Está en la página 1de 2

Lucía Sáez.

Hª de España

Tema 7. El Régimen feudal y la sociedad estamental.

El régimen feudal.
Se conoce como como el sistema socioeconómico y político
que estuvo vigente durante la Edad Media.
Este régimen se basaba en la existencia de unas relaciones de
vasallaje en las cuales el rey era el señor supremo de un territorio
al que todos debían fidelidad y obediencia. En esta relación, el rey
otorgaba a sus vasallos (nobles) u beneficio (derechos
jurisdiccionales) o y un feudo (tierras). Esta relación se establecía
entre iguales, es decir, entre el estamento privilegiado. A su vez,
los grandes nobles establecían este tipo de relaciones con otros de
inferior categoría, dando lugar a lo que se ha denominado pirámide
de dependencia feudal.
De acuerdo con estas obligaciones feudales, cada noble
importante tenía que disponer de un ejército propio formado por
sus vasallos que deberían estar también al servicio del rey.
El monarca era el dueño del reino (monarquía patrimonial) y
ejercía la soberanía (de origen divino) y la autoridad suprema, pero
compartía con los señores el ejercicio del poder y de la justicia que
estos administraban en sus tierras y señoríos (monarquía feudal) y
debía gobernar respectando los privilegios forales de los reinos y
ciudades.
Sin embargo, había diferencias entre los distintos reinos
cristianos. En la Corona de Castilla se impuso la concepción
autoritaria del poder, salvo en los señoríos vascos, pero en la
Corona de Aragón se impone la pactista, es decir, el rey mantenía
un pacto por el que reina de acuerdo y respectando los privilegios
de los diferentes reinos que forman a Corona de Aragón.

La sociedad Estamental.
En la sociedad cristina medieval los individuos estaban
ordenados en grupos, estados o estamentos, de acuerdo con la
función que desarrollaban en la misma: luchar rezar y trabajar. En
esta sociedad predominaban los lazos de dependencia personal
fronte a los vínculos de carácter público y sus integrantes eran

1
legalmente desiguales: unos grupos poseían privilegios y ventajas
jurídicas, y otros no.
Los grupos privilegiados estaban formados por los nobles e
los eclesiásticos; poseían honores y títulos, no pagaban tributos,
tenían leyes y tribunales especiales y ejercían el poder y la justicia
sobre los demás. Eran los señores y fundamentaban su posición de
dominio y privilegio en la dedicación al ejercicio de las armas o a
la oración (consideradas como actividades superiores). No eran un
grupo homogéneo pues entre ellos existían grandes diferencias
tanto honoríficas como económicas. Podemos, por lo tanto,
establecer una diferencia entre la alta nobleza (duques, condes) y
la baja (hidalgos) y entre el alto clero (abades, obispos) y el bajo
(curas y monjes).
Los grupos no privilegiados estaba composto por el resto de
la población: campesinos, artesanos, comerciantes, burgueses...;
formaban el estamento de los pecheros, porque pagaban los pechos
o impuestos. Su situación varió con el paso del tiempo: antes del
siglo X estuvo compuesto fundamentalmente por los labradores,
diferenciándose entre los campesinos libres, propietarios de
pequeñas parcelas, y los colonos o servos, que estaban adscritos a
la tierra que trabajaban (no la podía abandonar sin permiso) y
debían realizar diversas prestaciones y servicios a sus señores.
Después del siglo X, con el renacimiento urbano y de las
actividades comerciales surgieron nuevos grupos en las ciudades y
villas: menestrales, artesanos y comerciantes; todos ellos formaron
el grupo de los burgueses (habitantes de los burgos).
Fue frecuente que muchos campesinos libres buscasen la
protección de un noble, de una iglesia o de un monasterio. Estos
vínculos de dependencia se conocen con el nombre de relaciones
de encomienda. A cambio de la protección y defensa, los pequeños
propietarios rurales encomendaban su persona, y a su familia y sus
bienes a un señor, entregándole todas o parte de sus tierras o
pagándole una tasa anual.
Los grupos marginales y minoritarios estaban formados por
judíos, dedicados a las actividades artesanales y mercantiles, y los
mudéjares; ambos vivían en las ciudades en barrios separados
(juderías, morerías). También se encontraban entre los grupos
marginales los mendigos, huérfanos o viudas sin recursos.

También podría gustarte