1. ¿Cuáles son los antecedentes legislativos de la estabilidad laboral en el
Perú? El derecho de estabilidad en el trabajo en el transcurso de la historia está ligado indisolublemente a la relación jurídica laboral permanente que deviene de un contrato de trabajo a plazo indefinido. Así, la estabilidad laboral ha fluctuado desde una relación obligatoria, permanente, estable y duradera, como lo fue la esclavitud en la época antigua y la servidumbre en la edad media a la inestabilidad del trabajador en el siglo XVIII como consecuencia de la invención de la máquina. Podemos decir que la estabilidad laboral significa en si la permanencia en el empleo, que el contrato de trabajo que una persona tiene con su empleador se mantenga en el tiempo y que no termine de un momento a otro sin motivo.
En nuestro país ninguna de las ocho constituciones que se dieron en el siglo XIX amparó el derecho del trabajador.
La Constitución de 1920 recibió la influencia de la Constitución Política
Mexicana y de la Constitución de Weimar de 1919. El artículo 47° de la Constitución estableció que la ley debía fijar las condiciones máximas de trabajo y los salarios mínimos en relación con la edad, el sexo, la naturaleza de las labores y las condiciones y necesidades de las diversas regiones del país y consagró la obligación del pago de la indemnización por accidentes de trabajo. La Constitución de 1933 garantizó los derechos sociales de los trabajadores en el título denominado "Garantías Constitucionales y Sociales”, en referencia a derechos sociales fue el congresista Arca Parro, quién se basó fundamentalmente en el derecho de los trabajadores a sindicalizarse. La Constitución de 1979 garantizó el derecho al trabajo en el artículo 42 y el derecho a la estabilidad del trabajo en el artículo 48 de la siguiente manera: “El Estado reconoce el derecho de estabilidad en el trabajo. El trabajador sólo puede ser despedido por causa ajena, señalada en la ley y debidamente comprobada”. La Constitución de 1993 garantiza la estabilidad laboral relativa en su artículo 27, el mismo que refiere que "la ley otorga al trabajador adecuada protección contra el despido arbitrario.”