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Muchas mujeres con cardiopatías habrán sido diagnosticadas y tratadas antes de quedarse
embarazadas.
Por otro lado, es posible que la cardiopatía se diagnostique por primera vez durante el embarazo
como consecuencia de la aparición de síntomas desencadenados por el aumento de la demanda
cardíaca.
síntomas clásicos de cardiopatía son palpitaciones, disnea de esfuerzo y dolor torácico.
será necesaria una anamnesis exhaustiva para determinar si los síntomas son desproporcionados
para el estado del embarazo.
El 80% de las embarazadas presentan un soplo sistólico, probablemente debido al aumento del
volumen circulante en la aorta y la arteria pulmonar. Típicamente, el soplo es de grado 1 o 2,
mesosistólico, más fuerte en la base cardíaca y no va acompañado de ningún otro hallazgo
anómalo en la exploración física. exploración cuidadosa en busca de elevación del pulso
venoso yugular, cianosis periférica o acropaquia y crepitantes
pulmonares en las mujeres en las que se sospeche una cardiopatía.
Cualquier soplo diastólico y cualquier soplo sistólico fuerte (de grado 3/6 o mayor) o que irradie a
las carótidas deben considerarse patológico.
Una radiografía de tórax resulta útil únicamente si se sospecha insuficiencia cardíaca congestiva
(ICC).
electrocardiograma (ECG) sea inespecífico, podría mostrar cambios que hagan pensar en una
cardiopatía subyacente, como una hipertrofia del VD o una dilatación biauricular, que se observa
en pacientes con una estenosis mitral significativa.
Si los síntomas son compatibles con una arritmia cardíaca, puede estar indicada la monitorización
durante un episodio o la monitorización electrocardiográfica de 24 horas.
La resonancia magnética (RM) cardíaca puede emplearse para identificar una anatomía compleja
que no puede verse bien mediante ecocardiografía, pero es necesario extremar la precaución
con las sustancias empleadas para el contraste, como el gadolinio.
En algunas pacientes con cardiopatías graves es útil la monitorización hemodinámica invasiva con
un catéter arterial periférico y un catéter arterial pulmonar.
El parto por cesárea suele reservarse para indicaciones obstétricas.
La American Heart Association (AHA) no recomienda la profilaxis antibiótica rutinaria para la
prevención de endocarditis, aunque es una opción en pacientes de alto riesgo que tengan un parto
vaginal. Dado que la bacteriemia es habitual tanto en el parto vaginal como por cesárea, son
muchos los profesionales que administran profilaxis antibiótica a todas las pacientes de riesgo.
Solo unas pocas cardiopatías representan un riesgo masivo para la vida de la madre: el síndrome
de Eisenmenger, la hipertensión pulmonar con disfunción del VD y el síndrome de Marfan, con
una dilatación aórtica significativa y una disfunción grave del VI.
La mayoría del resto de las patologías exigen un tratamiento intensivo y una alteración importante
del estilo de vida.
El embarazo en mujeres con cardiopatías se asocia a un mayor riesgo de deterioro del estado
cardíaco de la madre y a resultados adversos del embarazo. Estos riesgos incluyen arritmias
maternas, insuficiencia cardíaca, parto prematuro, restricción del crecimiento fetal y un riesgo
pequeño pero significativo de mortalidad materna y fetal.
VALVULOPATÍAS
ESTENOSIS MITRAL
suele estar causada por una cardiopatía reumática y es la valvulopatía adquirida más
habitual en embarazadas.
la función valvular se deteriora progresivamente a lo largo de toda la vida, este deterioro
puede verse acelerado por episodios recurrentes de fiebre reumática.
Los pacientes con una estenosis mitral asintomática tienen un índice de supervivencia a
los 10 años de más del 80%. Una vez que el paciente comienza a presentar síntomas
significativos, el índice de supervivencia a los 10 años, sin tratamiento, es de menos del
15%.