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Barrio Comandante
Luis Piedrabuena
Cátedra: Arq. Petrina
Docentes: Arq. Lucas Longoni
Arq. Claudio Labra
Arq. Fermín Labaqui
Alumna: Celina Lohezic
Introducción
Nuestro país tiene una larga experiencia en la construcción de conjuntos habitacionales.
Cuando nos referimos a ¨conjuntos habitacionales¨ aludimos a conjuntos de viviendas dirigidos a
sectores sociales con capacidad de ahorro insuficiente para acceder a la vivienda propia,
desarrollados mediante participación y auxilio del Estado mediante diversos modos de gestión.
Este ¨mega conjunto¨ es consecuente de otros, (por ejemplo, el del Barrio Gral. Savio y el
Barrio Soldati), formando parte de los complejos que se comenzaron a desarrollar durante el
tercer gobierno de Juan Domingo Perón y continuados durante el gobierno de Isabel Martínez de
Perón y proceso militar, en el sur de la ciudad.
El impacto de estos conjuntos no es simplemente el físico y de carencia de servicios, sino
también el social; algunos alcanzaron un nivel de violencia tal que se hace imposible controlar la
marginalidad.
Las calles peatonales aéreas, los puentes, (fiel reflejo de las soluciones inglesas
trasladadas), no fueron adoptadas por los residentes como puntos de reunión e interacción social,
sino que colaboran a que aumenten los grupos marginales.
Sus diseños desestructuran la trama urbana, por ejemplo, negando la referencia o ¨mojón¨
característico de las esquinas, desvirtuando los usos de la calle y sus relaciones y dejando, por la
trama opuesta, espacios sin uso que generalmente son residuales o se apropian por los vecinos
informalmente.
Al analizar la estructura formal de este conjunto, el concepto más representativo es el de
cluster (desarrollado en el texto de Montaner, Josep María. La arquitectura de la vivienda
colectiva. Cap 9), asimilable a la idea morfológica de racimo.
El objetivo era demostrar que se debía elaborar una forma específica de hábitat para cada
situación particular.
Es un modelo de desarrollo libre y sin embargo sistematizado a la vez. La palabra cluster
que sirve para indicar un modelo específico de asociación, se introduce para reemplazar grupos de
conceptos como casa, calle, distrito, ciudad (subdivisiones de comunidad) o manzana, pueblo,
ciudad (entidades de grupo), que se encuentran demasiado cargadas de implicaciones históricas.
Es una especie de término comodín que se usa durante el período de creación de nuevas
tipologías. Se pretendía demostrar que era posible una nueva aproximación a la urbanística.
Se tenía que presentar una “imagen” defendiendo una nueva estética y un nuevo modo de
vida, donde para cada forma de asociación existe un modelo inherente de edificio. El texto
muestra cómo esta búsqueda de un nuevo repertorio formal en la arquitectura, recurre a
figuraciones que provienen del expresionismo abstracto, del art brut e incluso del pop art.
Esta es una visión de la ciudad que defienden los Smithson en sintonía con otros
arquitectos y se basa en la idea de que la ciudad además de contemplarse con los ojos
disciplinares del técnico, se debe entender como lugar de muchas otras manifestaciones, humanas
y materiales (gente, niños, árboles, automóviles, etc.) toda una serie de fenómenos y diseños
urbanos que en cada ciudad y cultura son diversos.
Estas ideas expresadas en Urban Structuring, constituyen una fuerte crítica a la producción
masiva de vivienda en Europa.
Una obra de los Smithson (Robin Hood Gardens, 1962-1972) y una obra de Candilis, Josic y
Woods (Toulouse – le – Mirail, 1962-1975), constituyen los ejemplos más completos de aplicación
en intervenciones urbanas de estas ideas.
1
Para más información, léase tesis: ¨Primer Congreso Nacional de Vivienda Popular y Plan Alborada:
respuestas discordantes al problema de las “villas miseria” (1973)¨, Leticia E. Gagetti, Universidad Torcuato
Di Tella.
2
Fondo Nacional de la Vivienda, creado durante el gobierno militar de facto en 1972 para contrarrestar el
déficit habitacional y proveer viviendas económicas para sectores de bajos ingresos de la sociedad. El fondo
se acumularía mediante el 2,5% del salario de los beneficiarios. En 1977 se elevó la tasa de retención al 5%.
3
Ley de Propiedad Horizontal, sancionada el 30 de Setiembre de 1948
FIG.01
El complejo fue diseñado como un Edificio – Trama articulado por los altos núcleos de
circulación de geometría cilíndrica que los interconectan y permiten acceder a las viviendas bajas
desde varios puntos.
El acceso a las viviendas de los edificios altos se produce combinando escaleras (107 en
total), y ascensores que sólo suben a los pisos 5, 9 y 11.
Este tortuoso sistema de circulación, provoca permanentes problemas para las personas
ajenas al conjunto, de mayor edad y/o disminuidas físicamente. (FIG 02 Y 03)
Fue diseñado con dos tipos de edificios: una serie de 3 tiras de edificios altos, de
disposición semicircular (hemiciclos) de hasta 12 pisos, interconectados por puentes peatonales, y
otra serie de 7 conjuntos de edificios bajos (encerrados por los semicírculos) de hasta 3 pisos,
delimitados por las construcciones altas y que a su vez, rodean áreas verdes.
FIG.03
FIG. 02
El sistema constructivo adoptado se podría definir como un proceso de industrialización en
obra gruesa, permitiendo construir en forma rápida, (por la rotación y el tipo de encofrados y baja
ocupación de personal), obteniendo bajos costos por la alta productividad de la mano de obra,
baja amortización de los equipos porque se utilizó para lograr un alto número de unidades
habitacionales repetitivas, como es el caso.
Los edificios altos están compuestos por muros y placas macizas de hormigón reforzado,
(mediante mallas electrosoldadas), colados monolíticamente en el sitio. Se utilizaron para ello,
grandes encofrados de láminas y perfiles de acero, formando semitúneles que se
complementaban entre sí.
Los bloques bajos, están compuestos por muros portantes de bloques y losas
premoldeadas de hormigón.
Los edificios “puentes” y las uniones de los núcleos circulatorios con los edificios están
compuestas por vigas de hormigón armado con anclajes y apoyos metálicos.
Tanto los paneles de cerramiento, y los paneles sanitarios, fueron ejecutados en obrador,
(al pie de la obra en grandes galpones montados para tal fin), fabricados en hormigón
premoldeado, con sus respectivos vanos para las aberturas.
Las particulares torres de escaleras, (que se construyeron antes que los edificios), se
ejecutaron con un sistema de encofrados auto trepantes, (sistema utilizado en estructuras
verticales altas). El trepado se realizó mediante la sucesiva elevación del mástil y del conjunto
consola-encofrado sobre el muro; logrando una efectividad de un piso por día, optimizando el
tiempo de ejecución. Los tramos y los escalones son premoldeados y todos los acabados son de
hormigón visto.
Actualmente, el barrio, (proyectado para 12000 habitantes), cuenta con cerca de 18.000
personas, poniéndose en evidencia una sobre ocupación que incide en el deterioro físico y social.
Por ello, es muy difícil establecer límites netos entre estos consorcios, ya que en muchos
edificios existe más de un acceso y/o circulaciones verticales, produciendo esto un caos que no
solo se refleja en la dificultad de ubicar las unidades, sino en la administración y en la falta de
mantenimiento de los espacios comunes.
Como las redes de infraestructura de servicios fueron ejecutadas siguiendo ese criterio,
esto también agravó el traspaso de su administración y mantenimiento a los copropietarios,
estando las mismas hasta la fecha a cargo de la CMV (Comisión Municipal de Vivienda).
La complejidad del mantenimiento del Conjunto está dada por las fallas preexistentes, una de las
causas de su deterioro prematuro, y por la indefinición de la situación dominial, resultado de la
contradicción entre la estructura espacial y la subdivisión en propiedad horizontal.
En más de 25 años de reclamos de los vecinos, (donde fueron verificados daños por
explosiones por escapes de gas, rajaduras en la estructura de concreto, tanques de agua que se
van ladeando, la mitad de las viviendas sin gas en pleno invierno, otras sin agua, escaleras de
cemento a punto de caer), la Legislatura porteña aprobó en el 2008, una ley que declaraba al
barrio en “emergencia ambiental y de infraestructura” y ordenaba encontrar una propuesta de
solución en 30 días, (los vecinos recuerdan que lo mismo se había votado tres años antes y que
“no se hizo nada”).