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“Año del Fortalecimiento de la soberanía nacional”

FACULTAD DE DERECHO Y CIENCIA POLITICA

TEMA: " Análisis Caso Terrones Silva y otros VS. Perú y Caso Lagos del
Campo VS. Perú”

ALUMNOS:.

Balladares Rodríguez, Jefferson.

Aguilar Benites, Keyla.

Clavijo Romero, Astrid.

Laqui Farfán, Flor.

Mamani Camacho, Issis.

DOCENTE:

Dr. Ayala Ruiz Julio Cesar

ASIGNATURA:

Derechos Humanos

CICLO:

VIII

TUMBES – PERÚ 2022


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DEDICATORIA
Dedicado a Dios, que nos llena de sabiduría y
paciencia para lograr las metas sugeridas y así lograr
el clímax de nuestro proyecto, a nuestras familias
que apoyan cada paso que damos, a nuestra
Docente, gran mentor que hizo realidad nuestro
proyecto, gracias Docente Ayala Ruiz Julio Cesar,
por su paciencia y labor de enseñanza.
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INDICE

INTRODUCCIÓN ............................................................................................................ 4
Cap. I - CASO TERRONES SILVA Y OTROS VS. PERÚ
HECHOS .......................................................................................................................... 5
Hechos relativos a Wilfredo Terrones Silva: ................................................................ 5
Hechos a Teresa Díaz Aparicio: ................................................................................... 6
Hechos relativos a Cory Clodolia Tenicela Tello ......................................................... 6
Hechos relativos a Néstor Rojas Medina: ..................................................................... 6
Hechos relativos a Santiago Antezana Cueto: .............................................................. 6
DERECHOS VULNERADOS ANALISIS ...................................................................... 7
DECISIÓN ANÁLISIS .................................................................................................. 10
RESUMEN Y SOLUCIÓN DEL CASO........................................................................ 12
Cap. II CASO LAGOS DEL CAMPO VS. PERÚ

HECHOS ........................................................................................................................ 12
DERECHOS VULNERADOS ANALISIS .................................................................... 14
CONSIDERACIONES DE LA CORTE ........................................................................ 16
DECISION DE LA CIDH ANALISIS ........................................................................... 17
CONCLUSIONES .......................................................................................................... 20
REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS ........................................................................... 21
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INTRODUCCIÓN

En el derecho tenemos una fuente llamada "jurisprudencia"; como sabemos una fuente

del derecho, sirve como apoyo para entender la norma, así como para la resolución de

casos.

La Jurisprudencia, como fuente del derecho se puede decir que es un tipo de norma

jurídica especial que proviene de las sentencias anteriormente emitidas por la

interpretación de la ley que realizan los jueces.

En nuestro trabajo presentaremos dos casos muy conocidos e importantes en la historia

de los derechos humanos, que, aunque no se denominan, específicamente como

jurisprudencia, consideramos que es un punto relevante, que debemos mencionar. Ya que

estos dos casos podrían servir como apoyo en la solución de otros similares.

En el presente trabajo, presentaremos un análisis de estos dos casos "El caso lagos del

campo vs Perú y el caso Terrones Silva vs Perú" analizaremos, los hechos, derechos

vulnerados, fundamentos y la decisión, de ambos casos, también como estos casos poseen

gran trascendencia, y finalmente expondremos nuestras conclusiones, todo respaldado en

las respectivas referencias.


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Cap. I - CASO TERRONES SILVA Y OTROS VS. PERÚ

HECHOS

El contexto de este caso es relativo al conflicto armado en el Perú donde los agentes del

Estado ejercieron la desaparición forzada de grupos de personas entre ellos militares,

colaboradores, simpatizantes o personas sospechosas de ser parte de grupos armados al

margen de la ley, como uno de los principales mecanismos de lucha contrasubversiva, lo

cual significo una práctica sistemática o generalizada. La Corte precisó que las

universidades fueron instituciones referenciales en el surgimiento del partido comunista

del Perú, Sendero Luminoso, ya que constituye un espacio estratégico tanto para la

expansión de su ideología como para la captación y reclutamiento de militares entre sus

dicentes y docentes. Esto generó que las universidades fueran estigmatizadas y

violentadas por grupos subversivos como por el Estado y una singular persecución a

universitarios agentes del Estado en especial en los años 1980 y 1995. Cabe resaltar que

el año 1992 fue el año con más desapariciones forzadas selectivas de estudiantes.

Hechos relativos a Wilfredo Terrones Silva: Tenía la profesión de abogado ejercía su

labor en la Asociación de Abogados Democráticos y abogaba por personas acusadas por

el delito de terrorismo. Antes de su desaparición fue elegido como Sub-Director de Base

y dirigente de Sendero Luminoso en la Provincia de Jaén. Era una persona identificada

por el Estado Peruano como vinculada con el grupo Sendero Luminoso inclusive se le

privó de su libertad por el delito de terrorismo. Su última aparición fue el 26 de agosto de

1992 y dos días después se denunció su desaparición ante la Quinta fiscalía provincial

Penal de la Policía Nacional.


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Hechos a Teresa Díaz Aparicio: Ejercía como docente en la facultad de Ciencias

Sociales de la Universidad Mayor de San Marcos y como miembro de su Asociación de

Docentes. Así mismo, también era miembro de la Comisión de Atención Social y Legal

de su universidad. Antes de desaparecer, en 1989, se realizó un registro en su domicilio

y fue detenida e indagada respecto a documentos incautados en su domicilio y sobre su

afiliación con el grupo Sendero Luminoso. La última vez que la vieron fue el 19 de agosto

de 1992.

Hechos relativos a Cory Clodolia Tenicela Tello: Era estudiante de la facultad de

Ingeniería Química en la Universidad Nacional del Centro del Perú. Se encuentra

desaparecida desde el 2 de octubre de 1992, día en que salió de su domicilio sin fecha de

retorno. La investigación y subsecuente proceso penal iniciada por su desaparición se

encuentra pendiente de resolución judicial. En dicho proceso se encuentran también

acumuladas las desapariciones de otras 32 personas.

Hechos relativos a Néstor Rojas Medina: Era estudiante de locución radial que se

desempeñaba como practicante en Radiodifusión RBC en Lima. Desapareció en enero de

1991. En septiembre de 2006 la Defensoría del Pueblo emitió una constancia de ausencia

por desaparición forzada.

Hechos relativos a Santiago Antezana Cueto: Laboraba como vendedor independiente

y el día 7 de mayo de 1984 fue detenido y entregado al ejército por comuneros miembros

del Comité de Autodefensa del Anexo de Manyacc, junto con su tío, Máximo Antezana.

El 15 de mayo de 1984 Máximo Antezana Espeza, su tío, luego de haber sido torturado

al igual que su sobrino, había sido liberado, dejando aún con vida en la base militar a

Santiago Antezana Cueto. Desde esa fecha se ha negado toda información sobre el señor

Antezana Cueto a sus familiares. Mediante sentencia firme de 12 de diciembre de 2013


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se determina que fue objeto de una desaparición forzada, y se condena penalmente a una

persona responsable, que a la fecha se encuentra prófuga.

DERECHOS VULNERADOS ANALISIS

La Asociación de Derechos Humanos, la Comisión de Derechos Humanos,

Norma Juana Tenicela Tello, Amadea Tello de Tenicela y Marcelina Medina Negrón

presentaron una petición ante la CIDH condenando al Estado peruano por violaciones

a los derechos humanos al reconocimiento de la personalidad jurídica, a la vida, a la

integridad personal, a la libertad personal, a las garantías judiciales y a la protección

judicial reconocidos en la Convención Americana sobre Derechos Humanos (en adelante,

CADH). Asimismo, alegaron que se violó las obligaciones establecidas en la Convención

Interamericana sobre Desaparición Forzada de Personas (en adelante, CIDFP), y en la

Convención Interamericana para Prevenir y Sancionar la Tortura (en adelante, CIPST)

1. Derechos al reconocimiento de la personalidad jurídica, a la libertad personal, a

la integridad personal y a la vida (artículos 3, 7, 5 y 4); y obligación prevista en el

artículo 1.a) de la CIDFP

La CIDH recuerda que los elementos de la desaparición forzada son

(i) la privación de libertad,

(ii) la intervención directa o aquiescencia de agentes estatales, y

(iii) la negativa a reconocer la detención y revelar la suerte o el paradero de las

personas involucradas. Agregó que dicha conducta es una

violación persistente de los derechos humanos porque continúa en el

tiempo hasta que se determina el destino o ubicación de las víctimas


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y, al igual que la CIDH y la Corte de los Estados Unidos, afecta el

derecho a la personalidad, a la vida, la integridad personal y la libertad

personal. Sin embargo, esta última característica no significa que el

comportamiento deba estudiarse de forma aislada. Por el contrario, como

ha señalado la corte americana, al analizar tales hechos se debe tener en

cuenta una perspectiva integral.

2. Derecho a las garantías judiciales y protección judicial (artículos 8, y 25 de la

CADH); y obligaciones derivadas del artículo I.b) de la CIDFP

En este caso, con respecto a la CIDH, Perú no cumplió con sus obligaciones de debida

diligencia en un plazo razonable. Hizo hincapié en que el estado no inició una

investigación de inmediato después de recibir varias denuncias e informó que tomó muy

pocas medidas para cumplir con los estándares porque no proporcionó información sobre

acciones específicas. Entre otras cosas, dijo que en varios casos, luego de que familiares

denunciaran una desaparición y se iniciara una investigación, el único intento fue enviar

oficios y comunicados a diversas autoridades preguntando por las víctimas.

3. Derecho a la integridad personal (artículo 5 de la CADH) y derecho a las garantías

judiciales y protección judicial (artículos 8 y 25 de la CADH) en relación con los

artículos 6 y 8 de la CIPST, en perjuicio de Santiago Antezana Cueto

La CIDH recordó que los malos tratos son considerados tortura si son
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i) intencionales,

ii) causan sufrimientos físicos o mentales graves y

iii) si se cometen con cualquier propósito. En tales casos, la CIPST refuerza

su deber de investigar y así tomar medidas preventivas y sancionadoras

efectivas. En este caso, aclaró que recibió información sobre

la tortura únicamente del señor Antezán. Para la CIDH, el testimonio de

su pareja y tío, quien estuvo detenido con él por algún tiempo, fue

suficiente para concluir que el señor Antezana fue víctima de

tortura. Asimismo, indicó que el Estado tuvo conocimiento de los actos de

tortura sufridos por las víctimas al recibir denuncias de sus familiares

cercanos, pero no ha actuado al respecto.

4. Obligación de adoptar disposiciones de derecho interno relacionada con la

tipificación del delito de desaparición forzada de personas (artículo 2 de la CADH

y artículo III de la CIDFP)

La CIDH recuerda que, en varios de sus fallos, la corte americana ha concluido que la

definición de desaparición forzada en el derecho penal peruano no cumple con el estándar

estadounidense porque: i) limita la autoría del delito a funcionarios o funcionarias

públicas. , ii) excluye todas las formas de desaparición forzada contempladas en el

artículo 2 de la ICPDR, iii) no tipifica como delito la negación de la detención y la

divulgación del paradero de los detenidos, iv) exige la "diligencia debida" para las

desapariciones en tales casos hay un nivel de evidencia muy alto.


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5. Derecho a la integridad de los familiares de las víctimas (artículos 5 de la CADH)

En algunos casos, los familiares de las víctimas también pueden ser considerados

víctimas. En el caso de la desaparición forzada, se entiende que una de las consecuencias

directas del propio fenómeno es la vulneración de los derechos de los familiares de

la víctima a la inviolabilidad física y psíquica. Además, a esta violación se suma la

negativa de las autoridades a brindar información sobre el paradero de las víctimas.

DECISIÓN ANÁLISIS

De acuerdo a lo establecido por la Corte IDH, el Estado Peruano es responsable de las

desapariciones de los ciudadanos Wilfredo Terrones Silva, Teresa Díaz Aparicio, Néstor

Rojas Medina y Cory Clodolia Tenicela Tello, así como por la desaparición forzada y

tortura sufrida por Santiago Antezana Cueto. (Corte Interamericana de Derechos

Humanos, 2021)

Según se verifica en la sentencia, las 5 víctimas fueron objeto de desaparición forzada en

violación de sus derechos a la independencia personal, totalidad personal, vida y

reconocimiento de la personalidad. Además, se asegura que el Estado Peruano violó las

garantías judiciales y la protección judicial, al no iniciarse las averiguaciones o diligencias

en un periodo razonable para detectar, procesar y sancionar a todos los causantes de estos

hechos.

En tal contexto, la Corte IDH además concluyó que el Estado Peruano es responsable

por la violación al derecho a conocer la realidad y al derecho a la integridad personal en


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perjuicio de los parientes, gracias a las afectaciones ocasionadas como resultado de los

hechos.

Es por esto que se le ordeno al Estado Peruano, que, en los plazos fijados en la sentencia,

se deben continuar con las investigaciones que sean necesarias para identificar, juzgar y,

en su caso, sancionar a los responsables de las desapariciones forzadas.

Además, se llegó a establecer que se deben adoptar las medidas necesarias para ofrecer

el total cumplimiento a la sentencia dictada por la Sala Penal Nacional el 12 de diciembre

de 2013 en relación a Santiago Antezana Cueto. Por otro lado, se solicita extremar los

esfuerzos de averiguación intensiva por la vía judicial y/o administrativa, para establecer

el paradero de las víctimas.

Al final, está establecido la ejecución de un acto público de reconocimiento de

responsabilidad universal con interacción a la desaparición forzada de las víctimas, así

como el poner una placa en homenaje a Teresa Díaz Aparicio, y hacer el pago de las

porciones fijadas en la Sentencia por criterio de compensación por males materiales e

inmateriales y el reintegro de costas y costos, así como el reintegro al Fondo de Ayuda

Legal de Víctimas.
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Cap. II CASO LAGOS DEL CAMPO VS. PERÚ

RESUMEN Y SOLUCIÓN DEL CASO

Un sujeto que ejercía la función de trabajador en una empresa privada, y, además, era

quien representaba a todos los trabajadores de esta compañía privada, fue despedido

debido a que manifestó en una revista sobre una presunta intromisión de los directivos de

la empresa en el proceso de votación o elección de un órgano que represente a los

trabajadores. No obstante, dicho trabajador agotó todos los mecanismos o vías judiciales

internas, en donde no logró conseguir la protección necesaria de aquellos órganos

judiciales dentro del país. Dicho asunto fue planteado ante la Corte Interamericana de

Derechos Humanos (CIDH, ahora en adelante). Además, esta última falló o decidió que

el Estado peruano era responsable por violar los derechos a la libertad de expresión, y

otros, y consecuentemente adoptó los mecanismos o medidas correspondientes para que

se ejecute la reparación integral que corresponde.

HECHOS

El 1 de julio de 1989 un trabajador, el cual representaba a los demás trabajadores, fue

despedido debido a ciertas manifestaciones que realizó en una entrevista a cierto

periodista de una revista llamada “La Razón” en contra de los directivos de la empresa en

donde él trabajaba. En dicha entrevista el perjudicado expresó que la directiva de la

compañía había recurrido a la “coerción y chantaje” para que se realicen las elecciones

de forma “fraudulenta” al margen de la Comisión o Comité Electoral, en el cual él era

presidente. El proceso terminó con el despido de dicho trabajador. (Lagos del Campo Vs

Perú, 2017)

El perjudicado recurrió a la justicia con la finalidad de hallar protección a su derecho de

libertad de expresión y derechos laborales. El juzgado de primera instancia aceptó las


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pretensiones en la sentencia dada el 5 de marzo de 1991 y decisivamente debía

reintegrarse debido a que tenía que considerarse que la empresa no había conseguido

probar cuál era la falta grave que se le acusaba al trabajador. Luego, la compañía apeló

dicha decisión tomada por la primera instancia y seguía insistiendo en que dicho

trabajador había cometido “faltamiento grave de palabra” en agravio del empleador,

conforme a aquella legislación que establecía dicho hecho punible, pues él había

imputado a sus directores de hacer uso del “chantaje y de la “coerción” para influenciar

en las elecciones y así cooptar cual será el órgano que represente a los trabajadores. El

Tribunal de Apelación, en la sentencia del 8 de agosto de 1991, decidió que dicho despido

fue realizado de forma “justificada y legal”, debido a que el trabajador había maltratado

u ofendido gravemente a la empresa. El Tribunal alegó que el derecho a la libertad de

expresión el cual la Constitución peruana reconoce, no protege la facultad de dañar la

dignidad y el honor de los directores de la empresa empleadora. Consecuentemente,

revocó la sentencia dada por la primera instancia y, de esta forma en lugar de esta última,

rechazó las pretensiones manifestadas en la demanda.

Entre los meses de agosto de 1991 y febrero de 1998, el perjudicado agotó sin tener éxito

los diferentes recursos judiciales ante la justicia de su país buscando invalidar la sentencia

del Tribunal de Apelaciones y proteger sus derechos a la libertad de expresión y al trabajo.

El 5 de agosto de 1998, el empleado presentó una petición ante la CIDH acusando la

responsabilidad de su país por la falta de protección de su derecho a manifestar opiniones

como directivo laboral en el entorno de un conflicto electoral que implicaba a los

empleados que este representaba. (Lagos del Campo Vs Perú, 2017)

Ante la ausencia de justicia en el caso, dicha cuestión fue sometida a consideración de la

CIDH el 28 de noviembre de 2015. En su documento de solicitud, la CIDH pidió declarar

responsable de forma internacional al Estado peruano por violar el artículo 13 de la


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Convención Americana sobre Derechos Humanos, entre otras infracciones. Después, de

haberse realizado el trámite correspondiente, la Corte aceptó dicha solicitud y dispuso

que el Estado transgredió los derechos a la libertad de expresión y pensamiento, a la

estabilidad laboral, a las garantías judiciales y a la libertad de asociación del perjudicado,

debido a que no se le había brindado la protección necesaria frente a la sentencia del

Tribunal de Apelación el cual rechazó la protección de sus derechos y, más bien por el

contrario, hizo válido el despido irregular del cual fue objeto el director laboral.

Consecuentemente, determinó las medidas o mecanismos de reparación integral que

estimó pertinentes.

DERECHOS VULNERADOS ANALISIS

La Corte Interamericana de Derecho Humano, se encarga de revisar violaciones de la

Convención Americana de Derechos Humanos, esta presento un fallo relacionado a la

protección de derechos laborales y derechos humanos.

1. Relativos a la libertad de expresión y a las garantías judiciales

Las protestas del señor Lagos del Campo tienen que entenderse como su trabajo de

representante de un grupo de trabajadores, el fin de las declaraciones ha sido declarar y

resaltar sobre actos de impertinencia ilegal de los empleadores.

La Comisión citó que los tribunales de Perú transgredieron el artículo 8.1 de la

Convención Americana en correspondencia con la obligación de motivación, gracias a

que la sentencia que corroboró el despido fue “semejante a una providencia de mero

trámite que se restringió a dar conformidad a la disposición adoptada por el empleador”.

Esta falla de estimulación resulta más molesta si se considera que el fallo volvió la

sentencia de primera instancia que le tenía concedido la razón al trabajador.


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Sobre las garantías judiciales, los representantes aseveraron que se quebrantó el

compromiso de motivación en el proceso laboral como en el proceso de amparo. Así

también, se sostuvo que se quebrantó el derecho de ser escuchado por un juez o tribunal

siempre que el Segundo Tribunal de Trabajo no hizo la diligencia que corresponde a las

visualizaciones y los alegatos del señor Lagos del Campo incluso posteriormente de

emitir sentencia. Enunciaron que el derecho a “ser oído” envuelve la posibilidad de estar

al tanto de la prueba y asimismo examinar los argumentos de las partes. Lo que, estableció

un límite al derecho a refutar las aserciones y argumentos expresados por la empresa.

2. Relativos a la libertad de asociación

La Comisión, sustento que la custodia a la independencia de expresión en el campo

laboral es en especial importante una vez que se le relaciona con el derecho a la sociedad

con objetivos laborales, siempre que la defensa de los trabajadores de expresarse de forma

que logren publicar información y fomentar de forma acordada sus intereses y solicitudes

pertenece a los fines del derecho de sociedad en el campo laboral.

Los representantes, invocaron que la sentencia dictada por el Segundo Tribunal del

Trabajo del Perú favoreció a un ambiente laboral en que los trabajadores tengan la

posibilidad de reportar una vez que concurrieren inconvenientes como los manifestados

u otros conflictos.

La Corte, halla el despido del señor Lagos del Campo trascendió a la violación de su

derecho personal a la libertad de asociación, ya que despojó a los trabajadores de la

Comunidad Industrial de la escritura de uno de sus dirigentes, en particular en la votación

que tuvo lugar bajo su control como presidente del Comité Electoral. Del mismo modo,

la Corte amonesta que el despido del señor Lagos del Campo, al haberse llevado a cabo
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en consecuencia de sus tareas de representación, ha podido tener un impacto

amedrentador e amenazador en los otros miembros de la Sociedad Industrial.

CONSIDERACIONES DE LA CORTE

• La Corte ratifica que el señor Lagos del Campo ejecutó aquellas declaraciones en

su aptitud de representante de los trabajadores y en el ejecutamiento de sus

capacidades como presidente del Comité Electoral.

• De las protestas anunciadas en la entrevista, el Tribunal considera que, se desglosa

que el fin del señor Lagos del Campo era revelar las invocadas alteraciones, como,

de comunicar sobre una situación, que a su criterio trasgredía los intereses que él

simbolizaba, acompañados tal vez de acotaciones críticas u opiniones.

• La Corte rememora que, en ventaja del artículo 2 de la Convención, los Estados

poseen la obligación de desarrollar prácticas conducentes a la positiva observancia

de los derechos salvaguardados por la Convención, puesto que la vida de una regla

no asegura por ella misma su aplicación idónea.

• La Corte halla que el inciso h) del artículo 5 de la Ley 24514 no era una norma

que transgrediera el artículo 13.2 de la Convención Americana, aquello no

relevaba a las autoridades de que la aplicación de la mencionada norma sea

ejecutada con la comprometida deferencia a los otros derechos constitucionales y

convencionales de los trabajadores y de sus representantes.

• La Corte cree que la sentencia del Segundo Tribunal de Trabajo necesitó una

correspondida motivación. La Corte ultima que el Estado garantizó una limitación

al derecho a la libertad de pensamiento y de expresión del señor Lagos del Campo,


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través de una sanción innecesaria en correspondencia con el objeto seguido y sin

una correcta motivación.

• La Corte ultima que, con fundamento del despido arbitrario del señor Lagos del

Campo, se le despojó de su trabajo y otros beneficios procedentes de la estabilidad

social, frente a lo que el Estado peruano no amparó el derecho a el equilibrio

laboral, en análisis del artículo 26 de la Convención Americana, relacionadas con

los artículos 1.1, 13, 8 y 16 de la mencionada, en detrimento del señor Lagos del

Campo. (Caso Lagos del Campo Vs. Perú, 2017)

DECISION DE LA CIDH ANALISIS

En vinculación con la supuesta transgresión del derecho a la libertad de expresión, la

CIDH debió resolver si es que el Estado peruano había infringido el artículo 13 de la

Convención Americana sobre Derechos Humanos al hacer válido el fallo de la segunda

instancia la cual determinó que era legal y justificado el despido del empleado que, era

dirigente de los demás trabajadores, debido a las manifestaciones expresadas que realizó

en contra de su empleador. Entonces, de forma concreta tenía que haber comprobado dos

cuestiones. La primera, si es que las expresiones manifestadas por el empleado eran de

interés público y si es que podían ser objeto de un amparo reforzado, teniendo en

consideración el entorno laboral en el cual fueron manifestadas por el emisor y su

condición de representante de los demás empleados. La segunda, si es que el órgano

judicial tomó en consideración estos elementos al momento de garantizar la restricción a

la libertad de expresión y también si ello ha resultado conforme a los estándares

establecidos de la libre expresión en la Convención. (Lagos del Campo Vs Perú, 2017)

Para darle solución a dicho asunto, la Corte repitió su jurisprudencia referente a la doble

dimensión tanto individual como colectiva de la libertad de expresión. Recordó que este
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derecho ampara la potestad de recibir, buscar y difundir informaciones e ideas de toda

naturaleza y por cualquier medio, y también de recibir y conocer las ideas e informaciones

expresadas por los demás. Reiteró en la trascendencia de la libertad de expresión para la

naturaleza de la democracia y así poder constituir una opinión pública libre. En particular,

manifestó que en el campo laboral la garantía y el respeto de la libertad de expresión es

esencial para el empleo de los organismos sindicales y para la protección y amparo de los

intereses y derechos de los empleados.

La Corte reiteró en la obligación de los Estados de efectuar acciones positivas con la

finalidad de amparar dicha libertad, incluso en la índole privada. Ese deber integra la

obligación de revisar, mediante sus autoridades judiciales y administrativas, si es que las

restricciones o limitaciones impuestas al derecho a la libre expresión en el campo de las

vinculaciones privadas resultan conformes con lo establecido en la Convención y, si no

fuera así, establecer lo necesario para subsanar dicha situación. Especificó que en el

contexto laboral este deber cobra especial trascendencia y activa, obligaciones reforzadas

de protección, cuando la información se cubre de un interés público o general y es

expresada, en especial, por un emisor en empleo de sus labores de representación de los

empleados. (Lagos del Campo Vs Perú, 2017)

La CIDH afirmó que la libertad de expresión no es un derecho absoluto y que su amparo

debe conciliarse con la ejecución de los otros derechos que se encuentran establecidos en

la Convención, en particular la dignidad y la honra. Pese a ello, detalló que las

limitaciones a la misma son excepcionales y que deben satisfacer los estándares de

necesidad y legalidad con lo cual se trata de evitar restricciones excesivas que suponen

en realidad un análisis previo. En esa directriz, indicó que el artículo 13.2 de la

Convención admitió responsabilidades posteriores por el empleo de la libertad de

expresión, con el requisito de que las limitaciones impuestas cumplan de forma


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concomitante los siguientes presupuestos: i) se hayan fijado con precedencia en la ley, en

sentido material y formal; ii) busquen la exteriorización de finalidades

convencionalmente trascendentes, como por ejemplo, respetar la reputación de los demás

o proteger la seguridad nacional, el orden público o la salud o moral pública, y iii) sean

imprescindibles en una comunidad democrática, esto es, que cumplan con las condiciones

de necesidad, idoneidad y proporcionalidad.

Por ello en tal panorama, en el caso concreto la CIDH decidió que las expresiones

ejecutadas por el dirigente laboral estaban cubiertas de un interés público y por ese motivo

gozaban de una protección reforzada. De lo dicho precedentemente, podemos decir que

se dio por el motivo que las declaraciones las dio en calidad de representante de los

empleados; apuntaban a una situación de interés general ya que se había manifestado a

través de un medio de prensa; se vinculaban con supuestas irregularidades que se habían

presentado en el proceso de elección de los miembros de un organismo de defensa y

representación de los intereses y derechos de todos los empleados; en donde involucraban

al empleador y a otros funcionarios públicos, y no traspasaron la esfera de amparo de la

libertad de expresión, ya que no tenían una intención manifiestamente injuriosa,

difamatoria o dolosa en contra de la compañía o en contra de alguna persona en especial.

En esa directriz, podemos decir que la CIDH hizo recordar que la Convención protege

incluso las manifestaciones altisonantes que inquietan, irritan o chocan a los funcionarios

públicos o a cualquier sector de la población.


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CONCLUSIONES

- En el Caso Terrores Silva y otros vs. Perú, la corte interamericana de Derechos

Humanos determina con justa razón la sentencia en contra de Perú ya que como

se ha analizado, el país se ve envuelto en la responsabilidad de las desapariciones

de las 5 personas en mención.

- En el caso Lagos del campo vs. Perú es menester precisar que la CIDH está en lo

cierto que no ha sido rebasada la dimensión de la libertad de expresión, ya que lo

que había manifestado el representante de todos los trabajadores, tenía un interés

general, el cual concernía en representar a todos. Por ello, estamos de acuerdo con

la decisión optada. Por consiguiente, la Corte estima que el Estado, con

fundamento del despido del señor Lagos del Campo de su labor de trabajo,

transgredió sus derechos a la igualdad gremial (artículo 26 relacionadas con los

artículos 1.1, 13, 8 y 16 de la Convención) y a la independencia de expresión

(artículos 13 y 8 relacionadas con el artículo 1.1 de la Convención). Lo anterior,

afectó en su representación laboral y derecho de asociación (artículos 16 y 26

relacionadas con 1.1, 13 y 8 de la Convención), aquello obtuvo como resultado

un efecto en su progreso profesional, personal y familiar. (Caso Lagos del Campo

Vs. Perú, 2017)

- Igualmente, la Corte concluyó que Perú violó las garantías judiciales y la protección

judicial, toda vez que las investigaciones no fueron iniciadas de oficio, ni llevadas a

cabo con la debida diligencia en un tiempo razonable para identificar, procesar y, en

su caso, sancionar a todos los responsables de dichos hechos ni para determinar el

paradero de las referidas personas.


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REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS

Caso Lagos del Campo Vs. Perú (31 de 08 de 2017). Obtenido de


https://www.corteidh.or.cr/docs/casos/articulos/seriec_340_esp.pdf
Corte Interamericana de Derechos Humanos. (31 de 01 de 2021). Obtenido de
https://cdn01.pucp.education/idehpucp/wp-
content/uploads/2021/01/31220821/Wilfredo-Terrones-Per%C3%BA.pdf
Lagos del Campo Vs Perú. (31 de Agosto de 2017). Global Freedom of Expression
Columbia University. Recuperado el 8 de Octubre de 2022, de Global Freedom
of Expression Columbia University:
https://globalfreedomofexpression.columbia.edu/

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