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LA RECENSIÓN:
En primer lugar, la autora afirma que las cuestiones competenciales que se suscitan en el
ámbito patrimonial son parecidas a las del ámbito personal, sin embargo cuando no idénticas
en más ocasiones de las que pueda imaginarse. Son parecidas, pero por otra parte es cierto
que existen diferencias que justifican su consideración por separado.
Mientras que en el ámbito patrimonial se basa en las bases de obligaciones contractuales y el
pretendido principio de unidad del mercado, el personal se encuentra por un lado, en la
calificación de los Registros creados por la legislación y la protección de la igualdad de todas
las personas en cuanto al ejercicio de derechos y el cumplimiento de los deberes
constitucionales.
La autora no está de acuerdo en que el Gobierno intente perjudicar la norma autonómica de
Catalunya en varias ocasiones y de muchas maneras con tal de mantener la unidad y
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uniformidad del país y encargarse de todas las materias civiles en todas las regiones,
independientemente si eran normas que afectan al ámbito personal o patrimonial.
RECENSIÓN:
PRIMERA PARTE - ÁMBITO FAMILIAR Y PERSONAL, LEYES CIVILES
CATALANAS -
En esta primera parte, la autora se centra en lo que concierne el ámbito personal y familiar,
las leyes incorporadas en el Código de Familia de 1998, en el Preámbulo y en la disposición
primera.
La Compilación de Derecho Civil especial de Catalunya fue una ley aprobada en las Cortes
Generales, en el cual el texto fue recortado, cosa que causó que el contenido personal y
familiar fuese incompleto, juntamente con todas las patrimoniales. La intención del Gobierno
español en todo caso sería la elaboración de un Código civil único para todo el territorio
español, ignorando los derechos forales, cosa que cambió en 1960 gracias al artículo 12 del
Código Civil, convirtiendo el derecho español como derecho supletorio en las comunidades
autónomas. Las normas que más fueron reconstruidas son las del ámbito personal y familiar
gracias a los derechos fundamentales y personales.
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inconstitucionalidad núm. 1017- 2010, en lo que respecta a los artículos 1 y 3.3, declara la
inconstitucionalidad y nulidad del artículo 3.4, en los incisos «y al menos uno se basa en
normas del Derecho catalán o en su infracción» e «incluidos los que no aleguen la infracción
de una norma del Derecho catalán» y desestima el recurso en todo lo demás.
Como se comprueba, en el ámbito de la persona y familia, en apariencia no parece que haya
habido problemas, pero no debemos llevarnos a engaño. El desistimiento de algunos recursos
de este ámbito no significa que no hayan existido y que continúen dándose o gravitando, cual
espada de Damocles, sobre las personas encargadas de asesorar técnicamente.
Dejando de lado este tema, la autora está en contra de los partidos con representación
parlamentaria porque en muchas ocasiones el interés de los diputados parlamentarios no se
fundamentan en el fundamento al no obedecer a consignas políticas. Gracias a estas
variaciones provocan vacíos o contradicciones en las leyes.
En conclusión relación a la primera parte que constata las leyes la autora entiende que la falta
de consolidación entre la distribución de las diferentes competencias en materia civil, que
causa conflictividad entre el Gobierno del Estado y los Estados Autonómicos, al final el
resultado es convincente en comparación del año 1978. Se recupera el derecho propio y la
potestad legislativa en materia personal y familiar, cosa que la autora considera que es buena,
pero no tan buena gracias a los problemas y el sufrimiento que se ha pasado.
Para concluir que «Las bases, por tanto, deben referirse con carácter general y común a todos
los contratos o categorías amplias de los mismos (STC 71/1982, de 30 de noviembre) y no
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pueden comprender la regulación de cada tipo contractual, salvo en la parte y medida que esta
suponga una concreción complementaria de las reglas generales o generalizables a la clase a
que por su naturaleza jurídica pertenece y, en todo caso, deben quedar opciones diversas para
que el legislador autonómico pueda ejercitar su competencia».
Finalmente, la autora considera que no se sustrae a una crítica doctrinal formulada desde los
conceptos jurídicos propios de la materia contractual, o de la teoría general del contrato. En la
tarea de definición e identificación de las bases de las obligaciones contractuales piensa se
debe evitar confundir éstas con la teoría, rectius, los conceptos de la teoría general, una
confusión en la que no se incurrie en los procesos codificadores, en la que no debe caerse
cuando se formule, si se llega, en una ley positiva.
VALORACIÓN PERSONAL:
En base a lo que he leído y desde mi punto de vista, el Gobierno del Estado, con tal de
mantener la unidad e uniformidad en materias competenciales y legislación civil, ha intentado
perjudicar a los Estados Autonómicos, la Generalitat de Catalunya de muchas maneras
prohibiendole y disputas por su derecho propio. Sus métodos fueron diversos, y el más
notable es el recurso de inconstitucionalidad, método que se usaba por tal de culpar a los
estados de autonomía de que los preceptos no eran constitucionales. En mi opinión, el
gobierno del Estado tendría que permitir que los Estados Autonómicos (Generalitat de
Catalunya) desarrollar su propia legislación civil, tanto personal y familiar como en bases de
las obligaciones jurídicas contractuales y relaciones jurídicas contractuales. El gobierno del
Estado siempre ha querido mantener su potestad y poder en materia legislativa estableciendo
el Código Civil. El problema, como había mencionado anteriormente la autora y con el cual
estoy de acuerdo, es la consolidación entre la distribución de las diferentes competencias en
materia civil, con tal de evitar la conflictividad desde un principio.