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La tortuga y Aquiles[1]
Augusto Monterroso
SINTESIS:
Por fin según el cable, la semana pasada llego la tortura a la meta, declarando a la prensa en una entrevista que temió perder,
ya que Aquiles casi lo alcanzaba, y fue a si por en diez mil tres millonésima de segundo llego Aquiles como si fuera una flecha
maldiciendo a Zenón por sus paradojas.
Noche de verano[2]
Ray Bradbury
Era una noche de verano en el templado y apacible planeta Marte. La gente se juntaba en las partes de las piedras del planeta
Marte, las estrellas, las mellizas, y lunas con una luz blanca en su atardecer. Más allá del anfiteatro de mármol, en la oscuridad y
la lejanía, se levantaban las aldeas y las quintas. El agua plateada, y los canales relucían de horizonte a horizonte. Los marcianos
seres morenos, de ojos rasgados y amarillos se juntaron en los anfiteatros. Desde los escenarios una música serena se elevaba
en el aire tranquilo, como el aroma de una flor. Se trataba, que en uno de los escenarios una mujer cantaba, pero dejo de
cantar, otra vez inicio, pero una ráfaga helada atravesó el anfiteatro. LA mujer cantaba una canción horrible y extraña, aunque
ella quería impedirlo solo salían y eran:
Pero también los músicos tocaron esa melodía y se hicieron preguntas de, ¿de dónde viene esa melodía?...
…Todos salieron del anfiteatro, y en todos los trastornados pueblos sucedió el mismo acontecimiento, Una ola de frio cayo
sobre ellos, como nieve blanca.
Una carta del 19 Agosto 1939 de Frida Kahlo en una carta a Diego Rivera, hablando a cerca de lo mucho que lo admira y ama,
haciendo comparaciones y cumplido a Diego Rivera a cerca de sus manos no hay dos iguales, es su motivación cada día, es igual
de brillante como las estrellas y la luna, y oscuro como la noche, redactando una dedicatoria de su sentir a simulándolo con
lugares de su cuerpo cosas naturales, fenómenos naturales como un relámpago, como resultado expresando sus emociones de
felicidad y alegría que le hace pensar lo más romántico en lo que escribe, en esos años.
Aunque en México de 1953 escribió una carta diciéndole que a Diego Rivera, antes de ir al quirófano que decía su sentir después
de terminaron su matrimonio con Diego Rivera no reclamándole si no preguntando que y por que la engaño, le fue infiel pero
eso no era lo importante si no que le menciono que no lo quería volver a ver que lo “emputaba” de su vida como su pierna en
unos instantes lo iba ser, sin embargo, le menciono que no quería causar lastima a Diego Rivera y a nadie más, no le afecto que
le digieran que perdería su pierna, pues ya lo había perdido a Diego Rivera.