Está en la página 1de 15

LUIS FERRERO ACOSTA

' ENR¡QUE ECHANDI


VIDA Y OBRA
¿ (1866 _ 1959)

SAN JOSE, COSTA RICA

' EDITORIAL DON QUIJOTE


ENRIQUE ECHANDI, autorretrato
1891. 1963
Texto tomado de la revista
0 R B E
25(143). Diciembre de 1962.

PROEMIO

Para un pueblo joven siempre es provechoso ob—


servar 10 que hay de sano en su tradición, aunqtm és—
ta sea incipiente. Hallará en ella pensamientos rebel-
des que son conquistas: mueven ideas y acciones y, a
la vez, afirman la parte eterna del hombre.
El caso de Enrique Echandi, cuyo pensar y actuar
todavía tienen validez, impone una revisión tanto de
su obra como de su pensamiento. Su obra sigue ligada
al costarricense y lo seguirá en el porvenir.
A dºn Enrique le tocó romper los valladares de
un ambiente en el QUe imperaba el positivismo y en—
señar la lección de la va1idez que el artista tiene para
la sociedad al aumentar el bagaje cultural del hombre
y elevarlo al plano de creador…
En seguida veremos la contribución de Enrique
Echandi a la cultura costarricense; pero antes es ne—
cesario incluir algunas notas preliminares.
Para poder aquilatar en su justa medida la obra
de Enriqw Echandi, y comprender la trascendencia
que ella encierra, es indispensable señalar qUe en la
Costa Rica del siglo XIX el cultivo de cualquier mani-—'
festación artística era considerada por los más como
cosa superflua.
' IMPRENTA METROPOLITANÁ El costarricense del siglo XIX, empeñado en for—

5
jar su nacionalidad y en dejar atrás una vida de remi—
vidu'alidadés de Fadrºique Gutiérrez, Juan Mora Gon-
niscencias coloniales, salía de su retraimiento para
otear el horizonte de la civilización y la cultura allende
zá1éz "y Manuel Rodríguez, quienés produjeron algunas
escul uras, en su mayoría imágenes ”religiosas y algu-
E5paña.
nos £ustos.
Y no podía pedírsele que comprendiera todo a _la
n síntesis, la tradición artistica era pobre. Cuan-
vez mientras concentraba sus esfuerzos en el progreso
do !estos tres imagineros surgieron, Costa Rica empe-
material. Sin embargo, la educación popular mereció
za entºnces a sentir los efectos del contacto con el
la debida atención. Por el 'año de 1857, D. F. Schei—
resto del mundo. El milagro lo ºperó el comercio del
ssinger había fundado una, Academia de Bellas Artés,
cáfé *y,'para realizarlo, nuestros hombres se vieron en
desaparecida poco después, sin gloria, por falta de apo-z
/a necesidad de viajar a Europa y entrar de esta ma-
yo oficial y del público. En la segunda enseñanza se
nera en contacto con la cultura dominante. Con el au-
impartía el dibujo como conocimiento de técnica para
ge del comercio del café los jóvenes de entonces sa-
la formación de maestros de obras, y no con propósito
lieron a estudiar a Europa.
de estética.
Por esta época llegaron al pais algunos pintores
En Costa Rica el arte continuaba en la tradición
extranjeros que, sin proponerse formar artistas, incul-
colonial: servía a la necesidad de mantener el recuerdo
caron en los jóvenes con inquietudes artisticas los pri-
familiar de los antepasados y al culto religioso, sin
meros afanes por la pintura. Entre ellos el francés
tener vigencia como manifestación estética. El esplén-
Achiles Bigot y el colombiano Santiago Páramo, S. J.
dido paisaje costarricense todavia no había sido tras-
Del primero se conservan algunos excelentes re—
ladado al lienzo ni tampoco los motivos populares.
tratos de personalidades de aquel entonces y el segun-
Exceptuando la aportación ingenua y la esponta-
do dio a la juventud las nociones primordiales de pin—
neidad primitiva del dibujo coloreado de José Maria
tura, estimulándola a la mejor coínprensión de las ar-
Figueroa Oreamuno, apenas del conocimiento de unos
tes plásticas. Fue un abrir brecha, aunque todavía se'
pocos, la pintura era terreno inexplorado e inexplo—
mantuvo la pintura al servicio del recuerdo familiar,
tado. El arte precolombino era desconocido y si acaso
cultivándose con predilección el retrato con propósito
entrevisto como curiosidad arqueológica. El legado co-
de mantener el recuerdo claro de las fisonomías de los
lonial procedía, en su mayor parte, de Guatemala, de
familiares. Con estos retratos el Estado inició la gale—
Quito, de México y aún de España y se refugiaba en
ria iconográfica de' las figuras prominentes del pais,
la esfera de lo religioso.
y de esta manera se reconoció el valor de la obra de
En la década del 1870-80 surgen las fuertes indi-
estos iniciadores.
6 7L
BIOGRAFIA
Debemos tener muy presente la escasa tradición
artistica hasta aqui reseñada para comprender global— Don Enrique Echandi Montero nació el 17 de fe!
mente lo que significa la obra de Enrique Echandi. brero de 1866, siendo el segund0génito del hogar for—
Cuando él regreso de Europa en 1891 debió sentir mado por Laureano Echandi Morales y Ana Montero
que el débil brote pictórico costarricense necesitaba Aguilar.
calor, estímulo y acrecentamiento. Entonces ——lleno Sus parientes poseían algunas fincas. A ellas iba
de idealismos y sin romper nexos—— se entrega a la ta- constantemente el niño y allí, observando con ojos de
rea de enriquecer y dignificar el aporte de las artes principiante los animales, inicia los primeros intentos
& la cultura del costarricense. Y como fue leal a su de dibujo. Presta atención al movimiento y trata de
vocación —su dulce empecinamiento de artista— pro- captarlo. Sus modelos eran caballos, vacas, carretas
dujo una cosecha mayor de excelentes frutos que en- y también hace sus tanteos con el paisaje. De tarde en
seguida reseñaremos. tarde caen en sus manos ejemplares de revistas euro-
peas ilustradas con grabados que reproducen las obras
artísticas más famosas. Hace sus primerós pininos-de
manera autodidacta porque en los programas escóla-
res de entonces se prestaba escasísima atención al di-
bujo.
Cursa los estudios secundarios en el Instituto Uni-"
versitarío y, con la llegada de un profesor de inglés
( ¿Enrique Ethetheridge? ¿Enrique Twight?) aprende
los secretos de la técnica al pastel. Años después, ya
nonagenario, don Enrique recuerda que con este pro-
fesor se entregaron de lleno “los cinco o seis que de
veras amábamos el arte, a la adquisición de nuevos
conocimientos y de firmeza de mano, cuanto de inde—
pendencia del trazo" 1.

1 DIARIO NACIONAL. “El maestro Enrique Echandí... "En:


Diario Nacional, San José, Costa Rica, 2(589):4. Sábado 18 de fe-
brero de 1956.
Por entonces el adolescente desea viajar a Euro- Así entendía en 1885 el patriotismo el joven En-
pa para estudiar pintura. Al enterarse sus allegados de rique, ha dicho certeramente un comentarista, al des-
las ilusiºnes acariciadas se burlan al principio. Tras la pedirse del paisaje costarricense que aún no se había
fría acogida aumenta la persistencia del joven Enrique. reflejado en su pintura.
Afirma el anhelo de viajar y estudiar para regresar a En Alemania, a donde se dirigió, estudió en Leip—
Costa Rica y fundar una academia “en donde los jó— zig y luego en la célebre Academia de Munich. En sus
venes con inquietudes y capacidades artísticas tuvieran vacaciones de 1889 viaja por Italia en peregrinación
acogida 'y pudieran practicar y aprender diferentes téc- de amante del arte.
nicas y en la cual se enseñarían dibujo, pintura, escul- En 1890 se casa con Elsa Maukisch, pianista de
tura y música. Además *se organizarian exposiciones y sensibilidad y quien había de ser la esposa fiel y la
se darían conciertos” 2. Surgen las reflexiones: se le compañera cariñosa y solicita del artista y del lucha-
dice que un viaje tan costoso para estudiar artes en dor, alentadora de todos sus afanes y desvelos.
vez de alguna profesión liberal que la sociedad si ve En 1891 regresa a Costa Rica y al año siguiente
con buenos ojos, era una idea descabellada. Sólo la hace las gestiones pertinentes para fundar la Academia
madre apoya las pretensiºnes del joven. de Bellas Artes que años antes le habia movido a ir
El gana la partida y, en marzo de 1885, recién hasta Alemania a prepararse. Para ello solicitó al Go-
cumplidºs los 19 años de edad, parte para Europa a bierno de Costa Rica un modesto auxilio económico
estudiar pintura. Lleva consigo algunos lienzos que ha- que le ayudase a organizar y preparar la escuela. No
bía pintado y su guitarra. “Pero no era él un artista pide nada para sí pues desinteresadamente ofreCe su
excéntrico que se disponía realizar un sueño egoísta esfuerzo, su saber, sus habilidades. Era llegada la ho-
y personalísimo: se proponía prepararse para fundar ra de demostrar que sabia cumplir, pero sus conciu-
a su regreso una Escuela de Bellas Artes: un propó- dadanos no supieron cumplirle.
sito altruista y generoso de Maestro” “. Pierde injustamente la parti3á por el criterio de
algunos hombres incapaces de creer en el futuro y
* FOURNIER CRISTINA. Dala: para una biografía )! Jer)¡bldnz…t crear los instrumentos para conquistarlo. Se pretexta-
de don Enrique Echandi M. San José, C. R., [Academia de Bellas Ar- ron razones ecºnómicas, pero en realidad se creyó in-
tes de [a Universidad de Costa Rica], 1960, p. 10. necesaria la Academia de Bellas Artes porque ——según
“ BONILLA, ABELARDO. "Un recuerdo a la extraordinaria per- se dijo—— “un pais joven como Costa Rica necesita más
sonalidad de Enrique Echandi”. En: Diario de Cana Rica, San José, que artistas, buenos agricultores que sepan cómo ha-
C. R., 40(12.101):19. Miércoles lº de marzo de 1959. cer producir una manzana de frijoles”. El _móvil sub—
10 11
terráne0 para denegar la solicitud de don Enrique se
dificar las ideas vigentes y lograr que en el transcurso
basaba en la creencia de que só1010 material era digno
del tiempo las ideas renovadores fructifiquen, pues
de atención y de que, 10 perteneciente al espíritu debía
las verdades del artista pertenecen al mundo de las
ser solaz y noble ocio para pueblos poderosos—.——¡Cuán
convicciones.
equivocados andaban quienes así procuraban engran—
En 1895 inicia su carrera en Ia docencia: sirve de
decer al pueblo y ennoblecerlo!
profesor de dibujo en el Liceo de Costa Rica hasta 1901
A propósito de 10 anterior y refiriéndose a don
y aplica técnicas que los alumnos habían desconocido.
Enrique, ha escrito Francisco Amighetti que: “la teo-
En 1897 participó en la Exposición Centroameri—
ria de que en estos países americanos hay primero que
cana celebrada en Guatemala donde obtuvo un perga—
dedicarse a las cosas elementales, antes que el arte
mino y un premio.
no reza con el espíritu de muchos hombres cuyo destino
Entregado a su arte y a la enseñanza, logra su
es más fuerte qUe las conveniencias” 4.
felicidad dando sentido a su existencia.
Don Enrique, quien habia ofrecido trabajar sacrí-' En 1897 el Gobierno dispuso fundar la Academia
ficando sus propios intereses, lleno de fe en su voca— de Bellas Artes, acogiendo el proyecto presentado por
ción de pintor (valga decir creador) no abandona sus Ricardo Fernández Guardia, a quien se le encargó su
“armas tan frágiles como 10 son los pinceles“. SigUe fundación. ¡Al fin la idea tan caramente alimentada
encariñado & la disciplina del caballete, todo entendi- por don Enrique sería una realidad! Pero el Presiden-
miento y conciencia y obediencia a su vocación de ar— te de Ia República elige para director de la institución
tista. al pintor español Tomás Povedano, por ese entonces
Lejos de amargarse frente a los primeros trºpie- radicado en Quito. A don EnriqUe ni siquiera se le
205 se concentra en su labor silenciosamente, ajeno al &
nombra profesor y así, de esta manera, don Enrique
frívolo ruido, sin pedir para si reconocimientos de nin— vuelve a sentir en carne propia la incomprensión de
gún orden. Enseña, eso sí, día a dia, comprensión pa— sus contemporáneos, pero sin qu<e esto le desaliente en
ra lo que es el arte y lo que el artista significa. Es labor su vocación de artista verdadero.
continuada poniendo en juego la persuación para mo- No traiciona su vocación. No protesta y en vez de
mostrar5e indignado, nuevos bríos creadores le alien-
tan y con más cariño se entrega a su obra de artista
4 AMIGHETTI, FRANCISCO. “Enrique Echandi, pintor costarri—
y maestro.
cense". En: Centromnerimnn, México D F., 1(2):73. Abríl—Iunio de
1954. Los reveses de la vida no le amargan ni le desa—
1ientan, sino que, con ahínco, prosigue robusteciend0
12
13
el bagaje artístico del pais con sus pinceles. Sigue sien-
do el mismo hombre lleno de cordialidad, metódico en De 1905 a 1914 imparte SUS conocimientos en el
sus actos, sencillo y recto con sus amigos, padre bon- Colegio San Agustin de Heredia. Luego sirVe en el Li-
dadoso. .. Las generaciones jóvenes pueden ver en la ceo de Heredia. Siempre se manifiesta como maestro
Vida de Enrique Echandi el paradigma de una existen- y más que la técnica del arte enseña a sus discípulos
cia superior, sin egoismos, sin pasiones, sin dobleces. & comprender ante todo la naturaleza del arte en el
Todo lo dio y no esperó ni exigió nada en cambio. desenvolvimiento armónico de sus personalidades.
Son estos años de actividad fecunda. Pinta buen En 1916 presenta su tesis titulada Del dibujo y su
número de cuadros entre ellos algunos retratos dejos pedagogía en los planteles de primera y segunda ense-
que sobresalen los de sus padres, Ramón Aguilar, Dr. ñanza con la que obtiene el titulo de Profesor de Es—
Lehnar, Francisco María Yglesias, Bernabé Quirós, tado.
Mauro Fernández Acuña, Alberto Brenes Córdoba, J0-
sé Astúa Aguilar. . . En 1918 su amigo Roberto Brenes Mesén, enton-
ces Secretario de Educación, le llama a ejercer el car-
Participa en la Exposición Panamericana celebra-
da en Búfalo, Nueva York, en 1901. En esta exposición go de Inspector de Dibujo y Trabajos Manuales en los
c01egios secundarios. Durante 1918-19 imparte gratui-
triunfa con el retrato del Dr. Lehnar y obtiene el pre-
tamente SUS conocimientos en el Colegio Superior de
mio “Cruz de los Apóstoles”. En la Exposición Cen—
Señoritas.
troamericana (Guatemala 1903) le premian con Me-
dalla de Plata su retrato de Francisco María Yglesias. En 1919 muere en Alemania su hijo Guido, lo
Cuando en 105 primeros años de este siglo se or- cual le afecta sensiblemente.
ganizan en San José de Costa Rica algunas exposicio—
nes, concurre a algunas como expositor y a otras co- En 1920 regresa como profesor al Liceo de Costa
mo miembro del Jurado. Rica y en 1921 renuncia al cargo de Inspector de Di—
bujo. El Colegio Superior de Señoritas le llama para-
Por esta época surge en Costa Rica un movimien-
que se encargue de la Sección de Extensión Cu1tural.
to cultural de enorme vitalidad. Un factor cºntribu-
Organiza conciertos de los grandes maestros, clásicos,
yente fue el Ateneo de Costa Rica que tan gallarda—
románticos, modernos, e igualmente propicia conferen-
mente animara Justo A. Facio. Don Enrique participó
cias a cargo de los intelectuales más destacados del
en las actividades del Ateneo y fue uno de sus miem-
país. Su labor en pro de la cultura musical es de gran
bros.
importancia y logra crear un ambiente favorable para
14
15
el cultivo de 'la».músic_auy.su mejor—_comprensjón, '—lab01j tantemen_té todo esfuerzo cultural. Sin v9c_inglerías, de
éstaque llevó a cabo durante varios años- 5. manera Silenciosa, cumple su ap03tolado. “
Como justo reconocimiento a su obraartística el“ Cuandoen 1928 el périodista Sergio Carballo, en—
Gobierno de Costa Rica le _confirió la Medalla de Bron- tonces director del “Diario dé Costa Rica”, tuvo la feliz
c_e, conmémorativa del Primer Centenario de la Inde- idea de auspiciar exposiciones de arte, encontró en don
pendencia de Centro América. Enrique uno de los estimuladores más fervieht_es. Don
Enrique sirvió de juez en algunas de estas exposiciones
En 1927 se pensiona al completar sus años de-ser-
que se celebraron desde 1928 hasta 1937 y que fuerón
vicio en la educación nacional, años de gran prºvecho
de trascendencia concluyente para descubrir y ésti_mu-
para la cultura costarricense.
lar la nueva promoción de artistas de los cuales deseó—
En 1929 funda” la “SºciedadMusical Euterpe”, de
Ilarán con luces propias Francisco Zúñiga, Francisco
amplia significación para la cultura musica] del país
Amighét'ti, Juan Manuel Sánchez, Juan Rafael Cha-
y_queJuego servirá de base para la creación de la_ Or-
cón, Teºdorico Quirós, Néstor Zeledón, Manúel de'.la
questa_ Sinfónica Nacional.
Cruz González, Francisco Salazar y otros. Esta“.ge'né—
De aqui en adelante, ya retirado_de la enseñanza,
ración de artistas encontró un ambiente de' compren—
a1slad_o en su casa, se dedica por entero al cultivo de
rsión'grac'ias a la labor educaciºnal iniciada por…" dºn
1_á. pintura. En estos años,— hasta poco antes de su mue_r-
Enrique, debido a su temple, a su decoro ¡"y” sensibili-
te, pinta varios retratos que 10 consolidan como insigne
dad, quien logró la comprensión para el artisf_ca sin
retratista: Cleto González Viquéz, Dr. Ricardo Moreno
escándalo ni rúde2as sino a base de una perseverante
Cañas,Alfredo González Flores, Ricardo Jiménez, Ju— — -
y honrada labor. '
lioAcosta, Pilar Jiménez, Juan Trejos— y sus hijas.
Ya don Eñrique por" esta época es toda una 'glo—
Ejercé una decisiva influencia orientadora en la com-
ria nacional y cuando se le veía en las calles todos los
prensión de 10 que_ es el artista y el arte, anima Cons-
ciudadanos le miraban con cariño y gratitud. su figu—
ra venerable de anciano nonagenário, de un cañd_or
“ FLORES, MARIO. “Don Enrique. Echandi, el músico". En: .Re- casi infantil, se hizo familiar. El reconocimiento nacio-
1r_i…rta Mun'ml, San José, C.R.,12(_17-20):3. 1º,de julio_—de 1959. na] no se hizo esperar, su labor de intelectual y artista
"Don Enrique Echandi” En: Reziijta Mu.riml, San José, C. R., fuerºn reconocidas por la_ nación éntéra'. Con, ynatgg'a-
3(3):24. Mayo de 1951. ' “ . ' '
MARIN GANAS, JOSE. "Mi vecinº del Monte“. En: Diario de
lidad 1e"11egan lós'feco'nocinúéritos entfe loºs“ “cuales*'se
Cana Rica, San José, C. R., 40(12.101): 19. Miércoles 1' de marzo pueden anotar los siguientes:
de 1959. En 1939 recibe los ' pergaminos que 10 acreditan

16 17
qomo Miembro Honorario del Comité Cultural Argen— $U PENSAMIENTO
11no y Miembro Honorario de la Asociación Wash-
Exceptuando la tesis con que obtuvo el titulo de
mgton de la National Geographic Society. En 1940 el Profesor de Estado, en la que más bien manifiesta su
Cf)legio Superior de Señoritas le honra “Por largos criterio de maestro, don Enrique dejó poca obra es-
anos de labor cultural y constante esfuerzo, ayuda y crita. Derramó sus ideas en la charla diaria, en el
entusiasmo en pro de] arte, sirviendo de estímulo pa—
consejo que daba a jóvenes artistas a quienes enseñó
ra varias generaciones de estudiantes y artistas”. En a enfrentarse sin miedo con la crítica.
diciembre de 1950 el Museo Nacional preparó un ho- Sin embargo, en última instancia el pensamiento
menaje a don Enrique Echandi y a Tomás Povedano
de don Enrique fue esencialmente humano, siempre
y expuso buena cantidad de sus cuadros. En julio de
creyó en la necesidad vital del arte”: el hombre lo ne-
1951 con motivo de la fundación de la “Casa del Ar—
cesita como un fuego animador y no como un juego.
tista” y de la Semana del Arte, se le nombra Presiden- Llevado de ese sentimiento formuló un proyecto
te Honorario Vitalicio de la Institución. En marzo de
de ley para establecer una “Casa del Arte”. En él ex-
1956 la “Casa del Artista“ recoge la casi totalidad de presa la conveniencia de unificar en una sola institu-
sus dibujos y óleos y presenta una exposición que tie- ción la Escuela de Bellas Artes, el Conservatorio y un
ne carácter de reconocimiento nacional.
Museo de Bellas Artes que debia fundarse. Le preocu-
. Estos últimos homenajes estimulan a la juventud pa conseguir para el artista no sólo la debida com—
a 1nteresarse por su vida ejemplar, desinteresada, des-
prensión sino el estímulo económico que le permita
prendida y noble de artista que siempre huyó de los vivir decorosamente entregado a la obra y al enrique-
relumbrones y vaciedades mundanales. cimiento cultural. Algo se ha logrado de lo que don
En sus últimos años tuvo dificultades por la fal— Enrique pensó, pero todavía este pensamiento insti—
ta de vista. Sin embargo, continúa fiel a su destino de tucional no es una plena realidad.
pintor infatigable frente a su caballete, dando su últi- Por lo que corresponde a su ideario pedagógico
ma lección de “artista introvertido en busca de una y por considerarlo de interés hemos de intercalar al—
perfección casi imposible“. gunos fragmentos de su tesis Del dibujo y su pedago-
Asi, rodeado de la estima y del aprecio de la na- gía en los planteles de primera y segunda enseñanzas.
ción, murió a los 93 años, el 19 de febrero de 1959, Al respecto escribe Cristina Fournier:
tras sesenta y cinco años de esfuerzo tenaz, devoto “En su tesis expresa sus ideas y conocimientos
y desinteresado en pro del arte el precursor de la pin- para un plan de estudios que se podría llevar a cabo
tura costarricense.
19
18
en las escuelas para elym_ejor desarrollo de las capa— terias' de las que obligan a una existencia austera de
cidades artísticas de los estudiantes. constante y profundo estudio, de preparación larga y
“Su tesis, basada en la experiencia como profesor metódica, y dedicación excluáva y concienzuda”.
de dibujo durante quince años en los colegios de se- Después de exponer extensamente su criterio pe-
gunda enseñanza, critica enfáticamente los sistemas dagógico y de fijar las pautas a seguir, don Enrique
empleadºs en esta asignatura, que adolecen de gran- hace notar “la necesidad de estimular, principalmente
des defectos, principalmente desde el punto,de vista en las escuelas rurales, el sentido de lo bello, haciendo
científico, relegando su enseñanza a una categoría pu— que el campesino aprecie todo lo hermoso que la natu-
ramente técnica. Esto en perjuicio de las facultades raleza nos brindá. Así se ]e inspira a sentir no sólo
intelectuales del discípulo, pues no logra un desenvol— admiración por las fuerzas materiales, sino a que
vimiento armónico de SUS capacidades, sino un desa— tenga conciencia de su valer personal y a que trate,
rrollo puramente técnico”. El profesor debe operar en aunque sea rudimentariamente, de desarrollar sus fa-
la intelectualidad del discípulo, haciendo que éste com- cultades artísticas” 6.
prenda, ante todo, la naturaleza del modelo que se le Como Enrique Echandi no tenía sistematizada su
presenta, porque tratar de imitar gráficamente 10 que vocación de pensador, no se preocupó por escribir sus
no se entiende, lo que aún no se ha comprendido, es reflexiones, aunqm sabemos por testimonios coetáneos
cosa menos que imposible. que no escatimó esfuerzos por meditar sobre los pro-
“Esta comprensión se logra mediante un análisis blemas de] arte, pues era un artista con inclinación fi—
científico de su naturaleza, en que el alumno pueda losófica.
hacer una demostración gráfica, consciente del mo- Lo que hasta aquí hemos anotado son puntos suel-
delo, logrando así la verdadera finalidad de esta asig- tos que no dan ni 1igerísima idea del pensamiento de
natura. Toda otra imitación será burda y sin sentido, don Enrique, porque le faltó quien compensase su po—
adquiriendo con su práctica sólo el desarrollo de las ca preocupación por escribir el fruto de sus medita—
habilidades mecánicas”. ciones. Dicho en forma más clara, como él no tenia el
“No es en las escuelas ni en los colegios donde se daemonium de] escritor no tuvo la suerte de contar con
debe hacer arte: el arte es cosa profesional, y asi co— 10 que García Monge solia llamar “perros fieles” en re-
mo no se espera que el alumno salga graduado de in- ruerd0 de 10 que Eckermann hizo con las cºnversacio-
geniero, abogado o médico al finalizar la segunda en—
señanza, tampoco puede esperarse qUe logre salir he— ' FOURNIER, CRISTINA. Op. cit., 1960, pp. 27-30.
cho un arquitecto, escultor o pintor; que son estas ma—
21.
20
nes con Goethe, es decir, quien recoja con imparciali- SU OBRA
dad y devoción los puntos luminosos de toda plática.
Divagamos pensando en 10 fructífero que habría sido “Para nosotros el arte es continuidad profunda
si un venturoso “perro fiel” hubiera anotado sus con- por el parentesco secreto de sus obras; continuidad
versaciones con Enrique Echandi, pues tuvo fama de histórica porque no destruye nunca todo 10 que ha he—
ser un excelente causeur. De haber sido asi, hoy ten- redado”, expone André Malraux en su magnífica vi-
dríamos un excelente material esclarecedor. Pero, por sión de] arte Les V0ix du Silence '. Este sentimiento
10 tanto, como no 10 tenemos, poco podemos adentrar- de continuidad es característico en la obra pictórica de
n05 en el pensamiento de Enrique Echandi. Enrique Echandi porque ella es el producto de la tra-
dición clásica europea y la aceptación de la obra de
los grandes maestros qUe alimentaron la vocación ju—
venil de Echandi. Nuestro artista no se rebeló contra
esa tradición, aunque tuvo conciencia de otros estilos
y otras inquietudes de tanta validez como las que él
sustentó.
El estudioso de las bellas artes costarricenses tro-
pieza con innúmeras dificultades cuando quiere aden-
trarse en el terreno de las artes plásticas y, el primer
obstáculo que debe salvar es QUe todavía no existen
catálogos de la obra de ningún artista costarricense.
Con don Enrique Echandi sucede lo mismo: no se sabe
a ciencia cierta cuándo y qué fue 10 QUe pintó.
Su obra pictórica consta de más de un centenar
de óleos y cerca de unos dos mil dibujos, hoy reunidos
y conservados por su familia en dos álbumes y que
Cristina Fournier acuciosamente los clasificó en ocho
secciones. Ellas son: 182 paisajes; 297 vacas, terneros

7 MALRAUX, ANDRE. Lex V0/x dz! S¡lence. París, Gnllimard,


1951, p 625.

22 23
y carretas; 41 estudios de manos, pies, patas de ani-
males, etc.; 649 caballos; 317 figuras; 137 niños; 386 Otro factor decisivo fue el hecho de que d0n'En-
escenas y 88 animales diversos. Sus lienzos están dis- rique, como cuenta Carlos Salazar Herrera, “jamás'
persos en colecciones oficiales y privadas; algunos per— dio brochazos a diestro y siniestro para salir del paso
tenecen a museos extranjeros. que ofrecen los problemas pictóricos, con un minimo
En realidad la obra pictórica de don Enrique no de esfuerzo" º. Enseñó con este sentido de la disciplina
es muy vasta, aunque si de calidad. Ello se debe a que que, para que toda obra merezca, hay que poner re-
el artista pintó la casi mayoría de sus óleos en una flexión y laborar con responsabilidad y repugnancia
corta época de plena floración, potencialidad, pericia hacia las técnicas no domeñadas y hacia los resulta-
técnica y expresión artística que va aproximadamente dos trivia1es. Es decir, enseñó lo mismo que el contem-
de 1890 a 1910 y que, en nuestro concepto, produjo 10 poráneo Lasansky: que “no puede existir verdadera
más valioso. Después de esta época se entregó al cul— libertad sin disciplina. Por disciplina considero aquello
tivo de la música, a animar vocaciones y no fue sino que se sintetiza en una personalidad madura: compren-
ya de anciano que tuvo otra época que dedicó casi ex— sión y amor, honradez, mesura y orden, autocrítica y,
clusivamente a la pintura. Sin embargo, nunca aban— sobre todo, la facultad de enfrentarse a la realidad
donó los pinceles del todo. sin temor”
Por su formación académica y porque el clasicis- De todo 10 que don Enrique pintó, lo más valioso
mo es la base de su credo estético, don Enrique con- son los retratos en los cuales obtuvo un extraordinario
cedió al dibujo gran atención. Constituye éste el fun— parecido físico, además de captar el espíritu del mode-
damento de su obra pictórica; de alli qUe los apuntes, lo. La mayoría de sus retratos son de prohombres for-
estudios, etc., que se conservan sean de imprescindible jadores de la cultura costarricense a quienes retrató
interés. con su* mucha capacidad de penetración sicológica, des—
En los óleos que pintó predominan los retratos ligado de todo lucro y como un reconocimiento sin-
tanto en calidad como en cantidad. También dejó va— cero. Su cariño y pasión por el retrato lo llevó también
rios paisajes, algunas naturalezas muertas y pocas es- a captar lo objetivo “y subjetivo de algunos tipos anó—
cenas de temas varios.
“Estudiaba cuidadosamente la yuxtaposición de ' SALAZAR HERRERA, CARLOS. 'Don Enrique Echanclí". En:
Diario de CuJ/u Riu, San José, C. R, 40(12.101):19. Miércoles 1“
los colores a fin de obtener agradables armonías. El
de marzo de 1959.
misterio de la luz y la sombra constituyó su mayor º' ESTADOS UNIDOS. Servicio de Información. lumgliw. The
inquietudes y, como Leonardo, esfumó los contornos”. work of Mauricio Lasansky and other príntmakers... [México, D. F.
Empresa Helio, 1959], p. [19]. '
24
25
nímos en .afanosa búsqueda de lo humano y no con el Echandi tiene otros de ”densidad y de ”autonomía que
sentido de -lo pintoresco. 10 elevan a'1a categoria de auténtico artista.
_ Esta predilección por el retrato se debe a que don En cuanto a colorido Enrique Echandi envuelve
Enrique poseyó una cultura humanística. Recordemos sus retratos en tonos oscuros, posiblemente una huella
que .Ru_skin admite que históricamente el retrato es de sus estudios en Alemania. O, quizá, esto se deba al
característico de?ciertos períodos humanisticos. En ta— deseo de hacer resaltar al personaje y borrar fondºs
les periodos —ha dicho, alguien que no recordamos— anecdóticos o que, como siempre' pintó bajo techo le
el hombre es_la medida_de todas las cosas y todas las faltó aquello que los Impresionistas encontraron en 'el
cosas están hechas para .Servirle al hombre. Por lo aire libre: la claridad y la' luz cambiante que los obligó
tanto, el, arte es una exaltación a la propia humanidad a pintar con pinceladas rápidas. En todo caso la luz
del hombre. tropical casi no penetró en sus lienzos.
De sus retratos recordamos con fruición el del be— El resto de su obra se encuentra en abrir camino
nemérito educador Mauro Fernández; el del bibliote- de comprensión para las generaciones de artistas que
cario Bernabé Quirós, cºn una huella de luz dorada le siguieron; en condensar nociones y conceptos esen-
que recuerda a Rembrandt; el del Dr. Lehnar; los de ciales para el imprescindible conocimiento y compren—
sus padres; los delos historiadores Francisco Maria sión de la obra de arte; en evitar para el artista malen—
Yglesias y Cleto González Viquez; el del poeta Luis R. tendidos y regateos de solidaridad humana; en identi-
Flores; los de los médicos Ricardo Moreno Cañas, Car- ficar sus anhelos de cultura “y compartirlos con perso-
los Alvarado Quirós y el del músico Pilar Jiménez. nas de aguda sensibilidad para recibir emociones esté-
Cada rostro está sorprendido en su particularidad ticas; en fomentar el cultivo de la música; en coad-
y capta lo que el modelo significa, porque Echandi pin— yuvar a mejores técnicas pedagógicas para la ense-
tó al hombre como expresión y no como ilusión. Pin- ñanza de las artes; en proponer la fundación de ins—
tar_ fue para_ don Enrique amar y convertir lo humano tituciones culturales. En fin, fue una obra que no se
en.auténtica obra de arte. Por ejemplo, en el óleo que puede palpar porque carece de corporeidad pero que,
conserva el Académico de la Lengua León Pacheco y es tan valiosa ¡o más! como la material.
que todos hemos dado en llamar “El Entomólogo”, po— Y esa obra espiritual se ha proyectado en el cos—
co interesa saber qUe el modelo fue el naturalista A1— tarricense contemporáneo en infinidad de manifesta-
berto Brenes. Interesa el cuadro como una creación ciones. Bastará tan sólo señalar que en 1892 don En—
désligada de quien posó. Es decir, el cuadro tiene ase- rique propuso el establecimiento de una Academia de
gurada su propia vida. Y, como este caso, Enrique Bellas Artes. Años después presentó a la consideración

26 27
JUICIO CRITICO
un proyecto de ley para fundar una “Casa de Arte”, Si hemos de parangonar a don Enrique Echandi
en que además de la enseñanza de las artes, sus fines
con sus contemporáneos centroamericanos, llegaremos
serian los de estimular, orientar y proteger la cultura
a la convicción de que él es uno de los hombres ilustres
artística del país. Los diputados dictaminadores del de Centro América, de vida ejemplar pues no regateó
proyecto fueron miopes y la mandaron al archivo. Es—
el mensaje de su inteligencia y de su virtud.
ta idea ha sido realizada parcialmente por Olga Espi- También nos servirá de paradigma su generosi-
nach de Ranucci, cuando fundó la “Casa del Artista” dad, nobleza y rectitud de ánimo. En fin, en él concu-
en 1951. Pero todavía el proyecto de don Enrique es—
rren 105 fundamentos de el “Hombre Cordial” QUe pro—
pera llegar a ser una realidad. ponia Alfonso Reyes y cuya imagen debemos tener
siempre en mente para que nos guíe sin titubeos. La
relación de las acciones notables realizadas por don
Enrique nos ha advertido de que la vida del artista es
ejemplar y, por ende, potente en elementos de alto va-
lor humano.
Toda su vida transcurrió en el ejercicio de accio-
nes honestas 'y grandes, sin otra mira que hacer el bien
a su patria y servirla en todo momento. También supo
estar atento a dar su aporte cultural poque cultura
supone mantener y aumentar el cúmulo de conocimien-
tos qUe nos dan la imagen idea] del hombre. Lo hizo
también cºn su obra pictórica que conserva y enrique-
ce la cultura costarricense. Y, de todo este bagaje ar-
tistico el tiempo se encargará de hacer desaparecer 10
menos significativo. Lo que sobreviva defenderá la
fama de Enrique Echandi como artista. Será el destino
quien se encargue de la selección fina], pues ahora
apenas comienza la gran lucha con la Historia, que
dictará la última sentencia.

29
Este folleto de Luis Ferrero
Acosta, ENRIQUE ECHANDI. se
terminó de imprimir el dia 31
de enero de 1963, en los talleres
de la "Imprenta Metropolitana",
San José, Costa Rica.

También podría gustarte