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Las Smart City

Definimos Smart City (en castellano Ciudad Inteligente) como aquella ciudad que usa las
tecnologías de la información y las comunicaciones para hacer que tanto su infraestructura
crítica, como sus componentes y servicios públicos ofrecidos sean más interactivos, eficientes y
los ciudadanos puedan ser más conscientes de ellos.

En una definición más amplia una ciudad se puede considerar como “inteligente”, cuando las
inversiones en capital humano y social, y en infraestructura de comunicación, fomentan
precisamente un desarrollo económico sostenible y una elevada calidad de vida, con una sabia
gestión de los recursos naturales a través de un gobierno participativo.

En la práctica, y a un nivel más popular, una Smart City es una ciudad comprometida con su
entorno, tanto desde el punto de vista medioambiental como en lo relativo a los elementos
culturales e históricos, con elementos arquitectónicos de vanguardia, y donde las
infraestructuras están dotadas de las soluciones tecnológicas avanzadas para facilitar la
interacción del ciudadano con los elementos urbanos, haciendo su vida más fácil8.

En un contexto tecnológico, el concepto Smart City y el de Internet de las cosas son dos
términos que van muy unidos. Ambos conceptos tienen en las comunicaciones M2M (máquina
a máquina) su fundamento y adelantan, con sus aplicaciones y usos, la que está llamada a ser
la Internet del futuro. Precisamente esa Internet del futuro no solo consistirá en la conexión de
cada vez más personas, sino en el planteamiento de un mundo digital en el que, idealmente,
todo podrá estar conectado. Desde dispositivos, hasta objetos del mundo físico que
habitualmente no disponían de esta conectividad; es el caso de los elementos urbanos, de los
edificios, los coches, los electrodomésticos, los contadores, etc. y en general todo aquello que
haya que gestionar o controlar.

Sin duda, esta nueva “realidad en red” va a conllevar una nueva forma de gestionar una casa,
cualquier infraestructura, una empresa, una comunidad, una ciudad o incluso la economía de
un país. La Smart City se convierte en una plataforma digital que permite maximizar la
economía, la sociedad, el entorno y el bienestar de las ciudades, y facilita el cambio hacia un
comportamiento mássostenible entre todos los agentes: usuarios, empresas yAdministración.
Busca además aprovechar al máximo los presu puestos públicos, precisamente gracias a la
mejora de los procesos propios de la ciudad ysus habitantes.

Por otro lado, permite habilitar nuevos modelos de negocio, constituyendo una excelente
plataforma para la innovación en su entorno. En este contexto, una Smart City es un sistema
complejo, un ecosistema en el que intervienen múltiples agentes, en el que coexisten muchos
procesos íntimamente ligados y que resultan difíciles de abordar de forma individualizada. De
manera descriptiva, una Smart City es un espacio urbano con infraestructuras, redes y
plataformas inteligentes, con millones de sensores y actuadores, dentro de los que hay que
incluir también a las pro pias personas y a sus teléfonos móviles. Unespacio que es capaz de
escuchar y de comprender lo que está pasando en la ciudad y ello permite tomar mejores
decisiones y proporcionar la información y los servicios adecuados a sus habitantes. Además,
el uso de técnicas analíticas avanzadas en tiempo real es lo que permite crear una especie de
conciencia y entendimiento sobre la ciudad, lo que sin duda, mejora los ser vicios prestados.
Por qué son necesarias las Smart Cities

Sin lugar a dudas las Smart Cities están llamadas a convertirse en una de las herramientas más
potentes en políticas públicas en el ámbito de las ciudades en los próximos años. Integrar el
uso de las tecnologías de la información y las comunicaciones en la evolución de una ciudad no
solo va a suponer mejoras notables en la provisión de los servicios, sino que va a constituir en
sí misma una vía sostenible para el desarrollo económico y social en las próximas décadas de la
economía de las ciudades y, por lo tanto, de la economía de los países.

Desde la perspectiva de los responsables municipales de los servicios prestados en la ciudad,


disponer de una Smart City va a ayudar a la gestión automática y eficiente de las
infraestructuras urbanas, lo que aporta ventajas evidentes: por un lado, la reducción del gasto
(ver tabla adjunta), y, por otro, la mejora en sí de los propios servicios prestados. En la
práctica, los beneficios van a ser mucho más amplios, e irán desde la posibilidad de crear
nuevos servicios que respondan mejor a las necesidades específicas de cada ciudad, hasta la
posibilidad de identificar los problemas futuros a los que puede llegar a enfrentarse el espacio
urbano.

Desde el punto de vista del gestor municipal como responsable de la evolución de la ciudad, la
Smart City es la plataforma ideal desde la que plantear un entorno para la innovación y la
incubación de nuevos negocios e ideas. Por lo tanto, constituye una herramienta para
favorecer el crecimiento económico y el desarrollo social.

Ofrecer una ciudad como una plataforma permite que terceros, ya sean las empresas o los
propios ciudadanos, puedan ayudar a resolver los principales problemas de las ciudades,
democratizando además el acceso a la información y los servicios y facilitando la resolución
colaborativa entre sectores de dichos problemas. Todo ello además abunda en la máxima que
debe primar en las Administraciones relacionada con la transparencia.
En definitiva, una Smart City viene a apoyar el desarrollo de las ciudades, tanto en lo que
respecta a las me joras de sus problemas actuales, como en la identificación y gestión de sus
problemas futuros así como en la configuración de su propio alcance como ciudad.

El modelo ideal de una ciudad inteligente se basa, principalmente, en los siguientes


subsistemas:

Generación distribuida Consiste en que las ciudades inteligentes cuenten con generación
eléctrica repartida por el territorio, a través de un abastecimiento individualizado (micro-
generación), no centralizado.

Smart Grids. Se conoce como Smart Grids a las redes inteligentes interconectadas, las cuales
poseen una circulación bidireccional de datos entre el service center (o centro de control) y el
usuario.

Smart Metering Se trata de la medición inteligente de los datos de gasto energético de cada
usuario, a través de telecontadores donde se realizan las lecturas a distancia y a tiempo real.

Smart Buildings Los edificios de la Smart City se convierten en inteligentes como modelo de
eficiencia. Edificios domóticos que respetan el medioambiente y que poseen sistemas de
producción de energía integrados.

Smart Sensors Los sensores inteligentes tienen la función de recopilar todos los datos
necesarios para hacer de la ciudad una Smart City. Son parte fundamental para mantener la
ciudad conectada e informada, y hacer que cada subsistema cumpla su función.

eMobility Implantación del vehículo eléctrico y los respectivos puestos de recarga públicos y
privados.

Tecnologías de la información y la comunicación (TIC) Son las tecnologías de la información


que ayudan a la hora de controlar los diferentes subsistemas que componen la Smart City.
Mediante ellos los ciudadanos y las entidades administrativas pueden participar activamente
en el control de la ciudad.

Smart Citizen Los ciudadanos son sin duda la parte fundamental de una Smart City, ya que sin
su participación activa no es posible poder llevar a cabo estas iniciativas.
¿Cuáles son, entonces, los retos tecnológicos de las ciudades de hoy y mañana? ¿Qué prácticas
deben implementarse en una Smart City? Analicemos las más destacables.

Definir la smart City desde una visión realista


Ante el reto de avanzar hacia la ciudad inteligente, cada urbe debe tener muy presentes sus
particularidades para así encontrar las soluciones pertinentes. Es importante evitar
compararse con otros modelos de ciudad inteligente dado que quizás no cuentan con las
mismas demandas.

Crear una red de infraestructuras gestionable


Las Smart Cities deben dar con una infraestructura de banda ancha o con una estrategia de
Internet de las Cosas adecuada, manejable y segura. Una vez consolidada será posible avanzar
hacia procesos más complejos y soluciones complementarias, pero debe partirse de una base
controlable.

Una política de datos abierta y transparente


Los datos circulan por millones a lo largo de un día en las grandes ciudades. Uno de los grandes
retos de la administración es ofrecer datos públicos y abiertos al ciudadano, algo que puede
resolver problemas diarios y generar también nuevas oportunidades de negocio. Para ello es
necesaria una política de datos clara y renovada, tanto si se trata de datos abiertos como de
pago.

Implementar soluciones inteligentes en las principales áreas de servicio al ciudadano


Los habitantes de una Smart City requieren mecanismos rápidos y ágiles para realizar cualquier
trámite relacionado con sus necesidades básicas como pueden ser la salud, la movilidad, la
seguridad o la energía. Es clave contar con soluciones tecnológicas y aplicaciones que cubran
este tipo de necesidades.

Incorporar innovaciones inteligentes de intercambio de datos


Nos referimos por ejemplo a crear plataformas horizontales que permitan el intercambio de
datos de todo el sistema de movilidad de una ciudad (coches, autobuses, trenes…), de forma
que los ciudadanos puedan consultar el estado general desde una sola aplicación con su propio
dispositivo.

Potenciar la cultura colaborativa


Las ciudades inteligentes deben ser un motor de colaboración entre administración,
ciudadanos y empresas. De esta forma, todos los proveedores que intervienen en proyectos
para la ciudad (tecnología, servicios, aplicaciones, etc.) deben trabajar hacia un modelo
colaborativo abierto en el que los datos y las ideas estén lo más democratizados posible. En
este punto encontramos iniciativas como los ‘laboratorios de la ciudad’ o los concursos para
desarrolladores o emprendedores.
Una ciudad para el ciudadano
Toda la innovación que implementemos a una ciudad inteligente debe pensarse para que el
ciudadano sea el principal actor. Es por ello que todos los proyectos deben ser participativos,
sociales y con cabida para todo el mundo. En este terreno es importante la accesibilidad
digital, la democratización de las redes, la participación en proyectos para la ciudad o las
consultas ciudadanas.

Creación de plataformas sociales

La ciudad debe utilizar la tecnología para crear espacios comunitarios en la red en los que los
usuarios puedan relacionarse con la administración, con otros ciudadanos o con empresas.

Las tecnologías TIC en la Smart City


Las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) son el eje central de una Smart City.
Las TIC son un elemento transversal para interconectar y mejorar la eficiencia de todos los
bienes y servicios que participan en la vida de las ciudades.

Desde el suministro de energía hasta la gestión de los residuos, pasando por la optimización de
los centros económicos, todo se realiza a través de las herramientas TIC. Con las tecnologías de
la información y la comunicación, la ciudad inteligente no solo está interconectada a través de
la red eléctrica, sino que también lo estará a través de wifi.

Aplicaciones móviles

Las aplicaciones móviles o apps pueden ayudarnos a gestionar las ciudades de forma diferente.
Gracias a los Smart Sensors estas apps pueden ser muy útiles. Desde buscar aparcamiento
hasta saber los niveles de polen: todo se puede ver reflejado en un dispositivo electrónico.

La capacidad de las aplicaciones para adaptarse a los distintos tipos de dispositivos


electrónicos favorece que los ciudadanos interactúen con la ciudad y hace posible que los
organismos públicos y privados mejoren la transparencia, accesibilidad y eficiencia de los
servicios urbanos.

Big data

Gracias a esta interacción del ciudadano con la ciudad, es posible el uso del big data,
entendido como el tratamiento masivo de los datos de la red. Esto presenta importantes
oportunidades para las administraciones públicas, tanto para el análisis de los
comportamientos, como para las necesidades de sus habitantes.

El big data y la información recogida a través de los Smart Sensors (repartidos por toda la
ciudad), serán enviados al service center (centro donde se recogen todos los datos vía wifi),
que es donde se gestionan los datos y se ejecutan las acciones pertinentes.
Wifi en toda la ciudad

El acceso a wifi gratuito en cualquier punto aporta múltiples ventajas a la Smart City:

• Mejorar la eficiencia de los servicios ciudadanos.


• Gestión de control de los semáforos.
• Monitorización de flotas de transporte.
• Videovigilancia a tiempo real.

El ciudadano disfruta de la conexión y el privilegio de estar interconectado con la ciudad y los


demás ciudadanos.

Puestos de control

Los puestos de control de una Smart City pueden estar repartidos por los diferentes edificios
públicos, o bien estar concentrados en un mismo centro: el service center.

Los datos a controlar por los diferentes puestos de control pueden venir de los Smart Sensors
repartidos por la ciudad o de la información que aporten los propios ciudadanos.

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