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Contribuciones de la civilización

árabe al arte y la cultura

Grupo: 10
Integrantes: Valeska Urrunaga, Jeremías Soto, Daniel Soledispa,
Melany Loor.
Curso: 1ero de bachillerato paralelo “D”
MATERIA: HISTORIA
PROFESOR: LIC. YUNIBAN RODRIGUEZ
UNIDAD EDUCATIVA EVANGELICA ALMIRANTE ALFREDO POVEDA
BURBANO
AÑO LECTIVO: 2022-2023
Contribuciones de la civilización
árabe al arte y la cultura
La civilización árabe se asienta en un punto estratégico por estar en medio de
tres continentes Europa, Asia y África. Ha sido cuna de grandes civilizaciones
como la persa, árabe, babilónica, entre otras. En el proceso de expansión del
islam, los árabes llevaron consigo sus conocimientos, su cultura y su arte,
expresada en los edificios religiosos, públicos y residencias particulares.
La arquitectura religiosa se expresa en las mezquitas, en donde la composición
espacial y la decoración caligráfica es un elemento de mucha relevancia. Así por
ejemplo la mezquita azul de Estambul, situada en Turquía, posee un conjunto de
bellos mosaicos azules que decoran sus paredes interiores, es una combinación
de elementos bizantinos con elementos de las mezquitas otomanas, en donde
los musulmanes de tradición sunita expresan su culto al Dios Allah.
Otro aspecto destacado de la arquitectura religiosa islámica son las madrazas, o
escuelas coránicas, pero que dentro de la cultura árabe hace referencia también
a las escuelas de corte secular; además de la arquitectura religiosa árabe se
destaca también su arquitectura civil, entre los que sobresalen la construcción
de grandes palacios y ciudades con un detonado estilo artístico árabe. El palacio
de Mexuar ubicado en la Alhambra de Granada, posee una decoración que se
distingue por los caracteres de arte mudéjar, un estilo artístico desarrollado en
la península ibérica que combina lo hispano con lo musulmán en una sola

creación
La cerámica sea de uso doméstico como de lujo, es una muestra admirable de la
cerámica de los abasíes. La cerámica selyúdica creó vasijas con vidriado
monocromo similar a los modelos chinos, mientras que la cerámica, sea de uso
doméstico andalusí o hispano-musulmana produjo formas elegantes de vasijas,
con vidriados, azulejos y uso de esmaltes. Los artistas musulmanes habían
utilizado las técnicas empleadas en Egipto e Irán para luego incorporar
elementos de sus propias técnicas.
Las artes decorativas constituyen también una contribución importante de los
árabes si del arte se trata; la técnica de los libros encuadernados en cuero es un
ejemplo de ello, pero también lo es la caligrafía y los tonos de colores que estos
llevan dentro de sí.

En la literatura se destaca el sagrado libro el Corán, así como textos medievales


que nos hablan sobre el medio Oriente, joyas literarias como Las mil y una
noches o Aladino. En la poesía árabe sobresale la famosa poeta del siglo VII
AlKhansa, quien escribió numerosas elegías por los muertos, entre ellas
conmovedoras historias en nombre de sus hermanos muertos en batalla;
además es considerada como la mejor poetisa de la literatura árabe.
Dentro de los aportes culturales sobresale el conocimiento científico expresado
en matemática, geometría, medicina, astronomía, lingüística, filosofía. En
matemática, Thabit Ibn Qurra, “hizo trabajos en trigonometría esférica, una
prueba de Teorema de Pitágoras, medidas de parábolas y paraboloides, y sobre
números amigos. Se considera el mejor geómetra del mundo islámico”
En la filosofía, el filósofo Averroes, nacido en Al-Ándalus en el año 1126, tradujo
las obras de Aristóteles. Plateó la diferenciación entre el conocimiento humano
y el conocimiento divino; argumentando que el primero pertenece al mundo de
las cosas sensibles, y que se conoce a través de los sentidos y de la imaginación,
mientras el segundo no depende de las cosas exteriores a la mente y que tiene
que ver con el conocimiento de la espiritualidad, es decir, Dios.
En medicina se destaca Al.razí, un sabio, médico y filósofo persa que hizo
fundamentales aportaciones a la medicina, química y física. En sus obras enseña
tratamientos para enfermedades como el sarampión, la viruela; revela
conocimientos para la inmunidad. Descubrió el asma alérgica y fue el primer
médico en escribir sobre la alergia y la inmunología. Dio inicio a la farmacología
Abu Ali Ibn Sina, conocido como Avicena, fue médico científico y filósofo
musulmán de origen persa; planteó la formulación de reglas de higiene, así
como la descripción de un cuadro clínico sobre la peste. Es de los principales
médicos de los tiempos, ya que realizó importantes descripciones sobre la
anatomía del ojo humano, los síntomas de la diabetes, e importantes
contribuciones en el plano de la cardiología y la bacteriología. Libros como: el
canon de la medicina y el libro de la Curación, fueron escritos por él. Los árabes
nos dejaron grandes descubrimientos en la Química, la Astronomía, la
Ingeniería, las Matemáticas y la Medicina, entre otras. Basta nombrar solo el
álgebra, los números arábigos y el uso del cero, para aquilatar la importancia de
su aporte a la humanidad.

Los árabes nos legaron grandes descubrimientos en la Química, la Astronomía,


la Ingeniería, las Matemáticas y la Medicina, entre otras. Basta nombrar solo el
álgebra, los números arábigos y el uso del cero, para aquilatar la importancia de
su aporte a la humanidad.
Por arte islámico se conoce el estilo artístico desarrollado en la cultura
generada por la religión islámica.
El arte islámico tiene una cierta unidad estilística, debido al desplazamiento de
los artistas, comerciantes, mecenas y obreros. El empleo de una escritura
común en todo el mundo islámico y el desarrollo de la caligrafía refuerzan esta
idea de unidad. Concedieron gran importancia a la geometría y a la decoración,
que podía ser de tres tipos:

 Caligrafía cúfica: mediante versículos del Corán.


 Lacería: mediante líneas entrelazadas formando estrellas o polígonos.
 Ataurique: mediante dibujos vegetales.
En arquitectura, crearon edificios con funciones específicas tales
como mezquitas y madrazas, siguiendo el mismo patrón básico, aunque con
diferentes formas. Prácticamente no hay arte de la escultura pero las
realizaciones de objetos de metal, marfil o cerámica alcanzan con frecuencia
una alta perfección técnica. Existe también una pintura y una iluminación en los
libros sagrados y profanos.
La era islámica, Hégira, comienza en el año 622, fecha en que Mahoma marcha
de La Meca a Medina huyendo de la intransigencia mostrada por su predicación.
A partir de esa fecha, junto a la fe religiosa, surgieron unas nuevas actitudes
sociales y políticas que, en menos de un siglo, se expandieron desde el golfo de
Bengala hasta el océano Atlántico.
El islam (‘paz, a través de la obediencia con amor a Dios’) tiene como base
espiritual (o metafísica) un libro sagrado, denominado el Corán, que recoge la
palabra de Allah (Dios), revelada de forma directa a Mahoma, el último
mensajero del islam, a lo largo de su vida, a través de pequeños versículos. La
comunicación del mensaje divino fue realizada en lengua árabe (debido a que,
en aquellos tiempos, el pueblo árabe era uno de los pueblos más nobles,
honestos y sinceros que había sobre la faz de la Tierra. No obstante, el mensaje
divino ya se había enviado a otros pueblos y en otras lenguas, con anterioridad
al pueblo árabe, como la Torá para el pueblo judío y la Biblia para el
pueblo cristiano), tras lo cual pasó a convertirse en el idioma oficial y en el
vehículo de unidad.
Además del Corán existe otra fuente primordial que se conoce con el nombre
de sunna (costumbre, hábito o manera), relacionada con la figura del profeta.
La sunna se configura a base de hadiz o conjunto de actos o dichos de
Muhammad, constituyendo una auténtica ciencia de la tradición.
Todo musulmán (muslim) tiene que realizar cinco manifestaciones o actos en las
que se recogen básicamente el contenido dogmático de la religión y sus
aspectos de culto o rito. Son los conocidos como pilares del islam: profesión
de fe, oración, limosna, ayuno y peregrinación a la Meca. Cada uno de ellos
tiene una especial incidencia en las expresiones artísticas. La profesión de fe
o sahada (No hay más Dios que Dios y Muhammad su profeta) explicita la no
existencia del concepto de encarnación del cristianismo e hinduismo, al mismo
tiempo que proclama que Muhammad es sólo el mensajero de Dios. Ello
comporta la primacía del mensaje sobre el mensajero, del mismo modo que es,
sin duda, la clave para el desarrollo que adquiere la escritura como motivo
decorativo -la epigrafía- dentro del arte islámico. Refleja, al mismo tiempo, la
tendencia anicónica latente en el islam desde los primeros momentos, si bien,
no por ello, la figuración dejó de contar con cierta presencia aunque en ámbitos
restringidos. Esta tendencia anicónica propiciará el gran desarrollo de motivos
geométricos y vegetales con un grado de abstracción cada vez mayor que, junto
a los epigráficos, definirán la ornamentación en el arte islámico.
La oración o salat es el precepto según el cual los musulmanes deben orar
regularmente cinco veces al día. Ello exige un estado de limpieza ritual o
abluciones, un espacio suficiente para prosternarse e inclinar la cabeza hasta el
suelo y una correcta orientación hacia La Meca. Consecuencia de estas
obligaciones es la existencia de un edificio, la mezquita (masyid o lugar para
prosternarse) con un muro qibla donde se halla el mihrab o nicho que señala la
correcta orientación a La Meca. Las mezquitas suelen contar con un patio (sahn)
en el que existe una fuente (mida) para las abluciones o limpieza corporal. Otros
elementos asociados son el minbar o especie de púlpito con gradas para
el jutba (sermón del viernes), la maqsura o acotamiento destinado a las
autoridades, el alminar (manara) desde cuya azotea el muecín llama a la oración
y también utilizan las alfombras de oración (sayyada) para mayor limpieza en el
desarrollo de la oración.
La obligación de dar limosna (zakat) produce en el terreno artístico la fundación
de instituciones de caridad como madrasas o escuelas teológicas donde se
enseña el Corán, maristan u hospitales, hamman o baños y fuentes públicas.
El ayuno (sawn) durante el mes de Ramadán, noveno del calendario lunar
islámico, tiene menor trascendencia artística aunque puede concretarse en
ciertos objetos realizados para las fiestas de ruptura del ayuno celebradas al
final del Ramadán.
El último precepto, la peregrinación a La Meca (hayy), al menos una vez en la
vida, permite el intercambio de ideas entre los países más alejados, la
producción de obras especiales como los paños que el califa envía anualmente
para cubrir La Kaaba o los certificados ornamentales de la peregrinación.
La religión, así pues, constituye el gran elemento unificador del amplio territorio
y el dilatado marco temporal -siglo VII hasta la actualidad- por el que se ha
expandido el islam. No obstante, este desarrollo espacio- temporal ha generado
una enorme variedad de manifestaciones artísticas. Lógicamente, las
condiciones geográficas - desde desiertos a zonas mesetarias o montañosas- así
como los factores históricos y los consiguientes sustratos de civilización
preexistentes en cada ámbito cultural han incidido de forma decisiva en las
expresiones artísticas, determinando su diferente evolución y sus distintas
peculiaridades. Sin embargo, estos condicionamientos y la asimilación de rasgos
de todas aquellas culturas con las que ha ido manteniendo contacto, no ha
llevado al arte islámico a convertirse en una mera repetición de formas y
elementos ajenos. Al contrario, mediante la selección de entre un vasto
repertorio y su utilización adecuada a su diferente función, ha logrado un arte
profundamente original.

Historia del arte islámico


Antes de las dinastías
Poco se sabe sobre la arquitectura antes de la dinastía Omeya. El primero y más
importante edificio islámico es, sin duda, la casa del Profeta en Medina. Esta
casa, más o menos mítica, fue el primer lugar donde los musulmanes se
reunieron para rezar, aunque la religión musulmana cree que la oración se
puede hacer en cualquier lugar.
La casa del Profeta tuvo una gran importancia para la arquitectura islámica,
puesto que establece el prototipo de la mezquita de diseño árabe, formada por
un patio con una sala de oración hipóstila. Este modelo, adaptado a la oración,
no nació de la nada, podría estar inspirado por el templo de Husa ( Yemen,
siglo II a. C. ) o por la sinagoga Dura Europos ( renovada en el año 245). 1
Construida con materiales perecederos (madera y barro), la casa del Profeta no
sobrevivió por mucho tiempo, pero está descrita con detalle en las fuentes
árabes.2 Actualmente, la Mezquita del Profeta se eleva en el lugar donde
supuestamente se encontraba la casa de Mahoma.
Los primeros objetos islámicos son muy difíciles de distinguir de los objetos de
épocas anteriores sasánidas y bizantinas, o ya omeyas. De hecho, el islam nació
en efecto, en las zonas donde el arte parece haber sido poco abundante, 3 pero
rodeadas de imperios notables por su producción artística. Es por ello que, en
los inicios del islam, los artistas islámicos usaron las mismas técnicas y los
mismos motivos que sus vecinos. 4 Se conoce, especialmente, una abundante
producción de cerámica sin brillo, como lo demuestra un célebre tazón que se
conserva en el Museo del Louvre, cuya inscripción nos asegura que su
fabricación se remonta a la época islámica. El tazón proviene de uno de los
pocos lugares arqueológicos que realiza un seguimiento de la transición entre el
mundo preislámico y el islam: El de Susa en Irán.

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