Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
2 3
Madre Nuestra
que estás en la Selva
4
Madre Nuestra
que estás en la Selva
Madre nuestra que estás en la Selva
© Ramón Torres Galarza.
8 9
Se parte de todas las vidas;
así adquieres el poder y la conciencia
de la selva.
11
Tomo lentamente en mate
este sagrado brebaje;
es amargo
y unos ratos tiene de dulce y de sal.
Al pasar la noche al fuego
con un cuento y con el canto
obtiene el poder supremo
para alterar a mi ser:
a los dedos de los pies
les van creciendo raíces,
a mis brazos un par de alas.
¿De pronto soy
humano alado en la Tierra?
Del fogón del Taita Juan
sale una gran llama azul
que no me quema, me habita,
se queda en el corazón,
produce fuego y no sangre.
Y luego, del mismo lugar
comienza a fluir un río
que, en vez de apagar mi llama,
termina juntándonos.
Levanto los ojos al cielo
y lanzo una estrella fugaz.
12 13
Adquiere en la quietud de tu calma el
conocimiento y el poder del movimiento.
15
Cabeza y cola
se miran y juntan
en mismo tiempo y lugar.
Giran en espiral:
nunca llegan,
se mueven,
siempre se van a volver,
no saben del camino,
pero si del caminar.
Viajan solas,
transitan,
más les importa el viaje
que a dónde saber llegar.
Son serpientes enroscadas
azules, verdes, amarillas.
Sueño y aprendo con ellas:
son terribles y maravillosas;
su forma de ver y pensar
siempre las lleva
al mismo espacio y lugar;
mas su cuerpo y su sentir,
las conduce a otro estar.
16 17
Eres hijo de la luna: puedes iluminar y
oscurecer; que eso jamás dependa de ti,
sino de la necesidad que tienen los otros.
19
Acabó la ceremonia
y de pronto apareció
bella, grande, iluminada.
la luna lunera, la cascabelera
de extraña forma llegaba
acompañada, integrada.
No era luna, sino un gran ojo
que me comenzó a mirar;
en un abrir y cerrar
echó sus rayos y truenos
y con sólo un parpadeo
un aguacero de peces, cayó.
El viejo Juan dijo entonces:
se vino ya la subienda
y la cosecha llegó.
Todo el pueblo se fue cantando
pa el río;
la fiesta y la comida duró
mucho muchísimo tiempo
hasta el día en que los niños
fueron más grandes y humanos.
20 21
Puedes ver, sentir y pensar con los ojos
si eres capaz de mirar y honrar la vida.
23
El secreto está en sus ojos:
tiene la calma del sabio
y el silencio de una flor;
guarda quietud en asombro
y pasa su estar erguido,
todo el tiempo puede ver
sin jamás cerrar sus ojos
solo así, puede mirar;
para andar en el camino
intento imitar su estado
y veo sin poder mirar
aunque estoy quieto me muevo
y siempre produzco ruido.
oiga mi pana don búho
enseñe su saber: por qué
se puede honrar a la vida
cuando se la mira
con los ojos bien abiertos
y siempre con mucha altura.
24 25
Los dioses con su poder moldearon
a tu profundo ser:
eres humano capaz de sentir y de dar.
27
Bordear el círculo del tiempo
tocar el vértice del triángulo
saltar por los lados del rectángulo
y resbalar por el hexágono
hasta lo más profundo del pozo
nadar por el ojo de agua,
hacia donde está el obscuro.
Más de pronto se aparece
una fuerte e intensa luz:
tiene todos los colores
que pintan la cueva y el pozo
vuelan pájaros sin ojos,
de esos que se llaman tayos.
Sus sonidos me enloquecen,
cansado, me quedo dormido.
Despierto dentro de un templo
y veo a humanoides extraños
que con sus cabezas cuadradas
adoran a unos dioses
que tienen formas geométricas.
28 29
Con tu risa y con el goce invitas a los dioses
para que vengan a jugar entre humanos.
31
Camino en la selva
y veo a un mono serio
que desde un árbol me llama.
Me lo acerco lentamente,
no se asusta, ni se corre:
muy quieto fijamente me mira
siento una extraña empatía,.
Asombrado,
voy a sentarme a su lado;
se acerca, toma mi mano,
acaricia mi cabeza
y comienza a contar
el mismo cuento
que mi abuelo me contó
siendo sólo un niño yo.
32 33
Cierra tus ojos y abre tus sentidos.
35
Agua sonora corre en el río;
insectos que vuelan y suenan;
hormigas que en su paso dejan huella;
tambores de latir sonoro
se escuchan en la orilla;
hojas y ramas crujientes
que acarician mi camino;
una cascada infinita que baña
al viejo guerrero,
risa de niños que juegan
con el sol como pelota;
humo oloroso y sabroso
sale de la maloca;
flauta de hueso de cóndor
suena y convoca a nuestros dioses.
Ellos llegan, prenden fuego
y decretan que en la selva
gobiernen sólo
el silencio y el juego.
36 37
Al cantar y bailar conserva la memoria sonora
y sinuosa del río.
39
En una de las orillas
de la cascada de plata
dormido reposa el poder
del gran señor de la selva.
Tuvo el sueño, o pesadilla,
de que siendo humanos aún
no podemos ser
parte de su total armonía.
Invoca el misterio entonces
de tocar y transformar.
Con su largo dedo
trasmite
toda su fuerza y razón
que me habita.
Con su magia ahora soy
nueva planta o gran semilla,
simple hoja que cae del tallo
florece y se marchita,
así vivo en esta maravilla
de tener savia y no sangre
cuando vuelvo a ser especie.
40 41
Asume que tu fuerza está en la corriente
y en el sentido del cauce.
43
Para llegar al arazá
dice el consejo de Juana
que el asunto no está en buscarlo
sino que él, si quiere, te encuentra;
y que siempre ya maduro
saludes al chontaduro
que comparte su secreto
de guardar siempre energía.
Y si buscas el amor
vamos hasta donde está
la comadre pitahaya,
ella tiene el saber
de la dulzura infinita
y con doña cocona bailona
bailan todos al compás,
con el joven borojó
su amorío enciende tonos
de olor, color y sabor:
así la selva comparte
su amor y todos sus frutos
44 45
Nada sucede ajeno al cauce.
47
Para escuchar mi memoria
reposo solo, en silencio,
respiro, inhalo y exhalo;
oigo mi llanto de niño,
los susurros de mamá
que canta contando cuentos
para antes de dormir soñar;
la ronca voz de mi padre
que me enseña los principios
para ser eterno aprendiz.
Así guardo instantes llenos
hechos de miel y de abrazos,
con ellos cubro mi piel
de memoria y de ternura,
los requiero en mal momento;
en que estoy quieto, solo y sin rumbo,
invoco en presente entonces,
desde esta tupida selva
a la planta que me dice:
tu camino no empezó
del atrás hacia adelante,
al contrario, se inició
en el momento en que tú
decidiste caminarlo.
48 49
Escucha en silencio el canto de la tierra:
para ser parte de su infinita luz
que fecunda en calma la semilla.
51
Conocer la sabia constancia
de la laboriosa hormiga;
la paciencia de la oruga
cuando llega a ser más bella;
la precisión del agua en gota
que germina la semilla;
la humildad de la azul mariposa
que confunde su color
con el verde de la selva;
la maravilla del maíz
que en su mazorca encantado
se multiplica y reparte
en perfecta relación
entre la hoja, el tallo y el fruto;
y en medio de todo ello,
la arrogancia absurda del hombre
que domina y extermina
esta perfecta armonía.
52 53
Encuentra en ti la fuerza que aporta al destino
de la corriente.
55
El agua tiene memoria
que fluye eterna y constante
para llevar siempre vida:
es savia y sangre a la vez.
En su remanso hay romance
entre la calma y el goce.
Nos trae siempre alimento,
fecunda, irriga, nos nutre,
quita la sed y el calor,
nos transporta y moviliza,
brota del cuerpo y los ojos,
es de llanto y de sudor,
saliva que cura los males
del cuerpo o del corazón.
Soy del agua que me habita
en todo mi humano ser,
así puedo ser solo gota
o también corriente ser.
Hoy me convierto en ser vivo
hecho todo por el agua
o, más bien, yo soy raíz,
que brotó de tierra y fuego;
así se amansó al guerrero
para que aprenda del agua.
56 57
Es el tiempo primordial en que hay que hablar
lo esencial desde el silencio.
59
Límite del tiempo
que se bifurca
en dos distintos caminos;
pasos de incierto sentido
que temen el extravío;
latidos del pensamiento
para encontrar la memoria
en el camino.
Intento seguir las huellas
que nos dejó la anaconda,
las pisadas del tapir
y de la danta sus marcas;
cae de pronto la lluvia
y borra todas las huellas;
me quedo desorientado,
hasta que mamá luna aparece
y llena el cielo de estrellas;
entre ellas, dos se juntan
para señalar el rumbo
con que camino en la tierra,
y me otorgan el gran don
de la energía , la fuerza
y el poder de lo diverso
que me lleva al universo.
60 61
Deja que la energía fluya e influya
para no ser sólo el cazador o su presa.
63
Silencio: apaga este ruido
que enloquece mis sentidos;
quiero escuchar a mi calma
cuando habla en su propia voz
y quiero poder disfrutar
de mi estar en su quietud;
por eso te pido el favor
de callar y escuchar un rato
a lo otro que está a tu lado;
tiene cosas que decir.
Así de sus palabras entiendes
su pensar y su sentir,
así la amena conversa
va surgiendo de los dos,
ya no de uno, que es ninguno
sino del hablar en común sentido.
Así es cómo las palabras
se van tejiendo entre nos,
van juntando las visiones
para ser comunidad,
choza, comida y fogón.
64 65
Puedes ser parte de la luz y de la sombra:
en la vida llega el momento en que una de las
dos te ayuda para crecer y crear.
67
En un momento no sé
si de sueño o realidad,
hoy me encamino a buscar
a una ciudad perdida en la entraña de la selva.
Dice la Juana Yekuana que debo seguir el camino
de esas hormigas que llevan
gotas de agua en su cabeza,
que se van y vuelven del río
hasta que logran llenar
el lago azul que reposa
en medio de esa ciudad;
y que debo recoger
motas del algodón de la selva
que salen de la Mamá Ceiba
y con ellas prender el fuego
con que acompañar mis noches.
Ahora, tengo que encontrar
al árbol de la Majagua,
él, de su piel sacará
la cuerda que enguascará
de la cabeza al murciélago;
él volando llegará,
a la ciudad que se encuentra
justo donde está el límite,
entre el tiempo y el lugar.
68 69
Escucha en tu interior y en lo que viene de
afuera a todas las voces con que te habla la
vida.
71
Dice el gran saber Pemón
que la vida comenzó en la selva
cuando inmensas piedras chocaron
y que luego de eso nacieron
los árboles de la vida.
Son nuestros grandes tepuyes,
que son macizos gigantes;
en su interior les habitan solo extrañas criaturas
unas que son terrestres y otras intraterrestres;
viven ocultas en cavernas obscuras, profundas,
inexpugnables;
vuelan entre galerías y columnas ojivales;
son insectos luminosos y también seres alados;
se pasan midiendo al tiempo con sus relojes de
arena;
se formaron de partículas que trajo el polvo de
estrellas
hace miles de millones de años;
son cavernas, cuevas y grietas adornadas por
cuarcita.
Son todas formas de vida que existen en
complemento;
al mirarlas, yo, extasiado me pregunto:
cuánto tiempo más tomará
el comprender el porqué
la vida no empezó,
cuando al humano creó.
72 73
El tiempo y el lugar para estar
casi nunca dependen del ser.
75
Al llegar a la cascada
nos dice nuestro viejo guía Juan
que el agua nos llevará,
si podemos estar quietitos, y luego bajar quedito,
con la fuerza del torrente
hasta llegar bien abajo, hasta una profunda
caverna,
que está toda iluminada por una extraña energía;
no es de color amarillo sino de un verde magenta
y llegamos a un lugar nunca antes visto en la
tierra;
penetramos en un ambiente donde gobierna el
silencio;
al caminar descubrimos que en el piso y en las
paredes existen
las más raras estructuras que tienen todas las
formas, de tamaño y de color;
unas que; al estar colgadas, se parecen a racimos
y otras cual champiñón, crecen bajo los aleros;
al parecer se crearon cuando cayeron
miles de meteoritos externos, creando campos de
fuerza,
éstos en su interior modelaron a los elementos
minerales inertes;
tienen lóbulos colgados y las más diversas
texturas;
76 77
nacieron en lo más obscuro, sin jamás mirar al sol Lo esencial se puede mirar y sobre todo
son insólitas estructuras pétreas, cristalinas y entender cuando activas tus sentidos.
ovaladas,
tienen geometría fractal variable y algunas
emiten luz, Shunkupimi ima rukuypak munay tyan
cuando las tocas , se mueven , se transforman y
se cambian de color,
son piedras mutantes y vivas, Suma lurawis uñjasiwa, ukhamas, taqui
aquellas que edificaron, ist’añapampi, unch’ukiñamampi aruskipt’
al más viejo templo del tiempo. asirakim.
79
Para conocer a la lluvia
te propongo que recojas
unas gotas en tu mano,
las sentirás correr libres
para ir a encontrar
al tornasol de colores
que el sol les regaló;
las verás que iluminadas
hechas todas de energía
logran caer de tu mano
y fluyendo desde ti,
van hacia el justo lugar
donde la semilla llama.
80 81
Tu forma de vida en la tierra es sólo la parte
que la define el todo, es aquel infinito que hace
que ella pueda existir para siempre.
83
El sol gobierna mis sentidos,
veo flores que tienen ojos,
pájaros que hablan,
semillas que bailan
para fecundar frutas gigantes,
hombres que trabajan la tierra
contándole cuentos
y mujeres que le cantan al río
para que les ayude a lavar bien la ropa;
entonces sucede lo inesperado,
se apaga el sol y lo cubre la luna,
“es que se están amando”
dice nuestro amigo Juan
y lo hacen muy rara vez;
al cabo de mucho tiempo,
nos recuerdan, de este modo,
que nacimos del complemento
entre lo humano y sagrado.
84 85
Practica el credo de amor por todas las formas
de vida.
87
Tronco violentado y quebrado,
mano y hacha destinadas
para cortar a la vida;
mas su propósito es vano,
porque aparece la lluvia,
logrando del viejo tronco
ramas con hojas nuevas
que curan viejas heridas;
anteayer se las dejaron
los hombres por la madera
sin saber que lo que quiere
el árbol es bosque
para que exista la vida.
88 89
El poder y la astucia del cazador dependen
de cuánto conoce y respeta a su presa,
al descubrir que su fuerza está siempre
en el otro.
91
Los efectos de la pócima
hacen que de mi boca salgan
extraños gruñidos y ruidos
los siento venir de adentro.
No son voces,
son sonidos
de la memoria del cuerpo,
fluyen y transitan sin rumbo
en busca de una salida;
se articulan como claves,
con que canto como pájaro
y otros que en su sonar
tienen la voz de serpiente.
Vienen hacia a mí
las voces de la memoria
y me conceden el don
para comunicarme con todos
quienes convivo.
Así aprendo los sentidos,
las formas y contenidos
de las lenguas de la selva.
92 93
Logra existir en cada partícula si quieres
ser átomo, porque solamente a partir de ser
pequeño puedes llegar a ser grande.
95
Al salir del gran sendero
me espera quieto en la choza
el viejo sabio chamán,
no me habla, sólo observa,
con su mirada pregunta
si sólo pude ver con los ojos,
o sólo toqué con las manos
y si solamente hablé
o escuché con mis oídos.
Al mirarme fijamente
me indaga por el jaguar,
si asomó en algún momento,
si fuimos juntos al río,
y si allí se quedó conmigo;
quiere saber cómo es qué
ya no sólo parezco un humano
y cómo así es que ahora
tengo la piel amarilla
con manchas redondas y obscuras
y ahora, en vez de mis dientes,
tengo en mi boca colmillos.
96 97
La fuerza del gran guerrero no está en su
cuerpo o en sus armas, se encuentra bien
adentro: su fuerza está en su cabeza y en el
lugar más profundo de su corazón.
99
Estas noches junto al fuego,
intento comprender su ser,
y me pregunto por qué
se alimenta del desecho
de lo que los otros dejan.
Camina sobre las huellas
marcadas por otros,
el ritmo de su paso
no lo determina la prisa,
sino la distancia que separa
al que se encuentra al final.
Siempre llega después
del primero.
Al mirar pregunta siempre
si nosotros pudimos ver;
no ama sin compartir,
nunca recibe sin dar;
así en su camino avanza
cuando sabe comprender
que su fuerza está en el otro.
100 101
Escucha hablar al silencio, en sus sonidos y
sentidos es que se encuentra el equilibrio.
103
Me dice la Mamá Juana
que hace muchos años un día,
de pronto se abrió y cerró
justo en la laguna del medio,
un inmenso y negro ojo,
que hizo guiños a la luna;
cuando ésta estuvo llena,
se produjo entonces
un nuevo e intenso romance,
con su efecto desató
la salvaje seducción;
en medio de un gran alboroto
entre pasiones y encuentros,
de ellos surgieron las formas
con que se aman las especies.
Al juntarse dos de ellas
nació un fruto de la selva:
el poderoso guerrero,
que es el hijo de la luna.
104 105
En la realidad están tus sueños,
depende de que no te quedes dormido,
si pretendes alcanzarlos.
107
Qué me enseña el silencio
le pregunto al Taita Juan,
éste no me responde,
se levanta y selecciona
varias ramas secas de troncos
y hojas de plantas de olores,
prende una lumbre y la hoguera
y comienzo a escuchar
los más extraños sonidos;
cuando se queman las hojas,
mis sentidos se agudizan,
cuando percibo el almizcle de la selva
viene hasta mí la calma,
cuando huelo la canela,
el ishpingo reactiva
mi poderosa energía,
entonces el viejo dice:
del sonido viene el sentido
y en el silencio nos florece
la palabra.
108 109
La belleza muchas veces se encuentra en lo
oscuro, en el margen, en el silencio que, ajeno al
ruido, compone la más hermosa armonía.
111
Le pregunto al Taita Juan
qué se aprende de los sueños,
me pide guardar un profundo silencio
e intente recordar el día en que yo nací
y quiénes acompañaron el parto;
luego me dice que ahora
evoque, la sonrisa de mi madre
y el asombro de mi padre.
A pesar de mis intentos
tampoco esta vez lo consigo,
entonces, el viejo prepara
un hervido con las hierbas de la selva,
me tomó y me quedo
profundamente dormido.
Al despertar me pregunta,
si puedo ya recordar mis sueños;
viene a mí de inmediato
el don de la vieja memoria,
justo en ese momento,
veo entrar por la puerta de la choza
a mi padre con mi madre
convocados a tomar
la guayusa mañanera
con su hijo y su compadre.
112 113
El saber nace del querer y el poder, de lo que
podemos ser y hacer en común.
115
Vuelvo a preguntar al Taita
sobre el misterio de la vida y el indescifrable amor,
en silencio, sonríe, me abraza
y me lleva a caminar, hasta llegar al lugar
donde se juntan las aguas,
que bañan al gran río-mar.
Me dice que debo estar quieto en la orilla y
permanecer callado
y que primero comience por aprender a mirar.
Veo entonces nacer, en medio
de la calma quieta del agua,
a la más grande y bella flor;
brota siempre en el margen
de las aguas mansas y claras,
es perenne de agua dulce,
tiene pétalos con raros colores,
unos que son de púrpura -violáceo y otros,
sépalos marrones que están cubiertos de espinas;
nace solitaria en la superficie del agua,
sus hojas son grandes, flotantes, circulares,
son de color verde intenso y están
siempre abiertas al sol.
La bella flor se desnuda
expone hacia afuera su sexo, con un pecíolo
flexible- espinoso.
En su estructura contiene varios canales internos,
116 117
con robustas y prominentes nervaduras; con pétalos fuertes y duros;
por ellas circula el aire cambia del rosado al rojo
que le permite a más de respirar, flotar. cuando su calor se enciende,
En su milagro de un día, en ese momento ella se puede;
cambia de sexo y color; tanto abrir como cerrar.
la primera noche, es hembra, Al terminar este encuentro
posee el blanco color de la nieve entre el encierro y el goce,
y un intenso olor, del dulce del ananá; libera al fin al recluso escarabajo,
con ellos atrae y seduce al ingenuo escarabajo, quien al salir deberá seguir
quien llegó con su cuerpo untado, fecundando a otras flores.
con el elixir del polem de la otra flor que él amó. Concluye así el ciclo de vida
Luego de esta ceremonia, de esta maravilla en flor,
él se introduce afanoso produjo hojas, flores y frutos,
hasta lo más profundo del tallo plantó raíces en la tierra y sus flores en el agua,
donde se encuentra el corazón de la flor, nació, amó y murió en dos días.
Junto a él están sus frutos Cuando llegaron los blancos
carnosos y bien olorosos, para profanar el templo
pasa toda la noche excitado; la malbautizaron Victoria,
succionando todo el néctar con nombre de reina ajena;
queda loco, embriagado, extasiado, cuando nuestros pueblos de selva nacieron,
mas cuando intenta salir le pusieron nombres propios:
comprueba que está atrapado Abatiyú, Irupé o Iguapé.
por la flor que lo encerró; uno de sus mitos nos dice
ahora espera para ver, que cayó una estrella del cielo
al siguiente día, ella. para vivir en el agua.
Se transforma en macho
119
Escucha y aprende de todo aquello que no te
pretende enseñar.
121
Hoy le pregunto al chamán
si en la selva existen leyes y jueces.
Se levanta y atiza el fuego de la choza
luego saca de un baúl mucho más viejo que él,
un tejido milenario que contiene mil secretos
urdidos entre las formas y los colores del tiempo,
Es el bordado que integra la wipala y la chacana.
Cuando lo extiende en el piso
con suave soplo levanta
polvo de tierra y de estrellas;
Entonces con su ronco hablar pausado,
entre canto y palabra dice:
“los códigos de la chakana contienen
nuestra primera ley que define
que, entre semejantes y diferentes somos
complemento en equilibrio;
que entre trasparencia y plenitud,
la vida transcurre libre;
y que al fluir de manera natural
somos el uno en el todo;
tenemos en una parte energía
y la otra que es de materia.
La diversa dualidad nos determina que somos
masculino y femenino;
somos cielo y también tierra,
somos el blanco y el obscuro;
para amanecer así, en cualquier día o de noche.”
122 123
de este modo la chakana teje a otras dimensiones. Ten presente siempre que me voy para volver.
Entre pares que se oponen y se complementan,
ella, al mismo tiempo es la cruz ,
una esfera o un puente, Tikramunkapak rini chayta yuyaryanki.
es el medio que nos lleva, hacia todo el universo.
Entonces, el viejo toma una pausa,
para respirar y hablar: Amtasipinitawa, nayaxa sarxtwa ukatsti
“la wiphala en su diseño codifica al arcoíris, kutipiniraktwa.
junta a esos colores y también a sus matices
con que transita la vida,
cuando se prende o se apaga; Umaimu adennu dak enepütükö monoperö;
al unirse las dos formas generan la energía en sörowarö utö yuurö, tüse uyenapase iiyarön
complemento;
da’tai.
la unidad diversa integrada”.
Ahora con su dedo largo el viejo señala
algo que brilla en el centro de la manta,
es un enegrama o estrella de nueve puntas;
en aymara le dicen llatunka,
pues con sus puntas apunta
al punto del equilibrio exacto
entre la comunidad, la madre tierra y el cosmos.
Este código o ley define,
la existencia del qhusqha pacha
donde todo está en su lugar,
en el eterno retorno
del tiempo que está por venir.
125
En la víspera de mi último día en la choza,
el viejo convocó a otros seres de luz y
conocimiento,
a la comadre doña Juana ,
a su hermano más grande el Jaguar
y a la sagrada planta de ayahuasca.
Entonces, invocando la energía de los dioses y
los espíritus del aire, del agua,
del fuego y de la tierra
comenzó la ceremonia y pidió que en todas las
voces hable el sentido del tiempo.
Cada uno de los presentes
puso en el habla en común,
los principios esenciales del vivir en plenitud:
para volver a ser lo que fuimos,
hay que ser, sentir y dar;
hay que saber escuchar
a todo lo que no sabe hablar,
a todo aquello que puede sentir sin decir.
Así nuestra prioridad es la vida de todas las vidas,
para caminar y volar juntos en esta tierra sin mal.
Al respetar a todo y a todos,
somos el común sentido,
que, al buscar la armonía, encuentra el equilibrio.
La Juana Yekuana con canto y tambor nos dijo:
nuestra prioridad es la vida de todas las vidas,
126 127
nuestros cuerpos se conectan que es nuestra forma de conversar con los dioses.
con la tierra y las estrellas Por eso, nuestros sitios sagrados
y nuestros pensamientos están en cualquier lugar
son parte del sentimiento; donde la vida nace en la tierra
en las arrugas de las manos en conexión con los astros,
y en las caras de los viejos, todas nuestras energías nos van a servir
se nos señala el camino por donde para volver a ser plantas, flores y raíces,
transita el tiempo; por eso somos Iyambi,
tenemos que, a más de bailar, somos personas sin dueños.”
danzar agradeciendo, Cuando la Juana calló,
a los dioses, las cosechas y las siembras, habló el más profundo silencio,
por el camino de la vida noble, el Qhapaj ñan, pasaron, no lo sé, si varios días o noches.
que nos lleva a la vida armoniosa, el Ñandereko; Entonces habló con susurros el Jaguar y dijo:
así podemos ser parte de la vida buena “existimos en común
o Teko kavi en dos dimensiones o mundos:
y vivir en nuestra tierra sin mal o Ivi maraei; el Kay pacha o mundo de aquí y de ahora
tenemos siempre que hablar y amar que nació del equilibrio entre
para entre todos tener identidad y comunidad; el Hanan Pacha y el Uku Pacha,
el trabajo para nosotros es la fiesta que son mundos en movimiento sucesivo y
que nos da felicidad, permanente.
por eso hay que trabajar desde nacer, para ser, Por eso, para poder existir en el aquí y en el hoy
transformarse y renacer; o Yanan Tinkuy,
siempre para entreayudarnos tenemos que coexistir
con el ayni y con la minga; en el más profundo encuentro
saber que antes de hablar hay que sentir y pensar, entre humanos y animales, porque si no somos
y siempre tenemos que orar, uno, somos ninguno,
128 129
solamente así cumplimos con los principios del Se parte de todas las vidas;
Allin Yachay o pensar bien, así adquieres el poder y la conciencia
y del Allin Munay o sentir bien; de la selva.
todos por tanto debemos andar por el camino de
los justos, el Qhapaq Ñan,
hasta llegar al Taypi o punto de encuentro para ser Tukuymi kawsay kan, chaymi yuyashpa
el nosotros en comunidad.” sachapi tyay tukunki.
finalmente nos habló o más bien nos ensoñó el
poderoso yagé,
cuando nos dijo: Tacpacha jakawisana ukankarakim,
“puedes aprender siempre de todo y de todos; ukharamus ch’ amas lup’ iwis jiqhatarakita.
eso te puede llevar al momento en que quieres
y tienes que alejarte de la choza,
más nunca jamás de tu memoria podrás borrar Tu’ karörö kownatnnötok piapötön epütükö;
el sentido que encuentra siempre sena’wa amörö’ wik tu’re’ta meruntörü kenak
tu camino de regreso. küpü me’dai,pu’ninpe ipanpe tu’re’ta dekaton
kaicharö.
130 131
Por el sendero del Kaikuse
voy pensando y sintiendo que
mi paso no define el camino,
que son las huellas de los otros
con su certeza y la duda
del eterno caminar,
Así, luego de varios días y noches,
llegamos hasta la choza
del Apa, el gran abuelo pemón
quien al terminar su labor de siembra,
saludó con nosotros y dijo:
“sé que vienen a buscar
algo que sirva en la vida,
no es la palabra o consejo,
tampoco el saber del poder,
ni la duda al conocer,
es algo más simple y pequeño…”
abrió su mano y dejó
en la palma de la mía
una semilla de trigo
con encargo de cuidarla
hasta que ella leude en pan
y entre todos se comparta.
132 133
Ven, me dijo el Apa
aprende del Apö:
para que encienda tienes
que juntar y frotar
dos Tö:k, Tö:k;
de allí, nace la llama
que nos da el kuineman pata,
así puedes estar y honrar
entrar y salir
del Wö Tüpü
que es la casa de los espíritus.
134 135
La Abuela KUEKA
138
POESÍA
Madre Nuestra
que estás en la Selva
de
Ramón Torres Galarza
se terminó de imprimir el 24 de octubre de
2019, en los talleres grafícos de: COICA
142 143
144