Las demandas e intereses personales determinan los tipos de relaciones que se fomenten, de ahí que resulten diferentes tipos de relaciones en consonancia con los motivos de cada individuo. Las personas con motivos comunes se agrupan para conseguir lo que quieren, en función a esto surgen escenarios diversos para el desarrollo de las relaciones interpersonales.
El 1er espacio donde toda persona establece un
contacto con otros individuos es la familia. Este es además el escenario donde se cultiva la base de la calidad de las relaciones. Según sea la relación de los padre con sus hijos se determinará como estos de comporten en su vida adulta. La escuela es el 2do escenario en la vida de las personas que permite que se concreticen las relaciones. El grupo de iguales, constituye Ayuda a que los individuos socialicen. Otra dimensión de las relaciones interpersonales son las relaciones laborales; gran parte del tiempo de la vida de las personas se comparte en el área laboral, son determinantes para la satisfacción personal como trabajador. Muchas personas son despedidas de los empleos por las malas relaciones interpersonales. A menudo las personas hacen un esfuerzo por controlar la agresividad y evitar correr el riesgo a ser castigados, ya sea con sanciones o cancelaciones. Este estado de ánimo se define como una condición general de descontento e incomodidad. Las relaciones han de estar sustentadas sobre la base de la sinceridad, para evitar sentirse frustrado, infeliz. Reprimir las emociones para mantener la apariencia, no es recomendable. Para unas buenas relaciones interpersonales es importante tener una actitud positiva, evitando al máximo los descontentos que producen las frustraciones de la vida.
Algunas recomendaciones para evitar las
frustraciones y mejorar las relaciones interpersonales son:
Dar importancia a lo que realmente es
importante. Reconocer que los fracasos son parte de la vida. Evitar que las emociones dominen la situación; algunas veces, cuando las cosas andan mal, es útil darse tiempo para pensar y analizarlas mejor opción es abordar la situación sin afectar las relaciones. Desarrollar habilidad para ponerse en el lugar de la otra persona. Además de tener claro el propio punto de vista es necesario considerar el problema desde el punto de vista del otro.
Las relaciones pueden dañarse cuando una
persona insiste en tener la razón. No encerrarse en la frustración. Cuando algo preocupa, es útil hablar con personas dignas de confianza y escuchar sus puntos de vista. Cultivar técnicas de comunicación efectivas. La comunicación es la base de las relaciones interpersonales, tanto así que suele verse ambos temas como si fueran uno mismo.
3.7 Las actitudes
Una actitud es un estilo de responder a situaciones específicas, directamente vinculado al aprendizaje, con carácter relativamente duradero. Las actitudes por lo general poseen una carga afectiva en su razón de ser, por lo que condicionan el comportamiento de las personas. La manera de relacionarse con el entorno o con las personas dependerá de si las actitudes al respecto son positivas o negativas.
Las actitudes se estructuran por la
combinación de tres componentes: los pensamientos las emociones las conductas
Las relaciones interpersonales son muy
afectadas por las actitudes. El racismo, la discriminación y los prejuicios son algunas las actitudes negativas aprendidas en el seno familiar o en el contexto social. Por ejemplo si una persona se acerca a un producto por primera vez, y conoce solo los aspectos negativos del mismo, probablemente desarrolle hacia el mismo sentimiento de negatividad, por lo tanto su conducta sería la de nunca comprar el producto o no pagar mucho por él. En este caso se dice que la persona tiene una actitud negativa hacia dicho producto. Esto mismo ocurre con las ideas preconcebidas hacia las demás personas, y es lo que explica el tipo de relaciones que se establecen con ciertos grupos humanos. Una vez asumida una actitud, es difícil modificarla; muchas creencias, convicciones y juicios pueden haberse formado desde los primeros años de vida y haberse reforzado una y otra vez. No obstante, como todo lo que se aprende se puede desaprender, las actitudes pueden transformarse: una persona puede cambiar de actitud respecto a una escuela luego de que conoce dicha escuela y descubre que sabía poco o nada acerca de ésta. La información juega un rol de primera magnitud en la modificación de una actitud. Existen diferentes tipos de actitudes en función a la manera como se manifiesten. A continuación, se detallan algunas: Actitud emotiva: Se basan en el conocimiento interno de la otra persona. Cuando dos personas se tratan con afecto, se toca el estrado emocional de ambas. Actitud desinteresada: La persona con actitud desinteresada no se preocupa, primordialmente, por el propio beneficio, sino que tiene su centro de enfoque en la otra persona y no la considera como un medio o instrumento. Las personas que exhiben este tipo de actitud, poseen cuatro cualidades: apertura, disponibilidad, solicitud y aceptación. Actitud manipuladora: La persona con actitud manipuladora ve a los demás como un medio, de manera que la atención que le otorga persigue un beneficio propio. Actitud interesada: Puede considerarse como la consecuencia natural de una situación de indigencia del sujeto: cuando una persona experimenta necesidades ineludibles, busca todos los medios posibles para satisfacerlas; por ello, ve también en las demás personas un recurso para lograrlo. Actitud integradora: Las personas con actitud integradora buscan regularmente la comunicación de sujeto a sujeto; procuran comprender el mundo interior del interlocutor, persiguen el bien común e intentan la unificación o integración de las partes.
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