Está en la página 1de 9

Universidad Complutense de Madrid 

Facultad de C.C Políticas y Sociología 

 
    “Desigualdad”
   Un análisis de la (in)felicidad colectiva
Richard Wilkinson y Kate Pickett

Grado en Sociología. Asignatura: Estructura social contemporánea

Alumna: Érika Andrea Salvador Nunes.

Profesor: Marcos Roitman


Curso: 2021/2022
Grupo: 2.2.
Fecha de entrega: 30/05/2022
En este libro titulado ”Desigualdad, un análisis de la (in)felicidad colectiva”, los autores

comienzan por destacar que hoy en día hemos alcanzado el nivel más alto en cuanto a la

evolución económica, algo que no ha sido sinónimo ni mucho menos de un mayor

bienestar social; ya que en cuanto a salud, nos hemos quedado completamente

estancados. Enfermedades y trastornos como la depresión y la ansiedad, se han visto

incrementados según nos plantea la hipótesis de este libro, debido a la desigualdad

social.

Wilkinson y Pickett tiene como objetivo demostrarnos como al igual que se han

incrementado las desigualdades socioeconómicas, esta a su vez; tiene consecuencias

negativas en la salud de la población. Para constatar su hipótesis los autores nos

muestran gráficos en los que se puede apreciar de manera simple, los datos recopilados

acerca de la salud y bienestar de las sociedades de diversos países, con respectos a los

indicadores del grado de desigualdad en estos teniendo en cuenta sus distintos niveles

de desarrollo. Esta recopilación de datos nos demuestra como el hecho de que países

con un nivel mayor en cuanto a desigualdad, tienden a desarrollar diferentes síntomas

de difusión. Entre estos síntomas podemos destacar diversas patologías mentales como

la depresión y la ansiedad, las adicciones como al alcohol y/o a las drogas, el

incremento de la obesidad, los embarazos en las adolescentes, el aumento de la

violencia y con ello las tasas de encarcelamiento, y también; los alarmantes indicadores

del bienestar, del rendimiento académico, de la esperanza de vida e incluso de

contaminación, imponiendo así este último una clara barrera a la continuación y

desarrollo de nuestro mundo capitalista.

La relación que existe entre estas dos variables se puede apreciar tanto de manera

interna dentro de cada país, como por ejemplo entre comunidades autónomas o estados

en el caso de Estados Unidos; como de manera externa comparando diferentes países.


Es bastante interesante el hecho de que incluso en las clases más privilegiadas de ciertos

países con mayores niveles de desigualdad entre sus clases sociales, conlleven a su vez

niveles más bajos de bienestar social respecto a otras clases también privilegiadas de

países con menores tasas de desigualdad.

Las tesis principales que se nos exponen en este libro son que los países desarrollados

no implican por su mayor desarrollo material ni mayor salud ni mayor calidad de vida.

Después, que son las diferentes posiciones jerárquicas cada vez mas diversas y amplias,

las que influyen en los indicadores de salud, no las condiciones materiales. También que

la fragmentación social percibida psicológicamente, es la que genera esta condiciendo

de desigualdad entre posiciones relativas. Y, por último, que la igualdad seria

beneficiosa no solo para los pobres, sino también para los ricos, ya que así trataríamos

de incrementar el sentido de integración social y comunidad.

En cuanto a la primera tesis, hay que centrarse en una gran contradicción de nuestra

sociedad, y es que como ya hemos comentado, hemos alcanzado un nivel de desarrollo

tanto económico como material sin precedentes, nivel el cual no ha incrementado la

calidad de vida si no que todo lo contrario. Este desarrollo material nos ha llevado al

inconformismo y al consumismo que nos impide disfrutar de los beneficios de dichos

desarrollos. También, este consumismo desbordado nos lleva a la comparación social y

con ello a el sufrimiento de no obtener lo inalcanzable.

Tal y como se expone el alto contraste que existe entre el éxito material y el fracaso

social de los países más desarrollados, nos hace pensar que más que cumplir estándares

que cumplan con el crecimiento económico, sería necesario centrarse y hacer una

inversión en el bienestar social. Es decir, la calidad de vida no es una consecuencia del

desarrollo económico absoluto, por lo que es importante tomar conciencia de la


alarmante falta de cohesión social que se ha desencadenado y que nos orientara a la

ampliación de la esperanza de vida.

En cuanto a la segunda tesis la cual desencadena a raíz de la primera, se desarrolla que

la desconfianza es un importante factor que promueve la desigualdad. Esto es debido a

que en las sociedades altas en desigualdad se producen temores y desconfianzas entre

los individuos que, en consecuencia; se agrupan tomando para ello similitudes entre

ellos y formado así diferentes clases; las cuales a su vez, desencadenan separaciones

claras que promueven aún más dichas desconfianzas.

La búsqueda de semejantes a su vez nos vincula con individuos que pertenecen a la

misma jerarquía social que nosotros y evitando al del resto. Esto nos lleva a que

queramos ascender en la jerarquía social pero no de manera que nos vinculemos con el

resto de grupos o niveles, por lo cual, se genera un conflicto, un aislamiento y una

mayor desigualdad entre niveles o jerarquizas sociales. Por todo esto la confianza se

podría considerar como un factor que mide de manera importante que a más equidad en

lo referente a bienes, nos puede servir para llevar a cabo la labor de diseñar una

comunidad más colaboradora y cohesionada.

Pasando ahora a la tercera hipótesis acerca de que la desigualdad es generada a raíz de

las percepciones psicológicas que tenemos de fragmentación social; hay que decir que

tal y como ha cambiado y se ha desarrollado nuestra sociedad hacia una

individualización y fragmentación social como ya hemos comentado; también han

cambiado las enfermedades que nos afectan y las causas que las desencadenan. Un

ejemplo podría ser el hecho de que antes las enfermedades infecciosas eran una de las

principales causas de muerte entre la población, y ahora las enfermedades más

preocupantes y de riesgo son las patologías crónicas como lo pueden ser el cáncer y las

cardiopatías.
Como ya hemos señalado con la confianza, la siguiente tesis a tener en cuenta seria el

hecho de tener en cuenta el beneficio que tendría la igualdad tanto a un extremo de la

sociedad como al contrario. Las divisiones étnicas favorecen la exclusión y pueden

favorecer a un grupo concreto de la sociedad pero los problemas en cuanto a la sociedad

y la salud que se presentan a medida que haya una mayor diferenciación entre la riqueza

y la pobreza, no es exclusiva de ninguna etnia en concreto.

Los países que tienen un nivel mayor de igualdad, no solo producen beneficios al

extremo que se encuentra en la pobreza o desfavorecido, si no que también, al construir

una sociedad se centre en promover de manera equitativa la calidad de vida, también

beneficia en cuando a bienestar social y a salud al extremo más favorecido económica y

materialmente. Por esta razón, las personas que se encuentran en un país desigual y

están en una posición favorecida, no alcanzan mejores condiciones de vida que si

estuvieran bajo las condiciones de igualdad. En las sociedades desiguales, los

individuos tienen muchas más posibilidades de ser encarcelados, de presentar obesidad,

de padecer enfermedades mentales y de tener tendencias suicidas.

A pesar de que la economía tradicional no ha llegado a establecer establecido una

relación entre los problemas sociales, la desigualdad de renta y salud; los datos

muestran que si hay una evidente relación entre la calidad de vida general en un país y

su desigualdad. Por lo cual, la conclusión es bastante obvia, las sociedades igualitarias

viven mucho mejor.

Como ultima tesis habría que tratar el tema de cómo proceder a disminuir la desigualdad

y con ello, poder recuperar el sentido de integración social y comunidad. Para proponer

la igualdad hay que tener en cuenta que esta resulta amenazadora para los países mas

desiguales los cuales rechazan el practicar la solidaridad social, no tienen en cuenta los

derechos humanos, la paz y ni la desmilitarización.


En cambio los países más igualitarios por su parte, también se muestran más receptivos

a percibir y tener en cuenta las necesidades que puedan presentar otros países aliados en

el contexto de la política internacional, en concreto en iniciativas de carácter de

cooperación económica y otras.

La transformación hacia un sistema más igualitario ha de empezar con una nueva

política, que tenga como prioridad los principios de la representatividad y no el de

enriquecerse y alcanzar más niveles de poder. También ha de servir de enlace para tratar

de unificar los esfuerzos y proponer metas en común.

Para promover y orientar esta nueva conciencia contra la desigualdad, hay que proponer

algunos métodos que entre ellos se complementen y que unidos puedan llevarnos a

alcanzar una sociedad más igualitaria. Vamos a proceder a describir los métodos que

nos proponen los autores para alcanzar dicho objetivo.

Para comenzar, los impuestos redistribuidos se ponen en la mesa como una buena

opción teniendo el ejemplo de Japón. Este es un buen ejemplo ya que aunque los

ingresos de este país no se asimilan a los de Estados Unidos, la manera en la que su

distribución se lleva a cabo, lo supera, es decir; una pruebas más de que no se trata de

los ingresos brutos, sino de cómo se distribuye de manera eficaz. Hay que decir también

que esta estrategia, implica bastante implicación y esfuerzo a la hora de mejorar la

estructura política y las relaciones del pueblo para con el gobierno, pero en los países en

los que hay una mayor distribución de los ingresos, se lleva a cabo mayor legitimidad y

confianza. Todo esto desencadena en mayor participación política y mejores relaciones

entre ambos extremos.

La siguiente propuesta de nuestros autores es la basada en la inversión social ya que es

un elemento que puede afirmar el resto de propuestas. Es una variable que conlleva
bastante peso en cuanto a prevenir problemas como la desintegración social, la violencia

y demás problemas sociales. Tal y como ha demostrado ya este libro, los países que

dedican más inversión a las cárceles son los que menos invierten luego en el área de la

educación y asistencia preescolar, este hecho ha marcado una gran desigualdad en los

países con mayor nivel de desigualdad.

Otra de las propuestas es la de promover la propiedad participativa. Gracias a esto la

manera en la que se distribuyen los ingresos se lleva a cabo de una manera más

equitativa y no hay tantas diferencias entre los salarios o en cómo se concentra la

riquezas. Por el contrario, las empresas multinacionales crecen a escala mundial y

concentran tanto la riqueza como los medios de producción de todos los países en los

que operan y, sus recursos naturales.

En cambio, las formas de producción en las que las personas empleadas son las que han

compradas o establecidas dichas formas, como por ejemplo las cooperativas; han

conseguido transmitir mayor estabilidad y motivación laboral en los empleados. Las

ganancias se distribuyen de manera más igualitaria entre los individuos y hay mayores

ingresos tanto en las comunidades como mayor compromiso en el cuidado del ambiente

a nivel social. También se fomenta la participación en la toma de decisiones, hay más

claridad y trasparencia en los informes y en el sentido de pertenencia.

Para finalizar, se proponen otras formas de producción, refiriéndose así a que se debe de

sacar partido a las nuevas formas de producción relacionadas que estén más

relacionadas con la tecnología y la tecnología. El desarrollo y evolución de la economía

del conocimiento tiene sus ventajas como el impacto ecológico, el uso de los recursos,

las facilidades y comodidades, entre otros. En estos últimos años estas nuevas formas de

producción digital han aumentado exponencialmente dejando constancia de su gran

potencial y de que los países deberían buscar estrategias para promoverlos como nuevas
formas de producción de manera oficial. Estos nos ayudarían a promover la equidad en

la producción, regulaciones aseguradoras de justicia y bienestar de social.

La relación que en el libro se establece entre la desigualdad y la salud de la población,

ha sido calificada como artefacto estadístico. Esto es debido a que la simple relación

entre renta individual y salud, no requería de una asociación entre salud individual y

desigualdad ya que esta ya se encontraba agregada. A pesar de esto, no se ha

confirmado de manera empírica una evidencia que afirme la hipótesis del artefacto, y

por lo cual, se da lugar a otros explicaciones. El contraste sistemático de la desigualdad

económica y de la salud no ha resultado en datos concluyentes, ya que estos dependen

de las medidas que se utilicen para medir la salud, el nivel geográfico del estudio y de la

elección de las variables que se tengan en cuenta y/o se incluyan como confusoras.

En cuanto a los mecanismo de transmisión que los autores nos proponen entre la

desigualdad socioeconómica y la salud, podemos encontrarlos en cierta manera

controvertidos. Esto es debido a que se puede interpretar que los datos obtenidos de

sociedades con mayor nivel de desigualdad se podrían deber al grado de cohesión social

y confianza. A su vez, deberíamos preguntarnos si dicha cohesión no puede ser

desencadenada por otros factores como por ejemplo históricos, del mercado laboral, de

la calidad de las instituciones, del modelo de los servicios públicos y del estado de

bienestar. Por lo cual, si no tenemos en cuenta para el estudio de la desigualdad el

centro del que es el conflicto inherente que la desencadena, no podemos construir una

base conceptual sólida. No se puede negar la influencia que tiene en la salud individual

la percepción de la desigualdad sociales que se lleva a cabo a través de diversos

mecanismos conductuales y del exceso de estrés, por lo que si se lograra una reducción

estructural de las desigualdades, se generaría una notable mejora en salud. Esto se daría

gracias a que mejoraría la situación de las clases más desfavorecidas de la sociedad y


también al hecho de que contextualmente las tasas de conflictividad social se verían

reducidas.

Para concluir, a lo largo del libro se puede apreciar un patrón de comportamiento de

parte de aquellos países que tienden a reforzar la diferenciación entre modelos de

capitalismo. Nos encontraríamos en uno de los extremos al modelo anglosajón, el cual

conlleva graves problemas sociales y de salud; y por el otro extremo tendríamos a los

países escandinavos, a los cuales se les atribuye índices más altos de las variables ya

comentadas. En una posición media entre estos dos extremos estarían los países

continentales, en los cuales se incluye España. Hay que destacar el peculiar caso de

Estados Unidos ya que como explican los autores en la obra, la proporción de

ciudadanos que se consideran importantes se ha visto incrementada en las últimas

décadas, pero también los trastornos y patologías mentales como por ejemplo la

ansiedad. Esto es denominado egocentrismo amenazado, y es un síntoma que solo

aumenta en esta sociedad cada vez con menos cohesión entre los ciudadanos y más

competitiva, por lo cual; podemos decir que al ser un país que intergeneracionalmente

no presenta mucha movilidad social, el denominado sueño americano queda bastante en

duda hoy en día.

Bibliografía

Wilkinson, R. y Pickett k. (2009): Desigualdad. Un análisis de la (in)felicidad colectiva,

Madrid, Turner.

También podría gustarte