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ANTEPROYECTO FINAL
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MARCO NORMATIVO DE LA NEUROPROTECCIÓN Y EL
DESARROLLO DE LAS NEUROTECNOLOGÍAS Y
NEUROCIENCIA
FUNDAMENTOS
Señor Presidente:
La pandemia de COVID-19 ha preparado el terreno para una mayor inserción
de la tecnología en la cotidianeidad de los seres humanos, convirtiendo aún más
visibles los beneficios del progreso en esta área. A su vez, nos volvimos
conscientes de que aquella distopía que suponía conflictos entre la tecnología y
la humanidad es una posibilidad real. Por esta razón, los presuntos “temas del
futuro” requieren ser considerados en la agenda del presente lo más antes
posible.
Es de suma importancia incursionar en la legislación de la neurotecnología ya
que los avances en este campo han implantado desafíos éticos sobre las
posibilidades de inequidad de acceso, vulneración de la libertad y la autonomía
de pacientes y consumidores. Al hallarse amenazada la esencia del humano, se
presenta un proyecto cuya aspiración es proteger la integridad y la indemnidad
mental de las personas con relación al avance de las neurotecnologías,
garantizando la privacidad mental y prohibiendo el uso comercial de datos
neuronales.
Al respecto, tiene dicho la Dra. Elisa Moreu que: “Para los juristas, la
neurociencia es un desafío apasionante porque nos ayudará a conocer -y quizás
prevenir- las causas por las que las personas infringen las leyes y cometen
delitos. Sin embargo, también constituye una amenaza porque si se puede
manipular el cerebro desaparece el ‘libre albedrío’ o la ‘libre elección’”; y destaca
que el mensaje que subyace indica dos cosas: “…Primero, que estamos ante
un riesgo real y no potencial. Y segundo, que los neurocientíficos son ante todo
seres humanos muy conscientes de las implicaciones éticas de sus avances”.
La república hermana de Chile nos ha precedido en esta tarea regulatoria con
el proyecto de Ley sobre la protección de los neuroderechos y la integridad
mental y su incorporación al plexo de derechos contenidos en el proyecto de
reforma constitucional de aquel país. Todo ello es consecuencia del desarrollo
de la investigación en neurotecnologías llevado adelante por el Doctor Rafael
Yuste, quién junto a Sara Goering, a través del Morningside Group, han puesto
el acento en la necesidad de desarrollar la ciencia dentro de un marco
regulatorio que reconozca nuevos derechos humanos, los llamados
“neuroderechos”.
La presente iniciativa evidenciará la unión entre la política y la tecnología ya que
buscará conciliar el desarrollo de las neurotecnologías con normas, valores y
principios éticos, de modo que sean contribuyentes al bien común. A lo largo del
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proyecto, prevalece la idea de que la solución lejos se encuentra de oponerse a
la tecnología, pero se reconoce que se legisla sobre una materia altamente
pervertible si cae en las manos equivocadas. Consiguientemente, se
establecerá un marco normativo de aplicación en todo el territorio nacional que
procure impulsar la investigación y los avances en el ámbito de la neurociencia,
proponiendo límites que protejan anticipadamente derechos considerados
fundamentales a la persona humana. Entre dichos derechos se encuentra el del
individuo a la tutela de su integridad física y psíquica respecto de las
consecuencias de tratamientos o intervenciones neurotecnológicas que puedan
incidir sobre sus capacidades psíquicas o de inteligencia natural; como así
también a la privacidad de sus datos neuronales; el derecho a la autonomía o
libertad de decisión individual y el acceso en forma igualitaria y equitativa a los
beneficios de estas neurotecnologías para personas con determinadas
condiciones médicas.
Actualmente, es reconocido el término "neuroderechos" como una serie de
nuevos derechos que deben ser regulados, demandando sus defensores que
se incluyan cinco puntos concretos en la Declaración Universal de Derechos
Humanos de la ONU, para que exista una vinculación real que obligue de forma
general tanto a gobiernos y autoridades como al sector privado y a los
ciudadanos. En este sentido, Rafael Yuste, director del Centro de
Neurotecnología de la Universidad de Columbia (EE.UU) los refiere como: 1-
Derecho a la privacidad mental: busca evitar que cualquier dato obtenido del
análisis y medición de la actividad neuronal sea utilizado sin el consentimiento
del individuo. 2- Derecho a la identidad personal: insta a imponer límites que
prohiban a las tecnologías alterar el sentido del yo, es decir, el derecho del
individuo a mantener su autonomía personal, porque cuando la neurotecnología
conecta a las personas con redes digitales, se puede difuminar la línea entre la
conciencia de una persona y los aportes tecnológicos externos. 3- Derecho al
libre albedrío: garantiza a las personas la capacidad de optar entre distintas
alternativas que se les ofrecen y/o crear otras nuevas y de tomar decisiones
libremente, con autonomía de voluntad, y sin ser manipuladas por
neurotecnologías. 4- Derecho al acceso equitativo al aumento de
neurocognición: por el cual se pide que se determinen unas pautas y
directrices, tanto a nivel internacional como nacional, que delimiten y regulen el
desarrollo y aplicación de neurotecnologías a fin de mejorar la actividad cerebral.
Este aumento cognitivo no va a ser económico, ni accesible a todos, por ello,
debe ser un derecho humano con acceso equitativo y justo para toda la
sociedad. 5- Derecho a la protección de sesgos algorítmicos: a fin de que
los conocimientos de la neurociencia no establezcan discriminaciones y
distinciones por raza, color, sexo, idioma, religión, opinión, pensamiento político,
origen nacional o social, posición económica, nacimiento o cualquier otra
condición, en tanto debemos considerar que los algoritmos son creados por
seres humanos (programadores), quienes conscientemente o no pueden
interferir en los mismos con sus prejuicios.
El proyecto en cuestión ofrece un catálogo de definiciones, las cuales pretenden
desarrollar un marco conceptual sobre la temática, siempre en salvaguarda de
la protección de los neuroderechos y de la integridad e indemnidad mental. En
este sentido, establece un “Régimen Especial” al cual quedarán sometidas este
tipo de relaciones jurídicas; su principal función es establecer un marco de
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seguridad jurídica para las distintas partes que intervienen, tomando como eje
fundamental, la prohibición de cualquier forma de intervención o tratamiento sin
contar con el consentimiento libre, expreso e informado, de la persona o usuario
del dispositivo, inclusive en circunstancias médicas y aun cuando la
neurotecnología posea la capacidad de intervenir en ausencia de la conciencia
misma de la persona. La utilización del cerebro a través de la neurotecnología
podría encontrar un límite o barrera, en pos de resguardar los neuroderechos,
en la exigencia de este consentimiento expreso formal e informado, lo cual está
en absoluta concordancia con las disposiciones del Código Civil y Comercial de
la Nación que en su artículo 56 dispone que: “Están prohibidos los actos de
disposición del propio cuerpo que ocasionen una disminución permanente de su
integridad o resulten contrarios a la ley, la moral o las buenas costumbres,
excepto que sean requeridos para el mejoramiento de la salud de la persona, y
excepcionalmente de otra persona, de conformidad a lo dispuesto en el
ordenamiento jurídico. La ablación de órganos para ser implantados en otras
personas se rige por la legislación especial. El consentimiento para los actos no
comprendidos en la prohibición establecida en el primer párrafo no puede ser
suplido, y es libremente revocable".
La presente iniciativa crea también una Autoridad de Aplicación específica a la
que se le asignan funciones y competencias, estableciendo reglas mínimas a
las que debe sujetarse el accionar en las investigaciones de la neurotecnología,
enarbolando como Premisa Fundamental el respeto por dignidad humana, y el
deber en el Estado de fomentar las investigaciones y garantizar el acceso
igualitario a los avances de la ciencia.
Este Proyecto se ha respetado en el Artículo 19 de nuestra Carta Magna
prescribe que: "Las acciones privadas de los hombres que de ningún modo
ofendan al orden y a la moral pública, ni perjudiquen a un tercero, están sólo
reservadas a Dios, y exentas de la autoridad de los magistrados. Ningún
habitante de la Nación será obligado a hacer lo que no manda la ley, ni privado
de lo que ella no prohíbe”.
En virtud de todo lo expuesto en este proyecto de ley se sostiene que el
vertiginoso e incesante avance tecnológico, nos desafía constantemente
cuando se trata de regulación jurídica y nos debe obligar inexorablemente a
desplegar nueva regulación específica, debiendo ser una legislación fruto del
consenso entre diversos sectores; siendo ardua la tarea de encontrar un
equilibrio tal que permita la innovación científica y la legislación protectora
concomitantemente.
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Artículo 2: DEFINICIONES.- A los efectos de esta ley se entiende por:
1) NEURODERECHOS: Nuevos derechos humanos que protegen la
privacidad de datos e integridad mental; la indemnidad mental y psíquica,
tanto consciente como inconsciente, y la autonomía de la voluntad de las
personas respecto del uso abusivo de neurotecnologías.
2) NEUROCIENCIA: Es aquella que estudia la organización y el
funcionamiento del sistema nervioso mediante la comprensión de los
mecanismos involucrados en la interacción entre el entorno, el cerebro y el
comportamiento humano, contribuyendo al entendimiento de los procesos
cognitivos, afectivos y sociales que guían nuestras conductas y decisiones
en sociedad.
3) ACTIVIDADES NEUROTECNOLOGÍAS: Es el conjunto de herramientas,
tratamientos o intervenciones, no farmacológicas ejercidas directa o
indirectamente sobre el sistema nervioso del ser humano, especialmente
sobre el cerebro, mediante dispositivos, métodos o sistemas electrónicos,
informáticos, ópticos o magnéticos que lo conviertan en una salida
conectada a una máquina o computadora; o que reemplacen cualquier
aspecto o resultado del funcionamiento natural del sistema nervioso y su
vinculación con los entornos externos o internos.."
4) DATOS NEURONALES o NEURODATOS: Son una forma específica de
datos sanitarios y personales originados en la actividad natural o artificial
del cerebro y el sistema nervioso de las personas humanas, que contienen
una representación de la actividad psíquica, tanto consciente como
subconsciente, y que corresponden al más íntimo aspecto de la privacidad
humana. Es toda aquella información obtenida directa o indirectamente, a
través de los patrones de actividades de las neuronas, incluyendo sistemas
de registro cerebrales tanto invasivos como no invasivos.
5) COMPUTADORA (ICC): Es el sistema electrónico, óptico o magnético que
mide la actividad del sistema nervioso y la convierte en una salida
conectada a una máquina o computadora; o que genera una respuesta
artificial que reemplaza, restaura, complementa o mejora la respuesta del
sistema nervioso natural y, por tanto, modifica las interacciones en curso
entre el sistema nervioso y su entorno externo o interno.
6) INTELIGENCIA ARTIFICIAL: Es la disciplina científica que se ocupa de
crear programas informáticos que ejecutan operaciones comparables a las
que realiza la mente humana, como el aprendizaje y el razonamiento lógico.
Se trata del desarrollo de algoritmos de computación que están basados en
lo que pensamos que ocurre dentro del cerebro.
7) BRAIN HACKING: Es la aplicación de técnicas y tecnologías para conocer
e intervenir en el estado mental, los procesos cognitivos o el nivel de
funcionamiento a nivel psicológico de cualquier individuo o incluso de una
sociedad.
8) SESGO ALGORÍTMICO: Esto sucede cuando un sistema algorítmico
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refleja las ideas, valores o prejuicios de su creador.
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b)Queda prohibida toda intervención, cualquiera sea el sistema o dispositivo
con el que se implemente, cuya finalidad sea manipular la actividad cerebral,
de forma invasiva o no invasiva, en cuanto afecte o pueda dañar la continuidad
psicológica y psíquica de la persona; los elementos mentales de la identidad
individual elegida libremente por la persona, o disminuya o impida en cualquier
grado su autonomía de voluntad o capacidad de toma de decisiones en forma
individual.
El límite de cualquier intervención de conexiones neuronales será siempre la
protección de los sustratos mentales de la identidad personal.
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el desarrollo y la expansión de estas nuevas modalidades de tratamientos o
intervenciones neurotecnológicas.
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Artículo 10: MODIFICACIÓN LEY DE PROTECCIÓN DE LOS DATOS
PERSONALES: Modifícase el Artículo 2 de esta Ley cuyo texto fue
establecido bajo N° 23.526, en el siguiente sentido:
Agrégase el siguiente párrafo al ARTÍCULO 2° — (Definiciones).“A los fines de
la presente ley se entiende por: … Datos sensibles: Datos personales que
revelan origen racial y étnico, opiniones políticas, convicciones religiosas,
filosóficas o morales, afiliación sindical e información referente a la salud o a la
vida sexual. Asimismo quedan comprendidos en esta categoría los
NEURODATOS, interpretando como tales a aquella forma específica de datos
sanitarios y personales originados en la actividad natural o artificial del cerebro
y el sistema nervioso de las personas humanas, que contienen una
representación de la actividad psíquica y físicos, tanto consciente como
subconsciente, y que corresponden al más íntimo aspecto de la privacidad
humana, obtenidos directa o indirectamente, a través de los patrones de
actividades de las neuronas, incluyendo sistemas de registro cerebrales tanto
invasivos como no invasivos, generados por la aplicación de neurotecnologías.”
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SUSCRIBEN ESTE ANTEPROYECTO:
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TREVISAN BRENDA ROCÍO SALUD
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