BOLETÍN PEDAGOGÍA BIOLÓGICA DE LA EDUCACIÓN COSMOLÓGICA
07 septiembre 2022. No. 7
JUAN MANUEL CASTRO MERCADO
Donaciones y patrocinio: educacioncosmologica@gmail.com
Centro de Investigación, Innovación y Formación Educación Cosmológica GIEC
1. PRELECTURA
Título: Dominio Conductual en los Seres Vivos y
Humanos
Palabras clave: Conducta, Sobrevivencia, Necesidades
biológicas, Recompensa, Felicidad, Normalidad,
Arbitrariedad, Ámbito de acciones.
Preguntas clave:
 ¿Qué es un dominio conductual en la
Educación Cosmológica (EC)?
 ¿Qué es un ámbito de acciones en la EC?
2. DOMINIO CONDUCTUAL DEL SER VIVO
Hasta el momento, en el Boletín Pedagogía Biológica de
la Educación Cosmológica (BPBEC), se ha reflexionado
sobre el origen de la existencia y de las características
fundamentales de la vida y los seres vivos: autopoiesis,
determinismo estructural, adaptación, evolución y
biodiversidad. Ahora, abordaremos un nuevo espacio
temático, en el que se reflexionará sobre dos aspectos
fundamentales en la mayoría de los seres vivos: su
dominio conductual y sistema nervioso. Todo con el
propósito de seguir cumpliendo el objetivo del BPBEC:
consolidar una mejor comprensión, control y beneficio
sobre nuestro ser biológico y de la vida en el planeta
Tierra.
En la biología de la EC, el dominio conductual de un ser
vivo es el conjunto de operatividades que realiza para
mantener su autopoiesis, procreación, adaptación y
sobrevivencia. De esta manera, a nivel primordial y
básico, este dominio conductual está conformado por
actividades y procesos, mediante los cuales el ser vivo
resuelve sus necesidades de alimentación, procreación,
cuidado y protección. En esta perspectiva, se destacan
dos factores fundamentales que propician el dominio
conductual del ser vivo: sus necesidades biológicas y las
operatividades que las resuelven.
Con respecto a las necesidades biológicas, el ser vivo se
coordina por medio de sus emociones. Una emoción es
una disposición conductual o fuerza del ser vivo, para
realizar una acción determinada. Generalmente,
cuando se efectúa esa acción, la emoción queda
satisfecha y, así, el ser vivo regresa a su estado normal
o neutralmente emocional. Y con respecto a las
operatividades y procesos del dominio conductual, es
por medio de sus acciones que podemos identificar qué
tipo de emoción está sintiendo el ser vivo, asimismo,
cómo concretamente está satisfaciendo sus
necesidades. Por ejemplo, por medio de las
operatividades del dominio conductual del ser vivo,
podemos saber si se está alimentado, procreando,
cuidando o protegiendo en función de satisfacer las
emociones que está sintiendo: hambre, excitación,
temor, tristeza o cólera.
Por otra parte, en el contexto emocional, hay un
elemento que refuerza la emoción del ser vivo: el placer
o la felicidad. Los seres vivos funcionamos por medio de
recompensas, es decir, hacemos nuestras conductas
porque al final obtenemos felicidad y satisfacción. Esta
realización emocional o recompensa tiene como efecto
retroalimentar la necesidad o emoción en el ser vivo;
situación que luego lo motiva de nuevo a realizar la
acción o conducta para obtener nuevamente el placer
y la felicidad.
Figura 1. La felicidad y la conducta
En un nivel básico, las recompensas se obtienen cuando
el ser vivo se alimenta, descansa con tranquilidad en su
medio protegido o procrea. Aquí no se pueden apreciar
más conductas: solo aquellas relacionadas
estrictamente con la sobrevivencia. No obstante, en su
evolución, los seres vivos desarrollaron la capacidad de
obtener recompensas al realizar otro tipo de
actividades; por ejemplo, el juego individual o
compartido. En el juego, podemos notar la
arbitrariedad de las nuevas conductas o acciones del
ser vivo; es decir, estas operatividades no tienen que
tener un sentido o propósito relacionado con la
sobrevivencia, sino que, simplemente, si la acción le
genera alguna felicidad al ser vivo, este la vuelve a
efectuar para ser de nuevo feliz. Así, vemos que los
perros son felices corriendo por un palo o pelota; o que
los gatos son felices jugando con pelotitas o cuerdas
colgando; o que los seres vivos son felices
interactuando entre sí mordiéndose con cuidado. Así
de arbitrarias son las acciones. Lo único importante
aquí es que estas le generen alguna felicidad al ser vivo
para que las vuelva a realizar y ser feliz.
Desde este panorama, el dominio conductual del ser
vivo está conformado por dos tipos de acciones: las que
satisfacen sus necesidades de adaptación y
sobrevivencia; y las que lo hacen, arbitrariamente, feliz.
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07 septiembre 2022. No. 7
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3. DOMINIO CONDUCTUAL DEL SER HUMANO

En los seres humanos, esta posibilidad de realizar

múltiples y diversas conductas está plenamente
desarrollada. Nosotros somos felices realizando
actividades de pintura, música, baile, deporte, lectura,
escritura, teatro, manualidades, degustaciones,
descubrimientos, comprensiones, observaciones,
compartir, recreación, viajes, exploración, descanso,
construcciones, inventos, liderazgo y un gran etcétera.
Además, no solo tenemos la posibilidad de descubrir
más actividades arbitrarias que nos hagan felices, sino
que podemos intensificar lo felices que somos en los
tipos de actividades que hacemos, innovando o
haciendo nuevas y mejores actividades. De esta
manera, ampliamos nuestro dominio conductual:
creando nuevos tipos y necesidades de actividades y
nuevos procesos y operatividades. Al tipo o contexto de
actividades lo reconoceremos como ámbito de
acciones. Así pues, el dominio conductual del ser
humano es un conjunto infinito de ámbitos de acciones
en los cuales puede satisfacer su adaptación y
sobrevivencia, como también, la multiplicidad de su
forma de ser feliz.