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124 Juanpa Sasiaín

Mi tortuga Casiopea

Quiero contarte que a veces le hablo a los animales. Hoy


te voy a hablar sobre Casiopea y los animales de poder. Sí,
así como Harry Potter le habla a la serpiente en su película,
como mi abuela Delia le hablaba a sus plantas. Hoy quiero
presentarte a Casiopea, una tortuga de madera que me traje
de Bahía, Brasil.
Una vez estaba caminando por Machu Pichu con mi
maestro chamán Nicolás Pauccar y él me contó:
- Tengo varios animales de poder y a cada uno le
asigno una misión. Así que tengo varios animales sagrados
trabajando para mí. ¿Qué tal?
Me pareció la expresión de un Dios con varios Dioses
trabajando para él, la expresión de un empresario hablando
de sus empleados, un rey y su ejército de guerreros.
- ¿Qué estás esperando para reclutar a tu ejército de
animales de poder? Solo te piden una cosa a cambio: fé.
Mientras grabo esto lo escucho a Oso que llora en la
casa. Estuvo un rato encerrado mientras Guací y Yanina Paula
caminaban hacia la escuela. Ahora lo voy a soltar. Cantan los
pájaros, los teros, es un lugar hermoso donde vivimos: Nono,
Traslasierra.

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Ya lo solté, bajó corriendo las escaleras. Salió de la casa
contento. Ahora seguramente esté en la tranquera, olfateando
a lo lejos y pregutándose:
- ¿A dónde está Guací?
Sigo con mis animales de poder.
Hoy en mi cuaderno dibujé una tortuga, un colibrí,
una yarará, un flamenco y un escorpión. Ya es tiempo de
que elijas tu animal de poder, tus animales de poder. Creo
que se los va buscando de a uno, con el corazón. Te sugiero
para encontrar tu animal de poder que te sientes a meditar,
cierres los ojos, respires lento, cuentes del diez al uno, relajes
tu cuerpo desde la tapa de la cabeza como si te hicieran un
masaje, y que esa relajación vaya bajando por todo tu cuerpo,
pasando por tus siete chakras, pasando desde la tapa de tu
cabeza, por el tercer ojo, por la garganta, por el pecho, por
arriba del ombligo, por abajo del ombligo, hasta tu sexo,
hasta la Tierra, y le preguntes a tu ser superior:
- ¿Cuál es mi animal de poder?
Sin apuro, dejá que la imagen de ese animal aparezca.
Investigalo, mirá fotos, videos, dibujalo, conseguí un objeto
con la forma de ese animal. Si vivís en un lugar silvestre
¡andá a visitarlo! Y si no, bien vale un viaje.
Hacele un regalo a tu animal de poder. Podés hacer un
pozo en la tierra, poner una foto de ese animal, o un dibujo
hecho por vos, y regalarle algo que le guste, un poco de miel,

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chocolate, un brillo, unos espejitos, tapar ese pozo, hablarle
y decirle:
- Animal de poder, te regalo este alimento, esta miel
que te gusta tanto.
Uno empieza a trabajar como mercader en ese caso.
Darle algo al animal de poder y pedirle algo a cambio.
Negociar con él.
- Tortuga, cuando me cumplas mi deseo, te voy a dar
una gran cucharada de miel.
Por ejemplo le encargo a la tortuga que le dé brillo a la
tarea de escribir este libro. Le hago unas caricias y le digo:
- Tortuga, yo te hago unas caricias en el lomo y vos
ayudame. Dale brillo a mi libro. Que me haga bien. Que le
haga bien a mis lectores. Que venda muchas copias. Que nos
traiga abundancia, riqueza, comunique hermosas ideas, y
que irradie bienestar.
Así se trabaja con los animales de poder. Es una forma
al menos, te sugiero que descubras, recuerdes o inventes tus
propias formas.
Podés escribir afirmaciones en presente, abajo del
dibujo, como si el deseo ya estuviera realizado. Yo escribí
debajo de la tortuga:
- Corro con fuerzas hacia el hoy. Esta primavera escribo
mi primer libro: “El mago que dejó de hacer trucos”, con
ilustraciones de Yanina Paula y mías. Vendemos muchísimas

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copias, le damos brillo a la vida de nuestras lectoras y lectores.
El otro día después de hacer el amor me puse a dibujar
y apareció un colibrí fecundando a una rosa.
- Nuestro amor con Yanina Paula evoluciona de una
forma hermosa.
Dibujé una Yarará. Los animales de poder se usan
también para proteger los hogares. Tengo una gran piedra
de cuarzo que un día encontré caminando, vi en ella la
cabeza de una Yarará, la puse en Pléyades mirando hacia la
tranquera. Le voy poniendo piedritas de cuarzo para crear
todo su cuerpo y la saludo. La toco y le digo:
- Yarará, protegé mi casa, protegé a mi familia de
corazón. Dale brillo y amor.
Dibujé un flamenco. Vengo invocando que los flamencos
limpien mi vida y mi cine. Le escribí:
- Limpien con amor mi arte y negocio del cine.
Dibujé un escorpión, animal que visualicé hace poco y
todavía no sé qué representa para mí, ni qué tarea asignarle.
Cuando termine este capítulo le voy a preguntar y otorgarle
una misión.
Repito aquí la importancia de la pintura mágica.
Animate, pintá o dibujá ahora mismo a tus animales poder,
asignales tareas, pediles deseos. El libro puede esperar.
Recordá que tus animales de poder sos vos. En realidad
es una forma de hablarle a tu inconsciente, a tu ser superior,

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tu ser mágico, a tu alma. Hasta le podés decir a la tortuga:
- Tortuga, vos sos yo, y yo soy vos. Yo soy la tortuga.
Lo mismo se puede hacer con objetos de poder, con
plantas sagradas, con símbolos, con elementos de la Tierra:
agua, fuego, aire, tierra. Ya es hora de que le hables al viento.
Me gusta pintar y encontrar mis propios símbolos:
barco vikingo, palmera, faro… Te invito a descubrir tus
propios símbolos. A Yanina Paula le gusta pintar flores,
lunas, espirales, sirenas, mujeres, formas abstractas…
Cuando veo sus ropas pintadas y veo a sus clientas acercarse
al puesto, probarse una ropa, noto que no compran la
pintura, ni el vestido, compran una esencia, una energía, una
idea. Compran belleza, alegría, felicidad, poder, abundancia,
amor. Le conté este capítulo a Yanina Paula y me preguntó:
- ¿Vos cómo encontraste tu animal de poder?
- Fue en un sueño. No sabía que se le podía hablar al
sueño, pedirle cosas, visión, sanación, sabiduría, descanso.
Fue en el retiro de Tandil, con Nicolás Pauccar, Pablo
Almazán y Juan Antonio Reig. Le pregunté a Juan Antonio:
- ¿Hay algún ritual que hagas al irte a dormir?
- Sí, le hablo al sueño. Le pido cosas. Te propongo que
te acuestes hoy a la noche y le preguntes al sueño cuál es tu
animal de poder.
- Así lo hice.

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