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1.

- En su rol docente - aunque no se desempeñe en una escuela de


enseñanza primaria - piense como impacta  en los alumnas/os el contraste
entre lo que se ve en los manuales y lo que viven en sus propias familias.

2.- ¿Qué pasa cuando se plantean estos temas en el aula?

3.- ¿Qué dicen los alumnos?

4.- ¿Qué piensa y siente usted a la hora de trabajar estos contenidos?

5.- A la luz de los textos analizados, cómo definiría la relación de la escuela


en la que se desempeñan con las familias de sus alumnas/os? (hacer
referencia a las figuras que describe el Dr. Isabelino Siede).

1- En nuestro rol como docentes podemos afirmar que las historias de las familias que se
presentan en los manuales son modelos preestablecidos de familias ideales que todos trabajan,
todos se desempeñan en algo y la mayoría no presenta ningún problema, cuando la realidad que
se nos presentan en nuestros estudiantes es muy diferente. En la mayoría de los casos
vivenciamos en nuestros grupos de estudiantes que la mayoría de los padres trabajan todo el día
con ingresos por debajo de los montos establecidos para cubrir las necesidades básicas
(alimentación adecuada, vestimenta, salud, descanso, seguridad), en algunos casos las familias son
ensambladas, en otras solo uno de los padres es el encargado de sostener económicamente la
familia como así también velar por la educación de sus hijos y también existen casos donde los
abuelos son la autoridad a cargo de los niños o incluso los hermanos mayores de los hermanos
menores. A estas situaciones reales totalmente alejadas de las historias de los manuales debemos
sumarles los conflictos que se generan en la sociedad del siglo actual, vivimos en una realidad
muchos más impredecible, violenta, individualista, con altos índices de marginación y pobreza que
esta aumentando todos los años a nivel mundial. En muchos casos los contextos familiares son
muy complejos y difíciles para los estudiantes, en este sentido la escuela es el único ámbito con el
que la familia cuenta para poder brindarles un mejor porvenir a sus hijos pero como bien sostiene
Isabelino Siede las expectativas de los padres sobre la escuela son muy variadas: “Estamos con un
nivel de demandas de familias hacia escuelas que no es claro ni estable para el sistema educativo”.

Trabajar sobre esta incertidumbre sobre que se espera de la escuela y que se espera de los
estudiantes es un enorme desafío que creemos la única forma de poder abordarlo es reconocer
los contextos de los estudiantes y trabajar de forma conjunta con las familias tratando de generar
espacios de comunicación para que cada integrante pueda aportar su colaboración, aunque esta
sea exigua, en la formación de los estudiantes.

2 – En los casos que se plantean estas situaciones en el aula, siempre tratamos de abrir el debate y
respetar las opiniones de cada uno. El intercambio de ideas y puntos de vista son muy beneficiosos
porque ponen a los estudiantes en el lugar de los otros. Tratamos de llegar a la conclusión que
ante cada problema que pueda surgir, la escuela esta para escucharlos y dentro de las
posibilidades brindarles soluciones que puedan facilitar su trayecto escolar.
3 – Los estudiantes ante el planteo de estos temas que son transversales a todos. Manifiestan
preocupación, empatía y compromiso de su parte para reconocer las dificultades que se presentan
en muchos casos para asistir a la escuela. Además se reconocen como no todos tienen las mismas
posibilidades y recursos para cumplir con su desempeño escolar. La familia juega un rol
fundamental. Por lo tanto desde la escuela hay que generar un clima de trabajo lo más positivo
posible, facilitando la tarea docente, centrar el trabajo en los estudiantes y sus dificultades para su
aprendizaje.

4 – Muchas veces tenemos la necesidad de platear estos temas particulares pero nos vemos
imposibilitados de desarrollarlos por los acuerdos institucionales, por las acciones autoritarias de
los directivos que obligan a cumplir plazos establecidos de los contenidos a desarrollar y por la
vorágine de documentación que se nos obliga a completar. En reiteradas oportunidades se busca
tiempos mínimos para hablar de estos temas y desde el lugar que nos corresponde aportar
soluciones pero son acciones aisladas a nuestro entender. Las autoridades superiores en muchos
casos no reconocen estas problemáticas y cargan las responsabilidades en los docentes cuando
hay algún conflicto en este sentido.

5- Podemos definir la relación de las familias de nuestra escuela como la “Figura de la criada”
según las categorías que establece el Doctor Isabelino A. Siede, en palabras de Senet: “Si el hogar
y la escuela están en pugna, si los padres se oponen a esta última, la educación de sus hijos se
desvía y se retarda.” Evidenciamos en nuestras instituciones de referencia ciertas tensiones en
torno a la confianza, debido a comentarios negativos y críticas recíprocas o exceso de confianza
basadas en supuestos desde ambas partes. Además se presentan tensiones en la autoridad debido
a la intervención de múltiples autoridades que se cuestionan mutuamente sobre qué es lo
verdaderamente correcto hacer, esto ocasiona una crisis de legitimidad y grandes tensiones en la
comunicación entre la familia y la escuela. Esta realidad nos plantea tener que recrear nuestras
convicciones y renovar nuestro compromiso cotidiano.

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