Está en la página 1de 11

Estamos acostumbrados a llamar 'suerte' a los acontecimientos que rodean una situación

particular, pero sobre los que no tenemos control; la caratulamos como buena o mala
respectivamente cuando se amolda o se vuelve hostil a nuestros objetivos.

Quizá algún ojo somnoliento que comience a despertar tenga la sensación de que algo no está
bien: ¿es suerte o estaremos siendo manipulados...?

Efectivamente, algunos se encontrarán impotentes a resistirse o a cortar los hilos invisibles de


las manos tenebrosas del astuto titiritero. El condicionamiento social coercitivamente
implantado nos limita. Pero otros reflexionarán y recordarán el lema del ars bellica de Sun Tzu:

Si te conoces a vos mismo y conoces a tu enemigo, no necesitas temer al resultado de un


centenar de batallas.

Si te conoces a vos mismo pero no conoces a tu enemigo, por cada victoria que ganes sufrirás
también una derrota. Si no te conoces ni a vos mismo ni a tu enemigo, sucumbirás en cada
batalla.

Ya hablamos en numerosas oportunidades sobre el trabajo interior y el reconocimiento de las


propias debilidades.

Nos concentraremos entonces en conocer estratégicamente al enemigo pero sin olvidar que
los límites pueden estar difusos:

no desconsideremos la posibilidad de que el enemigo acampe en nuestro interior.

¿Pero quiénes son los Manipuladores? El control requiere de una organización


jerárquica, como una pirámide: pocos en la cima estratégica y muchos en la base.

¿Pero que tan lejos llega esto? Los estudiosos de regímenes totalitarios sabrán que los
tentáculos confluyen en varias sociedades secretas acusadas de conspirar en la implantación
del Nuevo Orden Mundial.

Pero el ojo entrenado comprenderá que el ápice estratégico se pierde en las brumas y nieblas
de la cuarta densidad, fuera y debajo de nuestro planeta, más allá del tiempo lineal.

El físico sueco Fritjof Capra, famoso por su declaración que no hay diferencia entre vivir y
aprender, en su libro El Punto Crucial nos comenta:

Si bien somos capaces de discernir las partes individuales de un sistema, la naturaleza de un


todo siempre es otra cosa que la mera suma de sus partes.

La tendencia de los sistemas vivientes a formar estructuras poliniveladas con distintos niveles
de complejidad está extensamente difundida en toda la naturaleza y ha de considerarse un
principio fundamental de la autoorganización.

En cada nivel de complejidad nos encontramos con sistemas que son conjuntos integrados
"auto-organizadores," formados de partes más pequeñas. Cada nivel actúa y se comunica
recíprocamente con su entorno.

De este modo la predominancia del orden en el universo adquiere un nuevo significado; el


orden en los sistemas es consecuencia de la autoorganización a un nivel superior...

El aspecto importante del orden estratificado en la naturaleza no es la transferencia del


control sino la organización de la complejidad. Los distintos niveles de sistemas son niveles
estables de complejidad diferente, y esto nos da la posibilidad de una descripción diferente
para cada nivel.

Ahora bien, como ha señalado [el biólogo Paul] Weiss,

"Cada nivel tomado en consideración es en realidad el nivel de la atención del observador."

La nueva percepción de la física moderna parece tener un significado en el estudio de la


materia viviente: las estructuras de materia observadas son un reflejo de las estructuras
mentales.

Entre los conceptos de Weiss y Capra podemos sintetizar algo importante:

la Naturaleza (Cosmos) no busca control sino complejidad (¿pluralidad?) y la interpretación


humana que podemos hacer estará limitada a nuestro nivel de consciencia.

Tal vez por designio, carezcamos del receptáculo mental para poder comprender a las
entidades hiperdimensionales necesitando recurrir inicialmente a una elaboración subjetiva
que se apoye en símbolos conocidos.

Quizá se trate de la razón por la cual esotéricamente se le brinda tanta importancia al cáliz
filosofal, cuenco de la abundancia o matraz alquímico, en la que ciertas corrientes rosacruces
ven el cráneo humano: la necesidad de la suficiente apertura mental para poder reconocer el
titiritero tras el telón. La humanidad está siendo ordeñada por entidades de consciencia
superior con la capacidad tecnológica de viajar en el tiempo, reconfigurar el pasado y combinar
universos alternativos para alterar probabilidades de ocurrencia o generar coincidencias
artificiales, eligiendo como blanco para abducción, monitoreo y manipulación a cualquier
individuo.

Estas entidades son nativas de la cuarta densidad:


un estado incrementado de existencia que interpenetra nuestra realidad tridimensional, y
poseen la característica de fisicalidad variable: la capacidad de proyectarse en cualquier
espacio-tiempo tridimensional. Desde nuestro punto de vista, podemos interpretar dicha
proyección como una aberración física, un hecho marginal al que asociamos con un episodio
de irrealización. Pero sus habilidades para operar por fuera de las leyes físicas conocidas no
son las únicas.

Mucho del control subrepticio que ejercen sobre la humanidad es efectuado por una legión
silenciosa, tal vez de una jerarquía menor, que se cuela en los intersticios ignorados, cincelados
por la falta de balance e impecabilidad, la cual repta insaciable por su tesoro de guerra:

la energía emocional y sexual provista por la masa humana.


Esta oculta legión de parásitos busca sustento y cobijo en la oscuridad del subconsciente
desconocido.
Jonathan Zap nos comenta su visión:

Me parecía estar mirando dentro de las cavidades orgánicas que mi intuición me dijo que eran
los órganos de mi cuerpo. Uno de ellos, estuve seguro, era mi corazón, pero visto desde un
plano de energía alquímica:

parecía una cámara con válvulas como portales, y todo estaba tejido de filamentos
infinitamente intrincados de energía viviente; los colores parecían revelar secretos de la
función de las diferentes estructuras. El corazón se reveló como un nexo complejo y
transformador alquímico de las energías cósmicas, y no simplemente una bomba de fluido.
Pero de repente se produjo un cambio tan definido como el clic de un interruptor:

una fuerza maligna se dio cuenta que estaba teniendo esta visión prohibida de la realidad sutil,
y tomó medidas para aplacar esta insurrección. Una respuesta inmunológica, un ataque feroz,
fue lanzado hacia mí. Este ataque interrumpió la visión prohibida que estaba teniendo, pero
también proporcionó una instancia reveladora sobre la existencia de los parásitos mentales
operando en mi cuerpo sutil.

Experimenté un ataque:

una forma de pensamiento como un proyectil altamente cargado, como una bala de diamante
rojo, que penetró mi psique, con la intensidad explosiva que genera la expansión de ondas
concéntricas de miedo y perturbación.

Mi mente pudo registrar este proyectil como una palabra en contracción:

"cáncer-asesino, cáncer-asesino, cáncer-asesino", y era acompañada de terribles imágenes: las


escaleras de un sórdido sótano iluminado por una sola bombilla colgando, a los pies de la
escalera un pollo con su cuello cortado, y débilmente visible una víctima escuálida de un
campo de concentración mientras se deslizaba hacia un horno. Estas imágenes perturbadoras
bloquearon mi prohibida vista alquímica de los órganos corporales. Desde que tuve esta
experiencia, a menudo me pregunto si otros ataques de ansiedad no se generan acaso de
manera subliminal por las inyecciones urticantes de la energía del miedo proveniente de los
parásitos de la mente. Un tema constante en la escasa literatura sobre los parásitos de energía
es que viven de las ráfagas de intensas emociones negativas y deseos sexuales oscuros.

Se ha asociado incluso con antojos de ciertos alimentos, especialmente los alimentos


azucarados o dulces: parece como si los parásitos mentales pudieran alimentarse de la
temperatura del color rojo del metabolismo hipercalórico, el exceso de emotividad y la
excitación sexual. Puede que no sean capaces de alimentarse de la energía más azul de la dieta
hipometabólica, lo que en el Ayurveda se llama la dieta sátvica, que hace énfasis en pequeñas
porciones, alimentos vivos y carbohidratos con un índice glucémico bajo.

Son especialmente incapaces de alimentarse de una conciencia en un estado de homeostasis


emocional.

La mano tenebrosa retira del tablero


una pieza draconiana, pero ¿quién la derrotó? ¿el poderoso guerrero o un humilde peón? Las
entidades hiperdimensionales usualmente prestan particular atención a aquellos que perciben
como una amenaza para la concreción de su agenda, la cual podríamos resumir en:

consumo
reclutamiento
destrucción

¿Pero qué perfil psicológico existe en un ápice estratégico con este programa?

Si consideramos que la orientación espiritual es claramente de servicio a sí mismo, es decir,


que ven a los demás como piezas de un ajedrez para ser explotadas, reclutadas o destruidas,
entenderemos que su naturaleza psicológica se ajusta a nuestro concepto de psicópatas
altamente desarrollados que buscan dominio sobre los demás.

Son seres extremadamente astutos y excelentes estrategas que conocen como optimizar sus
recursos.

Parte II

En nuestro primer acercamiento sobre la manipulación hiperdimensional, hicimos hincapié en


la naturaleza psicológica de los manipuladores. Planteamos que su orientación espiritual es de
servicio egótico, decantando en conductas parasitarias y destructivas, bastante similar a como
la psicología ha caratulado a los psicópatas:

personas cuya preocupación es su propio bienestar y la satisfacción de sus deseos e intereses,


percibiendo en los demás lo que un exprimidor vería en una naranja.

También distinguimos varias clases de entidades según su nivel de consciencia:

el ápice estratégico, siendo las entidades de consciencia superior nativas de cuarta densidad,
que en diferente literatura rosacruz se las reconoce como los Arcontes: aquellos que detentan
el poder, debido a su habilidad y astucia para imponer su voluntad. Estas entidades inorgánicas
pocas veces encuentran necesario proyectarse en la realidad tridimensional humana y cuando
lo hacen, utilizan en general la línea media como medio de personificación la línea media
donde podríamos reconocer a las sondas de cuarta densidad que en ufología se conocen como
Grises (Grays), encargados del trabajo de trascender densidades:

de la física a la etérica y viceversa.

También de aquellos que realizan el trabajo sucio de acoplarse a un ser humano con fines de
monitoreo y control (que deportivamente podríamos considerar como una marca personal):

seres descarnados que Robert Monroe identificó en cualesquiera de los anillos de la zona de
enfoque lúgubre (1) un núcleo funcional de menor jerarquía, conformado por miríadas de
parásitos que cohabitan silenciosamente nuestro cuerpo sutil. Estos seres parecen tener
conductas robóticas o mecánicas, con un bajo umbral de consciencia, pero de nivel suficiente
para denunciar a los niveles superiores o detonar correctivos psíquicos en caso de cualquier
insurrección gnóstica del huésped.

Si bien la clasificación parece completa, es probable que la enumeración no lo esté.

Seguramente existirá una gran variedad de flora y fauna etérica: dimos ejemplos de ello en los
primeros capítulos.

Esta oculta jerarquía estratificada de entidades, que representa los pisos invisibles del ziggurat
energético, dejaría a la humanidad en un nivel intermedio, como explotadora de los recursos
físicos planetarios:

minerales

flora

fauna

El conglomerado de sociedades secretas, oficiaría como cima estratégica de los controladores


terrestres, pretendidos directores del destino mundial, donde los frecuentes rituales ocultos
operan como un mecanismo para obtener poder a cambio de ceder libre albedrío y devoción a
los pisos superiores del ziggurat energético.

Debajo de estos escalones se sitúa la ignorante raza humana:

un simple eslabón de la cadena que facilita la transformación de alimento material en alimento


inmaterial.

En palabras de Gurdjieff, el sufrimiento inconsciente o 'loosh'.

Los mecanismos de ordeñe del ganado humano consisten en los baluartes sociales del sistema
de control hiperdimensional:

las religiones teócratas

las escuelas

los deportes organizados

los medios de comunicación

los gobiernos,

...que mantienen a las masas complacientes, dormidas, y sobre todo, maleables.

Thomas Minderle en el volumen tercero de Universal Seduction comenta:

La naturaleza emocional de la sociedad, junto a sus hábitos sexuales, y la dirección de la


devoción espiritual son manipulados y ajustados a través del condicionamiento social y la
programación mental con el objetivo de maximizar la cosecha de loosh. Los shows televisivos,
influencers, la música, las redes sociales y las películas inducen una montaña rusa de
emociones en los reactivos espectadores, como lo hacen los deportes o el adoctrinamiento al
miedo de los canales de noticias. Las religiones organizadas demandan obediencia ciega y
devoción emocional a través de oraciones a falsas deidades.
Los medios infunden una cultura con valores paradójicos:

obsesionan a la gente con sexo y la llenan de remordimiento por no adaptarse a lo


considerado como norma.

Y estos son sólo algunas formas en que varias instituciones son utilizadas como tentáculos del
Sistema de Control para recolectar loosh y mantener a las masas bajo control.

Estas instituciones parecerían haber sido creadas por humanos codiciosos o manipuladores de
acuerdo a sus propios planes, pero en la jerarquía de servicio a sí mismo, aquellos que logran
sus planes no están más que sirviendo a la planificación de los niveles superiores.

Existen otros métodos de cosecha energética que podríamos clasificarlos en masivos e


individuales:

en el caso de los masivos, un régimen estacionario de cosecha de loosh frecuentemente


culmina con cataclismos o hecatombes provocados, cuyo resultado es la muerte, dolor,
enfermedad y pánico de millones.

Las guerras han servido claramente a este propósito: son extremadamente provechosas para
los estratos superiores del ziggurat energético, y no sólo para los niveles hiperdimensionales;
en cambio, los métodos individuales son específicos para drenar a los seres con alma
individual:

los humanos pueden ser utilizados como sondas o portales desde donde la jerarquía superior
se alimenta. Tristemente, cualquiera puede funcionar como un portal cuando su consciencia
falla en estar totalmente presente en un momento dado. Estos episodios de fuga ocurren
cuando uno entra en modo de piloto automático:

se pierde en un mar turbulento de emociones negativas o ingresa en un tórrido trance


hipnótico. Bajo estas condiciones, la conducta puede ser manipulada con facilidad para
lastimar emocional o psicológicamente a otros.

La planta energética y las

sondas recolectoras

en The Matrix

En términos matemáticos, la mitad de la población funciona en algún momento como portal,


mientras que la otra mitad funciona todo el tiempo.

Y esto se debe dado que la primer mitad posee un alma individual (pero que
intermitentemente puede omitir estar presente... ¿cuántas veces deseamos no estar donde
estamos?), mientras que la segunda sólo posee un alma colectiva, (2) carente de un núcleo
individual consciente.

Esta ausencia de profundidad espiritual y la tendencia a la masificación, significa que actúan


todo el tiempo en "piloto automático" y son por tanto, utilizados por la jerarquía superior para
drenar a seres con alma individual (recordemos en el capitulo anterior a los portales organicos
y su función en la matrix)
De esta forma, retienen a los seres almados con un umbral de energía bajo: incapaces de
reconocer u oponerse al sistema de control.

Jonathan Zap habla de su llamativo caso particular:

En medio de la noche, una alerta interior me sacudió y desperté en un instante.

No estoy seguro de cómo describir lo que siguió... me despertó una de las sensaciones más
impactantes que sentí en mi vida: una transferencia de energía masiva estaba teniendo lugar,
la energía primordial de la vida, estaba saliendo de mí y se encaminaba hacia una persona que
yacía cerca dormida. Me encontraba paralizado, y parecía algo más que una parálisis del sueño
ordinario: me sentía sujeto con anclajes de energía ardiente. Había una entidad parasitaria
flotando justo por debajo del techo cerca de los pies de la persona que dormía en la oscuridad:
era como una nube oscura lenticular, aunque mi percepción visual no era del todo definida.
Entendí que esta era la entidad que parasitaba a la persona dormida y ahora, mientras se
encontraba inconsciente, orquestaba esta transferencia de energía masiva. Con la mente ya
despierta, y mi voluntad activa para detener este robo insidioso de energía, el color de la
temperatura de mi metabolismo energético psíquico cambió de rojo a azul, una forma de
energía que aparentemente no le es para nada nutritiva, incluso es peligrosamente tóxica para
los parásitos. La entidad con forma de nube oscura en espiral hizo un sonido distintivo que de
la única manera que puedo traducirlo sería como la frustración de un animal hambriento al
que se la ha quitado su alimento. Fue entonces que la entidad parasitaria se desvaneció en
forma de nube sin dejar ni siquiera un rastro. La transferencia de energía se había detenido.
Todo esto ocurrió en un instante de tiempo, pero dejó una huella indeleble en mi memoria.

Debido a esta paridad de seres, por cada humano con alma individual existe otro que es un
portal orgánico.

Este es un eficiente método para recolectar loosh:

un ser almado puede evitar ir a la iglesia, a recitales, películas, eventos deportivos o incluso
volverse célibe, pero salvo que se convierta en un ermitaño siempre se generarán
sincronismos negativos en donde si se está con la guardia consciente baja. Se convertirá en un
recurso energético listo para ser aprovechado por las entidades negativas.

Referencias
(1) Esto parece coincidir con las Zonas de Enfoque Consciente (Focus) 23 y 24 que comenta
Robert Monroe en Viajes Fuera del Cuerpo (Journeys Out of the Body):

Focus 23 es la zona temporaria para aquellos que parten de manera traumática del plano
físico, a través del suicidio, muerte repentina o inesperada; las entidades presentan rasgos
psicóticos o cercanos a la locura, impulsadas por las emociones.

Presentan además una alta carga/descarga sexual. Este Zona de Enfoque se encontrarían en
las orillas de Locale II (la Segunda Banda de la Cuarta Densidad, habitada por entidades
descarnadas, donde el "pensamiento es acción.") Focus 24 es la zona cuya naturaleza
comienza a ser totalmente maleable, producto del sistema de creencias que uno posea. Aquí
efectivamente "Creas tu propia irrealidad". Las entidades residentes exhiben conductas con
patrones aberrantes que los distancian de darse cuenta de los aspectos cruciales de la realidad
que habitan y que los mantienen atascados y sin poder avanzar a realidades más avanzadas.
Focus 24 se extiende hasta Focus 26 y sería el comienzo de los sub-anillos de las Realidades
basadas en Sistema de Creencias.

(2) Llamados en diferente literatura como,

portales orgánicos

seres preadámicos

homo-sapiens que se distingue del hombre estelar (rosacruces de la logia de John Baines -
Dario Salas Sommer)

cuaternarios: humanos que poseen los cuatro cuerpos básicos: físico, vital, astral y mental
pero sin conexión al Espíritu (neognosticismo de Samael Aun Weor - Víctor Manuel Gómez
Rodríguez)

Parte III
En las entregas previas (arriba descritas como Parte I y Parte II) hicimos una disección del
plano sutil junto a las formas encubiertas en que los manipuladores hiperdimensionales
explotan a los seres almados, haciendo uso de la otra mitad de la humanidad:

los portales orgánicos, aquellos seres que están dando sus primeros pasos en la tercera
densidad. En esta ocasión exploraremos el sometimiento o reclutamiento de aquellos seres
almados, que por medio de la coerción o por sus ansias de poder, se transforman en la élite de
varias instituciones que forman parte de las extensiones sociales del sistema de control,
funcionando como los guardia-cárceles humanos que mantienen cautivos a sus iguales. Para
tener una noción completa de la manipulación, debemos observar el big-picture - el negocio
estratégico - de las entidades de servicio a sí mismo.

Bajo esta visión global podemos prescindir inicialmente de la parafernalia ovni, de las
realidades sutiles, o de la presencia de parasitología astral, pero no podemos desestimar el
concepto de la revolución de las almas. El eje del negocio de las entidades parasitarias de
consciencia superior es la ignorancia, como menciona Sogyal Rimpoché en El Libro Tibetano de
la Vida y de la Muerte en mantenernos como inconscientes cadáveres vivientes, en sus
lacerantes palabras: ¿A quién que estuviera en su sano juicio se le ocurriría redecorar
minuciosamente la habitación del hotel cada vez que se alojara en uno? [...] A veces pienso
que el mayor logro de la cultura moderna es su brillante manera de vender el samsara [el reino
de la ilusión: el ciclo incontrolado del nacimiento y muerte] y sus distracciones estériles.

La sociedad moderna me parece una celebración de todas las cosas que alejan de la verdad,
que hacen difícil vivir para la verdad y que inducen a la gente a dudar incluso de su existencia.
Y pensar que todo esto surge de una civilización que dice adorar la vida, pero en realidad la
priva de todo sentido real; que habla sin cesar de "hacer feliz" a la gente, pero que de hecho
obstruye su camino a la fuente de la auténtica alegría. Los gobernantes del plano físico
entienden que el ser que despierta a la gnosis, y que por tanto tiene capacidad de despertar a
otros, es su principal adversario en el velado marketing de la narcolepsia humana. Estos seres
con tendencias esenciales al balance, que encarnan con la misión de capacitar a otros en el
reconocimiento y recuperación de su propia libertad y por tanto, en desanclar del ciclo
urobórico de las encarnaciones, son el principal blanco de la reprogramación mental y
posterior reclutamiento por el arcontado hiperdimensional o, de encontrar suficiente
resistencia, en su destrucción. Debido a su naturaleza de cuarta densidad, las entidades
hiperdimensionales pueden rastrear a los seres que encarnan en cuya esencia yacen
características que ellos pueden explotar o temer. Los seres espirituales reconocen que el
proceso de encarnación es peligroso. Además del trauma del nacimiento que conlleva el velo
amnésico que restringe el acceso a los recursos del núcleo espiritual donde reside el
conocimiento de densidades superiores, también arrastra la predisposición inherente al
cuerpo orgánico con tendencias al desbalance. El cuerpo humano actual ha sido objeto de
múltiples manipulaciones hiperdimensionales a través de la recodificación del ADN, con objeto
de suprimir percepciones y enfatizar las conductas mecánicas y la reactividad emocional.

Leemos en el 'Evangelio Secreto de Juan', del libro Las Enseñanzas Secretas de Jesús de Marvin
W. Meyer:

Cuando [los Gobernantes o Arcontes] alzaron los ojos, vieron que la capacidad de Adán para
pensar era mayor que la suya, así que idearon un plan con toda la multitud de gobernantes y
ángeles [caídos]. Tomaron fuego, tierra y agua, y los combinaron con los cuatro vientos
ardientes. Los batieron juntos e hicieron una gran conmoción [probablemente indique un
Cataclismo para barrer con la humanidad anterior]. Los gobernantes trajeron a Adán al interior
de la sombra de la muerte para poder producir una figura otra vez, pero ahora de tierra, agua,
fuego, y el espíritu que procede de la materia, esto es, de la ignorancia de las tinieblas, y el
deseo, y su propio espíritu contrario. Esta figura es la tumba, el cuerpo creado nuevamente
que estos criminales ponen al humano como grillete de olvido. Un ser espiritual que encarna
puede ser fácilmente detectado cuando entendemos que la tecnología hiperdimensional les
permite viajar en el tiempo:

un insurrecto en el futuro puede ser torturado en su niñez o coercitivamente adoctrinado con


el fin de atrofiar su misión o programar su autodestrucción. No podemos dejar de mencionar
el papel dominante que en esto ejercen los parásitos etéricos, emanaciones inmateriales de
pensamientos de suicidio, ausencia de asertividad, emociones negativas y depresión.

El mecánico ojo reptiliano:


la efigie de los controladores terrenales

Cuando el adoctrinamiento sea efectivo, quizá provocando una personalidad 'border', el niño
voluntariamente se someterá a la orientación de servicio a sí mismo, y comenzará a actuar
bajo impulsos egocéntricos, lo que el psiquiatra Dabrowski denominó crecimiento lateral. Será
entonces cuando la manipulación hiperdimensional creará oportunidades para maximizar el
aprovechamiento de estas tendencias, colocando a la persona en una posición destacada:

en las sociedades secretas

en la milicia

en la iglesia

en la política

en la educación

como tutor de otro ser a quien doblegar

Esto último es una táctica bastante común del sistema de control, pues no sólo maximiza los
réditos en loosh sino como Thomas Minderle sostiene en el tercer volumen de The Universal
Seduction:
[...] el tutor será la principal fuente de trauma emocional y psicológico para el niño, cuyo
principal objetivo es detonar cualquier sesgo de servicio a sí mismo latente a nivel genético o
kármico, quizá lo suficiente como para anular las tendencias más positivas del niño. Este
método de sometimiento y quebrantamiento, emparentado con las tácticas denunciadas en
Pedagogía Negra por la terapeuta Alice Miller, decantará para aquellos seres que aun
mantengan conductas altruistas, en personalidades sórdidas, parcas e introvertidas, con
amplias carencias para desempeñar la misión pretendida. Mantener la integridad durante el
desarrollo del infante será todo un desafío. El sistema de control podrá orquestar episodios de
bullying durante la adolescencia para incrementar la sensación de alienación y separación del
resto, con lo que bien podrá declararse como un sobreviviente. Por supuesto, todo esto es
previsto y reconocido previo a la encarnación desde una densidad superior, y la entidad
altruista es consciente en someterse a toda esta experiencia traumática... ¿pero por qué?

Usado de manera correcta, todo este trauma puede resultar ser un catalizador del
crecimiento. En efecto, esta dura pericia puede actuar como detonante del despertar. En este
caso, el frecuente ataque hiperdimensional, capacitará a la persona en el reconocimiento de
patrones sobre la presencia de un factor exógeno que interviene e interfiere en el normal
desarrollo de las situaciones.

Volvemos a interpretar a las palabras de Sogyal cuando describe al Espíritu del Guerrero:

Correctamente entendidos y utilizados, los obstáculos y dificultades a menudo pueden resultar


una fuente inesperada de energías. En las biografías de los maestros se observa con frecuencia
que de no haberse enfrentado a obstáculos y dificultades no habrían descubierto la fuerza que
necesitaban para superarlos. Este fue, por ejemplo, el caso de Gesar, el gran rey guerrero del
Tíbet, cuyas hazañas constituyen la mayor epopeya de la literatura tibetana. Gesar significa
"indomable", una persona a la que nunca se puede abatir. Desde el momento en que nació, su
malvado tío Trotung trató de eliminarlo por todos los medios, pero a cada nuevo intento Gesar
se volvía más y más fuerte. En realidad, fue gracias a los esfuerzos de Trotung que Gesar llegó
a ser tan grande.

De ahí surgió un proverbio tibetano:

Trotung tro ma tung na, Gesar ge mi sar,

...lo cual quiere decir que si Trotung no hubiera sido tan perverso e intrigante, Gesar nunca
habría podido encumbrarse tanto. Para los tibetanos, Gesar no sólo es un guerrero en el plano
de las armas, sino también en el espiritual. Un guerrero espiritual es una persona que ha
desarrollado una clase especial de coraje, alguien de por sí inteligente, apacible e intrépido.
Naturalmente, los guerreros espirituales todavía pueden tener miedo, pero aun así son lo
bastante valerosos para saborear el sufrimiento, para relacionarse claramente con su miedo
fundamental y extraer sin evadirse las lecciones de las dificultades. [...]

Llegar a ser un guerrero significa que, "podemos cambiar nuestra mezquina lucha en pos de la
seguridad por una visión mucha más vasta, una visión de intrepidez, apertura y auténtico
heroísmo..." La interacción con las fuerzas negativas hiperdimensionales puede asemejarse a
jugar una partida de ajedrez teniendo los ojos vendados contra la maestría de un adversario
experimentado.
¿Cómo ganar cuando son ellos quienes han dispuesto del tablero, manejan a todas las
enceguecidas piezas y han reglamentado el juego?

La clave es no jugar bajo sus reglas. El condicionamiento social nos estabula en cuáles
movimientos son posibles, y la ignorancia nos limita en las tácticas que podemos implementar.
Los seres almados que resuenen con algunas de las situaciones planteadas, tal vez encuentren
el introspectivo tiempo necesario para reconocerse como guerreros espirituales, comenzando
a entender las razones por las cuales decidieron encarnar en estos tiempos y en determinada
posición geográfica.

Aquellos que habiten al sur del triángulo, diásporo destino de la excrecencia nazi de la Segunda
Guerra, quizá perciban la ponerogénesis que la política gubernamental esparce ya sin velos en
la persecución de una moral fétida, una educación corrompida como la luz de un fuego fatuo
que nada alumbra, incitando al naufragio de la sociedad en el oscuro piélago insondable del
vale todo, haciéndola vacilar en un nauseabundo hálito de putrefacción.

Este quizá sea un llamado a unirse en un cambio de paradigma:

La humanidad está dirigiéndose hacia las puertas de un cambio sin precedentes, que requerirá
de la toma de una decisión clave: orientarse en el servicio al prójimo o plegarse a las conductas
entrópicas de los Arcontes.

Aquellos que ya hayan tomado la decisión, quizá decidan por oficiar como consejeros y
catalizadores para los humanos que trastabillando en sus últimos pasos, estén concluyendo las
lecciones finales de la tercera densidad...

También podría gustarte