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Franco Salazar

Profesor: Pablo Saravia

¿Cómo interpreta y problematiza J.C. Mariátegui la cuestión del indio y


cuáles cree que han sido los principales impactos de esta propuesta en la
sociología latinoamericana?

Durante el siglo XlX existieron dos corrientes post independencia opuestas que se
referían al proyecto modernizador de las oligarquías latinoamericanas, por una
parte, la corriente civilizatoria que se apoya en la dicotomía civilización/barbarie
genera las bases de este discurso. Sus propulsores como Sarmiento y Alberdi
argumentaban que América debía ingresar a la modernidad por la vía de su
vinculación dependiente con los países capitalistas más avanzados, para así
alcanzar el desarrollo económico, político y cultural el cual se encontraban los
grandes centros industriales capitalistas de la época, particularmente Inglaterra.
Con este fin debían fomentar la migración blanca europea para civilizar América
ya que ellos traerían consigo prácticas que llevarían al progreso y prosperidad de
las naciones latinoamericanas. Para ello debían insertarse en la división
internacional del trabajo comandada por Inglaterra como productores de materias
e importadores de manufacturas, para así estimular la llegada de inversiones,
garantizándoles la respectiva ganancia. Lo que se denomina “pacto colonial”, algo
fundamental para comprender la cuestión del indio la cual refiere Mariátegui.
“La cuestión indígena arranca de nuestra economía. Tiene sus raíces en el
régimen de propiedad de la tierra. Cualquier intento de resolverla con medidas de
administración o policía, con métodos de enseñanza o con obras de vialidad,
constituye un trabajo superficial o adjetivo, mientras subsista la feudalidad de los
gamonales” (Mariátegui, pag26).
Pero antes que entremos en profundidad en el tema cabe mencionar la corriente
identitaria emancipatoria como opuesta a la anterior referida que juega un papel
importante como antecedente a los postulados que realizaría posteriormente
Mariátegui.
Esta corriente de pensamiento señalaba que, para llegar al desarrollo, este
debiese ser autónomo e integrado entre sus países, para desde estos supuestos
integrarse al mundo, para ello se requiere una unidad latinoamericana a través de
la conformación de la confederación del sur, que pueda a su vez detener el
expansionismo e imperialismo que E.E.U.U estaba realizando ya en aquella época
hacia el sur del continente. A diferencia de la corriente civilizatoria esta tiene una
actitud distinta respecto a las mayorías mestizas e indígenas, en cierta medida los
reconoce y valora criticando la ideología que justificaba la explotación de los
pueblos de color, esta valoración de las naciones originarias será clave en el
pensamiento de Mariátegui.
“El problema del indio no se remite solamente a lo étnico, tiene que trascender a
esferas políticas y económicas, esferas territoriales y social, se habla de la
importancia que tiene la tierra para el indio, el entorno en el que se relaciona”
(Mariátegui, pag30).
Mariátegui entendía el problema del indio no como un asunto racial, administrativo,
jurídico, educativo o eclesiástico, sino como un problema en esencia económico
cuyo origen estaba en el injusto régimen económico feudal de propiedad de la
tierra concentrado en pocas manos cuyas expresiones son el gamonalismo
latifundundio y servidumbre, mientras Perú siguiera con esta forma de propiedad
todo intento por solucionar el problema del indio sería inútil.
“El gamonalismo se oponía con éxito a toda ley u ordenanza de protección
indígena. El hacendado, latifundista o gamonal era prácticamente un señor feudal.
Frente a él, la ley era impotente. La República había prohibido el trabajo gratuito,
pero aun así, el trabajo gratuito, y aún el trabajo forzado, sobrevivían en el
latifundio”.(Mariátegui, pag27)
como el régimen de propiedad de la tierra determina el régimen político y
administrativo de toda nación, el problema agrario que la republica no habia
podido hasta ahora resolver- domina todos los problemas de esta. Para Mariátegui
mediante una economía semifeudal no pueden prosperar ni funcionar instituciones
democráticas liberales, “si no mejoró prácticamente la condición del indígena, por
no haber tocado casi la infraestructura económica colonial La derrota más antigua
y evidente es, sin duda, la de los que reducen la protección de los indígenas a un
asunto de ordinaria administración” (Mariátegui, pag31)
El “gamonalismo” invalida inevitablemente toda ley u ordenanza de protección
indígena. Y esto se vio reflejado después en la profundización del problema
incluso después de la llegada de la república, por lo que el cambio del virreinato a
la república, y la creación de las leyes indias, no bastaron para hacer un cambio
real ya que la aristocracia seguía siendo propietaria de la tierra, el cambio del
dominio de los españoles a criollos. El programa liberal de la revolución
consideraba lógicamente la redención del indio, consecuencia automática de la
aplicación de sus postulados igualitarios. Y, así, entre los primeros actos de la
República, se contaron varias leyes y decretos favorables a los indios. Se ordenó
el reparto de tierras, la abolición de los trabajos gratuitos, etc. pero no
representando la revolución en el Perú el surgimiento de una nueva clase
dirigente, todas estas disposiciones quedaron en el papel, esto debido a la falta de
gobernantes capaces de respetarlas y llevarlas a cabo. “La aristocracia latifundista
de la Colonia, dueña del poder, conservó intacto sus derechos feudales sobre la
tierra y, por consiguiente, sobre el indio. Todas las disposiciones aparentemente
enderezadas a protegerla no han podido nada contra la feudalidad subsistente
hasta hoy”. (Mariátegui, pag35).
El régimen colonial desorganizó y aniquiló la economía agraria incaica, sin
reemplazarla por una economía de mayores rendimientos, por lo que los oligarcas
no eran productores de riquezas si no que eran solamente propietarios de tierras y
latifundios de los cuales sacaban dinero de la renta de estos.
La economía del Perú es una economía colonial. Su desarrollo está subordinado a
los intereses capitalistas extranjeros. Los productores agrícolas nacionales no
toman en cuenta las necesidades del consumo nacional. Nuestros latifundistas
han devenido en intermediaros y agentes del capitalismo extranjero, propietarios
no comerciantes.
“A la República le tocaba elevar la condición del indio. Y contrariando este deber,
la República ha pauperizado al indio, ha agravado su depresión y ha exasperado
su miseria” (Mariátegui, pag35). La República significó el surgimiento de una
nueva clase dirigente que, para los indígenas, esta se apropió sistemáticamente
de sus tierras. En una etnia de costumbre y de alma agrarias, como la etnia
indígena, este despojo ha constituido una causa de disolución material y moral. La
tierra ha sido siempre parte importante de la cosmovisión indígena, por lo tanto
Siente que “la vida viene de la tierra” y vuelve a la tierra. Por ende, “el indio puede
ser indiferente a todo, menos a la posesión de la tierra que sus manos y su aliento
labran y fecundan religiosamente. La feudalidad criolla se ha comportado, a este
respecto, más ávida y más duramente que la feudalidad española” (Mariátegui,
pag36).
La liquidación feudal en el Perú debió haberla llevado a cabo el régimen
democrático burgués instaurado después de la independencia. Pero esto no
sucedió, porque la verdadera burguesía no apareció en el Perú. La vieja clase
feudal, disfrazada de burguesía republicana, se mantuvo firme por lo que no hubo
cambios estructurales reales y solo cambiaron los dueños de las tierras.
En su gran parte esto es debido a que para Mariátegui España nos trajo el
Medioevo: inquisición, feudalidad, etc. Nos trajo luego, la Contrarreforma: espíritu
reaccionario, método jesuítico, casuismo escolástico. De la mayor parte de estas
cosas nos hemos ido desligando. Pero de su cimiento económico, arraigado en los
intereses de una clase cuya hegemonía no canceló la revolución de la
independencia, no nos hemos liberado todavía. Los raigones de la feudalidad
están intactos
El feudalismo sobreviviente se manifestó en dos formas: feudos y servidumbre.
No se puede liberar de la esclavitud de las clases nativas sin antes acabar con el
gamonalismo. Por lo tanto, el problema agrícola, en su escala, aparece como un
problema económico-social, y por ende un problema político.
Esta dominación de la tierra genera una marginalidad al indio visto como clase
baja, la única manera de poder cambiarlo es a través de un empoderamiento y ve
a los indios como revolucionarios, este punto es importante ya que para el
pensamiento latinoamericano el actor indígena reemplaza al proletariado de la
industria europea, por lo que sería el sujeto histórico que transforma las relaciones
de poder económicas y sociales, ese sujeto está en la figura del indio, pero para
ello se debía fomentar la unificación del indio para llegar a las vías del socialismo.
Considerándolo como actor productivo y económico, ya que anteriormente las
demandas solo eran regionales y no existía una articulación real de las naciones
originarias por lo tanto el marxismo solo podía ser creador a condición de
mantener abiertos los vasos comunicantes con la cultura contemporánea.
Es decir, efectivamente tendría que ser una propuesta que tenía que establecer
vínculos y diálogos con las realidades territoriales, no puede estar cerrado en sí
mismo, para que pueda entrar en dialogo con otras realidades y lecturas de
América latina
Así entiende el marxismo como instrumento de análisis que se debe ajustar a las
realidades de América Latina, es decir no puede ser una copia, por lo mismo se
distancia del eurocentrismo civilizatorio de tres países centrales de Europa como
lo son Inglaterra, Francia, Alemania.
A su vez no desconoce que hay un proceso global de avance de la modernidad
eurocentrada y que deberían ser comprendidos desde los procesos internos de
América latina, por lo tanto, se crea la necesidad de avanzar en la construcción de
un pensamiento Latinoamericano propio pensando en el marxismo más allá de los
lineamientos de la institucionalidad, esto se refleja en el distanciamiento del
universalismo del marxismo de la ll y lll internacional, Valorando el factor creador
local particular abierto en su interpretación ya que este no debía ser calco y copia
de lo que ocurría en Europa sin considerar ningún tipo de interpretación histórica
o contextualización, la expresión propia y originaria de la acción teórica y práctica
de las clases subalternas para conquistar su autonomía histórica, refleja la idea de
la acción y reflexión que se le atribuye el mismo status, ya que son parte de un
mismo acto revolucionario transgresor y transformador de la realidad ,estos
elementos lo recogen las teorías de la década de los 60 la educación popular
investigación participativa, tradición liberadora del pensamiento de la década de
los 60, un pilar fundamental de su propuesta. Como también a futuro llevaría a
cuestionamientos poscoloniales, La crítica poscolonial pretende cuestionar el
status quo generado en la época de las colonias por las potencias imperiales. Esto
es, cuestionar el hecho de que, por haberse producido la descolonización, por una
parte en Latinoamérica, y por otra en Asia y África en una segunda ola
descolonización, sea efectivamente una desligazón de las potencias imperiales en
todas las aristas que componen la vida social, económica y cultural. De hecho, se
propone que esto, en realidad, no es así. Sí bien hubo descolonización, en
términos “políticos” por así decirlo, es decir, que las naciones pasaron a ser
independientes de las potencias imperiales,llámese la corona española o el
imperio francés, británico, estadounidense, entre otros- sigue vigente una
colonización del pensamiento, del cómo conocemos, de donde se produce el
mismo conocimiento y dónde va a parar. Esto es entender la relación imperio-
colonia en términos de asimetría, de desigualdad. Es importante mencionar que
más que un paradigma teórico, es un movimiento, por esencia liberador y
descolonizador.
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