significativamente también a
la cultura y cosmovisión ancestral de las sociedades andinas, donde perviven estas
manifestaciones cuya vigencia es muy contemporánea, con una proyección de
supervivencia de las qashuas para las futuras generaciones en las regiones que la
cultivan, cuya temática tiene una connotación eminentemente agrícola, particularmente
en dos de los periodos de su calendario anual, informaciones que detallaron los
cronistas, como la pequeña maduración (Uchuy Poqoy) y las cosechas (Hatun Poqoy),
desarrollados indistintamente en la producción de granos y tubérculos que se
realizaron en la ancestral cultura andina, incluso asociados a la producción ganadera
de los camélidos sudamericanos domesticados, como las llamas y las alpacas en las
regiones del trapecio andino, en las áreas denominadas punas y jalcas
respectivamente.
Esperando que la presente experiencia sirva como modelo para futuras
investigaciones monográficas, en otros ámbitos de la investigación de nuestros valores
culturales más latentes. Ojalá sirva también para seguir trabajando en el tema del
rescate de las expresiones denominadas QASHUAS, en todas las regiones del Perú,
porque las pertenecientes al Trapecio Andino conformado por Apurímac, Ayacucho y
Huancavelica nos son exclusivas de esta expresión. En nuestro territorio aún hay
lugares y culturas locales que no han sido estudiados, en todo caso eso sería el reto a
partir de este trabajo de investigación.
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