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a) Con lo que sea que tengas, puedes ayudar a otros que carecen de ello, que
actualmente estén necesitados. Esta ayuda debería ser hecha de tal forma que las
personas a quienes has ayudado no sepan quién las ayudó. Muchos ejemplos de esto
deberían encontrarse a menudo.
Esas personas en cuyos corazones hay devoción son las más afortunadas. Todas las
virtudes de la vida humana y pensamientos sagrados vienen a sus corazones sin
ningún esfuerzo como un impacto de la devoción.
Siguiendo la senda de la devoción, el discernimiento y la renuncia también se
logran estas virtudes.
Se dice que la mejor religión es aquella en la cual hay devoción a Dios, en la que
no hay ningún deseo y cuya continuidad permanece intacta.
La devoción es la base eterna de la vida humana. Es la fortuna imperecedera del
amor divino. Es la nutrición de todas las cualidades divinas y la perfección de la
alegría y la paz. El nombre de Dios es en realidad la medicina de la enfermedad
mundial. Algunas personas ven a Dios como Brahman, algunas como Parmatma y otras
como Bhagaván. Estas diversas ubicaciones son de acuerdo a los distintos modos de
devoción.
La Devoción beneficia con dos efectos: uno es la devoción misma y el otro es la
liberación. Aquellos que se entregan a un Dios impersonal quieren la liberación,
pero aquellos partidarios de un Dios personal no quieren la liberación. Si Dios
aparece delante de ellos y les hace pedir una bendición, ellos dirán que quieren
devoción a Él y nada más.
Ante la devoción, la liberación se mantiene de pie y lista para convertirse en una
doncella. Pero un devoto nunca busca eso; alguien que está lleno de amor por Dios,
no siente ninguna necesidad de placeres mundanos y materiales, alguien que esté
disfrutando del placer del inmenso océano del néctar divino, ¿qué otro propósito
puede buscar?
La devoción construye el carácter. No hay nada más importante que el carácter en la
vida humana. Gran parte de la educación es orientada a la formación del carácter.
Pero generalmente no es tan efectivo como el ejemplo de los santos, los penitentes
y las personas espirituales. En India, Dios ha aparecido en diferentes
encarnaciones. Veinticuatro encarnaciones son famosas.
Estas encarnaciones son marcas del carácter. Tales rasgos del carácter pueden ser
imitados y absorbidos. Pero la devoción construye el carácter ideal.
La devoción crea una firme relación entre Dios y el devoto. Dicho amor es creado
cuando los dos se vuelven uno. Cuando es difícil diferenciar entre los dos.
Los dos se convierten en amante y amado uno del otro: el devoto ama a Dios y Dios
ama al devoto. Dios no quiere nada más que amor. El devoto tampoco quiere otra cosa
que el amor de Dios. Ambos quedan sedientos de amor. El aumento de amor trae mayor
deseo de amor. El amor hace divino al devoto.
Esta es la naturaleza de Dios: lo que sea que el devoto desee, diga y haga, Dios lo
apoya.
Algunos devotos establecen relación con Dios. Algunos eligen a Dios como su hijo,
algunos lo aceptan como su esposo, otros como su amigo, otros como su padre, hay
quienes lo toman como su amo y otros como su maestro espiritual, algunos como
liberador, otros como mediador, algunos como un hermano, otros como la madre,
algunos como todo en todo. Dios recibe y acepta estas relaciones. Estas relaciones
otorgan una gran felicidad a los devotos.
¿Cómo es Dios? ¿Es personal o impersonal? ¿Cómo es Su forma? ¿Cuál es Su
naturaleza? ¿Cómo actúa? ¿Cómo crea? ¿Cómo conduce la creación? ¿Cómo determina la
relación de causa y efecto? ¿Cómo queda satisfecho? ¿Cómo concede Su visión? Son
algunas de las preguntas.
Vedas, Puranas, Gita, Ramayana y otros libros sagrados presentan respuestas a estas
preguntas. Pero no incluyen detalles. Los sabios, quienes pudieron saber sobre Dios
dicen que no pueden describir a Dios completamente. Los predicadores pueden ser
encontrados dando detalles de Dios. Pero ¿son éstas afirmaciones correctas? No.
¿Qué hacer?
Nosotros queremos saber sobre Dios. Dios no puede ser descripto con palabras.
Entonces dependemos de las escrituras, de la literatura espiritual y de los
predicadores. El auténtico principio es sólo el que Dios quiere hacer conocer. Por
eso se dice que en lugar de tratar de conocerlo, es sabio creer en Él. Cuando Él
decida, Él mismo Se hará conocer.
La devoción es el amor por Dios. Pero ¿cómo puede este amor ser inculcado?
Hay algunos caminos prescritos para esto:
1. Debe haber un intenso anhelo de amor. Uno debe estar ocupado con el
pensamiento: “¿Cómo puede producirse el amor?”, “¿Cómo puede germinar el amor?”,
“¿Cómo puede el amor de Dios ser descubierto?”, “¿Cuál es el camino para tener amor
por Dios?”. Estas preguntas pueden rondar continuamente en la mente. Cuando este
deseo alcanza su punto culminante, Dios ayudará a crear el amor.
2. Otro camino es invitar a Dios con el corazón. Hablar con Él. Tocarlo
imaginariamente. Escucharlo. Pensar en Él. Creer que Él es esencia, que está lleno
de amor y de gloria. Experimentarlo con todos los órganos sensoriales. Esto creará
amor.
3. Meditación con pertinencia, devoción y veneración crea amor por Dios. La
meditación es un recurso poderoso para revelar amor. Esta es la naturaleza de Dios,
Él realiza los deseos cuando encuentra que han alcanzado su punto máximo.
4. Si es difícil o imposible hacer meditación, entonces, haciendo repetición
del nombre de Dios se puede desarrollar amor por Dios.
5. Cantar canciones devocionales es muy efectivo para descubrir el amor por
Dios. Chaitanya Mahaprabhu y MeeraBai fueron muy dotados en esta práctica. Como
resultado, cuando ellos estaban por ser completamente absorbidos en ella, Dios
acostumbraba a aparecer delante de ellos.
6. Estudiar las conductas de los devotos, estudiar libros religiosos y
literatura espiritual con devoción puede producir el amor por Dios.
7. Satsanga, la compañía de santos, devotos y personas espirituales inducen al
amor por Dios. En esta compañía, los discursos sobre Dios son la actividad
principal que induce al amor por Dios. Trae un placer tan intenso que no puede ser
comparado con ningún otro placer mundano. Semejante compañía es capaz de cambiar
la vida, la actitud, la tendencia, las preocupaciones, la naturaleza, la conducta,
el objetivo de vida, la fe, la creencia, el humor, el ánimo del hombre. En otras
palabras, puede decirse que Satsanga puede hacer todo. ¿Qué es lo que no puede ser
cumplido por Satsanga? Se dice que sólo alguien muy afortunado obtiene Satsanga. La
posibilidad depende de los actos sagrados realizados en esta y en muchas vidas
pasadas y de sus buenos resultados.
8. No importa si una persona es mala, si comienza a tomar el nombre de Dios, a
repetirlo continuamente, se convertirá en una persona santa porque ha entendido
firmemente que tomando el nombre de Dios es lo mejor en lo que se puede
comprometer. La semilla de un árbol muy grande es muy pequeña, pero las
posibilidades de transformarse en un gran árbol son inherentes a ella: un ancho
tronco, grandes ramas, hojas, flores, frutos y luego producir innumerables semillas
nuevamente. Todo esto está presente en esa pequeña semilla. De manera similar, todo
es inherente al nombre de Dios.
9. Otro ejemplo es el del poder de la electricidad. El poder es invisible.
Pero su uso múltiple se realiza en todos lados. Funcionalmente esto es evidente.
Así también es con el nombre de Dios. El nombre es muy pequeño pero su poder es
inconmensurable. Entonces, cantando el nombre de Dios, se genera naturalmente amor
por Él.
10. Mucho depende de nuestro entendimiento, actitud y fe. Si pensamos que algo es
muy significativo, muy importante, grandioso, majestuoso, indudablemente lo
amaremos. En el mismo sentido, cuando comenzamos a saber de la gracia, virtudes,
cualidad, grandeza de Dios, con seguridad Lo amamos. Siempre amamos nuestras cosas
preciadas. Dios está más allá y por sobre todas las cosas preciadas. Si aceptamos,
creemos y entendemos esto, el amor se producirá automáticamente.
11. Las personas quedan envueltas por los objetos materiales, las personas
atractivas, la sociedad seductora, los artículos de publicidad, las escenas
excitantes, las sustancias embriagantes. Entonces se hace natural que se olviden de
Dios y se dejen dominar por el caos. Así se produce un gran distanciamiento entre
ellas y Dios. Por eso se hace necesario abstenerse de los objetos materiales y de
estas situaciones. Se requiere de un esfuerzo mental para orientarse hacia Dios.
Esta práctica inducirá al amor.
12. El amor por Dios se puede obtener tomando las sugerencias de Dios y siguiendo
Sus indicaciones. La voz de la conciencia interior es la voz de Dios. Uno puede
tratar de escuchar esta voz y actuar de consecuentemente. Nuestra voz interior de
la conciencia siempre nos indica tareas correctas, apropiadas y buenas y al mismo
tiempo nos impide hacer actos indeseables e impuros. Siguiendo esto, se producirá
el amor por Dios.
13. Transmitiendo las enseñanzas de Dios presentes en las Escrituras, en los libros
y la literatura espiritual se cultivará el amor a Dios. Dios, a través de uno de
esos libros sagrados llamado Bhagavad Gita, dice: “quien propague esto entre Mis
devotos, es Mi preferido”. Podemos encontrar muchas de estas personas que
dedicaron sus vidas a transmitir las enseñanzas de Dios. Ellas son amadas por Dios
y Él hace que Lo amen.
14. Si alguien desea infundir el amor por Dios en él, deberá reverenciarlo. Hay
diferentes maneras de honrarlo y cada uno puede adherir a cualquiera de estas
formas. Recordar a Dios con devoción y ofrendarle flores, agua, alimento, frutas,
ropa, pasta de sándalo, esencias, dulces, etc. fortalece el amor y lo profundiza.
Esto es llevado a la práctica por quienes veneran ídolos.
15. Quienes adoran ídolos pueden generar amor por Dios bebiendo el agua en la que
son lavados los pies de un ídolo: una mezcla de leche, cuajada, ghee (aceite de
manteca clarificada) y azúcar ofrecida a la deidad los salva de una muerte
prematura y mitiga todas las dolencias.
16. Procurar y albergarse en el amparo de Dios cultiva el amor por Él. Buscar Su
amparo implica entregarse enteramente a Dios, confiar de todo corazón en Él, pensar
siempre en Él y seguir sus órdenes. Si se adoptan estas medidas, seguramente
surgirá el amor.
17. Como ya se ha dicho, se puede tomar a Dios como un amigo, como un maestro o
como cualquier cosa que cada uno desee. Esto trae un acercamiento a Dios. Este
acercamiento induce al amor por Él.
En la devoción, el sentimiento es lo más importante. Se dice que Dios es sensible a
los sentimientos.
¿Qué es un ídolo? Una piedra, madera, mármol, plata, oro o simplemente una imagen,
a los que se les asigna una idea o un sentimiento. El sentimiento es un símbolo que
nos acerca a Dios. Sirviéndole, el servicio es aceptado por Dios.
Sabemos, en el caso de Swami Ramakrishna Paramhansa que el ídolo solía hablar con
él y hacía otras actividades semejantes que son posibles de seres vivos solamente.
Cuando Tulsidas, el escritor de Ram Charit Manas, fue a Vrindaran en el templo
había una imagen de Krishna. Tulsidasa era un devoto de Rama y le dijo: “me
arrodillaré ente ti sólo cuando sostengas un arco y una flecha”. Se dice que la
imagen de Krishna se transformó por aquella de Rama. Aquí vemos que el sentimiento
de un devoto jugó un rol fundamental. Entonces, para crear amor, el sentimiento de
amor hacia Dios debe ser alimentado.
Dios está presente en todo. Él está presente en nuestro corazón. Él sabe qué está
pasando en nuestro mundo interno. Si advierte que en nuestro interior tenemos un
intenso anhelo por su amor, Él inmediatamente cumple ese deseo. Entonces, es
necesario que haya un deseo, un auténtico anhelo de amor.
En el campo de la devoción, se pueden encontrar dos tipos de devotos. Uno, similar
a un joven mono; el otro parecido a un gatito pequeño. El mono joven se toma y se
abraza del estómago de su madre pero se cuida a sí mismo, el gatito depende
totalmente de su madre. La madre cuida de él. Lo toma del pescuezo con su boca
llevándolo de un lugar a otro en busca de un sitio seguro.
El mono joven es independiente mientras que el gatito depende de su madre. De la
misma manera, quien sigue la senda de la sabiduría es independiente pero quien
sigue el camino de la devoción depende de Dios.
Dios dice que a quien depende totalmente de Él, lo cuida, satisface sus
necesidades, lo abastece de las cosas básicas y lo mantiene seguro y resguardado.
¿Quién más puede dar la garantía de este efecto?
¿Por qué Él hace esto? Lo podemos entender con nuestras experiencias de la vida
cotidiana. Si trabajamos seis horas por día en una oficina durante un mes,
recibimos un salario por nuestro trabajo y nuestro tiempo. Pero si dedicamos
nuestra vida y todo nuestro tiempo a la devoción por Dios, ¿Él no tomará la
responsabilidad de abastecer nuestras necesidades y nuestra seguridad? ¡Sí!
Lógicamente está bien fundamentado. La devoción es la garantía de nuestro
bienestar, prosperidad y confort y de la experiencia de gloria eterna.
La devoción subraya que en el corazón de un hombre que tuvo devoción sin ningún
deseo de obtener nada, habitan todos: Dios, la religión, la sabiduría y las
virtudes. Pero quien es ajeno a la devoción, ¿cómo puede obtener estos atributos?
Sigue corriendo detrás de asuntos insignificantes, estimulado por distintas
decisiones. Esto no es nada más que el desgaste y la destrucción de la vida.
Entonces es mejor seguir la senda de la devoción.
El devoto mantiene firme fe en el fruto que Dios le otorga y queda convencido de
que es simplemente un instrumento de Dios. Cualquiera sea el éxito logrado, es
obtenido por el efecto que el Señor considera que merece.
El devoto dedica todas sus conductas a Dios. Queda sin ningún deseo propio, no
tiene ningún anhelo separado. Su deseo es aquél deseo de su Maestro, Dios. La
devoción hace al devoto alcanzar a Dios.
El devoto llega a entender completamente bien el efecto, la gracia y la grandeza de
Dios y Lo incorpora. En sus ojos no queda nada excepto Dios. Se vuelve servicial a
Dios.
En la devoción no son requeridas ni una familia renombrada ni estudios, ni ser rico
ni tener altos puestos. Sólo se necesita reverencia y creencia. Un devoto no
depende de ningún hombre, depende sólo de Dios. Presta sus servicios a Dios pero no
quiere ninguna recompensa.
Luego de pasar por miles de vidas, a veces, el amor en la devoción se concreta. En
Kaliyuga la devoción es el único camino para la salvación. Como resultado de la
devoción, Dios aparece directamente delante del devoto. Alguien que siente
animosidad por la devoción, sufre desdicha en las tres lokas (mundos).
La senda de la devoción y la del conocimiento o la sabiduría, ambas llevan a la
salvación. Pero el camino de la sabiduría es más difícil, mientras que el de la
devoción resulta más fácil. Éste último, hace que la obtención de Dios sea más
fácilmente posible. Entonces, la devoción es apreciable para la humanidad. La
devoción exime al hombre de nacer y morir repetidamente y de los correspondientes
sufrimientos. Ella crea y nutre el amor de Dios que trae inmenso placer a la
humanidad.
En la devoción, uno debe tratar de quedar a salvo de algunas perturbaciones. En el
campo de la devoción hay algunas actividades adecuadas para ser realizadas y al
mismo tiempo hay algunas actividades o cosas que son inadecuadas para llevar a
cabo.
¿Cuáles son estos elementos?
La ansiedad por pérdidas mundanas, falsa renuncia a lo mundano y comportamiento
védico, mujeres, riqueza, oír sobre el carácter de ateos y enemigos, vanidad e
hipocresía, etc. son los elementos que estorban el ingreso a la devoción. El
orgullo y la deshonestidad son grandes obstrucciones.
El devoto nunca debe jactarse de haber renunciado a las mujeres, al oro, de ser
creyente leal y de no tener enemigos. Nunca debe sentir orgullo de su bienestar, de
su salud, de sus estudios, de su inteligencia, casta, secta, conducta, apariencia,
designación, ser hombre o mujer, capacidad, etc. Una gran vanidad es decir que uno
no tiene vanidad. Esto también debe ser evitado.
Algunos hipócritas engañan a otras personas declarándose devotos leales, cuando en
realidad no lo son. Visten un disfraz de santo, pero no lo son. Hacen esto para
cobrar grandes sumas de dinero o para realizar un deseo deshonesto.
De acuerdo a las escrituras, el deseo (la lujuria), la cólera, la vanidad, la gula,
la ignorancia y los celos son seis enemigos que están siempre presentes en todos, y
pueden hacer más daño al devoto. El devoto debe mantenerse atento a ellos y no debe
estar dominado por ellos.
¿Cómo puede alguien protegerse de esto?
Mediante la devoción, tomando el amparo de Dios, rezando a Dios, repitiendo el
nombre de Dios, estando en compañía de personas espirituales, sirviendo a Dios,
leyendo literatura bendita y controlando la mente y los sentidos los devotos se
pueden salvar de esta caída.
Se dice que de los seis enemigos, tres: el deseo, la ira y la gula, son el camino
directo hacia el infierno. Particularmente, los deseos en sí mismos, si no son
refrenados, llevan a la destrucción. Por eso es necesario mantenerse atentos a
ellos.
La discusión también es un obstáculo. Si bien en el debate se puede aprender,
también se somete a los demás para imponer la supremacía propia. Esto nutre la
vanidad. Además la discusión no tiene fin, puede ser ilimitada y hasta puede
terminar en una pelea virtual, una lucha física y a veces en asesinato. Por eso se
recomienda a los devotos no mantener discusiones inútiles e innecesarias. Se dice
que el éxito en la devoción depende de la misericordia de Dios. Si alguien está
unido a Dios a través del amor, no necesita molestarse por nada. Dios omnipresente
está siempre detrás de él para ayudarlo, para resolver sus problemas, para
protegerlo de elementos que distraen y para serle útil.
El sentimiento o la esencia básica de la devoción es que todo lo que veamos en este
mundo es la creación total de Dios. Luego de crear todo, Él fue entrando en cada
una de esas cosas. El Upanishad dice que todas las cosas que vemos están penetradas
por Dios. Todos los seres vivos están presentes en Dios. La relación entre el
Universo y Dios es la misma que entre nuestra alma y nuestro cuerpo. Dios se ocupó
del desarrollo de todos los seres. Todas las cosas visibles y experimentales son
habitadas por Dios. De forma no aparente o invisible Dios existe en el agua como
jugo, en el cielo como sonido, en los Vedas como el Om, en el hombre como vigor, en
el sol y la luna como sus efectos. Él está penetrando todo, está en todas las
partículas de este universo y en el de más allá.
¿No es extraño que todo habite en Dios? La cuestión es que Dios penetra todo como
un sutil espacio diminuto y quien Lo busque, donde sea, allí Lo encontrará.
El elemento básico en la devoción es que Dios está más allá de nuestro
entendimiento, pero Él es amable y cuida por el bienestar de todos. Somos devotos
de Él. Él es la verdad, lo bueno y lo bello. Él es completamente pacífico. Él ha
estado mostrando su bondad a todos. Él ha estado otorgando Sus bendiciones a todos.
Hemos tomado su protección. Nos hemos entregado a Él.
Con esta mentalidad los devotos avanzan en la devoción. Aquí, el carácter mental de
los devotos juega un rol vital. Las escrituras dicen que las consecuencias siguen a
los sentimientos, no a los actos. Entonces, se obtienen resultados de acuerdo a los
sentimientos de cada uno. Para Dios, los sentimientos de los devotos son más
importantes que los hechos. En los libros religiosos abundan estos ejemplos.
Si bien en la devoción verdadera y pura el devoto nunca aspira a nada, podemos
encontrar quienes hayan estado sirviendo a Devas para obtener cosas materiales,
nombre, fama, victoria, destrucción del enemigo, para obtener propiedades, para
casarse, para ser exitosos en cuestiones legales, etc. Puede haber una extensa
lista de tales necesidades.
Entonces, ¿qué es esto? ¿Esto no es devoción?
El Señor Krishna dice en el Bhagawad Gita que sí, por supuesto, que también es
devoción.
“Esa devoción también es hacia Mí, pero es un rodeo. Yo hago su fe firme en esos
Devas (semidioses que representan a los elementos de la naturaleza y hago que esos
Devas satisfagan los deseos de esos devotos”. Pero tal adoración está en contra de
las reglas establecidas. ¿Por qué? Ante todo, está cargada de deseos, en segundo
lugar, lo que sea que obtengan es perecedero, y en tercer lugar, en vez de realizar
una aproximación directa a Dios, se acercan a los Devas. Es indirecta. Siendo que
Dios está disponible para todos, se disfruta menos con intermediarios, aunque sea
también efectivo.
Dios nunca nos abandona, somos nosotros quienes Lo hemos abandonado. La devoción es
un proceso por el cual nos vinculamos con Dios, nos unimos a Él, y a veces sentimos
que nos hacemos uno con Dios.
Es una experiencia común y natural para nosotros el estar bien posicionados,
confortables o disfrutando de los lujos; pero cuando las miserias caen sobre
nosotros y nos volvemos totalmente infelices y frustrados, nos sentimos perdidos,
entonces como último recurso nos acordamos de Dios y rogamos por Su ayuda.
Si la oración está hecha desde lo profundo del corazón, con lágrimas en los ojos,
con voz fuerte, con el corazón latiendo aceleradamente, es escuchada por Dios y es
otorgada la ayuda. Pero, ¿qué pasa luego de esto?
La persona, después de un tiempo se olvida, comienza a jactarse y a correr para
realizar sus deseos. No obstante, Dios continúa cerca de ella y la ayuda cuando es
necesario.
La devoción es un sendero. Quienes lo siguen son devotos y el recuerdo de Dios es
permanente en ellos. Este recuerdo trae la complacencia divina. Trae paz. El devoto
nunca desea olvidar a Dios ni salir de ese estado de conciencia.
Reverencia y confianza son las características esenciales de la devoción. No hay
lugar para los deseos en la devoción pura. La devoción no requiere la carga de
sabiduría ni deberes. Narada dice: “devoción implica dedicación de todos nuestros
actos a Dios y que nos sintamos dolorosamente perturbados si nos olvidamos de Él”.
Puede haber dos tipos de devoción: uno es gauní y el otro, pará devoción.
El primer grado, el de la devoción gauní, es aquél en el que la devoción emerge
del corazón de los devotos recordando la misericordia, la bondad, el amor de Dios.
Esto es revelado mediante el servicio, la práctica de yoga y cantando cantos de
alabanza a Dios en grupos. Esto ayuda el desarrollo de satva, disminuyendo rayas y
tamas. Esto trae el crecimiento de severidad en el silencio, moderación en la
palabra e introspección. En lugares solitarios uno se siente más propenso para la
meditación. La mente se vuelve pura por la alabanza a Dios y la repetición de Su
nombre y la veleidad se va.
La devoción establece una especie de conexión entre el devoto y Dios. Como la
confluencia entre los ríos Ganges y Yamuna. Gradualmente la renuncia y el desapego
de objetos mundanos comienzan a tener lugar. En la medida en que aumentan, el amor
por los pies de loto de Dios se va volviendo más y más firme.
En este momento comienza Para-devoción. Nuevamente, hay dos tipos de Gauni
devoción. Uno es Vaidhi y el otro es Raganuga. El dominio de las Escrituras, la
disciplina, los modos establecidos, etc. Son las características principales de
Vaidhi devoción. En esta senda las reglas correctamente establecidas deben ser
aplicadas.
Pero, donde sólo hay deseo de amor a Dios, es Raganuga devoción. Ésta también
consta de dos tipos: Kamrupa y Sambandharupa. Las características de Sambandharupa
devoción consisten en que uno puede ser padre, madre, hermano, amigo, sirviente,
etc., de Dios. Pero donde no hay tales elementos y el devoto tiene sólo un deseo:
el de agradar a Dios por sus servicios, es conocido como Kamrupa devoción. Esta
última tiene dos clases: una es la devoción con el deseo de jugar un papel con
Dios, la otra es el sentimiento de plenitud, que uno puede desear, dulces
sentimientos hacia Dios.
¿Cuál es el camino hacia la devoción? ¿Cómo puede ser alcanzado? ¿Cuáles son los
recorridos prescriptos? Diferentes autoridades han descrito varios caminos.
El Adhyatma Ramayana habla acerca de 9 formas. Ellas son:
1. asociación con Mahatmas (grandes Almas, santos, sabios)
2. contar Sus historias
3. cantar cánticos en devoción a Dios
4. oír la exposición de Sus enseñanzas
5. sincero servicio al Guru viendo a Dios en él
6. práctica de actos meritorios, control de los sentidos internos, pureza externa,
adoración al Señor
7. devota repetición del Mantra o Nombre de Dios
8. venerable servicio a Sus devotos, ver Su presencia en todos los seres, cultivar
el desapego por los objetos externos combinado con la práctica del autocontrol y
otras virtudes
9. investigación de Su naturaleza