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AGUAS OCÈANICAS

Hidrosfera
El planeta Tierra tiene en su superficie una capa de agua llamada hidrosfera,
formada por aguas oceánicas y continentales. Las aguas oceánicas se distribuyen
en los océanos.

Aguas oceánicas
Debido a diferencias de densidad, al movimiento de la Tierra, a la atracción
gravitacional de la Luna y del Sol, así como a la velocidad del viento, las
aguas oceánicas presentan algunos movimientos importantes como
mareas, olas y corrientes marinas. Éstos son indispensables para la
regulación y distribución del clima de todo el planeta.

Las corrientes marinas


Las corrientes marinas parecen grandes ríos que se desplazan dentro del
mar a una velocidad 5 y 30 metros por minuto.

Son producidas por el movimiento de rotación de la Tierra, los vientos


dominantes y las diferencias de temperatura entre las aguas, esto último
provoca que unas corrientes sean frías y otras cálidas.

Los marinos han sabido aprovecharlas para conducir sus barcos.

Las corrientes marinas favorecen los bancos de peces.

Las aguas oceánicas presentan un desplazamiento interno a manera de ríos


llamados corrientes marinas, estas son: Cálidas, van de zonas cálidas a frías.
Frías, van de zonas frías a cálidas.

La dinámica de las aguas oceánicas favorece el movimiento de nutrientes para


sostener la vida marina y la estabilidad del clima en todo el planeta.
Mareas
La fuerza de atracción que ejercen el Sol y la Luna sobre las aguas oceánicas
produce las mareas, estas son movimientos de ascenso (pleamar) y
descenso (bajamar) del nivel del mar.
Distribución del agua en el planeta
97% está distribuida en los siguientes océanos: Atlántico, Pacífico, Ártico e
Índico.
2.15% corresponde a los casquetes polares y los glaciares de las altas
montañas, sólo el
0.63% corresponde a las aguas subterráneas.

0.009% de los lagos, los ríos y los arroyos son las únicas fuentes de agua
disponible para el consumo humano y de fácil acceso.
Por eso es muy importante evitar su desperdicio. ¡Cuídala!

La compleja composición de las aguas oceánicas, su temperatura y su


constante movimiento, la hacen un recurso natural indispensable para la vida
en nuestro planeta.

Si las aguas oceánicas dejaran de moverse, los climas oceánicos y


continentales cambiarían.

Los recursos animales y vegetales del océano sufrirían grandes cambios que
afectarían nuestra alimentación, pues los seres humanos consumimos
alrededor de 100 millones de toneladas de especies de los océanos.

Debido a que los recursos que se obtienen del mar se utilizan para diversas
industrias como la cosmética, la médica y la fabricación de fertilizantes, entre
otros; la economía mundial se afectaría grandemente.

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