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Sustancia: el amor
La sustancia de la opción virginal, o su corazón, es el amor. La elección virginal
consiste esencialmente en el amor. Inicia y se cumple en el amar. Nace del
descubrimiento contemplativo-esencial del amor. Y mira al aumento, a la
capacidad de querer bien.
No consiste primariamente en la renuncia a instintos y tentaciones. Mucho menos
en la renuncia, conciente o inconciente, a la experiencia de amar y ser amado. Pero
yo creo que muchas veces en la mente y en el corazón de nuestros jóvenes, y de
muchos presbíteros, hay una duda inconsciente sobre esto. Inconsciente no
significa inactivo sino algo no clarificado. Y exactamente porque no es clarificado,
influye negativamente en el corazón y en la mente del joven.
Tampoco hay en el origen del celibato una pretensión subjetiva de perfección, o
una exigencia cultural o cultual; tanto menos una imposición externa, como puede
ser una ley o interna, como puede ser un condicionamiento psíquico.
El celibato no puede ser elegido como una ley. En este sentido, no sería elegido,
sino soportado. Un joven que acepta el celibato sólo porque es una ley que
instituye la Iglesia, no puede ser ordenado. Falta una condición psicológica
fundamental, porque el celibato no es una ley; y porque el celibato no es una
condición para ser ordenado presbítero. El sínodo sobre la formación presbiteral
dice claramente: "La Iglesia, después de un largo discernimiento, ha decidido
llamar al sacerdocio a aquellos que han ya recibido el carisma del celibato".
El celibato tampoco puede implicar un condicionamiento psicológico interno, como
por ejemplo, el miedo al otro sexo. La virginidad está "hecha" de amor, y es posible
solo como elección dictada del amor.
Objeto: Dios y el pobre de amor
El objeto es Dios con todo lo que esto significa en el plano de la centralidad de la
experiencia espiritual; y después cada criatura.
La sexualidad tiene como característica la centralidad. Los psicólogos afirman que la
sexualidad está destinada a permanecer en esta posición central, hasta el punto
que cualquier problema de otra área se refleja en el área afectiva. Lo mismo
podemos decir de la espiritualidad. La espiritualidad tiene el carisma de la síntesis.
La espiritualidad tiene el carisma de la síntesis, porque espiritualidad tiene su
significado del "Espíritu Santo de Dios". El Espíritu es el que mantiene la relación,
porque "Espíritu de Dios" significa "Espíritu de la relación".
De tal modo, el objeto del amor virginal es Dios con todo lo que esto significa en el
plano de la centralidad de la experiencia espiritual: el amor de Dios, como centro
de mi vida. Lo que significa que cuando Dios es amado en Cristo, tengo la
posibilidad de amar a todos. Y por eso, es que no solamente Dios es el objeto del
amor virgen, sino también cada criatura. El virgen es la persona que puede amar a
todos.
El célibe hace este tipo de opción para hacer visible el amor de Dios. El objetivo
final del celibato no es el sacerdocio o una cierta manera de vivir el sacerdocio. El
objetivo final del celibato es la expresión del amor de Dios.
No hay rivalidad entre amor divino y humano. Más bien hay progresión a partir del
amor de Dios como un movimiento concéntrico que se expande y alcanza a cada
ser humano. Un movimiento concéntrico hasta alcanzar a aquellos que podrían ser
los más alejados de Dios y de la esperanza de ser por él amados.
Un celibato bien vivido, donde toda la energía afectiva-sexual está concentrada en
Dios sin rupturas, sin dispersión de energía afectiva-sexual. Se deberían usar
siempre juntos estos dos adjetivos porque la sexualidad está hecha de afectividad.
Sexualidad no significa algo menos digno y puro, sino energía afectiva. Significa
energía, potencia de amor, algo que no puede ser delimitado y mantenido al
interior de los confines de la persona.
Cuando toda esta energía está concentrada en Dios la misma potencia de amor se
abre a los demás. Los ángulos opuestos al vértice son iguales, entonces toda esta
energía que se concentra -con la condición de que se concentre- se vierte como
flujo de amor a los otros. Si esta energía no está concentrada en Dios no hay
posibilidad de amar a la manera de Dios a los otros.
Este principio de la concentración significa esta correlación entre los dos amores. Y
también significa que hay una jerarquía de amores. Solamente la persona que
concentra su amor en Dios, que aprende lentamente a concentrar su energía en
Dios, puede lentamente y después amar a todos, y a todas, con el mismo corazón
de Dios. Esta es la particular escuela formativa del célibe, que implica entonces un
cierto primado de la vida espiritual.
¿Por qué? Porque antes viene esta escuela de aprender a amar a Dios, aprender a
ser amados por Dios, experimentar en mi piel, en mi carne, la modalidad del amor
de Dios. Fundamentalmente, el célibe expresa su particular experiencia del amor de
Dios, con la condición de que no haya dispersión en esta concentración.
Y ¿qué significa concentración de amor? Significa soledad; significa experiencia de
intimidad; significa aprender a vivir el silencio de Dios; significa vida espiritual
vivida muy intensamente. Valores como el silencio, la intimidad con Dios, la
meditación diaria del amor de Dios, el hábito de quedarse constantemente frente al
misterio. la capacidad de permanecer frente a Dios aún cuando Dios parezca no
responder inmediatamente....