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Las ideas mercantilistas sostenían que la importancia de un Estado se medía por su poder
económico, por lo que la acumulación de las riquezas nacionales fue el principal objetivo de
esta doctrina. Los países realizaban reservas en oro y plata porque ambos metales eran
considerados como la más preciada de todas las riquezas y se creía que a mayor cantidad de
oro y plata, mayor poder para el país.
Uno de los principales objetivos del mercantilismo fue proteger la industria local de las
producciones extranjeras, por lo que se alentaban las exportaciones y se desalentaban las
importaciones con el fin de incrementar la riqueza nacional. Para esto se utilizaron estrategias
como aranceles aduaneros, subsidios y otros mecanismos de control. Además, la doctrina
mercantilista fomentó el trabajo de la tierra y la producción de manufacturas.
El mercantilismo no se desarrolló como teoría ni contó con tantos lineamientos teóricos, pero
tuvo entre sus principales representantes a:
Antonio Serra (1568 – principios del siglo XVII). Fue un filósofo italiano que introdujo el
término balanza de pagos y abogó por el incentivo a las exportaciones.
Thomas Mun (1571 – 1641). Fue un economista inglés defensor de las ideas mercantilistas
referentes al aumento de las exportaciones y la baja de las importaciones.
Edward Misselden (1608 – 1654). Fue un economista inglés y uno de los desarrolladores del
concepto de balanza comercial.
Jean Baptiste Colbert (1619 – 1683). Fue ministro del rey Luis XIV de Francia y promovió un
sistema económico basado en el proteccionismo y en el desarrollo de industrias locales.
Rol preponderante del Estado. El Estado jugó un papel protagónico dentro de la doctrina
mercantilista porque fue un ente soberano y controlador. Su objetivo era regular todo el
mercado y la propiedad privada para la organización económica.
Riqueza e interés nacional. El objetivo económico de toda nación era acumular la mayor
cantidad de riqueza, y para eso los países usaban diferentes estrategias para convertirse en
estados económicamente sólidos y políticamente poderosos.
Los fisiócratas sostenían que la tierra era la única entidad generadora de riqueza y que por lo
tanto debían fomentarse las actividades agrícolas y en menor medida las extractivas. Creían
que el comercio solo acumulaba valor, sin ser realmente generador del mismo. Propugnaban la
no intervención del Estado en las actividades económicas, lo que los convierte en el preludio
de los pensadores clásicos del liberalismo.
Los fisiócratas acuñaron la expresión laissez faire, laissez passer, le monde va de lui même que
significa: “dejad hacer, dejad pasar, el mundo camina solo”, y que puede ser entendido como:
dejad producir, dejad comerciar, el mercado puede autoregularse.
Sus exponentes más importantes fueron el médico François Quesnay y el político y funcionario
francés Anne Robert Jacques Turgot, barón de Laune.
Para los fisiócratas, la verdadera riqueza de un estado se encuentra en todo lo que produce la
tierra (lo que hoy llamaríamos actividad), el resto de las otras actividades (secundaria y
terciaria), son consideradas estériles (improductivas).
Sin embargo, está teoría está incompleta porque, si bien es cierto que lo que produce la tierra
es fundamental para obtener riqueza, si no procesan dichas materias en las industrias y no se
venden en los comercios, no generaría la máxima riqueza posible.
Surgido en la Europa del siglo XVIII, el liberalismo tuvo un inmenso impacto en la política, la
cultura y especialmente la economía del momento, oponiéndose a la intervención de los
Estados en la economía, como era la norma proteccionista en el momento.
El pensamiento económico liberal suele resumirse en la expresión francesa laissez faire, laissez
passer (“dejar hacer, dejar pasar”) heredada en realidad de teorías económicas previas
(específicamente de la fisiocracia), ya que defiende la libre circulación de las mercancías y la
libertad del ejercicio económico.
Defender la necesidad de una libre competencia entre los actores económicos, que les
conduciría al máximo esfuerzo y la máxima inventiva para ganar posiciones dentro del
mercado.
Adam Smith (1723-1790). Economista escocés conocido como el padre del liberalismo
económico, al abordar la economía desde un punto de vista filosófico en su obra La riqueza de
las naciones de 1776. Allí defendía las tendencias naturales humanas y criticaba las
instituciones del momento, asegurando que, si al ser humano se le dejaba por su cuenta, no
sólo hallaría lo mejor para sí mismo, sino también lo mejor para sus semejantes.
D) El economista británico Thomas Malthus afirmó, en 1798, que mientras que la población
humana crece según una progresión geométrica, la capacidad de aprovechar los recursos del
planeta crece al ritmo de una progresión aritmética, mucho más lentamente. Por ello, se
agotarían los recursos del planeta hasta llegar a un colapso o catástrofes sin precedentes. La
teoría de Malthus es pesimista y no tuvo en cuenta la capacidad de la Ciencia y la Tecnología
para aumentar y generar la producción de nuevos recursos.
E) El marxismo es una doctrina política y filosófica desarrollada a mediados del siglo XIX por
Karl Marx (filósofo, economista y periodista alemán), con la colaboración de Friedrich Engels
(filósofo, sociólogo y periodista). El marxismo fue formalmente difundido en 1848 a través del
“Manifiesto del Partido Comunista”, uno de los tratados políticos más influyentes de la
historia.
La base del marxismo es una crítica al sistema capitalista al que acusa de haber permitido
diseñar economías con resultados desastrosos e, incluso, horrorosas dictaduras. Las ideas
planteadas en el manifiesto comunista abogaban por el derrocamiento del sistema de clases
sociales y la abolición de la propiedad privada.
Marx propone que el capitalismo necesita ser reformado, por lo que plantea diversos análisis y
principios comunistas que pretenden ser una solución ante el sistema deficiente. El marxismo
se enmarca dentro de la ideología socialista, y fue denominado “socialismo científico” para
diferenciarlo de otras corrientes socialistas anteriores.
.El fin del sistema de desigualdad de clases sociales para que exista una única clase o grupo
social.
.El salario de un trabajador debe ser determinado por los beneficios que es capaz de generar.
.El valor de una mercancía lo determina la cantidad de trabajo que fue necesario para su
producción.
.La creación de una única clase social administradora, capaz de satisfacer las necesidades del
pueblo.
.El impuesto sobre la renta debe ser pronunciado pero graduado a la vez.
En las palabras de E. Roy Weintraub: “Todos somos neoclásicos ahora, incluso los keynesianos,
porque lo que se enseña a los estudiantes, lo que es la economía principal (mainstream), es
economía neoclásica”.
El economista neoclásico por excelencia es Alfred Marshall (fundador de la teoría del equilibrio
parcial). Otra de las grandes figuras es Léon Walras, fundador de otra de las grandes
aproximaciones (fundador de la teoría del equilibrio general). Otros neoclásicos de gran
importancia incluyen a los monetaristas Knut Wicksell e Irving Fisher, y los economistas del
bienestar Arthur Pigou y Vilfredo Pareto, entre otros.
G)El keynesianismo es la teoría que afirma que el Estado debe intervenir en la economía para
mantener el equilibrio y revertir los ciclos de crisis. Defiende que el mercado no se regula de
forma natural, por lo que los Gobiernos deben minimizar las fluctuaciones económicas. Su
ideólogo fue el economista británico John Maynard Keynes (1883-1946), que la expuso en su
obra Teoría general del empleo, el interés y el dinero (1936), por la que es considerado el
fundador de la macroeconomía moderna. Su modelo fue revolucionario porque se oponía a la
intervención estatal mínima que promulgaba el liberalismo clásico.
El postulado central del estructuralismo es que el significado de las cosas está determinado por
su estructura interna, o sea, por el conjunto de sistemas que operan en su interior y que
pueden ser estudiados por separado.
En ese sentido, la novedad de este enfoque no fue el de introducir la idea de estructura, que
ha estado presente en el pensamiento occidental desde sus inicios, sino emplearlo para
eliminar cualquier concepto central que quisiera ordenar la realidad.
I)El neoliberalismo es una teoría político-económica que retoma la doctrina del liberalismo
clásico y la replantea dentro del esquema capitalista actual bajo principios más radicales.
El neoliberalismo surge como reacción a la intervención del Estado como garante de una
mayor justicia social (es decir, del Estado benefactor), y toma fuerza gracias a las debacles de
la economía capitalista del siglo XX, particularmente las registradas a finales de los años 20 y la
de la década de 1970.
Esta doctrina favorece la privatización de empresas y servicios que estaban en manos del
sector público, bajo la premisa de que el sector privado es más eficiente. Es partidario de la
reducción del gasto social, de propiciar la libre competencia, de las grandes corporaciones, y
de debilitar y desintegrar los sindicatos.
Sus principales ideólogos y promotores fueron Friedrich August von Hayek y Milton Friedman,
quienes lo proponian como modelo alternativo para salvar la economía del siglo XX.
2) me inclino más por la teoría keynesiana, porque pienso que el estado estado si debe
intervenir en la economía, como también en el mercado para mantener un equilibrio y tratar
de revertir los ciclos de crisis. También por el aumento del gasto público respondiendo a la
demanda agregada, así incrementándose la inversión, el empleo y la producción.
3) Durante los últimos años del siglo XIX y las dos primeras décadas del siglo XX
1985).
A fines del siglo XIX, menciona Topalov (1990), opera una atomización de los
Cada nueva profesión elabora una tecnología que le es propia, demanda una
Organizan su reproducción.
En Argentina entre fines del siglo XIX y principios del siglo XX, se fueron
Construyendo los campos de ciertas profesiones dedicadas a la intervención en
4)A) Un modelo es un bosquejo que representa un conjunto real con cierto grado de precisión
y en la forma más completa posible, pero sin pretender aportar una réplica de lo que existe en
la realidad.
5) El concepto de modelo agroexportador es el que surgió en la segunda mitad del siglo XIX en
Argentina y América Latina en general debido a la consolidación de un sistema económico
basado tanto en la producción de materias primas agrícolas como en la exportación de las
mismas a los países centrales (principalmente europeos). El modelo agroexportador fue la
consecuencia directa de la entrada casi ilimitada de inversiones y capitales extranjeros que
permitieron que Argentina reactive la economía en gran parte de su territorio. Además, el
modelo agroexportador coincide con el establecimiento del Estado nacional argentino. La
noción de modelo agroexportador tiene que ver con el desarrollo del sistema mundial
económico de fines del siglo XIX. Este sistema se basaba en la división mundial entre países
centrales y países periféricos o productores. Mientras que los segundos se especializaron en la
producción y exportación de materias primas y de elementos básicos (especialmente
agrícolas), los primeros se dedicaron a la producción de productos manufacturados o más
complejos que se vendían a mayor precio que las materias primas y que, por lo tanto,
permitieron que las potencias europeas y Estados Unidos se hicieran con gran capital.
El objetivo del modelo ISI es que la nación dependa menos de la comercialización de sus
recursos naturales. Con ese fin, el Gobierno reduce impuestos y/u otorga financiamiento a
actividades que agregan valor a los bienes primarios. Nos referimos, por ejemplo, al sector
metalmecánico o al textil.
La ISI se planificó en base a dos etapas reconocibles: Etapa primera. Bloqueo y rechazo a la
importación de productos manufacturados en el extranjero, mediante esquemas arancelarios
y otras barreras, mientras se aplican estímulos económicos y otras medidas de protección para
a la industria manufacturera local. Segunda etapa. Avance en la sustitución de bienes de
consumo hacia los sectores intermedios y de consumo duradero, invirtiendo en ello el
conjunto de capitales ahorrados durante la primera etapa, es decir, un stock de divisas
nacionales.
Subperiodos de la ISI:
(1945 – 1955). El Estado continuó favoreciendo el mercado interno, al mismo tiempo que
siguió dependiendo de la materia prima. Se nacionalizaron empresas, se crearon y
desarrollaron organismos de crédito para la industria, fundaron fábricas de capitales estatales
o mixtas, se crearon empresas de provisión de servicios y de desarrollo energético, llegaron
entes reguladores de la actividad económica, y se desarrollaron infraestructura para la
extranjera producción.
(1955 – 1976). Este último subperíodo se caracterizó por la inversión de capitales extranjeros y
el paso de la industria liviana a la industria pesada. Gracias a la Ley de radicación de capitales,
establecida en 1953 por Frondizi, se favoreció el ingreso de capitales extranjeros,
principalmente estadounidenses. Esta característica permitió el desarrollo de la industria
pesada.
7) A partir del golpe de Estado del 24 de marzo 1976 se produjeron profundos cambios
en la estructura económica argentina, que terminaron por conformar un nuevo
modelo económico basado en la acumulación rentística y financiera, la apertura
externa irrestricta, comercial y de capitales, y el disciplinamiento social. La dictadura
militar se propuso restablecer la hegemonía del mercado en la asignación de recursos,
restringir la participación del Estado y abrir la competencia de los productos
nacionales con los extranjeros, aunque ello significara sacrificar la industria local. En
una primera etapa, de 1976 a 1978, se implementó un plan de ajuste ortodoxo, con
devaluación, liberación de precios, congelamiento de salarios, facilidades para las
importaciones, cese de la promoción de exportaciones industriales. En esta cuestión
fue de vital importancia la reforma financiera de 1977, que ubicó al sector de las
finanzas en una posición hegemónica en términos de absorción y reparto de los
recursos. El nuevo Régimen de Entidades Financieras iniciaba un rumbo cuyo norte
apuntaba a la liberalización del mercado interno y a una mayor vinculación con los
mercados mundiales.
El terrorismo de Estado impidió toda resistencia social a la transformación regresiva
de la economía. Las elites agropecuarias, los grandes grupos económicos y financieros
locales, y los intermediarios de las finanzas y el comercio internacionales fueron los
beneficiarios inmediatos y de largo plazo de estas políticas.
Una segunda etapa comenzó en diciembre de 1978, con la aplicación de la “tablita cambiaria”,
que consistía en devaluaciones programadas inferiores a la inflación. Estas apreciaron el peso,
agravaron el cierre de las industrias nacionales, imposibilitadas de competir con los productos
importados, e impulsaron una gran salida de divisas, a causa de los déficit comerciales y de
servicios, como los intereses pagados al capital extranjero y el turismo al exterior. Esos déficit
se cubrieron con ingresos de capitales y crearon la enorme deuda externa que ya en 1981
produjo una primera crisis de graves consecuencias por la elevación de las tasas de interés
internacionales.
De todas las medidas económicas tomadas en aquella época, el país heredó varias que no han
sido hasta ahora modificadas, algunas de las cuales, incluso, se profundizaron en los años ’90.
Las dos principales son la Ley de Entidades Financieras Nº 21.526, sancionada en 1977, y la Ley
de inversiones extranjeras Nº 21.382, ambas nacidas como decretos de la dictadura militar.
La primera de ellas comenzó a regir desde la aplicación de otra medida que autorizaba al
Banco Central a restituir a las entidades financieras la facultad de captar depósitos por cuenta
propia y fijar las tasas de interés activas y pasivas, sobre la base de la garantía de los depósitos
otorgada a esas entidades. La Ley Nº 21.526 establecía un nuevo régimen según el cual el
Banco Central tendría la facultad de superintendencia mientras se valoraba la libre
competencia como el medio idóneo para lograr un sistema más eficiente.
Los efectos de estos cambios con la legislación que los profundizó durante el menemismo
produjeron localmente el predominio de las finanzas especulativas sobre la producción, en
consonancia con la necesidad de los países centrales y las grandes corporaciones de colocar
sus superávit de liquidez y obtener mayores rentabilidades aprovechando la diferencias entre
las tasas de interés locales y las internacionales.
También, como señala un trabajo reciente del Cefid/ar, dio como resultado una notable
extranjerización de los bancos, la concentración de los depósitos en los bancos privados –pero
sobre todo en los extranjeros–, un sistema crediticio determinado por el mercado sin ninguna
orientación pública, el predominio en la asignación de créditos a corto plazo y la ausencia de
préstamos para el desarrollo. Esta ley constituyó sin duda una de las causas principales que
provocaron la crisis del 2001 y, aunque los cambios económicos posteriores introdujeron
modificaciones regulatorias que morigeraron sus consecuencias, los rasgos estructurales del
sistema permanecen incólumes, especialmente la estructura crediticia. Sólo la acción de la
banca pública es la que ha permitido suplir en parte estos problemas, pero todavía se hace
necesaria una nueva ley que suplante la anterior.
El gobierno de Menem liberalizó aún más esta norma al establecer que los inversores pueden
colocar sus capitales sin aprobación previa y repatriar sus utilidades en cualquier momento.
Una consecuencia posterior fue la aceptación de la intervención de instituciones
internacionales como el Ciadi, que obliga a resolver los conflictos derivados de ese tipo de
inversiones en juzgados del exterior, transgrediendo principios cardinales de la política exterior
argentina, como las doctrinas Calvo y Drago.
Esta ley debe igualmente modificarse. Para ello existe un proyecto de los diputados Basteiro y
Rivas en la cual se establecen nuevas normas regulatorias que restringen, por un lado, la
radicación de capital extranjero a áreas claves de la actividad productiva, de los servicios y de
la seguridad nacional y, por otro, establecen la necesidad de integrar esas inversiones a un
plan estratégico de desarrollo industrial diversificado, priorizando el empleo de personal de
nacionalidad argentina y determinando condiciones más estrictas para la repatriación de
capitales.
8) las políticas neoliberales llevaron a la venta de empresas del estado a empresas privadas,
dejo una gran cantidad de personas sin empleo. Con la venta de los ferrocarriles a empresas
privadas, las empresas cierran los ramales de larga distancia, solamente se queda con los del
área urbana. El cierre del ferrocarril en las pequeñas ciudades significó la “muerte” de muchos
pueblos, debido a que el tren era la fuente de vida de esos lugares, lo cual provocó que los
pobladores migren a las grandes ciudades por falta de fuentes de ingreso monetario. Y en las
grandes ciudes significó un colapso poblacional, y un cambio en las estructuras y construcción
de las ciudades.
comienzo de otro.
(CC) y “nuevas ciudades” (NC) albergan cada vez más familias que usan
Pueblo” y se diferencian con los otros dos tipos fundamentalmente por las
Años a los barrios de la ciudad de Buenos Aires con las nuevas “torres
Impuesto en muchas ciudades del mundo desde hace décadas, en la ciudad de Buenos Aires
reviste un cambio cualitativo en cuanto al uso del espacio ya
10) El gobierno de Carlos Menen que asume a partir de octubre de 1989, al adquirir un
Crisis de socialización.
Y exclusión social.
Corrupción.
Menem (1989 – 1999), sobre todo desde los trabajadores del Estado, afectados
Entre los diferentes grupos. Pasados los primeros cuatro años del gobierno
Según opina Héctor Palomino, podría afirmarse que el origen de estos nuevos
Este novedoso estilo organizativo tuvo un primer inicio hacia 1995, buscando
– Resistir- producir.