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El silencio de las drogas

&\LIBRERIA
~PAIDOS
LAS HERAS 3741
Local 31 • TEL, 4B01-28{i0
El silencio
de las drogas
Luis Daría Salamone

11111ij [~セ@ セ@
Indice

lílílíll~~~m~ Prólogo
L'etourdit de la droga ............................................................................ 13

© Grama ediciones, 2014. por Eric Laurent


Av. Maipú 3511, 1º A ( 1636) Olivos. Pcia. de Buenos Aires.
Tel.: 5293-2275 • grama@gramaediciones.com.ar 19
http://www.gramaediciones.com.ar
Presentación ...................................................................................................

© Luis Darío Salamone, 201 4.


Romper el silencio
rvli~uA o~+,~~
Salamone, Luis Darío l I silencio de las drogas ............................................................................ 23
El silencio de las drogas / Luis Darío Salamone. - 1a ed . 2a reimp. - Olivos Una defensa frente a lo real ................................................................... 35
: Grama Ediciones, 2015.
Una clínica de los desarreglos del goce ....................................... 43
256 p. ; 23 x 1 45 cm.
El cuerpo intoxicado ...................................................................................... 51
ISBN 978-987-1982-22-6
La droga: 6síntoma o estrago? ............................................................. 59
1. Psicoanálisis. l. Título.
CDD 150.195 Del amor y otras adicciones .................................................................... 71

Los rituales del consumo .......................................................................... 79

L.os muchachos de antes no usaban éxtasis ............................ 83

Diseño de tapa: Andrea Di Clone - Un día perfecto


Ilustraciones de tapa, contratapa, solapa y viñeta final: Jorge Cuello Escribir intoxicado
Tapa: "Ahora sabemos de qué te reías"
Contratapa: "Las drogas no hacen mal, me lo dijo la mariposa gigante" Theóphile Gautier en El club del hachís ...................................... .. 99

Thomas de Ouincey: comedor de opio .......................................... 105

Hecho el depósito que determina la ley 11.723 en colaboración con Bernarda Antoniassi
Queda prohibida la reproducción total o parcial de este libro por Charles Baudelaire: el dandy al que le gustaban
medios gráficos, fotostáticos: electrónico o cualquier otro sin per- los monstruos ...................................................................................................... 117
miso del editor. 123
l· I borracho que no podía olvidar .........................................................
1 os diarios de desintoxicación .............................................................. 127
Impreso en Argentina
6 1 Luis Darío Salamone

Las drogas en el cine

La heroína en el cine.................................................................................... 137


Réquiem para un pájaro herido............................................................ 149
Un lobo en la modernidad tardía......................................................... 153

Jazz, tango y rock and rol/

Simplemente Miles Davis .......................................................................... 161


El gordo golpeado por la bohemia del arrabal ......................... 173 "El silencio no es tiempo perdido".
Escándalos, drogas y rock and ro/1..................................................... 183 Gustavo Cerati
El principio de Nirvana. Y el final. ........................................................ 187

Casuística

Y mañana serán hombres......................................................................... 201


Confundid a............................................................................................................ 209
La muerte como entrada y como salida........................................ 219
El tiempo en suspenso................................................................................ 227
Un golpe de lo real......................................................................................... 235
El espía que surgió del frío....................................................................... 239

Bibliografía permanente............................................................................. 242

f'Jroccdencia de los textos........................................................................ 243


Un ag radecimiento enorme a:
Judith Miller, por estar cuanpo la necesito,
1 1ic Lau rent, entre tantas otras cosas, por su lectura y prólogo,
.l. 1c ques-Alain Miller, por su orientación,
1 111 csto Sinatra, Mauricio Tarrab, Fabián Naparstek, Mabel Levato,
l)arío Galante y a cada uno de los integrantes del TyA, por lo que
construimos entre todos,
Jorge Cuello, por su genial obra y las noches de caravana,
[3crnarda Antoniassi, por las tardes que compartimos con De
Ouincey,
131anca Sánchez, como siempre leyó los trabajos, los mejoró y es-
tableció algunos de los textos,
/\ndrea Di Cione, por el diseño de tapa que saldría aún mejor sin
111is opiniones,
Alejandra Glaze, que siempre aguanta mis ocurrencias y le da cur-
',O,
Y n mi familia, que me alienta y acompaña siempre.
Para Chicha, Adolfo e Inés
que llegaron de la mano.
Y para Pocho,
primer morador de la cúpula.
l 'ctourdit 1 de la droga
por Eric Laurent

e habla de la droga. Se habla en todas partes. Se habla de

S ella indistintamente. Estamos en el fin de una época, la de la


"guerra contra las drogas" lanzada por el presidente Reagan
1:\ 14 de octubre de 1982 cuando, entre los diversos ingredientes
cit' la revolución conservadora, decretaba que las drogas ilícitas
, ,, an una amenaza para la seguridad de los Estados Unidos. Sin
1•inbargo, la expresión misma de "guerra contra las drogas" había
•, ido lanzada por Richard Nixon en 1971.
r n el artículo "El objeto droga" 2 yo remarcaba el momento de
li(1½cula en el que nos encontraríamos con un nuevo modo de in-
,_ll 1sión del objeto de la droga en la civilización. Estamos ahora en
lo1 ;1plicación de las primeras decisiones efectivas de legalización
, \, ·1uso del cannabis en todo el continente americano. En Estados
1J111dos, en 2012 y 2013, los electores de Colorado y del estado
el" Washington decidieron ser los primeros en legalizar la venta y
l,1 posesión de pequeñas cantidades de marihuana para uso re-
< 1<'alivo y regular su distribución en base al modelo del alcohol.

1 "I I alolondradicho o Las vueltas dichas de la droga". [N. de la T.] Tradujimos como
"1 i! 11ln11dradi cho" el neologismo l'étourdit, que Eric Laurent utiliza evocando el título
il1•I lnxto de Lacan "L'etourdif' (traducido como "El atolondradicho"), en donde al
1u 1l'(j , 11 una t final, el término equivoca "el aturdido" (/'étourd,) con "las vueltas di-
' 11 ,1•," (les tours dits).
1 , 1111 1)11l. E, "El objeto droga en la civilización", Pharmakon 12, Grama ediciones,
[l,;_ /\s., 20 12.
14 1 Luis Darío Salamone
El si lencio de las drogas l 15

El presidente de Estados Unidos se expresó públicamente sobre


¡i1()ch1ctivos de la experiencia del vértigo subjetivo en el que el
la cuestión comparando el alcohol y la marihuana, colocándolos
•.11¡i ·lo libera su escritura perdiendo el sentido de los límites de la
en un mismo grado de peligrosidad. En estos dos estados, Colo- 111 ,, neostasis.
rado y Wash ington, hacía más de un año que la compra para uso
1a experiencia de la adicción es también una experiencia de la
recreativo era legal, pero para comprarla era necesario tener una
< il1 a, de una contabilidad que se ha vuelto loca. Una repetición de
prescripción médica. Ya no es el caso para Colorado desde enero
3 lo mismo, una percepción de la eternidad, un círculo del infierno,
de 2014. "Por primera vez en Estados Unidos e incluso en el
1111 infinito, una muerte subjetiva, el ojo del ciclón. Salamone cita a
mundo -en los Países Bajos tan solo con la despenalización-, la
Miles Davis: "El silencio es el más fuerte de los ruidos". Me gusta
marihuana es de venta lib re y accesible a cualquier persona mayor
Charles Parker cuando dice que la droga opera una consolidación
de 21 años, sin necesidad de prescripción médica". 4
ele• todos los problemas que pueden tenerse en la vida así como
En un país de América latina, el 22 de diciembre de 201 3 se
li.1y una consolidación financiera de deudas múltiples. No hay más
promulgó una ley de legalización, y el gobierno, dentro de los 120
<¡lJC' un solo problema en la vida: la droga. Toda singularidad se
días, va a redactar los decretos de aplicación que regirán el culti-
il1•,uclve o se dispersa. El testimonio de Keith Richards, y de otros
vo, la distribución y la venta del cannabis con fines recreativos o
11111•,icos, lo confirman: se trata de producir la muerte subjetiva, la
médicos, como en Colorado. Esta experiencia de producción y de
,lll';cncia de sí.
venta de cannabis bajo la autoridad directa del Estado no tiene
Esta experiencia de una soledad fundamental en el silencio
precedentes en el mundo. La fundación George Soros apoya esta
JC•úne y convoca por su especificidad todo un discurso para dar
iniciativa. Comienzan entonces los verdaderos problemas. Legali-
cuenta de ella. Leemos en este libro el trabajo de toda la comuni-
zar es solo un aspecto de las cosas. La adicción permanece.
dad del TyA, que es una comunidad que sostiene las elecciones
Existe una dialéctica entre lo que es posible decir sobre y con
terminológicas, una comunidad de trabajo conducida por Mauricio
la droga, y lo que permanece imposible. La droga desinhibe, em-
larrab, Ernesto Sinatra, Luis Daría Salamone, Fabián Napastek, y
puja a decir y a escribir, pero la experiencia de la droga guarda en
otros psicoanalistas, quienes consienten en llevar la bandera del
su corazón un silencio. El libro de Luis Daría Salamone explora
c•sfuerzo para ser partenaires de los sujetos que eligieron "la rea-
esta dialéctica de múltiples formas. Explora los silencios en su
li1ación de su objeto". Sin embargo, la droga no es un objeto a, ya
variedad. Distingue la ruptura con la cadena significante y la rup-
que es un goce que se impone al sujeto. Es presencia absoluta.
tura con la dimensión de los sentidos, de aquella con la palabra
Podrá leerse en los diferentes casos publicados cómo el ana-
que comienza a contornear el vacío. Bajo su influencia, el sujeto
l1'>ta se desliza en lo que es imposible de tratar, soportando este
intoxicado puede hablar horas y, sin embargo, no decir nada. Se
lugar de lo imposible. Oué lugar para la transferencia en el caso
produce una "confusión", como lo dice uno de los sujetos en la
c•n el que la mujer declara ser dependiente de la droga para no
parte de la casuística que comprende el libro. O bien se libera una
tener que ser dependiente de su pareja, aunque esté pegada a él
escritura sin fin, pero en la que nada se escribe. Pero también, la
con todo su ser y lo llame cada cinco minutos para asegurarse que
mejor literatura pudo escribirse bajo la influencia directa de diver-
c~stá bien, repitiendo: "Estoy pegada a la droga para no depender
sas sustancias. Luis Daría Salamone da ejemplos de los aspectos
e.le Diego".
[s por eso que la buena política de la transferencia en esos ca-
',<>', es de no preocuparse demasiado por la cuestión. Saber estar
3 Healy, S., "Buyers rush to Colorado as marijuana sales begin", lnternational New , 1111 para el sujeto, opera de manera suficiente para que se termine,
York Times, 2 de enero de 201 4.
4 Lesnes, C., reportaje "Le Colorado ouvre la voie a la légalisation du cannabis", Le para que se tranquilice, en la medida de lo posible, de una relación
monde, viernes 3 de enero de 201 4. infernal y pasional.
El silencio de las drogas \ 17
16 \ Luis Darío Salamone

1, ·¡,!11 • ul punto de trauma hasta la eventual muerte corporal de la


Este libro es testimonio del esfuerzo del analista para seguir
siendo el partenaire de un sujeto que conoció la muerte subjetiva
, il 111 ·dosis. Salamone sabe reflejar esta posición del sujeto "entre
en esa relación con ese superyó extraño que es la droga.
,¡,_,., rnuertes". Nos hace entenderlo en su estudio sobre el cuento
Freud evocaba el Hirsch Hyacinthe de Heine, abatido, tirado dt 1 dgar Allan Poe sobre "el silencio".
1

1 lace aparecer la defensa contra lo real, suficientemente


en los andenes de las sucesivas estaciones donde el guarda del
tren lo tiraba, ya que no tenía pasaje. Este pobre Hirsch se obsti- < lt ",<'Spe rada para "darse muerte", más que para soportar la muer-
naba en ir a Karlsbad y, al cruzarse con un amigo le declara: "Voy lt' •,ubjetiva. Toma la posición del cuerpo loco que no se encuentra
a tomar baños ... si mi salud me lo permite". Hay algo de esto en
y: 1 ligado al Otro. 1ncluye el sexo como una droga para aquellos
•,1qutos que no lo encuentran más que en la dimensión del exceso,
la posición del analista en algunos de estos casos que presenta
<> t•n la de la abstinencia total. Describe las drogas químicas que
Salamone. El los ve de todos los colores y, como su salud se lo
lt'll1f)lazan ahora a las antiguas drogas, el éxtasis, por ejemplo, así
permite, puede acompañar a los sujetos hacia una pacificación de
1 <11110 los usos "off /abe!" de los psicoestimulantes como el Ritalin.
la cual seguimos los efectos terapéuticos.
El tema del diagnóstico, en el que se debaten aquellos que se Ut ",< ribe la experiencia contemporánea de la droga después de
confían a él, no interesa mucho a Salamone. Una hipótesis his- l1iilH r pasado por los grandes escritores que la probaron. Consi-
1

térica bastante extensiva le alcanza para los sujetos femeninos,


11, ·1: t que los "diarios de desintoxicación" son ·un género literario:
y para los hombres le conviene una concepción bastante amplia l r,lllGOise Sagan, Jean Cocteau, Yann Andrea, Vicente Verdú, en
de la neurosis obsesiva, salvo para un delirante atractivo, "el espía l, 1 busqueda de la escritura que suturaría la falta.
Mu estra su sensibilidad a las formas de vida de sujetos que tie-
que venía del frío". Una neurosis fundamental forma la trama de
rw11 una relación con el exceso y el infinito, que no se sostienen fá-
fondo de sus reflexiones, combinada con una concepción bastan-
< ilincnte en los bornes del fantasma. Nos perdemos allí con ellos,
te extraordinaria de la psicosis.
lo•, acompañamos en su lucha por la supervivencia, emergemos
Salamone se dirige más bien a los hermanos humanos a quie-
< 0 11 Luis Daría Salamone, un poco étourdits.
nes les hace acceder a otra forma de vida. Nos hace compartir su
fraternidad con estos exiliados de la vida que atraviesan su libro.
Allí adjunta una selección de escritores que nos recuerdan que
la escritura es una droga con la cual es tan difícil vivir como con
el amor: Edgar Allan Poe, Théophile Gautier, Thomas De Ouincey,
Charles Baudelaire, Bukowsky. Interroga sin nostalgia, sin roman-
ticismo, lo que queda hoy de la fascinación que hubo por el saludo
a la droga en otras épocas. lOué es, pues, lo que forma la trama
del cinismo de hoy en torno a las drogas?
Lejos de la objetivación del "drogado", subjetiva su relación al
caso. Está en otro lugar. Está en la fraternidad con el unheimlich
de las formas de vida que evoca. De los filósofos que le gustan,
recuerda la formulación: "De la existencia asumida como il perpe-
tuo, interrogarse por el sentido ausente". Agrega este modo de
interrogación a las experiencias de desaparición subjetiva que ex-
plora. Todas remiten a un imposible de soportar, a un real. En ese
sentido, la droga es una "defensa contra lo real" ya perturbada. Ella
1 )resentación

ste es el segundo libro que reúne algunos de los trabajos

E escritos a partir de lo que se produce en lo que es hoy el De-


partamento de Toxicomanías y Alcoholismo del Instituto del
Clínico de Buenos Aires (TyA) que se conformó en Buenos Aires
c)n 1992, paralelamente a la Escuela de la Orientación Lacaniana.
Mauricio Tarrab, Ernesto Sinatra y Daniel Silliti fueron sus prime-
1os directores. Jacques-Alain Miller, Eric Laurent y Judith Miller
110s acompañaron a lo largo de estos años con su asesoramiento.
Muchos analistas trabajamos en esta comunidad desde en-
tonces; con ellos hemos compartido las clases de los seminarios,
¡ornadas, congresos, conversaciones y otros tipos de actividades
donde dábamos cuenta de nuestro trabajo. A lo largo del tiempo
liemos ido elaborando una casuística muy rica que muestra la in-
< idencia del psicoanálisis en sujetos que tenían su vida bastante
com plicada. Esto es un pequeño testimonio del trabajo realizado
l'n una colaboración constante. Hoy el TyA es una red internacio-
1ial que hace su contribución brindando una perspectiva diferente
ele cómo se puede incidir en la vida de alguien apostando, en lugar
etc a domesticar su goce, a que el sujeto elucide cómo se encuen-
l In enredado por el mismo de una forma mortífera.
En la primera parte se trabajan interrogantes desde teoría psi
rnanalítica. En la última algo de esa casuística a la que me h<' wr e'
1ido. En el medio, entre otras cuestiones, se toman semblan1;1•, cl11
ciertos personajes ilustres a la luz de su relación con sust,111< 1; 1•,
20 1 Luis Darío Salamone

tóxicas y cómo se ha visto la problemática a partir del cine. Lejos


de un psicoanálisis aplicado, tratamos de ver qué pueden ense-
ñarnos sobre el uso que un sujeto hace de sustancias tóxicas.
Mi agradecimiento a todos los que alguna vez pasaron por el
TyA y a quienes puedan sentirse interesados por el material que
se encuentra en este libro, y deseen acercarse para conformar
una comunidad de trabajo comprometida con uno de los temas
clave de nuestra época.
Cuando mi trabajo en el tema estaba por comenzar Mauricio
Tarrab me hizo entender que se trataba de una decisión; en las
páginas que siguen encontrarán algunas de la consecuencias de
dicha apuesta.

Luis Darío Salamone Romper el silencio


1silencio de las drogas

"El silencio es el ruido más fuerte".


Miles Davis

l tema del silencio resulta apropiado para nombrar ciertas

E cuestiones que se juegan en relación a la problemática con


las drogas. La etimología del término adicción da la pauta
ele que la dificultad que el sujeto puede tener con la dimensión
e le la palabra es una cuestión que está establecida más allá del

p•,icoanálisis.

1. El silencio de la represión y la supresión tóxica

La problemática con las drogas es un tema de suma actuali-


dad. Sin embargo, por más que sea un asunto del cual se habla
y mucho-, que se trate de algo que aparece todo el tiempo en
los medios de comunicación, hay que decir que cierto manto de
•,il encio recubre la cuestión del consumo de sustancias tóxicas.
'je pueden pensar en muchas razones para este fenómeno: en
, •I dinero que mueve el narcotráfico, en cuestiones de poder, en
.i·,untos que se piensan, o tendrían que pensarse más bien a nivel
ele la política. La literatura "narco" que ha florecido, por ejemplo en
México, no es mera ficción.
Hay algo que resulta estructural y que hay que interrogar: se
Ir ata de la relación que el sujeto puede mantener con una sustan-
cia tóxica. Hay algo del silencio que se juega a ese nivel y resulta
, ",lructural porque el sujeto puede, a partir de una droga, acallar
< icrla problemática de una manera tan contundente, tan radical,
24 / Luis Darío Salamone
El silen cio de las drogas 1 25

que hace que, por mucho tiempo, incluso en el psicoanálisis mis-


l<es ulta interesante que alguien pueda embriagarse para
mo, no se haya hablado demasiado de estas cuestiones.
, Ir '.i nhibirse, para aligerar el superyó; sin embargo, éste no tarda
Para que el sujeto no hable no necesita de drogas. Por un lado,
DI I lomar el comando de este recurso y es el que empuja al sujeto
está eso que acalla la represión, el mecanismo que está en la base
<1<)/ar.
de cualquier neurosis. En el caso Schreber, si bien se trata de un
1 os contenidos molestos, esas cuestiones que la represión no
caso de psicosis, Freud plantea que el proceso de la represión se
11·11nina de desalojar, encuentran en las drogas un poderoso auxi-
cumple mudo y lleva a cierto mutismo. Theodor Reik, en uno de
11 , 11 para hacerlo. Esta es una forma de silencio que puede resultar
los mejores textos que se han escrito sobre el tema, titulado "En
11111•, eficaz que la obtenida por la represión sin el tóxico como
el principio es el silencio" (1926), sitúa que el paciente entra en la
111xiliar.
situación analítica rompiendo el silencio; hasta entonces ha calla-
J)e ro todo eso no es sin consecuencias: no hay represión sin
do sobre sus experiencias, emociones, por más que haya hablado
1, •!orno de lo reprimido, no hay cancelación, por más tóxica que
mucho de sí mismo, no ha mostrado ese costado que aflora en un
,1•a, sin que eso vuelva de alguna manera. En oportunidades, ese
análisis. Como dice Nietzsche, hablar mucho de sí mismo también
puede ser una manera de esconderse. 11•lorno puede ser silencioso, en otras no tanto. Hay que decir que
l. 1•, pu Is iones de muerte también son silenciosas en su accionar,
Reik se refiere a un paraje llamado "zona de silencio" que se
11, 1sta que su murmullo pueda tornarse estridente.
encuentra cercano a la isla de Vancouver, en el Océano Pacífico.
Aun cuando el sujeto logre una supresión tóxica, aquello re-
En esa zona, muchos navíos se estrellaron sobre .las rocas y re-
< liazado retorna y, como suele ocurrir, no se sabe de qué manera.
posan en el fondo del mar; es una zona callada, ninguna sirena es
Este planteo se sostiene en la suposición de que una sustancia
capaz de advertir a los capitanes del peligro. El sonido del exte-
lnxica aparece como un auxiliar en un sujeto con una estructura
rior no llega al navío. Reik compara esto con el material reprimido.
11< 'urótica, poniéndose al servicio de ese mutismo que es caracte-
Cuando el sujeto llega a un análisis y comienza a hablar, esos
11 •., lico del proceso de represión.
primeros rumores, apenas perceptibles, tienen su eco en esa zona
de silencio. Al principio, el sujeto puede hablar con dificultad, se
enfrenta a una situación extraña, comienzan a aflorar cuestiones
2. El silencio de las pulsiones y el del yo
que no quiere o le resultan difíciles de decir, es un momento de in-
comodidad que no tardará en mostrar su costado de imposibilidad.
Lacan se va a detener en la diferencia que existe entre dos tér-
Con el consumo de drogas se busca también dejar de lado
111inos: taceo y si/eo. Taceo remite a ese silencio que es una canse-
alg unas cosas, pero no solo se apela a la represión para llevar
< t1 encia directa de la palabra no dicha, un silencio tácito que tiene
adelante esta situación, pues hay sustancias tóxicas que son muy
q11e ver con el hecho de quedarse callado, guardar silencio; si/eo,
eficaces para borrar aquello que resulta intolerable, al menos en
1•11 cambio, se vincula a ese silencio que resulta estructural de
un principio; podría decirse que los recursos tóxicos sirven de
l.1~, pulsiones. Hay una diferencia entre lo silenciado, aquello que
auxilio. Como lo plantea Freud en "El chiste y su relación con lo
< ll'liberadamente queda en las sombras, y lo silencioso, eso mudo,
inconsciente", dichas sustancias sirven para aligerar la instancia
1111posible de poner en palabras y que Lacan identifica con lo real.
crítica que impide el placer del disparate. El alcohol, por ejemplo,
De este modo, existe la posibilidad de pensar un silencio que
permite una alteración en el talante, y por eso no todos pueden
l", de otra naturaleza. En Freud hay muchas referencias que re-
prescindir de ese veneno. Ese talante alegre que es generado por
111rlen a esta otra forma de silencio ligado a la pulsión de muerte.
vía endógena o tóxica, rebaja la inhibición, la crítica, y permite el
resurgimiento de un placer sofocado. 1>or ejemplo, en el texto "El motivo de la elección del cofre" (1913)
< uando encuentra un parentesco entre la mudez del sueño y una
El si lencio de las drogas \ 27
26 1 Luis Darío Salamone

q111- , .\ yo se forma a partir de identificaciones-, que en su base


figuración de la muerte; o cuando plantea en la "Presentación au-
lt, 1.1111, 'je juega es algo del orden de la alienación. Además, Freud
tobiográfica" (1924) que la pulsión de muerte, o de destrucción,
¡:1, •,1 •11la la difícil relación del yo con el superyó. Plantea que "es el
trabaja sin rui do.
1111111111nento recordatorio de la endeblez y la dependencia en que
Se va abriendo otro campo en el que la represión apunta al
ti yn •,e encontró en el pasado, y mantiene su imperio aun sobre
silencio, pero también hay un goce callado que no pasa al campo
, 1 yo rnaduro". 2 El yo está sometido al imperativo categórico del
de la palabra, que guarda relación con la pulsión de muerte; en
muchas ocasiones, un sujeto se adentra en este terreno gracias IIIH'IYÓ,
1 11 muchos abordajes que se hacen de adictos se busca re-
a las drogas.
11111ducir estas coordenadas deliberadamente; para muchos psi-
Tal como ha sido ubicado en un principio, el término que se ha-
' , ilouos las toxicomanías muestran el paradigma de lo que sería
bía popularizado hace unos años era precisamente el de adicción,
1111 yo débil, un yo que no resiste la tentación de volver a consumir
sin dicción, que, desde esta perspectiva, resulta bastante apro-
r q1 H' sería necesario reforzar. Procuran que el sujeto tenga un yo
piado. Si se ha optado por el término toxicomanías fue porque el
1111 •lle, y para esto se le pide al sujeto que pase una temporada
significante adicciones estaba muy desgastado, los tratamientos
11 i\, •1nado con un superyó exterior que lo machaca con lo que tie-
de las adicciones partían de identificar al adicto con ese término 1 u• que hacer o dejar de hacer, hasta que el yo se vea fortalecido
y procuraban refo rzar dicha identificación para lograr un control
, ll111damentalmente, aprenda. Se llega a postular a la terapia de
yoico. Este tipo de tratamiento se implementó primero con los al-
11•I11erzo yoico como una suerte de prótesis psíquica.
cohólicos para luego ge neralizarse en todos los casos de adic-
1>ara decirlo de una manera clara, la mejor representación que
ciones, y luego en otros tipos de problemáticas. La eficacia que ,, • puede tener acerca de cómo pensaban algunos analistas pos-
este tipo de tratamiento puede llegar a tener no se puede poner
l 11 •11dianos al superyó, es el personaje de Pinocho llamando Pepe
en duda, pero se trata de pensar de qué orden es dicha eficacia.
l ,1 dio, en la versión cinematográfica de Disney, que era la concien-
El psicoanálisis de orien tación lacaniana propone otra cosa pues
'~1, 1 ele Pinocho, el responsable de guiarlo por el buen camino, de
sabe que la apuesta por el yo, a la corta o a la larga, resulta nociva.
11.1< c~r que vaya a la escuela para aprender. Algunos analistas se
A pesar de la idea freudiana del yo, según la cual puede parecer
11il11 quedado con la impresión de que el superyó le dice al sujeto
por momentos una instancia muy fuerte, es sabido que el yo es
1, 1que tiene que hacer y de esa forma encuentra la ley. Pero esa
sumamente endeble. No puede tornarse en un aliado del analista
ni ser la única fuente de conocimiento. Con respecto al goce, este 11 ,y Iicne su contracara.
1 acan ha planteado muy pertinentemente que el superyó es
no se deja manipular, ni tan fácilmente ni por mucho tiempo.
111 \1 ·y y su destrucción. Para Freud el superyó tiene una afinidad
Alim entar el yo puede resultar problemático. Para Lacan "el yo
i: 1111 el ello, y por lo tanto, con la pulsión de muerte; en palabras de
está estructurado exactamente como un síntoma"; 1 afirma que es
\ 1,•11d: es el "cultivo puro de la pulsión de muerte". Por eso resulta
el síntoma privilegiado en el interior del sujeto, el síntoma humano
1, 11 peo que sea cruel con el yo, y por esto mismo, los tratamientos
por excelencia, su enfermedad mental. Por supuesto, no resulta
, 1111 • se basan en estas premisas pueden resultar crueles. Freud
extraño que una persona realice una apuesta de ese orden, lo
l 1, 1< P un listado de cuestiones asociadas al superyó, como la reac-
llamativo es que se haya olvidado dentro del psicoanálisis -por
' 11111 lerapéutica negativa, el sentimiento de culpa, la necesidad
no haber leído correctamente "El yo y el ello", donde Freud ubica
ti,• castigo (asociada al mismo), que encuentra su mayor grado de

1 Lacan, J., El Seminario, Libro 1, Los escritos técnicos de Freud, Paidós, Barcelona,
1986, p. 31. 1 /111t/., p. 31
28 1 Luis Darío Salam one El silencio de las drogas l 29

manifestación en la melancolía, pudiendo llegar hasta el suicidio. uho arriba tuyo y me llevas". El sapo se negó pues podía picarlo
Se puede agregar a esta lista el consumo de drogas, lo que el tra- y iil' ese modo moriría. El escorpión intentó convencer al sapo:
bajo analítico ha demostrado. El yo es presentado por Freud como "',n no sé nadar, si te pico en el lago te hundirás, y moriré junto
una pobre cosa sometida a tres servidumbres: el mundo exterior, i: 1>11ligo". Al sapo le pareció razonable el argumento y accedió. El
el ello y el superyó. El yo es adulador, oportunista y mentiroso, pero 1",corpión subió en el lomo del sapo, y cuando ya iba por la mitad
está sometido a los vasallajes del superyó y no tarda en convertir- i1,,1lag o sintió un picotazo en su cabeza, inmediatamente se detu-
se en un almácigo de angustia, de esa angustia de muerte que se o y le preguntó al escorpión: "¿Por qué me picaste?, moriremos
juega entre el superyó y el yo. le>', dos". "Disculpame 'dijo el escorpión', no quise hacerlo, pero no
Resul ta increíble cómo los psicoanalistas desconocieron estos pude evitarlo .. . esa es mi naturaleza".
postulados freudianos; en el texto de Freud pueden encontrar aun Eso es lo que ocurre cuando un analista se dirige al yo; tiene
más cuestiones a partir de las cuales se puede demostrar por qué •,cntido común, puede ser razonable, puede incluso tener buenas
pretender reorganizar esta relación entre el yo y el superyó es una intenciones y realizar el mejor esfuerzo, pero es muy probable que
tare a inútil, incluso arriesgada. Lacan advierte cómo sin quererlo, ,,1 tratamiento se hunda a mitad de camino pues no puede con
o incluso queriendo hacer el bien, se puede conducir a alguien •, u naturaleza, su función de desconocimiento es algo a lo que no
hacia lo peor. Tamb ién indicaba que el superyó empuja al goce, y puede renunciar por mucho tiempo; el yo no puede aceptar la fal-
el goce es el camino que conduce a la pulsión de muerte, hacia un la, puede soportarla a duras penas por un momento, pero volverá
silencio definitivo. a ese rechazo, tóxico o no, antes de llegar al terreno del deseo.
Pero antes de llegar a él, hay una forma de silencio que tiene Y esa parte diferenciada del yo llamada superyó muchas veces
que ver con el yo que "se hace el distraído" frente al accionar del res ulta más venenosa y mortal que el escorpión. Para Lacan el
superyó. No resulta extraño ya que, como Lacan se encargó de superyó tiene relación con la ley, pero se trata de una ley insen-
dejar en claro en el principio de su enseñanza, resulta evidente que sata, a tal punto que implica su desconocimiento. Era insensato
el yo tiene una función de desconocimiento y, cuando se apunta a para el escorpión mismo picar al sapo, pero era su naturaleza, y
él, aunque pretenda que lo hemos vencido, no tardará en reabsor- as í actúa el superyó en el neurótico. Es la ley y su destrucción, un
ber esa enseñanza para seguir mintiéndonos, porque el descono- imperativo que llega a ser lo más devastador; Lacan nos dice que
cimiento es su función fundamental. Una demostración clásica es es una figura feroz.
la que se observa en sujetos que son alcohólicos, jugadores, o que Es importante insistir en este punto para captar la inutilidad en
tienen cualqu ier adicción de forma evidente y notable, tanto para la dirección de la cura de que el analista se convierta en una espe-
ellos como para el resto de las personas; pero cuando son confron- cie de superyó exterior auxiliar a partir del cual le dice al analizante
tados a que padecen esta problemática, simplemente la niegan, no qué es lo que le conviene hacer. Convendría recordar cuál es el
se dan por enterados y se dirigen alegremente al casino o a servir- silencio que puede convenirle al sujeto: el silencio del analista; es
se una copa de vino; se puede plantear que son mentirosos, pero sobre ese fondo que se reencontrará con su decir, es allí donde po-
sucede que, como se puede observar, la función por excelencia del drá encontrar los ecos de ese real que lo determina, y es en ese si-
yo es el desconocimiento, es decir que es un embustero. lencio donde se juega esa función de objeto que el analista cumple
Tal como la fábul a del sapo y el escorpión, que es una historia para que el sujeto pueda relacionarse de otra manera con lo real.
africana, aunque se atribuye a Esopo. Ella cuenta que un sapo El psicoanalista no está para prohibir que el sujeto se drogue;
estaba en la orilla de un lago descansando en una roca mirando el sabe que realizar un pacto con la supuesta parte sana del yo resul-
cielo; un escorpión lo observaba atrás de unos arbu stos, se acercó ta inútil, simplemente porque no hay parte sana del yo.
al sapo y le dijo: "¿Me ayudas a cruzar al otro lado del lago? Yo me
30 / Luis Darío Salamone
El silencio de las drogas / 31

3. El silencio en la cura
Antes, cuando eligió el silencio de las drogas, siguió el camino
¡_1,,1 l('Chazo de lo simbólico, del rechazo del Otro que se le tornaba
Cuando un analizante comienza su análisis puede suponer que p1, 1i>lemático, del rechazo del inconsciente; luego del trabajo ana-
el silencio que el psicoanalista pone en juego le es ajeno. No tar- lil II o, se sabe de los límites de lo simbólico, de que ese Otro es
dará en percatarse de qué es lo que tiene de propio: se trata de 11r1~1 construcción neurótica y que frente a las pulsiones se pueden
aquello con lo cual podrá ponerse a trabajar para relacionarse de ln111.11 decisiones, que se es responsable de cómo se elige gozar
otra forma con la más íntimo. Se encontrará con el silencio del y, 1•11 definitiva, vivir.
analista para poder relacionarse de otra manera con el silencio 1 11f rentarse a ese otro silencio implica que el sujeto se relacio-
estructural de las pulsiones. El semblante del analista está para n1-, con aquello que con las drogas pretendía obturar, con una falta
que el analizante se enfrente con lo que le resulta problemático 1p11 ', al taponarla, lo sumía en un goce mudo y mortífero.
para poder tratarlo.
Otro excelente texto que se ha escrito sobre el tema se llama
El neurótico irá saliendo así de ese silencio propiciado por la [ I ,1/cncio primordial, y habla del silencio en la cura, pero ha sido
represión, redoblado por el consumo de sustancias, volverá a en- ,e I ilo por el filósofo argentino Santiago Kovadloff. Nos dice que
contrarse con el lenguaje para poder enfrentarse finalmente al 11
, 1•,llcncio terapéuticamente eficaz arrebata al paciente la ilusión
silencio de las pulsiones, sin sepultarlo como antes lo había hecho. 111, que sabe lo que dice y lo acerca a la intuición de que dice lo
El sujeto pondrá en juego en el tratamiento un silencio que es ti''" debiera saber". 3 El psicoanalista calla y le entrega al sujeto
una forma de resistencia; el analista tendrá que maniobrar para "c·I 111descriptible paisaje de su alteridad", entonces "lo medular
no alimentarla, pero su aparición resulta algo lógico. En principio, , 111 •11ciado irrumpe y se deja oír". Kovadloff plantea que curarse
el adicto no reconoce su adicción, no quiere concurrir a un trata- 1t11pl1ca hacerse responsable "Del preguntar como lo huérfano de
miento. Más tarde puede verse llevado a él, entonces quizás se 11",puesta. De la existencia asumida como el perpetuo interrogar
produzca esa resistencia que no cae directamente sobre el silen- ¡1111 el sentido ausente". No se pregunta para responder, sino por-
cio estructural sino sobre lo conflictivo, para poder hablar a partir ' ¡111 • no es posible hacerlo. Es decir que se llega a un extremo
de lo que se le presenta de sintomático más allá de su relación ,l,111dc ya no se busca, el silencio recorta un vacío frente al cual,
con el consumo. Resulta común que cuando un sujeto decide de- I" 11 t1n lado, se puede estar tranquilo, pero a la vez impulsado por
jar de consumir aparezcan los síntomas; a partir de allí no es que 1111 , leseo que ya no encuentra los obstáculos propios y que procu-
el psicoanálisis se allane, pero se sigue el camino particular que , 1 l1.1cer algo con los ajenos. Estar intoxicado, entonces, ya no le
puede tener cada análisis. En verdad, esto se jugó así desde el li·¡,,11a al sujeto ninguna ventaja, pues en el intento de mantener
principio aunque el sujeto apareciera aplastado. Eso que perma- 1111•·,lcsiado el sufrimiento, el sujeto metió, en la misma bolsa, su
necía acallado que hablará en el síntoma para ser interpretado, ¡,1, ,¡)io deseo. Puede encontrar satisfacción en un recorrido que
pone al sujeto nuevamente en relación a ese Otro de la alienación u !11 ", no aparecía en su horizonte.
que habrá que desmantelar, pero de otra manera. El cinismo al l licodor Reik va a concluir su trabajo clásico sobre el tema con
que llevan los tóxicos no es el saldo cínico que resulta de un final 1111,1 1derencia a Mahler que en una oportunidad dijo: "En música,
de análisis.
I, ·, 111.'1s importante no se encuentra en la partitura"; lo mismo suce-
Si hace un tratamiento analítico, el sujeto irá de la posición cíni- /¡ 1on el psicoanálisis. Reik ha sido uno de los psicoanalistas que
ca que tenía cuando rechazaba al Otro y al inconsciente ayudado 11i, l 1nn reducido el silencio a una defensa. Abraham pensaba al
por los tóxicos, a un saldo cínico que podrá encontrar al final del
tratamiento al comprobar que ese Otro, con el que en su neurosis
se relacionaba, no existe.
l(11v,1clloff, S., El silencio primordial, Emecé, Bs.As., 1992, p. 53
32 1 Luis Darío Salamone El silencio de las drogas 1 33

silencio como una defensa frente al erotismo anal; Fenichel, como 11, 11t il ares que suspiran son su marco. Más allá, en una floresta
una defensa frente a un deseo de felación; Reich recomendaba L! 111, tl eza se agita y los árboles hacen ruido, sin que haya viento.
responder a ese silencio de defensa con otro por parte del ana- 1 11 111cdio de ese raro clima, en una roca se lee la palabra "deso-
lista, pero no era tan rígido, ya que pensaba que muchas veces el 111 1rn1"; también se ve un hombre cansado, triste, disgustado con
discurso escondía y el silencio revelaba, pero para encontrarnos l I lnnnanidad y con ganas de estar solo. Pero el hombre temblará
con eso hay que lograr salir del silencio provocado por las drogas. , 11 1•sa soledad, una y otra vez. El demonio maldijo, y ese lugar
Se llega, entonces, a otro puerto; Heidegger afirmó que "sólo el 11111•stro fue víctima de una espantosa tempestad, lluvia, rayos y
discurso verdadero hace posible el silencio auténtico". 11 ·1110, y el hombre seguía sentado allí. Entonces el demonio se

El analista es, como dice Miller, ese silencio en nombre del cual , 111 i10, lanzó la maldición del silencio, todo se acalló, cesaron los
el sujeto habla, hasta ese punto en el que ya no hay nada para 1111 111nullos, todo se apagó y en la roca se podía leer "silencio". El
decir, hasta obtener ese silencio que no es el de la defensa, el 11111nbre se puso pálido, no escuchaba nada, se estremeció y huyó
de una intoxicación que busca tapar la falta llevando a un goce 1 Inda carrera. El demonio le cuenta esta fábula a quien escribe el

autista, solitario y silencioso. Un silencio que no se opone al acto, · 1_11_•11to y cuando concluyó se rió, pero el hombre no pudo hacerlo.
podríamos decir, un silencio, en nombre del cual, el sujeto actúa. 1>or tratarse de una fábula resulta más bien extraña. Pero eso
lJI 11 • no puede callarse, que hace un ruido atronador, puede ser
1111, 1 bue na metáfora de la pulsión de muerte. Ese hombre que se
4. Desolación y silencio 11, '!él de los humanos como un representante de la escuela cínica
セ@ que vive en su desolación, es maldecido por ese demonio, como
Hay un texto de Freud que se llama "De guerra y muerte" 111 lince con cualquiera de nosotros nuestro propio superyó. El su-
(1915); allí plantea que "hemos manifestado la inequívoca ten- 1' •In, sin mucho éxito, desea acallar lo pulsional hasta que llega a
dencia a hacer a un lado la muerte, a eliminarla de la vida. Hemos 1111 •,ilencio que ya no se soporta, hasta que ese real hace su eco
intentado matarla con el silencio". Hay sujetos que intentan hacer 111, 1•, pe rturbador y procura huir.
a un lado la muerte intoxicándose. Es muy frecuente escuchar en l)e la desolación, en medio del murmullo permanente, a ese
la clínica que sujetos que, de alguna manera se estaban matando il 1•1 1cio intolerable. Ese puede ser el punto de viraje que empuje
con el consumo, procuran escaparle a la muerte. En muchos de 1 111 1 sujeto que consume drogas a un intento de rearmarse con

estos casos, la muerte es una puerta de entrada y de salida. El li!l estilo de vida. Cuando llegue a ese límite, a ese silencio al cual
temor, el intento de negar la muerte, lleva al sujeto a entrar en el 1111lió acompañado por las drogas, donde la cuestión se le torne
consumo. Percatarse de que se están matando, cuando por ejem- 111•,nportable, y entonces decida buscar otro camino.
plo tienen una sobredosis, puede llevarlos a querer salir.
Edgar Allan Poe, que tuvo problemas con el alcohol, también
fumaba opio; algunos de sus cuentos fueron escritos bajo sus
l llbllografía
efectos. Hay uno entre ellos que fue catalogado como metafísico
e n las ediciones que ha traducido Julio Cortázar, que lleva por 111•1tc l, S., "El chiste y su relación con lo inconsciente" (1905), Obras
nombre precisamente "Silencio". En este cuento, que es presen- c:ompletas, t. VIII, Amorrortu, Bs.As., 1986.
tado co mo una fábula, el demonio habla de una lúgubre región 111•11d, S., "El motivo de la elección del cofre" (1913), Obras completas,
donde no hay calma ni silencio. Todo funciona de una manera muy LXII, op. cit.
extraña, las aguas de un río azafranado no corren hacia el mar sino 11,•11d, S., "Presentaci ón autobiográfica" (19'24), Obras completas, t. XX,
que palpitan tumultuosamente bajo el so l, un des ierto de grandes 1 ,¡i. cit.
34 1 Luis Daría Salamone

Freud, S., "El yo y el ello" (1923), Obras completas, t. XIX, op. cit.
Freud, S., "De guerra y muerte. Temas de actualidad" (1915), Obras
lJna defensa frente a lo real
completas, t. XIV., op. cit.
Kovadloff, S., El silencio primordial, Emecé, Bs. As., 1992.
Lacan, J., El Seminario, Libro 1, Los escritos técnicos de Freud, Paidós,
Barcelona, 1986.
Lacan, J., El Seminario, Libro 11, Los cuatro conceptos fundamenta/es
del psicoanálisis, Paidós, Bs. As., 1987.
Poe, E. A., Cuentos completos, Círculo de Lectores, Bs. As., 1983. "Bajo el efecto de las drogas no te importa nada,
Reik, Th., "En el principio es el silencio", El silencio en psicoanálisis, Com- solo quieres aislarte del mundo y conseguir una paz interior
pilado por J. D. Nasio, Amorrortu, Bs. As., 1988. que no se consigue en el estado normal".
Kurt Cobain

1>efenderse de la pulsión

l término defensa tiene una larga historia en el psicoanálisis,

E Freud lo utiliza incluso antes que el de represión. La defensa


apunta a suprimir todo aquello que pone en peligro la integri-
il:HI del yo, se levanta en contra de las excitaciones internas, como
In pulsión, pero también frente a representaciones que resultan
p1:.:1lurbadoras, como pueden ser las fantasías o los recuerdos. De
, .1,, concepto surgieron los famosos mecanismos de defensa del
11 que contribuyeron a empestar al psicoanálisis.

1 1yo siempre procura defenderse de lo que lo perturba y la ver-


, 1,-11 l t\S que el yo es una instancia que está profundamente pertur-
1, 11 l. 1; Lacan lo decía: es el síntoma por excelencia. Siempre tiene
111, il>ll)mas, cosa que no parecen haber entendido los seguidores
ti, 1 1cud. Al actuar sobre la pulsión, la defensa suele adquirir un
11, 1c ler compulsivo, lo que se ve claramente en la obsesión, si
11lt .11 1 reud comenzó a usar este término en relación a la histeria.
V 1 ,1 •,ituar el origen de la defensa primaria en una experiencia de
1, ilc >1 que ha padecido el sujeto. Menciona la existencia de una de-
l, 11· .. 1 normal y una patológica. La patológica sucede cuando una
nxc il. 1ción interna se desencadena, provoca displacer y la defensa
, 11J lnqia resolver el problema.
1 1, •11 le a esta dificultad, los posfreudianos procuraron enseñar-

1• ti ·,ujcto a defenderse, pero para Freud esto no podía ser tan


36 1 Lui s Darío Sal amon e El silencio de las drogas 1 37

sencillo ya que el origen de la problemática se encontraba en la ¡,1, 111lear una dirección de la cura posible para estos casos. Por
sexualidad. En síntesis, el yo se defiende de la pulsión. 11puesto que no se trata de plantear que esta sea una orientación
Esta sería la lectura freudiana del término. Jacques-Alain Miller, .11l¡1mente para este tipo de casos, lo es para cada tratamiento,
en La experiencia de lo real en la cura psicoanalítica y en otros I" "o en estos hace posible una dirección de la cura, y es lo que
momentos de su enseñanza, realiza una lectura lacaniana de este cl1•111uestra que los sujetos por más que consuman sustancias tóxi-
tema, lo que puede considerarse un gran aporte para la clínica de ' ,1', son analizables para los analistas que sigan esta orientación.
las toxicomanías y el alcoholismo. Plantea que situar el incons- 1 n El lugar y el lazo, Miller ubica que el lugar central que tenía

ciente con respecto al Otro resulta completamente distinto que 1.-, !<]presión en la enseñanza de Lacan fue perdiendo terreno para
colocarlo con respecto a lo real. Situarlo con respecto al Otro sería , ¡i 1t \dar sustituido por la defensa.
pensar en el síntoma como metáfora, y en las restantes formacio- 1 n algunos casos las toxicomanías podrían plantearse como

nes del inconsciente. Pero situarlo con respecto a lo real hace que 1111,1 defensa frente a lo real, tal como lo situó muy tempranamen-
se tome en cuenta otra perspectiva. Implica, por ejemplo, pensar ¡,, Mau ricio Tarrab, en uno de los primeros trabajos que escribió
que el inconsciente es un soliloquio, cuestión que se remite a la ,, ,hre el tema, donde esgrimió la hipótesis de que la droga era un
última enseñanza de Lacan. En este sentido, el sujeto se defiende 1,•111ed io contra el goce. 2 Allí presentaba a la droga en un sentido
de lo re al. Por un camino, el psicoanálisis se maneja en el plano del l11•11d iano, como un remedio, una muleta frente a lo imposible. Hay
significante, la posibilidad de una interpretación, el inconsciente 1111,1 fu nción de la droga que no está vinculada al exceso, sino que
divertido del chiste o los fallidos; por el otro, nos topamos con el 1, • permite al sujeto tolerar lo imposible de soportar. Es decir, ubica
psicoanálisis como imposible. J líl droga como una especie de muralla, de dique contra el goce,

Será este atolladero lo que siempre se argumenta al plantear 111< luso una defensa. Tarrab cita a Lacan para ubicar otras posibles
las dificultades en la clínica de las toxicomanías. Si tomamos la il, •lcns as, cuando Lacan dice que "el deseo es una defensa contra
vertiente de l síntoma como metáfora, no aparece como un sín- , ·I ooce", o que "el placer es lo que otorga al goce su límite"; cosa
toma interpretable; Miller lo ubicaba en términos de un Otro que , 111iosa, también considera que el saber hace que uno pueda fre-
no existe, característico de esta época, lo que se pone muy en 11,11 en cierto límite.
evidencia en esta clínica donde no se encuentra fácilmente la rela- 1 .ste texto de Tarrab presenta el antecedente de un concepto

ción del sujeto con su inconsciente; lo que sí se encuentra en esta , ¡111 1 se ha ido forjando desde hace más de veinte años y es el de
clínica es la relación del sujeto con lo real. l.i func ión del tóxico. Leer este concepto a la luz de la última en-
Ese es el otro camino que se abre a los psicoanalistas, y de lo 1•11anza de Lacan, y la interpretación que Miller hace de ella, nos
que se trata entonces es de procurar perturbar la defensa que el I" '' rnite concebir esa función como una defensa contra lo real,
sujeto tiene frente a lo real. Miller hace de esto una definición de il1• ese modo, dejar de buscar el inconsciente donde el signifi-
lo que implica ser analizante: "ser analizante es aceptar recibir de ' ,11ilc produce efectos todo el tiempo, donde las formaciones del
un psicoanalista lo que perturba su defensa". 1 Y el acto analítico, 111< onsciente reinan, y encontrar la forma de operar agujereando
la tarea del analista, podría calificarse como perturbar la defensa. •., 1defensa frente a lo real. Esa defensa, por otra parte, está con-
Es decir que res catamos el viejo concepto freudiano y nos va- d, •11ada al fracaso y, cuando no lo está, puede acabar con la vida
lemos de é!, pe ro tomándolo desde la orientación lacaniana, para ,¡, _.:tl guien. Se trata de una clínica de la inexistencia del Otro, pero
il 1111smo tiempo, si la relación a un Otro no se presenta, estamos

1 Miller, J.-A., La experiencia de lo real en la cura psicoanalítica, Paidós, Bs. As.,


2004, p. 34. 1 111.ili, M., "La droga, un remedio contra el goce", Malentendido 6, 1989.
38 / Luis Daría Salamone
El silencio de las drogas / 39

frente a un goce autista; hay lo real, hay un goce, y también la de-


De todos modos, la operación analítica de perturbar la defensa
fen sa contra este. Es decir que lo que llamamos función del tóxico,
,•,e aplica en todos los análisis, razón por la cual podemos afir-
en este sentido al menos, puede leerse como una defensa frente
a lo real. 111ar que trabajar con este tipo de casos no difiere mucho de la
<línica en general. De lo que se trata es de una clínica que pone
Hay algo que puede resultar paradójico y es situar que la dro-
•,ob re el tapete lo real, como dice Mil/er, "privilegia lo real sobre el
ga sea una defensa contra lo real, cuando en verdad introduce al
•,c)m blante". 5
sujeto en una experiencia de lo real. Sin embargo, hay diferentes
tratamientos posibles. Es importante aclarar que perturbar la defensa no implica inter-
pretar. Se suele escuchar la queja de que en las toxicomanías no
Además de la experiencia que la clínica nos regala, se puede
•,1' trata de un síntoma interpretable; en ese sentido, se puede ubi-
aprende r lo que enseñan algunos escritores, aquellos que consu-
c , 1r aquí cierta solución, pues no definimos la operación analítica a
mían sustancias. Siempre la escritura es un vínculo privilegiado
p,uti r de la interpretación. La represión recae sobre significantes,
para procurar plasmar una experiencia de goce. También pode-
l,1 defensa no. La defensa, para Freud, implica una relación con la
mos tomar los testimonios de los rockeros, tal como será aborda-
do en otros capítulos. /H ilsió n para la cual la interpretación no es válida.
Miller sostiene que para perturbar la defensa se trata de hacerlo
Entre los músicos, Tarrab recuerda un momento de la película
d,• la buena manera, lo cual implica un manejo de la transferencia
Imagine en el cual un fanático se le acerca a John Len non y le dice
1rnno cualquier operación analítica. Un cálculo que no es solo el
que pensó que con solo conocerlo a él sabría que todo encajaba;
de• la lógica del significante como sucede con la interpretación. Se
Lennon le responde que todo encaja solo cuando estás drogado.
Lo real es lo que hace que la cosa no encaje. lrnlará de una intervención que generará un efecto de sorpresa.
1:iara demostrar la importancia que tiene perturbar la defensa
Kurt Cobain ubica a la droga para bloquear el vacío emocional
r·11 la cl ínica de la toxicomanía, me serviré de una viñeta clínica. Se
que sentía. En su diario, Keith Richard dice que las drogas le per-
li:tln de una mujer que fumaba marihuana y tenía su vida armada
mitían3 hacer el personaje de rockero que requería el precio de la
fama. ilu tal forma que realizaba todas sus actividades por la tarde, por-
Del lado de la literatura, lo real aparece como lo que desestabi-
que• cuando se despertaba, a la mañana, no tenía voz. Se levantaba
liza; Cocteau decía que la droga le proporcionaba un fijador. ''." afónica e iba recuperando el tono hasta que, por la tarde,
1, 1111 aba hablar perfectamente. Esto le impidió iniciar la carrera que
Podríamos volver sob re tres autores sobre los que trabajé an-
1111/Jicra querido hacer. Sin embargo, trabajaba de algo que le gus-
teriormente.4 Marguerite Duras podía soportar el vacío con el alco-
, 111,1 y le iba bastante bien, pero todas sus actividades las realizaba
hol, o suplir a Dios, lo que conducía al sujeto hacia donde el sufri-
¡1111 l:1 tarde. La forma que elegí de perturbar su defensa fue decir-
miento no puede hacer sufrir, como una anestesia de lo real pese
¡, i¡1H' la esperaba la sesión siguiente, pero por la mañana.
a la cual, lo real retorna. Bukowski, un alcohólico singular y cínico,
1 l<:gó, efectivamente, con un hilo de voz y le costaba una enor-
también habla de una particular anestesia; el dolor era terrible,
1111 l.1d hab lar; dijo que ella sabía cuál era la razón de su síntoma.
pero borracho se sentía al margen. Mientras que a Poe el alcohol,
11 ,Jc: c• un par de años la que era su mejor amiga le había pedido
contrariamente a lo que suponían sus amigos, lo sacaba de una
locura en cual se sentía amenazado de caer por su trágica vida.
¡ur e ·1 día de su cumpleaños vaya a desayunar con ella porque
1,,111 1 .ilgo importante que decirle. Cuando llegó a la casa de su
1i11q.1 se encontró con que ésta se había suicidado. Afirmaba que

3 Este tema será ampliado en el capítulo "Escándalos, drogas y rock and rolf'.
4 Cf. Salam one, L.D., Alcohol, tabaco y otros vicios, Grnma ediciones, Bs.As., 20 12.
Mill,~1, ,/.</\., La experiencia de lo real en la cura psicoanlítica, op. cit. , p. 36.
El silencio de las drogas\ 41
40 1 Luis Darío Salamone

1-i111 • los que están presentes la interpretación, incluyendo al si-


a partir de entonces evitaba relacionarse afectivamente con al-
l, 111 1(), el corte de sesión o la sesión corta. Actos que apuntan a
guien por miedo a la pérdida. Comentó que se estaba encariñando
\1 11•, tl para lo cual sacuden la defensa y que abrirán el camino,
conmigo y entonces afirmó: "Tengo miedo a quedarme sin vos".
, , ,1 11<> lo plantea Miller en Sutilezas analíticas, a mutaciones del
Como nuestro castellano no presenta diferencia entre la "z" y la
¡; 11 1\ disminuyendo el displacer que éste causa aumentando las
"s", pronuncié el significante "voz" fingiendo cierta afonía: "Sin voz".
Y corté la sesión. ¡111 ,11>1lid ades de placer.6
Esta última intervención pareció sorprenderla y desarmó el
síntoma. Nunca volvió a tener problemas con la voz y cinco años
después llegará a preguntarse cuál era la razón por la que había l llhllografía
comenzado su análisis.
1111<1, S., "Las neuropsicosis de defensa" (1894), Obras completas, t. 111,
Técnicamente la última intervención es una interpretación;
A111orro rtu, Bs.As., 1980.
como dice Lacan, está entre la cita y el enigma. La sujeto se mos- Mili, •1, J.-A., La experiencia de lo real en la cura psicoanalítica, Paidós,
tró muy sorprendida de algo que resultaba obvio; en los análisis
[h. As., '2004.
anteriores le habían interpretado el hecho de que ella estaba iden- Millt:1, J.-A., Sutilezas analíticas, Paidós, Bs. As., '2011.
tificada con la amiga que no había podido hablarle, pero no ha- Milli:•1, J.-A., El lugar y el lazo, Paidós, Bs. As., '2013.
bían encontrado la forma de, con lo simbólico, sacudir lo real de l 11111111>, M., "La droga, un remedio contra el goce", Malentendido 6, Bs
síntoma. Esta interpretación tuvo su eficacia gracias a ese primer
/\•,., 1989.
momento donde le señalé que venga por la mañana; eso perturbó
su defensa de forma tal que dio lugar a que una interpretación
fuera pos ibl e. La interpretación perturba la defensa, pero también
se la puede perturbar con actos y dichos que no merecen, al me-
nos técnicamente, denominarse interpretaciones. Lacan lo llamó
en algún momento "vacilación calculada del deseo del analista";
anteriormente lo pensaba como un saber hacer con lo imaginario,
un imaginario que estaba desteñido por la necesidad de Lacan de
sacar al psicoanálisis de la dimensión yoica y que vuelve a ocupar
el lugar que le corresponde hacia el final de su enseñanza. "Per-
turbar la defensa" es un término más pertinente para delimitar más
precisamente los efectos que se consiguen, lo cual, es verdad, no
deja de ser una apuesta, tanto como lo es una interpretación. Es
decir, es un cálculo en el que se tiene en cuenta la estructura y la
coyuntura.
El psicoanál isis de orientación lacaniana, que apunta a lo real,
encuentra en el perturbar la defensa una llave muy distinta de lo
que fue en la historia del psicoanálisis la interpretación de la re-
sistencia que practicaban los posfreudianos, que los dejaba en
el laberinto de espejos sin salida tan propio de lo yoico. Es una
maniobra que merece entrar en la gal ería de los actos analíticos, 1· M1ll,:1, J. /\., Sutilezas analíticas, Paidós, Bs. As., 2011 , p. 179.
Jna clínica de los desarreglos
dG'I goce

"El mundo empezó a fragmentarse sobre él.


Empezó a hacerse trizas, a desmembrarse en sus
componentes, y él ... se hallaba atrapado ... "
Tom Wolfe

1, Los desarreglos del superyó

" sorpresas y desarreglos en la cura psicoanalítica" se titula


un escrito de Eric Laurent donde nos plantea que ya no
estamos en la época de las sorpresas del inconsciente,
1 •,ujetos no nos traen sus síntomas que son una metáfora de

1¡¡,, 1Pprimido, no llegan como en otra época con la intensión de


,111l,11nos sus sueños y fallidos en búsqueda de un intérprete de
11 lit< onsciente; sino que estamos en una época donde el goce
11. 111 •ce en primer plano, silencioso, descarnado, lacerante. Es la
IJl°H ;1 de los desarreglos del goce. El goce fálico, propio del sín-
!11111,1clásico, pautaba en alguna medida la relación del sujeto con
u qoce. Los casos de toxicomanías, anorexia, bulimia, etc., nos
1111,_.•,lran problemáticas del sujeto con el goce donde no se en-
t11,1111 an fácilmente los carriles para ponerlo a trabajar mediante
111 1111bólico.
1 •, la expresión que toma Eric Laurent, "desarreglos del goce",
11 ve, para pensar lo que nos convoca: trabajar entre todos una
11111<. .1 que, si bien seguirá siendo del caso por caso, se juega con
,qoln•; que están tomados por una relación con una o varias sus-
ld111 i.1•, tó xicas.
\ 11 ¡unas veces se trata de casos donde la relación que el sujeto
l1n1c: con el goce es bastante complicada, a punto tal de desarre
¡1111 lucia su vida.
44 1 Luis Darío Salamone El silencio de las drogas 1 45

Sin embargo esta expresión "desarreglos del goce", no nos 1reud nos muestra cómo se presenta en la clínica, en la reac-
debe llevar a la idea de que existe la posibilidad de un arreglo yoi- ' 1cm terapéutica negativa, en el sentimiento de culpa que se sa-
co con el goce; como lo he dicho en otras oportunidades, el goce 11·, lace en el estar mal, y que hace que el sujeto no se muestre
no es un animal doméstico. Es la ingenuidad en la que muchos , 11lpable sino directamente enfermo. Se muestra sumamente se-
terapeutas, incluso psicoanalistas, suelen caer. Quizás podemos 1•1o y, lo digo tal cual lo plantea Freud porque lo hace en forma
pensar que el síntoma implica cierto arreglo del sujeto con el goce 11H1lundente y en algún sentido bello, con esa extraña belleza que
y la cuestión es considerar estos casos donde se juega la cuestión 1111t'de estar presente en algunas películas de terror: "se abate
de otra manera, donde no funcione el operador fálico sin tratarse ,, ,hre el yo con una furia cruel".
necesariamente de un caso de psicosis. 1 1superyó le puede provocar inhibiciones al sujeto, pero tam-
Voy a tomar como eje un concepto al cual hemos vuelto cons- l 111 •n llevarlo al acto delictivo buscando un castigo.
tantemente, y sin embargo sigue mereciendo nuestra atención, 1reud es contundente: el superyó es el cultivo puro de la pul-
porque siempre está presente en nuestra clínica y particularmente 11H1 de muerte. Lo repite en dos oportunidades como para que
en la clínica de las toxicomanías. Siempre nos hace escuchar su ,,, queden dudas: el cultivo puro de la pulsión de muerte. Resulta
voz áfona, contundente, que no le deja escapatoria al sujeto. Me 11 año como esto ha sido ignorado por tantos psicoanalistas. ln-
refiero al superyó. 1 h1•,o nos dice que en muchas oportunidades logra empujar al yo

Hemos hablado mucho del superyó, pero aún queda tela por dll<'Ctamente a la muerte. Y agrega algo que puede resultar curio-
cortar. Desde que Freud lo introdujo en "El yo y el ello" en 1923, 11, dice que esto sucede cuando el yo no logra defenderse de su
ha sido motivo de discordias, de tergiversaciones. 1111'1 tirano recurriendo a la manía. Se entiende esta pensando en
Si bien el concepto es tardío, aparece desde mucho antes bajo , , ,1110 la melancolía puede empujar al suicidio.
el nombre de censura, donde ya nos muestra las consecuencias IJero quizás el uso de drogas en muchos casos sea en este
del sentimiento inconsciente de culpa, comenzando a presentar .1•1llido una defensa, algo que le permite al sujeto alivianar su re-
esa topología que es propia del aparato psíquico. 1 11 1ón con el superyó. Y lo que genera es precisamente manía,

Freud en 1914 plantea la necesidad de formalizar una instan- 1, 1hlamos de hecho de toxicomanías. Sin embargo esa solución
cia psíquica que vela por la satisfacción narcisista que viene del ' 1111bién puede ser tomada por el superyó. Y conducir a la muerte.
ideal del yo, y observe al yo actual midiéndolo con el ideal. Lo 1>or momentos resulta difícil diferenciar el ideal del yo en Freud,
denomina "conciencia moral"; sus consecuencias se perciben cru- I '11 que está íntimamente ligado a la elaboración que va realizando
damente en el delirio de observación de los paranoicos. Observa y d, 1•,uperyó. En "El yo y el ello" los utiliza como sinónimos. Pero se
critica nuestras intenciones. I '' 11 •de considerar al ideal del yo amasado fundamentalmente con
Freud dice que el ideal se va formando por la influencia crítica l 11, 11 cisismo y la identificación a los padres y sustitutos, pasando
de los padres, pero también de los educadores, de los maestros 11 1, 1rnpo de lo social, que conforma un modelo que el yo procura
y de otras personas del medio, que entre todos tejen una especie ( q111r. En "Psicología de las masas y análisis del yo" la función del
de enjambre. 1il11, tl permite explicar la fascinación amorosa o la dependencia
El superyó forma parte del yo, pero sin embargo puede estar 1, 1111 sujeto frente a un hipnotizador o bien un líder. Es decir que
separado de él, y tiene la facultad de contraponerse al yo y do- d,¡111cn puede ser ubicado en el lugar del ideal del yo.
minarlo. Freud lo ubica como el monumento recordatorio a lo en- J.1cques Lacan, en un texto muy temprano como La familia,
deble y dependiente que el yo era en el pasado; antes el sujeto 1il-i11 .i de forma diferenciada estas dos instancias que son una
estaba sometido al Otro, ahora lo está a su superyó. Ademas tiene ,11',<'cuencia de la culminación de la crisis edípica, la instancia
afinidad con el ello, es decir que guarda relación con las pulsiones. ¡i ,, 1<'prime es el superyó y la que sublima el ideal del yo.
46 1 Luis Darío Salamone El silencio de las drogas l 47

Lacan de entrada ubica al superyó en el plano simbólico. Tiene In l.1 historia de la música, pero también la relación que Miles Da-
una estrecha relación con la ley, pero se trata de una ley ciega, vir; y otros grandes músicos han tenido con las drogas.
insensata, una tiranía, es a la vez la ley y su destrucción. "Kant con ( harlie Parker ocupa un lugar destacado en esta historia. Con-
Sacie" nos muestra la verdad de este imperativo categórico, un im- iil1 •1 ,ido uno de los más grandes saxofonistas, se trata de otro de
perativo que ordena al sujeto gozar. El resultado de una voluntad 1: ,, 111<1sicos que estropearon su organismo con sustancias tóxicas
de goce, esa figura insensata y feroz, está relacionada con la voz 111111< •ndo joven, a los 34 años.
y por lo tanto con el sadismo. M,ts allá de la admiración que Davis siente por Bird, este no
Como lo ha planteado Eric Laurent en un viejo texto presente 1· 'I ' ele leer en él un impulso destructivo: "una de las cosas que
en el segundo libro editado por el TyA, la droga nos lleva a la posi- 11t1111"i1 comprendí de Bird era por qué se entregaba a tanta acti-
bilidad de una ruptura con el goce fálico. Esto podemos escribirlo 1(1 111 destructiva. Macho, Bird estaba por encima de aquello ... Era
como Fi sub cero. tr d11u'nte sensible. Pero llevaba dentro de sí aquel impulso des-
1
Esta es una fórmula que Lacan introduce en el campo de la 11 l t• l1vo que se apartaba de lo normal".
psicosis para plantear lo que es la ruptura de la identificación l '1ocuró dejar la heroína y si bien tomaba mucho antes de ha-
paterna para Freud o de la función del Nombre del Padre para 1111 1 parecía que no era nada al lado de la relación que comenzó
Lacan; la significación fálica no se produce, no aparece el sínto- , 111 •1 especialmente con el whisky. El o porto le sirvió durante la
ma como una formación de compromiso. Tenemos entonces una 11ilnxicación, luego agregó el consumo de píldoras, particular-
formación de ruptura, pero una ruptura con el goce fálico sin que 1:1'1111, benzedrina.2
por ello haya una conclusión del Nombre de Padre. Si podemos ll.1vis nos dice que "Circulaba la idea de que tomar heroína
hablar de ruptura es porque dicha operación ha estado en los 11 il1 ,1llevarte a tocar tan bien como Bird. Muchos músicos la to-
casos de neurosis, pero con el recurso al tóxico ha logrado que- ,1~1111 111 con ese propósito. Supongo que yo estaba esperando que
brantarse la relación con el falo, tal como lo plantea la fórmula la- 1 1 tl1•11lo me iluminase, no sé. Pero meterme en esa mierda fue
caniana de la droga rompiendo el matrimonio con el mismo. Esta ,11 f 11111 muy grave".3
es la fórmula que Jacques-Alain Miller elige para dar cuenta de lo \, ,111os que Bird era ubicado en el lugar de ideal por otros mú-
que es el goce superyoico. Se trata de un goce que no logra ser ' ,, q11c eran capaces de introducirse en las drogas para imitar-
fren ado, tamizado por el falo, y por lo tanto no se localiza como 111,tlmn su música y quedaban atrapados por esa vinculación
fálico. ¡111_ 1•, 110 tan sonora, salvo cuando irrumpía drogado realizando
Voy a tomar dos capítulos de la historia de la música para que 11,Ldos.
podamos ilustrar cómo se pasa de ese encuentro con la sustancia
tóxica a partir del ideal, al empuje superyoico que pone en juego
esa dimensión mortífera del goce. 'e 11 111 ruta, con LSD
Jl111 <, 1pílulo de la historia de la música y las drogas podemos
2. Para poder tocar como Bird n11, 11 lll narrado maravillosamente en Ponche de ácido lisérgi-

En la Autobiografía de Miles Davis, músico que estuve trabajan-


do para una serie de programas radiales a los cuales me invitaron tv1, /1n11¡11', Ouincy. Miles, la autobiografía, Primer Plano, Barcelona, 1991,
para que plantee la relación entre el jazz y las drogas, podemos
encontrar narrado de manera magistral un capítulo fundamental r q-;,
11 ill
48 1 Lu is Darío Salamone El silencio de las drogas l 49

co (1968). Tom Wolfe es considerado como el padre del llamado 1pupo tan enorme desencadena demasiadas fuerzas, demasiada
nuevo period ismo que definió como el género literario más vivo de 1•11ergía vandálica, y hacen que sobrevengan cosas muy destruc-
la época; un estilo de prensa que tuvo su origen en los años sesen- l1vas y extrañas ... ".4
ta en Estados Unidos, cuando se publicó A sangre fría de Truman
Capote. Wolfe escribió con este estilo Ponche de ácido lísérgíco,
describe de forma realista un viaje mítico realizado con métodos del 4. Del ideal al superyó
periodismo tradicional, como entrevistas, investigaciones, toques de
sensacionalismo; pero también con recursos literarios como monó- Vemos que se trata de situaciones en las que la vinculación
logos, diversos puntos de vistas, extensos diálogos y otras cosas. d1' los sujetos con las sustancias está en relación a los ideales,
Florecía el hippismo en ebullición, y en el campo de la literatura p1'ro en el camino no tarda en irrumpir un empuje al goce y sus
surgieron escritores que se conocen bajo el nombre de Genera- 1lt\sarreglos.
ción Beat. Escribieron sobre las experiencias que tenían al abrir Una cosa es cuando un sujeto se droga a partir de un ideal,
las "puertas de la percepción". Jack Kerouak y Allen Ginsberg p1•ro esto no tarda en ser tomado superyoicamente. Pensemos
fueron los más populares. Pero también estaba Ken Kesey, un es- por ejemplo cuántos jóvenes empiezan a fumar cigarrillo para sen-
critor que mucha gente conoce aunque sea por una obra, o más 111 se grandes o fumar marihuana por identificación al grupo.
bien por su versión fílmica: A/guíen voló sobre el nido del cuco, La articulación entre el superyó y el ideal, como lo ha obser-
película diri gida por Milos Forman y traducida como Atrapado sin ,1do Blanca Sánchez, es que el superyó empuja al sujeto a gozar
salida, que trata sobre la locura y el tratamiento que la sociedad le l 1, 1jo el modo que impone el ideal.
prodiga a la misma. Hay otra consecuencia que se desprende de esta cuestión.
Ken Kesey, decidió ir más allá de la escritura y realizó un viaje Se habló mucho de la caída del padre en nuestra época, se
lisérgico que grabó en kilométricas cintas de 16 mm. En 1964 Ke- 11.ihló, diría yo, de más. Porque es verdad que cambió el estilo del
sey emprendió el viaje a través de los Estados Unidos junto a un ¡,,icJre, 6pero esto implica que no opere la función paterna? En los
e .-1•,os que opera, lo hace. Sin dudas ha cambiado el estilo de la
grupo de amigos que se llamaban los "alegres bromistas", un viaje
a bordo de un autobús pintado con colores fluorescentes llamado p,dern idad, ya no se trata del padre de antes, no tenemos la pre-
"Más allá", con ducido por Neal Cassady, que es el Moríarty, héroe ,1 •11cia de un padre autoritario, cambian ciertas configuraciones.
de la nove la En el camino, de Jack Kerouack. Van por la carretera 1 sto repercutió por ejemplo en la configuración del superyó. Al
animados por el sexo, las drogas, fundamentalmente LSD y el rock 1111 ope rar el Nombre del Padre de esa manera en que puede ope-
1 11 a partir de un amo que no recibe cuestionamiento alguno, el
and rol!. De cerca, lo persigue el FBI. Allí desfilan los Ángeles del
Infierno, los Beatles, Allen Ginsberg y otros. En ese viaje alocado 1qicryó tiende a jugarse en el afuera. A eso me refería con la pre-
se desparramaron los elementos retóricos, visuales y una filosofía 1•11lació n de una nueva topología. Aunque en verdad no es nuevo;
que se amasa con los ideales de paz y amor a partir de alucinó- 1,lo que antes estaba más reservado para las mujeres, que, con
genos, drogas psicodélicas, carretera, amor libre, resistencia a la 11 <'nde blés supeyoica, porque la castración no las golpeaba tan-
represión y a las guerras, que daría lugar al movimiento hippie. 111, podían ubicar el superyó en el exterior, en la figura de la madre
Es decir que los ideales están a flor de piel , pero destrás de ellos , , t11,1partenaíre, y quedar presas de un estrago. Con esta nueva
acecha el goce superyoico. 111uclalidad entonces el estrago es generalizado.
Tom Wolfe escribe en su crónica del viaje: "Las pruebas del
ácido han terminado. Kesey es un maníaco y las pru ebas del ácido
son demenciales y todo se es tá yendo al traste. Tomar LSD en un セ@

1 w.-,llc\ T., Ponche de ácido lisérgico, Anagrama, Barcelona, '2009, p. '260.


50 / Luis Darío Salamone

También los analistas se ubican en el lugar del superyó. Hay


teorizaciones al respecto como la realizada por James Strachey.
l~I cuerpo intoxicado
Hemos trabajado en otro lado cómo el discurso capitalista fun-
ciona superyoicamente.
Esto determina que el objeto a como lo ha destacado Miller,
está en el cenit de la civilización. Hay un empuje al goce que se
juega en este superyó que no está tan regulado por la ley del pa- " ... si la sombra se apaga, si ya no hay sol,
dre co mo antes y que se presenta en el discurso hipermoderno, el cuerpo está siempre ahí.
donde quizás la droga tome el relevo de ese superyó tiránico Se lo puede palpar en las tinieblas
y recomenzar la experiencia con otro pie".
Jacques Lacan 1
Bibliografía

Davis, M., Troupe, Ouincy Miles, la autobiografía, Primer Plano, Barcelo-


na, 1991.
1. Una soledad buscada
Freud, S., "El yo y el ello", Obras completas, t. XIX, Amorrortu, Bs. As.,
1989. n sujeto puede recurrir a una sustancia tóxica para paliar un
Freud, S., "Intro ducción al narcisismo", Obras completas, t. XIV, op. cit.
Freud, S., "Psicología de las masas y análisis del yo", Obras completas,
t. XVIII. op. cit.
Lacan, J., La familia, Argonauta, Bs. As., 1987.
U sufrimiento o bien para procurarse un goce; ambos implican
el tratamiento de un goce cuya morada es el cuerpo, y que
;1 • traduce en términos de un sufrimiento o un goce faltante que
;1• anora.
Lacan, J., El Seminario, Libro 1, Los escritos técnicos de Freud, Paidós, Freud 2 se refirió a aquellos métodos cuyo principal interés radi-
Bs. As., 1980.
1 .1 en evitar el displacer. Frente a las dificultades que puede depa-
Lacan, J., El Seminario, Libro 20, Aun, Paidós, Barcelona, 1985.
1,ll la relación con la sociedad, existe la posibilidad de mantener-
Laurent, E., "Sorpresas y desarreglos en la cura psicoanalítica", El Cal-
,,. alejado, a través de una soledad buscada. Esto puede deparar
dero de la Escuela, nº 82, Bs. As., nov.-dic. 2000.
i.,1Prta tranquilidad ya que la estrategia consiste en protegerse del
Laurent, E., "Tres observaciones sobre la toxicomanía", Sujeto, goce y
modernidad. Fundamentos de la clínica 11, Atuel-TyA, Bs.As., 1994. 111undo exterior extrañándose de él.
Sin embargo, hay otros caminos posibles para evitar el sufri
Mi!ler, J.-A., "Clínica del superyó", Conferencias porteñas, t. 1, Paidós. Bs.
As., 2009. 1111cnto: se trata de la posibilidad de influir sobre el propio cuerpo,
Wolfe, T., Ponche de ácido lisérgico, Anagrama, Barcelona, 2009. v,1 que el sufrimiento existe mientras lo sentimos. Freud ubica un
¡11ocedimiento tan tosco como eficaz para evitarlo: la intoxicación,
q11c puede sumir al sujeto en otra forma de soledad, la de un goce
111tista, es decir que le otorga la posibilidad de acceder a un goce
.111 Otro.

1 1.ican, J., "El objeto del psicoanálisis", clase del 20 de abril de 1966. Inédito
l 1<\Ud, S., "El malestar en la cultura" (1930), Obras completas, t. XXI, Amorrortu,
·, /\s., 1988.
52 / Luis Darío Salamone
El silencio de las drogas / 53

Por medio de una droga uno puede alterar ciertas sensaciones


. Cuando el remedio es el veneno
corporales, anestesiarlas, trocarlas por otras. Se trata de un pro-
cedimiento tosco porque busca obtener un resultado de forma di-
En algunos casos recurrir a una sustancia que altere las sensa-
recta interviniendo en el organismo. Es eficaz porque la sustancia,
' iones corporales puede coincidir con esa soledad buscada. Re-
que es extraña al cuerpo, incide en él a través de dos vertientes:
li 1giado en un goce autoerótico, alguien puede procurar evitar lo
por un lado, anestesia el sufrimiento, torna al sujeto insensible al
, l1 splacentero que pueda provenir, tanto de lo exterior como de lo
mismo y, a la vez, puede deparar una sensación de placer.
3 11ilerior, manteniéndose narcotizado, aunque esa operación difícil-
Antonio Escohotado ordena la psicoactividad de las drogas
111onte pueda mantenerse como una solución permanente.
considerando tres esferas. La primera implica el alivio del dolor,
Suele ocurrir que el remedio sea peor que la enfermedad; qui-
del sufrimiento y del desasosiego; la segunda, abarca a los suje-
, is lo más correcto sea remitir a una palabra griega: Pharmakon. 4
tos que padecen pereza, impotencia o aburrimiento; la tercera, se
( ,on este único término se puede designar a una sustancia que es
vincula a la curiosidad intelectual, a la búsqueda de horizontes en
.i la vez remedio y veneno, en una topología que hace difícil preci-
el intento de escapar/e a la vida rutinaria. Si bien para Escohotado,
',.lr lo que se pone en juego.
esta tercera esfera implica un corazón aventurero, no podemos
Paracelso afirmó que "solamente la dosis hace que algo sea un
dejar de pensarla en una relación directa con el segundo punto.
veneno". Es un hecho que hasta la aspirina puede resultar mortal
La "vid a rutin aria" es un nombre que el neurótico acostumbra a
1•n altas dosis, la quinina con dosis inferiores, y aun en menores
darle a la impotencia: cuando el deseo se apaga, todo se vuelve
rutinario. dosis, el cianuro. Lo que envenena se juega a partir de cierta dosis,
de acuerdo a una medida como puede ser el peso de alguien. A
Un hippie que fabricaba artesanalmente carteras para vender-
pesar del peligro que entraña un exceso de estas sustancias, una
las en un puesto que tenía en una plaza de Buenos Aires decía:
dosis regulada puede utilizarse como remedio. Se llama "margen
"Mi vida es muy rutinaria, trabajo toda la semana diez horas diarias
de seguridad de la droga" a la proporción que hay entre la cantidad
y los fines de semanas tengo que estar de vendedor en la plaza".
riecesaria para que una droga realice un efecto benéfico en el or-
Sin embargo, sus amigos imaginaban que se daba la gran vida
qanismo, lo que se denomina "dosis activa media", y "la dosis letal
sin trabajar; en realidad disfrutaba de su trabajo, lo que hacía que
111edia", la dosis necesaria para quitarle la vida a un sujeto.
el mismo valiera la pena para él: no se trataba de escapar/e a la
rutina, sino de encontrar satisfacción en su trabajo. Sin embargo, estas dos caras, no se juegan únicamente a partir
ele un criterio de cantidad. Un sujeto llega a afirmar que en el mo-
Es decir que la cuestión se reduce a escapar del sufrimiento,
1t1ento en que enciende un cigarrillo, sabe que de alguna manera
como planteaba Freud, o bien a procurar huir de la impotencia,
·,e está matando, aun cuando seguramente ese solo acto, el de
ya sea que se juegue en el aburrimiento o en la vida rutinaria, re-
lumar un solo cigarrillo, no alcance para tal propósito. Sucede que
cuperando de alguna forma una capacidad de gozar que ha sido
atrofiada por la neurosis. 1•1 goce direccionado de determinada manera siempre implica un
vector que apunta hacia la muerte. En el baile en que danzan las
pulsiones de vida y de muerte, puede uno llegar a notar cuál lleva
1•1 compás. Thanatos marca el paso del último tango. El sujeto no

--
セ@ [I término Pharmakon ha sido utilizado para dar nombre a una revista que reúne
l1abajos de todos los grupos y departamentos que en el Campo freudiano trabajan,
3 Escohotado, A., Aprendiendo de las drogas, Ann¡¡1,11nn, 13rn cclona, 1995. d1\Sde el psicoanálisis de orientación lacaniana, cuestiones relativas a las toxicoma-
111as y el alcoholismo.
54 1 Lui s Darío Salamone El silencio de las drogas 1 55

se percata de ello hasta que se relaciona con su inconsciente, solo 1•,IC'n tantas razones para buscar un anestésico. Además, en el
que ocurre que el consumo de un tóxico implica precisamente un 11, il1 c,is el sujeto experimenta aquello que una relación al incons-
rechazo del mismo. Es la consecuencia lógica de evitar el sufri- 1, 111c puede implicar en su vida. Es verdad que con este movimien-
miento a partir del cortocircuito significante que se logra con el lu ',!' vislumbra un horizonte de angustia, pero también que a partir
tóxico. le ,dravesar esos territorios, se encontrará en el campo del deseo.
La incidencia del inconsciente sobre el cuerpo fue precisamen- Con respecto a su cuerpo, en lugar de estar narcotizado evi-
te uno de los primeros aportes freudianos, al plantear la influencia , 111clo el dolor, o buscando un goce con contraindicaciones (como
de algo que no es del orden del significante, ese más allá del prin- .111, lc ocurrir con las drogas), al lograr salir de la impotencia, volve-
cipio del placer. 1.j ,1 se r la morada de un goce capaz de vivificarlo.
La droga con sigue borrar la incidencia del significante, facilita, 1 xisten otras técnicas que también procuran operar sobre el
en cambio, el ingreso en el más allá del principio del placer. Abre el 11,,,po, incluso a partir del significante; solo que apuestan a la
camino a un goce donde el significante no opera. Fue precisamen- 111 ¡estión en lugar de a la resolución del conflicto, buscan cierta
te el lenguaje el que separó el cuerpo del goce, 5 hizo que el goce 11 1¡ulación del goce poniendo a punto la capacidad del yo para
1

quede al menos acorralado en ciertas zonas, esas zonas erógenas 11 1>1ralarlo. Se trata de un goce truncado, el mismo que la neuro-
que son como un oasis en el desierto de goce del cuerpo. Por me- , , común le ofrece a muchos sujetos, algunos de los que buscan
dio del tóxi co se procura reencontrase con ese goce perdido, pero 1 1, 1 droga como una solución para escapar de tanta pobreza de
siguiendo la metáfora del desierto, solo se fabrican espejismos, o t11sfacción.
quizás pantanos donde el sujeto puede hundirse. El analista ofrece
en estos casos una rama de la cual agarrase, una rama que ha to-
mado de ese inconsciente que el sujeto inútilmente ha rechazado, 1, Michaux y su exploración de los abismos
procurando reinstalar algo de la relación al Otro por medio de la
transferencia. En ese sentido se trata de un retorno a la dimensión l lenri Michaux fue un gran poeta y pintor de origen belga, na-
del significante, que fue constitutiva para el sujeto y que él mismo ' 11111alizado francés, que escribió sobre viajes imaginarios y relatos
ha procurado borrar recurriendo al tóxico. Así como el lenguaje eva- 11l>re sus viajes con sustancias. Varios de sus textos fueron es-
cuó el goce del cuerpo, confinándolo a esas "reservas" que son las 11ilos bajo los efectos de drogas, particularmente la mezcalina. De
zonas erógenas, también ha azotado al cuerpo del sujeto con signi- L1 ,elación con ella surgieron textos como: Paz en /os quebrantes
ficantes amos que le deparan un sufrimiento. Las drogas, al aneste- ( 1!Jó9), El infinito turbulento (1957), Conocimiento en el abismo
siar el cuerpo, logran que los azotes de los significantes amos dejen ( l 1)61), Las grandes pruebas del espíritu ( 1966).
de producir dolor al sujeto. Sin embargo, pueden sumergirlo en un 1 1 libro Momentos6 recoge varios poemas escritos bajo los
goce mucho menos soportable aún. Se trata de ir a la búsqueda de 1 1, •( los de los alucinógenos. Dice que la mezcalina le da una vida
esos significantes amos para darles otro tratamiento. 111 H, orosa, pero el horror consiste en que el yo se transforma en
A partir de entonces, en lugar de anestesiar el cuerpo, el dis- 1111,1 línea, mientras que en la vida normal uno es una esfera, que
curso analítico logra hacer que los significantes amos caigan y, al p111 efecto de la droga se transforma en una línea que se quiebra
desprenderse, dejen de ser un flagelo. Desde ese momento, ya no i'll mi l aberraciones. Y afirma que el látigo de un carretero enfure-

1ido le hubiera dado un poco de reposo.

5 Miller, J.-A., "Algunas reflexiones sobre el fenómeno psicosomático", Matemas //,


Manantial, Bs. As., 1988.
1, M11 llaux, H., Momentos, Alción, Córdoba, 2001.
El silencio de las drogas 1 57
56 1 Luis Darío Salamone

Con su escritura también demuestra una tesis de Mauricio Ta-


Para Michaux, la droga es "la metafísica aferrada por la mecáni-
11, ,h, que sostiene que la operación toxicómana no requiere del
ca"; busca la forma posible de traducir la crueldad del pensamien-
, 11t ·rpo del Otro como metáfora del goce perdido, lo cual es co-
to, busca una operación a nivel del lenguaje que le permita unir las 7
111 •lativo de un rechazo mortal del inconsciente. El rechazo del
palabras a las cosas. Se pregunta "60ué hay en una palabra que
i1ll.onsciente se da por la vía de un goce que está en ruptura con
no pueda transformarse en cuchillo?". La mezcalina lo sume en su
, 1Otro, un goce asexual, sin fracturas, uno, como esa unidad sin
desvarío, su poesía es una suerte de exorcismo artificial. Buscará
11 ,was de la cual testimonia Michaux. El rechazo del inconsciente
en las drogas, entre otras cosas, una anestesia; encontrará que,
,11 •mpre remite a una dimensión mortal, porque al entorpecerse el
a la vez, el tiempo se frena. Escribirá: "El opiáceo que detiene el
l1111cionamiento del mismo, se estanca e impide que el deseo se
dolor de entrañas, detiene también el Tiempo", procura escapar de
"las prisiones recibidas por herencia", pero quedará a merced de ¡,1111ga en juego.
1 1cuerpo intoxicado implica un repliegue de la libido sobre sí
"millones de olas de perplejidad".
nw,rno, que conlleva un goce que tiene dos caras: el dolor recha-
El poema "Hacia la completud", más allá de dar cuenta de
1110 retorna, y a la vez busca ser anestesiado por la droga. Al igual
los efectos del tóxico en el cuerpo, muestra una operación que
, 1111, en los casos de hipocondría y afecciones orgánicas mencio-
va a contramano de la castración. Se trata de un viaje hacia
11, Hlas por Freud, esta nueva economía de goce logra neutralizar
lo ilimitado, hacia una plenitud que lo absorbe. Siente resonancias
11111 un momento los síntomas neuróticos, pero con un mecanismo
y presencias por todas partes, "palabras que profetizan en voz
1111ilar al de la psicosis: aquello que es rechazado en lo simbóli-
alta". Se produce también el fenómeno del doble. Luego, vienen
(, 1es capaz de retornar en lo real. Así, con la intoxicación, en un
derrumbamientos interminables y un infinito que ya no intimida,
1111, •nto por escapar del sufrimiento neurótico, el cuerpo funciona
sino que afirma la posibilidad de un acceso al Todo. Con múltiples
1111cadamente. Pero esa locura corporal no es tanto el precio que
imágenes da cuenta de un goce frente al cual la función fálica
,, paga por recurrir al tóxico, el goce autoerótico resultado de la
desfallece. El goce se traduce también en sensaciones corpora-
11 qi\ura con el Otro no encuentra la forma de metabolizarse, resul-
les: las palabras lo atraviesan, las manos se desprenden, el oído
' 111clo algo primariamente tóxico. La droga viene en segundo lu-
se colma con una carillón de antaño, siente escalofríos, temblo-
111, alimentando el circuito, es el combustible arrojado al fuego de
res, a tal punto que el corazón quisiera fugarse, el pecho se des-
1,,, pulsiones. La problemática central es la sexualidad y el sujeto
prende en una progresión de abandonos, de lo sólido se va a lo
, 110 puede hacerle frente narcotizado.
impalpable, estar ligado y desligado son intentos de traducir algo
1 n ese sentido, replantear la relación del sujeto con el Otro y
sin nombre. Parado en lo indecible, con un empuje al Uno, a la
, 111 su goce resulta decisivo para darle la posibilidad de vivir sin
amalgama, a millares de velos, cientos de recursos se conjugan
, ,LH anestesiado, de permanecer despierto para resolver las con-
para dar cuenta de un intento de borramiento de la falta, del ac-
'11ll ¡encias que la vida le depara, de elegir habitar un cuerpo que
ceso a una unidad sin fisuras, a una felicidad definida como ele-
mental, pero también como eliminadora. Es una realidad común 1111 t ,5té intoxicado
a muchas intoxicaciones: ese extraño privilegio de vivir fuera del
tiempo.
Michaux realiza con su escritura una descripción de las con-
secuencias de su desasimiento del Otro, de un "armisticio de las
pasiones", dando cuenta de cómo un goce que escapa a la regu-
lación fálica, hace estallar ese anclaje que el falo produce, y nos 1 111,1b, M., "La substancia, el cuerpo y el goce toxicómano", Más allá de /as drogas,
introduce en una nueva topología del cuerpo.
l 'h11,il, 1a Paz, 2000.
58 / Luis Darío Salamone

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os conceptos de síntoma y estrago constituyen dos pautas im-

L portantes para trabajar el uso de las drogas en hombres y mu-


jeres, cuestión que de desprende de una ocurrencia de Mau-
11t io Tarrab, 1 quien afirma que la droga puede ser algo peor que un
.,ntoma, que es lo que Lacan dice precisamente del estrago. A partir
de: allí, entonces, es posible realizar una lectura desde estos dos
11 ~rmi nos a partir de las conceptualizaciones de Lacan en la última
1wte de su enseñanza.
Sin duda, el término estrago nos puede resultar convincente
pma denominar los efectos y el accionar que algunos tóxicos pue-
1 lr'n tener en ciertos sujetos, sobre todo a partir del problema que

¡Hesenta el concepto de síntoma en un sentido freudiano, pues


ll'Sulta un tanto inútil para abordar la mayoría de los casos.

Del lado del estrago

Lacan utiliza el término estrago 2 con dos connotaciones: por un


l,1do, como algo que puede producirse en la relación madre-hija,

1arrab, M., "Algo peor que un síntoma", clase del Seminario del TyA del 18 de
11 lt1bre de '2001. Inédito.
i Nota: el término en francés es ravage que implica estrago, devastación, ruina, im-
1" 11 L111le daño, daño violento. Proviene del latín rapere, arrastrar, seducir, arrebatar,
l11111,1r precipitadamente, robar, cercano a raviner, abarrancar.
60 / Luis Darío Salamone
El silencio de las drogas 1 61

o bien en lo que puede jugarse en la relación de la mujer con el


hombre. Es decir, la estragada es la mujer. i/11.1( ión edípica como en un puerto. Está en el puerto, o como pez
11 1•I ag ua, porque la castración está de partida, no sufre la amenaza
Con respecto al primer caso, en el seminario El reverso del psi-
l 1, 1e e que no se preocupe tanto por salir de la situación. Sin em-
coanálisis Lacan plantea que "el deseo de la madre no es algo
ll!íl [Jo, Lacan plantea que esto contrasta dolorosamente con lo es-
que pueda soportarse tal cual, que pueda resultarles indiferente.
lmr¡;1nte que es en la mayoría de los casos la relación con la madre.
Siempre produce estragos".3 Lo relaciona con estar dentro de la
( 'o n respecto al estrago jugado en la relación de la mujer con
boca de un cocodrilo y lo problemático que puede resultar que
1 l1ombre, en el seminario El sinthome, en la clase del 17 de fe-
alguna mosca pueda llegar a picarlo provocando que esa boca se
1, ,1,•10 de 1976, Lacan afirma que el síntoma es el sexo al cual no
8
cierre. Lo estragante es el deseo de la madre. Sin embargo, hay
, pmtenece, es decir, una mujer. Si una mujer es un síntoma para
algo tranquilizador: un palo de piedra que la traba, el falo, que está
1 l1ombre, es necesario encontrar otro nombre para lo que es el
allí por si la boca se cierra. Este estrago implica un punto de fra- 1
1 111111bre para la mujer. Ya que el sinthome implica la no equivalencia,
caso en la salida fálica freudiana y cierta traba en la funcionalidad
1111 l 1ombre puede ser una aflicción peor que un síntoma, dice Lacan,
del deseo. Estaría en la base de los síntomas en los cuales el falo
,, luso un estrago. El hombre toma el relevo de la madre; en lugar de
no es un buen operador. Podemos decir que la función fálica falla
o queda suspendida. 4 l,Jl11 11arla, hacerla deseable, puede llevarla a esa seducción primera,
11 o·, lrago, una relación no mediatizada por el significante.
Hay antecedentes en Freud de esta cuestión; por 1931 proponía
1 11 varias oportunidades, Freud "y esto es una evidencia clínica"
un término que se acerca al de estrago con respecto a la acción ma-
¡ i 11ilea que las mujeres, aunque creen elegir a un hombre según
terna a propósito de las pulsiones de la hija: nos habla de catástrofe.
l 111odelo paterno, acostumbran a repetir la relación con la madre.
En su conferencia 33ª, "La feminidad" (1932), afirma que para com-
1111 lt1so esgrime un optimismo envidiable cuando dice que, en este
prender a la mujer hay que tener en cuenta la ligazón preedípica con
, ,11l1do, segundos matrimonios son mejores, pregonando el triun-
ia madre. Así como la amenaza de castración empuja al niño en los
1, 1de• la esperanza por sobre la experiencia.
derroteros de Edipo y lo lleva al sepultamiento del complejo, en la mu-
l lay algo que nos permite comprender la satisfacción pulsional
jer habría un estancamiento, la ligazón niña-madre sería en la peque-
¡i 11 • t1na mujer puede encontrar en estas posiciones estragantes y
ña más prolongada e intensa de lo recomendable. 5 En esta fase hay
, ·.t i relación al superyó.
una relación de exclusividad con la madre, es decir, la figura paterna
1 1eu d plantea que en las mujeres "el superyó nunca deviene
queda al margen, excluida. Lo mismo se plantea en el texto "Sobre
! 111 11nplacable, tan impersonal, tan independiente de sus oríge-
la sexualidad femenina" ( 1931) al hablar del carácter exclusivo de la
11, ,, i1fectivos como exigimos en el caso del varón". 9 Lo de no tan
ligazón6 de la niña con la madre, con una prescindencia total del objeto
1111¡,1 •1son al ni independiente de sus orígenes afectivos aparecerá
padre. Eso que escapa a ley paterna es lo que resultaría estragante.
, 1 otros momentos de la obra freudiana, donde se destaca que
Lacan, por su parte, ubica que en el Edipo la mujer está como pez
7 11 /;15 mujeres, más que en el caso de los varones, la cuestión
en el agua, algo parecido a lo que decía Freud: ella se refugia en la
11, ¡i,•nde de la intimidación exterior. Es decir, estará más expuesta
¡ l.1 1t'lación con un Otro estragante. Por otra parte, la amenaza en
¡i 11 •t ¡o para la niña tiene que ver con la pérdida del amor. Sobre el

3 Lacan, ¡, 11 Ji<\ y quienes entren en la serie, recaerá una demanda fálica.


p. 118. J., El Seminario, Libro 17, El reverso del psicoanálisis, Paidós, Bs.As., 1992,
4 AA W., Un estrago. La relación madre-hija, Anáfora, Bs. As., 1993.
5 Freud, S., "La feminidad" (1932), Obras completas, t. XXII, Amorrortu, Bs. As., 1985.
6 Freud, S. "Sobre la sexualidad femenina" (1931 ), Obras completas, t. XXI, op. cit. 1 11 , 111, J., El Seminario, Libro 23, El sinthome, Paidós, Bs. As., 2006, p. 99.
7 Lacan, J., "El atolondradiciho", Otros escritos, Paidós, Bs.As., 20 12, p. 488. 11,•11rl, S., "Algunas consecuencias psíquicas de la diferencia sexual anatómica"
111· ">), Obras completas, t. XIX, op. cit.
62 1 Lui s Daría Salamone El silen cio de las drogas 1 63

La pé rdida del amor, o la desestimación de esta demanda, implica pl11nlc•,1 las razones por las cuales el superyó femenino trajo tantos
sumergirse en la angustia. Esto puede crear cierta dependencia p111lM•111as al psicoanálisis; no se lo encontraba porque, como la
que la lleve a aceptar cualquier tipo de exigencia por parte de 111 l.1 1obada, estaba ante los ojos. Dice: "Habría que escribirlo así:
ese Otro. Así, el partenaire haría las veces de ese superyó, débil 1 11pcryó, femenino". 13
como instancia interna, pero tan estragante como siempre, y me- 1'l)( lría afirmarse que lo estragante siempre está en relación
nos impersonal. Ya en 1927 Hans Sachs hablaba de mujeres que n11 1•I accionar de ese superyó femenino, desarrollo que permite
tendrían un superyó postizo a partir de la relación con los hombres, 111p1cnder el problema de plantear a las drogas como un estra-
de quienes se tornarían en dependientes y sumisas. 10 El hecho de 1. 1.,I sto valdría sólo para las mujeres? Es verdad, como se plan-
perder el amor resultaría equivalente a la angustia de castración. ,•, ,1 11 leriormente, que Lacan hace jugar la cuestión del estrago
En este punto, se encuentra una de las respuestas, además del 11,I l,1do de las mujeres.
goce que puede ocasionar, de por qué se sostienen estos amores. 11,11 adójicamente, Daniel Sillitti sostenía que no hay mujeres
Si bien es mentira que el amor todo lo puede, al menos logra anu- 1il 11 1imanas; por más que a algunos les resulte extraño, tenía ra-
lar, temporari amente, la angustia de castración. 1111 ", para pensarlo. En principio, la mujer no existe, no hay nada
Si cons ideramos al superyó como heredero del Edipo, en ese ,11 lo que pueda hacerse una generalización de la mujer; por otra
estancamiento en la ligazón con la madre que incita el goce y lo 1·1111 ·, el goce de las toxicomanías no se puede equiparar al goce
prohíbe, se j uega algo del orden de la arbitrariedad; esto se pre- 1· 1111 1 nino, ningún vector en el lado mujer de las fórmulas de la
senta en las discusiones en torno al superyó femenino. Freud va 1mció n pueden dar cuenta del goce toxicómano. Si se plantea
a plantear el amor a la madre con relación a la conciencia moral; l 11t.1tema % no se puede hacer uso de las fórmulas de la sexua-
debido a la arbitrariedad la conciencia moral cobra un carácter 1.'111 co mo operador.
implacable y crue l. Características del superyó. 1 íl pregunta que surge es si el problema de las mujeres taxi-
El deseo materno, esa boca de cocodrilo capaz de devorar ¡ 111 11íl nas no es parecido al viejo problema del superyó femenino:
-vale la pena aclarar que el cocodrilo hembra lleva a sus crías en ,,, , ·,e las ve, porque como la carta robada, están a la vista. Es
la boca-, tiene su correlato en el superyó. Un superyó materno, oln una hipótesis, pero quizás no sea tan desatinado pensar a
más exigente que el paterno, oprimente, devastador. lit, loxicomanías, al menos ciertos casos en los cuales el sujeto
Miller propone una clínica del superyó, podríamos decir de la p,_11 l' Íecto de la droga se esfuma y entra en coalescencia con el
pulsión de muerte, pero manifestada bajo su aspecto de superyó, 11-,11 •lo a, del lado mujer en las fórmulas. Esto valdría para el estra-
que lejos de ser Pepe Grillo, como planteamos en otro momento, 11 1' 1, para la niña estragada por la madre que, al no poder erigirse
para Freud es el cultivo puro de la pulsión de muerte. Capricho 1, 11110 res olución a su demanda fálica, ocupa el lugar de objeto
sin ley que empuja al goce. Miller sostiene que el goce se refiere 11t I lantasma. Esa es la razón por la cual durante mucho tiempo
al deseo de la madre como función sin freno simbólico y propone < onfundió a la adicción con la perversión, y también por eso

el materna <l> / Se trata de un goce no frenado por el falo, un


2
111 qen problemas de diagnóstico diferencial con el campo de la
goce que no se localiza como goce fálico, no tiene esa medida y p ,11 os is.
al no estar cautivado por el falo deviene estragante. Por otra parte, 1)e to das formas, tampoco se puede hacer uso del vector que
',11 l,1s fó rmulas de la sexuación va del sujeto tachado al objeto a,
lul >ido a que si bien los toxicómanos pueden estar en una posi-
1O Tendlarz, S., Las mujeres y sus goces, Colección Diva, Bs.As., 2002.
11 Cf. Salamone, L.D., "El silencio de las drogas", en este mismo libro.
12 Miller, J.-A., "Clínica del superyó", Conferencias porte11as, 1, Paidós, Bs. As., 2009,
p. 141 1 i M11\cr, J. A, "Teoría de los goces", Conferencias porteñas, 1, op. cit., p. 149.
64 / Lu is Darío Sal amone
El silencio de las drogas 1 65

ción de objeto, el estrago no le viene de otro sujeto, como en el


caso de la niña con su madre o de la mujer con un hombre. Un goce estancado

1Jna viñeta clínica podrá ilustrarnos acerca del modo por el cual
2. Del lado del síntoma ¡ , .. ,lrago puede presentarse.
Mariam llega a la consulta porque, teniendo más de treinta
Ya ha sido planteado en varias oportunidades por qué la drog a 11111•,, no ha logrado hacer nada en su vida. Vive encerrada en una
no es un síntoma en el sentido metafórico, no es un significante li til1ilación ubicada en el fondo de la casa de su madre, a partir de
que aparece con relación a otro reprimido. Sin embargo, el con- 111, • deci dió dejar de dormir en el mismo cuarto que ella, tomando
cepto de síntoma va cambiando a lo largo de la enseñanza de 1, 1)/i ol. Lo único que la saca al jardín que separa su pieza del res-
Lacan. ' d<' la cas a es un estanque de agua que había colocado su padre
14
En El síntoma char!atán Miller ya no distingue síntoma de fan - _11,_1 criar peces, abandonando la casa al poco tiempo, cuando
tasma sino que los emparenta; esto ocurre con la última definició n Mc11iam tenía doce años. Los peces murieron al año pese a que
del síntoma lacaniano. Entre el sujeto y el goce hay una media- 11 debi do a que- la madre los alimentaba todo el tiempo. Poco
ción : la significación del Otro. 1, ', pués, entra en un período durante el cual se niega a comer,
La droga implica un modo de gozar que responde al autismo ¡ 11 l1ru larmente ante la presión de la madre, presión que siempre
contemporáneo, guarda relación con todas esas invenciones para 11 il 11a estado, y que había hecho de ella una "gordita", rasgo que la
permanecer alejados del Otro. Entonces Miller propone una fórmu- 11uil1c misma se encargará de criticar. Ante una pérdida de peso
la para la droga borrando el significado del Otro, no necesitan de ¡;1,_; llcupante, es llevada a una institución que se dedica a tratar
las significaciones del Otro. Entre el sujeto y el objeto a aparece el 11:1clros de anorexia.
losange quebrantado. Esta fórmula nos permite pensar a la droga Al terminar el tratamiento, conoce a Carlos, definido como un
1tdH'mio, que además de escribir toma alcohol todo el tiempo. Se
ganando terreno en un momento de vacilación del fantasma. Este
tipo de síntoma, que prescinde de una relación al Otro, es estra- , 111 ¡, incha en su locura. Carlos le dice qué tiene y qué no tiene que
gante debido a que no permite una contabilidad del goce. Ese es 11 11 t! J. Se transforma en la medida de su realidad.
el motivo por el cual a mi juicio, el psicoanálisis puede tener una 1'oco antes de cumplir los quince años, su madre la lleva a Al-
eficacia en estos casos, porque hace pasar el goce al inconsciente, . 1il1nlicos Anónimos, aunque según el decir de la madre, "era pre-
es decir a la contabilidad. El cortocicuito que la droga opera al nivel 1, 11iilc que chupe a que no coma".
del significante impedía dicha operación. La función fálica hace 1 1 significante "estancada" surge frente a la queja de que lo
!11111 o de lo que se ocupa desde hace años es de limpiar ese lugar
existir el Nombre del Padre y el Nombre del Padre concilia el goce
11 ,,¡ que los peces murieron, por la ausencia del padre y por los
con la contabilidad, por eso se presenta como un caso particular de
15
la función del sín toma. Otra vez, esa dificultad de diagnóstico que 1_1",Os de la madre, que hicieron que ella no pueda estar com o
se presenta con la psicosis, cuando el goce deja de ser contable. IH 11. r•n el agua en su Edipo, sino que estuviera como esos peces,
1,111111'1gida en un goce estanco, sin poder salir del deseo estragan-
,, d, •I Otro.
1 ,1 re lación con Carlos toma el relevo de esa relación con su
111 1d1c•. Ell a sitúa un punto en común ligado a la demanda del Otro,
¡ u<.> también una diferencia: mientras la madre le decía "comé",
14 Miller, J.-A., El síntoma charlatán, Paidós, Bilrce/onn, 1999. t:o tlos le decía "tomá". Pero el deseo del Otro marca el camino en
15 Miller, J.-A., "Teoría de los goces", op. cit., p. 1b (l.
íü "p refi ero que chupes a que no comas". Un deseo arbitrario que
El silencio de las drogas \ 67
66 1 Luis Darío Salamone

1,·,1,,it,nza a ser rechazada por ella. Un sueño lo ubica nuevamente


no queda conforme con la imagen resultante del accionar y que la 11 , ,< ,, ie con el deseo materno; Carlos la obligaba a comer, y si
critica severamente por devenir gorda, que la alimentaba para que " , lo hacía le pegaba.- En las asociaciones comete un fallido, y
se críe "sana" como lo hacía con los peces que terminaron murien- , 11,11,do quiere decir que Carlos le había pegado en una oportu-
do, o "reventando" según su propio decir, significante asociado a 111i\, 1d dice "pegada". El significante es subrayado antes de cortar
Carlos, quien para la madre era un "reventado". Espejo, o lago, para 1,, •,, !Sión. Decide cortar con Carlos, la relación con él es definida
seguir con una metáfora acuática, en el cual ella se va a reflejar,
para mirarse. 1, ,1110 un encierro.
1)ccide buscar un trabajo de pocas horas que le permita em-
Ten emos a la madre y al hombre; de ambos procuró separarse ¡111 •11der una carrera universitaria. Luego de muchas vacilaciones
inútilmente por mucho tiempo, pero también al alcohol como es- l decide por Relaciones Públicas, planteando que es algo anti-
tragante. Mariam va de un estrago al otro. 1i[l\ rnal para ella ya que, después de todo, siempre su problema
Llamativamente, o quizás no tanto, emprende un tratamiento (111• el de establecer relaciones con el Otro. En la Universidad el
con el psicólogo que atendía a la madre. Tres años de tratamiento ¡1111\i\ema ya no serán las relaciones, sino los exámenes, el sentir
en los cuales el profesional, al igual que la madre, le decía qué ,I' 11, no puede hablar justo de lo que los profesores le piden. Sin
tenía o qué no tenía que hacer. Por supuesto, indicaba que tenía
1 111\iargo, logra pasarlos "siempre raspando".
que dejar a Carlos, también a la bebida, y cuando le manifestó \iene sueños reiterados en los cuales busca todo el tiempo
su preocupación por sus kilos de más, le sugirió que haga un ré- l ,_1•,as que no logra encontrar. No puede recordar de qué cosas
gimen. Abandonó el tratamiento cansada de que el psicólogo la 1• \rata, solo recuerda que en los sueños estaba desesperada y
critique todo el tiempo. 11•11fa la sensación de que, si encontrara lo buscado, eso la llenaría
Lo que encuentra en esta oportunidad es un análisis que le va a , \t • horror. Afirma que rara vez pierde algo estando despierta. \nte-
permitir cuestionar esas relaciones mortíferas sin decirle qué es lo 11111npo la sesión cuando dice que a veces hay cosas que es mejor
que debe hacer. Se produce un punto de inflexión a partir de que
111 •1 der\as que encontrarlas.
se da cuenta de que la madre no solo alimentaba en exceso a los 1 n la Universidad conoce a un hombre que le agrada, pero
peces, sino que además nunca les cambió el agua, cuestión de la ¡11111e distancia, no está muy segura de que esa relación pueda ser
que se ocupaba el padre, dándoles oxígeno para respirar. Se plan- ,111<,rente a las otras. Al tiempo, se sorprende porque la relación es
tea la necesidad de volver a ver al padre. El reencuentro con él la i\,•inasiado tranquila, pero afirma que algo le falta. Ese toque agre-
lleva a un replanteo del lugar que ocupa para ella. Se dará cuenta 1vo que tenía la relación con Carlos le gustaba. El nuevo hombre
que lo que ella tenía era la versión del padre que le proporcionaba 1¡11<' conoce, que también se llama Carlos, no está pendiente de
la madre. Llega a entender por qué el padre dejó a la madre, pero 1·\\. 1, no la lleva o la trae de la casa cuando salen, no llama por te-
no le perdona que la haya abandonado a ella. \, •lona todo el tiempo. Incluso, le parece demasiado "sanito" para
Ese falo demasiado flaco para vivir, demasiado gordo para 1 11. 1. La relación continúa y se va afianzando poco a poco. Piensa
agradar y no reventar, que marca la inoperancia de la función pa- , 111<' lo que había sido su relación anterior, no había sido amor,
terna al abandonarla en esa relación, estancada, con el deseo del 11,thía pasado por más momentos de odio que de amor. Una tenue
Otro, comienza a circular haciendo que ese deseo del Otro le apa- 111:,atisfacción recorre su actual relación, aunque ya no se le pre-
rezca como enigmático. Se va a preguntar "¿Qué carajo es lo que
quiere mi madre para mí? Ella nunca va a estar conforme, pero lo ,onla como mortífera.
que importa es que me pregunte qué es lo que yo quiero".
Con Carlos tendrá algunas idas y vueltas. De vez en cuando sa-
len a comer algo. La sexualidad que se juega muy violentamente
El silencio de las drogas 1 69
68 1 Luis Darío Salamone

di 1 011sumirlo. Miller señala un parecido estructural entre este movi-


4. Algo más que un daño
1n11_•1llo del discurso capitalista y el movimiento sin barrera planteado
jlPI 1 1eud en "El malestar en la cultura" con respecto a la orden
En la siguiente viñeta clínica se intentará verificar si se puede 17
1q11 •1yoica y la renuncia a la satisfacción pulsional.
hablar de estrago en un hombre. Esteban consume todo tipo de
1 1 psicoanálisis apunta a reintroducir la dimensión de la falta
pastillas, lo hace para soportar la angustia, la culpa y los temores.
p1 , 111iliendo una salida de ese discurso capitalista que abona el
Considera que la razón de su sufrimiento tiene que ver con su
1 1ill1vo de la pulsión de muerte, poniéndole un freno a ese estrago
madre. Más precisamente, con su madre que hacía el amor con
otros hombres que no eran su padre, sobre todo con un almace- · ¡i ·1ll'ralizado.
nero, pero delante de él, cuando tenía alrededor de tres o cuatro
años ; lo llevaba a sus encuentros amorosos en los que solo un
mostrador o una pared lo separaban de su madre y su amante. 1llhllografía
Define a su vida como un dolor. Las respuestas eran o no sentir o · .\. VV., Un estrago. La relación madre-hija, Anáfora, Bs. As., 1993.
escapar, y las pastillas le servían para ello. Caracteriza a los efec-
\ . VV., Más allá de las drogas, Plural, La Paz, '200'2.
tos del deseo del Otro como una catástrofe en su ser; si bien no 111 11d, S., "Algunas consecuencias psíquicas de la diferencia sexual ana-
menciona el término estrago, lo que afirma se aproxima bastante lúmica" (19'25), Obras completas, t. XIX, Amorrortu, Bs.As., 1985.
a esta cuestión. Asocia que sus miedos tienen relación con la de- l 11•11d, S., "Sobre la sexualidad femenina" (1931 ), Obras completas, t. XXI,
vastación que provocó la madre en su persona; él estaba allí, sabía
op. cit.
que había algo mal, pero no comprendía, como le pasa ahora. El 111 11d, S., "La feminidad" (193'2), Obras completas, t. XXII, op. cit.
padre estaba dibujado, y allí empezó a sentir culpa. Se pregunta , H .in, J., El Seminario, Libro 17, El reverso del psicoanálisis, Paidós, Bs.

si su madre, además de gozar con el almacenero, no sentía cierto


/\s., 199'2.
placer en verlo sufrir; en ese punto él toma el relevo, goza en el 11 ,líl, J., "El atolondradicho", Otros escritos, Paidós, Bs.As., '201 '2.
sufrimiento, dice: "No sé si llamar a esto que me hizo mi vieja daño, 1 H ,in, J., El Seminario, Libro '23, El sinthome, Paidós, Bs.As., '2006.
es una palabra que queda chica, es algo más que un daño, es una Mlilt~r, J.-A., "Clínica del superyó", y "Teoría de los goces", Conferencias
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5. Un estrago generalizado clós, Bs. As., '2000.
1 111ab, M., "Algo peor que un síntoma", clase del Seminario del TyA del
Como lo plantea Ernesto Sinatra, la noción de estrago en la rela- 18 de octubre de '2001. Inédito.
ción madre-hija se extiende y hoy podemos hablar de un estrago ge- l1•1Hllarz, S., Las mujeres y sus goces, Diva, Bs.As., '200'2.
neralizado.16 Esto es consecuencia de la modalidad discursiva impe-
rante. El discurso capitalista opera de una manera tal que empuja al
sujeto a un goce que es capaz de generar toda una sintomatología
con las características de las actuales, entre las que se encuentran
el consumo de sustancias que conducen al sujeto a un goce capaz

I '/ M1llcr, J.-A., El banquete de los analistas, Paidós, Bs.As., p. 304.


16 Sinatra, E., Más allá de las drogas, Plural, La Pa,, '200'2.
'

1)el amor y otras adicciones

"Tomo, para no enamorarme,


me enamoro para no tomar ... ".
Versuit Bergarabat

el amor y otras adicciones es una película de Edward Zwick


'del 2011 cuyo título original es Lave and Other Drugs, co-
media que vira hacia el drama cuando la protagonista pre-
' rild. manifestaciones del mal de Parkinson. Está basada en el li-
lJ111 ele Jamie Reidy, Hard Sel/: The Evolution of a Viagra Sa/esman.
, Jamie (Jake Gyllenhaal), es un visitador médico ambicioso y
,111q1•riego. Tiene habilidad para vender y conquistar mujeres. Ma-
.1, p1 · (Anne Hathaway), es una bella joven con un diagnóstico de
p II kinso n precoz. Ambos tenían dificultades para comprometerse
11111 el sexo opuesto y eran buscadores de relaciones ocasionales.
11,111do se conocen caen bajo la influencia de esa droga llamada
11111 >1. Pasan del encuentro sexual contingente a enamorarse. Lo
· 1111oso es que detrás de esta historia de amor se cuenta cómo
111qió y se comercializo el Viagra, cómo se juega la guerra de los
l.1111>1 atorios para imponerse en el mercado, y cómo la chica lucha
! , 111 ',U enfermedad. Si bien no es un film recomendable, su título
1, ,• .rilta interesante.

1. La droga del amor

Con este título se pueden discutir algunas teorías modernas


qu,,, desde la biología, no solo pretenden explicar la cuestión del
,ilil<>r, sino que directamente lo comparan con una droga.
72 1 Lu is Darío Salamone El silencio de las drogas l 73

Podemos leer el ameno libro de Diego Golembek, Sexo, drogas l 1r~10, nclara el autor siguiendo a Tanguito, "el amor es más fuerte".
y biología, que parte de preguntarse irónicamente "¿qué es el amor 1 in •,í, es ciego, porque al estar enamorados se inhiben zonas
sino una serie de reacciones fisiológicas?" Algunos científicos 1·11•h1ales que resultan fundamentales para la discriminación y el
predican desde sus laboratorios que se trata de estimulaciones pr 11· .. irniento crítico. Para peor de males, luego de hacer el amor,
químicas, neurotransmisores y olores. O bien del aumento de la In 111 H ·1ació n de oxitocina produce que unos quieran quedarse con
frecuencia cardíaca, enrojecimiento en la mejilla, sudoración y la 111_1~.. La oxitocina es una hormona que el sistema límbico, que es
actividad de ciertos centros cerebrales. 111 pw te del cerebro encargada del placer emocional, libera des-
Desde esta perspectiva, los científicos pueden responder a la pu1}, del orgasmo, hormona que hace que una pareja se sienta
pregunta acerca de por qué nos enamoramos o de quién lo ha- n,·,,-. vinculada emocionalmente. Si la oxitocina se combina con los
cemos. También por qué un hombre puede llegar a preferir una l1n9enos, una hormona femenina, la mujer se vuelve cariñosa
mujer más joven; sucede que los machos de cualquier especie 11i11versadora. Pero si se combina con la hormona masculina, la
prefieren hembras que muestren signos de fertilidad, explicación I'. 11>•,lerona, al hombre le provoca una necesidad incontenible de
que suena muy científica pero, por cierto, es llamativa ya que los l¡,1111 1r . Aún no se ha descubierto la combinación hormonal que lo
hombres muy difícilmente -aunque pueda verse un poco más en 111 ' , • a la necesidad incontenible de ver un partido de fútbol.
nuestros días- desean tener hijos. En ocasiones, los buscan para 1'uede haber sexo sin amor, pero si se tienen una cantidad su-
complacer a sus mujeres, o bien para que no los molesten tanto. lle 11•1ite de relaciones con la misma persona, el estallido hormo-
Cuando ven a una mujer, los hombres heterosexuales piensan en 11111 co mo les pasó a los jóvenes de la película de la que hemos
tener relaciones sexuales, no en la reproducción de la especie. 1 ,1,1,1do el título- puede hacer que los integrantes de una pareja
Ellas los prefieren maduros y altos, pues aseguran que se trata de ¡11111 1an permanecer juntos, convirtiendo el amor en una adicción.
elegir a quienes tienen recursos que les permitan criar al niño. Sin 1 decir que si una pareja se mantiene unida por años sería por
embargo, se advierte que no todo es instinto y que las muchachas, 1ilp,1 de una hormona.
además de seguir las reglas de la especie, actúan por imitación, es 1 n definitiva, según estos autores, se trata de una cascada
decir, se le otorga algún lugar a la identificación histérica. lo 1c\acc iones químicas. Elegimos el olor de quienes tienen un
Cuando nos enamoramos aparecen señales químicas, por ¡-,11 •ma inmunológico diferente al nuestro, porque evita que nos
ejemplo el aumento de los niveles de la dopamina y la disminución 11o1111oremos de nuestros familiares. Está la denominada teoría de
de la serotonina. Aclara el autor que se trata de algo similar a lo 1_, , 01res pondencia, según la cual se elige de acuerdo a un mapa
que sucede con las adicciones. 1111 •11 lal, aunque también influye el tipo sanguíneo, ya que se atraen
Alg o que resulta fundamental para la fidelidad es la acción de 11¡i 11 •ll os del mismo tipo.
ho rmonas endógenas; la oxitosina, que está presente también en ( 1areth Leng, que trabaja en el cerebro de la Universidad de
el vínculo materno-filial, será la responsable de la monogamia. Por 1 íli1 nbu rgo, afirma que la oxitocina ayuda a que se armen lazos
esta vía se podría también explicar un hecho que resulta tan azaro- 1 li 11, ,cleros entre las personas, ya sea en las parejas o en el caso

so como la elección de pareja, donde el olor tendrá mucho que ver. 11 l., ·~ madres con los hijos. La oxitocina se produce tanto en el or-
En el texto mencionado anteriormente, el amor es presentado ¡-,•,mo como en el parto. En síntesis, las hormonas endógenas, lla-
como una droga dura, o una enfermedad incurable, y algunas ma- 11, 1d,1s "drogas de la felicidad", que producimos nosotros mismos,
nifestaciones amorosas se parecerán peligrosamente al trastorno 11111 111an llegar a ser nuestras plantaciones internas, en lugar de
obsesivo, apareciendo ideas fijas, mensajes a repetición, etc. El 111,1polas o marihuana, que producen los siguientes elementos:
amor y la lujuria podrían considerarse adicciones de un sistema 1. Oxitocina, cuando existe un amor pasional, relacionado con
que busca placer, algo que impide que un adicto deje las drogas. l,1 Vl< la sexual.
El silencio de las drogas \ 75
74 1 Lui s Darío Salamone

1111 ilo I lt •I sistema nervioso y además suprime el hambre en quien


2. Dopamina, la droga del amor y la ternura.
3. Finilananina, que genera entusiasmo y amor por la vida. 1, 1 ,111·,llrne".
1 111 110 era de esperar de la conjunción del discurso de la cien-
4. Endorfina, que funciona como transmisor de energía y equi- 111 ,_1.1 11 el discurso capitalista, se vende esencia de oxitocina en
libra las emociones. u,1y, 1•s decir que todos, gracias al mercado, pueden hacer uso
5. Epinefrina, un estimulante para el desafío de la realización In l. 1hormona del amor. Este spray permite que se genere con-
de metas. b1 ·1:, , y atracción en el otro y por ello resulta útil para las relacio-
Si estas hormonas endógenas abundan, la persona se siente 1111r 1,1<,uales, pero también para aquellas donde, por la falta de la
ubicada, sabe quién es, a dónde va, controla sus emociones, cono-
1il111111 J11a, se ha producido cierto aplastamiento de la relación.
ce sus habilidades y sus talentos y se siente dueña de sí misma. 1·,le sería el momento ideal para que el vendedor, luego de
Lo que se denomina inteligencia emocional. 111·1 li11•ve discurso anunciando sus virtudes, al estilo de los vie-
Resulta interesante que los científicos se pregunten cuánto
du ra la pasión. No se trata de una teoría optimista que logra hacer
1º' .1 •11dedores de tónicos mágicos, pócimas y elixires de la vida
\! 111.1 abriera su mesa plegable y se disponga a vender los fa-
existir la relación sexual. Aseguran que la relación no puede pro- 1
li1 d1Y,os sprays. Sin embargo, en la actualidad podemos adquirir
longarse por demasiado tiempo porque, entre otras dificultades, 1p1od ucto por internet. Un anuncio de este medio pregona: "Uti-
moriríamos por extenuación; entonces se calcula que tras dos o
111, l.1 oxitocina en spray cada mañana después de la ducha dia-
tres años sus efectos desaparecen, sin apenas dejar rastro. lPero
1l.1, ,,plicándola si se desea con cualquier otro perfume, ya que
por qué? Como suele suceder con el tiempo el organismo se hace 1, 110 altera los olores. Si desea mejorar las relaciones laborales,
resistente a estas sustancias y la pasión se apaga como si nos
p, d,1 ,, ice la oxitocina como si fuese un ambientador o mézclelo
quedáramos sin combustible, y comienza así una segunda fase ,11 uno y aplíquelo por todos las zonas de la empresa. La oxitoci-
con un amor más tranquilo. Aunque sin dejar de estar asociada
1ilt 1·11spray es de fácil utilización, ya que por su diseño lo podemos
a otra ducha química, un baño de endócrinas, compuestos natu-
11 111•,portar en cualquier lugar, ya sea en nuestro bolso, un maletín,
rales qu e poseen una estructura similar a la morfina y otros opiá-
ceos que otorgan una sensación de seguridad. Si sufrimos cuando li ,•lera".
muere un ser querido, dice este informe, es porque dejamos de
recibir nuestra dosis diaria de narcóticos.
Nuestra perspectiva sobre el amor
Enamorarse puede producir el efecto de una dosis de droga y
si el enamoramiento se prolonga más de seis meses, puede llegar 11odemos ver, entonces, que hay teorías que aun pareciendo
a ser patológico y llevar a padecer algunos desórdenes mentales.
i1•11l 1ficas, no dejan por ello de ser bastante delirantes. Los psi-
Son diversos los investigadores de las Universidades de Ca-
' , ,. 11 1alistas deben ocuparse de otras cosas, del campo de la falta,
lifo rnia y de Nueva York que establecen un paralelismo con el
,11•I deseo y del goce, entre muchas otras, lo que permitirá elucu-
consumo de drogas. Hagop Akiskal comparó los niveles de sero- 111.11 sobre temas como el amor de otra manera, la nuestra. Lacan
tonina de los enamorados con personas que padecen trastornos i\11rn a que lo único que hacemos en psicoanálisis es hablar de
obsesivos compulsivos, y destacará que si los síntomas de enamo-
11 11nr. Sin embargo, no deja de ser interesante detenerse a ob-
ramiento duran más de seis meses se trata de algo patológico, ya 1•1var aquellos detalles que nos permiten apreciar la tensión que
que se sufre demasiado.
111 11•dc existir en esa soga que ata el amor a las adicciones.
Arthu r Aron, de la Universidad de Nueva York, ha comprobado
que el enamoramiento puede producir "el mismo efecto que el
recibir una dosis de cocaína, drog a qu e es un poderoso estimu-
El silencio de las drogas 1 77
76 1 Luis Darío Salamone

111 H 11cs, cuando están dormidas-, la castración, que pretende ser


a) La erotomanía femenina.
, · pulsada por la puerta, se mete por la ventana. El análisis, al rein-
En principio, hay un término que es el de de toxicomanía. La
1111ducir la castración por donde corresponde, como lo que divide
cuestión maníaca puede estar presente en el amor, por ejemplo,
il •,ujeto, permite un amor que no resulte tan adictivo.
en lo que la psiquiatría ha denominado erotomanía, una forma de
relación al otro imaginario que puede ser propia de determinados
estados pasionales en las psicosis, pero que también está muy h) El amor imposible
Del lado hombre, el amor se torna adictivo cuando la mujer se
presente en la forma de amar que puede tener una mujer neuróti-
, 111 .Jve imposible. No precisamente imposible de soportar, lo cual
ca. Jacques-Alain Miller ubica del lado hombre un estilo fetichista
1•1 ¡ún algunos científicos suele suceder después de los seis me-
y del lado mujer un estilo erotómano.
1••, cuando se acaban los efectos de la oxitocina, sino imposible
En un excelente trabajo de Nieves Soria titulado "La erotoma-
d1) tener, de abrazar. Es un hecho observable que muchos hom-
nía del amor femenino" 1 sobre la sensibilidad de las mujeres al lla-
lil 1·s en análisis no hablan de su mujer, hasta que ésta decide
mado del amor, ubica que se trata de que el seductor logre hacer
, 11 •¡arios, entonces, no dejan de hablar de ellas por años. Están
vibrar esa cuerda íntima que, en algunas oportunidades, puede ser
li 1·, casos de aquellas que no les contestan un simple mensaje de
la del fantasma. Lacan decía que bastaba con que el hombre to-
l,• <lo, razón por la cual ellos les mandan cincuenta. Se tornan un
cara el fantasma de una mujer para que ésta no se le resistiera. El
¡11 H o persecutorios y no tardan en comparar a esa mujer con una
fantasma tiene, como un instrumento musical, diferentes cuerdas;
i\1nga, y a esa dificultad para acceder a ellas con una penosa abs-
puede ser tocada la cuerda del amor sacrificial, esa necesidad que
l1111•ncia. Pueden, incluso, realizar una cura por sustitución de ese2
una mujer tiene de ser amada que la puede llevar al sacrificio, a un
11nor narcótico", al que le canta Chichi Peralta, a la "bersiutera":
apego a un otro que puede resultar adictivo ya que, lo decía Freud,
11 Hno, para no enamorarme, me enamoro para no tomar".
la pérdida de amor en la mujer sería el equivalente de la castración
\Jor supuesto, los hombres sazonan esta cuestión, si son ob-
en el hombre. De acuerdo a cómo esté situada, la mujer encontra-
.1 .. ,ivos y suelen serlo, con una práctica compulsiva que puede
rá en el amor del Otro una forma de burlar la castración. El apego
al Otro no resultará algo sencillo, tendrá los ribetes de la compul- 111111arse insoportable para la pareja.
1 1amor es una pasión; como lo señala Eric Laurent, el término
sión, será un amor loco. Lacan señala en la mujer una duplicidad
¡1.1•,ión permite contemplar en forma conjunta dos cuestiones que
entre la pura ausencia y la pura sensibilidad; pura sensibilidad que
1 11 •ud nos presentaba por separado: el afecto y el pensamiento.
está ligada al goce del órgano del partenaire, y pura ausencia ju-
1 11,mdo una dama se adueña del pensamiento de un obsesivo su
gada en el plano del amor. Nieves Soria articula la locura femenina
11. 1• ,ión se torna en una especia de droga.
al goce femenino, sin caer en el tema de lo ilimitado como factor
en común. Ubica la escalada sin límites de la locura amorosa fe-
menina com o un intento loco de reducir el goce femenino al goce
l. La adicción nuestra de cada día
fálico, poniendo en funcionamiento el dispositivo superyoico.
En ese rechazo de la castración, en ese intento de hacer de \ lay algo que resulta adictivo siempre, y que va más allá de la
dos uno, en esa un ión adictiva que procura, en ese intento de sos- ·,1 1•, lancia: se trata del goce. El goce siempre resulta adictivo; si
tener un íncu bo ideal -demonio que visita a las mujeres por las 11110 goza, quiere gozar más, y se torna en algo compulsivo.

:,í \ l,1uondo referencia a la banda de música Versuit Bergarabat, autora de la frase


1 Soria, N., "La erotomanía del amor femenino", El Caldero de la Escuela 63, Bs.As.,
octubre de 1998. q111 • '>t' cita.
78 1 Luis Darío Salamone

El problema es que en las parejas se pone en juego algo del


orden de cierta dimensión de la desproporción sexual y puede pa-
t os rituales del consumo
sar, por ejemplo, que una mujer no quiera tener relaciones todo el
tiempo, que introduzca una dificultad, y entonces el hombre querrá
hacerlo aún más.
Están las otras parejas donde el hombre perdió el sabor del
goce y está en permanente abstinencia, como los alcohólicos anó-
nimos, manteniendo una represión que lo inhabilita de gozar. "... pagando las cuentas
Así se da lugar a lo que Jacques Lacan denominó la comedia de gente sin alma
de los se xos. que pierde la calma
Si puede haber un parentesco entre el amor y la adicción, es con la cocaína ... ".
preciso señalar las diferencias. Podemos para esto tomar el semi- Joaquín Sabina
nario de Mil ler El partenaire-síntoma, en donde se puede encon-
trar desarrollada la definición que da Freud en "Inhibición, síntoma
y angustia" del síntoma en un sentido amplio, del síntoma como
un modo de satisfacción. No hay una satisfacción directa de la - as drogas, como lo sabemos, suelen contribuir a resquebrajar
pulsión sino que ésta se encuentra degradada.
La toxicomanía presenta un goce autoerótico que se cierra so-
bre sí mismo, sin una mediación del Otro, y en muchas oportunida-
L el vínculo del sujeto con el Otro. Muchas veces el consumo
de sustancias lleva a que el sujeto, librado de vergüenza o
c-r1lim ientos de culpa, cometa actos antisociales, contribuyendo
des, sin apelar al fantasma o promover el goce fálico. 111<'squebrajamiento de los ya frágiles vínculos humanos.
El amor es una mediación que permite transformar el desierto J)ero también hay un consumo que se da en el marco de lo
del goce en el campo del deseo; no es sin el Otro y, generalmente, ·111 1pal, que incluso entra en cierto orden simbólico. Orden contra
participa el fantasma abriendo la puerta al goce fálico. El amor 1, ual muchas veces los sujetos que consumen arremeten.
también guarda una estrecha relación con el goce femenino, que 1 a descripción que realiza Wolgang Schivelbusch de lo que im-
es difícil sin amor, lo que lo diferencia de una adicción a una sus- 11111 a entrar en una taberna, muestra un cambio de coordenadas
tancia tóxica. Podrá haber amores adictivos, incluso tóxicos, que 11.iles que a muchos sujetos puede resultarle estimulante. Descri-
generen un goce nocivo para el sujeto, pero no habrá sustancia 1_11• algo muy parecido a lo que viví la última vez que viajé a Santa
tóxica que po nga al sujeto de cara al vacío y abierto a la apuesta J, , y f uimos al patio cervecero. Y por supuesto brindamos. El brin-
del deseo, para que sea capaz de dar lo que no tiene y transmitir di·, es un acto muy antiguo. En el Diccionario de las supersticio-
la imposibilidad de completar al otro. 11•.<-; alemanas leemos que "Los usos y costumbres supersticiosos
,, •l,tcionados con la bebida deben entenderse como reliquias de
Bibliografía ,, los y manifestaciones de fe de un culto mágico".
1 se viejo acto de brindar se mantuvo vivo a lo largo de años,
¡11•10 ese ritual, que gira en torno a una bebida alcohólica, no está
Golembek, D., Sexo, drogas y biología, Siglo XXI, Bs.As., 2006.
111,,sente de esa forma en relación a la comida, por ejemplo. La
Soria, N., "La erotomanía del amor femenino", El Caldero de la Escuela
63, Bs. As., octu bre de 1998. li1 •il ida era asimilada a la vida o incluso el alma de alguna cosa.
Miller, J.-A., El partenaire-síntoma, Paidós, Bs.As., 2008. 1'111ede simbolizar por ejemplo la sangre. He trabajado cómo se
Laurent, E., El goce sin ros tro, Tras Haches, Bs. As., 20 1O. Jlll'9ª esto en el cristianismo, pero incluso ese simbolismo no sue-
80 1 Luis Darío Salamone El silencio de las drogas 1 81

le ser muy compartido hoy por los sacerdotes. Suelen invitar a que 1uri•, como temazcales donde se utilizan hongos alucinógenos o,
se ingiera el cuerpo, pero no la sangre de Cristo. 111j•, propio de nuestros días, las fiestas electrónicas donde reina
Para los hombres antiguos beber era algo que resultaba in- l 1_,, lé!SiS.
quietante. Para algunas culturas se incorporaba el alma pero se 8 111 embargo hoy no solo presenciamos, como ya hemos dicho,
podía perder la propia. El sujeto que había bebido vino de más per- ¡11 'tcl 1cas que no están reguladas por lo simbólico, habiendo un
día su alma y era poseído por el dios del vino. El peligro de beber 1,iloc ircuito en la dimensión significante, sino que muchas veces

podía estar en relación a un fantasma muy común: la posibilidad lil ,1111bólico se pone al servicio de la pulsión de muerte.
de ser envenenado. 1 , 11esto Sinatra ha trabajado esa costumbre que surgió que
Lo que se pone en juego y que resulta perturbador es la emer- o I onoce como El Botellón. Jóvenes que se reúnen en las calles
gencia misma del goce en un sujeto. La bebida libera las inhibicio- I¡_; 1 •,paña, muchas veces convocándose por internet, para tomar
nes, levanta la represión y además el alcohol tiene un efecto en ¡t,J1H les cantidades de alcohol. La cosa puede terminar mal, con
el cuerpo. Los rituales en consumo de sustancias tóxicas tienen il lo~, de vandalismo y poniendo en peligro la vida de algunos su-
como finalidad darle un marco simbólico, cierto orden, que permita jnlo•,.
neutralizar los peligros derivados de los fantasmas desencadena- 1 11 Argentina, donde siempre mejoramos estas cosas, tenemos
dos y el goce que se puede llegar a poner en juego, ya sea recupe- 111 "1, 11 ra loca" donde se mezclan todo tipo de bebidas alcohólicas
rado por esos fantasmas o el goce sin mediación que se produce , 111 pastillas; puede haber Viagra, anticonceptivos y antidepresi-
al intoxicarse. ;•,
Los bebedores brindan, se saludan, celebran la amistad. Y deli- Y no hablemos de lo que se pone en juego en muchas prácticas
mitan un goce que puede levantar las barreras que se juegan fren- 1~ 1ons umo en determinados sujetos atrapados por las drogas,
te a la sexualidad y la agresión. Lo que representaba una amenaza Como ya hemos visto, hay un concepto que nos permite estu-
deviene en un símbolo. !11 11 lo que se pone en juego en estas prácticas: el superyó, esa
Es muy interesante cómo se ha jugado el ritual del tabaco. 111 ,l.111cia que aísla Freud como independiente del yo, que la ubica
Fumar en pipa era una cosa, el cigarro implicó una economía de t ,11110 el cultivo puro de la pulsión de muerte y lo puede someter al
gestos, pero había que conservar la humedad del habano, sacar- , 1, , una crueldad que puede llegar al sacrificio. Laurent nos habla
le el celofán, cortar la punta, sacar la vitola, fumar sin sacudir la ¡¡¡, 1";e superyó que es la droga.
ceniza. El cigarrillo casi carece de rituales. Se pone en la boca y 1 o que no se regula por lo simbólico lo moviliza el superyó que
a gozar. Simboliza la vida moderna, es el paradigma del consumo , 1onsiderada por Freud como una instancia simbólica que em
capitalista. A mano, rápido, fugaz, se puede consumir uno tras otro, 1,, q. 1 al goce, pero incide en lo real; esta es una de las cuestiones
invadido por la ansiedad. , 11, caracterizan nuestra época, hay un empuje al goce en nues
Con otras sustancias se hacían encuentros rituales. He traba- 1111', días.
jado el Club de los fumadores de hachís donde se juntaban gran- 1 o simbólico puesto al servicio de la pulsión de muerte se pone
des personalidades de la cultura de aquel entonces como Charles 11 JI 1cgo en todo lo que se juega en el mercado de las drogas. Esta
Baudelaire, Théophile Gautier, Gérard de Nerval, Alejandro Du- , 111ana un analizante me contaba cómo desmantelaba libros, lo
mas, Víctor Hugo, Rimbaud, Eugéne Delacroix e incluso Balzac, , , 11 rnaba con cocaína, para mandarlo por correo. Era un trabajo
pero estaban asesorados por el psiquiatra Moreau de Tours. Es- ir 1, ,anal, había que improvisar en aquella época, me decía. Ahora
11

taba la dosis regulada y luego procurar volcar a la letra ese goce. ,l.1 lodo finamente calculado, desde las rutas de tránsito hasta
Sigue habiendo prácticas rituales, diferentes, atravesadas por Ir,:; contactos de seguridad o políticos corrompidos. Es el hecho
el discurso capitalista. Perduran incluso prácticas mágicas anti- lo lo que se conoce como crimen organizado.
82 1 Luis Darío Salamone

He viajado en algunas oportunidades a México, Colombia, Bo-


livia, Venezuela y otros países, donde la cuestión del negocio del 1os muchachos de antes
narcotráfico funciona fuertemente. Cada vez que voy a México me
traigo varios libros de lo que se conoce como narco literatura.
110 usaban éxtasis
Y no dejo de preguntarme si no nos espera algo de eso.
Hace algunos años podía resultar impensable. Esta semana
cada noche que llegué a mi casa y prendí un rato la TV para ver " . .. que me mate la tristeza, que me
qué noticias había en el país se hablaba de narcotráfico, se ha- duerma, que me aturda".
blaba de crímenes y sicarios, de rutas de tráfico, de carteles, de Cátulo Castillo 1
depósitos de drogas y túneles para el escape. Y se hablaba de
todo esto en la provincia de Santa Fe. "Para olvidarla me vuelo la cabeza con
Le pregunté a alguien que trabaja en el tema si era posible una pastilla y me aturdo con música".
Juan Carlos 2
vislum brar un futuro como el que se ve en Centroamérica. Me con-
testó con cientos de hojas de un proceso judicial donde se habla
precisamente de carteles, de crímenes, de corrupción. Con cosas
de accedo público, y les puedo pasar el link si les interesa. Es una s mi intención trazar cierto paralelismo entre las costum-
investigación llevada adelante por el juzgado de Zafaronni. bres de los jóvenes de otras épocas que concurrían a las
El presidente de la Asociación Antidrogas, Claudio lzaguirre, milongas para pasar el tiempo, encontrando en el alcohol un
dijo que hay seis carteles funcionando en Argentina. Esto avanza. il1,1do para poder disfrutar de la noche, y los de ahora, que tam-
Y los psicoanalistas nos preocupamos por estar a la altura de 111•11 buscan lo mismo, aunque con otra música y otras sustancias,
nuestra época. , 11< ontrando en las fiestas electrónicas el lugar propicio para el
Tocio parecería jugarse en el terreno de la política. Sin embargo , 11 l'iu mo de éxtasis.
les dejaría una pregunta: ¿cuál es la intervención que un analista 1.stableceré algunas diferencias, pero también los puntos de
puede tener en esta cuestión, más allá de su trabajo clínico? , 111vergencia que permitirán dar cuenta de cómo, en distintos mo-
Eric Laurent nos ha pedido que no nos quedemos al margen 1111 •11tos, se procuran resolver ciertas encrucijadas estructurales de
de las discusiones sobre las cuestiones políticas que se juegan en w 1,crdo a los elementos con que se cuenta.
torno a la cuestión de las drogas. Es el momento de plantear nues-
tra posición como una alternativa diferente a la clásica. Después
de todo, ¿quiénes se ocupan como nosotros de la relación de un Vivir intoxicado
sujeto con su goce?
1 n lugar de vivir su presente, muchas veces el neurótico prefie-
1, habitar en el futuro con la esperanza de que vendrán tiempos
111,•1ores; o en el pasado, donde seguramente los hubo, siempre y
, 11,11,do la represión haya sido lo suficientemente eficaz para bo-
11 , 11 lo que resulta perturbador. Eficaz hasta cierto punto, ya que lo

1 ''l_ht canc ión". Tango de Cátulo Castillo y Aníbal Troilo.


1 r. lil es la solución que encuentra un joven analizante para olvidarse de una mujer.
84 Lui s Daría Salamone
1
El sil encio de las drogas 1 85

reprimido retorna sintomáticamente precisamente en el presente, . Tiempos viejos


incluso sin que el sujeto se dé cuenta.
Al no encontrar placer en el momento actual, la vida se torna r I título de este capítulo está inspirado en un tango de 1926,
aburrida. Muchas veces las drogas vienen a este lugar: a procurar , 11ya letra es de Manuel Romero, y la música de Francisco Canaro,
devolverle algo de goce al momento actual, borrando los pensa- ll,1111ado "Tiempos viejos".
mientos y fantasmas, y conectando al sujeto con una satisfacción
que no es capaz de procurarse por otros medios, intentando salir lTe acordás, hermano? iOué tiempos aquellos!
de la impotencia o la insatisfacción, que son formas de nombrar Lran otros hombres más hombres los nuestros.
esa imposibilidad de gozar. Esto lleva al sujeto a vivir intoxicado. No se conocía cocó ni morfina,
4
Una de las razones sociales esgrimidas para pensar que la / os muchachos de antes no usaban gomina.
época en la que vivimos no es tan buena como la de antes, es pre-
cisamente la droga. Sin embargo, siempre ha habido sustancias l I tango es una evocación nostálgica de la juventud perdida,
tóxicas. En cada época y cada lugar se promueven determinadas d,• los muchachos de entonces, de la barra, de "las minas fieles
drogas cuya emergencia no es ajena a las cuestiones de mercado. ti, • gran corazón", de los bailes donde se peleaba por el amor, de
Es verdad que seguramente el discurso capitalista y determina- l 1 1uventud perdida, de esos veinticinco abriles que no volverán ...
das sustancias le dan, en nuestro tiempo, un envión aún mayor lPor qué dice que eran más hombres aquellos de antes? lPor
a muchas personas para que busquen una salida de su malestar , 111ó no usaban cocó ni morfina? Si bien no estaban de moda la
recurriendo a drogas. , ,icaína o la morfina, menos aún el éxtasis, que no existía, segura-
Desde tiempos remotos se desarrollaron rituales en los que 1111•nte en aquellas noches, en lo de Hansen, circulaban otras sus-
la bebida, el tabaco o diferentes sustancias tóxicas, jugaban un ¡, 111cias embriagantes como el alcohol. Y seguro que también les
papel fundamental. Muchas veces tenían por función neutralizar ,•1vía a los hombres para sentirse más guapos, más compadritos,
cuestiones que a los hombres se les tornaban amenazantes. Estos !'nito en las peleas entre ellos como con las mujeres. Si bien es
rituales comunitarios les permitían sentirse más seguros frente a · ,•,dad que los hombres se presentaban con otros semblantes, el
los demás y controlarse entre ellos. 3 Los rituales de otras épocas d1 ohol tenía su importancia en los comportamientos de aquellos
estaban jugados en un universo donde lo simbólico ofrecía cierta l 11,rnbres de antaño .
regulación pero, si bien hay diferencias, no implica que en esta
época no las haya; las leyes pretenden controlar los excesos de
goce aunque tendamos a pensar que, en nuestros días, lo simbó- 1, Los alcohólicos románticos y los cínicos
lico ha sido aplastado por lo imaginario en muchas ocasiones, y
que particularmente el uso de tóxicos, en algunas oportunidades, Desde hace muchos años, con Fabián Naparstek, comenza-
sume al sujeto en un mundo donde las palabras carecen de im- 1,11y , a pensar qué diferencia había entre los alcohólicos de antes
portancia. \ Ji,. , de ahora.
/\ los de antes, los llamamos los alcohólicos románticos; en es-
lu·, casos, la función del alcohol está más en relación al olvido, es-
pcc ,almente al olvido de una mujer amada y perdida. Hay muchos

3 Schivelbusch, W., Historia de los estimulantes, Anagrama, Barcelona, 1995. 11, ,1npos viejos". Tango de Manuel Romero y Francisco Canaro.
86 1 Luis Darío Salamone
El silencio de las drogas 871

tangos que testimonian de esto, aunque también hay muchas can - ·~111 embargo, con la misma obstinación insiste en buscar en la
ciones de rock o de cualquier otro género musical. Tomemos los l 1111 ·dad una solución, y el fracaso del alcohol es lo que lo lleva a
tangos, donde es habitual que se relaten las razones que pueden 11 .i·,lir con la bebida en busca de un consuelo, buscando ahogar
llevar a alguien a embriagarse: predominan los abandonos o los 111 i111gustia, emborrachando el corazón, "para después poder brin-
engaños, y resulta habitual que el alcohol cumpla la función de 111 por los fracasos del amor".
permitir no recordar, dejar de pensar, ahogando o ahuyentando las 1 1alcohólico moderno, en cambio, se presenta como más cíni-
penas en el alcohol.
" · 1 n lugar de la nostalgia, aquello que denota su posición es la
Muchas letras tratan sobre la eficacia que tiene el alcohol en la 1111l1lcrencia, incluso el rechazo del Otro.
función del olvido, como "La última curda", donde ese recurso se í./csulta más difícil en nuestra época encontrar a un alcohólico
presenta de una forma generalizada:
¡,1110, que consuma solo alcohol; sin embargo los hay. Incluso hay
· 11111 ,nes prefieren alguna bebida alcohólica determinada a cual-
6no ves que vengo de un país
· 11111 'I otra cosa. Por ejemplo, un analizante se embriagaba sólo con
que está de olvido, siempre gris,
tras el alcohol?... 5 1/.1 María.7 La dulzura era allí un rasgo a tener en cuenta. También
11 tilla incurrido, más allá de sus preferencias, en el uso de otras
11·,lancias.
También en algunos tangos se muestran los límites que pue-
Charles Bukowski es un borracho al que nuestros rockeros
de tener esta solución, como sucede con cualquier otra sustancia
1111nn; Fito Páez le dedicó "Polaroid de locura ordinaria". De su
tóxica que presenta su falla. Lo podemos ver en el tango "Frente
a una copa" : 1ili1 y obra han surgido, por ejemplo, también algunas películas
11111 ·resantes como Ordinaria Locura de Marco Ferreri, Barfly de
l l.11 bet Schroeder, o Factótum de Bent Hamer. Se trata de un es-
. .. me emborrachó de ilusión,
¡ 1lior cuya manera de escribir es tan directa que suele provocar
una mujer que fue mi vida.
tl1¡1cción o rechazo. Aparentemente, se trataba de alguien para
Y hoy que la siento perdida,
, 1111en el alcohol formaba parte de su vida de una manera tal que
se agranda esta herida
111 ,día ofrecernos un testimonio sobre una posición cínica, a parlir
que nunca la olvida ...
ni con alcohol... 6 ,J, • ese recurso". 8
l)esde su muerte, han aparecido algunas obras nn lc,, i11<''d1l.1:, 1
, 111npiladas en el libro Fragmentos de un cuadcmo 11rnirh1<lo ck•
La misma problemática se presenta en "Nostalgias", donde no
t 1110, 9 que contiene ese increíble manifiesto del borracho lilul mlo
hay trago que logre apagar un loco amor, que más bien es un
'U11 delirante ensayo sobre la poética y la condenada vida escri-
sufrir; navegando entre la nostalgia y la angustia el protagonista
dice: 1() rnientras bebía media docena de latas de cerveza (altas)". Allí
,n•,liene que sencillamente no le interesaba formar parte de nada,
In 1'11ergía de sus semejantes, dedicados a cambiar neumáticos,
Quiero por los dos mi copa alzar
para olvidar mi obstinación
y más la vuelvo a recordar.
1/,1 Maria es un licor de whisky.
e./. Salamone, L. D., "Un barfly llamado Bukowski", Alcohol,tabaco y otros vicios,
5 "La última curda". Tango de Cátulo Castillo y Aníbal Troilo. 111o1111a ediciones, Bs.As., 2012.
1l !11kowski, Ch., Fragmentos de un cuaderno manchado de vino, Anagrama, Barce
6 "Frente a una copa". Tango de Elías Wainer y Francisco Amor.
l,111;1, '.)009. •
88 1 Luis Darío Salamone
El sil encio de las drogas l 89

conducir una camioneta de helados, ir al Congreso, o abrirle las


11 otras bebidas alcohólicas animaban lo suficiente a los hombres
entrañas a alguien, ya sea en una operación quirúrgica o por el he-
, orno para entrar en estas disputas.
cho de haberlo asesinado, era algo que lo superaba. Dice: "Cual -
Con el éxtasis se establecen otro tipo de relaciones entre los
quier día que pudiera estafarle a ese sistema de vida me parecía
, onsumidores. Introduzcámonos en algunas de sus características
una buena victoria. Bebía vino y dormía en parques y me moría
p.tra descubrir las razones.
de hambre. El suicidio era mi mejor arma. Pensar en ello me daba
10 Se trata de una droga conocida por su nomenclatura química:
cierta paz . .. ". La religión le parecía un engaño, un truco de es-
MD MA (metilenedioxi-N-metilanfetamina), apodada en un princi-
pejos, las mujeres eran como todo lo demás, se ponían un precio y
pio como "Adán" en honor al ser primigenio que habitaba en el
lo obtenían , hacían exigencias que iban más allá del valor que te-
p,11aíso, también llamada XTC, y establecida entre nosotros como
nían. Su padre era visto como un monstruo brutalizado. Las cosas
t 1 >das is, por suponer que el término se aproxima al efecto que cau-
que exigía la vida tampoco tenían valor, incluso el ataúd necesario
.. 1. Es quizás el miembro más relevante de la nueva generación de
para el descanso final resultaba algo estúpido, "toda esa hermosa
.11<;tancias que alteran la mente, emparentado con los psicodéli-
madera barnizada para los gusanos ciegos del infierno". Diógenes
l ns; pero comparándolo con el LSD, por ejemplo, se trata de un
suscribiría a muchas de las afirmaciones de Charles. Pero no se
1orn puesto que genera efectos que resultan más predecibles. Lo
trata de la verdad que puede haber en lo que dice, se trata de una
posición subjetiva que podemos denominar cínica. ,¡11c hoy no resulta predecible es si lo que se consume es éxtasis
, 1iando alguien cree que lo hace.
Bukowski nos brinda la perspectiva de un alcohólico puro, es
La MOMA fue una droga aislada en 1912 accidentalmente por
decir, que no combina al mismo con otras sustancias. Prefiere par-
ticularmente la cerveza. Su visión del mundo es cínica, algo que
le,·, laboratorios Merck. Nunca fue comercializado por el laborato-
r111, pero la CIA la probó como droga de la verdad. Fue dejada de
no resultaba tan habitual en los alcohólicos románticos de otras
épocas. 1, 11 10 y reflotada por el ejército norteamericano. La primera comu-
111< ació n científica fue realizada por un químico investigador esta-
iJ,nmi dense llamado Alexander Shulgin, en 1976. Los psiquiatras
4. Las fiestas de la Casa del Ácido 11 11111 teamericanos la usaron hasta que la policía anti narcótica nor-
11.•, 1rnericana decretó que carecía de uso médico.
Du rante la década del 70 algunos terapeutas de pareja la en-
Según plantean quienes consumen éxtasis, esta sustancia va
111 •qaban a sus pacientes antes de las sesiones, y encontraban
al lugar que en otros tiempos ocupaba el alcohol. Sirve de válvula
11tl!11os hostilidad entre los integrantes de la pareja.
de escape frente a las presiones, y sirve a los hombres para en-
1 n 1975 la policía allanó un laboratorio de anfetamin as en et
frentarse a las mujeres que son, como dice Lacan, su hora de la
1•1 ilro de Inglaterra y se encontraron con una drog a qu e no pu -
verdad. Aunque no les sirva, y esto es algo que presento a la dis-
cusión, para salir de la impotencia. l1,•1on identificar. El MOMA, derivado de la anfetamina, aun no
,l.iba incluido en la Ley de Consumo Inadecuado de Drogas, que
Claro que hay diferencias. En principio en los efectos. Si bien
111,• mod ificada recién en el 77 para incluir cualquier derivado de
había alg o cu ltural en otra época que llevaba a que algunos pu-
1,, , , 1nfetaminas.
dieran trabarse en una lucha cuchillo en mano, sin duda la caña
1>or 1987 la juventud obrera de Inglaterra comenzó a celebrar
lit·,·,lns en Ibiza. Utilizaban música con un ritmo inductor de trance
1O lbíd, p. 73. q11, • hoy conocemos como electrónica. Ese nuevo sonido recibió el
11 Este tema fue trabajado también en c/. Salamone, L., Alcohol, tabaco y otros 11r1111bre de "Casa del Ácido" ; no se trataba de la droga consumida
vicios, Gra ma ediciones, Bs. As., 201 2. ttH> ele la mú sica "casa" de Chicago, tomando lo que se denomina
90 1 Luis Daría Salamone
El silencio de las drogas 1 91

"quemaduras de ácido", en las que se utilizan canciones para crear


lhq, 111cio a provocar lo que se nombró irónicamente como el "sín-
una suerte de rítmico co!!age sónico. De todas formas, el LSO u
11, 11111 • del matrimonio instantáneo". Britney Spears se casó en el
otros psicodélicos eran utilizados como estimulantes. Las fiestas
1H_J/1 en Las Vegas con Jasan Allen Alexander, un viejo amigo, y
se extendieron a toda Inglaterra para difundirse luego a otros lu-
111 l·Hida duró 55 horas antes de anularse. Si bien es verdad que
gares del mundo, y el MOMA se convirtió en la droga de moda. 12
p111mca una suerte de desnudamiento emocional, también lo es
El uso recreativo del éxtasis había aumentado de una forma
iw· la libido, siguiendo al mismo autor, tiende a desgenitalizarse,
inusitada hasta que sobrevolaron fantasmas en torno a su peligro-
lwl 1l,1ndose de una fusión sentimental pero que llega a tener un
sidad, a partir de los posibles efectos que este tiene en el cerebro.
íl, 1c ter telepático.
Se prohibió en los Estados Unidos, luego de demostrar que pro-
vocó daño cerebral en ratas. Las autopsias de los primeros casos
fatales luego del consumo, revelaron que se trataban de ataques
1, El éxtasis y la clínica
al corazón debido a las altas temperaturas de los clubes, el baile
ininterrumpido y la deshidratación. Entre 1989 y 1995 se conta-
Algun as viñetas clínicas permiten ilustrar la función que esta
bilizó la muerte de alrededor de 80 jóvenes. Más que las anfeta-
l11H¡a puede llegar a cumplir en la subjetividad moderna.
minas, el éxtasis interfiere con el mecanismo termorregulador del
l Jn sujeto entró en el mundo de las drogas para desafiar a la
cuerpo para aumentar la temperatura corporal, incluso si quien lo
n1111•ile, sin saber que, en verdad, la buscaba al identificarse con
consume está relajado; al combinar la droga con la alta temperatu-
1, 11, adre fallecida. Afirmaba que era como si le dijera a la muerte
ra de los ambientes, se producen más muertes que por insolación.
l 'or qué no me llevás a mí?". Más que una provocación era una
Al parecer, en los clubes donde esto aconteció, cortaron el agua
de los baños para vender más bebidas. ¡l,~111;1nda realizada hacia el amo absoluto hegeliano. Dejó de dro-
¡nr •,e] cu ando descubrió que no quería morirse. Dejó de desafiar a
La popularidad del producto hace que los laboratorios no al-
l 1111t1erte y consulta porque ahora la muerte lo desafía a él. Pade-
cancen a producir de acuerdo a la demanda. Stuart Walton ha
' 1111 terror a morirse bajo el formato de ataque de pánico; consi-
planteado que el éxtasis se ha convertido en una víctima de su
13 1, 1, 1 que se trata de la venganza de La Parca. Lo sacará de esta
propio éxito. Generalmente, se consumen anfetaminas, puras o
I "1•,1c ión comenzar a cursar el duelo por la pérdida de la madre.
combinadas con otras drogas, desde ketamina a un simple medi-
camento que se obtiene en una farmacia. ( :uando recaló en el éxtasis se dio cuenta que podía pararse de
11, 1manera en lo social que le traía dificultades, particularmente
Una de las f unciones principales que el éxtasis tiene es po-
11 •,u relación con las mujeres. Se sentía un ganador, afirmaba
tenciar la empatía; se dice que su primer distribuidor quiso darle
¡1 ,, , log raba salir de la impotencia; sin embargo, la misma aparecía
precisame nte ese nombre: empatía. Es por eso que muchos suje-
1111 otra modalidad: le resultaba imposible eyacular. Si bien esto
tos recurren a ella para poder entrar en la vida social; es decir, no
podemos hablar, como lo hemos visto frecuentemente con otras
w,, .. , particular de este caso, es un efecto muy común de la droga,
sustancias, de un goce cínico. , , ",u Ita interesante subrayar que el sujeto se animaba, pero no
luq, ,1ba salir de la impotencia.
Hay
14
quienes rec urren al éxtasis por lo que Antonio Escoho-
tado ha denominado una infundada reputación de afrodisíaco,
l"•,le tipo de testimonio es habitual en la clínica de hoy en día.
l1¡t11cn logra salir de su vida monótona gracias a las fiestas donde
· 1111•,ume éxtasis; sin embargo, se cuestiona: "todo lo bien que la
12 Eisner, B .. Éxtasis. Historia del MOMA. Obelisco. Barcelona, 1995.
13 Walton, St., Una historia cultural de la intoxicación, Océano, México, 2 005. ¡1,, ,o una noche implica tres días de pasarla mal". Las cuentas no
1 4 Escohotado, A , Aprendiendo de las drogas, Anngrama, Barcelona, 1995. /, , 1c•rran, pero. se anima, sale de cierto aburrimiento, y puede pa-
92 / Luis Darío Salamone
El silencio de las drogas / 93

sarla bien con una mujer sin caer en la eyaculación precoz, pero el ',1 antes era muy común tomar solo alcohol, hoy no lo es tanto
inconveniente nuevamente pasa a ser la dificultad para eyacular. ¡i I(' il alg uien le alcance con recurrir a un solo tóxico. Hay quienes,
En oportunidades, la falta de pureza no tiene que ver con la 1111 cono ciendo las advertencias al respecto, consumen alcohol y
adulteración de la sustancia, sino que se trata de lo que se de- 1, 1•,is.
nomina sinergia o la acción combinada de la sustancia con otros 1'mecería que en cada época se ponen de moda determina-
psicofármacos.
¡,, •,ustancias con sus diferentes efectos, que incluso tienen su
El sujeto se refirió a una pastilla conocida como Mitsubishi, que 1 1111< ularidad en cada sujeto. Pero suele ocurrir que respondan a
supone que se trata de éxtasis mezclado con heroína, diciendo 11, .. ,liones que son estructurales.
que la sensación era la de poder todo, pero se sentía invadido por 1'ara demostrar esto basta con recordar un texto de Karl
una especie de violencia. Luego la fatiga, una fatiga mortal que le 111 c1ham, de 1906, titulado "Las relaciones psicológicas entre la
impedía volver al trabajo.
11alidad y el alcoholismo". 15 Allí plantea que hay hombres que
.n ,tlicionan al alcohol porque les proporciona un sentimiento de
Otro sujeto encontraba en las pastillas la felicidad, pero tam- li01111Jría poco frecuente. Sin embargo, el alcohol no solo destruirá
bién le daba lugar a una gran ira. Todo quedaba a flor de piel: In ,11blimación de los impulsos sexuales, sino que también muchos
podía expresar todo. Pasaba de cierta inercia, a llevarse todo por 11, nllólicos padecen de impotencia.
delante. Podía encarar a una mujer perdiéndole el respeto. Empe- l 'Dr eso Abraham dice que el alcohol es un "falso amigo". Los
zaba sus relaciones muy bien predispuesto, pero la violencia se u¡,_•los que recurren a él porque creen ver aumentada su virili-
iba apoderando paulatinamente de él, hasta descontrolarse. Una · / -,.-1, ya que les da una sensación de poder sexual, en cambio se
causa judicial detuvo su recorrido. Pudo parar porque, según su ,11111",lran despojados de ese poder. Sin embargo, generalmente
decir, algo le vino de afuera. La droga le permitió salir del encierro, 11'! l!'COnocen el fraude, continúan atados al alcohol, identificán-
pero asegura que ese freno que antes sentía que tenía adentro, Joln con su sexualidad. De esta forma, el alcohol se convierte en
ahora lo buscaba afuera.
1111 •,tistituto de la sexualidad misma.
(~orno sucede en algunos sujetos, en los que determinados es-
Finalmente, el caso de un hombre que se rehusaba a crecer, lo l1111tdos sexuales que sirven como una introducción al acto sexual
cual nos permite ubicarlo en lo que Lacan denominó "el reino del , 111 puestos en primer plano en su lugar, el alcohólico pasa de
niño generalizado", reino en el que suelen habitar quienes viven 11 1 11 la bebida como un momento previo que le permita desinhibir
intoxicados. Afirmaba que el éxtasis le hacía ver las cosas de otra ! , ,1 jugar todo su goce en relación al mismo. Como aquel suj<'lo
manera, más suelto. Aislará una expresión: "no me importa nada", n qtden mirar al objeto sexual pasa de ser un escalón prcvio a la
cuya negación será interpretada, reconociendo una vida vacía, ,iJil1•11ción del placer en el acto sexual, a convertirse en la finalidad
donde la nada imperaba y lo arrastraba hacia un vacío desolador. n11·+111a, contentándose con mirar.
1: 1 alcohólico busca excitar sus sentimientos sexuales, sin
11il>rngo, puede arruinar su capacidad para la actividad sexual.
5. Antes y después
111, tl1am supone que el aumento de los celos que se observa en
111111 llos casos se da precisamente a causa de la impotencia que
Por más que a partir de algunos desenlaces fatales se ha de-
jado establecida la problemática que implica mezclar alcohol con
éxtasis, es común que, luego de pasado el momento trágico, las
precauciones se disipen. Al11;1ham, K., "L<!s relaciones psicológicas entre la sexualidad y el alcoholismo",
" , 11111,l/1s1s Clfnico, Paidós, Bs. As., 1980.
El silencio de las drogas \ 95
94 1 Lui s Daría Salamone

11l·.11wski, Ch., Fragmentos de un cuaderno manchado de vino, Anagra-


el sujeto padece, esa impotencia de la que procuró inútilmente
111,1, Barcelona, '2009.
escapar y que es reencontrada en el estado de embriaguez. · 1H 'I, B., Éxtasis. Historia del MOMA , Obelisco, Barcelona, 1995.
Aquello que Abraham denomina como "falsa amistad" refirién- 1 " nhotado, A., Aprendiendo de las drogas, Anagrama, Barcelona, 1995.
dose al vínculo de alguien con el alcohol, es lo que comentábamos l 11wlbusch, W., Historia de /os estimulantes, Anagrama, Barcelona,
antes cuando Escohotado, al dar cuenta de las características
¡ q95,
del éxtasis, situaba una "infundada reputación de afrodisíaco". En 11111,1b, M.; Sinatra, E.; Sillitti, D., Más allá de /as drogas, Plural, Bolivia,
ambos casos, como Francisco Real, el personaje del cuento de
'!000.
Borges, "Hombre de la esquina rosada",16 que buscaba como Dió- W,\Ion, S., Una historia cultural de la intoxicación, Océano, México, '2005.
genes a un hombre, podría sentirse decepcionado.
Hemos visto cómo, con el éxtasis, los sujetos se encuentran
más predis puestos a vincularse socialmente; hombres y mujeres
se acercan unos a otras, o entre ellos mismos, con mayor facilidad.
Es decir que no podemos hablar de una posición cínica como en
algunos modernos alcohólicos. Sin embargo, en el fondo, la difi-
cultad para establecer un encuentro está presente, pues solo bajo
los efectos de una sustancia se propicia el acercamiento; pero el
goce sexual no deja de ser postergado, como ha sido señalado
anteriormente.
Lo estructural radica, entonces, en esa dificultad para estable-
cer un encuentro entre los sexos.
El mercado y las modas que impone producirán diferentes sus-
tancias para solucionar un problema que, si bien no tiene solución,
puede encararse por otra vía donde el deseo y el goce dejen de
resultar tan inconciliables y procuren eliminarse, como aquellas
épocas que Borges retratara tan bellamente, donde los compadri-
tos, animados por una caña, se trenzaban en una disputa donde la
vida y la muerte danzaban al compás de una milonga insolente o
de algún tango rezongón.

Bibliografía

Abraham, K., "Las relacion es psicológicas entre la sexualidad y el alco-


holismo", Psicoanálisis Clínico, Paidós, Bs. As., 1980.

16 Borges, J. L., "Hombre de la esquina rosada", His toria universal de la infamia,


Alianza, España, 1998.
Escribir intoxicado
fheóphile Gautier
1 n el Club del hachís
1

"En la lucha contra la realidad,


el hombre solo tiene un arma: la imaginación".
Theóphile Gautier

, sustancia

1haschich es una pasta que se hace con secreciones resino-


sas de THC que está presenta en las flores de la marihuana
hembra. Es decir que el cáñamo o cannabis es la planta de
, cual se obtiene; posiblemente sea originario de Asia Central,
,11111de se cultivaba desde hace diez milenios.
1)e acuerdo al procedimiento de cómo se obtiene la resina,
1 p1oducto será de diversas características; también suele en-
' ,,,11,arse adulterado, y en ocasiones se mezcla con otra planta e
i111 !"'dientes como goma arábica, clara de huevo o leche conden-
11! 11 l.1.
f= 1haschich contiene proporciones muchos más altas de THC
¡i 11, la marihuana, por lo cual resulta más tóxico, sobre todo si en
1111 ¡.11 de fumar, se come. Las experiencias visionarias que puede
¡11,,ducir si es inhalado apenas se sospechan. Ya en un tratado
• 111110 del siglo I se asegura: "Tomado en exceso tiende a mostrar
mo11struos, y si se usa mucho tiempo puede comunicarse con los
p11ilus y aligerar el cuerpo". 1 Antonio Escohotado da testimonio
111 1111a ocasión en la que con unos amigos ingirieron una cantidad

1 1 ,1 ohotado, A., Aprendiendo de /as drogas, Anagrama, Barcelona, 2001, p.193.


100 / Luis Darío Sal amone
El silencio de las drogas 1101

excesiva y fueron a visitar la pinacoteca vieja de Munich; el aires


Moreau de Tours preparaba una pasta verde llamada dawamesk,
pobló de pequeños seres en suspensión, como si se encontraran
1, ,1cJemás de hachís y agua, tenía mantequilla, azúcar, miel, al-
dentro de una gran pecera, veía fogonazos de luz intermitente, lo
H 11<11as y avellanas picadas y algunas gotas de agua de rosas.
retratos y paisajes emitían el calor humano de las personas viva
1 11 1il ras recetas se menciona canela, clavo y polvos de cantárida,
y música acorde a sus colores, lo ganó la inmovilidad, se sentó y
1dt,rnás una pequeña cantidad de opio. Se tomaba en ayuno la
el tiempo se detuvo, las pinturas se transformaron en paisajes qu
,, ilrdad equivalente a una cucharadita de café de forma directa
tenían movimientos; era como recorrer universos con una inmer
il1lt11da en una café cargado, y esto hacía de la experiencia algo
sión en épocas y climas espirituales pasados, con los sonidos y
11111 , simi lar a un viaje de LSD o peyote, que a lo que produce el
aromas que le eran propios. Los celadores tuvieron que sacarlos
porque estaban contemplando inmóviles, y pasaron el resto de la
lid ,< hich fumado.
( harcot, entre otros, aceptó probar en sí mismo los efectos de
tarde y la noche en el coche aguantado visiones hasta el ama
,w.imesk. Terminó realizando un dibujo muy complicado con fi-
necer, ya que no podían manejar hasta el hotel. En ese sentido,
1111, 1•, fantásticas, chinescas, desnudas, mezclando líneas góticas,
podría recrearse una época de oro en el uso del hachís para ver
qué nos enseña. 11 ilicscas y fálicas, procurando transmitir su desorden de ideas,
.. t1,~ado de una atmósfera eléctrica y con una frase en inglés:
/ /, wo you my Jenny Road'.
Del hachís y de la alienación mental 1{audelaire describió de una manera increíble los paraísos ar-
l 1111 i,1les, logrando entrar en un espacio "donde no hay ecuación
rtl1t' los órganos y el placer". Frase magistral para mostrar la des-
Jacques-Joseph Moreau de Tours (1804-1884) fue un psi-
111 , dización fálica, y que ha invitado a varios a comparar el efecto
quiatra francés alumno de Esquirol, quien le encargó que acompa-
·1, l 11so de sustancias tóxicas con el goce místico.
ñe a un paciente en un "viaje terapéutico" de tres años por Egipto,
Moreau oficiaba como una suerte de gurú que entregaba a
Nubia, Palestina, Siria y Asia Menor. Allí conoció al cannabis. Al
_uln uno su ración, y afirmó que el haschich no podía haber en-
regresar publicó algunas investigaciones sobre el tratamiento que
orilrado mejor intérprete que la poética imaginación de Gautier.
recibían los alienados en Oriente, experimentó con los efectos de
IJn miembro del club, llamado voyant, no tomaba la droga para
la planta considerando que permitía explorar las patologías men-
11 pl.tr que, en medio de las alucinaciones, creyéndose un pájaro,
tales, y en 1845 salió su obra más importante que es Del hachís
, i. 11 líe salga volando por la ventana.
y de la alienación mental. Para él, el delirio tenía la misma natura-
leza que los sueños, y explorándolos, se podía llegar a la fuente
primitiva de donde se derivaban los síntomas. Fue el precursor de
1utier y la hermandad del haschich
la psiquiatría experimental e impulsó la creación en París de varios
clubs de hachisines.
l 1ierre Ju les Gautier fue un estupendo escritor, periodista y qui -
El más importante funcionó en el Hotel de Lauzun, hoy conoci-
1•, lotógrafo -ya que utilizó la técnica del daguerrotipo durante
do como Hotel Pimodan, que se encuentra en la isla de San Louis.
11•, viajes-. Considerado uno de los mejores cronistas de viajes,
Se la alquila Charles Baudelaire, quien escribió allí los primeros
,111 ró en 1811 en Francia y murió en 187'2. Gautier, al igual que
poemas de Las flores del mal, y Théophile Gautier. Ambos fueron
l l,11 1clelaire, fue uno de los escritores que dejó un testimonio suma-
dos miembros destacados del Club de Hashischins. Pero también
1nc:11le valioso para dar cuenta de los efectos del haschich. Era un
pasaron por sus filas Gérard de Nerval, Alejandro Dumas, Víctor
Hugo, Rimbaud, Eugéne Delacroix y hasta Balzac. ,,:i,nnntico, pero fundó el Parnasianismo. Su fórmula más conocida
11
!l', !'1arte por eJ arte" y buscaba una confección poética perfecta.
El silencio de las drogas 1103
102 1 Luis Daría Sal amone

¡111•,ionero y aparecen tintes paranoicos, ya que los miembros del


En el texto que se abordará a continuación, nos introduce de lleno
li 11> se transformaban en cabalistas y magos que buscaban su
en la época y el lugar donde se reunía lo que denominó "nuestra
¡11 1<11ción. Recurre a una descripción topológica para dar cuenta
hermandad". Relata cómo Moreau de Tours repartía la mezcla qu
tli• un goce que se le va de las manos, usando la imagen de una
consumían diciendo: "Esto se restará de vuestra parte del paraíso"
111d,1 sin fin, de un derrumbe bajo el más completo desánimo, don-
Introduce una leyenda oriental que refiere al Viejo de la Montaña
1111 < 1elo e infierno se unían, dos abismos; se convierte, según sus
que se valía de la droga que le entregaba a sus súbditos para que
p tl,1bra, en juguete de sus ilusiones, delira y siente una profunda
éstos obedezcan sus órdenes estando dispuestos a matar o mo
li1 ,leza, hasta que los vapores del haschich desaparecen.
rir. Les daba haschich, palabra de la que deriva comedor de has
chich, raíz del término "asesino". Luego, describe cómo la droga
iba haciendo sus efectos: el agua sabía mejor que el vino, la carne.
a frambuesas, y los invitados se volvían cada vez extraños, una l\lhliografía
extrañeza concreta: la nariz se les alargaba como la de un elefan
· .\. VV., El club del haschich, Miraguano ediciones, Madrid, 2006.
te, las bocas parecían campanas ... Analizaba los comportamien·
l ,, ohotado, A., Aprendiendo de las drogas, Anagrama, Barcelona, 2001.
tos de los otros con una conciencia racional intermitente. En un
momento afirma: "La alucinación, ese misterioso huésped, había
tomado posesión de mi". 2 En ese entonces los compañeros se es·
fu maban, solo quedaba de ellos una sombra en la pared, teniendo
que contentarse con describir sus sensaciones. No veía a nadie,
pero adivinaba, sin embargo, que una multitud estaba presente.
Ensimismado, percibía muchas cabezas sin cuerpos. Sostiene que
era como la imaginación de un cínico, que aun estando ebrio in·
siste en seguir bebiendo. 3 Atravesaba de ese modo una "pesadi lla
sin angustia" hasta que "la hilarante locura llega a su cenit". 4 En su
texto describe sensaciones variopintas, como la música saliendo
de su interior y entrando en lo que los orientales llaman kíef, no
sentía el cuerpo. En esos momentos, "la más bella dama de Vero·
na apenas habría perturbado mi corazón de hachisín".
Se puede observar de qué manera logra anularse el cuerpo,
y aparece un goce que desconoce la inexistencia de la relación
sexual, donde la presencia, o mejor dicho inexistencia de la mujer,
ya no logra perturbarlo.
En el apartado siguiente, leemos cómo el kíef se transforma en
pesadilla: un soplo frío anuncia el momento del miedo, donde las
alucinaciones se tornan preocupantes, donde se convierte en un

2 AA VV., El club del hachís, Miraguano ediciones, Madrid, 2006, p. 40.


3 lbíd. p. 46.
4 lbíd. p. 47.
fhomas de Ouincey:
com edor de opio
( on Bernarda Antoniassi

"Todo es finito en el presente,


y lo finito es infinito en la velocidad
de su carrera hacia la muerte".
Thomas de Ouincey

l. Placeres y tormentos del opio

ntentaremos abordar la particular relación que el opio, en tanto


objeto, guarda con Thomas de Ouincey. En su libro Confesiones
1 de un inglés comedor de opio nos dice: "El verdadero protagonis-
ta de la historia y el centro legítimo en torno al cual gira el interés
no es el comedor del opio, sino el opio". Sin embargo agrega: "Mi
propósito fue demostrar la eficacia maravillosa del opio para el
placer y para el dolor: si lo he conseguido la acción de la pieza ha
terminado.1 Esto resulta de interés ya que, como plantea Jacques-
Alain Miller, "quizás en la experiencia anallítica, nos preguntemos
menos por la toxicomanía que por la droga en su relación con el
sujeto". 2
Thomas de Ouincey es un escritor inglés nacido en 1785, y se
lo ubica dentro del Romanticismo. Lacan, en el Seminario sobre La
ética ... ,3 hace referencia a esta corriente diciendo que allí hay un

1 de Ouincey, Th., Confesiones de un inglés comedor de opio, Alianza Editorial , Ma-


drid, 1990, p. 103.
2 Miller, J.-A., "Para una investigación sobre el goce autoerótico", Sujeto, goce y
modernidad. Fundamentos de la clínica, Atuel-TyA, Bs.As., 1993, p. 16.
3 Lacan, J., El Seminario, Libro 7, La ética del psicoanálisis, Pa1dós, íls. /\s., 1888,
p. 35.
El silencio de las drogas \ 107
106 1 Luis Darío Salamone

pi 11 1ma afección estomacal, lo que hizo que recurriera una vez


"no sé qué de nuevo, de conmovedor, incluso de irrespirable, que
se desencadena al inicio del siglo x1x con la Revolución Industrial in 1•, ,11 opio.
!-Jo es casual que de Ouincey se impresionara cuando alguien
en el país más avanzado en el orden de sus efectos, a saber, In 1, 1li "Jcribió la sensación provocada por la ingesta de esta sustan-
glaterra". Esta particular forma de expresión literaria aparece en 1,, "Se ntía como si las ratas estuvieran royéndole y raspándole
un momento donde también son ofertadas en el mercado de for· 5
\¡¡•, lt' jidos del estómago".
ma legal determinadas sustancias. Muchos poetas recurrieron a 1 "J la descripción de un goce alojado en el estómago se puede
ellas, escribiendo en ocasiones bajo sus efectos. Por otra parte, el pi 1111'1 en serie con los argumentos que el escritor esgrime para
Rom anticismo rompe con la racionalidad imperante dándole paso .¡1!1car su vinculación con la droga. Como antecedente de esta
a la subjetividad ; tal vez por eso Freud, en algunos momentos, se !11 •1c ión estomacal ubicaremos determinados hechos de su ado-
sintió cerca de estos autores. ln ,1.e ncia, cuando a los 17 años, vagando por las calles de Lon-
De Ouincey escribió en 1821 las Confesiones de un comedor 1li 1•·,, experimenta los rigores del hambre. Lo describe del siguien-
de opio inglés en forma de entregas parciales para un periódico. 1, · rn odo: "Comenzó la posterior y más cruel etapa de mis largos
Un año después, las reescribirá y publicará en un libro adjuntán- 11!111nientos; y podría decir, sin usar una expresión desproporcio-
doles un apé ndice. Por 1845 aparecerá una continuación titulada r1·,d a, de mi agonía. Porque entonces sufrí, por más de dieciséis
Suspiria de profundis. Nos detendermos en el primer texto, en el ,.,,, anas, la angustia física del hambre en varios grados de inten-
cual brinda un testimonio de su relación con el opio, particular- 11l. id ; pero tanto más amarga, quizá, como ningún ser humano que6
mente de cierto viraje producido en la función que cumple, pasan- l 1._1ya sobrevivido a esa experiencia pueda haberla sufrido jamás".
do de lo que en el texto está establecido como "placeres del opio", 1 n esa época dormir era peor que la vigilia, ya que los sueños
a un momento donde de lo que se trata es de "los tormentos". ,¡ 11 •nas resultaban más espantosos que los que luego le prodigara
Es preciso subrayar que de Ouincey insistió en utilizar el térmi- 1·I llpio. Es el momento en el cual padece, ni bien se dormitaba,
no "comedor de opio", y que si bien en ocasiones comió opio sóli- 1_111,1 contracción nerviosa espasmódica en la zona del estómago.
do, regularmente recurrió a la tintura de laúdano, que por entonces
1·!1•11sación que posteriormente lo perseguirá en varios momentos
se vendía en cualquier botica para solucionar toda clase de males
y dolores. I, • ', U vida.
Durante una crisis en la cual cae exánime, se, fl /\1111, 111 i;, \o ,
Un amigo de la Universidad le recomendó el opio para clamar v1•11 prostituta, quien acudirá en su auxilio oftc'c ,1,11<!01<• 1111 v,1•,n
una neuralgia facial. Es en ese momento cuando adquiere tintura ,\i • vino y especies en un momento en el cunl hulll<'t ,1 11•1 l1c11,ul11
de opio, la que más tarde, según sus propias palabras, le permitirá , 11,llquier alimento sólido. La falta y el rcclm/0 dc'I nl11111'11\c1 e: , •,ci
sumirse "en el abismo divino del goce tan súbitamente revelado". 4 11111 l ado gracias a estas sustancias estimulantes, luua1 que ser 8 el
La relación con esa sustancia llegará a tener para él una impor- ,p11 luego ocupará el opio. Esta mujer, al igual que otras, tendrá la
1
tancia mística.
, " ' ,1cterística de desvanecerse de su vida.
En un comienzo, entonces, el opio aparece como un recurso /\sí, este objeto estimulante aparece en ese lugar vacío donde
para mitigar el dolor, situación que a la par le acarreaba cierta ·I ,1!1mento estuvo ausente. Lacan al referirse al objeto a lo remite
fascinación. Más tarde no será tanto la búsqueda de placer, sino _
, l. 1 presencia de un hueco, de un vacío, y aclara: "El objeto a no
el intento de aplacar el dolor suscitado, en esta nueva oportunidad

4 de Ouincey, Th., Confesiones de un opiómano inglés, CEAL, Bs. As., 1978, p. 42.
El título traducido de esta forma le resta el valor que para nosotros tiene el término 'i//t/c /.,p.9.
"comedor de opio" presente en el original (Confessions of an english opium eater) ¡ 1/,/c /., p. 2 1.
108 1 Luis Darío Salamone
El silencio de las drogas 1109

es el origen de la pulsión oral. No se presenta como alimento pri


1 a introducción a los tormentos del opio comienza cuando co-
migenio, se presenta porque no hay alimento alguno que satisfaga
1111 •1 lo se convierte en "un artículo de su dieta diaria".
nunca a la pulsión oral, a no ser contorneando el objeto eterna
7 No quiere dar cuenta acerca de la causa, solo dice que por
mente faltante". Podríamos decir, hará un intento de munirse d
un objeto para la oquedad. 11) 13 cae en un abatimiento melancólico y que recrudece la afee-
! 1t1 11 del estómago que padecía en su adolescencia. El goce que
La drog a, entonces, llegó de la mano de una mujer destinada a
1(1!!ll na da cuenta de la falla de la droga como solución.
desaparecer, en el intento de colmar ese lugar que ningún objeto
1a primera etapa estaba descripta como los placeres del opio y
puede cubrir. Incluso cuando se le ofreció un espléndido desa-
1r:,umida en términos de felicidad; dice haber tomado la felicidad
yuno, luego de meses de soportar hambre, apenas pudo probar-
''·-·11 forma sólida y líquida, hervida y sin hervir".9 Confiesa que su
lo. Cualquier comida le producía náuseas, rechazaba el alimento.
p1111lo débil fue siempre ser demasiado eudemonista. El eudemo-
Solo tenía ganas de beber vino, que merecía tanta reverencia de
111•,1110 es una teoría ética fundada en la idea de felicidad como bien
su parte como la que posteriormente tendría el opio. Según él,
11p1emo. De Ouincey afirma poseer un excesivo deseo de felici-
esta inclinación al vino favoreció el desarrollo de su enfermedad
mental. ,111 1y una dificultad para enfrentarse al sufrimiento propio y ajeno.
1 n la segunda etapa irrumpe el goce, se habla de dolores y
De Oui ncey se ocupará en Las confesiones ... de cuestionar el
1, 11111entos. Dicho goce repercute en su producción literaria, sufre
saber que circulaba en torno a los efectos del opio en el cuerpo. El
1.111il alteración el factor temporal.
falso saber que la droga le generaba lo autorizaba a hacerlo. Solo
1.)ese a los intentos de bajar las dosis, no tuvo éxito, pues llega-
acepta como proposiciones verdaderas las descripciones objeti-
d,> a un punto la reducción le causaba un intenso sufrimiento que
vas que no toquen demasiado su particular relación de goce con ,l,•l1ne como una irritación del estómago difícil de poder narrar. El
el objeto.
11p10 comienza a paralizar sus facultades intelectuales. Lo invade
El "comedor de opio" procura establecer cierta regulación fijan-
111 ,, 1se nsación de desamparo e incapacidad que hace que aplace
do por anticipado el número de veces y las fechas en las que lo
r'I 11 abajo de cada día. Dice haber caído en un estado de postrn
consumía. Se define como un comedor de opio diletante; durante
, 1011, impotencia, mortal languidez; palabras con las que cxprc",íl 1•I
diez años lo tom ó sin que le provocara demasiado trastornos, sin
.1•11timiento de desecho en el cual se encontraba surniclo. ~;olo 1,
embargo, dará testimonio de una postración severa en la que cayó
,1111)daba la angustia y el sufrimiento.
luego de un consumo inmoderado. Nos dice: "Cuando comencé a
1 1goce en juego aparece como algo impo•.ihl" cl1 • < 011111111, rn,
tomar opio todos los días no podía hacer otra cosa". 8
1J1,no precipitarse en un abismo insondnbl<\ uJJJHJ 1111 t'',li1d11 <i,•
Esta situación coincide con cierto viraje en el cual el consumo
,_li .. ,olación, de desesperación suicida inl'bblt•. l_,1 ',(•11•,¡1c1011 <11 •
del tóxico dificultaba su desempeño en la vida social. Luego de la
c·,pacio y tiempo se ve alterada, dilatándose hasta u,m 111l1111lucl
ingesta, de asistir a la ópera y a los mercados considerados por él
i1u•xpresable. Los sueños relatados tienen la característica de que,
como actos de gratificación, pasa a buscar la soledad y el silen-
.. dvo excepciones, presentaban circunstancias de horror físico.
cio. Las multitudes se tornaron opresoras y la música sensual y
·\1ilcs de esto, padecía horrores morales o espirituales, pero en
grosera. El intento de vinvular su adicción con lo social desfallece,
r; I<' punto el goce aparece morando en el cuerpo.
culminando en cierto impasse sobre el Otro.
1 s a partir de llegar a este estado, frente a este goce desboca-
, lo, que dice: "Me di cuenta de que iba a morir si seguía tomando

7 Lacan, J., El Seminario, Libro 11, Los cuatro conceptos fundamentales del psicou
nálisis, Paidós, Bs.As., 1978, p. 187.
8 de Ouincey, Th., Confesiones de un inglés comedor de opio, op. cit. p. 73.
1ti<' Ouincey, Th., Confesiones de un opiómano inglés, op.cit., p. 70.
11 O I Luis Darío Sal amone
El silencio de las drogas l 111

opio: me decidí por lo tanto a que si era necesario, moriría par


arrojarlo de mi vida". 1º · JI 11 • los sueños obtenidos bajo los efectos del opio lo lleven a un
, •,l.1do de postración, en el cual se verá acosado por mitológicas
Así vemos cómo Thomas de Ouincey se confronta con un límit
liq111as femeninas.
que en ocasiones lleva a algunos sujetos a intentar buscar otra
solución que la ofrecida por la droga; este límite es la muerte.

J I As huellas de La Mujer
11. El opio, la mujer y la muerte
Una gran parte de las Confesiones ... de Thomas de Ouincey
, .. ,lán dedicadas a dar cuenta de su relación con una serie de
1. El acoso de las Eunémides 11111jeres que, sin duda, dejaron su marca. Cuando se traslada a
11J11dres comienza una etapa de sufrimiento signada por el ham-
1,11\ En una casa desocupada que le es ofrecida como refugio,
Los tormentos del hambre, que sirvieron de antesala para que
.i • encuentra con una niña de diez años, abandonada y también
de Ouincey se convirtiera en un comedor de opio, retornarán liga-
t 1>1 roída por el hambre, a la cual le ofrece su protección contra
dos a esa sustancia con la cual se procuraba un estado artificial
111•, fantasmas que la acechaban. De Ouincey amaba a esa niña
que le permitía mitigar el sufrimiento. Sufrimientos que llevaron
pie consideraba una compañera de desventuras. Años más tarde,
al autor a identificarse con Orestes cuyo drama, narrado por Eu-
11tlcntará vanamente reencontrar sus huellas. El intento de reen-
rípides, relata los padecimientos de quien, por dar muerte a su
1 11cntro, pero con más ímpetu, girará más tarde en relación a otra
madre, fuera permanentemente acosado por las Euménides, infa-
111ujer: Ann, pero también culminará en un fracaso. Se trata de
tigables Furias encargadas de vengar a los parricidas. Llamadas
,1quella joven prostituta, una huérfana que no había cumplido los
en su origen Erinias, nacieron como consecuencia de las gotas de
dieciséis años y se encontraba desamparada, quien, como hemos
sangre caídas sobre la Madre Tierra por la castración de Urano.
1°,to, supo socorrerle en una crisis en la cual de Ouincey cae des-
Con serpientes por cabello, cabeza de perro y alas de murciélago,
111ayado en la calle, ofreciéndole alcohol y especies para reani-
blandiendo látigos, se lanzaron en una persecución incansable,
111arlo. Desde entonces, consideró que le salvó la vida y se sintió
atormentando al matricida hasta hacerle perder el juicio. La tra-
1111ido a ella como si se tratara de una hermana. Cierto día partió a
gedia comienza con Orestes yaciendo en su lecho acompañado
por su hermana Electra. 1 :1ton con la intención de obtener garantías para un préstamo, y
ti regresar ya no pudo encontrarla por más que inició una deses-
De Ouincey relata haber sido perseguido por visiones repug-
p1)rada búsqueda. Cada vez que visitó Londres buscó a Ann en las
nantes de fantasmas espectrales, similares a los de Orestes, pero
" .mi ríadas de rostros de mujeres con la esperanza de
a diferencia de éste, ni siquiera en el sueño encontraba una tregua
,•11contrarla", 12 antes que verla carcomida por los estragos que el
sino que, por el contrario, los tormentos se acentuaban.
11,~mpo y la profesión pudieran haberle causado en su cuerpo, hu ·
En Suspiria de Profundis afirmará que el propósito de las Con-
li1cse preferido verla en una sepultura, como Magdalena arrebata-
fesiones ... "era revelar algo de la grandeza que encierran en po-
d.i por la muerte.
tencia los sueños del hombre". 11 Será una constante en su vida
La otra mujer de importancia en su vida es Margaret, quien
l11era su esposa, analogada con Electra, hermana de Orestes. Si

1O lbíd. p. 79.
11 lbíd., p. 7.
-
I ') de Ouincey, Th., Confesiones de un inglés comedor de opio, op. cit., p. 48.
112 / Luis Darío Salamone
El silencio de las drogas / 113

bien la comparación está en función de los consuelos brindado


hile 1•, niños, es la encargada de domeñar lo disoluto que las cria-
en la segunda etapa de sus sufrimientos, resulta pertinente r
h11i1•, humanas albergan en su ser, como las tentaciones, la pelea,
cardar que fue Electra quien empujó a su hermano a cometer el
1 i', p,1siones. Levana ama el dolor y comulga con los poderes que
matricidio que fuera la causa de sus pesares. Así, más allá del
lit1(!•11 temblar el corazón del hombre. Actúa por delegación, su
intento de mitigarlo, la mujer se ubica como causa del malestar.
1,i 110 nunca fue visto. De Ouincey ha tenido el raro privilegio de
Hay una insistencia en comparar a estas mujeres con hermanas
n1tl1•rnp larlo en sus sueños bajo los efectos del opio, la ha visto
Precisamente, el fallecimiento temprano de sus dos hermana
1, il 11. ir con sus ministros: Las Penas. Una tríada femenina muy
mayores dejaron su huella, y lo vincularon por vez primera con 1
¡· 11 ltc u/ar, al igual que las Gracias, las Furias o Euménides, las Mu-
muerte. La primera en perecer fue Jane, a los tres años y medio,
, ,, las Parcas, son representantes femeninas en número de tres .
siendo un año mayor que él. Por entonces la muerte era algo poco
1 ,,, i:'enas son tres hermanas que pertenecen a una misteriosa
inteligible como para que le provocara dolor, su respuesta fue 1
J 1111ilia, su andar es por sendas alejadas pero su dominio es infi-
perplejidad. Solo sabía que Jane había desaparecido, como luego
1,tle 1. De Ouincey las llama Nuestras Señoras del Dolor, para que
lo haría de su vida la niña y la joven prostituta. De Ouincey dice qu
1111 ·,o piense en una pena determinada, sino en las abstracciones
esta muerte, dada su ignorancia, no lo afectó; pero evidentement
11 il H'r entes a las diferentes modalidades del sufrimiento humano.
dejó una marca y se resignificó a partir de la muerte de Elizabeth
cuando tenía ocho años, dos más que él. ., · c~ncuentran envueltas de atributos relativos a la vida y a las
l1111ciones que devienen de lo carnal". 14 En sus sueños las ha sor-
¿Qué podemos pensar en relación a la función que estas muje
/ 11 e•11d ido hablando de él con Levana, despreciando las debilidades
res han cumplido en su vida, como para que ocuparan un lugar tan
!11•/ leng uaje; en sus reinos, domina el silencio infinito. Sin embar-
destacado en sus Confesiones? Hay un rasgo que insiste: termi
1e 1, él podía descifrar las señales heráldicas que ellas dibujaban en
nan desvaneciéndose. Desaparecen, tal como lo hiciera el boti
li1 '.o tinieblas, y que lo implicaban.
cario que le despachara por vez primera el opio. De este modo,
Nuestras Señoras del Dolor son: Nuestra Señora de las Lágri
aquel que le diera a conocer la droga, se ubica en la serie de estas
111,1s, Nuestra Señora de los Suspiros y Nuestra Señora de las
mujeres. De Ouincey subraya que los reyes tendrían que dejar la
l 111ieblas. La mayor de las tres, que agoniza y se lamenta dí8 y
vida de este modo, rehuyendo a la muerte; deberían evaporarse,
1111c he pidiendo por rostros desvanecidos, penetra como csp<'< li;tl
tal como lo hiciera Edipo en Colono, probablemente cerca de la
gruta de las Euménides. 13 11tlruso en las alcobas de quienes no pueden conciliar C'I ',u<·no .
.-,11 mirada puede ser tierna o ruda. Su reino es el más ~Jume!<•, poi
e••,o le cabe el nombre de Madonna. La segunda, Nuc ~lr él S<'norn
3. La mujer inexorable: la muerte de• los Suspiros, no llora, no se lamenta, de tanto en lanlo susp ira
presa de una inmensa resignación. Lleva sus ojos clavados en el
polvo, visita al desamparado, al penitente, al esclavo. Su reino se
En Suspiria de Profundis narra cómo en sus sueños se le apa
e•>diende entre los que vagan sin hogar, los Parias. La menor de
recía Levana, diosa romana. En su nombre un mortal elevaba en
l.1•, tres, Nuestra Señora de las Tinieblas, es la que enfrenta a Dios.
sus brazos al recién nacido, ritual que erguía al pequeño como rey
',1 ,s ojos desprenden "la luz terrible del dolor ardiente". 15 Es lama-
de este mundo. Su función es la de guiar y velar por la educación
elto de las locuras y la que insinúa los suicidios.

13 Sófocles, Tragedias Completas, Editorial Grupo Zeta, Barcelona, 1989, p. 38(i,


1 '1 de Ouincey, Th., Las confesiones. Suspiria de profundis, Andrómeda, 1978, p.
nota 29. llJ9.
11) lbíd., p. 203.
El silencio de las drogas \ 115
114 \ Luis Darío Salamone

\11, 1• ,·xteriormente. Si la ruina fuese condicional o subsistiese una


Esta mitología a la que recurre de Ouincey nos evoca el artículo tlud, 1, lo lógico sería estallar en exclamaciones o implorar compa-
de Freud de 1913, "El tema de la elección de un cofrecillo", 16 don 1¡i:11i. l)ero cuando se tiene la certeza de que la ruina es absoluta,
de encontramos una relación entre el silencio y la muerte como 1 11 11 ido la compasión no es un consuelo y es imposible tener la
representación de éste. Allí aparecen estas mujeres tan mentadas 111t' IHH esperanza, todo es distinto. Se apaga la luz, la voz ... Por lo
por de Ouincey. Freud afirma que "la creación de las Moiras fu 11w 11 os yo, al darme cuenta de que las terribles puertas se habían
resultado de un atisbo que reveló al hombre cómo él era también 1 , ·11, ido y que de ellas colgaban crespones negros, como de una
una parte de La Naturaleza, y se hallaba sometido, por tanto, a 1 ti 1111 •de ya ocurrida, no hablé, no me quejé, no hice ningún gesto.
ley inmutable de la muerte". 17 Freud trabaja el tema de la elección 1111 hondo suspiro salió de mi pecho y quedé en silencio durante
de las tres hermanas en la tragedia de Shakespeare, Rey Lear.
De Ouincey recurre a una mitología para tramitar ese real que lo 110s días" .19
trastorna: un real ligado a la inexistencia de La mujer y a la muerte
que aparece en serie. Freud menciona tres relaciones inevitables
del hombre con la mujer: la madre, la compañera, y la ineluctable lllbliografía
destructora: la muerte. Al igual que el rey Lear, de Ouincey "busca ti, (1uincey, Th., Confesiones de un inglés comedor de opio, Alianza Edi-
en vano el amor de la mujer; tal como primero lo obtuvo de su ma·
lorial, Madrid, 1990, p. 103.
dre, y solo la tercera de las mujeres del Destino, la muda diosa de ¡\,,Oui ncey, Confesiones de un opiómano inglés, CEAL, Bs.As., 1978.
la Muerte, le tomará en sus brazos". 18 I,• Ouincey, Th., Las confesiones. Suspiria de profundis, Andrómeda,
De lo afirmado hasta aquí se desprende precisamente una de
1978.
las funciones que el opio a cumplido para de Ouincey: aparece l 11\t1d, Sigmund. "El tema de la elección de un cofrecillo", Obras comple-
en un momento muy particular de su vida como recurso frente a tns, t. 11, Biblioteca Nueva, Madrid, 1981
estas mujeres que se desvanecen y que le presentifican la inexis- 1 H :an, J., El Seminario, Libro 7, La ética del psicoanálisis, Paidós, Bs.
tencia de La mujer, lo que en la enseñanza de Lacan se formula /\s., 1988.
como no hay relación sexual. El sueño que el opio le procuraba no 1o1< an, J., El Seminario, Libro 11, Los cuatro conceptos fundamentnln s
lo alejaba de enfrentarse con ese real, sino que por el contrario en ele! psicoanálisis, Paidós, Bs.As., 1978.
las figu ras de estas mujeres, retorna, lo que nos muestra la fun- Mtller, J.-A., "Para una investigación sobre el goce autocrólico", Suwtu,
goce y modernidad. Fundamentos de la clínica, Aluel Ty/\, [h /\•, .,
ción fallida de la droga como recurso para obturar lo imposible de
soportar. 1993.
En Suspiria de Profundis parecía haber encontrado cierta tra- !,c'1locles, Tragedias completas, Grupo Zeta, Barcelona, 1989.
mitación de lo inexorable, aquello frente a lo cual los ruegos son
estériles. Recortamos sus propias palabras: "El sentimiento que
acompaña a la repentina revelación de que todo está perdido cre-
ce en silencio dentro del corazón, es demasiado profundo para
expresarse en palabras o gestos, y ninguna de sus partes se tras-

16 Freud, S., "El tema de la elección de un cofrecillo", Obras completas, t. 11, Biblio-
teca Nueva, Madrid, 1981.
17 /bíd., p. 1873.
18 lbíd., p. 187 5.
-
1<l de Ouincey, Th., Las confesiones. Suspiria de profundis, op. cit., p 1 33.
C~harles Baudelaire: el dandy al
que le gustaban los monstruos

"Cielo o infierno, ¿qué importa?".


Charles Baudelaire

1. Las malas costumbres

ean Paul Sartre, en su biografía de Baudelaire, escribió que


j el escritor no tuvo la vida que se mereció. Otro de sus biógra-
fos, Frarn;ois Parché, escribió que las faltas y excesos nunca
le fueron gratuitos, sin consecuencias, sino que, por el contrario,
desencadenaron implacablemente una cadena de efectos.
Baudelaire tuvo una personalidad paradójica; por un lado ÍlH'
un dandy, alguien refinado. El dandismo fue una suerte ele r<',1<
ción ante las malas costumbres, continuación de In rnrl<i•,1¡1 <1, ,
antaño que se transformó en una expresión ele clernr o d1 • ; 1( ¡i 11 •I
momento. A Baudelaire le gustaba preconi;ar e•,;1 rHH 1v~1 ,1, lrl11d,
cuestión que no solo concordaba con el pr irne, liñbilo cil) ciduui
ción proveniente del padre, sino con el placer e11conlrado por el
niño en la elegancia de su madre; treinta años más larde añoraría
con nostalgia la impresión recibida por el cosquilleo de la seda, el
tintineo de las joyas, el aroma fuerte de las pieles. Su madre no
aco rdó con la opinión de que cuando se tiene un hijo como él, una
madre no se vuelve a casar; entonces entró en escena el odiado
padrastro, el señor Aupisk, militar cuya brillante carrera contras-
taba con los fracasos del joven poeta. Por otro lado, Baudelaire
se excitaba ante la rareza, ante la fealdad. Era un dandy al que le
gustaban los monstruos.
118 / Luis Darío Salamone
El silencio de las drogas/ 119

Una mulata traída de Santo Domingo, Jean Duval, será su


amante, su compañera de pasiones y de miserias. Se endeudar(¡ I /, 111delaire. Allí nos dice que esa particular belleza que se encuentra
de tal manera que los usureros lo obligarían a mudarse constante , 11 los comienzos de sus poemas se debe a que, lo que se pone en
mente. Ya cercano al final de su vida, en la búsqueda improbabl 1111•90, es el hecho de que un sujeto emerge de un abismo. El spleen
de algún respiro, escaparía de París a Bélgica. ; •, pensado por Benjamín como un dique de contención contra el
Pero en su vida resulta interesante otro encuentro: el hábito del 111 11,imismo; Baudelaire no es pesimista porque presenta un tabú en
alcohol, aun cuando su preocupación por la elegancia, según nos ,•I luturo, aunque un horror puro lo invade en ese spleen.
dicen, hizo que nadie lo viera ebrio. Primero se aficionó al vino, lue- La aparición de Las flores del mal trajo aparejado un artículo
go al aguardiente y a la cerveza, y al opio bajo la forma de láudano , 11tico en Le Fígaro que desencadenaría demandas judiciales. Sus
y al hachís. Por entonces, formó parte del "Club de los fumadores 11nigos no pudieron evitar la tempestad. Si bien el tribunal descar-
de hachís", junto con Theophile Gautier, tal como ha sido desarro- lti el delito de ofensa a la moral religiosa, se atuvo al de ultraje a
llado en el capítulo dedicado a este otro escritor. l. 1moral pública y las buenas costumbres. Se ordenó la supresión
Los desórdenes, que lo llevaron a dilapidar su herencia, hicie- ti<~ seis poemas del libro y se condenó al autor a una multa de 300
ron que su madre le impusiera una tutela judicial. De esta forma se 11 ancos, y a los editores a u na de 200.
le aseguraba la casa y el pan para el resto de su vida, si bien, es- Benjamín sostiene que no hay una clave secreta ni un orden
pecialmente a alguien como él, no le impediría conocer la pobreza. 111genioso en los poemas que conforman Las flores del mal, pero
Pero las miserias fueron de otro orden. Las disputas con su aman- •,u estructura está basada en que su lirismo está acuñado en una
te se fueron torn ando violentas, y terminó agradeciendo no contar ,~xperiencia íntima y dolorosa. Baudelaire sabía que arrastraba su
con un arma cuando la idea de asesinato comenzó a rondar por su dolor, su taedium vitae, su spleen desde siempre, y a partir de eso
cabeza. Luego de lastimarla con un candelabro, se fue a vivir solo. ,onformó la signatura de su propia experiencia. El juego de azar,
Un nuevo encuentro cambiaría su vida, en esta oportunidad con 1•I coleccionismo, el consumo, son actividades que buscan aplacar
un alma gemela. Baudelaire descubriría la obra de Edgar Allan Poe. <·I spleen. La niebla es el consuelo de una soledad a la que se so-
En una carta describe ese momento como "una emoción singular porta con aura de silencio.
que tenía tanto de horror como de arrebato". Poe había muerto, Una de sus obras en la que en esta oportunidad nos interesa
pero las analogías que encontraba le resultaban fascinantes, es- detenernos es Los paraísos artificiales. Es allí donde busca un 0x
pecialmente la miseria y el alcohol. Se convirtió en su traductor, lrañamiento de sí mismo, consiguiendo en las drogc1s llllíl nyt1cL1
pues se encontró con poemas y cuentos llevados a la perfección. para penetrar en el taedium vitae y convertirlo en s¡J/c < 11. 1 1

A él mismo se le habían ocurrido ideas como esas, pero de una En sus propias palabras, las drogas le pcrmill'n "cl<",C:111•,,11 1•11
forma muy vaga. Muchos temas soñados y frases pensadas por él lln baño de tinieblas", da dos vueltas a la cerradwa, ',u •,ul(•cl.tcl
se encontraban allí, escritas en otro idioma. Solo debía traducirlo. au menta y refuerza las barricadas que lo soparan del mundo. fJ01
El "tedio de la bruma", el hastío fundido en la neblina, caracteres üSO uno de sus poemas en prosa lleva como título "Embriagáos",
entrañables de su poesía, lo inundarían, como él lo expresa, "toman- exhortación pariente del "Goza" que profiere el superyó. Allí nos
do las proporciones de la inmortalidad". La palabra que mejor define dice que hay que estar siempre ebrio para evitar sentir el terrible
ese estado es spleen; varios poemas de Las flores del mal y un libro lardo del tiempo, para no ser su esclavo martirizado. "iEs la hora
de poemas en prosa, nos traen ese significante. Se quejaba en sus de embriagarse!", de vino, de poesía, de lo que sea. Una de Las
cartas de profundas depresiones que anulaban su voluntad. La idea flores del mal la titula Sed non sasiata, cita de la sátira de Juvenal,
de la muerte comenzó entonces a obsesionar/o. Walter Benjamín donde se relatan los excesos de Mesalina, que salía de los brazos
dejó algunos trabajos y notas que configuraron el libro El París de de sus amantes cansada, "pero no saciada"; allí nos habla del opio
y de diferentes vinos, brebajes que insisten una y otra vez, vino
120 / Luis Darío Salamone
El silencio de las drogas l 121

que merecerá un apartado para cantarle a su alma, y al vino de los


traperos, de los asesinos, de los solitarios y de los amantes; sin Cuando las alucinaciones se producen, los objetos exteriores
embargo asegura preferir el licor de la boca de una mujer hacia la ,1Clquieren una apariencia monstruosa, se alteran y penetran en
cual, en caravana, los deseo caminan. No siempre. 1111estro ser o bien nosotros entramos en ellos. "Estás sentado y
lwnas; pero crees estar sentado en tu pipa y que es tu pipa la que
1,, fuma; y es tu propio ser el que se desvanece bajo la forma de
2. los paraísos artificiales 11ubes azuladas".
Todo parece estar bien, pero algo preocupa e inquieta: 6cómo
hacemos para salir de la pipa? Pueden pasar segundos, pero esta
La soledad de Baudelaire encuentra la compañía de "la peque-
l,mtasía parece durar una eternidad.
ña redoma de láudano, vieja y terrible amiga". Ingiere un preparado
Baudelaire realiza un estudio comparativo entre el vino y el
logrado con la maceración en alcohol del polvo de opio, aromati-
liaschisch; mientras el primero exalta la voluntad y te hace socia-
zado por esencias y vino de Málaga, coloreado con azafrán, que
ble, el segundo la aniquila y te aísla, es un arma para el suicidio.
conti ene el uno por ciento de morfina. Escribe Del vino y del ha-
Y culmina con unas palabras de Barbereau, un filósofo poco
chís comparados como medios de multiplicar la individualidad, que
servirá de base para Los Paraísos, y que se publicaron en principio conocido: "No comprendo por qué el hombre racional y espiritual
como Encantos y torturas de un fumador de opio, siguiendo ese •,e sirve de medios artificiales para llegar a la beatitud poética,
puesto que el entusiasmo y la voluntad bastan para elevarlo a una
d6irote ro que va desde el descubrimiento de la sustancia hasta su
punto de falla. Baudelaire comienza el libro hablando de la afición )xistencia supernatural. Los grandes poetas, los filósofos, los pro-
al infinito. Nos dice que en esa perversión del sentido del infinito letas, son seres que, por el puro y libre ejercicio de la voluntad,
co nsiguen llegar a un estado en el que son a la vez causa y efecto,
se encuentra la razón de los excesos, desde la embriaguez soli-
taria, hasta el manantial de goces morbosos que prodiga el opio. sujeto y objeto, hipnotizador y sonámbulo". Pese a sus incursiones
Considera que las drogas más apropiadas para arribar a lo que en los paraísos artificiales, él afirma pensar exactamente lo mismo.
llama el "ideal artificial" son el haschich y el opio. Se propone ana-
lizar los goces patológicos que esas drogas prodigan, estudia su
historia, sus efectos, las etapas que se van sucediendo tras el con- 3. El descenso al Maelstrom
sumo, las alucinaciones, sus efectos en el espíritu, la deformación
o exageración de los sentimientos habituales y el estrago moral La enfermedad venérea que Baudelaire padcrn1 e 0111<'11/ú :1
causado, el terrible día siguiente, la dificultad para volver al trabajo, hacerse notar. Por temor a que le ordenaran sup , irn11 l:1•, d1oq;1•;
la voluntad herida, los melancólicos restos de la fiesta. que consumía, se había rehusado a consu ltar con 'Jll n1!'d1< u. ~><'
atendía con las opiniones recogidas de amigos: cJuchus fr ,ns, yo
Luego, sigue los caminos de De Ouincey, paso a paso, y narra
los placeres y los tormentos del opio. La droga no tardará en pre- duro de potasio, jarabe de liquen de Islandia. También estaban las
sentar lo que hemos denominado su punto de falla. La sustancia drogas; para el asma que lo mantenía sentado en la cama por las
es eficaz para tratar lo que genera un malestar en el sujeto, hasta noches, tomaba cápsulas de éter contra lo ahogos y, para comba-
que deja de serlo y se convierte en un aliado de dicho malestar. tir los cólicos tan frecuentes como duros, fuertes dosis de opio.
Pero quizás lo más importante de su derrotero es cuando nos El declive se tornaba inevitable. Sufrió una congestión cerebral
plantea poéticamente cuál es el efecto de la sustancia tóxica. Uno ligera de la cual se repuso. Presentó su candidatura a la Academia
creería que el sujeto fuma, pero en realidad el sujeto es fumado F"rancesa y luego la retiró.
por la pipa. El tratamiento con mercurio y zarzaparrilla resultaba estéril, tan
to como la serie de conferencias dictada, en Bruselas a las cuales
122 I Luis Daría Salamone

no concurrió prácticamente nadie. Como dice Parché, la grandeza El borracho que no podía olvidar
y la notoriedad no van siempre de la mano. Los estados de sopor
en los que caía le hacían dudar de sus facultades mentales.
P.. partir de 1865 tuvo muchas crisis. Un médico al que le relató
el proceso llegó a darle un día el diagnóstico de histeria. Comen·
zaba su descenso al Maelstrom. Se le declaró una parálisis, y una
afasia avanzó hasta hacerle perder prácticamente el uso del habla.
Con la parálisis general declarada retornó a París para ponerse
al cuidado de su madre. A partir de la primavera de 1867 no se
"Sé que moriré en la calle. Solo como un
levantó de su lecho. perro, alcoholizado".
Dicen que a su amante mulata, compañera de tantos años, se Víctor Hugo Viscarra
la solía ver por el bulevar, arrastrándose con la ayuda de muletas.
Murió el 31 de agosto de 1867, unos pocos lo acompañaron
hasta el cementerio de Montparnasse. Parché nos dice que Bau·
delaire no era un dandy de salón, al estilo Musse, era un "dandy
sobre tod o de los cafés, de los restaurantes, de los talleres de 1. Autocondenado a la marginalidad
pintura, de los caminos y de los malos lugares".
íctor Hugo Viscarra fue un escritor boliviano nacido en La

Bibliografía V Paz que vivió entre 1958 y 2006. Describió un mundo de


alcohólicos, criminales, mendigos y otros habitantes de la
1H1che, pero desde dentro. Para eso se condenó a sí mismo a la
,narginalidad. Decía que era un antropólogo, un especiali sta en
Baudelaire, Ch., Los paraísos artificiales, Ediciones del Belenio, Bs. As.,
1958. ,11,Lros. Su obra es una ventana que nos permite mirar tutJlll 10•,,
Baudelaire, Ch. Les flores del mal, Planeta, Barcelona, 1987. «,ll lejones lúgubres, un mundo inhóspito, del cual nos hncc cono
e t•r su lenguaje; para ello rompe un código de silencio i1npl1< ilo
Benjamín, W., El París de Baudelaire, Eterna Cadencia, Bs. As., 201 2.
González-Ruano, C., Baudelaire, Madrid, 1953. 1 .,racterístico de la coba, el hampa boliviana, cscrib1Pndo t111 ldllo

Porché, F., Baudelaire. La biografía, Taurus, Bs. As., 1992. ·,obre su lenguaje secreto.
Sartre, Jean-Paul, Baudelaire, Anagrama, Barcelona, 1969. En una entrevista que le realiza el periódico chileno I a Né1 c1ón
Séché, A. y Bertaut, J., Baudelaire, Anaquel, Bs.As., 1945. dice: "He tenido mis universidades: celdas, callejones clandesti -
El Caldero de la Es cuela Nº 59, Bs.As., abril-mayo 1998. 11os, casas abandonadas, puertas de calle, alojamientos ... viviendo
1 on mi gente, que es imi submundo!, mío solito. Me he criado en la

l>ilsura, y he conocido muchos basureros y desde ahí escribo. Soy


1111 antropólogo porque alguien tiene que reventarse por mi gente
y <'SO me da premio. Además me tratan de alcohólico, me gusta el
,dcohol. Como te decía he vivido en la calle y gracias al alcohol he
•,obrevivido".
Quienes lo buscaban lo hacían en algún boliche o en la calle,
por ahí aparecía y al rato ya no estaba, como pasa con las luciér-
124 / Lui s Darío Salamone El silenci o de las drogas / 125

nagas. Allí lo encuentra Germán Monje, que lo andaba buscando 111, 1dre, no se borraban, les estaba vedado el olvido, aunque nada
para comentarle del interés de publicar su obra por parte de una ,p,1lo guarde en los recuerdos. Asegura que quienes recuerdan
editorial española, al terminar un viernes de soltero. Cree recono , 1 Hl tristeza su infancia, nunca más podrán ser felices.
cerio y le pregunta si es él. Tuvo que sacar su carnet de identidad En su relato la madre le rompió varias escobas en su espalda, le
de la chaqueta para responderle. Le dijo que estaba mal, con un , 1,1vaba las uñas en la boca hasta dejarle una cicatriz, le dejó otra
nudo en la garganta le habló de una tal Nancy, una prostituta, y ,•11 la muñeca al clavarle un cuchillo, le daba palizas memorables.
se largó a llorar. La emergencia de angustia lo empuja a comprar 1 11una oportunidad le echó alcohol de quemar para prenderle fue-
alcohol.
, ¡o y lo salvó un casero que llegó oportunamente. Él quería ignorar
En Alcoho/atum & otros drinks, crónicas para gatos y pelaga- lil', cicatrices, borrarlas con la indiferencia, pero no podía.
tos, nos regala una "Radiografía de la noche", aunque esto podría Se escapó a los doce años y conoció un trato más sádico que
definir toda su obra. Puede haber noches que invitan a la bohe- ,•I de la madre, el de los agentes de la Oficina de Menores, y luego
mia, a la alegría compartida, a los placeres prohibidos, al descanso, , 11, estar preso con delincuentes comunes pasó a estar bajo la
pero las noches a las que nos invita Víctor Hugo no son poéticas, lt 1te la del padre. Fue a vivir a un callejón donde se había instalado
son las noches de quienes nacieron "bajo el cielo encapotado de 111 1 grupo de bebedores empedernidos. El padre era militar, bue-
la desdicha y la miseria", y entonces buscan en el alcohol barato lHl gente, nos asegura. Conocía todos los estados civiles: viudo,
transportarse a un mundo de fantasía, de embrutecimiento, de ol- , l1vorciado, casado; él lo iba a recoger a los boliches los viernes
vido. Así nos muestra una función clásica del alcohol, tomar para do soltero cuando se emborrachaba y, si se enojaba, sabía cómo
olvidar. Pero nos dice que la noche es exigente como cualquier <almario, con boleros, "una tristeza no catalogada en diccionario
mujer, y aquí se dibuja otro mecanismo, el endiablado accionar ,tlguno se apoderaba de su alma y su espíritu". Cuando murió, el
del superyó; por eso se cobra sus tributos y quienes abusan del ella del cumpleaños de Víctor Hugo, no reclamó su herencia, solo
alcohol para alejar las tristezas, para calmar sus tormentos, suelen 11• quedó de recuerdo la foto de su aviso necrológico. Mientras
mudarse del piso de la calle, a la mesa de cemento de la morgue. lanto, había aprendido a vagar sin extraviarse. Se había sentido
.ibandonado. Nos dice que hay quienes tiemblan más por el aban-
dono que por el frío. Había sentido frío en el alm a, se había se ntido
2. Las cicatrices no se borran deprimido, miserable, entonces le daban ganas de mc lc rsC' C' r1 l,1•;
1 antinas que aparecían en el camino, el peligro era lP1mi11;11 ;tl rn
Su principal obra se titula Borracho estaba, pero no me acuer- ilólico o terminar intoxicado, tirad o en la call e. J)C' ro die<' c¡u1 •, 1: 11
do. De esta manera desmantela lo que desde el psicoanálisis po- 1lcfinitiva, aprendió a beber más por neces idad quC' poi vi<1 0.
demos entender como la función principal que el alcohol suele
tener, y que ha sido mencionada anteriormente: el barrido de los
recuerdos, el ahogamiento de la angustia, el olvido. Entonces, con 3. El último trago
pequeñas crónicas, deja constancia de lo que han sido las cica-
trices de su vida: "Nací viejo -nos dice-. Mi vida ha sido un trán - A Víctor Hugo Viscarra lo han llamado "El Bukowski boliviano"
sito brusco de la niñez a la vejez, sin términos medios", y supone o "Viskarrowski"; sin embargo, resultan injustas las comparacio-
la edad exacta a la que morirá, caso contrario nacionalizaría una 11os, pues que ambos tengan una estrecha relación con el alcohol
pistola para suicidarse. Asegura que quisiera olvidar el período de y la escritura, no deja de hacerlos únicos, aunque tienen un punto
su niñez, pero no logra hacerlo, le resulta verdaderamente impo - , •n común. Si, contrariamente a lo que sucede con los borrachos,
sible; las cicatrices, consecuencia del mal de rabia de su nerviosa 110 olvid an, es porque escriben. La escritura ocupa el lugar del su-
126 / Luis Darío Salamone

jeto lúcido en los banquetes, de aquel que se quedaba sin beber


para poder recoger lo que se filosofaba. In vino veritas, entonces Los diarios de desintoxicación
pueden transmitirnos una verdad, una que conocen desde dentro.
A pesar de Víctor Hugo, su último trago no fue de alcohol, ni la
calle su última morada. Su estómago en ruinas no admitía licores,
apena cucharadas de sopa. El reumatismo, una neumonía crónica,
alteraciones digestivas y, especialmente una cirrosis galopante, lo
mataron. Murió en la cama de un hospital a los cuarenta y nueve
años. Había dicho que no pasaría los cincuenta años y que, si lo
hacía, se pegaría un tiro. Antes de partir le puso de título A visos
necrológicos a su último libro. También había profetizado que mo- "Hacía mucho tiempo que
riría "solo y como un perro, pero libre, tomando el último trago". El no vivía conmigo misma".
alcohol que lo acompañó tantos años, no le permitió semejante Frarn;oise Sagan.
despedida, lo abandonó antes del trago final.

Bibliografía
1. El estremecimiento de la sustancia

Álex, A, Los mercaderes del Che y otras crónicas a ras de suelo, El

E
Cuervo, 2012. I uso de drogas empuja al sujeto a cierta fijación en un goce
que ha sido caracterizado como autista. Esto puede llevar a
Viscarra, V. H., Borracho estaba, pero me acuerdo, Libros del Náufrago, la suposición de que una clínica como la psicoanalítica, que
Bs. As., 201 O.
pone a la palabra en el centro de la escena, podría verse imposi-
Viscarra, V. H., Borracho estaba, pero me acuerdo, Correveidile, La Paz, bilitada de operar. Sabemos, desde Freud, que el psicoanálisis es
2006.
una operación imposible, pero contrariamente a esa suposición de
Viscarra, V. H., Coba. Lenguaje secreto del hampa boliviano, Correveidile,
La Paz, 2004. que en este tipo de casos conseguir efectos resulte imposible, por
razones de estructura, los mismos están prácticamente asegura-
Viscarra, V. H., Alcoholatum & otros drinks, Correveidile, La Paz, 2007.
Viscarra, V. H., Avisos necrológicos, Correveidile, La Paz, 2005.
.dos por dos cuestiones. En primer lugar, porque en el psicoanálisis
se trata siempre de una operación que recae sobre el goce, al
menos si compartimos una orientación, aunque esto no siempre
sea seguro por más que alguien se llame lacaniano, por eso es
importante trabajar en una Escuela de psicoanálisis, en un lugar
que nos enfrente todos los días a la pregunta sobre qué es un
analista. En segundo lugar, porque es importante tener en cuenta
que el goce es autista. No solo en los casos de quienes consumen
sustancia tóxicas. Siempre.
La fuga del sentido, el seminario de Jacques-Alain Miller, tiene
un capítulo dedicado precisamente al autismo del goce. Hay con-
ceptos psicoanalíticos que permiten suponer una relación al Otro
y otros que no. Es la formalización del concepto de goce lo que
128 J Luis Daría Salamone
El silencio de las drogas J 129

lleva a Lacan al planteo de la no relación sexual. El goce no s


abre al Otro -por eso Miller lo llama autista- sino que se relaciona , ,1plar qué se juega en esos momentos donde el sujeto decide
1 l1, 1cnerse.
solo con uno mismo. Por algo ese goce que uno tiene más a mano
es pensado como una adicción primordial.
El goce no es exactamente equiparable a la libido freudiana, ya
que esta circula, inviste y desinviste a alguien; un analizante, que 'J. La mujer fatal
por supuesto es analista, decía que tenía una "libido juguetona",
porque saltaba todo el tiempo de una persona a otra. La libido Hay un diario que fue escrito por Jean Cocteau durante la esta-
puede encontrarse imantada por el Otro, llevando a que el sujeto il1a en la clínica de Saint-Cloud entre diciembre de 1928 a abril de
1<)29. No era su primera desintoxicación. Cocteau dice que vol-
se encuentre atraído, dominado incluso por el Otro. Pero el goce
no busca abrirse camino hacia el Otro, para eso está el amor; el v1ú a intoxicarse porque encontró el desequilibrio nervioso nueva-
goce no busca el lazo social, por lo que Lacan lo ubica del lado del 111cnte y prefería, a la total ausencia de desequilibrio, un equilibrio
,11 lificial. Lo interesante es que Cocteau consideraba que con sus
idiota. Tampoco en este plano el sujeto se juega en el campo de la
palabra. Miller lo afirma de una forma contundente: "El goce no es lt•xtos hacía un aporte importante a la toxicomanía.
una relación ... Después de todo, el concepto mismo de sustancia Como suele ocurrir, lamenta que la medicina en lugar de per-
lc)ccionar la desintoxicación no se dedique a volver al opio inofen-
supone una cierta autonomía del ser". Es decir que el concepto
de sustancia se opone al de relación, y pensamos al goce como ·.ivo. lOué nos enseña? Sostiene, por ejemplo, que muchos mé-
sustancia, pues es así como Lacan construye el concepto de goce dicos ignoran las trampas de una desintoxicación, se conforman
1 on una supresión, y el sujeto sale destrozado de un prueba inútil.
como sustancia gozante, que hace obstáculo a la relación sexual.
Ese goce que no implica una relación es definido por Miller como
r ntonces reconoce que volvió a intoxicarse porque los médicos
"el estremecimiento de la sustancia". ·,olo purgan, "no buscan curar las causas primeras que llevan a la
Estos desarrollos desembocarían de lleno en una clínica de 111loxicación", razón por la cual reapareció el desequilibrio nervioso,
las toxicomanías; sin embargo, esto sería una teoría general del y entonces apeló al opio. Para Cocteau la eficacia del opio impli-
< a establecer un pacto, algo que se sella, y hacer un tratamiento
goce. En la clínica con sujetos toxicómanos, en oportunidades,
esto se juega de manera más evidente, más contundentemen- moralizante de la cuestión es como pedirle a Tristán que mate a
te, porque en estos casos es evidente la no relación con el Otro lsolda asegurándole que luego se sentirá mucho mejor.
para la obtención de un goce. Ese goce puede provocar cierto Piensa que salir de la intoxicación es como salir de llt1<1 hi
recalentamiento en el sujeto. Lacan incluso define al goce como liernación, de la extraña economía de las tortugas, las mnr rnolw,
un camino hacia la muerte; las drogas pueden poner al sujeto y los cocodrilos, y que hay algunos sujetos que necesitan de un
en una autopista pisando a fondo el acelerador que lo empuja correctivo y recurren a las drogas, pues para ellos "el mundo es un
hacia el final. Entonces, puede llegar a percibir que es necesario lantasma hasta que una sustancia le da cuerpo"; el problema es
detenerse, tiene que romper esa fijación al goce y creo que es el que a veces el remedio que encuentran los puede matar.
momento donde la relación con el mundo, con el Otro, con los ob- Establece una diferencia entre hombre y mujer; en el hombre
jetos, presenta un desorden, un desacoplamiento muy particular, la droga adormece el sexo y en la mujer el corazón. En el hombre
como frenar de golpe y sacudirse violentamente por el golpe de t>Xiste una especie de fijador, y sin él la vida se vuelve intolerable,
la angustia. os algo que le permite dormir al condenado a muerte. Cocteau
•,ie nte que le falta ese fijador. Nos habla del tedio del fumador
Es en este contexto que pueden resultamos sumamente úti-
les los que suelen ser llamados Diarios de desintoxicación, para curado. Todo lo que hacemos en la vida es en el tren expreso que
corre hacia la muerte. Fumar opio es bajarse del tren en marcha.
130 / Luis Darío Salamone
El silencio de las drogas/ 131

Afirma que lo que hace un fumador es pagar una falta y que vuelv
al opio en su contra 111 11cntra con su soledad, y utiliza una expresión muy bella para
l 11 cuenta de la relación con la escritura: dice ser una prisionera
No hay un amante más exigente que la droga, planteo que no
110 11r1a soledad inactiva. Lamentará no ir más a ese paraíso arti-
conduce a pensar en el superyó. Sus celos llevan a castrar al fu
li, 1,tl del no sufrimiento. Para enfrentarse al aburrimiento, donde
mador. El opio es la mujer fatal. De este modo, el primer síntom
que reconoce en el proceso de desintoxicación es el retorno de 1 ·, q11e quedaba era la huida, es hora de saludar a la tristeza de lo
sensualidad. , , il 1cliano, para finalmente solicitar la medalla a la desintoxicación,
,¡111 · alaba su coraje mientras ella sonríe con beatitud y estupidez.
La intoxicación ocupa para Cocteau el lugar de una mujer, y
n sus últimas notas escribe que poco a poco se habituó a la
hace las veces de una práctica sexual. Mujer exigente, por cierto
1rl(•, 1de la muerte como una idea neutra, y no encuentra una frase,
Uno de los últimos aforismos del diario resume la problemática en
cinco palabras: "Si el opio lo quiere" ... 111111 ni o amoral, para terminar el diario que ha sido saludable. Via-
j,ll, 1, vivirá y escribirá de verdad, cansada ya de tener miedo.

3. Buenos días, tristeza de lo cotidiano


'1. La desnudez de la palabra
Tenía apenas 18 años, en 1954, cuando publicó la novela qu
Yann Andrea escribe un diario de la desintoxicación de Mar-
la hizo famosa; se trata de Franc;oise Sagan y su libro Bonjour,
trístesse. "Buenos días tristeza" es un verso perteneciente a un /111 ~rite Duras, internada en el Hospital de Urgencia del Hospital
, 11 · i=>arís a los 68 años. Torna nota de la relación de Duras con el
poema de Paul Éluard, del cual toma el título. Miller escribió a su
vez un texto llamado "Buenos días sabiduría", cada uno saluda a lo d1 ohol, del estado deplorable en que se encontraba, con una tre-
que se encuentra. 1111 •nda depresión, el cuerpo hinchado por el alcohol y el estómago
q1u•mado por el vino. No pasaba una hora sin tomar para apaci-
Esta "chica terrible" tuvo una vida turbulenta, muchos amare
f/11,tr el cuerpo, para disminuir el miedo. Ella dice que nadie puede
con hombres y mujeres, como Ava Gardner; se casó primero con
11,1< er nada por ella, solo ella puede tomar una decisión. Estaba
un playboy y después con un homosexual. Era adicta a mucha
i",< ribiendo El mal de la muerte y consideraba realmente cnft•m10
cosas, fundamentalmente al casino, lo cual la llevaba a quiebra
quien no bebía una gota de alcohol.
financieras, pero también a las fiestas extravagantes, al alcohol y
1 n otra oportunidad he trabajado el libro de Yann /\nclr<\ít 111n·~
a las drngas. Participó de muchos escándalos y sufrió un acciden
te automovilístico en el verano de 1957, por el cual durante tre i/1-lalladamente, 1 solo referiré que tiene visiones, bicho', qtH' ;1pr1
1,•1 en por todas partes, pero lo que se manifiesta, en los lér mino!:>
meses de le administró a diario un sucedáneo de la morfina, a 1
cual se volvería aficionada. Fue en la clínica especializada dond d1_• quien la trata, es una perturbación de lo imaginario.
escribió un diario que llamó Tóxica. Se trata de pequeñas nota 1 1 alcohol es presentado como un alivio al dolor, un aligera-
en las que plasma su sufrimiento, su martirio, su miedo, y dond 11111•nto, un contrapunto a la página escrita. Sin alcohol se encuen-
11,1 más expuesta al sufrimiento, a la soledad, a la desnudez de la
dice: "Casi he lamentado no estar verdaderamente drogada, por
que recordaría mi infancia de una manera desgarradora", y afirm 11.tlabra.
que la única solución es esperar que sea doloroso de verdad. E
decir que drogada puede sentir algo que le resulta desgarrador;
sin embargo, hay algo de la verdad del sujeto que no se atrapa.
Afirma que hacía mucho tiempo que no vivía con ella misma. S
1 e /. Salamone, L. D., "Marguerite Duras: donde el sufrimiento no puede hacer su-
1111 ", Alcohol,
tabaco y otros vicios, Grama ediciones, Bs.As., 2012.
El silencio de las drogas l 133
132 1 Luis Darío Salamone

No se trata de que el sujeto tenga que andar procurando con-


5. Días sin fumar
11 olar su goce, no se trata de que lo frene el Otro o su propio yo.
1 1 análisis lleva a que el Otro pierda consistencia, pero por otros
También me he referido en otra oportunidad 2 al diario de Vicen ,nedios que los de la operación cínica que posibilita el consumo.
te Verdú Oías sin fumar. No podemos dejar de recordarlo entre lo
1leva a que el superyó se desacelere lo suficiente como para que
que podemos llamar diarios de desintoxicación. Para el escritor y 1•1 goce sufra cierta mutación y que el sujeto pueda palpitarlo de la
periodista español el cigarrillo era una compañía insoslayable. De
cide dejar de fumar y describe sus síntomas de abstinencia, sín lorma en que más le plazca.
tomas que forman un sistema circular dentro de la oscuridad del
adicto. Fumar le produce faringitis, pero dejar de fumar le seca la
garganta y le produce faringitis. Fumar le genera dolor de cabeza. Bibliografía
pero dejar de hacerlo le incrementa la tensión y le produce dolor
Miller, J.~A., La fuga del sentido, Paidós, Bs.As., '201 '2.
de cabeza. La frontera entre la salud y la enfermedad es un tanto
Cocteau, J., Opio, Bruguera, Bs. As., 1998.
difusa y la vida, razona, no es propiamente salud. Sagan, F., Tóxica, Ático de los libros, Barcelona, '201 O.
La adicción es presentada como algo que servía no para procu- Andréa,Y., M.O. Marguerite duras, Tuquest, Barcelona, 1985.
rarse place r, sino para atenuar el dolor. Verdú, V., Días sin fumar, Anagrama, Barcelona, 1989.
Resulta interesante la sensación que se le presenta a Verdu
cuando el cigarrillo ya no forma parte de su vida: se le representa
la idea de que es un sujeto castrado.

6. Otra escritura

Lo que cada uno dibuja con su escritura, lo que logran contor-


near, es lo que se juega en la abstinencia: la confrontación brutal
con una falta que la droga obturaba y sus consecuencias subjeti-
vas. La angustia ante la carencia y el desgarramiento frente a la
decisión de abandonar un goce.
El psicoanálisis invita a un proceso de escritura que permita
circunscribir esta cuestión de otra forma. Es el destino común de
un análisis que lleve al sujeto hasta ese límite, pero por un camino
lógico. Un derrotero que se va construyendo a partir de los puntos
de falla de los tóxicos y, fundamentalmente, de las decisiones del
sujeto.

2 Cf. Salamone, L. D., "A través del humo", Alcohol, tabaco y otros vicios, Gramil
ediciones, Bs. As., 2012.
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La heroína en el cine

"Ahora me doy cuenta de que la muerte


es un proceso más que un suceso".
Trainspotting. lrvine Welsh

1. Más allá del amor a la vida

a historia del cine es sumamente prolífica en películas que

L tratan sobre la cuestión de las drogas. Como lo ha demos-


trado Jorge Assef, 1 el análisis de un puñado de films puede
permitirnos leer la subjetividad de una época. En esta oportunidad,
·,e realizará el análisis de tres películas que ya son clásicas y tratan
•;obre la relación de una o varias personas con sustancias tóxicas.
1 a primera es de 1955, la segunda de 1996 y la tercera de 2000,
pero basada en una novela de 1978. Es decir que están enmar-
cadas en la segunda parte del siglo pasado, y nos brindan una
lectura de cómo se va gestando la relación entre algunos sujetos
y las drogas tal como termina jugándose en nuestros días. Las
!res películas muestran la preferencia de la heroína por parle de
·;us protagonistas, aunque también se pone en juego la adicción a
otras sustancias, a pastillas e incluso a la televisión.
Los laboratorios Bayer pasaron de ser una pequeña fábrica al
plano internacional, por dos drogas que se anunciaron juntas por
décadas: la aspirina y la heroína. En el prospecto de la última se
hacía saber que adormece el temor, hace desaparecer la tos, que

1 Assef, J., La subjetividad hipermoderna. Una lectura de la época desde el cine, la


•,e miótica y el psicoanálisis, Grama ediciones, Bs.As., 2013.
138 / Luis Darío Saiamone
El silencio de las drogas / 139

a diferencia de la morfina produce un aumento de la actividad, y


que los morfinómanos pierden el interés por la morfina. Debe su , ·, decir que el consumidor es el consumido. La teoría de la toxi-
nombre a las virtudes heroicas que presentaba, superando a la ' lllílanía generalizada desarrollada por Ernesto Sinatra a partir de
morfina en potencia y evitando sus efectos secundarios. Un siglo tlqunas ideas planteadas por Jacques-Alain Miller y Eric Laurent;
antes, la morfina había sido preferida al opio. Una cuarta parte de , , la cuestión del objeto plus de goce en el cenit de la civilización,
los soldados americanos utilizaron heroína durante el conflicto bé- li,1bajada por el mismo Miller a partir de algunas referencias de
lico con Vietnam. Fue sobre todo a partir de los años setenta que l.1cques Lacan, que nos permite ver cómo se juega la cuestión del
se la consideró como una droga complicada, no se le encontraba uoce en esta modernidad tardía o hipermodenidad, como prefie-
utilidad terapéutica, creaba hábito en forma inmediata y una so- 1, 111 llamarla.

bredosis podría resultar mortal muy rápidamente. Como Jacques


Lacan lo plantea en "Psicoanálisis y medicina", la ciencia y sus
apuestas generan ciertos efectos en la dimensión del goce, lan- 2. La mujer como síntoma o como estrago
zando al mercado productos que van desde tranquilizantes hasta
alucinógenos. Comenzaremos recordando lo que ha sido quizás el primer
La heroína puede inyectarse, fumarse o aspirarse nasa/mente, 1 lásico sobre el tema, o al menos el más recordado: El hombre
pero Escohotado supone que lo que se conoce como el flash de la ele! brazo de oro (The man with the golden arm, Estados Unidos,
heroína resulta imposible si no se ha establecido una relación del 1955),2 un film dirigido por el austriaco Otto Preminger, basado en
sujeto con la aguja. La manía de inyectarse guarda relación con el I¡¡ novela de Nelson Algren.
hecho de estar poseído por la ansiedad de cambiar instantánea- El título remite a la capacidad que tiene el protagonista como
mente de ánimo. Algunos adictos coinciden en que el enganche <'rupier en un garito de juego; también a su afición por tocar la
es fundamentalmente con la aguja; también he escuchado a suje- hatería, pero sobre todo, al costo, en todos los sentidos posibles
tos que probarían cualquier sustancia, pero jamás se inyectarían. del término, que tiene la heroína, esa sustancia que corre por las
La heroína inyectada corta con el sufrimiento instantáneamente. venas del veterano de guerra que vive entre la droga, la música, el
El flash, más que un placer positivo, puede pensarse como la inte- ¡ueg o y dos mujeres.
rrupción de un desasosiego. La película aparece luego de la censura que en los años treinta
Como lo plantea Jacques-A/ain Miller, la heroína nos muestra pesaba sobre el cine norteamericano, tratando una temática que
cómo se juega el autismo contemporáneo del goce, un goce que <'ra tabú entonces, como lo era la de las adicciones. Sin embargo,
se prefiere al sexual, que está más allá del amor a la vida, que se la llamada Legión de Decencia seguía teniendo su peso como
lo puede preferir a todo, llegando incluso al crimen para obtenerlo. uuardianes de la moralidad norteamericana.
La heroína, a diferencia de otras sustancias, separa al sujeto del En los años 60 el uso de las drogas tendría una difusión masiva
Otro de una forma radical, invitándolo a que ocupe el lugar de ,l partir de los movimientos juveniles y el lugar que tenía en la cul-
desecho.
lura del rock. Pero en la década anterior, al calor del jazz, la adic-
El hedonismo cínico contemporáneo lleva al sujeto a conver- ción a la heroína ganaría cada vez más terreno; allí estaban Charlie
tirse en un objeto de la voracidad superyoica. Estas películas per- l)arker, Chet Baker o Dick Twardzik, que fallecería a los 24 años.
miten ver cómo se ponen de relieve algunas de las teorías que se
han puesto en juego en los últimos años, como ser, por ejemplo,
que el consumo, a partir del accionar estragante del superyó, el
consumo más que ser por parte del sujeto, es del sujeto mismo;
') He comentado este film en el Ciclo de Cine y Psicoanálisis organizado por Carlos
C.ustavo Motta en la Escuela de la Orientación Lacaniana,
140 / Luis Darío Salamone
El silencio de las drogas [ 141

Frank Sinatra interpreta magníficamente a Frankie Machin..,,


que sale de prisión desintoxicado y habiendo descubierto su vo lll1,1 posición como la que presenta Molly, puede ayudar a poner-
cación como baterista de jazz, lo que le abre una posibilidad d /¡• /reno al sujeto que encuentra en una droga su posibilidad de
cambiar su estilo de vida. Pero, como de buenas intenciones est ¡, i,ar, trocándolo por otra modalidad de goce que ate al sujeto a
hecho al camino al infierno, terminará habitando en el mismo in , 111,1 mujer. Por supuesto, que no se trata de que el amor sea una
fiemo que pretendía haber dejado de lado. Una pieza clave par .i>lución siempre, y muchos menos que haya que apostar a esto,
esto resulta ser su esposa que, inválida, no deja de demandarlo. 1,, que puede atar a un hombre a una mujer es un hecho contin-
El mérito de Preminger es mostrar con absoluta crudeza la re ' ¡, •rite y que esto se torne en algo necesario. En otro film, Adiós a
/ación de alguien con la heroína sin dar golpes bajos o leccione t.,s Vegas, el amor de una mujer hermosa, contra las expectativas
de moralina. Retrata, no solamente el consumo y sus efectos, sino ,/, · los espectadores, no pudo detener el camino del personaje
la abstinencia de una forma sorprendente para lo que era el cin protagonizado por Nicolas Cage hacia la muerte.
de entonces. El tratamiento del personaje que hacen los autore
resulta interesante porque el intento de cambio que el sujeto pon
en juego tras la prisión desaparece, abriéndole camino a la repeti 3. El plus de goce en el cenit de la civilización
ción y mostrando que, si las cosas no cambian desde las raíces, a
lo único que se puede apostar es a la neurosis de destino. Frankie, Si bien es una película que ha sido comentada en reiteradas
para responder a la demanda de su entorno y de su esposa Zosh 11portunidades en el seminario del Departamento de Toxicomanías
(Eleanor Parker), pero fundamentalmente a su propio superyó, y Alcoholimo, en el libro de Jorge Assef La subjetividad hipermo-
vuelve a una vida conocida en la que es croupier en partidas ile- clcrna . .. , Trainspotting (1996) es una película escocesa dirigida

gales de póker, conoce el trabajo, el dinero se obtiene rápido, y la por Danny Boyle, basada en la novela de lrvine Welsh, que resulta
droga le queda al alcance de la mano. 111soslayable para el tratamiento de esta temática. Nunca el tema
Uno de los aspectos más interesantes de la película lo presen- de las drogas había sido tratado de esa manera provocando una
tan las dos mujeres que forman parte de la vida del protagonista. reacción lógica, desde los elogios hasta la acusación, por ser inci-
Una, representa a la mujer como superyó, como estrago; la otra, ladora del consumo.
permite hacernos pensar en la mujer como síntoma. El término trainspotting remite a un pasaje del libro C'll <'I CJll<'
Mientras Zosh, su posesiva esposa, finge ser inválida para lle- 13eg bie y Rentan conocen a un borracho en la cslac io11 c/1• lr<'rlt",,
< uando los amigos están haciendo sus neccsidadc',, y c•I borr,1c 110
narlo de culpa, y retenerlo en un matrimonio que ya estaba aca-
bado, Mol/y (Kim Novak) es una vieja amante dispuesta, con pulso les pregunta si están haciendo trainspotting. LI gusto c¡u(' tiPrH'll
firme y amor, a ponerle freno al goce devenido de su relación con los ingleses por contemplar los trenes se denomina de csla for
la droga. rna. Pero, también al argot escocés que significa "buscar una vena
Así, aparecen desdobladas dos formas en que lo femenino para inyectarse droga". En nuestro país la película lleva por subtí-
puede jugarse para un sujeto. Si bien desde la orientación lacania- tulo Sin límites, y fue presentada como La naranja mecánica de los
na no vamos a pregonar una curación por el amor, lo que la clínica ,tños 90. Versa sobre un grupo de jóvenes de Edimburgo adictos
de estos casos muchas veces nos muestra es que el partenaire del a la heroína. Muestra muy bien una época donde los ideales han
sujeto, sin necesidad de hacerlo de una forma tan instrumentada caído y lo que importa es el goce de cada uno.
como lo hace Zosh, puede alimentar la relación del sujeto con la Rentan (Ewan McGregor) es alguien adicto a la heroína que
sustancia, muchas veces simplemente plegándose al consumo y muestra los intentos de terminar con su adicción a la sustancia. El
siendo ella misma víctima del estrago. En cambio, una mujer con comienzo del film resulta memorable, ya que es toda una declara-
ión de principios. Rentan y un amigo corren perseguidos por guar-
El silencio de las drogas l 143
142 1 Luis Darío Salamone

, •,u pesar, con una menor de edad; uno de sus amigos fracasa
dias de seguridad, diciendo que a diferencia de otros que eligen un
l 1. qo los efectos de una borrachera y de la demanda femenina; el
vida con una estabilidad, hijos y posesiones, etc., etc., él en cambio
,,110 discute con su novia porque no encuentran el video casero
elige no elegir la vida; y si le preguntan las razones, simplement
que habían filmado para excitarse porque había sido sustraído por
no las hay, no se necesitan razones cuando hay heroína. Pero lo
r, 11 amigo. Hay uno de ellos que no consume sustancias tóxicas,
que quedará claro es que se trata de un goce que no se consigu
l lt'gbie, pero manifiesta una violencia que es presentada como su
gracias a la sexualidad. Le interesa vivir como un heroinómano, es
decir que lo único que a él y a sus amigos les importa es el plus de 1dicción.
El aire fresco no alcanza para despejar la realidad de que son
goce que consiguen al inyectarse. Al igual que la madre del perso
1111 producto del discurso capitalista: un resto. Entonces, deciden,
naje de Réquiem para un sueño, su madre es presentada como una
, h~mocráticamente, volver a la heroína.
adicta social, en este caso al Valium, del cual Rentonse proveerá en
También consumen todas las drogas que pueden llegar a en-
el intento de desintoxicación que realizará. Intentará dejar la heroína
( ontrar, dice: "Tomábamos morfina, diamorfina, ciclocina, codeína,
y para eso recurrirá a supositorios de opio para paliar los efectos
lumazepán, nitrazepan, fenobarbital, amital sódico, dextropropoxi-
de la abstinencia. Esto lo lleva a un viaje por el interior de un indoor,
kno, metadona, nalbufina, petidina, pentazocina, buprenorfina,
que no es la única referencia a lo anal en el film.
dcxtromoramida, clometiazol. .. las calles rebosan drogas que pue-
La función del tóxico es planteada de una manera muy cla
des tomar para combatir la infelicidad ... y nosotros las tomábamos
ra: "Cuando estás drogado solo te preocupas por eso, por estar
!odas". Así, muestra otro rasgo de esta época donde se consume
drogado; pero cuando no lo estás, te preocupas por todas esas
lodo, lo que sea, y eso muestra también que lo que viene en algún
mierdas que tiene la vida". El adicto no se preocupa por las res-
ponsabilidades, ni en el trabajo, ni en el amor, ni en el campo de punto fracasa.
Resulta habitual que el consumidor busque constantemente
la moral, solo se preocupa por conseguir la próxima dosis. Más
probar algo nuevo, una voracidad de lo nuevo que tiene la marca
adelante, frente a una tragedia, preparará la dosis para aliviar el
del superyó, porque se busca una nueva forma de acceder al goce,
dolor. La otra preocupación que es dejada de lado es el paso del
1in goce que escape a la ley. El protagonista afirma, incluso, que
tiempo y la muerte, envejecer hasta que la historia se acabe. "La
•;i estuviera prohibida, se inyectarían vitamina C, dejando en clrno
única desventaja es soportar la idiotez de los otros que te dicen cuál es la relación entre la adicción y la ley, por más que t",lc•1no•,
que arruinás tu vida".
Pn una época donde la cuestión del padre pareciera dcsdibujrn ,,n.
Logra dejar el consumo por un tiempo pero las dificultades son
1 n Réquiem para un sueño, la siguiente película que será analirn
cada vez mayores.
da, aparecerá el hecho de burlarse de la ley en una escena en la
Quedará claro, cuando está limpio de drogas, lo que es "la hora
que uno de los personajes se imagina robándole el arma a un poli-
de la verdad" para Rentan; curiosamente aparece denominada de
cía para mofarse de él; se trata de un fantasma imaginario, aunque
esa forma en la letra de una canción que repite el significante
~s verdad que puede tratarse solo de la perspectiva de los realiza-
"tentación", y que suena cuando va a bailar en su búsqueda: se
dores de la película. No hay una carencia de ley, hay una burla que
trata de una mujer. Y queda claro también que, cuando la droga no
deja al sujeto en una posición donde la misma resulta ineficaz. Se
está, emerge la impotencia y la insatisfacción. La heroína lo había trata de un mecanismo cercano al de la renegación. Por eso Miller
librado de su apetito sexual, pero ahora regresó para vengarse.
nos dice que si en la época victoriana, la época en la que Freud
El momento del consumo es puesto bajo el signo de la impoten- trabajó y desarrolló los fundamentos del psicoanálisis, el ideal de
cia, la salida del mismo bajo el de la insatisfacción. Cuando están
la sociedad era la obsesión, la represión y sus formaciones reac-
limpios de drogas cada uno de los amigos se confrontan a la difi- tivas, y sus síntomas como consecuencia del intento de regular el
cultad para relacionarse con una mujer. Rentan tiene relaciones,
El silencio de las drogas\ 145

144 I Luis Darío Salamone

li1l1uad de elegir, ese "iElije\", es en verdad un imperativo tras el que


goce; pero hoy nos encontramos más bien con la perversión como ,1• escucha el empuje al goce promovido por el superyó.
forma de lazo social, con el empuje insaciable a un goce nuevo. Veinte años después, con los mismos actores, para la Navidad,
Volviendo al film, un hecho fatal ocurre. Allison, una amiga que ·,1 Santa Claus no se demora, Boyle anunció la secuela: la segunda
consume con ellos, descubre que su bebé ha muerto por negli· 1i.nte de Trainspotting nos mostrará cómo siguió la historia.
gencia. Ante esta tragedia, la reacción de Rentan es preparar otra
dosis para soportar el dolor.
No importa cuánto roban, cuánto consumen, siempre se nece·
4. El sujeto consumido
sita más; el desbastador accionar del superyó es relatado como un
apilar miserias sobre miserias. La película que será objeto de análisis, Réquiem para un sueño
Se vuelve al inicio de la película; Rentan y Spud son luego cap· (l?equiem far a dream, '.2000), fue dirigida por Darren Aronofsky, 3 a
turados por robar, Spud irá preso, Rentan quedará en libertad por partir de la novela homónima de Hubert Selby Jr. de 1978.
entrar en un programa de rehabilitación donde se le suministra A los 19 años, Selby Jr. era marino mercante cuando contra-
metadona. Aunque la cura por sustitución fracasa, él presenta la \º tuberculosis que se le complicó al no disponer de antibióticos.
paradoja de que el estado le costea su adicción. \~egresó a Nueva York donde era hospitalizado constantemente,
Rentan se aburre y se deprime, vuelve a las andadas y tiene 1ecibió un tratamiento experimental a base de estreptomicina que
una sobredosis; las inyecciones ahora son para salvarlo y para complicó su situación, fue operado, los cirujanos le eliminaron va-
hacerle un análisis de HIV que da milagrosamente negativo. Sus 1ias costillas, uno de sus pulmones colapsó y le extirparon parte de
padres lo encierran, y tras el infierno de las alucinaciones, donde otro. Durante ese periodo consumió pastillas, morfina y heroína. Lu-
aparecen sus amigos y el bebé muerto, empieza una nueva vida chó por décadas contra la adicción a estas sustancias. Quizás este
en Londres trabajando en una agencia de alquileres inmobiliarios, fragmento de la vida del escritor sirva como antesala para compren-
hasta que algunos de sus amigos, el violento y el ahora traficante, der en dónde pudo inspirarse para lograr transmitir la crudeza de la
aparecen nuevamente. Vuelven a su ciudad natal porque uno de historia y su trágico final. En una escena de este film podemos vc1 8
sus amigos ha muerto y surge la posibilidad de un negocio muy Selby Jr. como un guarda que se ríe de sus perso najes.
provechoso con una partida de heroína. Rentan se inyecta para El film se centra en las relaciones más importantes del p1 otauo
verif icar si la droga es buena. Luego de concretarse el negocio, nista, Harry Goldfarb (Jared Leto) , su madr e, que li ti nc \ p1 oblP11Ht',
le robará a sus amigos el bolso con el dinero, dejando una parte con la televisión, Sara Goldfarb (Ellen Burstyn) , su novi a M,11iu11
para Spud, quien no se anima a seguirlo. No quiere dar respues- Silver (Jennifer Connelly), para la cual operará estragantc rnc ntc, y
tas falsas a la pregunta de por qué lo hizo, la verdad es simple- un amigo Tyrone C. Love (Marlon Wayan s) . Los cuatro personajes,
mente que es una mala persona. Ahora sí, puede empezar una atrapados por su adicción, se deslizan en una pendiente que los
nueva vida. lleva a la degradación de su condición de sujetos, haciendo peda-
Jorge Assef ha destacado la estructura circular del argumento,
el final se parece al principio, la lógica es la misma. Pero, si antes zosComienza
sus vidas. con una puja generacional entre el hijo y la madre.
el protagonista se diferenciaba del espectador, ahora lo incluye La madre es adicta a la televisión. Harry va a la casa materna para
en su propia serie, él será como nosotros, en verdad nosotros
también somos com o él: hijos del discurso capitalista. Como lo
plantea Mauricio Tarrab, el sujeto de la modernidad tardía es un
consumidor-consumido ya sea por la heroína o por los objetos del
mercado. Y por más que desde el comienzo se le presenta la posi-
-
3 He comentado este film en el ciclo de cine coordinado por Pablo Ru sso, que se
realiza en la Escuela de la Orientación Lacaniana.
El silencio de las drogas\ 147
146 I Luis Darío Salamone

Con semejante final, podría pensarse en un film un tanto mora-


llevarse el televisor para empeñarlo y poder comprar heroína. La lista; sin embargo, no parece haber sido recibido así por la crítica
madre irá a buscar el aparato empeñado, y no es la primera ve o el público. En verdad, nos muestra cómo uno puede extraviar-
que lo hace, entrando en un circuito de complicidad. Los tiempos ·,e y olvidar sus sueños al elegir vivir narcotizado. Los narcóticos
cambian, pero la cuestión adictiva atraviesa las generaciones, solo pueden ser inductores de sueños, pero el sueño quizás muera, o
cambia el objeto de consumo.
llegue a transformarse en una pesadilla.
La madre es fanática de un concurso televisivo. Quien lo con -
duce se parece mucho a un predicador que se dirige a su público
como si se tratara de un secta religiosa, mostrando cómo se pue-
de poner en juego una estructura religiosa en esta época donde 5. Lo que no tiene remedio
reina la imagen. Un supuesto llamado telefónico de los producto-
res de ese programa termina de trastornar su vida; Sara pretende Como lo ha planteado Zygmunt Bauman, aquello que podemos
que le entre un vestido rojo que usó en la graduación de su hijo denominar una "sociedad de consumidores" refunda las relacio-
y la dieta no es sencilla, las anfetaminas le traerán una dificultad nes entre los sujetos a imagen y semejanza de la relación que se
muy seria. El mismo hijo le pide que las deje cuando ve los efectos produce entre los consumidores y los objetos de consumo. Los
que le provocan, entre ellos, alucinaciones. consumidores tienen la capacidad de transformarse en un pro-
Los jóvenes quieren salvarse la vida como narcotraficantes, ducto consumible. El sujeto se disuelve en un mar de productos
pero la situación se complica cuando es asesinado quien le su- donde, como lo plantea Georg Simmel, los cosas son experimen-
ministraba drogas, y Tyrone es arrestado. Surge la posibilidad de Ladas como insustanciales, presentándose uniformemente planas
comprar una cantidad importante de heroína, hecho que fracasa y y grises, flotando en un río de dinero. Esto hace que, en la subjeti-
lo que rein a es el descontrol. vid ad de los consumidores, resulten importantes las elecciones de
La escena de la transacción por las drogas es muy interesante; consumo que determinan un goce que lleva al exceso y, como lo
una multitud desesperada, ansiosa, incontrolable, se da cita en un
plantea Bauman, nunca resulta suficiente.
superme rcado. El caos muestra cómo se pone en juego una socie- Más allá de las lecturas ambientalistas del padre, su inoperan
dad de consu mo, desesperada por conseguir su porción de goce. cia puede verse en las consecuencias que genera. En estas hi s-
En una escena, la heladera amenaza a Sara, mostrando cómo lorias, se pone sobre el tapete lo que sucede cuando la funci ón
el sujeto es consumido en medio de lo real alucinatorio. paterna falla, cuando no se logra articular el deseo a la ley, po-
Los problemas de salud, las alucinaciones de Sara, el brazo niéndole un freno al goce. Como lo plantea Eric Laurent, ponerle
infectado por las inyecciones de Harry, las crisis de abstinencia un freno al goce implica abrirle al sujeto un camino que no sea
de Mario n, su degradación para conseguir drogas, en fin, la trage- el del goce mortífero, sino abrirle el camino a la posibilidad de un
dia, aparece como inevitable. La madre será hospitalizada, atada, goce distinto a lo que se ve en el hedonismo contemporáneo que
alimentada por la fuerza por enfermeros, recibirá electroshock; al
muestra su cara mortal en las toxicomanías.
hijo se le am putará el brazo para detener la gangrena que ame- Esta falta de freno, esta dificultad para orientar un goce que no
naza con consumirlo, mientras su novia está prostituyéndose para resulte mortífero, como lo ha planteado Miller, deja al sujeto hiper-
conseguir drogas y su amigo preso por querer venderlas. moderno desamparado, desorientado, sin una brújula, o quizás con
El tratamiento que hace Aronofsky de las imágenes montadas el objeto plus de goce como única orientación. El sujeto, entonces,
con la estupenda música del Kronos Ouartet es apabullante. La queda aislado, sin un anclaje, y enceguecido por su goce navega
historia se divide en tres estaciones del año: verano, otoño e in -
por costas peligrosas sin un faro que lo guíe.
vierno. La primavera, no parece vislumbrarse.
148 I Luis Darío Salamone

Las drogas, tanto las lícitas como las ilícitas, pretenden remo r~équiem para un pájaro herido
diar aquello que precisamente no tiene remedio alguno, como lo
plantea Ernesto Sinatra, como los problemas que se generan
partir del deseo que acostumbra presentarse "problemático y fe
bril"; o bien, lo perecedero de la vida, allí donde la muerte mira al
sujeto y le hace una mueca; o también la falta de armonía entre lo
sexos, ya que siempre se presenta en las relaciones entre sujeto
aquello que no funciona.
Es posible leer las consecuencias de la globalización del uso
de tóxicos en el rechazo del inconsciente, con los efectos qu
dicha cuestión implica; sin embargo, la misma no se presenta ge
neralmente como una solución que convenza al sujeto por cierna "Soy Charlie Parker a pesar de las drogas,
no gracias a ellas".
siado tiempo, pues si así fuera no cuestionaría su adicción; lo que
sucede es que conlleva un aplastamiento de la subjetividad y lo
que se pone en juego es un proceso de autodestrucción donde un
goce mortífero se apodera del sujeto para sacudirlo, para acelerar 'rd, además del apodo del saxofonista Charlie Parker, es el
incluso su camino hacia la muerte.

Bibliografía
B nombre de una película de 1988, dirigida por Clint East-
wood y protagonizado por Forest Whitaker, dedicada a la
vida del músico.
Según Woody Allen, de todas las películas sobre jazzmen que
Assef, J., La subjetividad hipermoderna. Una lectura de la época desde el ha visto, y probablemente haya visto a todas, es la que resulta más
cine, la semiótica y el psicoanálisis, Grama ediciones, Bs. As., 2013. digna; esto es un elogio teniendo en cuenta el gusto de Allcn poi
Bauman, Z., Vida de consumo, Fondo de Cultura Económica, Bs. As., ,1 jazz clásico, del cual Parker, Dizzy Gillespie, Miles Oavis y 0\1 o•,,
2007. suponen un proceso de transformación que rompe con <'I sw111u,
Escohotado, A., Aprendiendo de las drogas, Anagrama, Barcelona, 1995. improvisando a partir de una melodía y variando lo s ac md<",.
Lacan, J. "Psicoanálisis y medicina", Intervenciones y textos 1, Manantial, Clint Eastwood vio actuar a Parkcr por 19'16, crn111clo \1•11in In
Bs. As., 1985. año s, y desde entonces lo siguió hasta su t, ansfo11nm 1ó11 t'll u11
Laurent, E., "Siglo XXI: no relación globalizada e igualdad de términos", mito. Es lógico que Eastwood estuviera interesado en lilrna1 una
El goce sin rostro, Tres Haches, Bs. As., 201 O. película sobre él desde hace tiempo. Desde su primer film: Esca-
Miller, J.-A., Laurent, E., El Otro que no existe y sus comités de ética, lofrío en la noche (Play misty forme), el director muestra su amor
Paidós, Bs. As., 2005. al jazz, incluso en la película en la que él mismo actúa, pasa con su
Miller, J.-A., "Una fantasía", Revista Lacaniana de psicoanálisis 3, agosto novia un fin de semana en el festival de jazz de Monterrey.
de 2005. Al parecer Charlie Parker consumía benzendrina desde los quin-
Motta, C. G., Las películas que Lacan vio y aplicó al psicoanálisis, Paidós, ce años, pero resultó determinante para su relación con las drogas
Bs. As., 201 3. un accidente automovilístico que tuvo a los dieciséis años, después
Sinatra, E., ¿Todo sobre las drogas?, Grama ediciones, Bs. As., 201 O. de casarse con su primera mujer, a partir del cual buscaba una for-
Tarrab, M., "El riesgo de la modernidad", Más allá de la drogas, Bolivi a, ma de mitigar el dolor de costillas. Las drogas y la música se tras-
2000.
!ormaron en los dos ejes que se jugaron en su vida.
Welsh, l., Trainspotting, Anagrama, Barcelona, 201 O.
150 J Luis Darío Salamone
El silencio de las drogas 151
J

Una cita de Francis Scott Fitzgerald sirve de epígrafe a la p l1!Jshock, y que en una oportunidad casi se partió la lengua de un
lícula: "No hay segundas oportunidades en las vidas americanas",
111ordisco. Así lograron frenarlo, pero al salir volvió a Nueva York y
Resulta apropiado ya que el escritor sea quizás quien mejor hay ,1 ,., propios vicios.
retratado la era de oro del jazz; pero también como un anticipo d
Las conductas de Bird por su relación con el consumo le traían
lo que vendrá: la historia de quien es considerado como uno d
p1oblemas con su fuente de trabajo, no querían contratarlo, o per-
los mejores saxofonistas del mundo, caminando inevitablement
1 lí.1, destruía o empeñaba su saxo o los instrumentos de quienes
hacia su autodestrucción.
locaban con él. También vendía los derechos de sus composicio-
La película está armada a partir de los flash back que canfor
11t ·s a un precio irrisorio.
man un cuadro que se acerca al estilo musical de Bird, dando lugar Miles Davis escribe que cuando lo conoció, le resultaba impo-
a la improvisación. La música, las drogas y el alcohol, son los prin ,1ble acomodarse al estilo de vida de Charlie Parker: tanto beber,
cipales partenaires de Bird, pero además nos muestra la relación l.into comer, tanta droga... Cuando estaba desesperado por pin-
con una de sus esposas: Chan, que hace lo que puede. También 1 liarse era capaz de hacer cualquier cosa por conseguir una dosis,
están las otras mujeres, que no cobran tanto protagonismo. Y eso
,•inpeñar un instrumento, una maleta, un traje, propios o de sus
músicos que lo acompañaban o seguían, creyendo ingenuament , oleg as. Lo admiraba como músico, pero como persona era difícil
que si se drogaban podrían tocar como él. Y los síntomas que co
de so portar. Solía decirle a los traficantes que Davis le pagaría lo
mienzan a sacudir su cuerpo. Después de una función llega a su
que les debía él, es decir que los lanzaba sobre sus amigos, y se
casa y le dice a su mujer: "Me vinieron a visitar mis úlceras, les di 11 ataba de tipos muy peligrosos. Como hemos visto, el trompetista
codeína pero se quedaron de todos modos".
l11vo una relación intensa con las drogas, pero sin embargo no
Logró estar siete meses limpio de alcohol y drogas luego d
1 om prendía la actividad autodestructiva del saxofonista, que lle-
sufrir una crisis. Cuando término de grabar en California, incendió
qaba incluso a inquietarlo. Según Davis, Parker vivía aislado, era
su cuarto del hotel en el que se alojaba y salió corriendo gritando •,ali sta, tenía su propio mundo musical y resultaba imposible imi
desnudo a vagabundear por las calles. Lo recibieron en un hospi
tal estatal. l.irlo, no podían hacerlo ni siquiera los grandes saxofonistas qu
pretendían tomarlo por modelo.
La muerte de su hija lo había sumido en una depresión de la En una escena de la película, Bird trae a su memoria un 1crnc'1
que procuró escapar con un intento de suicidio. Internado, busca
rlo de una noche cuando tenía quince años que jam ás olvidé11 él. Se'
pleito con otros pacientes porque no le suministraban algo qu
despertó, preguntándose que le pasaba, sintiendo el dolo1 rn n•,
lo calme. La esposa, acostumbrada, le comenta al psiquiatra que,
1J1ande de su vida; alguien le dijo entonces que era un drogncl1cl o.
cuando todo lo demás falla, él provoca una pelea. Cuando no pu
',ie mpre pensó que si no hubiera preguntado, no andaría así. E.1
de emborracharse sustituye eso por el dolor que le hace olvidar
dolor y la adicción quedaron coagulados desde entonces.
las otras cosas por un rato. Antes se distraía conversando, pero no
No importa que abran un Club dedicado a él: Birdland. Podía
puede hacerlo desde que le sangran las úlceras.
improvisar como nadie, pero su programa de goce permanecía in-
Evitar el dolor, físico o emocional, era la función que la droga
inutable. Apenas sí lograba ensayar alguna variante tomando alco-
tenía para él. En el film el psiquiatra quiere convencer a su pareja
1101 para evitar la heroína, pero entonces su virtuosismo se conver-
que se le apliquen electroshocks. Ella se niega diciéndole que e
lía en un desastre. Borracho, su carrera declinaba. Dizzy Gillespie
un creador, ante lo cual el doctor le pregunta si quiere un músico
ya no quería tocar con él. No lo querían contratar. Por su adicción
o un esposo. "Ambos vienen unidos", le responde la mujer.
1,, revocan la licencia para actuar en lo cabarets.
Miles Davis en su autobiografía relata otra perspectiva; dicn
Le avisan que su lucidez pendía de un hilo, y él asegura que
que Bird fue sometido efectivamente a un tratamiento de ele
',<' moriría ese año. El declive no tenía fin; luego de la muerte de
152 1 Luis Darío Salamone

su hija y los intentos de suicidio, padece de úlceras perforadas,


hemorragias internas, cirrosis avanzada y problemas cardíacos; Un lobo en la modernidad tardía
fallece en la casa de una amiga condesa amante de músicos en
1955 a los 34 años, por un colapso cardiocirculatorio. El médico
que realizó la autopsia calculó que tendría unos 65 años.
GOué nos puede enseñar Bird a los psicoanalistas además de
que la pulsión de muerte provoca estragos, de los cuales no s
logra escapar aunque se trate de un genio, de un sujeto diferente? "A diario consumo suficientes drogas como para
Hay un texto de Jacques-Alain Miller titulado "El porvenir del sedar a Manhattan, Long lsland y Oueens durante
un mes. Tomo barbitúricos 1O a 15 veces al día
Mycroplasma laboratorium" que resulta capital para entender lo
para el dolor de espalda, anfetaminas para concen-
que se juega en la singularidad de un sujeto en su relación a su
trarme, el alprazolam me quita el stress, la
goce. A partir de una contingencia se instala un modo de gozar marihuana me relaja, la cocaína me despierta, y
que se torna necesario para el sujeto. El psicoanálisis apunta pre- tomo morfina porque es increíble".
cisamente a situar, a recortar a partir del discurso, cierta escritura Jordan Belfort
del programa de goce. Se procura que esa escritura se torne legi
ble para permitirle al sujeto un grado de libertad con respecto a la
misma, a partir de lo cual logre vivir, al menos, con el menor males 1. El sueño americano en la hipermodernidad
tar posible. Es lo que intentamos hacer cuando nos llega un sujeto
lobo de Wall Street (1913) es la quinta película en la que

E
arrasado por su goce. El superyó no solamente le grita al sujeto
que goce, le ordena gozar, lo empuja a seguir el derrotero de su Leonardo di Caprio es dirigido por Martin Scorsese. Contras-
programa de goce, una partitura que deja poco margen a la im ta notablemente con la mágica versión que el director reali-
provisación. El psicoanalista busca poner una pausa, localizar es ara de La invención de Hugo Cabret, su producción anterior. En
programa, y ver si puede alterarse algo de ese funcionamiento. ,,sta oportunidad se basa en las memorias escritas por el mismo
A Charlie Parker lo llamaban Bird porque al tocar lograba man ,Jordán Belfort, un agente de bolsa de Nueva York, quien al final de
tener las notas altas por un tiempo, como si fuera un pájaro. Esta lil película hace un carneo presentando el seminario que dictará el
película narra la historia de alguien que fue capaz de crear músic 1{c lfort de la ficción, personificado por Di Caprio.
como la de los pájaros. Pero se trata de un pájaro herido, aturdido, Nos presenta una versión posible de lo que sería el sueño ame-
que apenas aletea, por la heroína y el alcohol que corre por sus v ll(ano en los tiempos de la hipermodernidad. Un sueño que está
nas. Un pájaro que no puede dejar de interpretar su propio réquiem. /1 •ñido de exceso, de mucho dinero y de todo lo que se pueda
1onseguir con él, y de la combinación de drogas, como lo vemos
1 •11 nuestro epígrafe, de sexo desenfrenado, de una ambición sin
Bibliografía
limites. Estamos en la era de las politoxicomanías. Cualquier droga
pi 1c de venir bien, se trata de experimentar, pero el protagonista
Davis, M., Troupe, O., Miles, la autobiografía, Primer Plano, Barcelona,
1991. rr us hace saber que de todas las drogas prefiere una, e inhala co-
1 , 1ína utilizando un billete para poder revelarnos finalmente cuán
Miller, J.-A., "El porvenir del Mycroplasma laboratorium", en El Caldero el,
la Escuela. Nueva serie, Nº 6, Bs. As., 2008. 11 lictivo es: se refiere al dinero.
Russell, T., Bird. Biografía de Charlie Parker, Ediciones B., Barcelona, fodo comienza con un comercial donde se promueve a una
1989. 111 rn a, mientras nos muestran cómo los sujetos en dicha compañía
154 / Luis Darío Salamone El silencio de las drogas / 155

se mueven intoxicados por las drogas y el alcohol, apostando que venía a buscarlos explota. Todo se confabula para que la pen-
quién da en el blanco arrojando enanos. diente a un fracaso, tan estrepitoso como el ascenso, se torne
Lo que sigue narra cómo el protagonista llegó a tener una es 11 icvitable.
posa estupenda, una gran mansión en Long lsland, una Ferrari y Es arrestado uno de sus compañeros de fechorías que lo de-
muchísimo dinero. l:1la al FBI. Lo acusan de lavado de dinero del narcotráfico. Se le
Mark Hanna le da consejos a Jordan Belfort para que se ma 11)duce la condena de veinte a tres años de prisión si delata a sus
neje en Wall Street de la mejor manera. La fórmula es bastant ,1rnigos. Todo se desmorona. Naomi quiere separase. Discuten, la
simple. Hay que consumir drogas, masturbarse y tener sexo con 1¡olpea. Belfort, completamente drogado, quiere escapar con su
prostitutas. Le asegura que cuando tenga experiencia pensar 1tija en un auto; pero choca.
en dinero mientras se masturba, y esto le permitirá estar relajado. Lo detienen mientras graba el comercial de uno de sus cursos
Con la cocaína se mantendrá alerta, rápido, en las revolucione 1le persuasión general.
necesarias. Se volverá adicto a la bolsa en cuestión de segundos. La prisión domiciliaria, el brazalete electrónico, las fianzas, no
Y aprenderá a vender humo. lo frenan. Los tratados de colaboración con la ley no son simples.
Llega a ser un prometedor corredor de bolsa hasta el llamado lcrmi na en la cárcel. Por ayudar al gobierno tiene que cumplir 36
Lunes Negro en el que la compañía quiebra. Decide probar suert 111eses de prisión. Llega a la cárcel aterrorizado, pero comprende
en una pequeña compañía en la que despliega la habilidad obteni que es rico y todo está a la venta. Cumplida la condena se dedica-
da para hacer negocios y no tarda en abrir su propia empresa. Un ra a dar conferencias para transmitir los conocimientos que tiene
vecino le propone trabajar con él y reclutan un grupo de traficante , ,n el negocio de la bolsa.
de poca monta para convertirlos en vendedores de primera línea.
El ascenso es vertiginoso, llegan lujos, tapas de revistas como
Forbes que lo retratan como un Robín Hood perverso que les rob 2. El lobo sin luna llena
a los ricos en su propio beneficio, mujeres y muchas drogas. S
gana el sobrenombre: e/ lobo de Wa/1 Street. Su matrimonio se va Nos encontramos, en la figura del protagonista de esta pelícu-
la lona y la modelo Naomi Lag al la pasa a ser su pareja, que paree 1. 1, con ese sujeto que describe Jacques-Alain Miller como propio
estar más acorde con su nuevo estilo de vida; asegura que tener tic nuestra modernidad tardía. Un sujeto sin límites, desbrujulado,
sexo con ella era como inyectarse de heroína. desinhibido, hijo de una civilización que tiende a la inmoralidad,
Las cosas se complican, un agente del FBI le pisa los talone .... ,•rnpujado por un goce. Tan desinhibido como para arrojarle lan-
Ab,re una cuenta en un banco suizo, la cuenta se pone a nombr 1¡estas a los agentes del FBI que pretenden acorralarlo para po-
de Emma, una tía de Naomi, pero la mala suerte hace que fallezca. 11crle límites al que es incapaz de conocerlos, a quien se permite
Se le propone que haga un arreglo con el FBI aceptando un 111halar cocaína directamente del ano de una prostituta, a quien
delito menor y apartándose de la empresa. Pero a último momento 1,1rnás acepta un no como respuesta. La necesidad de burlarse
cambia de idea. 1le las convenciones sociales queda demostrada en un acto tan
Decide ir a Suiza en su yate desafiando una tormenta para so ,111tiguo como el que practicaba Diógenes el cínico: la masturba-
lucionar el problema con la cuenta que estaba a nombre de la tf, ' 1ón pública, realizada por su socio cuando conoce a la que será la
de su pareja. Lo que sigue es un símbolo de aquello en lo que s ii1lura mujer del protagonista.
ha convertido su vida: un naufragio. El yate no resiste el temporal Retomamos el planteo lacaniano del objeto a en el cenit de la
y se hunde, rescatándolos marinos italianos con quienes sigue 1 , 1vilización. La fórmula de un objeto que empuja al sujeto a go1ar
fiesta; pero el destino trágico no está dispuesto a ceder, el avión '"; muy simple:
El silencio de las drogas \ 157
156 1 Luis Darío Salamone

111 ll eviviente, podría haber muerto varias veces sin darse cuenta,
a->$
1, •r minar más aboyado que su Ferrari.
1 1sujeto en algún punto sabe que si vive al límite, en el horizon-
1, puede estar la muerte, pero no le importa, por eso las campañas
Lo que pone en juego es un goce que se puede presentar , 11 il 1drogas moralistas fracasan. Queda revelado en un diálogo en
como el reverso del fantasma neurótico, y es aquel que estamo •·1 que, ante la pregunta sobre qué tal es estar sobrio, responde
acostumbrados a ver irrumpir en el campo de las perversion 11nplemente "espantoso", y ante la pregunta de si es aburrido, la
Es la consecuencia de ese empuje al goce que invita a atraves 11••,puesta es: "Me quiero matar". El sujeto solo tiene una forma de
inhibiciones, y lo real desborda al sujeto. 11 •( .uperar algo del goce perdido intoxicándose, aunque el precio
La causa del hombre lobo es la luna llena. Ella convierte al hom ¡111cda llegar a ser la muerte. Como en la escena del yate en la
bre en un animal salvaje dispuesto a devorar lo que se le cruc 1< 11 me nta, lo que le importa no es tanto el hecho de morir, sino el
Lo que causa a este lobo no es la luna, lo que lo causa es un goc
desenfrenado. Es verdad que los hombres lobos de la historia del ,¡,, no morir sobrio.
cine suelen presentarse de esa manera, pero mientras dure la luna
llena. Después descansan. Este lobo no tiene descanso. Y si logra
algún freno es consumiendo drogas, mientras duran los efectos,
para retomar ni bien estos se disipan. Por eso toma barbitúricos
como si se tratara de golosinas. El desenfreno es su manera de vi
vir la pulsión. La voracidad no tiene límite y el goce se torna tóxico,
El lobo de Wall Street cree, en su omnipotencia, que puede ser
dueño de sus actos, sin embargo está bajo la dictadura del objeto
a que lo empuja a un goce desbocado. Esa dictadura del plus de
gozar lo lleva a la cima y al precipicio, devasta sus relaciones y
al propio sujeto. Lejos de comandar un "eso marcha", conduce al
sujeto a un ascenso tan vertiginoso como su caída. Las personas,
nos asegura, son cien por ciento los amos de su propio destino. Y
uno sabe que en cualquier momento ese destino será de fracaso.
Se lo ve, cuando arenga con el micrófono a sus empleados, uti-
lizando su carisma para transformarse en un predicador de goce,
un predicador que les habla a sus fieles para que crean que con -
siguiendo dine ro serán capaces de gozar todo lo que quieran. El
dinero, como se hace saber en varias partes de las películas, tam -
bién es una droga. Y como la droga que consume, lo consume al
sujeto. Por eso la tía Emma le pregunta si permite que el dinero lo
consuma entre otras sustancias.
No es posible un registro de la falta en ese estado de intoxi -
cación, pero tampoco un principio de realidad. La analogía con
Popeye o King Kong permiten tener noción de una omnipotencia
sin fisuras que le permite ir más allá de los límites. Belfort es un
Jazz, tango y rock and roll
Simplemente Miles Davis

"Sé lo que he hecho por la música, pero


no me llaman 'leyenda'.
Simplemente me llaman Miles Davis". 1

1. Más de aquel jazz

i bien el origen del término jazz es incierto, algunos sostie-

S nen, con una extrañísima precisión, que la historia comienza


el 17 de noviembre de 1887 a la una de la madrugada, con
nlguien que luego de varios whiskys de fabricación casera, en una
marisquería de Nueva Orleans, comienza a tocar una vieja corneta
que había tenido su época de gloria en la Guerra de Secesión,
cortando el ritmo de las frases musicales, lo que luego se llamaría
•, incopación, reproduciendo el sonido de un banjo qu e esc uchaba
nn la plantación en la que había trabajado años atrás co rn o esdi
vo. Pronto el local quedó demasiado pequeño por la ca 11l1dad di •
uente que se amontonó para escucharlo y termin ó inl erpt c• l;111do :1
la luz de las estrellas. Ese estilo musical no lard ó en se~, 1111l' r pr< '
lado por bandas nocturnas que animaban los bailes o las tr avcs ías
que realizaban los barcos a vapor por el Miss isipi. Su precursor fu e
un barbero llamado Thermidus Brown, pero se lo conocía como
Jazz-Bo, por su elegancia al vestir.
Brown murió ahogado una noche, siete años después, al trope-
;ar y caer de un barco luego de haber bebido varios días, angustia-
do porque había perdido la oportunidad de la fama y, según creía,
la inspiración que dio origen a un género musical.

1 Davis, M. Troupe, Ouincey. Miles, la autobiografía, Primer Pl ano, Barcelona,


1991, p. 98
162 1 Luis Darío Salamone El silencio de las drogas l 163

Podrá haber historias más ciertas que esta, pero difícilment ;" presentó con pantalones negros de cuero, un chaleco enci-
una tan buena que hilvane las características de esta música y su 111ado a otro y una chaqueta con una serpiente roja en la espalda.
relación con un estado alterado por el consumo de una sustan 1Jna dama de la alta sociedad le preguntó a ese hombre, alejado
cia embriagante. En este capítulo nos ocuparemos de uno de su du toda etiqueta, qué méritos tenía para estar allí. Miles no tardó
referentes que nos legó, además de su obra, una Autobiografli 1•11 contestarle: "Bueno, he cambiado el rumbo de la música cinco
conmoved ora donde la pasión por la música se entreteje con el 1> seis veces. Ahora, dígame: 6qué ha hecho usted de importancia,
consumo de drogas. ,1parte de ser blanca?". Viniendo de otro podría ser una falta de
rnodestia, pero sin dudas Miles Davis forma parte de la historia del
Ji!IZ, y los giros que le imprimió a esa historia tienen que ver con su
2. Un buen soplo ,,•chazo a repetir al otro o repetirse a sí mismo.
Davis nos dice que a los doce años la música se había con-
El primer recu erdo que atesoró de su infancia era una llamar t •rtido en lo más importante de su vida. A los trece años recibió
da, la llamarada azul de un fogón; tenía tres años entonces, per 1111a trompeta como regalo de cumpleaños. Pertenecía a una fami-
aquella imagen se le presentaba tan clara como la música. An l1i1 acomodada, aficionada a la música, de East Saint Louis, lugar
tes de eso, solo había niebla. La memoria no puede precisar si donde llegaban buques en los cuales tocaban orquestas, muchas
esa llamarada la había generado él mismo, jugando; pero desd v<·ces dirigidas por trompetistas.
el recuerdo retorna la exaltación que lo invadió provocada por 1 Luego de participar en una orquesta local y tener una hija a
repentino, lo súbito. Es el primer registro que tiene del miedo, un los diecinueve años, en septiembre de 1944 se fue a Nueva York
miedo que se tornó desafío, es decir aventura, y generó una suer p¡tra tocar con los grandes, buscando a Bird y Dizzy. En esa época,
te de alegría fantasmagórica. Lo asocia con alguna frontera, con 110 fumaba, no bebía, no probaba drogas. Bird, en cambio, además
algún filo posible. Es el momento en el que el mismo Miles Davl dt' ser el mejor saxo de la historia, era adicto a la heroína. De
sitúa el comienzo de su filosofía de vida. No podía saber de 1 l lrrd reconocerá su genialidad con la música como su dificultad
cosas del mundo en aquel entonces, pero debía avanzar, ir hacl , on los demás debido a su relación con el consumo, y asegura
adelante, alejarse del calor amenazante de esa llamarada. 110 comprender lo que lee en él como un impulso autodestructivo.
No le gustaba mirar atrás, pero sin embargo llega al punto d 1•;tamos hablando de Charlie "Bird" Parker y Dizzy Gillespie, con
conjeturar que en el violento tornado que azotó St. Louis al po , 111ienes formaría parte del trío fundador de un nuevo estilo ele jnn:
tiempo de haber nacido puede estar el origen de su mal caráct ,•I Be-bop.
el tornado le dejó tras su paso una violenta creatividad. Y dejó algu Miles llegó a Nueva York a estudiar música, le habían ense
nos ventarrones, se necesita un buen soplo para tocar la trompet 11,1do que la ignorancia era esclavitud y, el conocimiento, libertad.
Con estas disquisiciones comienza Miles Davis su Autobiograf/¡ ',1' convirtió en lo que se denomina un científico del sonido; si
que escribió con la ayuda del periodista y escritor Ouincy Troup 1111a puerta chirriaba podía decir el tono exacto en el que lo ha-
111.t hecho. Al tiempo viajó a St. Louis para decirle a su padre que
l1,1bía decidido abandonar el Juilliard, donde estudiaba, porque le
3. Nunca sigas el canto de ese pájaro ,,11'3eñaban cosas de blancos, y este le dijo algo que no olvida-
r1, 1jamás: que lo que decida hacer, sea lo que fuera, que lo haga
Cuando el presidente de los Estados Unidos, Ronald Reau 1111 •n. Y le hizo escuchar el canto de un pájaro (bird, en inglés) que
le entregó en 1987 un reconocimiento por su carrera a Ray Char lli:qaba del exterior, del sinsonte, ave que copia el canto de otros
les, invitó a la Casa Blanca a afroamericanos ilustres. Miles Davl p[qaros porque no tiene uno propio. Entonces le dijo que él tenía
164 1 Lui s Daría Salamone
El silencio de las drogas l 165

que buscar su propio canto. Quizás por eso, pese a la admiración , rn1 un policía que lo golpeó duramente hizo que se aficionara al
que sentía por Charlie "Bird" Parker,jamás intentó imitarlo como lo liox. Lo asediaba la angustia y la heroína era su evasión.
hacían tantos, aunque les resultara inútil. Por otra parte, asegura que "cuando tomas heroína constan-
li •rnente pierdes el deseo de tener relaciones sexuales con una
111ujer...", al menos eso le pasó a él. 2 Dice que esto no le pasaba a
4. Festivales, drogas y mujeres , >1 1as personas que conocía, pero él había gozado de la sexualidad
, on Irene o Juliette, pero después de empezar a consumir no le
Miles nos relata su encuentro con las drogas: "Mientras estab 111leresaba hacerlo y si lo hacía no gozaba. En lo único que pen-
en la banda de B empecé a esnifar cocaína. Hobart Dotson, el ,.1ba era en cómo conseguir más heroína. Al principio la aspiraba,
trompetista que tocaba junto a mí, me aficionó. Un día me dio un 110 se inyectaba, pero un amigo le dijo que se sentiría mejor si lo
dosis pura. Sin embargo, quien me introdujo en la heroína, tambi én l1rtcía. Así empezó lo que define como una película de horror que
mientras estaba en la banda de B, fue Gene Ammons, un saxofo duró cuatro años. Si no consumía enfermaba; al principio era como
nista. Recuerdo cuando esnifé cocaína por primera vez. No sabí 1,,ner gripe, le chorreaba la nariz, le dolían las articulaciones; des-
lo que era, tío. Todo, de pronto, me pareció más brillante, y noté un pués empezaba a vomitar. Una miseria espantosa que procuraba
súbito chorro de energía. La primera vez que usé heroína, qued ,•vitar. Tomaba cuatro o cinco dosis al día. Quiso desengancharse
inconsciente y no me enteré de lo que pasaba. Macho, era un desde el momento en que se sintió mal por primera vez. Reconoce
sensación fuera de lo común. Me sentí completamente relajado", que inyectarse heroína cambió totalmente su personalidad, pasan-
No hay una responsabilidad subjetiva, el que lo metía en el asunto 1lo de ser tranquilo y honesto a todo lo contrario, y la razón de
para él era el otro.
dicho cambio era la ansiedad por conseguir heroína. Haría cual-
Bird le había dicho que si alguna vez lo sorprendía pinchando quier cosa para no sentirse enfermo, lo que implicaba disponer de
lo molería a palos. Bird, por su parte, estaba cada vez peor, no le l1croína día y noche para poder inyectarse. Se encontró haciendo
pagaba y era capaz de empeñar su saxo o los instrumentos de su lo que antes le reprochara a Bird, le sacaba dinero a prostitutas,
amigos si estos se descuidaban. Las drogas volvían loco a Charli 1i le sacaba cosas a los amigos para empeñarlas o vend erl as. O
Parker a punto tal que en 1946 terminó internado en un pabellón ,,rnpeñaba su propia trompeta. Resume ese momento en es tos
psiquiátrico de Nueva York donde le aplicaron electroshock. i<'rmi nos: "Todo se derrumbaba". 3
Miles reparte su tiempo entre la música, las drogas y las mujere..,, Por 1952 consideró la posibilidad de intentar abandonn1 la':i
Es invitado a festivales en París, y allí se enamora de Juliette Gréco drogas, y comenzó a entrenar, ya que siempre le había gustado
y se encuentra con una sociedad diferente donde las personas d ,,1 boxeo. El entrenador le dijo que jamás entrenaría a alguien que
piel negra no son discriminadas. Por primera vez siente que la músi lt 1vie ra el hábito de las drogas. Miles negó tenerl o y el entrenador
ca no era la totalidad de su vida, y ella le enseñó a amar al margen 11' dijo que no le tomara el pelo, que volvi era a St. Louis para tratar
de la música. Juliette le pidió que se quedara en París, Sartre 1 de dejar el vicio. Nadie le había hablado así. Llamó a su padre y
sugirió que se casara. Pero volvió a Nueva York. Se sintió tan depri le• pidió que viniera a buscarlo, e inmediatamente fue a pincharse.
mido que consumió heroína, perdió el control, sintió que caía en un 1>rometió no drogarse, fue a la granja de la familia, pero no tardó
pendiente hacia la muerte, y le costó cuatro años desengancharso. 1•11 encontrar a alguien que le vendiera heroína. Cuando el padre
Asegura que jamás consumió como algunos músicos, para to car
como Bird. Lo que lo llevó a ese terreno fue la depresión que sintió
al volver de París, y extrañar a aquella mujer. Con el consumo deJó
de ir a su casa en la cual estaban Irene y sus hijos. Una discusión ') lbíd., p. 134
l /bid., p. 140
166 1 Luis Darío Salamone El silencio de las drogas l 167

se enteró le dijo que no le daría más dinero, y así la abstinencia, 1 111 por tratar mal a una chica, y pudo haberlo matado; sin embargo
que él llama el mono, enloqueció a Miles, que maldijo a su padr 11• dijo que era patético, miserable, un lastimoso hijo de puta, un
que se limitó a hacer una llamada, y aparecieron dos personas qu vunqui asqueroso. Eso le hizo daño porque tenía razón. La droga
lo llevaron a la cárcel donde estuvo encerrado una semana, voml 1•1r1 muy mala en Detroit, ya no le hacía nada, solo se pinchaba
tando, y que iba a morir, pero sobrevivió con una idea, de que par por la sensación que este acto le provocaba. Tomó como ejemplo
cortar el hábito solo tenía que tomar una decisión. Ni bien salió d 1un boxeador, Sugar Ray Robinson, un deportista disciplinado y
prisión se volvió a inyectar. El padre había decido llevarlo a reali r11ujeriego, muy serio en su trabajo. Decidió manejarse así y volvió
un tratamiento de rehabilitación a la prisión federal para adictos d 1 Nueva York a comenzar de nuevo.
Lexington, pero como no había cometido ningún delito tenía qu Cuando dejó de inyectarse heroína continuó tomando cocaína
encarcelarse por voluntad propia, y decidió no hacerlo; llevaba do il,• vez en cuando, que no le creaba un hábito, y no enfermaba si
semanas sin drogarse. Volvió a Nueva York. Allí volvió a inyectars l I dejaba. Aunque le secaba la boca, lo cual no era bueno para un
sabiendo que dejaba el hábito o moriría. No pensaba morirse. 1rornpetista.
La policía comenzó a endurecerse, le hacían arremangar la Davis dice que desde su adicción se encerró en sí mismo para
misa buscando pinchazos nuevos. Por esa razón muchos yonqw protegerse de un mundo que consideraba hostil. Esto nos muestra
se inyectaban en las venas de la piernas. q1rc por un lado tenemos el encierro que se consigue al obtener
Una noche estaba completamente drogado, dando cabezazo 1111 goce autoerótico con sustancias, pero que la cuestión también
con ropas viejas y sucias, se le acercó Max Roach elegantemen 1l.1ñe a una decisión subjetiva. La adicción es solo una forma de
te vestido, lo miró y le dijo que tenía un buen aspecto y le metl ,•ricierro entre otras.
doscientos dólares en el bolsillo. Se sintió tan avergonzado qu En 1955, por no cumplir sus obligaciones económicas con su
en lugar de correr a pincharse, llamó a su padre para decirle qu 111¡0, su ex mujer lo manda a la cárcel por tres días. Al menos así
quería recuperarse, y este le ordenó que viajara inmediatamente, 111 cuenta él, aunque en esto tampoco muestra su responsabilidad.
En la granja familiar el padre le dijo que si a él lo torturaba un ,\llí se entera de la muerte de Bird, lo que fue un golpe. Davis co
mujer podía sugerirle que la cambiara por otra, pero tratándose d 11Hmta que al morir Bird, así como antes los músicos se inyectaban
drogas, solo podía darle su amor y apoyo, el resto dependía de ,1 p, 11 a tocar como él, ahora se esforzaban por dejar la heroína.
Se dio vuelta y lo dejó solo. Miles se encerró en una casa de hu Luego Davis permaneció bebiendo demasiado y consumk'n
pedes con llave hasta dejar el hábito. Transpiraba, le dolía todo, t do cocaína, sufriendo intensos dolores a causa de una ancrni,1
nía el cuello rígido, no le respondían las piernas, las articulacion lrilciforme. Esto lo tornó irritable y tuvo crisis de celos con rran
le dolían terriblemente; compara el sufrimiento con una terrible 11",, la única mujer entre tantas que tuvo que soportarlo en esa
tritis y una gripe aguda, con una crudeza que no puede dominar l.1reta. Llegó a acusarla de engañarlo con un amigo homosexual.
La tortura duró siete u ocho días. Hasta que todo terminó. l:I pensaba que estaba cuerdo y en la cima del mundo. Ella lo mi-
Pero hubo idas y vueltas. Para no volver a las tentacione 1 tl>a como si estuviera loco, lo cual, confiesa, era cierto. Se había
Nueva York, fue a actuar a Detroit, y una mujer lo llevó a un psi , <lrivertido en una especia de fantasma de la Ópera, se deslizaba
quiatra. Este le preguntó si se masturbaba, Miles le respondió qu ¡1rn el túnel que había debajo de su edificio, paranoico, perdido.
no, y este le dijo que tenía que masturbase todos los días ant 1 <lrnenzó a sufrir, según lo denomina él mismo, la alucinación de
de tomar alguna droga, pero Miles pensó que el psiquiatra deborf1 1 ¡i tr' en su casa había un extraño, registraba los armarios, debajo
estar en un manicomio.
,1,, la cama, en el sótano, echaba a todos los que estaban en su
Se pinchaba para no sufrir, para no enfermar. Fue otro mot1v1 , , 1•,a y buscaba al extraño por horas. Frances terminó dándole la
de vergüenza lo que hizo que cobrara fuerza: un gánster lo interp , ,,ón para llamar a la policía, que vino y registró todo, mientras ella
168 1 Luis Darío Salamone
El silencio de las drogas l 169

aprovechó para marcharse a la casa de una amiga. Una infección


11'programado. Un día estaba al borde de la muerte y al siguiente
hepática lo frenó. Fue otra mujer, Cicely, quien lo ayudó a dejar lo
locando estupendamente. Por más que Davis negara todo el tiem-
alcoholes fuertes, aunque por un largo tiempo tomó cerveza.
po su parecido a Bird, siente que lo miraban de la misma forma
,¡ue él lo hacía al saxofonista.
5. Aquellos años de silencio Alcohol, píldoras y drogas lo llevaron a un colapso, a una úlcera
ilcmorrágica, escupía sangre y cada vez pensaba más seriamente
1'n retirase. Pensó que su ausencia sería de seis meses. El silen-
En el desfile incesante de mujeres, Jackie llegó a su vida; para
cio duró seis años. La actividad principal que tenía en esa época
le/amente salía con Marguerite, entre otras. En esa época estaba
t'ra tomar cocaína; llegó a consumir quinientos dólares al día, y a
medio loco por la cocaína. En un momento en que tomaba a todas
ustar con todas las mujeres que podía. Era adicto a las píldoras,
horas volvió de tocar en un concierto y la encontró narcotizada;
c1 la cerveza Heineken y al coñac, pero principalmente estaba la
ella que jamás había probado una droga, se encontraba a punto
cocaína que aspiraba o se inyectaba, a veces incluso en la pierna
de perder el conocimiento, y cuando logró que se recuperara le
¡unto a heroína, lo que se denomina speedba/1. Nos dice que no era
preguntó por qué se había tomado todas sus píldoras, a lo que
la persona mejor dotada para cuidarse a sí mismo. A esta época
le contestó, con lágrimas en los ojos, que si iba a matarse con
la denomina "los años de silencio", porque no salía de su casa por
cocaína y otras porquerías, ella quería morirse antes; al ritmo que
periodos de más de seis meses.
llevaba moriría pronto y ella no quería vivir sin él. Lo conmovió, fue
En esta época Davis reconoce haber llevado al acto todas sus
a buscar cocaína y ella la había tirado. Él se molestó, pero recono-
ció haber encontrado una mujer fuera de lo corriente. fantasías sexuales, lo que para otros era solo fantasía, nos dice, él
lo convertía en un acto. Admite que probablemente la cocaína tuvo
Por 1970 había acordado grabar un álbum con Jimi Hendrix, y
mucho que ver en eso. Pero después de un tiempo llegó el hartaz-
lo estaba esperando para reunirse junto con Gil Evans cuando se
go y "todo esto se transformó en aburrimiento y rutina". 5
enteran que Jimi había muerto, asfixiado por sus propios vómitos.
Nuevamente preso por incumplir sus obligaciones de soporte
Otro golpe. Jackie procuraba apartarlo de la cocaína, y lo con-
eco nómico, esta vez la intervención fue de Marguerite. Cocaína,
seguía, pero solo por momentos. Miles comenta cómo después
píldoras, todo se reducía a deambular a la deriva. Como lo plan
de un accidente muy grave en 1972 con su Lamborghini, estu
teó Jacques-Alain Miller en Comandatuba, se presc'nlé11ln ,1 •,1
vo internado tres meses. Al regresar ella le hizo prometer que se
mismo como un sujeto contemporáneo, desh inibido, p<'IO :1 l:1 v1'
mantendría alejado de las drogas, y comenta irónicamente que s
desamparado, sin brújula. La operación del tóxico le pe11nil1t1 ,1,;1/i
mantuvo alejado más o menos un minuto. Ella se fue y, nos dice,
ar sus fantasmas, pero su goce lo mantenía a la de, iva. La división
"Sin ella, mi vida se hundió en una zona oscura a lo largo de los dos
subjetiva que era rechazada retornaba de lo real. Dice que eran
años sigu ientes. Coca a todas horas, sin interrupción, y muchos
dolores". 4 cuatro personas, dos con la coca y dos sin ella. Mirarse al espejo
era ver una película de horror. Días sin dormir, atiborrado de dro-
Se encontraba en San Pablo en 197 4, había bebido vodka sin
gas, acompañado por alucinaciones, voces y ruidos inexistentes,
parar y fumado mariahuana, cosa que hacía muy raramente, ter
seg ún las categoriza él mismo. Apareció Cicely, y lo ayudó a aflojar
minando internado, y la banda e incluso él supusieron que era el
con la cocaína, incluso con el cigarrillo, cuando lo amenazó con
final. Al día siguiente estaban tocando en la función que habían
dejar de besarlo si seguía fumando. Le hizo ver que jamás sería

4 lbíd., p 332
5 lbíd. p. 341
170 1 Luis Darío Salamone
El silencio de las drogas 1171

un simple consumidor social. Aunque sigue con las sustitucione ...,


empezó a beber cuba libre en lugar de coñac. Pero fundamente lo 1 ¡oce y está al alcance de la mano, se transforma en una tentación.
que le ayudó es retornar a la música. 1'or otra parte, como lo plantea Mignon, la historia del jazz se vin-
1 11la a las seducciones que pueden ofrecer lo prohibido. Durante
Nos dice: "Fue infernal tratar de desengancharse de aquella
drogas, pero finalmente lo hice porque tengo una voluntad de hi l,1 prohibición el cabaret era el refugio de las figuras del momento,
rro cuando me aplico a mantener una decisión". •,ed ucidos por lo marginal, atraídos por las drogas y el alcohol que
Sin embargo hace una lista de las cosas que usaba para co ,•staba prohibido. Hacerse músico era descubrir las posibilidades
locarse: champaña, cerveza, coñac, cocaína ... Y sigue la lista d de los instrumentos, pero también el lenguaje secreto de la dro-
amigos desaparecidos: Bill Evans, Charlie Mingus... qa. En este sentido resulta muy interesante el planteo de Jean
Cuando la coca perdió interés encontraba goce en la velocidad, Cocteau para pensar la entrada al jazz y las drogas; dice que "la
saltaba todo los límites de velocidad en su Ferrari. Fumaba tres o rnúsica colma el vacío". Hay un elemento religioso que se pone en
cuatro paquetes de cigarrillos por día. Su doctor le dijo que si que- 111ego, una comunión que se busca en la música, en la danza, en
ría vivir tenía que dejar todo. Pero siguió haciendo lo mismo. Había las sustancias, y que pretende hacer algo con esa fosa que separa
,1 los sujetos. Forma de nombrar aquello que los psicoanalistas
sustituido la cocaína por abundante cerveza. Orinaba con sangre,
sus movimientos se volvían torpes. Y entonces, como antes lo hi- localizan como la relación sexual que no existe. Pero además hay
ciera con la heroína, cortó con todo. Empezó a dibujar y pintar 1ma elección, frente al éxito, que arrastra al sujeto hacia el fracaso.
mucho, lo que consideraba una actividad terapéutica; pintar tenía Sin embargo la música y las drogas piden ir más lejos, atravesar
un efecto sedante para él, se obsesionaba con eso como antes lo pruebas.
había hecho con otras cosas. La elección de la heroína, o su persistencia, se debe a que le
da al músico algunas ventajas. No le impide tocar intoxicado, lo
libera de algunas molestias, como malestares físicos o ansiedad,
6. Variaciones sobre la bohemia permitiendo afrontar compromisos o estar en la vanguardia.

Patrick Mignon nos dice que hay dos accesos a las drogas a
través de la música. Por un lado, los mensajes que describen cier- 7. lCómo sobrevivir al programa de goce?
tos efectos. Muchísimas canciones hacen referencia a sustancias
y a lo que generan. Por otro lado, están las biografías que ponen No hay duda del legado musical del Miles Dnvi!,. 1·r11npoc o el<·
en juego determinadas elecciones que van de la marginalidad a la que por momentos la ha pasado bastante mal, lundnrnc11léllnH·11lc•
celebridad. Nos dice que la historia de la relación entre la música en lo que concierne a su relación con el goce adictivo. Partió de no
y las sustancias tóxicas es la de variaciones sobre las formas de la tener ningún interés por sustancias estimulantes a estar comple-
bohemia. Se ponen en juego identificaciones, que son pasaportes tamente enredado, con intentos desesperados para poder salir del
de entrada para acceder a una comunidad, y luego se juega en asunto, volviendo a tropezar a cada instante. Como él lo plantea,
un contexto más amplio, donde las fronteras entre la bohemia y la era alguien tenaz en lo que se proponía. Luchaba con la fuerza de
vida convencional se disuelven. la voluntad, pero hay goces que resultan indomeñables. Encontró
El desarrollo de la industria farmacéutica y la musical corren en algunas ocasiones algo que le hacía de límite: la vergüenza,
en forma paralela. No tendría por qué implicar necesariamente su pero eso no le impidió llegar hasta la locura. Cuando procuró des-
articulación. Pero como ha dicho Lacan, la ciencia se encarga d prenderse de la heroína, extrañó la sensación de los pinchazos.
brindarnos sus productos. Y cuando se trata de algo que sirve al El alcohol estuvo siempre, más allá de que cambiara de tragos. Y
luego la cocaína, que quizás no le representaba padecer la absti-
172 1 Luis Daría Salamone

nencia por la cual se atraviesa con la heroína, pero que tambien


lo empujó a un goce donde los fantasmas se realizaban, pero sin
conseguir alejarlo de la locura.
El gordo golpeado
Pese a los intentos, no lograba escapar de los dictados de su por la bohemia del arrabal
superyó, que como sabemos puede resultar más implacable en
el intento de ser controlado, porque como nos enseñó Freud, el
superyó no se contenta con renuncias y se torna más exigent ....
Solo el psicoanálisis puede liberar a un sujeto de las repeticione
donde el goce juega su partida. Por eso los avatares narrados por
los consumidores siempre nos suenan como un ir y venir a lo "Hoy va a tocar como Dios.
mismos lugares. Son habitantes de una soledad que puede estar Siempre toca como Dios
plagada de personajes, de mujeres, como la que nos narra Mile cuando más cerca está del diablo"
(Zita)
Davis en su autobiografía; pero son personajes de paso, que no
logran arrancar al sujeto de la soledad de su goce. Si una mujer
lograba apagar su goce mortífero era solo por momentos.
Como lo dice Miles Davis, lo que cuenta en sus memorias, es 1
1. Las drogas en el tango
historia de su supervivencia; logró sobrevivir, pese a su program
de goce, mejor que Bird; las cicatrices, nos dice, son el testimonio
de que se ha podido levantar y vencer la adversidad haciendo la
cosas lo mejor que pudo. No logró, sin embargo, evitar quedar su
mido, durante años, en el silencio de las drogas, un silencio dond
su música dejó de hacerse escuchar.
e uando le comenté a mi padre, joven en la década de oro del
tango, que estaba escribiendo un texto sobre Aníbal Troilo
porque me interesaba la relación de Pichuco con el alcohol
y la cocaína, se mostró sorprendido. Nadie pone en duda de que el
alcohol tenga que ver con las noches de tangos, pero las dror¡;1•;
t~n cambio parecen estar más asociada al mundo del rock. Sin <·111
Bibliografía bargo, las letras de los tangos de principio del siglo xx no•, 11111<'',
lran que las drogas eran algo habitual, también c•n uq1H'I e .ip11l1
lo de la historia de la música. Luis Roldán habín c";crilo "Mrilcl1lo
Davis, M. - Troupe, O., Miles, la autobiografía, Primer Plano, Barcelona,
1991. lango" en 1916, en el que una empleada seducida y aba11dor1t1d.1
Mignon, P., La democratización de la bohemia: drogas, jazz y música pop, busca consuelo en la cocaína.
Nueva Visión, Bs. As., 1994. La primera ley que penaliza el consumo de drogas en Argentina
Muñoz Puelles, V., El jazz. Ritmo, técnica, improvisación, Editorial L •,e establece en 1926. Cuando las sustancias como la cocaína o
Máscara, Valencia, 1998. la morfina pasan a ser ilegales, van desapareciendo de la poética
lang uera, quedando apenas referencias. "Corrientes y Esmeralda",
ele Celedonio Flores, todavía por 1934, nos presenta una clásica
<·squina porteña donde se juegan "curdelas de grapa y locas de
pris", que es otra forma de referirse a la cocaína.
A partir de esa época se mantienen apelaciones a aquellas
t,ustancias que no estaban por fuera de la ley, como el alcohol o el
lnbaco. Pero en torno al consumo de sustancias tóxicas comienza
174 / Luis Darío Salamone
El silen cio de las drog as / 175

a jugarse un extraño silencio. Ya que los protagonistas de est L n este capítulo simplemente queremos rendirle nuestro ho-
historia hacían un uso frecuente tanto de la morfina como de 1 rrH •naj e a uno de los máximos exponentes de este género tan por-
cocaín a, co mo bien lo plantean Francisco Canaro y Manuel Rom l,•110.
ro cuando compusieron en 1926 "Tiempos viejos", donde se utili
otro sobrenombre más habitual para referirse a la cocaína: cocó
La no utilización de drogas (y de gomina), si seguimos lo que no . Pichuco
dice el tema, lo hacían diferentes a aquellos hombres de antaño,
Cuando el tango comienza a difundirse y escapa de los bajo Sabemos lo que implicó Aníbal "Pichuco" Troilo en la historia
fo ndos sus letras se adaptan, pierden el lunfardo y las referencia dt•I tango. Otra leyenda porteña, Osvaldo Pugliese, lo expresó en
a las drogas.
"';los términos: "Troilo unificó la historia del tango. Él incluye a
Un ejemp lo es el tango "Los dopados", compuesto por Juan lodos los demás". Por eso mereció el título de Bandoneón Mayor
Carlos Cobián en los años veinte. En 1942 Enrique Cadícamo 1 d1 Buenos Aires .
1

escri be versos a partir de un pedido de Aníbal Troilo, quien querí, Nació el 11 de julio de 1914, y cuando tenía 8 años falleció su
estrenarlo con letra. Cobián se encontraba afuera del país y el p,1d re. Sobre su tumba, a la que llevó flores del patio de su casa,
escritor quería pedirle autorización. Troilo le dice que se ponga 11110 el juramento de que estudiaría bandoneón. A los nueve años
trabajar, que cuando Cobián regresara al país se encontraría con y,1 tenía su instrumento. Estudió con Juan Amendolaro seis me-
un éxito. Cad ícamo decide cambiarle el título por "Los mareados", ',<'S, porque el maestro ya no tenía nada que enseñarle. Y comenzó
El tema nos habla de cómo el sujeto encontró a ese amor que est ,1 tocar públicamente a los once años, todavía de pantalón corto.
a punto de entrar en el pasado:
1 )e l cine pasó a los cafés, a los cabarets. De tocar a la tarde a ha-

' crlo de noche, a ser un hombre de copas.


"Rara ... como encendida te hallé bebiendo linda y fatal ... Leopoldo Marechal describe lo que se vivía en las noches de
Bebías y en el fragor del champán, loca reías, por no llorar ... 1quella época en "Historia de la calle Corrientes": "El verd adero
Pena me dio encontrarte pues al mirarte yo vi brillar 1 olor de la gente se manifiesta en los cafés, donde el público es
tus ojos con un eléctrico ardor .. ."
111ás actor que espectador. Los hay de muchas clases: los que s
ded ican a la música popular, verdaderas cátedras del tango, en
Se ha señalado en varias oportunidades que en la letra result que una multitud silenciosa y por dem ás reverente escucha las
difícil no escuchar alusiones a los efectos de algo más que el aleo 1iltimas novedades, aplaude el virtuosismo de los bandoneo ni stas
hol. Ouizás se trate de un retorno de lo reprimido al dejar de lado y saborea los detalles de la instrumentación, cada vez más refi -
el título original del tango, que hacia referencia directa al estar 11nda."
dopado, es decir, al estar en un estado particular luego de haber Y allí se lo veía tocar su bandoneón, con la mirada hipnotizada
consumido fármacos o sustancias estimulantes. Hay una versión por algunos tragos y otros estimulantes. Como le escribió Horacio
cantada por Roberto Goyeneche en la cual "el Polaco" se sincer 1 errer en "El Gordo triste", ese hermoso tango que le dedicó a
y en la letra vuelve al significante "dopado". l1oilo y compuso junto a Astor Piazzolla: "Los enigmas del vino le
A partir de los años cuarenta, cuando el tango se ha escapad ,1carician los ojos".
de los suburbios y los prostíbulos y llega a los clubes de barrio y Alguna vez el Gordo explicó ese momento: "Ocurre que cuan-
entra a las casas de familia, se borran las aluciones a las drog as, 1lo toco el bandoneón estoy solo, o con todos, que viene a ser lo
Aunque el uso de drogas estaba cada vez más presente entre lo 111ismo". Esto no le impedía interpretar magistralmente, por el con-
artistas y sus seguidores.
11 ario. Y a la hora de componer o revisar los arreglos se manejaba
176 1 Luis Darío Salam one El silencio de las drogas l 177

de forma impecable, defendiendo su estilo. Como lo describió Ha 1acan plantea cuando sitúa a la mujer como síntoma de un hom -
racio Ferrer, con "esa encantadora mezcla de lógica y capricho". l>1e. Pero no se trata de uno que no logra limitar del todo su goce.
Musicalizó casi sesenta tangos y forjó un estilo que recorri No hay que idealizar en este sentido a la mujer como síntom a; en
diversas orquestas y cantores a los que ayudó a formar. Los tem ocas iones logra apaciguar el goce, dándole cierto anclaje a lo real,
que compuso se encuentran entre los mejores de la historia del poro no eliminarlo. Nunca hubo en Troilo una intención de hacerlo.
tango. Lo mismo podemos decir de los músicos y cantores qu /\lgu na vez dijo: "Mil veces me preguntan por qué tomaba tanto sa
desfilaron por sus orquestas. Quizás porque, según lo confesó, su liiendo que me hacía mal. Y mil veces contesté: porque me gusta".
padre le dejó al morir la pena de no recordar su voz, lo acomp Lo cierto es que hay un antes y un después en su vida luego
ñaron las voces de grandes cantores como Francisco Fiorentin do conocer a Zita. Troilo dirá que el día que la conoció a ella, se
Alberto Marino, Floreal Ruiz, Roberto Goyeneche, Edmundo Riv 1cabó el planeta. Julián Centeya, autor del magnífico tema "La vi
ro, Tito Reyes, Ángel Cárdenas y otros. Sus composiciones arman llt~gar", nombra en el idioma del tango lo que es un amor sin calen -
una galería impresionante de temas memorables, por citar sol dario: Zita es su ladera. Forma arrabalera de nombrar aquello que
algunos: "Responso", "Contrabajeando", "María", "Garúa", "Desen Jncq ues-Alain Miller ha denominado como partenaire-síntoma.
cuentro", "Una canción", "Toda mi vida", "La última curda", "Sur• Zita contará, con amorosa resignación, que su marido salía a
"Romance de barrio", "Che bandoneón", "Barrio de tango", "Te 11 , om prar soda con la bolsa de los mandados y regresaba tres días
man Malevo", "Pa' que bailen los muchachos", "Mi tango triste", • dt\s pués, iy sin la soda! Será ella quien procurará protegerlo de
Pedro Mafia", "A Homero", "El último farol ... ". 1111 goce que lo amenaza: su propia bohemia arrabalera. Aunque
Astor Piazzolla, uno de sus músicos y arreglador, decía qu 111 siquiera con Zita podrá controlar ese empuje. Julia Constenla
ponía doscientas notas y Pichuco le borraba cien. Raúl Garello n ,l1ce que Zita podía compartir la bohemia de su marido, pero que
da las razones de semejante actitud: "Él manejó los silencios com l1ltlitarla resultaba imposible.
ningún otro músico". Las noches de borracheras sembrarán anécdotas. Un día Pi-
José Gobello decía que Pichuco tenía carisma. Y que eso ' ltuco fue a tomar un café al bar cercano a su casa. Se encontró
plicaría todo si pudiéramos explicar qué es el carisma. Garello dir , ,,n amigos y tomaron varias copas. La policía los llevó presos a
que "en esa carrera de obstáculos que es la vida, Pichuco quem l,,clos. En el Departamento de Policía el Gordo se despabila un
las velas por las dos puntas, como Charlie Parker, como Miles D poco y pregunta "¿A quién venimos a sacar?". Y un amigo le res-
vis y otros grandes". p<lnde: "A nadie, los presos somos nosotros".
Osear López Ruiz, quien fuera durante veinticinco años músico
d,• diferentes agrupaciones de Piazzolla, escribió un libro que re -
3. Zita con Troilo 1 .-,ue historias de aquellos años. Comenta que Pichuco se tom aba
11. da el agua de los floreros y no le hacía asco a la cocaín a, hábito
En 1938 aparece en su vida Zita, nacida en la ciudad 11111y desarrollado, asegura, en los tangueros de aquellos ti empos.
Rodhes, Grecia. Lo conoció en el café Germinal, al que entró 1L111 a un momento emotivo en el que Troilo, luego de unas copas,
su abuela luego de quedarse clavada en la puerta escuchand ,, ucha los arreglos que realizó Astor de "Responso" y le pide
la orquesta. Él la vio y fue un flechazo, terminó la actuación y s 1 ¡1 11• toque "Adiós Nonino", mientras lloraba. Va al baño y regresa
rigió a la mesa donde estaban, casándose por civil al poco ti em 1¡, .. ,co hablando públicamente de su encuentro con alguien con el
y la iglesia llegó años después cuando murió la madre de Troil , 11, ti co mpartió la cocaína. Solo él, afirma, era capaz de vociferar
Entre peleas y reconciliaciones sería el único amor reconocl ¡,11lilicamente su adicción.
por Pichuco en su vida. Es un buen ejemplo de lo que Jacqu 1 s conocida su opinión al comparar la calidad de la cocaína en
178 / Luis Daría Salamone
El silencio de las drogas / 179

los '60 con la de 25 años atrás: "Nada de polvo, mucho más qu \t•rbo bardear, que es apócope del lunfardo "balurdo".
granos. Parecían diamantes. Alguien pelaba de esa merca y en En la entrevista a María Esther Gilio le confesaría a la periodista
seguida se llenaba de narices". Hasta la relación con la cocaína 1p re tenía unas ganas de morirse que no podía más. Murió el 18 de
teñía de nostalgia para el tanguero. 1rinyo de 1975. A la medianoche, porque como ya lo había dicho:
Así pasará largas noches, entre el alcohol y la cocaína. "No vivo '":;oy hombre de la noche para todo, hasta para morirme".
como debería hacerlo, sino como me sale", era su forma de decir
aquello que Miller plantea acerca de que el goce nunca es el qu
debería ser, siempre hay un error con respecto a lo que sería el o. Hermanos de la noche-tiempo
goce conveniente para uno, si es que el mismo existiera. Como el
Gordo lo reconocía: "El peor enemigo de Troilo es él mismo". Troilo comentó cómo componía en una oportunidad. Partía de
l,1 letra, la masticaba, la aprendía de memoria y la tenía todo el día
1•11 la cabeza envolviéndola en la música. Si bien no escribía las
4. Vivir al bardo
lt'lras, como me lo ha sugerido Blanca Sánchez, su música le daba
•,onido a la voz áfona que envuelve la palabra.
Si un amor le permite a muchos sujetos salir de los carriles d Con Cátulo Castillo tuvo una hermandad muy provechosa, de-
un goce pulsional, es porque la satisfacción de la misma suel l· indo temas memorables como "Desencuentro", un significante
tornarse autoerótica, la satisfacción se cierra sobre sí misma. Mu que explica cómo el amor no logra recubrir la inexistencia de una
chos hombres se encuentran muy cómodos con esto y una muJer r<·lación entre los sexos.
suele ser alguien capaz de perturbar dicha comodidad y abrir 1 Juntos compusieron ese sermón de vino, en el cual alguien
puertas a un goce diferente. Podría pensarse que la dimensión busca un licor que aturda, entre lágrimas de ron, que es "La última
del amor es lo que permite una salida al Otro, pero esto no result 111rda". En un diálogo con el bandoneón alguien interroga: "¿No
sencillo en los hombres, cuyo goce se juega en relación al objet >'<\S que vengo de un país que está de olvido, siempre gris, tras el
de la pulsión.
:tlcohol?" Pero antes de ese final memorable nos hace saber que,
Mientras la generosidad de "Pichuco" y su afición por el jueg l1,1s ese retazo de olvido, palpita un amor ausente.
se transformaban en una amenaza financiera, la relación con el
alcohol y la cocaína amenazaban su integridad física. "Pero es el viejo amor
El dinero no le importaba demasiado. En los comienzos actu que tiembla, bandoneón,
en radio El Mundo, e iba a pura pérdida, después de pagar a lo y busca en el licor que aturde,
músicos le quedaba un saldo negativo de catorce pesos. Hug la curda que al final
Baralis relata cómo el Gordo los sorprendía en los recesos de 1 termine la función
actuaciones en el cabaret jugando al pase inglés. Y después d corriéndole un telón al corazón ...
retarlos enérgicamente, realizaba su apuesta. Cuando la Caja N Cerrame el ventanal
cional de Ahorro le otorgó un premio, manifestó su intensión d que arrastra el sol
donar el dinero al Hospital Muñiz. Pero como al otro día perdl su lento caracol de sueño ... "
todo en el hipódromo, vendió el Cadillac que tenía para poder r
lizar la donación.
fambién con Cátulo escribieron "Una canción", donde alguien
A este estilo de vida Pichuco lo llamaba "vivir al bardo", signl qnrra la copa de alcohol hasta el final y le pide a una mujer con
ficante que remite a embrollo, a problema, y deriva del mismo el ,,lor a ron en su bata de percal, que le cante una canción para ma-
El silencio de las drogas\ 181
180 1 Luis Darío Salamone

11 •su Ita
realmente conmovedor:
tarle la tristeza, para dormirlo o, al menos, para aturdirlo un poco,
Están los dos en curda y él le pide, con "la pena sensiblera", que 1 "Tu canto es el amor que no se dio
da la borrachera, que repita una vez esa canción y que le sirva un y el cielo que soñamos una vez,
y el fraternal amigo que se hundió
poco más de ron:
cinchando en los tormentos de un querer.
"La copa de alcohol hasta el final
y en el final tu niebla, bodegón ... Y esas ganas tremendas de llorar
que a veces nos inundan sin razón,
Monótono y fatal
y el trago de licor que obliga a recordar
me envuelve el acordeón
si el alma está en 'orsái', iche bandoneón!"
con un vapor de tango que me hace mal ... "
Es llamativo que el licor, tan asociado al olvido, obligue a recor-
Cátulo Castillo escribió que la musa tanguera que lo inspiraba a
dar, si el alma está en "orsái", metáfora futbolera para decir que se
Troilo quizás sea la misma musa negra de Baudelaire, y que el mú·
está jugando en posición adelantada, es decir que se está fuera
sico era capaz de morder una amarga filosofía ciudadana que se
terminaba transformando en amistad, con una sensibilidad siem· de juego.
Un capítulo aparte merecen los homenajes rendidos a Pichuco
pre atenta al llamado de la noche, entre tangos, naipes y copas.
por los mismo tangueros. Astor Piazzola compuso la "Suite Troi-
Como hermanos de la noche-tiempo, define Julián Centeya a la
leana", en cuatro actos, con los nombres de sus pasiones más
relación entre Aníbal Troilo y Homero Manzi, su letrista preferido.
importantes: Bandoneón, Zita, Whisky y Escolase.
De Homero Manzi, Troilo decía que era como un hermano con Juan Gelman dijo que en Troilo la búsqueda del detalle muestra
la misma sensibilidad, que el poeta "estaba en el misterio". Para
"... la totalidad que Troilo vivía con su música. El vino, la droga, los
Troilo, Manzi, más que un letrista, había sido un acontecimiento, su
lres días de perderse en la ciudad son justamente eso: detalle s".
creacionismo era el resultado de un poeta que, nos dice Pichuco,
Lo central de su vida era cuando se sentaba con su bandonnón,
conversaba con la vida vivida. cerraba los ojos, y conversaba con el instrumento; pcrmili<'!rHlrn10· ,
Juntos compusieron una de las piezas más bellas, titulada "iChe
bandoneón!", donde otra vez el poeta dialoga con el instrumento así entrar con él en el misterio.
Pichuco y su bandoneón eran inseparablns comprn H ~, ( i·, dt>
para hacerle frente al dolor, al corazón que sufre, a la muerte de las noches porteñas. El gordo quedaba herido por In bolH~llllíl d«•I
mujeres; entonces con el alcohol llega la confesión, donde la pena,
arrabal. Por eso en una oportunidad en la que lo llamó n la w~,a
la copa y el tango entran en una equivalencia simbólica:
Julián Centeya, lo atendió Zita y le pidió que lo llamara más tarde,

"Bandoneón, porque el Gordo estaba "cicatrizando".


Homero Expósito escribió los versos de "Ese muchacho Troilo"
hoy es noche de fandango
que musicalizó Enrique Francini, y allí lo justifica:
y puedo confesarte la verdad
copa a copa, pena a pena, tango a tango,
embalado en la locura "Por eso el gordo Troilo
del alcohol y la amargura." tiene tantos pecados con razón,
que al lado de Jesús y al lado del ladrón
también ganó su cruz de angustias y de alcohol ... "
Por más que esté "de olvido el corazón" ella retorna cada noche
como una canción en las gotas del llanto del bandoneón. El final
182 1 Luis Darío Salamone

Bibliografía Escándalos, drogas y rock and rol/


Amuchástegui, l., Troilo. Ídolos del espectáculo argentino, Clarín, 2008.
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1999
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Ferre, H., El gran Troilo, Ediciones del Soñador, Bs. As., 2009.
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"Nunca en mi vida he tenido problemas con las
García Jiménez, Estampa de tangos. Rodolfo Adolfo editor. Bs. A drogas, sino con la policía".
1968.
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Miller, J.-A., El partenaire-síntoma, Paidós, Bs.As., 2008.
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Tang os citados:
E makon 12 titulado "El objeto droga en la civilización", 1 se pue-
de leer una referencia al libro de memorias Vida, que puede
1•11señarnos algo tanto con respecto al tema del uso de drogas
, orno a la cuestión del escándalo, ya que la vida en cuestión es la
"Maldito tango" ( 1916), de Luis Roldán. dn Keith Richards. No debería escandalizarnos que Eric nos remita
1 Keith. El viejo Stone, seguramente, tiene algo para enseñarnos.
"Corrientes y Esmeralda" (1934), de Celedonio Flores.
"Tiempos viejos" (1926), de Francisco Canaro y Manuel Romero. El término rocca, que proviene del latín aunque es de origen
"Los mareados" (1942), de Juan Carlos Cobián y Entique Cadícamo. , ,,llico, dio lugar al término rock en inglés o roca en castellano.
"El gordo triste", de Horacio Ferrer y Astor Piazzolla. l 't•ro rock en inglés significa moverse en vaivén de un lugar a otro.
"La última curda" (1956), de Cátulo Castillo y Aníbal Troilo. Nock and rol/, quiere decir "mecer y rodar".
"Desencuentro " (1962), de Cátulo Castillo y Aníbal Troilo. Suele usarse una expresión: "arrojar la piedra del escándalo";
"Una can ció n" (1953), de Cátulo Castillo y Aníbal Troilo ·" trata de algo que repentinamente rompe el clima que puede
"iChe bandoneón!" (1949), de Homero Manzi y Aníbal Troilo. 11x1sti r entre las personas. Posiblemente esto provenga de los
"Ese muchacho Troilo", de Homero Expósito y Enrique Francini. vangelios de San Juan, y de esa famosa intervención de Jesús
11 1le la amenaza de lapidación de la mujer adúltera: "Quien esté
l1 i>1c de pecado, que arroje contra ella, la primera piedra", denun-
1 1 ,indo la hipocresía moral.
También la palabra escándalo remite a una locución griega:
,A.1ndalón, que implica obstrucción, bloque, piedra que se pone en
ul camino y entorpece la marcha, llevando a la indignación.

I / '1,;umakon 12. Grama edi ciones, Bs.As., ?O 1 1.


184 1 Luis Darío Salamone El silencio de las drogas l 185

Sin embargo, los escándalos se buscan deliberadamente par euando comenzó a bajar en la línea. También lo divierte mucho
ganar renombre, y nada como la historia del rock nos lo demucs la historia de que cada tanto va a Suiza a cambiarse la sangre.
tra. De más está decir que si rock remite a roca, stone a piedra. 1.s una historia que hizo correr él mismo cuando fue a una clínica
John Thompson ha trabajado la cuestión del escándalo desdo para desengancharse de la heroína; lo dijo como un chiste, pero
la política,2 y afirma que la cuestión del escándalo es uno de lo no como algo un poco más verdadero que un presunto pacto que
gajes del oficio de aquel que vive en la esfera pública. En aqu había hecho con el diablo.
llos que tienen éxito, podemos decir, cuando lo privado pasa a 1 Al momento de escribir estas memorias, hacía treinta años que
público, el escándalo es una amenaza permanente, sobre todo en dejó las drogas; si sobrevivió, nos dice, es porque consumió la me-
nuestra época donde los medios de comunicación han alterado d jor, de esa que ahora no se consigue.
manera notable la esfera de lo público. Lo que afirma es que su estrategia fue interpretar el personaje
En el primer capítulo de Vida ya se muestra la relación qu que inventaron para él, que fue la gente quien lo imaginó, la que lo
tenía en su momento más escandaloso Keith Richard con la ha creado, inventado una suerte de héroe popular. Él se ha limita-
drogas; era la era Nixon, 1975, es decir, la época de la guerr do a interpretar ese papel escrito por el público, y se limita a seguir
contra las drogas, y vemos por qué esto fracasó. Allí iban los Ro el guión que le escriben los otros. Con respecto a las drogas y la
lling, considerados por las autoridades el grupo de rock and rol/ policía pisándole los talones, simplemente llegó hasta el punto de
más peligroso del mundo -según le dijeron oficialmente a su abo lo insoportable.
gado- por las carreteras norteamericanas, con bolsas de hierba, En las memorias va a contar acerca de su relación con la cocaí-
coca, haschís, pexote y mezcalina, entre otras cosas, no solo en la na, la heroína y todas las drogas que consumió; respecto del es-
puertas del coche, sino también en los bolsillos de la gorra que s cándalo en la vida de Keith Richards, al menos primariamente, hay
quitó para saludar a los policías que lo detuvieron con un delicado que decir que no es la consecuencia directa del uso de tóxicos; el
5
floreo, y preguntándole si habían contravenido alguna ordenan escándalo es algo finamente calculado, programado, provocado.
municipal. Tenían prohibido entrar a Estados Unidps, se habían No existe ninguna banda de rock que no sea comercial -lo son
comprometido a que no iba a haber nada de drogas, y allí estaban, hasta inlcuso Los redonditos de ricota, a pesar de que sus fanáti-
injustamente sospechados de contrabando. Injustamente, porqu cos puedan ofenderse, es posible de demostrarse-, y los Rolling
Keith se queja: "La hemos comprado toda para nosotros, y la he Stones no se salvan de eso. Por 1964 comenzaron a ver cómo
mos pagado". 3 le sacaban partido a la prensa, y todo fue increíblemente rápido.
Eric Laurent se refiere al hecho de que Richard, por diez año Se tornaron en insoportables y surgió de allí la idea de que nadie
consecutivos, fue el número uno, no en el ranking de cancione dejaría que su hija se case con uno de ellos.
de rock, sino en una lista fatídica publicada por el New Musical Su mala fama era el camino a la fama y Keith Richards asegura:
Express de las diez estrellas de rock próximas a morir. 4 Hay qu "Los medios resultaron muy fáciles de manipular".
decir que él sigue vivo y han muertos varios; la última fue Amy Había dos formas de causar escándalo: una provocada y
Winehouse, de 27 años, que fue encontrada muerta en su depar otra capitalizada. Un ejemplo del primer caso es cuando Andrew
tamento de Londres. A Richard estar en esa lista no solo lo divertía Oldham llama a la prensa y les propone que si quieren ver cómo
y lo hacía incl uso sentir orgulloso, sino que se sintió disgustado echan a los Rolling Stone del Gran Hotel de Bristol, un día y hora
determinada. La primera vez que los llevan presos fue por orinar

2 Thompson, J ., El escándalo político, Paidós, Barcelona, 2001.


3 Richards, K., Vida, p. 21
4 lbíd., p. 338 5 lbíd., p. 160.
186 1 Luis Daría Salamone

en un garaje; no lo hicieron para que los lleven presos, sino que no


tenían un baño a mano, pero ellos capitalizaban estos actos. Lue El principio de Nirvana. Y el final
go, por supuesto, las drogas eclipsaron el superyó permitiéndoles
hacer algunas travesuras que alimentaban su fama. Pero hasta las
drogas eran utilizadas para forjar esta imagen.

Bibliografía
" ... es mejor quemarse que apagarse
lentamente".
Laurent, E., "El objeto droga en la civilización", Pharmakon 12, Grama
ediciones, Bs.As., 2011. Kurt Cobain, carta de suicidio.

Richards, K., Vida, Península, Barcelona, 201 O.


Thompson, J., El escándalo político, Paidós, Barcelona, 2001.

e aminar por la cornisa implica un riesgo que puede gene-


rar adrenalina. Resulta difícil tener éxito sin asumir riesgos,
pero también puede resultar riesgoso el éxito una vez que
se ha obtenido, ese éxito que es buscado con mucho esfuerzo
pero que, sin embargo, el sujeto no puede tolerar. Como lo ha
dicho el mismo Kurt Cobain, para algunas personas no hay nada
peor que la fama.

1. El principio de Nirvana

Hay un significante que deriva del sánscrito y remite a cxlin


ció n: nirvana. No se trata de un significante que se pueda definir
rnuy bien con palabras, mostrando de esta manera su empalme
con lo real. Remite a "extinción" porque, en la doctrina budista,
para lograr llegar a un estado de pureza, resulta necesario ex-
tinguir los deseos mundanos. Son estos deseos los que llevan a
la infelicidad, al sufrimiento. Por un lado, habría que considerar
a qué llamaríamos deseos mundanos, o en todo caso cuáles no
los serían. Podemos creer en lo espiritual, pero hasta para eso es
11ecesario creer.
La solución de escaparle al sufrimiento dejando de desear no
•,ería aceptable para el psicoanálisis. Se trata de una solución que
um prende regularmente la neurosis, sin necesidad de apelar a lo
PSpiritual.
188 1 Luis Darío Salamone El silencio de las drogas l 189

Nirvana remite a la calma, a la quietud, al cese, al enfriamiento; lo empuja a la muerte, marcha anestesiado y no le importa dema-
también a la paz, donde la actividad mental se detiene. Hay un uso •,iado, se encuentra arrastrado por lo pulsional. En términos de
metafórico muy bello: el término se aplica al soplo que es capaz d 1 acan, podemos decir que el goce pide más goce, que el superyó
apagar una vela encendida por pasiones que, en oportunidade . . , pide y pide goce, o para ser más precisos, ordena gozar.
se tornan incontrolables. Entonces, se trata de que se apague es
vela, la de la lujuria, del odio, de la ignorancia.
El término fue tomado en occidente por Schopenhauer, pero 2. El principio y el final de Nirvana
es una psicoanalista inglesa, Bárbara Low, analizante de Hann
Sachs y miembro fundador de la Sociedad Psicoanalítica Británi Los años 1967 y 1994 marcan el principio y el final de la vida
ca, quien se lo acerca a Freud. Se definirá como una "tendenci de Kurt Cobain, el líder de la banda Nirvana, que provocó una re-
a la reducción, a la constancia, a la supresión de la tensión d volución dentro del rock, tanto por su música como por sus letras.
excitación interna". En "Más allá del principio del placer", Freud Expandió mundialmente el grunge, un sonido de Seattle que lleva
reconstruye su teoría pulsional y esta problemática le suscita un su marca.
comentario; afirma que la tendencia dominante de la vida anímic Escribió el tema emblemático de su banda: "Sme//s like teen
es la de rebajar, de mantener constante, incluso de suprimir, 1 spiríf' ("Huele como a espíritu adolescente"), con un título que en-
tensión interna de estímulo. Realiza allí una referencia a este prin contró escrito en una pared como una broma por un amigo, sin
cipio de Nirvana aislado por Bárbara Low, y de allí va a directo a 1 saber que se trataba del nombre de un desodorante. Allí canta:
necesidad de sostener el concepto de pulsión de muerte. Si bien "Soy el peor en lo que hago mejor". Su biógrafo, Charles Cross,
esta idea está sugerida desde hace mucho tiempo por Freud, e dice que amplió el panorama emocional del rock con una mezcla
recié n en este texto donde se le da el desarrollo necesario para de alienación, rabia y angustia.
que encuentre su lugar en la teoría psicoanalítica. Además, se dej La vida de Nirvana fue muy corta, porque fue corta la vida de Co-
claramente planteada la polaridad entre las f:?Ulsiones de vida y bain, que pasó de una pobreza a una riqueza difícil de soportar, aun-
de muerte. Algunos psicoanalistas no pudieron ·s·eguir a Freud en que no fue un golpe de suerte, sino que él fue su gestor. Lejos de
este punto, quien ya estaba acostumbrado a que lo pulsional fuer lo que suele suponerse, la banda tardó varios años en imponerse, al
un problema para sus discípulos, pues le había pasado lo mismo menos cuatro. Kurt no se cansó de mandar centenares de cartas a
con la cuestión de la sexualidad. Hay cierto rechazo a considerar las compañías discográficas. Si no le respondían, insistía para que,
lo pulsional, incluso por parte de los psicoanalistas mismos. Par al menos, le envíen una respuesta negativa. Lejos de la imagen que
Lacan, no entender el lugar de la pulsión de muerte implica des uno puede encontrar en Los últimos días, el film de Gus Vant Sant,
conocer la doctrina freudiana en su totalidad. luvo una participación muy activa en el armado de su éxito.
Freud plantea una característica pulsional que resulta central Sus intereses no solo eran musicales; el libro Cobain íntimo
para entender problemáticas como las de las toxicomanías. La permite conocer mejor su dimensión como artista y su afición al
pulsión de muerte es muda, es decir, puede actuar sin ser escu coleccionismo. Coleccionaba varios objetos llamativos como cajas
chada por el sujeto, sin que llegue a percibir su accionar, hasta qu con forma de corazón, muñecas de porcelana, juegos de mesa,
haya cumplido su finalidad. Resulta frecuente que quienes siguen figuras de acción, revistas y libros raros, entre otras cosas. Traba
un camino hacia la muerte no se percaten de esto, que lo perciban ¡aba con estos objetos, los intervenía, les agregaba alntm toqu<' u11
los otros y procuren detenerlo, a veces, sin demasiado éxito. Esto poco macabro. Krist Novoselic, el bajista ck N11v,111il, clr¡() q111• ·.11
sucede particularmente cuando se trata del consumo de sustan arte era decadente y retorcido porque lodo c•1 él "1111 ¡><u 11 11• .,_ 11111 y
cias tóxicas porque el sujeto, por más que perciba esa inercia qu jodido".
190 1 Luis Daría Salamone El silencio de las drogas l 191

La cantidad de objetos que llevaba a su casa hacía que estu 3. Crimen y castigo
viera siempre repleta; entonces, buscaba casas más grandes quv,
por esta compulsión a adquirir objetos, quedaban a su vez chicas. El suicidio pasaría a ser algo frecuente en sus diarios, en don-
Su infancia no fue sencilla. Era un chico inquieto. Durante el se de plantea que nuestra generación se está suicidando incons-
gundo curso de la primaria, sus padres y maestros pensaron qu ... , cie ntemente, pero también deja datos personales al respecto,
por su inagotable energía, debía consultar un médico. Luego d com o cuando afirma que su primera relación sexual por poco no
eliminar el colorante número 2 de su dieta y limitar el azúcar, a los lo lleva al suicidio. Se trató de un hecho acontecido en la casa de
siete años lo medicaron con Ritalín para controlar la hiperactividad unos amigos donde tomaron alcohol y después tuvo un episodio
y el déficit de atención. De adulto, en muchas oportunidades, cifra con la hermana de un amigo que padecía una deficiencia mental;
rá en ese hecho su recurso a las drogas para procurar solucionar no llegó muy lejos y terminó asqueado por como olía. En su diario,
sus problemas. Ya por 197 4 se habían escrito algunos trabajos en escribió que fue crimen y castigo. Sintió tanta culpa, que no fue
los que se planteaba que ese remedio que se acostumbra dar a al colegio por una semana y cuando volvió lo expulsaron. El padre
los niños, podía generar un reflejo pavloviano aumentando las po de la niña lo acusó de violación. Terminó declarando en la esta-
sibilidades de provocar un comportamiento adictivo en una etapa ción de policía. Sobre este hecho hay relatos contradictorios; sus
posterior de la vida. Otros científicos pensaban exactamente lo am igos no recuerdan que el incidente haya sido tan grave. Su-
contrario: si la hiperactividad no es tratada en la infancia el niño cede que mucho de lo que Kurt cuenta de su vida es un invento.
podría al ser más grande automedicarse con drogas ilegales. Realizó algunos cambios en los relatos para que a sus biógrafos
Más allá de lo que se diga en relación a su depresión,jamás fue no les resultara tan difícil convertirlo en un mito. Escribió en su
tratado en su adolescencia por eso. Había en su familia muchos diario que había decidido tener una aventura sexual porque había
casos de adicción y varios de sus parientes se habían suicidado; pensado en el suicidio y había decidido tener sexo antes de morir.
su abuelo materno había intentado hacerlo apuñalándose delant Establece allí una articulación entre la sexualidad, y una profunda
de su familia, y más tarde murió en el hospital:Pel lado del padre, vergüenza.
un tío abuelo murió como consecuencia de su alcoholismo y otros Su relación con las drogas comenzó con experimentos con
dos se suicidaron con armas de fuego. Él acostumbraba a contar LSD, marihuana y otras sustancias, pero esto no era tan frecuente
que su tío se había matado por la muerte de Jim Morrison. A los en principio. Las drogas no eran de tan fácil acceso, como sí lo era
9 años, sus padres se separaron y siempre escribió sobre est el alcohol.
hecho, junto al uso de Ritalín, como uno de los causantes de su Con respecto a la función de la sustancia en su psiquismo, de-
problemas. También relatará un hecho traumático, que fue el en· cía que se emborrachaba para bloquear el vacío emocional interior
contrar al hermano de un amigo colgado de un árbol en el bosque. que sentía. Pocas veces salía de su habitación, dormía, dibujaba,
En una oportunidad se le escuchó cantar: "Me esforcé mucho tocaba la guitarra. En su diario planteó que esta fue una época
por tener un padre y, en su lugar, tuve un papito". 1 Era común qu de "total depresión, odio total y resentimientos que podían durar
dijera que de adulto sería una estrella de rock y que se iba a sui rneses".
cidar joven. Por sus peleas con su madre y sus novios, ella lo expulsó de
la casa a los diecisiete años. La última canción de Nevermind es
something in the way (Algo en el camino) narra cómo dormía en
la calle, bajo un puente en Averdeen. Aunque su compr11í('I o dt'
banda dice que eso es parte de su revisioni srno, PI < 11111, 1 y 1 •I ll 1u,11
1 Clarke, M. y Woods, P. (editores), El enigma Kurt Cobain, Ma non troppo, Barcelo no eran propicios para esa aventura. Pasaba In rH>< lu• 1•11 lúS pnr
na, 2007, p. 19.
192 / Luis Darío Salamone
El silencio de las drogas / 193

ches de los amigos, o en habitaciones libres, a veces en el hospital depresión. Aparentemente, su carrera estaba despegando, pero ni
haciéndose pasar por el familiar de un enfermo, y también se 1 la fama ni el dinero parecían hacerlo más feliz". 2
pasaba leyendo en una librería. Sintió el abandono, y sintió que no Al fin consiguió lo que tanto había buscado, pero a la vez se
había sido deseado. No ser deseado es precisamente una de la iln unciaba su desmoronamiento. El éxito trajo enormes expecta-
cuestiones que puede llevar, según Lacan, al acto suicida. livas y presiones. Invertiría en colecciones caras. Si bien ya venía
consumiendo drogas con el objetivo de borrar sus sentimientos,
de anestesiarlos, la situación se complicaría. Había probado mari-
4. De lo anal a Nirvana huana, alcohol, LSD, anfetaminas, y otras cosas; sin embargo, no
so n muchos los que plantean que su proceder con las drogas con
anterioridad a la fama merezca calificarse de adicción. Había deja-
En lo musical, obviamente su gran influencia es el punk; sin do de fumar para no arruinar su voz, y el alcohol le traía problemas
embargo, en los diarios aparecen AC/DC, Zeppelin y otras ban con el estómago. El problema mayor sería la heroína; sus diarios
das. Hay siempre un contraste entre lo que es y lo que él quier personales son una suerte de historia clínica, en donde relaciona
hacer trascender. Sabía que tenía que construir su vida para 1 el problema de las drogas con sus dolencias estomacales; dice:
posteridad.
"La única cosa que encontré que funcionaba eran los opiáceos
Con respecto al significante elegido para nombrar su band ..., fuertes". Usar heroína era una opción para salir de gira. Se juró
Nirvana, a Kurt le atraía porque tenía un aire de misticismo oriental que no iría de gira si no tenía la enfermedad controlada o cura-
y sonaba sofisticado. Los nombres que había elegido con ante da. Consultó a muchos doctores en diversas ciudades, pero todo
rioridad remitían a lo anal: a su primer grupo lo llamó Fetal Matter, le resultaba inútil, los problemas estomacales no hacían más que
Luego, Skid Row, que hace referencia a skid mark, las manchas en cre cer. En enero de 1992 sufre una sobredosis. Es reanimado a
la ropa interior. Le fascinaba el cuerpo humano y, particularment..,, último momento, cuestión que se volvió habitual en los dos años
esa zona dedicada a la eliminación de residuos. Había pensado en sig uientes. No habrá intento de rehabilitación que tenga éxito.
Gut Bomb que quiere decir "bomba visceral", é0nombre del grupo;
afortunadamente, se decidió por Nirvana.
Tenía problemas intestinales muy serios que se convirtieron en
un verdadero calvario, más allá de los médicos que visitara y d 5. La mejor droga del mundo
la medicación a la que recurriera. Fue la excusa por la cual s
drogaría. La heroína fue aquello con lo que buscó una solución, y
también aquello que lo llevó a la perdición. Courtney Love, su mujer, bromeará diciendo que ellos se unie-
ron gracias a los productos farmacéuticos. En su primer encuentro
El apogeo y el comienzo final tienen como punto en común un
brindaron con una botella de jarabe para la tos con codeína. Cross
éxito arrasador, más allá de todo lo esperado, del álbum Nevermind.
dice que eran muy parecidos, y compartirán los mismos demonios,
El disco comenzó a ser catalogado como pop en lugar de punk. E
co mo las drogas. Esa relación lo llevó a la paternidad; el embara
éxito no fue ajeno a un accionar de Cobain, que se declaraba on
zo de Love desató la creatividad de Kurt que pintaba dibujos de
contra de enfermedades como el consumismo, pero no dejaba d
fetos mutantes, y su mujer le insistió para que, al menos, dejara
llamar por teléfono para seguir la lista de éxitos. Charles Cross no
de hacerlo delante de ella. Trabajó también con fotocopias de las
dice que "los desafíos físicos y mentales de Kurt parecieron crecer
en proporción directa con su fama. Mientras que el público de 1
banda aumentaba, también lo hacían su dolor de estómago y su - --
2 Cross, Ch., Cobain íntimo, Caelus Books, China, 2008, p. 83.
194 / Luis Darío Salamone
El silencio de las drogas / 195

ecografías y con figuras alienígenas, temas que siempre le intere l.tlado y son tan dañinos como los efectos físicos". Los problemas
saron y se volverían una obsesión.
t•stomacales lo llevaron a una serie de médicos y análisis inútiles.
Un nuevo intento de tratamiento fue una cura de sustitución Consultó a un especialista en adicciones que le citó a Shakes-
con metadona, pero solo lo ayudó temporalmente. Le recomen peare, le dijo que podía ser o no ser. Primero intentó matarse, en
ciaron también un tratamiento grupal, pero antes de sentarse en l<o ma, tomando una dosis letal de Rohypnol con champagne. Dejó
una habitación a hablar con extraños de sus problemas, preferí una nota de suicidio en la que citaba lo que le había dicho el espe-
pagar el costo de la adicción. Con la metadona se fue de gira, cialista: "Como Hamlet, tengo que elegir entre la vida y la muerte.
hizo incluso una broma dedicada a aquellos que lo consideraban 1 .stoy eligiendo la muerte". Estuvo en coma, se difundió su muerte,
un enfermo: en un festival subió al escenario en sillas de ruedas. pero salió adelante. Dejó de escribir, de tocar la guitarra, de pintar,
Kurt seguía su batalla. Su mujer dio a luz en el hospital en el rompió los canales de la sublimación. Le dijeron que moriría de so-
que él estaba internado, asistió al nacimiento con el suero intrave bredosis, a lo que replicó que, en cambio, se pegaría un tiro. Dicen
noso puesto. Al otro día, compró drogas y una pistola preocupado que repetía: "lOué voy a hacer ahora?" y que tenía el sentimiento
por la posibilidad de que Je arrebaten el bebé y le propuso a Lov de estar huyendo. Un día, compró una escopeta Remington y se
un pacto suicida que esta rechazó.
pegó un tiro en un invernadero. En su carta de suicidio escribió:
Hablaba de su hija como de aquello que le había dado la mayor "Ya hace demasiado tiempo que no me emociono, ni escuchando
felicidad y de lo cual se sentía muy orgulloso. A partir de una not ni creando música, ni tampoco escribiéndola, ni siquiera haciendo
que dio la esposa a una revista, en la que se insinuaban problema Rock'n'Ro/1. Me siento increíblemente culpable".
con drogas, una trabajadora social denunció a la pareja. Les fu Es evidente que Cobain trabajó, y mucho, para llegar adonde
retirada la custodia. Haber sido declarados por el estado como llegó, y que cayó cuando finalmente consiguió el éxito. Freud, en
padres incompetentes los humilló.
"Algunos tipos de carácter dilucidados por el trabajo analítico", plan-
Las canciones de Kurt se tornaban cada vez más cínicas. En lea que nos mostramos confundidos y sorprendidos cuando ciertos
una entrevista realizada a Los Ángeles Time, dijo que eligió consu hombres se enferman cuando se les cumple un deseo hondamenl
mir drogas, pero urgió a los chicos a que no se dejaran atrapar por arraigado y perseguido: son los que fracasan al triunfar, aquellos
ellas. Allí afirmó que prefería estar vivo, que no quería sacrificars ... , que producen un vuelco trágico. La enfermedad se produce por el
ni él ni a su familia. Y regaló el titular a diversos medios cuando lriunfo. Lo normal sería esperar que el problema fuera la fr usl1 a-
dijo: "Tener en brazos a mi bebé es la mejor droga del mundo". En
ción, pero sin embargo, es la conciencia de culpa, esa que aparee
oportunidades se cuestionaba si era un buen padre; a veces la
en la carta de Kurt, la que azota. Vemos el despliegue del superyó
paternidad le aplacaba los miedos y le permitía cierto optimismo.
en todo su accionar. En el uso de sustancias tóxicas esto resulta
paradigmático, porque las drogas son excelentes para el empuje al
6. El riesgo del éxito goce; el superyó que pide más goce encuentra su mejor aliado, y ni
hablemos si, como consecuencia de ese accionar, aparece la culpa.
1 e va como anillo al dedo a la pulsión de muerte, porque que para
Sin em bargo, la cantidad de heroína que consumía fue en au
1 reud el superyó es eso, el cultivo puro de la pulsión de muerte.
mento tras la publicación del álbum In útero. Sufrió varias sobredo·
Como lo recuerda Jacques-Alain Miller, para Freud el superyó
sis. La droga lo estaba alejando de su familia, la música y el ar!...,
es una fórmula de la pulsión de muerte que, en Jugar de dirigirse
la vida se convirtió en un infierno. En el aislamiento más profundo,
ni mundo para destruir, entra en el campo libidinal para atentar
esta dimensión está muy bien planteada en la película de Gus Van
contra el mismo sujeto. Se trata, en definitiva, de un avatar de la
Sant. En su diario escribe que "los factores psicológicos se han ins
pulsión de muerte.
196 / Luis Daría Salamone El silencio de las drogas / 197

7. De la intoxicación al síntoma itnalítico del término, es la mejor evidencia de esto. El síntoma


,rnalítico es entendido de una forma simple: se trata de un signifi-
Hay varias cuestiones por las que es interesante detener cante que insiste y remite al goce, implica un padecimiento. Esos
en la vida de Kurt Cobain, más allá del gusto por su música. En síntomas estomacales, a los que el saber médico no les podía po-
principio, lo que dice Kurt en relación a su medicación infantil. N ner un nombre, hubieran podido ser la puerta de entrada.
alcanza para justificar su adicción, pero miles de niños son diag Es fácil decirlo, e incluso suena convincente; pero hay que te-
nosticados como hiperactivos y medicalizados con metilfenidato, ner presente que se trata de alguien que había captado la cues-
con el que se pretende curar el trastorno por déficit de atención lión de no haber sido deseado -algo que él mismo plantea en sus
con hiperactividad. Hay estudios que señalan la posibilidad de qu diarios-, y que había elegido las drogas para rechazar a su incons-
cause adicción, ya que contiene sustancias con efectos similar ci ente. Lacan afirma que en esa irresistible pendiente al suicidio
a la cocaína y el opio. Algunos lo defienden, otros, en cambio, lo nos encontramos con sujetos caracterizados por haber sido niños
denominan "la cocaína de la infancia". El caso de Kurt, al meno .., no deseados, y entonces rechazan entrar en juego, o más bien
permite abrir una polémica que resulta necesaria. Más del setent procuran salirse del mismo. No aceptan lo que son, entonces son
y cinco por ciento de las recetas con esta droga son extendida proclives al pasaje al acto porque, como lo plantea Miller, todo acto
a niños, siendo el trastorno diagnosticado unas cuatro veces má implica un suicidio del sujeto; el sujeto puede renacer de él, pero
frecuente entre los varones que entre las niñas, lo cual segur será un sujeto diferente.
mente nos habla de una práctica compulsiva. También a Courtney Ya en 1920 Freud nos recordaba que el sujeto no sabe nada
Love se le prescribió Ritalin cuando era niña. Años después del acto suicida. Es, precisamente, lo que subraya Lacan en su
preguntará: "Cuando eres un niño y tienes esta droga que te ha texto "Televisión", cuando dice que el suicidio es el único acto que
sentir eufórico, 6a qué otra cosa recurrirás cuando eres adulto?" liene éxito sin fracaso, y que si nadie sabe de él "es porque proce-
La propuesta del psicoanálisis es ir de la intoxicación al sínto de del prejuicio de no querer saber nada".
ma, a la formalización de un síntoma que ponga en juego las con Este rechazo del saber es alimentado gracias al uso de tóxicos
diciones necesarias para la posibilidad de un análisis. No se pued que requieren, para contribuir a conseguir este efecto, de un uso
obviar la pregunta por qué hubiera pasado si Cobain se hubier compulsivo, y llevan a un aislamiento, a un goce autoerótico que
topado con alguien que hubiera puesto en forma ese trastorno s solidario de Thanatos. El inconsciente no opera como podría
tomacal, que hacía de su vida una tortura y que ningún diagnósti hacerlo, no es posible una contabilidad del goce, y esa dimensión
médico podía ayudar a solucionar. rrutista de un goce que no es dialectisable se torna mortífera para
En su diario escribió que cambiaría sus éxitos por un buen 1 sujeto. El rechazo del saber es solidario de la pulsión de muer-

diagnóstico: "Solo déjenme tener mi propia, inexplicable y rara en le, y le abre el terreno para que opere a sus anchas. Entonces, el
fermedad estomacal, y denomínenla con mi nombre". •, ujeto no se arriesga al deseo, lo que hace es poner en riesgo su
Eso es lo que reclamaba, no un diagnóstico, no una etiqu propia vida.
ta, simplemente un nombre para su síntoma, pero no un nombr
que le llegara del saber médico, sino un nombre que quizás podr(1
haber encontrado él mismo, si un analista hubiera llegado a escu Bibliografía
charlo. No se puede afirmar que la historia hubiera sido otra,
apenas una conjetura, pero es solo para poder captar lo que lo Clarke, M. y Woods, P. (editores), El enigma Kurt Cobriin, Mn 1H111 Jroppu,
psicoanalistas pueden llegar a hacer en un caso de este tipo. Hay Barcelona, 2007.
que escuchar al sujeto en su división, y el síntoma, en el sentid Cobain, K., Diarios, Mondadori, Reservoir Books, 2006.
198 1 Luis Darío Salamone

Cross, Ch., Heavier than Heaven. Kurt Cobain : la biografía, Debolsillo,


México, 2011 .
Cross, Ch., Cobain íntimo, Caelus Books. China, 2008.
Freud, S., "Más allá del principio del placer" (1920), Obras completas, t
XVIII, Amorrortu, Bs. As., 1989.
Freud, S., "Algunos tipos de carácter dilucidados por el trabajo analítico",
Obras completas, t. XIV, op. cit.
Lacan, J., Radiofonía & Televisión, Anagrama, Barcelona, 1977.
Miller, J.-A., "La ética del psicoanálisis", Introducción a la clínica lacani
na, RBA, Barcelona, 2007.
Soria Oafunchio, N., "Una disputa del acto", Lacaniana 4, Bs.As., 2006,

Casuística
Y mañana serán hombres ...

"De ahí en adelante había pues de decirse:


el día de su tercer aniversario nuestro pequeño
Osear rodó por la escalera de la bodega y,
aunque no se rompió nada, desde entonces dejó de crecer".
Günter Grass. El tambor de hojalata

1. El reino del niño generalizado

E
ric Laurent desarrolla la teoría del niño generalizado en
varias oportunidades. Encuentra su fundamento en una
intervención de Jacques Lacan, en el "Discurso de clausu-
ra de las jornadas sobre la psicosis en el niño". Allí se refiere a
las Antimemorias de André Malraux. El futuro capellán de Vercors
realiza una observación:" ... lo que pasa es que, en el fondo, no hay
gente madura". Malraux insiste con una frase: "El hombre es lo
que hace". Y es evidente que lo que hacen los hombres de hoy,
muchas veces, es cosa de niños. En las Antimemorias Malraux
se refiere a los campos de concentración, a la necesidad de los
personajes de ignorar la muerte; como lo plantea Eric Laurent, ese
encarnizamiento en hacerse el distraído tiene un costado profun-
damente infantil. En el mundo de hoy en día, donde la ciencia y el
discurso capitalista han operado, el padre ha dejado de presentar
<J I estatuto de padre trágico para adoptar el estatuto de padre hu-
mi llado. Un padre que es un trabajador aplicado, pero con el cual
110 se cuenta para asegurar la distribución de un goce de manera
< onveniente.

Esta teoría resulta perfectamente aplicable para ciertos casos


1•n que la droga es un recurso posible para instalarse en este reino
del niño generalizado.
202 / Luis Darío Salamone
El silencio de las drogas 1 203

2. Primavera y pesadilla
No podía tener una buena relación sexual, le costaba tener una
erección o tenía eyaculación precoz. El miedo, los nervios, le ha-
Osear, en el momento en que se presenta, solo fuma ma cen hacer todo muy rápido.
rihuana. Hace tres años dejó de consumir cocaína. Su problemu
son los miedos. Comenzó a fumar a los 22 años pensando qu
esto le perm itiría hablarle a las mujeres. Dice que los primero 3. El patito feo
meses f ueron una primavera, después fue todo una pesadilla.
Fumando pretendió dejar de lado la tristeza. Después de la co Relaciona insistentemente el miedo al temor a que la madre le
limba, en la cual estuvo a punto de ir a las Malvinas, quedó triste. Al pegue. Tiene la sensación de que su cara es capaz de transfigu-
volver, no se sintió seguro, el miedo no le dejaba avanzar. rarse por el pánico, se le desencaja y se siente feo. El lugar que le
Los problemas no comenzaron en esa época. Su madre siem ha sido asignado es el del patito feo. Su madre le decía que a él
pre le pegaba. Sus padres se separaron cuando él tenía cin lo habían dejado abandonado los gitanos, o que lo habían tirado
años, y no volvió a ver al padre, que murió cuando él tenía nuev unos coyas que habían bajado de la montaña. Esta cuestión de
Cuan do recibió la noticia de que había fallecido en un accidentu, "se r tirado" recorrió su vida.
no se inmutó. Le costó perdonarlo; un día fue al cementerio par
decirle que ya podía entenderlo, que a un hombre le pasan cosa ..,
que hoy ama y mañana no. Una sola cosa le dejó el padre: el fan 4. Los dolores del alma
tismo por un equipo de fútbol, equipo que cada vez que pierde 1
deja angustiado, y entonces, fuma. Tienen que realizarle una pequeña intervención qu1rurg1ca y
Tiene seri as dificultades para dormir, vive tensionado, nervio liene pánico a la anestesia. "A ver si se olvidan de despertarme".
Antes padecía de furúnculos que fueron suplantados por probl Manifiesta un miedo profundo a la muerte. Es en ese punto donde
mas en el estómago, por dolor de cabeza. Por las noches le ag In historia de Las Malvinas hizo mella, esa sensación de quedarse
rran ataques de frío en los cuales se queda duro, temblando. cluro, congelado, de alguna forma era el destino posible en una
Cuando no puede dormir, se acurruca como un niño. Apoyand Ir inchera del Atlántico Sur. Pero ya a los 11 años, cuando un ami-
la cabeza en la almohada la gira y fantasea con las cosas que 1 qo le dijo que lloraba siempre por miedo a morirse, tuvo la certi-
gustaría hacer a! otro día, y que, indefectiblemente, no podrá r clumbre de la posibilidad de la muerte.
lizar.
Sabía que en Las Malvinas iba a verse con la muerte; sin em-
Consum ió cocaína durante ocho años. Era un tormento. Asoc:I liargo, cantaban: "los vamos a reventar". Recuerda la frase de un
la cocaína a su madre, pues en esa época se peleaba mucho e leniente que decía: "El soldado es conciente de su inconsciencia".
ella. La define como una especie de carga pegajosa que siernpr Y algo de eso había. Pero a la noche sentía miedo. Decían que
estuvo presente. A ella le agarraban ataques de nervios y "lo < l1 abía operativos, que había comandos ingleses en la costa para
gaba a palos". Él se escapaba; aún hoy no soporta escuchar a un dinamitar aeropuertos. El fuma solo de noche y lo hace para cal-
mujer gritando. Le golpeaba la cabeza, de ahí, posiblemente, 1 111ar los dolores del alma. Le hace olvidarse por un instante que él
frecuentes dolores que padece. Siente que la vieja lo atraviesa me acurrucado en ese rincón de las miserias. El vicio es lo que lo
una mirada fulminante. Después tiene que hacerse curar el mal d ll1•va adonde no quiere ir. La droga operó como un amplificador de
ojo. Pensaba que a los 18 años iba a ser mayor de edad y ~;or(, In•, problemas que tenía y con ella procuró tapar la angustia, pero
libre. A los hombres no se les pega; el problema es que no puod o111 resolver los problemas. Comienza a hablar de los problemas
ser un hombre.
1on la cuestión del sexo.
204 1 Luis Daría Salamone
El silencio de las drogas l 205

5. Desconectar la cabeza del pito


,•I nombre del personaje de la novela de Günter Grass El tambor
,Je hojalata, un niño que a los tres años decide dejar de crecer.
Osear plantea con lucidez cuál es la función específica de 1
/\ Osear no le gusta lo que ve en los padres, no queda claro cuál
droga: desconectar el cable que une la cabeza "al pito", evitand
que lleguen las sensaciones. ,~sel hombre de la madre, si aquel del cual lleva el apellido o un
primo al que la madre siempre amó. El del apellido, degradado,
Cuando tenía 11 años se apoyó sobre su prima por detrás. L
,tcomodaticio, pusilámine, cambia el retrato de Beethoven por el
madre lo vio y le dijo: "Vos me vas matar". Ouedó con mucha culp
de Hitler, pero cuando éste cae se quejará, "Beethoven, ese sí que
Relaciona este hecho con el temblor que le provocaba estar con
una mujer. ,,ra un genio". Luego de la desaparición de Hitler, y del padre, de
la cual Osear es responsable, reanuda el proceso de crecimien-
A los 23 años estaba con una chica en un zaguán y aparece 1
lo que había sido interrumpido. Mientras tanto, Osear utiliza un
madre de ella. Le jode que lo espíen y lo vincula a la eyaculación
lambor de hojalata como forma de comunicación con el mundo
precoz. Si termina rápido hay menos posibilidades de que lo v
"la viejan. exterior, o de no comunicación.
Osear, no el del libro de Grass o la película de Volker Schon-
La marihuana pasó a ser su novia, la defendía: "Metete conmigo,
dorff, sino el niño que decidió dejar de crecer del caso que presen-
pero con ella no". Pero la verdad es que terminó siendo "un pajero",
tam os, en lugar de tirarse por una escalera recurre a la marihuana.
Llora., dice que no decidió ser un pajero, que se perdió de vivir. A 1
Con las drogas pensó que iba a poder enfrentar situaciones; con
noche fuma y divaga, eso también lo considera una forma de mas
la marihuana, que iba a poder hablar; con la cocaína, que iba a
turbarse, pero con el pensamiento. Recuerda que cuando tenía
poder coger bien. Lo que hizo fue escapar.
años estaba acostado con su madre y comenzó a tocarse el pito; él
Le molestaba el tener el pene chico. "Claro, si uno es chico,
no sabía lo que hacía, la madre le pegó uno de sus gritos fulminan
tiene el pito chico". Con la cocaína el pito parecía diez veces más
tes. Recuerda que una vez rozó a la madre y sintió que el pito se 1
paraba. Se sintió una porquería, por calentarse con la vieja. ch ico.
Le pasa lo mismo que a su pene. Lo siente chiquito y se siente
chi quito, si está bien el pito está bien, si está nervioso el pito se
6. El tambor de marihuana sie nte nervioso o tiene contracturas. Intervengo diciendo: "Vos no
sos un pito".
La droga lo confunde, es como huir. Pero huir de huir no tiene
El sentirse chiquito lo vincula a esa mirada fulminante, la mirad
sentido. Relaciona la dependencia de la droga con la dependencia
de la madre lo achica. Se siente ojeado, va a una curandera, y lu
de la madre. La relación con la madre se subsume en un signi-
go dirá que al salir de la sesión se sintió como curado del mal d
ficante: absorbido. En una oportunidad comete un fallido: quiere
ojo, no podía parar de bostezar. Trata de esconderse como si fuer
decir inhalar y dice absorber. El "ser pegado" a la madre y por la
un chico. Se siente un chico que quiere hacer cosas de grand~.
madre, contrasta con lo mal que "le pega" la droga.
Le llama la atención un aviso de TV que dice: "Un niño que no fu
Sitúa a lo 22 años el inicio del sexo, y el inicio de la droga.
niño es un grande que no es grande". "Yo soy chico, no quiero ser
grande", y asegura que nunca asumió compromisos. Dejó la cocaína porque le pareció que se iba a morir. Relaciona
la marihuana con la impotencia, ya que le costaba tener un buen
Le molesta la palabra "chico" y procura luchar contra eso. "Hac
sexo. Algo le daba miedo. La marihuana cortaba ese cable, enton-
años me plantaba en 'No voy a crecer'. Si yo hacía fuerza con la
ces ya no era un problema la falta de armonía entre la cabeza y
cabeza podría frenar el crecimiento anatómico. No estoy prepara
el pito. Si a la cabeza le gusta una mina eso que siente no se lo
do para crecer". Los grandes tienen muchos problemas. Osear es
puede mandar al pito. La marihuana bloquea el camino.
El silencio de las drogas 1 207
206 1 Luis Darío Salamone

Cosa rara: comenzó a soñar. Él era un guerrero vikingo, pero Osear, el de la película, se aferra a su tambor, y es un niño por
un guerrero que huía, sabía que iba a perder la guerra. Si lo matan cas i dos décadas. Con su repiqueteo desafinado y anacrónico se
no sirve. aturde y aturde al Otro para que no haya comunicación. Así evita
Siente un dolor en el alma, se anima a ir a hablarle a su ex com portarse como una persona madura, dejando de crecer. En
novia. La amó siempre pero escapó, no por la guerra sino por 1 Osear, el de nuestro caso, la marihuana cumplía dicho objetivo.
posibilidad de matrimonio, lo cual le parece más peligroso. EII Va con su tambor de marihuana por el mundo hasta que el aná-
le cuenta que está embarazada de tres meses. La evitaba por n lisis lo enfrenta a la disyuntiva de ser hombre, hasta que decide
enfrentarse a perderla. Hace cuatro años que estaba viviendo en asumir ese goce que pretendía aplacar desconectando ese cable
pareja. Dice que la perdió por irresponsable, por la droga, por n que une la cabeza con el pito, tras la confusión generada por el
poder decidir. El esperaba que el tiempo hubiera estado suspendl repiquetear silencioso de la droga.
do gracias a la marihuana y pudiera continuar a partir de ahí. Per
el tiempo pasó. El tiempo no puede detenerse, es como la muert
Cuando vino a Buenos Aires desde el interior, preguntaba
cada rato"¿ Y papá?"; "ya va a venir", le contestaban. Cuando ven(,
tuvo un accidente, su auto chocó y murió en el acto. Cuando su
madre se lo informó él no reaccionó y se fue a jugar con los sol
dados. Su hermana lo agarró de los pelos y le gritó: "6Murió papá y
vos seguís jugando?" Jugaba para no enfrentarse a las cosas, er
su refugio en esa ciudad extraña. Afirma que la droga también
una especie de juego, jugar a esconderse de la policía, a conocer
gente, a conocer punteros. "Jugaba y no me angustiaba. Ahora 1
angustia es terrible, perdí todo". Intervengo: "Dejaste de jugar y t
diste cuenta de que habías perdido".
Dice: "Ella (su ex-novia), estaba esperando a que creciera, y
prefería jugar, no comprometerme. Ahora quiero mostrar que em
pecé a crecer. Quiero mañana poder ser un hombre".
El caso de Osear es el reverso de ese caso que nos present
Ernesto Sinatra en ¿por qué los hombres son como son?, en 11
capítulo titulado "Ser un hombre de verdad"; allí era el alcohol 11
que lo hacía sentir hombre; en nuestro caso, es la droga lo que 1
impide serlo. Quizás no sea solo en este caso. Por el contrario, 1
droga es uno de los elementos que hace que no haya gente m
dura. Una persona grande sería alguien responsable de su flº
y las toxicomanías pueden enmarcarse en lo que Miller denom1n
"patologías de la ética".
No es un problema de edad, es de la responsabilidad del go
Si el sujeto decide detener su crecimiento antes de enfrentar s
la castración, paga con un precio muy caro: su deseo.
Confundida

"Alguien puede ayudarme, alguien


que sepa de amor... "
Escrito por Camila sobre un ejemplar de
Prohibido suicidarse en primavera.

1. La confusión como escape

e amila llega al tratamiento planteando que ha consumi-


do principalmente alcohol, marihuana y cocaína, ocasio-
nalmente ácido. Esto, hasta el momento de realizar una
terapia con un psiquiatra a raíz de un estado de depresión, que
tuvo como secuela el incorporar a su lista de consumo Lexotanil
y Xanax.
Afirma que le da miedo depender de las pastillas, al igual que lo
hace su madre, que no solo padece de depresión sino que, cuando
la ve nerviosa a ella, le ofrece una pastilla.
No puede sostener nada, ningún tipo de responsabilidad. Ni
estudios, ni trabajo. Tiene que sacarse el DIU y no lo puede hacer.
Hay algo en lo que insistirá una y otra vez, y es que se siente
confundida. No está segura de nada de lo que hace, a punto tal
que tiene miedo de tener accidentes. Cualquier intención de reali-
ar algo se evapora al instante.
La confusión será el rasgo con el que se presentará durante
meses. En parte, la cuestión es atribuida al consumo de drogas.
Dice tener ciertas "paranoias": está convencida de que su padre
y su novio no la ayudan para que intente realizar un tratamiento,
fundamentalmente su pareja parece estar en contra de ella. La
trastorna la idea de que pueda morirse gente que quiere, hasta el
punto de temer volverse loca. Siente que está pendiente de algo
21 O I Luis Darío Salamone El silencio de las drogas l 211

que tiene que pasar. No puede estar sola por miedo a morir v., , Se siente irritada y deja de tomar pastillas. El primer día se sien-
Sobre todo, siente su cuerpo de una manera extraña, no funciona te nerviosa. Se angustia y deja de comer. Lo mismo había hecho
como antes, tiene palpitaciones y casi no duerme. con el alcohol. Tomaba descontroladamente y lo abandonó de un
No está segura de nada de lo que hace, tiene miedo de tenor día para el otro, luego de que le apareciera una alergia en la piel.
accidentes. Tener un accidente es el primer fantasma que se de Una botella de whisky le duraba dos días. Dice: "Yo era alcohólica,
peja, y a partir de entonces cuestiona su consumo seriamente. E:1 ahora soy alérgica".
otro fantasma que la acompaña es el temor a volverse loca. En el estado de confusión en que se encuentra le cuesta asistir
Luego de hacerlo a diario, deja de consumir cocaína. Al princ1 a las sesiones, llama continuamente para confirmar horarios, si la
pio, la invade una emoción, pero luego le da miedo. Piensa "a mil", atiende el contestador corta. En una oportunidad llega a las once
algo del descontrol la llevaba a sentirse mal. Asegura que estab de la noche a una entrevista pactada para las ocho. En la siguiente
ciega y podía ver cosas. Una vez estuvo escribiendo durante di sesión se muestra angustiada terriblemente por vez primera.
horas sin poder parar; escribió papeles, libros, intentó escribir todo, A partir de entonces está a la búsqueda de un motivo para en-
Después le dio vergüenza lo que escribió y lloró; entonces dejó d lazar su angustia. No quiere pensar, pero quisiera tener una con-
tomarla. Dejó porque se dio cuenta de que se estaba volviendo ducta que le permitiera disfrutar en una forma más inteligente. Se
loca. De todas formas, la cabeza le cambió. Se sacó una vendad siente fracasada porque retorna a las pastillas. Hay un intento de
los ojos y pudo ver lo que los otros no veían, y si no lo hace más o vivir con Diego en el que afirma que pierden el equilibrio.
por tratarse de algo sin límites. También consumió ácido, y lo qu Con respecto al padre, dice que es todo muy loco, le hacía decir
sintió es imposible de expresar, pero se trataba de sensaciono cosas que no quería y le pegaba, descargándose con ella, histo-
del orden de lo horrible. Pasa entonces a fumar marihuana y tomar ria que comienza a los 15 años. Era todo muy descontrolado, sin
pastillas todo el tiempo, su vida se limita a esas actividades. Consi parámetros. Iba a su pieza y la insultaba y le pegaba sin motivos.
dera que lo que le pasa es simplemente del orden de la cobardí Esto se enlaza con ese estar pendiente de algo que va a ocurrir,
"Si no estoy confundida sufro", es su premisa. Solo le queda con de lo peor. Tomaba para que el tiempo transcurriera más rápido.
sumir y sumirse en la confusión. Su padre consume alcohol y pastillas. Si se pone violento toma
Lexotanil. Había realizado un intento de trabajar en el negocio del
padre, pero está tan mal que éste le pide que no vaya más.
2. Pendiente de lo peor El abuelo paterno también era adicto; trabajaba en una farma-
cia, tomaba Valium y otras cosas. Alucinaba: veía caballos. Le apli-
Su relación con la droga comenzó a los 17 años, cuando ern caban e/ectroshocks. El padre tiene todo empapelado con caba-
pezó a fumar a partir de que la invitaron. Al principio se sentía rar .., llos. "Todo es muy enfermo", afirma. La relación de Camila con las
como si viviera en otra dimensión con respecto a su familia, ducr sustancias tóxicas responde a identificaciones con el Otro, parti-
de un saber, de una experiencia que ellos no tenían. La droga 1 cularmente paterno, que comienzan a revelarse. Con respecto al
saca de la angustia. Cuando no consume, en cambio, se altera y consumo de Camila, el padre le confiesa: "Me siento impotente,
se pone violenta.
no puedo decirte que no tomes Lexotanil, cuando yo lo compro".
Pero la dependencia más fuerte la tiene con Diego, su novio [ I padre la induce al consumo de pastillas mostrando su relación
La relación de él con la cocaína es muy fuerte. Toma mucho y 1 con las mismas; no resulta raro que se muestre impotente para su
agresivo. Está pendiente de Diego y lo llama por teléfono cada un regulación.
co minutos. No lo deja trabajar, solo quiere que esté con ella. Furn
sin interrupciones, desde que se levanta hasta que se acuesta.
212 I Luis Darío Salamone El silencio de las drogas l 213

3. La única realidad es la soledad ron. Su abuelo abusó de ella. Le dolió mucho, se sintió muy extra-
na, el que se lo contara le jodió la vida.
1
El "porro" tiene la función de hacerle olvidar la importancia d Trae a las sesiones un par de libros escritos, inmersa en una
la realidad. Pero a medida que fuma con más frecuencia, se v terrible angustia y quiere dejármelos. Se los acepto. Se trata de
acentuando el tema de la soledad, la única realidad que se le torn los libros sobre los cuales ella escribiera en el momento previo a
imposible de borrar. abandonar la cocaína. Fundamentalmente en uno, Prohibido sui-
Hay cosas que no puede a controlar, se le caen los objetos d cidarse en primavera, su escritura se confunde con la del texto.
las manos. El peso de la responsabilidad la golpea al enfrentar 1 Escribe su propia historia de amor sobre la escritura de Alejandro
posibilidad de un trabajo. Fuma la mitad, de otra forma no podrf, Casona. En el otro, las Cartas Filosóficas de Voltaire, aprovecha
trabajar, pero se siente muy presionada. los espacios en blanco.
Comienza a sentir como un inconveniente la necesidad loca, 1 "Cada uno tiene su historia y yo no puedo tener la mía. Necesito
desesperación que siente por Diego. A partir de entonces, cuando que me ayudes", me suplica llorando. "Estoy más sola que nunca".
se siente desesperada, me llama. Se siente más confundida qu
antes. Se da cuenta que juega en Diego actitudes de los viejos,
como ser los celos. El padre le dijo que tenía otro hijo, ella no 1 4. Jesús en la habitación de al lado
cree, es capaz de inventar algo tan loco como eso.
Su confusión se articula con que el padre no es muy claro con Cuando se quedaba sola la acosaba un fantasma que define
ella. La locura del padre y la sumisión de su madre eran una suert como muy real. Estaba en su habitación y tenía que tener la puerta
de infierno. Esto sumado a que el padre la buscaba para desear abierta para poder dormir. Sentía la presencia de alguien en la ha-
garse. La obligaba a decir cosas que no quería y le preguntaba: bitación de al lado y no podía ni ir al baño. Ese alguien era Jesús.
"6Me querés?", "6Me querés más que a mamá?". Todo muy confu Le producía temor. Se esforzaba por ver, pero no quería mirar por
so. Encima le decía que ella era un "bicho raro". miedo a que estuviera. En esa época empezó a tomar pastillas y
La madre no pudo salir a la calle durante cinco años por celo ..., a fumar. Al principio la fantasía la aliviaba, pero después despertó
la torturaba. Hace nueve años anduvo con otro hombre. Al ente temor. Comenzó a tomar alcohol como consecuencia de la sale
rarse el padre se paseaba por la casa con una escopeta carga dad. Jesús en la habitación de al lado le daba, en principio, la tran
da. Hizo un escándalo. No pensó que se iba a matar, no lo ere quilidad de una figura sustituta del padre ante la que no tendría
capaz. Lloró y se fue a dormir. No fue la única vez, pasaba bas que estar expectante por la irrupción de su locura.
tante seguido. Le gritaba a la madre: "puta". Cada hecho relatado Cierta acción sintomática se presenta; mira el reloj a cada rato.
será nombrado como "muy confuso". Su madre le dijo que quería "Trato de controlar el tiempo". Le digo que se quede tranquila que
a otro hombre. "Hay cosas que a uno le gustan pero que no 1 el tiempo lo controlo yo.
conviene, como fumar". O sea que, ante la manifestación de qu Siente que, por la noche, alguien marca un número de teléfono
el deseo de la madre no se articula al padre, irrumpe la confusión, en su dormitorio, pero no hay nadie. Siente que aprietan el botón
y el fumar. del baño. Tiene miedo a empezar a ver cosas. Cuando consumía
Cuando estaba haciendo el tratamiento psiquiátrico porque s veía sombras, pero ella lo provocaba. Antes de consumir se sentía
había cortado, la madre le cuenta cosas de su niñez que la golpea observada. Opina que se trata de algo del orden de la sugestión.
Un significante nombra estos momentos: acobardada.
No toma más pastillas pero fuma más. Una infección en la pier-
na le despierta el miedo a tener Sida.
1 Forma popular de referirse a los cigarrillos de marihuana.
214 / Luis Darío Salamone
El silencio de las drogas / 215

Le ofrecen un trabajo. A la angustia por tener que enfrentar


nax. Se plantea que si no vuelve a ver a Diego mejor, prefiere que
una responsabilidad se le suma la de un análisis preocupacional
no llame. Está cansada de estar sintiéndose siempre mal. No pue-
en el que le detectan que tiene sífilis. El análisis de SIDA le da
de hacerse responsable. Se anota en Sociología, ella que tenía
negativo, pero siente temor a morir de un paro cardíaco. El especí
tantos problemas de comunicación con los demás, pero en UBA
fico de sífilis, también le dará negativo. Intenta controlar el fumar
xx 1, para no cruzarse mucho con la gente.
porros. No toma más pastillas. Ahora el miedo es a depender d
los demás. Diego le confiesa que había tenido una relación homosexual.
Siente miedo a que le haya contagiado una enfermedad. Se siente
El miedo a estar sola es presentado como la consecuencia d
mal y se realiza una serie de análisis. El de SIDA da nuevamente
una idea que tiene de fusión con el otro, que la lleva a no dormir
negativo, pero tiene sífilis y toxoplasmosis. Inicia los tratamientos
ya que da lugar a otro miedo: que de noche entre un desconocido
y la mate. correspondientes y se extrae el DIU, cuestión que hacía años evi-
taba. No quiere exponerse más a riesgos. No deja de serlo el estar
Dice que las drogas no son el problema. En otro momento 1
siempre agarrada de algo o alguien, Diego o pastillas. "No quiero
hubiera echado la culpa, pero ahora no tiene excusas. Hay qu
pagar un precio po r ver las cosas. volver a depender de una persona", afirma.
Tiene una pesadilla: quiere llamar a Diego por todos los medios
El cami no parece tornarse más áspero. Está sumamente in
y no puede. Sueña que se estaba muriendo. Como cuando espe-
quieta por la confusión. Todo resulta del orden de lo imposible,
raba que se le pasara el efecto del ácido. Pero ahora no lo había
todo se encuentra pegoteado, sin distinciones, confuso. El problP
provocado y eso la asustó. No tenía control, con el ácido era distin-
ma es que está todo como en una sola pieza, como si fuera un
to, sabía cuándo le iba a pasar.
sola masa. En fin, se pregunta, "qué hacer con la confusión". Fren
Esa noche redacta una carta, escrita sin parar, como cuando
te a ese panorama la intervención no se hizo esperar, y la despido
tomaba "merca",2 que me entrega. Allí plantea su miedo a morir.
con una problemática más inquietante: "Qué hacer con la fusión".
Le asusta estar inconsciente pensando que se está muriendo y no
poder reaccionar. Ya no quiere disfrazar las cosas para no sufrir.
Porque hace mucho que sufre igual. Da mil vueltas para enfrentar
5. Un fantasma que se dibuja sobre el Otro sin límites
la propia realidad, el temor, la angustia, la soledad. "En realidad me
estoy enfrentando con mi propia muerte", dice.
"Mis viejos llevan una situación bastante rara. Lo mío y de Dio
Le asusta no haber querido saber cosas con relación a su pare-
go no se sostie ne. La confusión era una alternativa de escape".
ja. La misma noche que expresa esto, sueña algo muy raro con
Siente temor a que afecte a su pareja la locura de los padres. No
asiste a dos ses iones y toma ácido como escape. Diego. Estaban juntos y no sentían lo mismo, como que había algo
no compartido. Antes no había diferencias. Hay una diferencia en-
Una angustia intensa aparece. Diego no quiere estar con ell .... ,
tre lo que siente y lo que conviene. Bajo este sueño le llega la noti-
no le tiene confianza. Ella le mintió. Él estaba con otra chica y 1
cia de que no hay proporción sexual. Estar con Diego la confunde,
dijo que participó en una fiesta para que saliera con ella, sostuvo
la mentira un año en el que sufrió. pero ahora está en otro lugar, es mejor para los dos. Hay cosas en
común pero también diferencias.
"El problema más grande es mi dependencia. Yo no quiero dl
Abandona, luego de algunas idas y vueltas, tanto la marihuana
pender de él. Las pastillas no solucionan nada pero no me siento
como las pastillas.
tan desesperada. Prefiero las pastillas a depender de las personas"
Diego decide interrumpir la relación. Piensa todo el tiempo,
aceleradamente. Tiene miedo de estar loca. Toma Lexotanil y Xa c
---
2 Forma popular de referirse a la cocaína.
216 / Lui s Darío Salamone El silencio de las drogas 2171

Atraviesa un período donde plantea generalizaciones, casi filo 6. Un cuerpo extraño


sofa en torno a los grandes temas de la vida. Le pido precisionc .. ,
que vaya al grano, que me diga a qué se refiere en su vida con Quisiera tomar un punto sobre el que me hizo reflexionar esta
creta. Lo particular que emerge tiene que ver con las dificultade analizante. Siempre las curas que dirigimos nos dejan al menos
para relac ionarse, pero sexualmente. Antes tenía excusas, estab una enseñanza, o varias. En este caso, me llevó a pensar cómo
en otro estado. La relación que estableció se le presenta como el sujeto marcaba, a partir del consumo de drogas, un antes y un
un reflejo de la de los padres. El padre es posesivo y la madre des pués en la relación con su cuerpo.
somete. Ella es posesiva y se somete. "Pero lo mío es otra historia", Camila decía que su cuerpo se le presentaba como raro, como
concluye. im posible de describir, escapando a lo que pudiera articular sobre
"No volvería a drogarme. Me confundía mucho. Diego es rar..,, él. El tóxico puede tener cierta eficacia en la realización de un quie-
si le agrego mi cuota de confusión no podría estar con él. Ahor bre entre el cuerpo y el lenguaje. Sabemos que el significante divi-
trato de que el mundo no se termine con él. Mi sexualidad es alg de al sujeto, y el tóxico pretende emparchar esa escisión, procurar
que no puedo entender. Por ahí no tengo en claro mi sexualidad soldar ese corte constitutivo para borrar al sujeto, lo que obviamen-
porque traté de confundirme mucho tiempo". te tiene consecuencias en el cuerpo. Silvie Le Poulichet3 evoca la
Se refiere a los 12 años, donde tiene su primera relación d figura de un cuerpo circular obtenido a partir de la operación del
orde n ho mosexual. También a los 18 años donde tiene relacion pharmakon. Mientras que el sujeto es abolido, este no perdería su
con un hombre, Sebastián. "No sé si trataba de confundirme, em cuerpo. El tóxico logra el advenimiento de un cuerpo nuevo, incluso
pecé a tomar alcohol y otras cosas porque no disfrutaba. Era inc dentro de una dimensión alucinatoria, que no se elabora dentro de
modo, recu rrí a las drogas para no sentirme mal y evitarlo". la articulación significante, y de esta manera quedaría expuesto a
Pero los dos hombres con los que se relacionó sexualmente en los estragos del goce. Pero como lo que se pretende neutralizar es
su vida le piden cosas extrañas, propias de un placer homosexual el "cuerpo extraño" de la sexualidad, en ocasiones deriva en cierta
Ella responde con asco, con un rechazo. No puede disfrutar p homeostasis. Esto nos remite al remedio contra el goce en el cual
temor a que le pidan eso. Con Diego pasa actualmente lo mi sm Mauricio Tarrab 4 entrevió, hace varios años, esta salida.
Solo que él percibió su rechazo y ya no le pide nada. Si lo hic1ur Volviendo a esa figura circular, podemos pensar que la estruc-
estaría dispuesta a parar y hablar. Él no tiene límites en la persocu lura moebiana propia del sujeto es la que queda elidida. Lo que
ción del placer, es incluso capaz del sacrificio. Eso la asusta. Sobr se presenta es algo del orden del círculo que no permite encon-
el fondo de ese Otro sin límites comienza a dibujarse un fanta srn trar esa torsión propia del inconsciente; el adentro y el afuera se
del cual ya escuchamos el ruido de sus cadenas, el mismo quo 1 confunden, o se funden, volviendo al equívoco que nos permitió
sacudía en las noches de soledad y le provocaba insomnio, qu Camila. Se trata de reinstalar esa otra dimensión, es la operación
cobrab a un carácter persecutorio cuando caminaba por las call e ontraria a la de la droga la que nos toca hacer. Habrá, enton-
ese que ni la presencia de Jesús en la habitación de al lado podf1 e es, posibilidades para que el corte interpretativo opere sobre la
apaciguar. Diego no tiene límites, le gustan perfiles como In 1 •structura, para que el sujeto soporte el cuerpo extraño de su
Schoklender. Por eso dice: "El miedo más grande es que me mCit •,cxualidad y la confusión se disipe.

- -
i l e Poulichet, S., Toxicomanías y psicoanálisis. Las narcosis del deseo, Amorrortu,
1h. As., 1990, pág. 75.
1 larrab, M., "La droga: un re medio contra el goce", Malentendido 6. "Psicoanálisis y
¡1.•,1c¡uiatría", B s.As., mayo de 1990.
218 I Luis Darío Salamone

7. Algunos comentarios La muerte como entrada y salida


Pese a revelar una estructura histérica, Camila está identifica
da a la locura, identificación que viene por la vía paterna. Tanto el
abuelo como el padre son presentados en su relación a la locura.
La confusión es una manera en que esto emerge. Sin embargo,
los fenómenos presentados son los clásicos "estados alterados de
la conciencia", no revelan ser frutos de una estructura psicótica,
no aparecen, por ejemplo, alucinaciones verbales al estilo de las
psicosis. Resulta llamativo que tanto la sífilis como el alcoholismo "A la muerte se le toma de frente con valor
también pueden llevar a formas de locura. Tanto al padre como a y después se le invita a una copa".
Edgar Allan Poe
Diego, su novio, Camila les supone un goce sin límites, es decir
algo del orden de la locura. Es en esa serie que ella encuentra
una forma de engancharse a través de la droga. Tanto la cocaína
como el alcohol la llevan a la locura, esto es por su identificación 1. Pelear la vida
a este rasgo. Como lo plantea Lacan, un análisis implica reescribir
la historia. Camila afirma que está buscando escribir otra historia, l caso de Roberto, que desarrollaré a continuación, es un
es su forma de plantear el tema de separarse de los significantes
que la determinaron. La historia de que la madre fue violada por su
abuelo la toca en el punto de su fantasma, toca el punto en que el
E fiel representante de nuestra época, incluso podríamos in-
cluirlo bajo el lema de "Todos consumidores", inspirados en
un texto de Ernesto Sinatra. Roberto es un consumidor, alguien
sujeto es tomado como objeto para un goce ilimitado del Otro. El tomado por los endiablados mecanismos del discurso capitalista,
miedo a que la maten implica el punto máximo en que aparece en como todos, solo que él recurre a la droga para expresarlo. Por
tregada a ese goce ilimitado del Otro, mostrando el punto de falla otro lado, cuando todavía estaba en tratamiento, al presentarlo en
de la función paterna. El análisis la lleva a plantear un encuentro la comunidad del TyA, surgieron tres diagnósticos diferentes: un
con el goce fálico, un goce limitado. caso de psicosis estabilizado en un rasgo de perversión; un caso
La droga muestra sus dos caras. Por un lado, aquella que 1 de perversión y un caso de neurosis obsesiva. Algunos colegas se
permite escapar de la angustia, pero, por otro lado, aquello que preguntaban si este no sería un caso de histeria. Hay algunos da-
era un remedio, la empuja a lo peor. El análisis la lleva a establecer tos que permitirían plantear esta posibilidad, sin embargo, dejaré
que hay algo entre ella y el otro que marca una diferencia; en otros esta cuestión abierta para detenerme en cuánto de inclasificable
términos, la confronta a la diferencia entre los sexos, lo cual impli tiene este caso. Aunque hay que decir que ahora que el caso tuvo
ca que no se puede sostener la ilusión, como ella lo plantea, de un un desarrollo, la estructura, a mi juicio, se pone en mayor evidencia.
"goce total", ya que esto la podría llevar a la muerte. Roberto consumía a diario cocaína, cada día más. Le produce
paranoia, se queda colgado horas tras la mirilla de la puerta pen-
sando que lo va a venir a buscar la policía. Por otra parte, sentía
celos de su actual pareja a la cual trastorna injustificadamente. Es
ella quien lo presiona a realizar un tratamiento; luego de consultar
un psiquiatra, un centro de ayuda toxicológica y una institución
psicoanalítica, me es derivado.
220 1 Luis Darío Salamone El silencio de las drogas 1 221

Lo primero que plantea es que consume como un acto de re Recorta una frase de una película de Tarantino: "Sos tan per-
beldía y para olvidarse de las presiones. Lucha contra el SIDA quP dedor que no te das cuenta de cuando ganás"; eso le pasaba con
dice haberse contagiado en una de sus innumerables aventura la droga, pero ya no siente placer al consumir, no le encuentra
con una mujer. El enterarse de que contrajo HIV lo lleva consumir sentido. Antes reconocía que le hacía mal, pero allí estaba ese
desenfrenadamente, si bien la droga ya formaba parte de su vida. placer sin límites.
Él contagió a su ex-mujer, con la cual tiene tres hijos. Plantea que se siente culpable y que vivía "de trampa", "de joda".
Luego de consumir tenía un hábito: salir a manejar. Podía ir a Lo suyo fue cambiar las mujeres por la droga. Matando el aburri-
Mar del Plata y volver sin parar. Podía estar doce horas manejando miento, quiere afirmar, pero comete un fallido y dice "matando el
a toda velocidad. Recorto un significante que lo acompaña en su aburrido". Interrumpo la entrevista cuando pretende rectificarse
vida: acelere. El "acelere" marca su relación con el trabajo, con la impidiéndole que lo haga. Por primera vez se muestra angustiado.
mujeres, con las drogas. La angustia irrumpirá fuertemente la sesión siguiente, casual-
Liga el consumo a lo sexual; con relación a ambas cosas s mente; pide permiso para ir al baño y allí se encuentra con un
coloca como desenfrenado. Una de las vías que desplegará es qu barquito de nuez en cuya vela de papel está dibujada una calavera
no tiene límites en la persecución del placer, de ningún tipo, desd pirata, gentileza dejada por un chico de siete años que atendía
la masturbación hasta la práctica que uno pueda llegar a imagi antes de él. Sale mudo, tarda varios minutos en comentar la impre-
narse; se hace habitué de lugares swingers, y tampoco ha tenido sión que le causó, fue como ver la muerte; se miró al espejo, vio la
problemas en tener alguna historia con travestis, aunque le cuest calavera y un miedo indescriptible lo azotó.
confesar este punto.
Relata que la droga no le hacía sentir nada, que no tuvo nun
un padre que lo guíe, pues murió de un infarto a los 15 años d 3. Perder la cabeza
Roberto. Siente que le faltó alguien en quien recostarse. La drog
le permitió encontrar un escape, "salirse de la órbita". Ahora sient "La droga reemplazó a las mujeres, el problema es empezar de
que ha tocado fondo, se empieza a sentir mal cuando está drogado cero habiendo conocido esa mierda". El ser acelerado se vinculará
Mientras sigue escrupulosamente un tratamiento, por otro lado, al evadirse, a un enfrentar las cosas escapando a toda velocidad,
reconoce que se mata. "Pelea la vida", me dice; le digo que m con riesgos de chocar y matarse. La droga, al igual que las muje-
bien parece peleado con la vida. res, le hacían perder la cabeza. Coqueteaba con las mujeres como
con la muerte, hasta que Julieta puso un límite. Sin droga y con
Julieta la práctica swinger no le va más, los celos lo trastornarían.
2. Pensar la muerte Comienzan a hablar sobre la posibilidad de tener un hijo.
Llama por teléfono para avisarme que gracias al tratamiento
Roberto es consecuente en revelar las funciones que el tóx1 negativizó el HIV, lo que no implica la curación sino que no se
cumple, que se articulan: una es liberarlo de la culpa. Pero ahnr detecta en sangre.
se siente muy culpable luego de tomar, se angustia terriblemcntu, Ahora toma con menor frecuencia y puede "cortarla", pero no
no puede tapar el dolor. Siente miedos, no puede confiar en ól soporta la realidad. El acelere encuentra otro vínculo: el miedo a
Con la droga creía encontrar la posibilidad de realizar una fant morirse. Por miedo a morirse salía a matarse. La droga también es
sía, buscaba el delirio. Puede estar solo, sin droga no. La drou pensada como si se tratara de algo normalizador, tapa el agobio, le
también tapa el SIDA, y en particular, tapa la cuestión de pcn'..i&r permite disfrutar de una fantasía. Ahora siente que no vale la pena
la muerte. el estar colgado.
222 / Luis Daría Salamone El silencio de las drogas / 223

En su vida se ha boicoteado, y no se refiere solo al consumo; cual afirmó haber hallado lo que le acontece. La idea de la que
tiene un juicio penal por estafa, al que se le suma uno por daños parte es interesante. Un caballero hacía lo que le correspondía:
raíz de un accidente automovilístico. Puede terminar en la cárcel y luchaba contra enemigos, eliminaba dragones y rescataba damas
se pregunta qué culpa está pagando; una primera respuesta qu en apuros. De su armadura emanaban rayos brillantes, la gente
se le ocurre es el haber contagiado a su ex-mujer. del pueblo confundía su llegada o su partida con la salida o la
puesta del sol. Sus cruzadas no tenían fin en su esfuerzo por ser
el número uno, por complacer a los otros. Menos a su mujer y a
4. La oveja negra su hijo. El caballero se enamoró a punto tal de su armadura que
empezó a usarla para cenar, hasta para dormir. Con el tiempo
Vuelve a consumir y ante la presión de su pareja va a Alcohó se olvidaron de su cara. Si su hijo quería ver el rostro de su pa-
licos Anónimos. Comenzará a ir frecuentemente. Alguien le dijo dre, su madre señalaba el retrato que había en la chimenea. La
"acá te vas a encontrar con una ferretería", y él necesita herra armadura lo había llevado a no sentir nada. Su mujer lo puso en
mientas para dejar de consumir. Va prácticamente todos los días a la encrucijada: "La armadura o yo". El caballero procuró sacarse
dos grupos diferentes. Y le sirve, contrariamente a lo que le había el yelmo pero no pudo. Tampoco el herrero. El caballero estaba
ocurrido antes con el grupo de toxicomanías, al que volverá por atrapado en su armadura. Entonces debe realizar viaje orientado
sugerencia del grupo, pero sin mejor éxito. por el mago Merlín. Aquí nos apartaremos del viaje propuesto por
Aclaramos que para Roberto el alcohol, salvo hace mucho el libro, del intento de cambiar su yo por otro yo verdadero, tan
años, jamás volvió a ser un problema, motivo por el cual comienza propio de la filosofía norteamericana, para trabajar las andanzas
a tener problemas en Alcohólicos Anónimos: no lo aceptan por no de Roberto.
ser alcohólico. Esto lo ata más al grupo, ocupa el lugar que ocupa Sus cruzadas son de otra naturaleza. Lucha contra el SIDA que
ba en su familia: el de la oveja negra. dice haberse contagiado en una de sus innumerables aventuras
Hablando con su madre se entera de que su padre era aleo con una mujer. El contagió a su ex-mujer, con la cual tiene dos
hólico; él lo vio borracho solo una vez. Su madre le había puesto hijas. Por un lado, sigue escrupulosamente el tratamiento, pero por
límites, pero tenía una tendencia a la autodestrucción. Era débil el otro se mata.
igual que él. La debilidad cobra el estatuto de significante y e El consumo se liga a lo sexual; respecto de ambas cuestiones
trabajado en relación con las mujeres, las drogas, el meterse en se coloca como desenfrenado. Como se ha visto anteriormente,
problemas, sentirse impotente. Se siente enganchado con la de una de las vías que desplegará es que no tiene límites en la perse-
bilidad al no tener patrones, valores, siente que le faltó la imagen cución del placer, lo que comienza a generarle problemas.
de un hombre.

6. La máquina infernal de la vida


5. El caballero de la armadura gastada
y sus andanzas Encuentra una definición para el análisis: es un cactus con es-
pinas que se caen, y florece. Al menos eso espera, porque se da
El título alude a un libro de Robert Fisher de bastante circul cuenta de que no soporta vivir; al dejar de drogarse, dice: "Me
ción titulado El caballero de la armadura oxidada. Al escuchar d1 conecté con la máquina infernal de la vida".
cho título insistentemente en boca de Roberto, el mismo encontr En este punto viene su referencia al caballero de la armadura
un eco en mí que no encontrará el tan recomendado libro en el oxidada. Se ha quitado la armadura, se le ha ido gastando. Lo que
224 1 Luis Darío Salamone El silencio de las drogas 1 225

encuentra no es un yo verdadero, purificado, sino un yo oxidado Toma y se siente culpable. Dice haberse dado cuenta que en
por "esa mierda" en la que ha vivido. Considera que abandonó una sus fantasías busca a la mujer. Sin embargo, drogado no puede
armadura que llevaba puesta y ahora siente dolor. Esporádica hacer nada, pero la fantasía era fuerte.
mente consume, pero puede soportarlo. Se da cuenta que últimamente toma cada vez que habla con
Se da cuenta de que no soporta vivir, y al dejar de drogars su madre, le produce algo negativo, "le tira siempre malas ondas".
afirma: "Me conecté con la máquina infernal de la vida". El problema es su voz, no lo que le dice. Siente miedos, antes no
Se suceden sueños en los que la droga juega un papel prin tenía miedo a nada. Se empieza a cuidar. Se pregunta "6De qué
cipal. Cuando no consume empieza a soñar que consume. En sirve adelantarse para buscar la muerte?"
un sueño quiere consumir y se le acaba, por lo que se despierta
desesperado. Luego sueña que consume y se siente mal, la droga
no le alcanza para eliminar su malestar. En otro "pega un saque", 7. Las puertas
dice que no se quiere poner mal y la tira al inodoro.
La ansiedad es canalizada por la masturbación. Afirma que "1 Ahora su armadura está desgastada, todo se basa en la "tenta-
merca viene disfrazada de mujer", pero comienza a hablar de su ción": las drogas, las mujeres, la masturbación, "la joda" ... Está dis-
relaciones con hombres. En la infancia, con el homosexual que 1 puesto a presentar batalla. Alcohólicos Anónimos por primera vez
daba cigarrillos si accedía a dejarse "tirar la goma" y, en una opor deja de resultarle tan importante. Ya no se trata de cambiar su
tunidad, a que lo penetrara. Más tarde trabajó en un boliche gay. armadura por otra, esa ha sido su equivocación. Bromea: "No me
Luego, da cuenta de su relación con el ex-socio, con el que tien dejes caer en la tentación".
una relación que define como dependiente, es homosexual y lo Dice estar dispuesto a eliminar el último eslabón: no va a com-
busca constantemente. No se perdona un acto de zoofilia, ante prar más droga, pero se encuentra con gente que se la pasa, lo
de debutar, con una yegua. Pero lo que "le jodió" fue venderse; llaman y le ofrecen. Asegura que lo miro con cara de no confiar en
afirma que "la droga ayudaba a equilibrar esa mierda", él y que lo tiento de risa. Me dice: "Vas a ver. Voy a dejar de hacerlo,
Empieza a hablar de su padre, de un duelo que le quedaba por voy a cerrar las puertas a las drogas. 6Sabés Jorge?". Jorge es el
realizar. Recuerda que empezó bebiendo de más, después pasó principal de aquellos que lo tientan. Cada vez que se encuentra
la droga, quizás para diferenciarse, pero ya no encuentra diferen con él termina consumiendo.
cias con su padre; se lamenta el haberlo rebajado como lo hizo Dice estar dispuesto a cerrar una puerta; por otra parte, se le
su madre. Sitúa su inmadurez con relación a su madre. Se sient ha abierto otra, le indico la utilización del diván para el próximo
resentido porque se sintió rechazado, la droga le permitía sentir encuentro, luego de un año y cuatro meses de entrevistas.
dolor sin dolor. Dejo en este punto el desarrollo del caso para precisar el tema
El significante que insiste ahora es "irritado" por todo; algo no de "la muerte como entrada y salida"; esto tiene que ver con una
encaja y no sabe de qué se trata. Tiene el síntoma de celos qu evidencia clínica que he corroborado en todos estos años. Aquello
tenía cuando se drogaba pero sin droga. Siente desconfianza, y la que lleva al sujeto a la droga puede ser el encuentro con la sexua-
relaciona con un recuerdo infantil: una vecina hermosa que tenía lidad, evidente en la pubertad, pero también al chocar fuertemente
un marido enfermero que al volver a casa la encuentra con otro. con la idea de la muerte. Cuando ésta es subjetivada en análisis,
La desconfianza comienza a vincularse con el no ser querido, con cuando el sujeto no necesita "borrarse" de ella es también la puer-
el rechazo de su madre, la falta de apoyo, y finalmente con su ac ta de salida, el punto donde se afloja la relación con la sustancia.
cionar. Busca la mentira en el otro, porque no soporta la mentir La locura, sobre todo en las mujeres, también tiene en ocasiones
en él, paga una vez más por su culpa. esta función de bisagra, de antes y después, de entrada y salida.
El tiempo en suspenso

"La importancia de la temporalidad-percepción


de la experiencia en términos de tiempo que cam-
bia, conciencia de un tiempo propio del deseo que
comienza a regir la vida, aparece como armazón
narrativo fundamental en las autobiografías de los
aficionados a las drogas".
Giulia Sissa 1

1. El accidente

E
n el auto, además de Carlos que manejaba, iban su hermano
Marcelo, un amigo y su novia. La chica había salido en una
época con su hermano.
Marcelo le decía a cada rato "más rápido", y él aceleraba. La
avenida por la que venían a toda velocidad, llegaba a su fin. Había
dos posibilidades: doblaban a la derecha y salían cruzando la vía
(del otro lado se encontraba el cementerio), o entraban en otra
avenida por la izquierda. Su amigo le dijo "doblá a la derecha", su
hermano le dijo que lo haga a la izquierda. Pegó un volantazo, no
pudo frenar lo suficiente, el auto mordió el cordón y comenzó a
dar vueltas.
Después solo recuerda flashes, gritos, y una especie de ex-
plosión; cuando lo llevaban al hospital en una camilla y le daba la
impresión de que la gente lo miraba espantado, los médicos ha-
blaban, y escuchó una voz que decía "este no se salva". Después
empezó el dolor. Hasta que logró aturdirlo.
Su novia, que no iba con ellos, fue la primera persona que vio
al despertar. Lo primero fue preguntar por Marcelo. Ella se puso
a llorar. Supo que había muerto. La sacaron de la habitación con

1 Sissa G., El placer y el mal, Manantial, Bs. As., 1997.


228 / Luis Darío Salamone
El silencio de las drogas 229
1

una crisis. El padre le confirmó la muerte de su hermano. También


haga preguntas con respecto al accidente, y que concurrirá cinco
había muerto su amigo, aunque no en el instante, sino camino al
veces para que le dé un diagnóstico y decidir si continúa. En las
hospital. La chica se había salvado, pero estaba grave.
cuatro primeras entrevistas habla poco; de cómo consigue drogas,
de sus amigos, de lo que habla con sus amigos, que es solo de
2. Detener el tiempo drogas, de lo que ve en televisión, de lo aburrida que parece su
vida. Esto último es lo que puede rescatarse.
Hacía ya cinco años del accidente; desde entonces el tiempo Empezó a hablar del accidente en la quinta entrevista, diciéndo-
había pasado en vano. Había terminado con quien era su novia me que ese era el día en el cual habíamos quedado que yo le iba
en aquel momento, la cual había procurado inútilmente sacarlo del a dar su diagnóstico. El accidente es pensado como un quiebre,
estado depresivo. Había dejado de estudiar. Vivía de noche y s significante que aparece en la misma entrevista en tres oportuni-
juntaba con una barra que no eran los amigos de antes. Se dro dades. A partir de entonces él también está quebrado. Me pregunta
gaban todo el tiempo y lo único que hacían era hablar de drogas. por el diagnóstico, y le respondo: "Estás quebrado". El significante
Vivía atontado y la única emoción que sentía era cuando iba al ba "quebrado" cobrará peso. Terminará dando cuenta de los efectos
rrio bajo, a conseguir drogas. Conocía un submundo. El mundo d ocasionados por la droga. También se deslizará a la cuestión de
antes ya no existía. Consumía marihuana todo el tiempo, y cocaína sentirse dividido, como lo estaba entre su hermano y su amigo. Los
ocasionalmente. La cocaína no le interesaba, solo tomaba cuando dos habían tenido por novia a la misma chica y estaban distancia-
alguien le ofrecía, casi por compromiso. A él no le interesaban las dos, y él sentía una especie de tironeo entre ambos y no sabía para
emociones fuertes, y la cocaína lo aceleraba. Lo que él quería era dónde ir. Le hizo caso a su hermano y aceleró. El problema apareció
dormir, salirse tranquilamente de la realidad. Algo de él había muer cuando uno le pidió que doblara para un lado, y el otro, hacia el otro.
to en aquel accidente. Si se dedicaba a algo, era a dejar que pase la Antes del accidente no consumía aunque había probado algu-
vida. Simplemente dejaba que el tiempo quede en suspenso. nas veces. El día del accidente no había tomado pese a que su
amigo le había ofrecido. Estaba lúcido, iban a buscar a su novia y
3. Una especie de zombie a la hermana para ir a bailar, estaba descansado, pero se abatató.
Tenía claro que fumaba para tapar, fundamentalmente subraya
la cuestión de evadirse, de colgarse, de salirse del tiempo. Sabía
Son sus padres quienes deciden traerlo a un tratamiento. Ellos
que era inútil, pero se sentía tan mal que no le quedaba otra. Leo la
piden la primera entrevista en la que presentan el cuadro de situa
negación y le digo que le quedaba otra. Me pregunta si puedo ayu-
ción y expresan que lo que quieren es que su hijo no se drogue,
darlo. "Ellos -por los padres- tienen miedo de que me muera, no
trabaje y estudie. Fundamentalmente, no querían que el único hijo
entienden que morí, resucité, y ahora soy una especie de zombie".
que les quedaba también muriera. Habían rezado, lo habían lle
vado a varios médicos que en un par de oportunidades lo habían
derivado a psicología. Había visto a una psicóloga pero se negaba
a ir. Le había dicho que él se sentía culpable por la muerte del her
4. El duelo
mano y del amigo. Prefirió no ir más, pues él ya sabía que tenía 1
Carlos decide seguir viniendo, incluso pide venir más veces de
culpa y prefería que no lo torturen, demasiado se había torturado
las que habían propuesto los padres; acepto. Ocupa un lugar im-
solo. Después había encontrado en el aturdimiento la solución.
portante en el análisis, no tanto el accidente, sino la relación con
Carlos se había dejado llevar hasta el consultorio. En la primera
el hermano y con el amigo. Esto permite que algunos significantes
entrevista plantea dos condiciones para aceptar venir: que no le
amos caigan.
230 / Luis Darío Salamone
El silencio de las drogas / 231

El amigo le decía cuando lo convidaba a fumar marihuana: "Col ·el tiempo en suspenso. Carlos dice que ha vuelto a usar un reloj,
gate un poco", y él ahora se colgaba. Su hermano le decía que era ya que desde el accidente no lo hacía. El tiempo ha vuelto a correr.
un "tarado", y ahora se sentía un tarado. Dice: "Siempre haciéndoles Carlos se identificaba con las personas muertas, hubiera que-
caso". Interrumpo la entrevista. Se angustia. Le pregunto si puedo rido estar en su lugar para no sentirse tan culpable, y de alguna
volver a verlo en un par de horas y me dice que no puede. Al bajar, manera lo hacía. Estaba muerto en vida. De esa manera paliaba la
un tiempo después, lo encuentro en el escalón, llorando. Lo invito culpa, el muerto era él. Eso le permitía salirse del mundo, habitar
a subir al consultorio y me dice que no. Esa noche me llama por en un submundo donde vivía aturdido, y detenía el tiempo.
teléfono, necesita verme. Le doy una entrevista y cuenta que sintió El análisis le permite una elaboración de las muertes; hablar
por primera vez que su hermano y su amigo estaban muertos. Se re- de sus culpas, hace que caigan las identificaciones con los que
prochó una vez más el accidente pero también la vida de porquería habían fallecido, y que no confunda el hecho de no apretar el ace-
que estaba llevando. Afirma que se escapó mucho tiempo y tiene lerador con dejar de vivir.
ganas de volver y me pregunta cómo tiene que hacerlo; frente a eso Carlos ha abandonado el consumo, tanto de marihuana como
le pregunto cómo había hecho para irse. "La falopa",2 me contesta, de cocaína. Continúa su análisis con la propuesta de rehacer su
delimitando ia uti lidad de la droga.
vida. El tiempo sigue su curso y ahora se plantea qué hacer con
La falopa va dejando de resultarle necesaria. Al principio sigu él. Siente que algo extraño le pasó con el tiempo en estos años;
fumando, afirma que sin saber ahora bien para qué. Decide sepa no es que lo haya perdido, estuvo entre paréntesis. Exactamente
rarse de la barra de amigos, si no le resulta imposible salir. Pacta lo mismo que había pasado con su deseo. El tiempo había sido el
un encuentro con la chica que se había salvado del accidente con de su deseo, suspendido a partir de un accidente, de un aconteci-
él, la ex-novia de su hermano y de su amigo. Comenta que "se llo miento imprevisto. Las entrevistas aceitaron el engranaje como
raron" todo y que se dijeron que la vida continúa. Ella ahora tien para que la maquinaria pueda comenzar a funcionar nuevamente,
otra pareja, por lo menos intentó hacer algo con su vida. como para que tolere lo imprevisto que le pueda deparar su deseo.
Se reprocha por qué siempre les hacía caso a todos. "Mi her
mano decía acelerá y yo aceleraba". Siempre estaba corriendo
para llegar a ningún lado, al cementerio, para ganarle al tiempo. "A
6. Vacunarse contra la muerte
partir de entonces saqué el pie del acelerador, no me subí más a
un auto, no manejé más". Le planteo que en realidad hizo lo mismo
en su vida. En Los paraísos artificiales Baudelaire subrayó el efecto conse-
guido por el tóxico: "El tiempo había desaparecido por completo.
Hace un momento era de noche y ahora es de día. 6He dormido o
no he dormido? 6Ha durado mi embriaguez toda la noche y, como no
5. El tiempo vuelve a correr
tenía noción del tiempo, la noche entera no ha representado para mí
más que un segundo?... "3 La noche de Carlos duró aproximadamen-
Vemos en este caso que la función que la droga tiene es evi
te cinco años.
dente: aplacar la angustia suscitada por el accidente, calmar ol
Silvie Le Poulichet4 planteó cómo el pharmakon introduce una
sentimiento de culpa por la muerte de su hermano y de su amigo,
inmediatez con relación al consumo donde queda excluida la dimen-
evadirse de la realidad, pero quiero destacar esa función de poner

---
3 Baudelaire, Ch., Los paraísos artificiales, M.E. editores, 1994, p. 256.
4 Le Poulichet, S., Toxicomanías y psicoanálisis. Las narcosis del deseo, Amorrortu, Bs.
2 Término popular con el que se nombra a la droga.
As., 1990.
El silencio de las drogas 1 233
232 1 Luis Darío Salamone

esperaba aletargar la llegada de una muerte antes de tiempo. Del


sión de la ausencia. El efecto sería el de la disolución de repre
intento de poner el tiempo en suspenso, a trabajar los interrogan-
sentaciones, una suerte de filtro de olvido. Es el principal beneficio
tes que surgen del suspenso ocasionado por la muerte como un
atribuido a la operación del pharmakon. Todo corte, toda ruptura,
todo accidente podría neutralizarse. En el TyA se ha considerado la acontecimiento imprevisto.
En las últimas entrevistas el significante quebrado se articula
importancia de determinar la función del tóxico. 5
al padre en algo que va más allá del accidente. Era un empresario
De lo que se trataría es de la desaparición del sujeto, de su bo
exitoso pero las cosas le fueron mal y quedó fundido (quebrado).
rramiento, la supresión tóxica logra un efecto que la represión no
Esto sume al padre en una depresión que afecta la vida familiar.
consiguió. Los retornos de esta supresión suelen resultar un tan
Su madre, ama de casa, queda desorientada; desde entonces, su
to más devastadores. El dolor se anestesia, pagándose el precio
hermano y su amigo habían tomado el relevo como figuras a quien
del deseo. El borramiento del sujeto es ilustrado por Baudelaire en
admirar. Al morir ellos siente que se queda solo, su padre estaba
la alegoría del fumador y la pipa: "Estáis sentado y fumando; pero
peor, y estar drogado era vivir de la misma forma que él, pero como
creéis estar sentados en vuestra pipa y que es ella la que os fuma;
y es vuestro propio ser quien se desvanece en el humo azulado". Y anestesiado.
nuevamente se encuentra presente el efecto en la temporalidad:
"Os sentís bien y solo os preocupa una cosa: saber cómo salir de la
pipa. Esta fantasía dura toda una eternidad. Un intervalo de lucide Bibliografía
os permite con mucho esfuerzo mirar el reloj. Esa eternidad ha du
Baudelaire, Ch., Los paraísos artificiales, M.E. editores, 1994, p. 256.
rado un minuto". 6 Le Poulichet, S., Toxicomanías y psicoanálisis. Las narcosis del deseo,
La experiencia clínica nos muestra que el conflicto que pretend
Amorrortu, Bs.As., 1990.
narcotizarse suele ser del mismo color que el que al sujeto lo lleva a Mongin, O., "Desincorporación", en Ehrenberg, A., Individuos bajo in-
salir del asunto, una vez que la droga fracasa. Como he precisado en
fluencia, Nueva Visión, Bs. As., 1994.
el capítulo anterior, los temas privilegiados suelen ser la locura en 1 Silliti, D., Sinatra, E., Tarrab, M., Más allá de la droga, Plural, La Paz, 2000.
histeria y la muerte en la obsesión. En el caso de Carlos, la muerL, Sissa G., El placer y el mal, Manantial, Bs.As., 1997.
con el accidente, irrumpe en la vida del sujeto, pero resurge tras 1
narcosis en el análisis permitiendo una elaboración. Mientras tanto,
el intento es el de domesticar la muerte,7 tornarla menos imprevista.
Carlos lo planteó en los siguientes términos: "Más allá de cómo no
drogáramos o con qué lo hiciéramos, sentía que en el fondo no
vacunábamos contra la muerte, o por lo menos, lo intentábamos".
En este caso, la dimensión del suspenso también puede s
pensada en relación a la muerte, de la sorpresa a la narcosis. En
análisis comienza el suspenso en el sentido hitchcocktiano del tér
mino. Luego del duelo emerge la pregunta de si estaba muerto

5 Silliti, D., Sinatra, E., Tarrab, M., Más allá de la droga, Plural, La Paz, 2000.
6 Baudelaire, Ch., Los paraísos artificiales, op. cit., p. 254.
7 Mongin, O., "Desincorporación", en: Ehrenberg, A., Individuos bajo influencia, N111)V;
Visión, Bs.As., 1994.
Un golpe de lo real

"Las drogas son una apuesta con tu mente".


Jim Morrison

uestra clínica encuentra su orientación en lo real, pero en

N nuestros días, lo real suele presentarse más que dividien-


do al sujeto, aplastándolo. Como lo desarrollaron Jacques-
Alain Miller y Eric Laurent en El Otro que no existe y sus comités
de ética, los sujetos de hoy están determinados por el aislamiento
de su goce. En el TyA procuramos contar con una casuística que
nos permita plantear cómo el psicoanálisis puede intervenir en ca-
sos donde una sustancia tóxica le permite obtener al sujeto ese
goce autista.
El desarrollo que Miller realiza en torno a la cuestión de pertur-
bar la defensa, como vimos en reiteradas oportunidades, si bien es
importante para cada caso, brinda a la clínica de quienes trabajan
con sujetos que consumen drogas, una llave única que le permite
al analista operar. Ella sitúa la cuestión del inconsciente con res-
pecto a lo real, en lugar de con respecto al Otro, sacando a los
psicoanalistas de la impotencia que muchas veces mostraban en
estos casos por no encontrar la forma de operar, dado que ese
Otro era rechazado. Por supuesto que para poder llegar a eso es
necesario lograr que alguien sea analizante, es decir -como dice
Miller- que acepte "recibir de un psicoanalista lo que perturba su
defensa".
236 1 Luis Darío Salamone El silencio de las drogas 1 237

1. Del ataque de pánico a la angustia se quedó sin palabras. Se siente culpable, aunque afirma: "No tuve
nada que ver con eso, no tuve ... "
Agustín llega a la consulta diciendo que padecía ataques de Lo interrumpo bruscamente, diciéndole que el problema era
pánico. Un psiquiatra lo había medicado, y se sentía un poco más que, para él, algo tenía que ver. Se angustia, llora y dice que no
tranquilo, pero dos o tres veces al día sufría una crisis en la que se puede seguir así.
le aceleraba el ritmo cardíaco, transpiraba sudor frío, sentía que no Esta intervención, además de interpretar la negación, vuelve a
podía respirar y tenía la sensación de que la muerte se lo llevaría. la necesidad que había manifestado de ver con sus propios ojos
Supone que se debe a que ha consumido muchas drogas y a al amigo accidentado, encuentro con un real que conmociona lo
que ha sido una mala persona. Se considera un "hijo de perra". Pri - que el sujeto tenía armado sin medir consecuencias. Él se vio en
mero robaba, luego vendió drogas para sustentar su consumo. Su el amigo, y la muerte giró en torno suyo, enmudeciéndolo. Fue un
negocio creció enormemente y le empezó a ir tan bien en la vida golpe del cual no pudo reponerse. Dice que, en ese momento, sin-
como nunca lo hubiera imaginado. Hasta que llegaron los ataques. tió la crisis de angustia más grande de su vida. Le subrayo que su
No quiere comportarse como un niño miedoso. problema es ese: la angustia. No volverá a referirse al ataque de
El panorama no parecía muy propicio para el comienzo de un pánico a partir de entonces.
análisis; afirma que nunca se analizó y que no tiene el más mínimo
interés en hacerlo, que hubiera preferido la medicación pero no
le funci onaba, que viene porque lo mandaron. Entiendo que es 2. Angustia, síntoma y fantasma
necesario que intervenga de una forma efectiva. Me manifiesto
sumamente sorprendido de que venga porque lo mandaron, y le A partir de entonces, comenzará a relatar la historia de su an-
pregunto para qué viene en realidad a verme, y antes que atine a gustia. De niño vivía angustiado. Aparecerá un recuerdo de los
dar una respuesta lo despido. siete años olvidado en el desván, de entrar al cuarto de su abuelo
La próxima vez que viene se muestra enojado, me amenaza, y encontrarlo muerto, con un cigarrillo en la mano; era un "fuma-
me dice que a él nadie lo deja con la "palabra en la boca". Parece dor compulsivo", no podía parar. Su padre se había ido de la casa
dispuesto a hablar, pero lo hace lanzando amenazas. Me dice que cuando tenía cuatro años y el abuelo había ocupado su lugar, pero
si él me paga yo tengo que escucharlo, que él anda armado y me no por mucho tiempo.
muestra una navaja. Le pregunto por qué anda con eso encima, Los otros momentos de angustia habían sido en los encuentros
y asegura que nunca se sabe cuándo uno necesitará usarla. Lo sucesivos que había tenido con mujeres. Desde pequeño, cuando
miro a los ojos, tomo su muñeca, apoyo con firmeza la mano con la le gustaba una mujer, se mantenía lo más lejos posible. En la ado-
navaja en mi escritorio y le pido que me la deje. Para mi sorpresa, lescencia, había ido con amigos a ver una prostituta. Lo único que
o quizás la de ambos, abre su mano y la deja en el escritorio. recuerda es una terrible angustia previa que logró disipar fumando
En la siguien te entrevista comenta que su mejor amigo consu- marihuana. Después vinieron otras drogas; no recuerda haber te-
mió las drogas que él le había vendido, salió a la ruta y se mató en nido sexo sin estar drogado.
un accidente. Cuando lo llamaron por teléfono, fue inmediatamen- La angustia, si no era mitigada por las drogas, no lo dejaba
te hasta el lugar, sentía que tenía que verlo con sus propios ojos respirar. "Quedarse sin aire" es un sintagma que se pone en juego
y lo encontró cuando lo subían a una ambulancia, destrozado. Le cada vez que se encuentra en una relación comprometida. Llo-
preguntan si lo conoce, y él lo niega con un gesto de la cabeza; rando, dice que su padre se fue y lo dejó sin herramientas, que
había quedado mudo y sentía cómo su corazón latía con fuerza. su abuelo se suicidó fumando, según lo supo años después: tenía
Ver al amigo ensangrentado le provoca una conmoción. Por días, cáncer de pulmón.
238 / Luis Darío Salamone

Padre inexistente más una madre opresiva, es planteado por


Agustín como la fórmula que da lugar al "quedarse sin aire". El
síntoma se articulará a un fantasma de "morir asfixiado". La as-
El espía que surgió del frío
fixia es metáfora de la muerte para Agustín. Incluso, su gran temor
infantil era el de ser enterrado vivo. La boca abierta del abuelo y
la de su amigo, serán imágenes que lo persiguen en sueños y se
presentarán en la transferencia al contar historias de su época de
traficante de drogas, al confesar un intento, de contenido agresi-
vo, de dejarme con la boca abierta. La angustia irá cediendo en la
medida que el fantasma es construido.
Siempre resulta complejo transmitir las dificultades que pre- "Si el loco persistiera en su locura, se volvería sabio".
sentan estos casos, pero el vértigo del tiempo de la sesión, haber- William Blake
le perturbado la defensa en ese movimiento en que se le pide que
abandone la navaja en el escritorio del consultorio o el "dejarlo con
la palabra en la boca", los cortes, ya sea de sesión o interpretativos
que com parten la misma topología, permitieron que alguien que se lee se presenta en el consultorio porque quiere dejar de
presentaba rechazando al inconsciente pusiera en forma una fic-
ción -después de todo de eso se trata el inconsciente-, y pueda
encarar lo real a partir de otro sesgo.
A consumir cocaína y marihuana. Asegura que tomar drogas
lo alejó se sus hijos, más adelante planteará que el que lo
alejó de sus hijos era en realidad un juez, cuando se enteró que él
les ofrecía drogas y, más adelante aún, se planteará si en realidad
esto no lo provocó porque sus hijos lo volvían locos. Es decir que
buscó una excusa para mantenerse a distancia de ellos.
Tenía la certidumbre de que, si seguía tomando drogas, su
cuerpo aparecería muerto. Ese era su problema, o no le aparecía
el cuerpo, no lo sentía, o este solo podía ser un cadáver.
Revela tempranamente cuál es el papel que las sustancias
cumplen en su economía psíquica, es decir, la función del tóxico.
Asegura que "consume drogas para tener un cuerpo". Los tóxicos
le permiten sentir su cuerpo, sino es como si este no existiera,
como si fuera un ser etéreo, fantástico. Esta sensación de no te-
ner un cuerpo lo desesperaba, pero el intento de tenerlo lo había
llevado a ponerse en situaciones de peligro.
Quería dejar de drogarse, pero en la primera entrevista me rea-
liza una amenaza: "Si yo consigo dejar la marihuana, me convierto
en un asesino serial", y para que entienda a lo que se refiere co-
mienza a regalarme libros sobre asesinos seriales, y una pequeña
biblioteca dedicada al tema se configura en mi consultorio gracias
a las contribuciones de Alee. No era para preocuparse demasiado,
me había dado una larga lista de los analistas a los que había con-
El silencio de las drogas 1 241
240 1 Luis Darío Salamone

En nuestro caso, primero fueron las sustancias las que le per-


currido, y reunían dos características tranquilizadoras: eran todos
mitieron sentir su cuerpo, era como "pincharse con una aguja para
conocidos y estaban vivos.
saber si estaba despierto"; al menos lograba saber que lo tenía
Se refiere a los años críticos en los que presentaba cuadros
porque lo dejaba frío, pero era una solución que lo empujaba a la
delirantes, en los que los delirios tendían a la infinitización y hacían
muerte, o al menos esa era su idea, no se sentía capaz de contro-
que se sienta absolutamente perdido. Era peor que estar colgado
por la marihuana. Por más que se viera en el espejo sentía que no lar el exceso.
El delirio de ser un espía le da la posibilidad de un anclaje en
tenía cuerpo, pensaba que era como un fantasma olvidado en un
el que su cuerpo no tiene que ser inyectado de goce para poder
altillo. Las drogas le devolvieron el cuerpo de una manera extraña.
Se drogaba y sentía frío, pero al menos algo sentía. existir.
Últimamente trabaja como detective en una empresa que se
Concurre a un psiquiatra que lo medica con algo muy liviano
dedica al rastreo de personas, y esto no es un delirio. De todas
que le permite dejar la cocaína. Asegura que no pretende tomar
formas, prefiere su trabajo como espía al de detective. Lo de ser
por mucho tiempo medicación, piensa que estar lúcido no es una
detective es para las horas extras, asegura.
opció n tan mala.
Puede vivir el presente metido en un cuerpo, como lo dice él
A lo largo de las entrevistas comienza a florecer un eje deli-
mismo, y tiene un sueño. Para él, antes, no existía una línea diviso-
rante que cobra cad a vez más fuerza. Plantea que él es un espía.
ria entre el sueño y la realidad; ahora sabe que tendrá que esperar,
La idea surge del encuentro con una historieta de espías que en-
trabajar y hacerse conocido. Entonces, el día de mañana podrá ser
cuentra en una vieja revista Mad. "Seré espía, dice, pero no loco".
el protagonista de una película: El espía que surgió del frío.
Concurre a equiparse a "La casa del espía", se compra libros y
mira películas.
Una tarde, supuestamente, es contratado por el gobierno ruso.
Habla frecuentemente con el embajador de Rusia quien le da mi-
siones a cumplir. El cuadro delirante es nutrido, pero se circuns-
cribe a un aspecto de su vida. Decide dejar de fumar y volcarse
por entero al espionaje. Debe vigilar a una familia chechena que
amenaza con colocar bombas. Debe espiar sin ser visto. Los con-
tactos con el embajador de Rusia son cada vez más curiosos; en
una oportunid ad trae una medalla que me envía el gobierno por
haberlos ayudado a encontrar a su hombre más valioso. Deja un
mensaje en mi casa avisando que debemos viajar a Moscú al día
siguiente, lo cual dejó un poco preocupada a mi familia. Pero más
allá de estas pequeñas molestias, su nueva vocación se revela
como una solución. Habla por teléfono con sus hijos y asegura
estar preparado para verlos.
Sin drogas, pero con la construcción de un sinthome, el cuerpo
no se le desvanece, le sucedía algo parecido a James Joyce cuan -
do dejaba caer su cuerpo en ese episodio donde le propinaron
una paliza. En eso lee Jacques Lacan el error en el nudo de Joyce
donde lo imaginario, inherente al cuerpo, queda suelto.
Bibliografía permanente
Procedencia de los textos
Han sido consultados, cada vez que he trabajado algún tema, los si-
1. El silencio de las drogas
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adicciones", Nro. 391, Año XXXV, noviembre de 201 O.
9. Theóphile Gautier en El club del hachís
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Trabajo presentado en la Asociación Cuyana de Estudios Psicoanalíti-
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14. La heroína en el cine
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25. Un golpe de lo real
Comentario de la película Bird, realizado en el Cine Club de Caballito,
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16. Un lobo en la modernidad tardía 2014.
Texto escrito en el avión rumbo al 1x Congreso de la Asociación Mundial
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de Psicoanálisis: "Un real para el siglo xx1"; luego de ver el film de El lobo
de Wall Street, de Buenos Aires a París, abril de 2014. Caso presentado en el v1 ENAPOL, Encuentro Americano de Psicoanálisis
de la Orientación Lacaniana, xv111 Encuentro Internacional del Campo
17. El gordo golpeado por la bohemia del arrabal freudiano, Buenos Aires, 2013 .
Trabajo re escrito a partir de una intervención en el Congreso Argentino
del Tango realizado en Buenos Aires en julio de 201 O.
18. Simplemente Miles Davis
Trabajo escrito sobre notas tomadas para un especial en la radio sobre
el jazz y las drogas.

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