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Resumen
Los hábitos individuales refuerzan las instituciones, así como, a su vez son reforzados por ellas. La
fuerte influencia de instituciones sobre la cognición individual provee una estabilidad significante en
sistemas socioeconómicos. A través de la elaboración de las cuentas nacionales de ingreso, el
trabajo de Mitchell y sus colegas influenciaron e inspiraron la macroeconomía de John Maynard
Keynes. En parte por esta razón, existe una cerrada y cercana afinidad entre institucionalistas y lo
que generalmente se describe como macroeconomía “postkeynesiana”. La mayoría de las
instituciones son temporalmente previas a los individuos relacionados con las mismas. El
institucionalismo trabaja con “hechos estilizados” del sistema macroeconómico e intenta descubrir
sus características estructurales subyacentes que ayudan a explicar los resultados. Esto requiere
análisis tanto cuantitativos así como cualitativos.
El énfasis institucional sobre la rutina y el hábito encaja muy bien con los modelos de evolución
desarrollados por Nelson y Winter (1982) y sus seguidores. La característica “nueva” del proyecto
institucionalista es el intento de explicar el surgimiento de las instituciones, tales como la empresa
o el estado, haciendo referencia a un modelo racional del comportamiento individual, rastreando las
consecuencias no intencionales en términos de la interacción humana. Inicialmente se presume un
“estado de naturaleza” libre de instituciones. Sin embargo, a pesar del adjetivo temporal, el “nuevo”
institucionalismo está construido sobre algunos presupuestos anticuados respecto el agente
humano, derivados del individualismo del iluminismo. En contraste con el “antiguo” institucionalismo,
el “nuevo” institucionalismo también ha retomado tales presupuestos individualistas.
Para muchos de los economistas de la corriente principal, la caracterización del agente impulsado
por el hábito les parece excesivamente determinado, aparentemente negando la libre voluntad y la
elección. Una de las definiciones más útiles de una institución fue elaborada por el economista
institucional Walton Hamilton. El miraba una institución como “una forma de pensamiento o acción
permanente o prevaleciente, la cual estaba incrustada en los hábitos de un grupo o costumbres de
la gente.” En contraste, las definiciones de una institución en el “nuevo” institucionalismo típicamente
no incluyen la idea del hábito, a menudo comparten con el antiguo institucionalismo, una concepción
general de la institución. Todas las instituciones suponen la interacción de agentes, con
retroalimentación de información cruciales. Todas las instituciones tienen un número de
características, concepciones comunes y rutinas. Las instituciones sostienen y se sustentan por
concepciones y expectativas compartidas. Las instituciones incorporan valores, y procesos de
evaluación normativa. Los “deterministas culturales”, enfatizan demasiado en cómo los individuos
son formados por las instituciones.