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La Facultad de Filosofía y Letras y el futuro Instituto de Investigación de

Patrimonio y Humanidades
La Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Zaragoza (junto con la de Ciencias) tiene
sus orígenes en la Edad Media; desde 1335 funcionaba ya un Estudio de Zaragoza que contaba
con enseñanzas filosóficas, teológicas y las basadas en el sistema romano del Trivium
(Gramática, Retórica y Dialéctica) y Quadrivium (Aritmética, Geometría, Música y Astronomía).
Este estudio alcanzó la categoría de Estudio General de Artes en 1474 y sus enseñanzas fueron
la base de los estudios universitarios, que luego se diferenciaron por facultades. En 1542, por
un privilegio imperial otorgado por Carlos V, se crea lo que hoy denominamos Universidad de
Zaragoza, incluyendo la Facultad de Artes –el primer nombre de la actual Facultad–, aunque no
llegó a funcionar plenamente hasta 1583. A partir de la Ley Moyano (Ley de Instrucción
Pública, de 9 de septiembre de 1857) aparece la denominación actual de FACULTAD DE
FILOSOFÍA Y LETRAS. Desde entonces este Centro ha venido impartiendo enseñanzas
relacionadas con el ámbito de las humanidades, adaptándose a los sucesivos cambios de la
legislación universitaria y a los diversos estatutos que ha tenido la Universidad de Zaragoza.

La denominación, que no la existencia, cambió según se ha podido apreciar, llegando a


concretarse hasta el color simbólico de la Facultad, que pasó a ser azul celeste a tenor del
Reglamento de las Universidades del Reino de 1859. Luego, a principios del siglo XX, dentro de
la Facultad se crearon las secciones de Estudios Filosóficos, Estudios Literarios y Estudios
Históricos. Además, se diseñó el emblema propio del centro con formato de sello que se
empezó a utilizar el día 8 de diciembre de 1906: unos libros, símbolo de veneración por el
conocimiento en general (concretándolos en los Anales de Jerónimo Zurita) y una corona con
un cetro, como símbolos de autoridad en el saber a la par que dedicación al estudio de la
Historia en todas sus vertientes.

La Facultad inició una nueva andadura con el Plan de 1931, empezando a crear las licenciaturas
en Filología Clásica, Historia Antigua, Historia Medieval, Historia Moderna y el Certificado de
Archivero‐Bibliotecario y Arqueólogo, que comenzaron a impartirse en el Curso 1933‐1934 (el
examen de ingreso se había realizado en el curso anterior).

La nueva Ordenación de la Universidad Española (1943) y los decretos subsiguientes (1944),


dieron como resultado la existencia de las siguientes secciones dentro de la Facultad: Filología
Clásica, Filología Hispánica, Filología Inglesa, Filología Románica (Francés), Geografía (propia, y
con una especialidad de Geografía e Historia), Geografía e Historia, Historia e Historia del Arte,
incorporándose posteriormente la Diplomatura en Biblioteconomía y Documentación.

En suma, estamos hablando de diez grados en nuestra Facultad de Filosofía y Letras a los que
se unen catorce másteres y dos estudios propios, derivando en un conglomerado importante
de 26 titulaciones de las que el centro es responsable.

La complejidad de la estructura docente de nuestra Facultad la sitúa entre las de mayores


dimensiones de la Universidad de Zaragoza y, en general, de las más grandes en su género
dentro del sistema universitario español, para atender la organización de todo ese amplio
entramado de planes de estudio el centro está dividido actualmente en once departamentos
como por ejemplo Geografía y Ordenación del Territorio, Historia del Arte, Historia Medieval,
Ciencias y Técnicas Historiográficas y Estudios Árabes e Islámicos, Historia Moderna y
Contemporánea.
Sin embargo, esta estructura departamental llegará en parte a su fin este mismo año 2019,
puesto que el nuevo equipo rectoral ha puesto en marcha desde una reforma global para
adelgazar la cifra de 56 departamentos existentes ahora en toda la universidad. El objetivo
sería reducir a menos de la mitad. Vamos a caminar, pues, hacia un modelo organizativo más
eficaz que ya está presente en muchas universidades del mundo. Como puede observarse, el
año 2019 está repleto de cambios organizativos en nuestro ámbito universitario específico, de
modo que posiblemente el próximo curso vea ya la creación del nuevo Departamento de
Historia y del nuevo Instituto de Investigación, a la vez que comienzan las obras de
rehabilitación integral del edificio, con lo que todo ello marcará en muchos sentidos un antes y
un después en nuestras vidas académicas.

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